Está en la página 1de 42

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Ponencia del Magistrado ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ.


 
En el juicio por cobro de bolívares seguido ante el Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil  y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Táchira, por la sociedad
mercantil INTERNACIONAL PRESS, C.A., representada judicialmente
por los abogados María Carolina Zambrano Hurtado, Elsy Morales Serrano,
Luis Orlando Ramírez Carrero, Oscar Rolando Velazco Ch., Gervis A.
Torrealba y Oswaldo Confortti Di Giacomo, contra la sociedad
mercantil EDITORIAL NUEVAS IDEAS, C.A., representada judicialmente
por los abogados Irán Medina Uribe y Pablo José Moros Servitá; el Juzgado
Superior Tercero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo, de
Estabilidad Laboral y de Menores de la misma Circunscripción Judicial,
conociendo en apelación, dictó sentencia el 31 de octubre de 2001, mediante
la cual declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto por la actora
contra la sentencia del a quo, de fecha 4 de mayo de 2001, y, sin lugar la
demanda.
 
El abogado Luis Orlando Ramírez Carrero, apoderado judicial de la
parte actora, anunció recurso de casación contra la decisión de alzada el cual
fue admitido y oportunamente formalizado. No hubo impugnación.
 
Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las demás
formalidades legales, pasa esta Sala a dictar sentencia bajo la ponencia del
Magistrado que con tal carácter suscribe el fallo, en los términos que siguen:
 
PUNTO PREVIO
 
Los abogados Oswaldo Confortti Di Giacomo y Gervis A.
Torrealba, actuando como co-apoderados de la parte actora, en el escrito de
formalización del recurso de casación anunciado contra la sentencia
definitiva de segunda instancia dictada el 31 de octubre de 2001, en el
Capítulo I, también formalizan el recurso que anunciaran contra la sentencia
interlocutoria dictada en la alzada el 25 de octubre de 2000, que cursa en el
cuaderno de medidas a los folios 103 al 108. Sobre el particular la Sala
observa lo siguiente:
 
  De la revisión de las actas que conforman el expediente
contentivo del cuaderno de medidas sustanciado en el presente juicio, se
pudo constatar que el 11 de julio de 2000, el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Estado Táchira ordenó el levantamiento de la medida preventiva de
embargo sobre bienes muebles propiedad de la demandada, que fue
decretada el 18 de mayo de 1999 y practicada los días 20 y 21 de mayo del
mismo año, decisión esta que fue apelada por la parte actora.
 
El juzgado superior que conoció de la apelación dictó sentencia el
25 de octubre de 2000, mediante la cual ordenó la reposición de la causa al
estado de que se iniciara el término fijado para su reanudación, de diez (10)
días de despacho, el cual comenzaría a correr a partir de la fecha de recibo
del expediente (cuaderno de medidas), en el tribunal de la causa; y, declaró
la nulidad de todas las actuaciones posteriores al auto de avocamiento,
incluida la sentencia apelada.
Contra esa decisión de alzada, la parte actora anunció recurso de
casación cuya admisión fue negada por auto de fecha 13 de noviembre de
2001. El día 21 del mismo mes y año, el Juzgado Superior Tercero en lo
Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo, de Estabilidad Laboral y de
Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, dictó un auto en
el que ordena la devolución del expediente contentivo del cuaderno de
medidas al tribunal de la causa, por encontrarse vencido el lapso procesal
para interponer el recurso extraordinario contra el referido auto denegatorio.
 
De lo antes expuesto se infiere que la decisión de fecha 25 de
octubre de 2000, dictada por la alzada, que cursa en el cuaderno de medidas
(folios 103 al 108), quedó firme por no haberse agotado oportunamente
contra ella todos los recursos ordinarios, razón por la que dicha decisión no
puede estar comprendida en el recurso de casación propuesto contra la
sentencia definitiva de alzada que cursa en el cuaderno principal del juicio
(folios 195 al 213), todo de conformidad con lo establecido en el penúltimo
aparte del artículo 312 del Código de Procedimiento Civil.
 
En consecuencia, la Sala sólo analizará el recurso de casación
anunciado contra la sentencia dictada en segunda instancia, de fecha 31 de
octubre de 2001, oportunamente formalizado.
 
DEFECTO DE ACTIVIDAD
I
 
 
Con apoyo en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los
artículos 12, 243 ordinal 5º y 244 eiusdem, con los siguientes argumentos:
 
“...Es forzoso concluir de las transcripciones que preceden
(contestación de la demanda y recurrida), que el sentenciador de
Alzada (sic) ha incurrido en el vicio denominado de
incongruencia positiva, pues, es evidente que el juzgador altera
el problema judicial sometido a su consideración, cuando suple
defensas no alegadas por la parte demandada, como son la
caducidad de la acción cambiaria y la existencia de una causa
extraña no imputable que excusó a la accionada de su
responsabilidad de proveer fondos para pagar el cheque
demandado, de las que no existe mención alguna en la
contestación de la demanda...”.
 
