Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EVALUACIÓN 1
RESUMEN DE LECTURAS.
El autor destaca que, Cristo, según la carta a los hebreos, es el único sumo sacerdote, el
único pontífice de la nueva alianza, su sacerdocio, es nuevo en relación con la Antigua
Alianza. Ahora bien, como segundo aspecto, Arnau, describe algunos apuntes históricos del
1
ARNAU – GARCÍA, R., “Orden y Ministerios”, en Sapientia Fide Serie de manuales de teología,
Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos (Madrid 1995) p. 4 -5.
Ramo: Orden- TBDO23.
sacerdocio del en el antiguo testamento, para Él, “la palabra con la que se asigna en el
antiguo testamento al sacerdote es Kohen, que, tanto en la versión de los Setenta como en el
Nuevo testamento, se traduce por Hiereus. Con la advertencia de que no es un término
utilizado únicamente para referirse a los sacerdotes de Israel, sino para aquellos que
también sirven a dioses paganos. Para el autor, la historia del sacerdocio
veterotestamentaria, ni siguió un rumbo rectilíneo, sino que se fue desarrollando, siguiendo
una línea quebrada que pasa por momentos diversos. De hecho, la época patriarcal no
conoció el sacerdocio institucional. Los actos de culto, especialmente el acto que fue el
sacrificio, eran realizados por el cabeza de familia” 2. También hace referencia a que las
fuentes sacerdotales veterotestamentaria, hacen referencia a la figura de Aarón,
presentando, al mismo tiempo a Moisés, como el verdadero sacerdote del pueblo.
En cuanto a las vicisitudes de la tribu de Levi, Arnau plantea, que, de la tribu de Leví, se
sabe, el ejercicio del sacerdocio aparece vinculado a ella, que fue reconocida como una
tribu puesta aparte para funciones sagradas por decisión de Dios. Sin embargo, según el
autor, la concepción sacerdotal de Leví, no es tan fácil, ya que “la dificultad comienza con
el nombre de Levi, ya que no se conoce si su nombre indica el de la tribu o si es más bien,
el nombre de una profesión , en este caso, la sacerdotal, que no correspondería a una tribu
determinada”3. Luego, se establece la doble tribu de Leví, por un lado, la profana,
menospreciada por Jacob por guerrera e insolente, y, por otro lado, la sacerdotal, bendita
por Moisés, la existencia de ambas, considera el autor que es difícil de esclarecer, sin
embargo, se opta por creer, que la tribu profana de Levi, sí existió, y que con Moisés se
transformó en la tribu sacerdotal, convirtiéndose en una institución capital para Israel. Dado
esto, Moisés otorgaría a la tribu de Levi dos competencias, la primera, fue la de ejercer el
ministerio a modo de oráculo, contestando en nombre de Dios a las preguntas que se le
formulaban, o proponiendo el contenido de la Ley, para ser conocida y cumplida. La
segunda competencia que esboza el autor, es la de ofrecer el sacrificio.
En cuanto, a la postura del autor, frente a la idea de los Santuarios y el Sacerdocio, desde la
cual reconoce fuertemente los santuarios de Silo, el de Betel, el de Mika, el de Dan o el de
Ebal, los de Siquem y Belén, que, según Arnau, ayudan a la comprensión sacerdotal del
2
Ídem, págs. 8 -9.
3
Ídem, págs. 9 – 11.
Ramo: Orden- TBDO23.
