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3. MÉTODOS ALTERNATIVOS (NO TÉRMICOS).

3.1 Termosonicación: Se utilizan ondas del sonido y temperaturas bajas a fin de no


destruir sus nutrientes. La aplicación de los ultrasonidos suele ser más eficaz cuando se
combina con otros métodos microbianos, como el calor. Este binomio, ultrasonidos y
calor, o termosonicación, ha demostrado capacidad para la lucha contra patógenos
como Bacillus cereus o Aeromonas hydrophila. La sonicación sola consiste en aplicar
energía de ultrasonido para provocar la agitación interna de las partículas. Con ella, se
preserva más el sabor de la leche recién ordeñada. Este nuevo método permite, según
sus responsables, tratar no solo leche sino zumos y otros líquidos sin que se
comprometan sus propiedades organolépticas
3.3 calentamiento óhmico: El calentamiento óhmico es un proceso cuidadoso y
continúo para el calentamiento de productos, en especial para productos en trozos como
frutas, verduras, especias y otros alimentos. El calentamiento se lleva a cabo mediante
corriente eléctrica, actuando el producto como resistencia eléctrica.el equipo utilizado es
un calentador joule. Y se puede aplicar para distintos derivados lácteos como yogurt,
mantequilla entre otros. Las ventajas de este proceso se derivan del hecho de que el
calentamiento tiene lugar en el interior del alimento. De este modo, y a diferencia de lo
que ocurre en un calentamiento convencional, no existen superficies calientes de
contacto.
3.4 ultra presión por homogenización: La ultra-alta presión de homogenización
(UHPH) es una tecnología emergente con aplicaciones en el procesamiento de fluidos.
Si bien, esta tecnología se basa en los mismos principios de los homogeneizadores
convencionales, los nuevos diseños y uso de materiales de construcción de las válvulas
han permitido alcanzar presiones de 350 a 400 MPa. Las ventajas de la UHPH incluyen
la reducción del tamaño de partícula, incremento de la vida útil mediante de la
inactivación de microorganismos y mejoras en la funcionalidad debido al aumento de la
capacidad y estabilidad de la emulsión, con efectos mínimos sobre el valor nutricional y
las características sensoriales. Los modelos Emulsiflex, desarrollados por la compañía
Avestin (Canadá), fueron semejantes a un homogeneizador convencional, pero con un
diseño novedoso de las válvulas que permitió alcanzar presiones de 220 MPa.
Entre los mecanismos de ruptura celular propuestos se encuentran: la repentina caída de presión,
fuerzas de corte y de torsión, turbulencia y, más probablemente, la cavitación. En general, son varios
los factores que determinan el nivel de inactivación microbiana en el producto, entre los que
destacan: la temperatura de entrada del producto, la presión de homogenización.

Este método se utiliza primordialmente en leche.

3.2 campos eléctricos pulsados: La tecnología basada en el campo eléctrico pulsado


(PEF, en sus siglas inglesas) es también un tratamiento en el que no se produce un
calentamiento de los alimentos y busca inactivar grandes cantidades de microorganismos.
Esto implica una reducción de la actividad biológica en el producto con el consiguiente
incremento en la vida comercial del producto. El PEF se basa en colocar el producto entre un
set de electrodos que envuelven una cámara de tratamiento. Cuando se introduce el
alimento en esa cámara, se le suministran pulsos eléctricos de elevado voltaje, lo que
produce una rotura en la pared y la membrana de las células microbianas. No obstante, sólo
se pueden tratar en la actualidad alimentos líquidos. Este sistema no se encuentra con
facilidad en la industria, debido quizás a lo relativamente reciente de su aplicabilidad. Por el
momento aún está en fase experimental.
3.5 ondas eléctricas : Este método es muy utilizado en el secado de pulpa de papel, textiles,
acoplamientos de polímeros y extracción de aceites, pero la mayor utilización de las microondas es
en la industria alimenticia donde son utilizadas para cocinar, descongelar, secar, pasteurizar y
esterilizar los alimentos. A nivel comercial dos frecuencias de radiación por microondas se han usado
ampliamente: 915 MHz y 2450 MHz para sistemas caseros y hornos industriales respectivamente.

• Riesgo de transformaciones fisicoquímicas por sobrecalentamiento del producto y


pérdida de calidad. • Perdida considerable de eficiencia por disipación de energía. En
procesos térmicos convencionales el gradiente térmico es inverso, es decir la
transferencia de calor y de materia se producen en sentidos opuestos. Así el agua que
se difunde hacia el exterior presenta una resistencia al paso de calor hacia el interior
dificultando con esto un rápido calentamiento.

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