 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
En su denuncia el formalizante plantea que la recurrida adolece del
vicio de incongruencia positiva o ultrapetita al haber suplido defensas no
alegadas por la empresa demandada en su escrito de contestación a la
demanda.
 
Dada la naturaleza de la denuncia la Sala procedió a revisar las
actas procesales que conforman el expediente, específicamente los escritos
contentivos del libelo de la demanda y su contestación, pudiendo constatar
lo siguiente:
 
La parte actora en su libelo de demanda alegó que la empresa
demandada era titular de la cuenta corriente Nº 057-100322-7 del Banco
Industrial de Venezuela, agencia Las Delicias; que ésta libró a su nombre el
cheque Nº 64966620, por la cantidad de Bs. 40.000.000,oo, en fecha 2 de
diciembre de 1998; que dicho cheque fue presentado al banco librado para
su pago, resultando infructuosa su cancelación; que por tal motivo se vio
obligada a demandar el cobro judicial; y que la negativa de pago se hizo
constar por documento auténtico contentivo del protesto, por falta de pago
del mencionado título valor.
 
Demandó la cantidad de Bs. 40.000.000,oo por concepto de capital
del cheque no pagado; Bs. 833.333,30 por concepto de intereses de mora
calculados al 5% anual, lo que asciende a un total de Bs. 40.833.333,30,
sobre dicho monto solicitó la indexación, la cual debería ser calculada por el
tribunal mediante experticia complementaria, y fundamentó su demanda en
los artículos 489, 490 y 491 del Código de Comercio; 1.159, 1.160, 1.167,
1.185, 1.271, 1.272, 1.273 del Código Civil; y 31 del Código de
Procedimiento Civil.
 
Por su parte, la empresa demandada en su escrito de contestación a
la demanda alegó lo siguiente: 1º) que con ocasión de los servicios
solicitados por el Consejo Nacional Electoral, referidos a impresión de
boletas especiales para las elecciones de diciembre de 1998, dada la
emergencia y la magnitud del trabajo encomendado, hizo con la empresa
demandante un acuerdo temporal, y no definitivo, en cuanto al precio; 2º)
que ambas empresas establecieron acuerdos básicos del servicio (Bs.
250.000,oo, por cada cambio correspondiente a cada Circunscripción
Electoral), el cual fue modificado unilateralmente por la demandante, en
plena ejecución del contrato, a la suma de Bs. 700.000,oo por los mismos
conceptos; y, 3º) que en noviembre de 1998, la demandante les entregó una
factura por un monto de Bs. 55.920.000,oo, incluidos los impuestos, por la
impresión de las mencionadas boletas, pretendiendo que se le pagara aun
cuando el precio convenido era mucho menor y por ello se les encomendó el
trabajo.
 
Continúa la parte demandada exponiendo que cuando entregó el
cheque a la demandante, ambas conocían que esa no era la cantidad
definitiva sino una suma inferior; que en diciembre de 1998, la parte actora
le dirigió una misiva al administrador del Consejo Nacional Electoral
solicitando emitiera una orden de compra y autorizara el pago del material
suministrado, refiriéndose al mismo trabajo, pretendiendo efectuar un doble
cobro por los mismos conceptos, pues también aspiraba recibir el pago por
parte de ella; que, en consecuencia, efectuó la suspensión del pago del
cheque objeto de la demanda; y, que la empresa demandante no cumplió con
la obligación legal de presentar el cheque al cobro dentro del plazo de ocho
días, establecido en el artículo 492 del Código de Comercio, por lo que la
presente demanda debe ser declarada sin lugar al no cumplir con los
requisitos de ley.
 
Ahora bien, en la recurrida se expresa lo siguiente:
“...Los artículos 492 y 493 del Código de Comercio, establecen:
 
“...ARTÍCULO 492: El poseedor del cheque debe presentarlo
al librado en los ocho días siguientes al de la fecha de la
emisión , si el cheque es pagadero en el mismo lugar en que
fue girado; y en los quince días siguientes, si es pagadero en
un lugar distinto. El día de la emisión del cheque no está
comprendido en estos términos.
 
La presentación del cheque a término se hará constar  en el
visto del librado y en defecto de dicho visto en la forma
prevista en la sección VII; Título IX...” (subrayado de este
Tribunal).
 
ARTÍCULO 493: El poseedor de un cheque que no lo
presente en los términos establecidos  en el artículo anterior y
no exige el pago a su vencimiento, pierde su acción contra los
endosantes. Pierde asimismo su acción contra el librador si
después de transcurridos los términos antedichos, la cantidad
del giro ha dejado de ser disponible por hecho del librado ...”
(subrayado de este Tribunal).
 
El contenido de las normas transcritas no admite dudas en
cuanto a su interpretación. Se debe distinguir claramente entre
la caducidad de la acción ejercida contra los endosantes y la
ejercida contra el librador. Cuando la acción se ejerce contra los
endosantes, el cheque debe ser presentado al pago en el termino
(sic) establecido en la norma e, igualmente debe ser presentado,
dentro del lapso previsto en el artículo 452 del Código de
Comercio: bien en el día en que el cheque se ha de pagar o
dentro de los dos días hábiles siguientes.
 
