Capacidad de generar, dirigir, y mantener un estado de activación adecuado para el
procesamiento correcto de información. Proceso por el cual podemos dirigir nuestros recursos mentales sobre algunos aspectos del medio que nos rodea(los más relevantes) o bien sobre la ejecución de determinadas acciones que consideramos más adecuadas entre las posibles. Estado de observación y de alerta que nos permite tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro entorno
¿Para qué sirve?
Para recordar y aprender en relación a estímulos determinados.
Para tener la capacidad de mantener la concentración y el foco en algo durante un largo periodo. Para mantener el estado de alerta y poder seleccionar los estímulos más relevantes. Básicamente, la necesitamos para todo tipo de cosas.
¿Cuáles son los tipos de atención?
1. Atención focalizada: Capacidad de responder por separado a estímulos
exteriores a través de los sentidos, centrando el foco en solo uno de ellos. 2. Atención sostenida: Habilidad para mantener en el tiempo la atención focalizada durante un período más o menos de larga duración. Ejemplo: leer un libro por un largo rato y focalizar nuestra atención para poder comprender lo que leemos 3. Atención alterna: Capacidad para alternar el foco de atención entre varios objetivos diferentes. Permite pasar de una tarea a otra sin compartirla ni confundirlas. Ejemplo: leer un texto y hablar con alguien. 4. Atención selectiva: Capacidad de elegir un estímulo relevante de entre todos los existentes o disponibles (que ignoramos para no distraernos) y focalizarnos en él. Ejemplo: Escuchar y atender a una persona que nos está hablando en un ambiente con mucho ruido. Atención dividida: Capacidad para atender a diferentes estímulos exteriores y mantener diversos focos de atención, sin cometer errores de asimilación, procesamiento y ejecución de la tarea a realizar. Ejemplo: una secretaria que debe organizar formularios, atender llamadas y contestar emails. Está realizando distintas actividades sin cometer errores.