Por otro lado, en cuanto al sacerdocio de Cristo, en el evangelio de San Juan, la misión
constituye a Cristo Sacerdote en la Encarnación, y como sacerdote ofrece en la cruz su
propio sacrificio, la misión y el sacerdocio, en San Juan, son una íntima y única realidad
constitutiva. Cristo, es sacerdote y pastor, ya que, Él, no solo apacienta a sus ovejas, sino
que da la vida por ellas. El Nuevo testamento expresa unánimemente que el sacerdocio de
Cristo, se da en la propia oblación. Luego, desarrolla una tercera parte, denominada, Los
doce, participes de la misión sacerdotal de Jesucristo. Desde la fundamentación de Marcos,
se entenderá que el Apóstol, ha sido llamado por Cristo a responder y obedecer a la llamada
recibida. En cuanto a la potestad apostólica, el apóstol, es dotado de autoridad competente
para llevar acabo la misión que le ha sido encomendada, una suerte de autoridad, en virtud
de que es enviado. Hay una confirmación de la misión apostólica, ya que, desde la idea de
la elección, se constituyó el apostolado, para testificar con la fuerza del Espíritu Santo su
resurrección. Apóstol se dice o se define también, según el autor como la capacidad de
actuar en nombre de otro, de allí se entiende, ña sucesión apostólica, con el fin o la
necesidad pervivir la obra salvífica de Cristo entre los hombres. Se expresa también, el
tema de los obispos, otras de los presbíteros, palabras que parecen iguales al principio. Es el
inicio del rito de la imposición de manos, se da una referencia en clave de colegialidad
sobre ellos. Aparece la figura del diacono como subordinados en relación al obispado y
presbiterado.
4
Ídem, Pág. 28.
Ramo: Orden- TBDO23.
Por otra parte, Pedro Lombardo, en cuanto a los grados, señala que solo el diaconado y el
presbiterado deben denominarse orden en estricto rigor. Para él, el presbítero y el obispo se
revisten de la dignidad sacerdotal. Esta visión teológica, es también, tomada por Santo
Tomás de Aquino. Según el doctor angélico, la máxima categoría del orden, está en el
sacerdocio que está íntimamente vinculado con la Eucaristía. Ya que, el ministro actúa in
persona Christi. En cuanto a Lutero, el orden no es un sacramento porque no ha sido
instituido por Cristo. Ya que, en la Última Cena Jesús se dirige a toda la Iglesia, no a unos
tantos, sino a todos. Además, que, la ministerialidad que se da en la llamada y la ordenación
no fue instituida para el sacrificio, sino para predicar.
CONTENIDOS FUNDAMENTALES:
En esta exhortación apostólica postsinodal, el Papa, Juan Pablo II, desarrolla toda una
teología profunda del sacerdocio, inspirándose en la fundamentación bíblica del profeta
Jeremías 3,15 “os daré pastores según mi corazón”. Una promesa que Dios da a su pueblo,
a la Iglesia, que es ese nuevo pueblo de Dios. El papa inicia resaltando la figura del
sacerdocio común de los bautizados, en el cual encuentra su derivación el sacerdocio
ministerial, resaltando la necesidad de este sacerdocio ministerial para que se perpetúe y
siga dando la obra y la misión que encomendó Jesucristo. El papa es enfático en decir que,
la formación sacerdotal, no es acabada, sino que se prologa por toda la vida, enfatizando la
búsqueda de la santidad del sacerdote. La exhortación muestra algunos obstáculos que
pueden presentarse en el camino de la formación, tales como: el racionalismo, el
subjetivismo, el ateísmo práctico y existencial, la concepción subjetiva de la fe. Ante esto,
el papa nos invita a discernir con criterios evangélicos, es decir, “la interpretación que nace
a la luz y bajo la fuerza del Evangelio, del Evangelio vivo y personal que es Jesucristo, y
con el don del Espíritu Santo”5.
5
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis. Exhortación apostólica sobre la formación de los sacerdotes en la
situación actual, en la web: https://www.vatican.va/content/john-paul
ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_25031992_pastores-dabo-vobis.html
Ramo: Orden- TBDO23.
sacramento del Orden, es enviado por el Padre, por medio de Jesucristo, con el cual, como
Cabeza y Pastor de su pueblo se configura de un modo especial para vivir y actuar con la
fuerza del Espíritu Santo al servicio de la Iglesia y por la salvación del mundo 6. Así, se
comprende que el presbítero, viva en función de servir a la Iglesia.
6
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis.
7
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis.35
8
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis, 35.
9
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis, 47.
Ramo: Orden- TBDO23.
Este decreto del Concilio Vaticano II, comienza con un proemio, que nos introduce de
forma breve a los capítulos siguientes. En dicho proemio, se enfatiza que “lo que allí se
dice se aplica a todos los presbíteros, en especial a aquellos que se dedican a cuidar almas,
10
JUAN PABLO II, Pastores dabo Vobis, 71.