Ahora bien, cuando la acción es ejercida contra el librador, es
decir, contra el girador, debe aunarse a lo anterior la falta de
disponibilidad de fondos por causa no imputable al librador...
 
...omissis...
 
CUARTO: CADUCIDAD DE LA ACCIÓN: Se dejo
(sic)establecido y debe insistirse en ello, que la diferencia entre
la acción dirigida contra el endosante y la dirigida contra el
librador radica, fundamentalmente en las condiciones de
caducidad y que la que nos ocupa, dirigida contra el librador,
solo (sic) caduca si por razones ajenas al librador no hay
previsión de fondos en la oportunidad del cobro.
 
...omissis...
 
Alegó el demandado que ante la pretensión de la demandante de
realizar un cobro doble, ordenó la suspensión del pago del
cheque. Este aspecto quedo (sic) demostrado mediante la
valoración de las instrumentales aportadas a los autos. Este
alegato demostrado del cobro doble, en ningún momento fue
desconocido o negado por la parte demandante, nunca fue
desvirtuado, por lo que debe tenerse tal silencio como una
aceptación de lo argumentado por la demandada y demostrado
en la forma indicada. En razón de una justicia transparente e
idónea, esta juzgadora debe tener como causa no imputable a la
demandada la suspensión del pago ante la evidencia del cobro
doble, por un servicio prestado. Así las cosas debe concluirse
con base a (sic) lo alegado y a lo probado, que la falta de
disposición de fondos esta (sic) estrechamente vinculada con la
falta de presentación oportuna al pago y con la demostrada
intención de cobrar doble, por tanto no es imputable a la
demandada, quedando en consecuencia, establecida la
caducidad de la acción cambiaria, de conformidad con lo
previsto en los artículos 492 y 493 del Código de Comercio...”.
 
 
El vicio de incongruencia ha sido definido en innumerables fallos
por este Supremo Tribunal, como una infracción al requisito que debe
cumplir toda sentencia, de pronunciarse sobre el problema jurídico de la
demanda y de la contestación, es decir, sobre los términos en que quedó
trabada la litis, por lo que el juez sólo puede resolver las cuestiones que las
partes hayan presentado en los citados actos, aplicando el derecho a los
hechos alegados y probados.
 
En sentencia Nª 03 de fecha 26 de enero de 2001, juicio Donato
De Angelis F. contra Presamir, C.A., esta Sala ratificó su decisión de fecha
26 de marzo de 1998, juicio de Amador Golding y otros contra Carmen
Cabrera, viuda de Bendayán y otros, en la que se expresa lo que sigue:
 
“...El vicio de incongruencia se verifica cuando el juez omite
pronunciarse sobre un alegato de las partes (incongruencia
negativa), o bien cuando extiende su pronunciamiento a alegatos
no formulados en el proceso (incongruencia positiva).
 
Con la demanda, la parte actora agota su oportunidad legal de
alegar sobre la pretensión deducida en el proceso.
Correlativamente, la parte demandada agota la suya al efectuar
la contestación. Con tales actuaciones, se traba la litis y se
cierra a las partes la posibilidad de traer nuevos alegatos
relativos a la pretensión deducida en el juicio.
 
No obstante en el escrito de informes es admisible la alegación
de hechos determinantes y concerniente a la suerte del proceso,
como lo es la confesión ficta, la reposición de la causa, u otros
similares...”.
 
Con base en los motivos expuestos y en la jurisprudencia que
antecede, la Sala advierte, y así se evidencia de la transcripción de la
recurrida, que la juez para decidir no se apartó del problema debatido entre
las partes, pues resolvió sólo los hechos alegados y probados por las partes,
analizando y pronunciándose sobre todas y cada una de las alegaciones
esgrimidas por ellas, sin extenderse más allá de los límites del problema
judicial que le fue sometido, como indebidamente lo denuncia el
formalizante al sostener que suplió defensas no opuestas por la demandada y
“la existencia de una causa extraña no imputable que excusó a la accionada
de su responsabilidad de proveer fondos para pagar el cheque demandado”.
 
En cuanto a este último punto, la Sala observa que lo que
cuestiona el formalizante es el juicio emitido por la juzgadora superior al
decidir que en el presente caso se había verificado la caducidad de la acción
cambiaria, con base en que la falta de disposición de fondos para cubrir el
monto del cheque estaba vinculada con la falta de presentación oportuna
para su pago y con la demostrada intención de la  actora de cobrar doble el
mismo trabajo, causas que consideró  como no imputables a la demandada, y
eso no es delatable como error de actividad sino como error de juicio, en un
recurso de casación por infracción de ley. Así se declara.    
 
En consecuencia, la Sala desecha por improcedente la infracción
de los artículos 12 y 243 ordinal 5º del Código de Procedimiento Civil, por
lo que la recurrida no es susceptible de la sanción de nulidad prevista en el
artículo 244 eiusdem. Así se decide.
 
