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Qué es la naturaleza?

En la mayoría de los casos, cuando hacemos mención de la naturaleza, nos estamos refiriendo al mundo
natural o al mundo material, es decir, al conjunto de los fenómenos físicos del mundo y de los seres
vivos en general, sin tomar en consideración ni los artefactos y objetos de fabricación humana, ni los
procesos de intervención del ser humano en el medio ambiente.

Tipos de naturaleza

El mundo que conocemos se organiza en base a tres tipos fundamentales de naturaleza, es decir, tres
formas de existencia de los seres vivientes, que son:

Naturaleza vegetativa. Aquella que carece de movilidad voluntaria, por lo que vive, crece y se reproduce
en el mismo lugar, y agrupa a las plantas, organismos vegetales y criaturas con una limitada o reducida
capacidad de respuesta a su entorno.

Naturaleza sensible. Aquella que es capaz de percibir el entorno a su alrededor y reaccionar a él de


diversas maneras, para beneficio propio. Fundamentalmente, se refiere a los animales, seres provistos
de movilidad voluntaria, diversos sentidos para inspeccionar sus alrededores, y metabolismos rápidos
basados en la digestión de materia orgánica.

Naturaleza humana. Aquella que comparte rasgos con la sensible, pero a diferencia de ella, es
consciente de su propia existencia, de la finitud de la misma, y por ende es capaz de modificar el
entorno en que se desarrolla para su beneficio, en lugar de adaptarse lenta y evolutivamente a él.
Fundamentalmente, se trata de los seres humanos.

Elementos de la naturaleza

La naturaleza, entendida como el mundo natural, abarca dos grandes conjuntos de elementos, que son:

Elementos físicos o inanimados. Que componen el entorno natural y que se rigen por las leyes de la
física y la química, llevando una existencia pasiva y eterna. Ejemplo de ello son las piedras, el agua, los
gases que componen el aire o la luz solar.

Elementos vivos o animados. Aquellos que son fruto del lento pero constante proceso evolutivo que
llevó las primeras protocélulas ancestrales a engendrar un verdadero abanico de criaturas reunidas en
distintos reinos: vegetal, animal, hongos, protozoos y bacterias. Estos elementos se someten a las leyes
de la biología y de la supervivencia, extrayendo energía del medio circundante (autótrofos) o de
consumir otros seres vivos (heterótrofos).

Importancia de la naturaleza

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Todo lo que conocemos proviene, de una forma u otra, de la naturaleza.


La importancia de la naturaleza para la vida es total y absoluta, incluidos los seres humanos. Aunque
normalmente nos guste pensar el mundo natural como un mundo aparte del nuestro, regido por otras
reglas y al que podemos acudir de vez en cuando, la verdad es que nuestra civilización entera depende
del mundo natural biológica, económica y socialmente.

La naturaleza es de donde obtenemos los insumos que fundamentan nuestra economía, y también de
donde proviene el oxígeno que respiramos, la materia que nos alimenta y las condiciones físicas que
sostienen la posibilidad de vida en el planeta. De modo que, en realidad, todo lo que existe y todo lo que
conocemos es también naturaleza.

Naturaleza humana

Aunque anteriormente hablamos de la naturaleza humana como uno de los componentes del mundo
natural, este concepto en realidad proviene de la filosofía, en donde se emplea para señalar el conjunto
de características inherentes al ser humano, o sea, el fundamento para sus formas de actuar, pensar y
sentir.

Se trata de un término controvertido. Hay quienes afirman que sí existe y que tiene bases biológicas o
genéticas, mientras que otros sostienen que es poco más que una ilusión, fruto de las consideraciones
culturales y sociales que imperan sobre el ser humano en una época determinada.

Cuál es la verdad del ser humano, su esencia, es una pregunta que paradójicamente los seres humanos
somos incapaces de responder con facilidad. Sin embargo, no hemos parado de intentarlo desde las
épocas remotas de la Antigüedad.

Impacto del ser humano en la naturaleza

El mundo natural tiene relaciones complejas con el mundo del ser humano. En sus inicios, el ser humano
sólo fue una especie más entre muchas de homínidos africanos que, fruto de las presiones ambientales,
se vio obligada a reinventarse y evolucionar.

Pero en ese camino, sus talentos fueron muy distintos a los de las otras especies, ya que su capacidad
cognitiva le fue brindando cada vez más posibilidades para alterar el medio ambiente a su antojo,
haciéndolo más benévolo para sí y para su descendencia, en lugar de continuar adaptándose lenta y
evolutivamente al medio ambiente.
Los grandes cambios en el modo de existencia humano, como la Revolución agrícola del Neolítico, o en
mucho mayor medida, la Revolución industrial de la Edad Moderna, han consistido en nuevas formas de
explotar la naturaleza y transformarla en nuestro beneficio.

Esto usualmente acarrea consecuencias negativas para la estabilidad del orden natural, cuya
transformación a nuestras manos no siempre es considerada y cuidadosa. Así, es común que nuestro
impacto en la naturaleza se traduzca en:

Contaminación de la naturaleza y destrucción de ecosistemas.

Extinción de especies y empobrecimiento de la biodiversidad mundial.

Alteración permanente de las propiedades físicas y químicas de la atmósfera, los suelos y las aguas.

Alteración del balance climático del planeta, acelerando los procesos naturales de cambio climático de
manera desastrosa.

Agotamiento de los recursos naturales no renovables, como el petróleo y el gas natural.

Fuente: https://concepto.de/naturaleza/#ixzz7VxTZvwDV

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