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Clase Nº 2
Introducción:
Hola, espero que estén bien. Seguimos trabajando con la Unidad 1 y 2 del programa.
Hicimos un pequeño recorrido por las problemáticas epistemológicas del derecho como
conocimiento científico, trabajando sobre el problema del conocimiento, de la ciencia y de
la verdad. También vimos las características del conocimiento científico, el valor social de
la ciencia, y el problema de la objetividad y la subjetividad en la ciencia.
Ahora vamos a centrarnos en los paradigmas tradicionales del derecho, para luego meternos
de lleno en la Unidad 3 del programa, es decir, en las diferentes corrientes de la filosofía
del derecho. Espero que disfruten la clase.
Como vimos, uno de los rasgos del conocimiento científico es el método y este
en definitiva es un camino, un proceso reglado, que busca que cualquier persona que lo
emplea llegue a resultados contrastables, verificables, y/o refutables. La humanidad ha
experimentado ciertos giros epistemológicos a lo largo de su historia. Por ejemplo, durante
la edad media en el centro de la escena estaba colocado Dios, quien era el garante de la
verdad (revelada), y por tanto el método utilizado para alcanzarla era principalmente
dogmático, apelando al argumento de la autoridad. Luego, en el mundo moderno, se fue
abandonando muy lentamente la idea de que lo que se debía conocer era el mundo objetivo,
y se comenzó a poner el foco en las condiciones que tiene el ser humano como sujeto capaz
de arrogarse el conocimiento. Filósofos como Descartes, Hume o Kant, por ejemplo, han
desarrollado estas cuestiones con sobrada dedicación.
La cuestión es que uno podría estar tentado a pensar que Dios fue reemplazado
por la ciencia y los sacerdotes por los científicos, si buscamos quienes cumplían la función
social de, y tenían la autoridad para, ser los referentes para explicar y predecir los
fenómenos del mundo natural. Esto se acerca mucho a una historia de la ciencia concebida
como una “evolución” del pensamiento del hombre. Siguiendo esa idea dicha historia
podría estar integrada por una etapa teológica (todos los fenómenos responderían a la
acción directa y continua de agentes sobrenaturales), una etapa metafísica (se reemplazan
los agentes sobrenaturales por fuerzas abstractas, se busca la esencia de los entes), y una
etapa positiva (donde se persigue descubrir por medio de la razón y la observación
combinadas, las leyes que regulan la secuencia y semejanza de los fenómenos).
El Derecho juega entonces dentro de este terreno su propia batalla por alcanzar
estatus epistémico. Por supuesto que entre los juristas no hay consenso sobre las cuestiones
antes mencionadas, así como tampoco sobre cuál sería el fenómeno jurídico que debería
constituir el objeto de estudio del Derecho. Por lo tanto el método que varía de acuerdo a la
teoría del derecho que se esté considerando
Para examinar la cuestión con mayor detalle podríamos señalar tres teorías
tradicionales del derecho: iusnaturalismo, positivismo jurídico y realismo. El
iusnaturalismo utilizaría el método axiológico-valorativo, el positivismo el normativo-
formal y el realismo el fáctico- práctico.
Positivismo Iusnaturalismo
Prohibición del juez de crear derecho Evalúa las circunstancias del caso
El orden jurídico forma una unidad cerrada Derecho libre (equidad, buena fe, etc.)