II
 
Con apoyo en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los
artículos 12 y 243 ordinal 5º, con los siguientes argumentos:
 
“...la juez no comprendió los términos en que quedaba trabada
la controversia, pues la representada alegó que el cheque
demandado había sido presentado “al Banco librado para su
pago, resultando infructuosa su cancelación” y que ello la
obligaba a “demandar el cobro judicial” del instrumento
cambiario, siendo que la negativa de pago se había hecho
“constar por documento auténtico”, y en relación con ello la
demandada admitió la falta de pago del cheque en cuestión y se
excepcionó alegando un diligenciamiento ante el Banco (sic)
“para solicitar la suspensión de pago del cheque” y el
establecimiento de “acuerdos básicos” de un “servicio, todo lo
cual se hizo de manera verbal, mediante diversas llamadas
telefónicas” relacionadas con el nexo causal que posiblemente
existió entre los contendores, lo que trasladó la carga de la
prueba a la demandada. A pesar de ello el sentenciador de
alzada estableció la existencia de “una relación contractual
que debía ser previamente definida ”, y de “una obligación
preexistente que debe ser exigida mediante otra vía procesal,
que es la expedita ”, lo que estaba fuera de la litis, no sólo
porque las partes no discutieron el asunto de acudir a un proceso
distinto para debatir la relación causal del cheque, sino que las
reglas de la lógica elemental indican que la alegación de la
probable relación subyacente por una de las partes en un
proceso por cobro de un instrumento cambiario, no comporta
renuncia ni prohibición de dilucidar esos asuntos en el mismo
proceso donde se pelea la pretensión de cobro, al contrario, la
sola idea de que ello fuere así repugna a la justicia porque atenta
contra elementales garantías y derechos de orden constitucional
de los sujetos de derecho. De tal manera, la juez de alzada
tergiversó la litis y dictó un pronunciamiento ajeno a lo
discutido por las partes...”.
 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
En esta denuncia el formalizante sostiene que la recurrida está
viciada de incongruencia debido a que la juzgadora superior tergiversó la
litis y se apartó de lo alegado y probado en autos, por lo que dictó un
pronunciamiento divorciado de los hechos controvertidos; pero fundamenta
su denuncia en que la juez, aun cuando en el proceso se invirtió la carga de
la prueba, estableció que existía entre las partes una relación contractual y
una obligación preexistente que debe ser exigida a través de otra vía
procesal que es la expedita.
 
De lo antes expuesto se infiere que lo que pretende el formalizante
que se revise a través de una denuncia por defecto de actividad, relativa al
vicio de incongruencia en la recurrida, es el establecimiento de los hechos
que efectuó la sentenciadora a partir de los elementos probatorios aportados
por las partes del juicio durante la sustanciación del mismo, y eso no es
posible analizarlo sino mediante un recurso de casación por infracción de
ley, en el que se delate la infracción de normas jurídicas expresas que
regulen el establecimiento y apreciación de los hechos y/o de las pruebas.
 
En tal sentido, el formalizante está obligado a apoyar su denuncia
en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 320 eiusdem; precisar cuál es la norma jurídica
que regula el establecimiento o apreciación de los hechos o de las pruebas
que resultó infringida; denunciar alguno de los casos contemplados en el
ordinal 2º del artículo 313 ibídem, es decir, por falta de aplicación, falsa
aplicación o errónea interpretación; explicar cómo, cuándo y en qué sentido
se produjo la infracción, la cual debe ser determinante en el dispositivo del
fallo; y, señalar las normas jurídicas que el juez de alzada debió aplicar y no
aplicó para resolver la controversia. 
En consecuencia, el modo en que se planteó la presente denuncia
impide a la Sala pronunciarse sobre la misma pues, como ya se indicó, no se
trata del vicio de incongruencia en la recurrida sino de una denuncia de
infracción de ley. Así se declara.
 
III
 
Con base en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los
artículos 12, 243 ordinal 5º y 244 eiusdem, con los siguientes argumentos:
“...Asimismo, la doctrina de la Sala ha indicado en diversas
oportunidades que hay incongruencia positiva cuando el juez
extiende su decisión, más allá de los límites del problema
judicial que fue sometido a su consideración...
 
...omissis...
 
Por su parte, en la recurrida, concretamente al folio 212, se
estableció que:
 
“...En el presente caso no hay duda que el cheque fue emitido
como un medio que vinculaba a las partes en una relación
contractual que debía ser previamente definida , en cuanto
al alcance de las obligaciones que correspondían a cada una
de ellas. Resultaría entonces totalmente contrario a los
principios constitucionales que obligan al juzgador a la
aplicación de una justicia clara, transparente, con apego a la
verdad y sin formalismos, hacer recaer sobre la demandada
una carga adicional por intereses y gastos, cuando es
evidente la existencia de una obligación preexistente que
debe ser exigida mediante otra vía procesal ...” (Las
subrayas y negrillas son nuestras).
 
