Contemporánea En el presente documento se destacará al teórico Descola y sus aportes a la antropología simétrica. Este autor propone cuatro dicotomías para clasificar, describir y poder comprender la relación entre humanos y ni humanos para así evitar la dicotomía Naturaleza/Cultura. El antropocentrismo es lo que provocó esta dualidad y rígida visión cosmológica que generó grandes problemáticas y discusiones, debido a que bajo esta mirada no se podía concebir ni aprender la forma que poseen diversas civilizaciones para percibir la relación entre lo humano y lo no humano. Las cuatro dicotomías propuestas por Descola son: ● El Totemismo: Destaca la igual interioridad y materialidad y se entiende como un sistema de organización social y creencia basado en un objeto natural conocido como tótem. A éste se le concebía como un protector poseedor de habilidades sobrenaturales. ● El Animismo: Destaca la igual interioridad y diferente materialidad. Se entiende como un sistema de organización social y creencias donde existen relaciones de igual a igual entre los seres humanos y no humanos. A lo no humano se le otorgan cualidades humanas. ● El Analogismo: Destaca una diferencia entre la interioridad y de la materialidad. En éste, se entiende que diversos elementos conforman al universo como tal, aun cuando existe una variabilidad en cuanto al origen, estos poseen una relación y /o conexión entre ellos mismos. ● El Naturalismo: Presente en la sociedad contemporánea, se destaca la igual materialidad pero diferente interioridad. Considero que es erróneo poner al ser humano como centro de todo, como el único individuo capaz de sentir o pensar, excluyendo totalmente a la naturaleza y medio que lo rodea. Bajo esta mirada no se podría explicar ninguna cosmovisión de grupos indígenas. Bajo diversos estudios se ha expuesto la marcada influencia de la naturaleza en los seres humanos, nuestros antepasados veneraban (lo que para algunos puede ser algo no trascendental) a la tierra, el sol, la luna, las montañas, como dioses o simplemente le tenían un alto valor de respeto por lo que representaban. Pues siempre ha existido una conexión entre lo humano y lo no humano. De esta forma también, la teoría de evolución se torna algo difícil de abordar bajo el dualismo mencionado porque si se estima que el hombre es el centro de todo y único ser pensante, ¿cómo se explica el proceso de hominización? Es muy interesante el pensamiento que tenían nuestros antepasados, porque si bien, podrían no coincidir en aspectos culturales, a su vez compartían ciertas similitudes; todos tenían un respeto enorme por el medio ambiente, entregándole a éste ofrendas en agradecimiento o para pedir algo, es decir, que tanto ellos como individuos y la naturaleza, tenían igual interioridad y materialidad. Este pensamiento conforme pasaban los años se fue eliminando con el naturalismo, ya que el ser humano y la naturaleza poseen distinta materialidad, basándonos en que nosotros poseemos alma y lo no humano carece de ella. Nos vimos envueltos y caímos en el error de enajenarnos con la naturaleza, no la sentimos como algo similar a nosotros, a pesar de que vivimos en ella y es el principal motivo del por qué estamos vivos, dentro de un conjunto de cosas que permiten nuestra existencia. Cabe recalcar que nosotros como personas hemos tratado de reivindicar la dicotomía naturaleza/cultura mediante una diversidad de movimientos sociales dedicados al cuidado del planeta, la flora y fauna presente en él. De tal manera, que se trata de protegerlo aunque no exista una igual interioridad. A modo de conclusión, el haber perdido esa conexión con nuestra madre naturaleza y lo que ésta nos entrega, nos llevó a destruir del ecosistema y nuestro planeta de forma lenta, provocando su masiva destrucción con los desechos tóxicos que se arrojan al mar y a la tierra, la tala de árboles, la matanza de animales o también conocida como caza, la contaminación ambiental que producen las empresas, la privatización de bienes naturales como el agua y muchas cosas más. No nos damos cuenta de que al destruir nuestra naturaleza nos destruimos a nosotros mismos, destruimos nuestro hogar, el que nos ha albergado durante muchos años entregándonos todos los bienes para poder subsistir y desarrollarnos como personas o individuos. Quizás no tenemos la misma concepción que tenían nuestros ancestros sobre la naturaleza, no le otorgamos cualidades antropomórficas o una cierta divinidad y poder sobre nosotros, pero eso no significa que no posea una psiquis, de igual forma con todos los animales tanto domésticos como los exóticos, poseen una psiquis que les permite sentir y se ha dado a conocer mediante diversos estudios actuales que estos seres por muy pequeños que sean si albergan la tristeza y la felicidad. Referencias bibliográficas: Descola, P. 2005 Más allá de la Naturaleza y la Cultura, editado por M. Carozzi, A. Grimson, D. Miguez y P. Semán, pp. 93-111. Ediciones Universidad Nacional de San Martín, Argentina.