Ramo: Orden- TBDO23.
haciendo la salvedad a los presbíteros religiosos. Los presbíteros por ordenación sagrada y
por la misión encomendada por los obispos. Son promovidos para servir a Cristo Maestro,
Sacerdote y Rey, de cuyo ministerio participan”11. No se concibe el presbiterado, fuera de la
Iglesia, al contrario, está inserto en la vida y misión de la Iglesia, el decreto conciliar,
resalta que, “todos los fieles se constituyen en sacerdocio santo y real” 12. El decreto enfatiza
y deja claro que , el Señor instituyó a algunos para un ministerio con cierta especificidad, es
decir, “para ofrecer el sacrificio y personar los pecados”13. A este selección o grupo de
presbíteros, se les llama a que puedan vivir en comunión con el obispo, para la mayor gloria
de Dios, buscando con ello, que todos los hombres y mujeres se acerquen a Dios. El
presbítero debe ser en este sentido un testigo autentico y veraz en el mundo.
En el capítulo II, encontramos una división en tres partes. La primera se dedica en analizar
la función de los presbíteros, como ministros de la palabra de Dios, de los sacramentos, y
como rectores del pueblo de Dios, también deben administrar los sacramentos, con gran
especialidad, el de la Eucaristía, ya que Dios, “quiso tener a los hombres como socios y
colaboradores suyos, a fin de que le sirvan humildemente en la obra de la santificación” 14.
Al mismo tiempo, a los presbíteros se les encomienda la tarea de estar al frente del pueblo
de Dios gobernando. Esto se fundamenta en la potestad espiritual recibida por Cristo.
La segunda parte, desarrolla la relación de los presbíteros con algunas personas, tales
como: los obispos, los seglares e inclusive otros presbíteros. En cuanto al obispo, es
necesario, ya que, el obispo en su naturaleza, tiene la plenitud del sacramento. Para el
obispo, los presbíteros, son: sus más cercanos, colaboradores, consejeros, hermanos y
amigos, al cual deben obediencia. Otra de las uniones que destaca el decreto es la unión
entre el presbiterado, ya que, “puede cumplir cabalmente su misión aislada o
individualmente, sino tan solo uniendo sus fuerzas con otros presbíteros, bajo la dirección
de quienes están al frente de la Iglesia" 15. En tercer lugar y no menos importante, el texto
11
CONCILIO VATICANO II, Decreto Prebyterorum Ordinis sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, 2,
en La Santa Sede https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.html (consulta 20/04/2022).
12
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis.
13
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 2.
14
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 5.
15
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 7.
Ramo: Orden- TBDO23.
desarrolla la relación con los seglares a los que sirven los presbíteros, para lo cual, se deben
incentivar los carismas en todos, de tal manera, que el Espíritu Santo, nos unifique y nos
anime en la caridad. La tercera parte de este capítulo, desarrolla la distribución de los
presbíteros y de las vocaciones sacerdotales como necesarias para la misión encomendada
por Jesús.
También hay una preocupación por fomentar la vida espiritual, sobre todo de los actos
cristianos, los cuales deben nutrirse de la palabra de Dios, en lo que se denomina la doble
mesa de la Sagrada Escritura y de Eucaristía. Otro aspecto que urge es el estudio y ciencia
pastoral, por lo cual, los presbíteros deben prepararse cuidadosamente, a través de cursos y
congresos. También se da la necesidad de proveer la justa remuneración de los presbíteros,
hay que establecer fondos comunes de bienes y ordenar una previsión social en favor de los
presbíteros.
En la conclusión, el decreto conciliar invita a los sacerdotes a tener presente que “ nunca
están solos en su trabajo”18. Tienen la virtud topoderosa de Dios, que aumenta en ellos la
caridad, con sus hermanos en el sacerdocio y con los fieles del mundo. Una invitación a
confiar en Dios que sabe trabajar en instrumentos insuficientes de la Viña del Señor.
16
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 92.
17
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 15.
18
CONCILIO VATICANO II, Prebyterorum Ordinis, 22.
Ramo: Orden- TBDO23.