De las transcripciones que preceden se evidencia, que la
sentencia de alzada ha incurrido en el vicio de incongruencia
positiva por cuanto resulta protuberante que la a-quem (sic)
alteró el problema judicial sometido a su juicio, puesto que
suplió defensas no alegadas por la demandada, como son la
existencia de “una relación contractual que debía ser
previamente definida  (que resulta ser una prejudicialidad) y de
“una obligación preexistente que debe ser exigida mediante
otra vía procesal que es la expedita .” (lo que resulta ser una
acumulación prohibida de pretensiones) de las que no existe
mención alguna en la contestación de la demanda...”.
 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
 
De nuevo el formalizante yerra al sustentar una denuncia por
defecto de actividad relativa al vicio de incongruencia positiva o ultrapetita,
en el establecimiento de los hechos efectuado por la juez de alzada con base
en las pruebas aportadas por las partes durante el proceso, y eso, como ya se
explicó en la segunda denuncia analizada, debe ser denunciado bajo un
recurso de casación por infracción de normas jurídicas expresas que regulen
el establecimiento y apreciación de los hechos y/o de las pruebas.
 
En consecuencia, la manera en que fue formulada esta denuncia
obstaculiza el pronunciamiento de la Sala, pues,  como ya se indicó, no se
trata del vicio de incongruencia en la recurrida sino de una denuncia de
infracción de ley. Así se declara.
 
IV
 
 
Con base en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los
artículos 12, 243 ordinal 5º y 244 eiusdem, por cuanto incurrió en
absolución de la instancia, con los siguientes argumentos:
 
“...De las precedentes transcripciones fácilmente se advierte que
la recurrida dio por quita a la demandada, sin condenarla ni
absolverla, dejando abierta la posibilidad de que la acción pueda
proponerse nuevamente. En otras palabras, las partes quedaron
en la misma situación en que estaban al comenzar el presente
juicio, puesto que no se absolvió y menos se condenó a la
demandada a pagar la suma de bolívares constitutivos de la
pretensión de la representada, sino que dicho reclamo se difirió
o remitió para un proceso posterior, donde los contendores
podrán proponer nuevamente la acción por cobro a la que ahora
no se le da paso por causa de las aludidas rara prejudicialidad y
de la no menos rara acumulación prohibida de pretensiones, que
condujo a la declaratoria sin lugar de la demanda porque no
existía “suficiente claridad ni evidencia sobre la procedencia
de la acción cambiaria ”. En rigor, se dejó el asunto pendiente
por falta de pruebas...”.
 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
En esta ocasión el formalizante denuncia el vicio de absolución de
la instancia en la recurrida por haber dejado el asunto controvertido
pendiente por falta de pruebas.
 
Sobre la absolución de la instancia, en “La Casación Civil” de los
autores Alirio Abreu Burelli y Luis A. Mejía Arnal, se expresa lo siguiente:
“...en el pasado los jueces examinaban las pruebas para
determinar la procedencia o improcedencia de la demanda y si
no encontraban evidencias que permitieran condenar o absolver
al demandado, podían dar por terminado el proceso, absolviendo
la instancia, es decir, permitiendo entablarlo de nuevo al
aparecer nuevas pruebas. Tal posibilidad fue sustituido en el
proceso moderno por las reglas de la carga de la prueba que
permiten resolver la controversia condenando o absolviendo de
acuerdo con la distribución de esa carga, sin poder absolver la
instancia...”.
 
 
En el caso concreto, la sentenciadora de alzada estableció: que con
los documentos privados promovidos por la demandada quedaron probados
tanto los acuerdos verbales sobre la ejecución del trabajo de impresión de las
boletas electorales como la pretensión de la actora de cobrar dos veces el
mismo trabajo; que, la demandante no demostró en el juicio que el cheque
fue presentado al pago dentro del lapso establecido en el artículo 492 del
Código de  Comercio, ni que fue protestado dentro del lapso establecido en
el artículo 451 eiusdem; y, que tampoco quedó demostrado en autos que para
la fecha de pago del cheque no habían fondos suficientes en la cuenta
bancaria de la demandada, emisora del instrumento cambiario, concluyendo
en que no habiendo suficiente claridad ni evidencias sobre la procedencia de
la acción cambiaria, la demanda debía ser declarada sin lugar.
 
Cabe advertir que de tal pronunciamiento de la alzada, lejos de
absolver la instancia como desacertadamente lo delata el formalizante, lo
que se desprende es que la recurrida analizó los medios de prueba
promovidos oportunamente por ambas partes y con base en los hechos
alegados y probados por las mismas durante el proceso declaró sin lugar la
apelación interpuesta por la actora contra el fallo definitivo del a quo, y sin
lugar la acción cambiaria intentada.
 
Asimismo, cabe insistir en que la recurrida no absolvió la
instancia, pues existe un pronunciamiento expreso, positivo y preciso con
arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, con
fundamento en los medios probatorios traídos a los autos por las partes del
juicio, y que por no haber demostrado la parte demandante sus propios
alegatos, la acción intentada fue declarada sin lugar.
 
 
En consecuencia,  la Sala desecha por improcedente la denuncia de
infracción de los artículos 12, 243 ordinal 5º y 244 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide.
 
 
 
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY
 
ÚNICA
 
 
Bajo el amparo del ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción del artículo
493 del Código de Comercio, por errónea interpretación, con los siguientes
argumentos:
 
“...En el penúltimo párrafo del folio 203, la recurrida dice así:
 
“...Ahora bien, cuando la acción es ejercida contra el librador,
es decir, contra el girador, debe aunarse a lo anterior la falta
de disponibilidad de fondos por causa no imputable al
librador...”.
 
Luego al folio 209 estableció:
 
“...Quedó plenamente demostrado que entre las partes existe
una relación contractual, para la realización de un trabajo,
respecto a cuyo valor no hay acuerdo, resultando el cheque un
instrumento vinculado a esa relación contractual, dentro de la
cual surgió el cheque cuyo pago se demanda. Quedo (sic)
igualmente demostrado que el cheque no fue presentado a
pago, ni protestado en tiempo hábil. Ahora bien, el asunto
fundamental esta  (sic) en la determinación de la razón por
la cual no había fondos en la cuenta , cuando se presentó al
cobro, toda vez que no se demostró que a la fecha hábil para
ser cobrado, el librador no tuviera fondos en la cuenta...” (Las
subrayas son nuestras).
 
CUARTO: CADUCIDAD DE LA ACCION (sic): Se dejo
(sic) establecido y debe insistirse en ello, que la diferencia
entre la acción dirigida contra el endosante y la dirigida
contra el librador radica, fundamentalmente en las
condiciones de caducidad y la que nos ocupa, dirigida contra
el librador, solo (sic) caduca si por razones ajenas al librador
no hay previsión de fondos en la oportunidad del cobro...”.
 
Por último, al folio 210, la recurrida asentó:
 
“...Hay o no responsabilidad de la demandante al haber
pretendido cobrar dos veces el mismo trabajo, en la
revocatoria del cheque mediante la orden de suspensión del
pago que dice el demandado haber emitido? Se convertía así
en un cobro ilegal de una deuda, ante ello el demandado tenía
pleno derecho de revocar el pago del cheque, como lo tendría
si se tratare de una deuda de juego, es decir de un pago ilegal.
 
Alegó el demandado que ante la pretensión de la demandante
de realizar un cobro doble, ordenó la suspensión del pago del
cheque. Este aspecto quedó demostrado mediante la
valoración de las instrumentales aportadas a los autos. Este
alegato demostrado del cobro doble, en ningún momento fue
desconocido o negado por la parte demandante, nunca fue
desvirtuado por lo que debe tenerse tal silencio como una
aceptación de lo argumentado por la demandada y
demostrado en la forma indicada. En razón de una justicia
transparente e idónea, esta juzgadora debe tener como causa
no imputable a la demandada la suspensión del pago ante la
evidencia del cobro doble, por un servicio prestado. Así las
cosas debe concluirse con base a (sic) lo alegado y lo
probado, que la falta de disposición de fondos esta (sic)
estrechamente vinculada con la falta de presentación oportuna
al pago y con la demostrada intención de cobrar doble, por
tanto no es imputable a la demandada, quedando en
consecuencia establecida la caducidad de la acción cambiaria,
de conformidad con lo previsto en los artículos 492 y 493  del
Código de Comercio y ASI SE DECIDE...”
 
De la parte de la decisión que arriba se transcribió se observa
nítidamente que la alzada interpretó el artículo 493 del Código
de Comercio entendiendo que el poseedor del cheque pierde su
acción de regreso contra el librador si los fondos dejan de ser
disponibles por hecho del mismo librador (demandado),
extendiendo consecuencialmente el supuesto de hecho del
mencionado artículo a otro diferente, es decir, a un hecho
imputable a persona distinta al librado (Banco).
Dicha interpretación no es acorde con el texto de la mencionada
disposición legal, que establece lo siguiente:
 
“Artículo 493.- El poseedor de un cheque que no lo presenta
en los términos establecidos en el artículo anterior y no exige
el pago a su vencimiento, pierde su acción contra los
endosantes. Pierde asimismo su acción contra el librador si
después de transcurridos los términos antedichos, la cantidad
del giro ha dejado de ser disponible por hecho del librado ”.
(Las subrayas y las negrillas son nuestras).
 
Como podemos observar, la recurrida al interpretar el transcrito
artículo 493 del Código de Comercio, lo desnaturaliza, pese a
que su texto es claro y preciso.
 
Ciertamente, la norma en cuestión establece con claridad y
precisión la situación fáctica a la que ha de aplicarse la
consecuencia jurídica de ella. Esto es, la situación de hecho
contemplada en la norma citada se refiere a cuando la cantidad
del giro deja de ser disponible sólo por el hecho del librado
(Banco), y es a dicho supuesto fáctico al que va dirigida la
mentada pérdida de la acción de regreso que como consecuencia
jurídica manda el referido artículo 493.
 
De lo anterior se evidencia que la correcta interpretación del
artículo 493 del Código de Comercio es que la caducidad de la
acción cambiaria contra el librador no se aplica a la situación de
hecho que se verifica cuando la cantidad del giro deja de ser
disponible por hecho de persona distinta al librado, pues la
sanción jurídica de la citada norma va dirigida sólo al caso de
que la cantidad del giro deje de ser disponible por hecho
atribuido exclusivamente al Banco (librado).
 
Por tanto, siendo la situación de hecho verificada en este
procedimiento el ejercicio de la acción de regreso interpuesta
contra el girador, es obvio entonces que no podía la recurrida
aplicarle, sin incurrir en un error de interpretación de la norma
citada, la consecuencia jurídica que ella contiene, porque ello
significa la extensión del supuesto de hecho de la norma a uno
no previsto en ella, pues, el hecho imputable al mismo girador
(o incluso –como pretende hacerlo valer la recurrida-, imputable
al poseedor del cheque como causa de pérdida de la acción de
regreso, es un asunto que la ley no contempla para nada.
 
Así lo resolvió la Sala de Casación Civil en sentencia de fecha
21/6/60 (G.F.Nº 28, 2E, P.294), cuando expresó:
 
“...Si el tenedor del cheque ha dejado transcurrir el término
legal, sin presentarlo al librado, para exigir su pago, dando
lugar a que el librado quiebre o suspenda los pagos, la culpa
de la indisponibilidad de los fondos es imputable sólo a
retardo del tenedor; por eso, en este caso, la ley castiga su
negligencia con pérdida de la acción de regreso, no sólo
contra los endosantes, sino también contra el librador.
 
En cambio, si el librador, al emitir el cheque no tenía fondos
disponibles en poder del librado, o si la cantidad del giro ha
dejado de ser disponible por hecho del librador, el tenedor del
cheque, no obstante no haberlo presentado a su debido
tiempo, puede ejercitar su acción de regreso contra el
librador.
 
Es, pues, indispensable para que el librador pueda oponer la
caducidad del cheque que aquél haya tenido fondos
disponibles en poder del librado al emitir el título, y que esos
fondos hayan dejado de ser disponibles, después de vencido
el término de presentación, por hecho del librado...”.
 
Por ende, solicito respetuosamente que esta denuncia sea
declarada con lugar, se case la recurrida, y se mande a dictar
nueva sentencia en la que no se desvirtúe la naturaleza o esencia
del hecho del librado como causa de pérdida de la acción de
regreso...”.
 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
El formalizante denuncia que en la recurrida se infringió el
artículo 493 del Código de Comercio, por errónea interpretación, pues la
juzgadora consideró que el poseedor del cheque pierde su acción de regreso
contra el librador si los fondos dejan de ser disponibles por hecho del mismo
librador-demandado, extendiendo el supuesto de hecho contenido en la
norma a otra persona distinta al librado o pagador.
 
El artículo 493 del Código de Comercio, expresa lo siguiente:
“...El poseedor de un cheque que no lo presenta en los términos
establecidos en el artículo anterior y no exige el pago a su
vencimiento, pierde su acción contra los endosantes. Pierde
asimismo su acción contra el librador si después de
transcurridos los términos antedichos, la cantidad del giro ha
dejado de ser disponible por hecho del librado...”.
 
 
Sobre la pérdida de la acción de regreso contra el librador, en
sentencia de vieja data, 21 de junio de 1960, la Corte de Casación en Sala
Civil, Mercantil y del Trabajo, en el juicio de Jesús Landaeta contra Ramón
Ocando hijo y otro, expresó lo que de seguida se transcribe:
“...Si el tenedor del cheque ha dejado de transcurrir el término
legal, sin presentarlo al librado, para exigir su pago, dando lugar
a que el librado quiebre o suspenda los pagos, la culpa de la
indisponibilidad de los fondos es imputable sólo a retardo del
tenedor; por eso, en este caso, la Ley castiga su negligencia con
pérdida de la acción de regreso, no sólo contra los endosantes,
sino también contra el librador.
 
En cambio, si el librador, al emitir un cheque no tenía
fondos disponibles en poder del librado, o si la cantidad del
giro ha dejado de ser disponible por hecho del librador, el
tenedor del cheque, no obstante no haberlo presentado a su
debido tiempo , puede ejercitar su acción de regreso contra el
librador (Negrillas y subrayado de la Sala).
 
Es pues, indispensable para que el librador pueda oponer la
caducidad del cheque que aquel haya tenido fondos disponibles
en poder del librado al emitir el título, y que esos fondos hayan
dejado de ser disponibles, después de vencido el término de
presentación, por hecho del librado.
 
...omissis...
 
Es lo cierto que intentada la acción de regreso contra los
endosantes, estos pueden oponer la caducidad si el actor no
produce el protesto por falta de pago, destinado a probar la
oportuna presentación del cheque. Pero no pasa lo mismo si la
acción de regreso es ejercida contra el librador, pues como
queda expuesto, el librador únicamente puede oponer la
caducidad de la acción de regreso, en caso de que la cantidad
del giro haya dejado de ser disponible, por hecho del girado,
después de transcurridos los términos de presentación...”.
 
 
En el caso que se analiza, la Sala observa que en la recurrida se
estableció lo siguiente: que el cheque cuyo pago se pretende, fue presentado
y protestado fuera de los lapsos previstos en los artículos 492 y 451 del
Código de Comercio; que no se demostró si había o no fondos para la fecha
de emisión del cheque (2 de diciembre de 1998); que la parte demandada
había suspendido el pago del cheque ante la pretensión de la demandante de
cobrar doble el mismo trabajo; que la demandada había emitido el cheque
cuando se le presentó al cobro la factura; que quedó demostrado que entre
las partes existía una relación contractual, para la realización de un trabajo;
que el cheque es un instrumento vinculado a esa relación laboral contractual;
que ante la pretensión del demandante de cobrar dos veces el mismo trabajo,
la demandada tenía pleno derecho de revocar el pago del cheque, como lo
tendría si se tratare de una deuda de juego, es decir de un pago ilegal; que
debe tenerse como causa no imputable a la demandada la suspensión de pago
del cheque, ante la evidencia del cobro doble por un servicio prestado; y,
concluye en que existe una estrecha vinculación entre la falta de disposición
de fondos, la falta de presentación oportuna al pago, y la demostrada
intención de cobrar doble, por lo que consideró que  quedaba establecida la
caducidad de la acción cambiaria, de conformidad con los artículos 492 y
493 del Código de Comercio.
 
De lo anterior se colige que la sentenciadora de alzada  consideró
que se había producido la caducidad de la acción cambiaria intentada contra
el librador, por no haberse presentado al cobro ni protestado el cheque
dentro de los lapsos previstos en la ley; y, en adición, vinculó la acción de
regreso con la relación causal que dio origen a la emisión del cheque.
 
Sobre este último aspecto, es importante recalcar que la relación
causal es aquella que emana del negocio fundamental habido entre el
librador y el primer tomador, con motivo del cual se ha emitido el cheque.
Esa relación crea vínculos entre las partes intervinientes, los cuales están
regulados bien por cláusulas contractuales o, en su defecto, por las
disposiciones legales pertinentes, las cuales son extrañas a la relación
cambiaria que surge del propio cheque o título valor, utilizado
fundamentalmente como instrumento de pago.
 
De manera que cuando se ejerce la acción cambiaria el cheque es
el documento fundamental de la acción y en el libelo no hay que indicar el
origen del cheque, toda vez que la acción surge del mismo instrumento; en
cambio, cuando se ejerce la acción causal, en el libelo de la demanda el
actor alegará la relación que tiene con el deudor, surgida con motivo de la
negociación fundamental, y el cheque servirá como medio de prueba para
demostrar que el deudor no pagó o no cumplió con su obligación, pero nunca
como instrumento fundamental de la demanda.
 
Lo anterior sirve para aclarar, que la caducidad de la acción
cambiaria que tiene el poseedor del cheque contra el librador no puede estar
determinada ni vinculada con el negocio subyacente habido entre el primer
tomador y el librador, que dio origen a su emisión, como indebidamente se
hace en la recurrida.
 
En el caso concreto, esa relación causal emana de la factura o
facturas emitidas por la demandante (Internacional Press, C.A.) con ocasión
de la relación contractual existente entre ella y la demandada (Editorial
Nuevas Ideas, C.A.), por la impresión de boletas electorales encomendadas a
esta última empresa por el Concejo Nacional Electoral, que dio origen a la
emisión del cheque cuya acción autónoma de regreso es intentada en este
juicio por la primera tomadora o poseedora del mismo contra la libradora de
dicho título valor; acción ésta, que como antes se dijo, es ajena a la referida
relación causal.
 
Es de hacer notar, que en la recurrida se sostiene que quedó
demostrada la “pretensión” de la actora de cobrar dos veces  por un mismo
trabajo, base sobre la cual considera que la demandada tenía pleno derecho
de revocar el pago del cheque, como lo tendría si se tratare de una deuda de
juego, o sea , de un pago ilegal; pero es el caso, que la actora intentó la
acción de regreso que deriva del propio instrumento de pago, y que no puede
relacionarse con las facturas que prueban, en todo caso, la relación causal.
 
Diferente hubiese sido, si la demandada hubiese suspendido el
pago del cheque por haberse liberado de la obligación subyacente
contractual, mediante el pago de las facturas por un tercero, en este caso, el
Concejo Nacional Electoral; entonces, el pago del cheque sí hubiese
producido un pago ilegal, pues la deuda que le dio origen ya estaba
cancelada. Así se declara.
 
Ahora bien, en cuanto al primer aspecto tomado en cuenta por la
sentenciadora superior para declarar la caducidad de la acción de regreso
intentada por la poseedora del cheque contra la empresa que lo libró, con
base en que dicho título valor no fue presentado al cobro ni protestado
dentro de los lapsos previstos en la ley, considera la Sala  conveniente
efectuar las siguientes consideraciones:
 
Con respecto al lapso para la presentación al cobro del cheque
como título valor, en sentencia de esta Sala dictada en fecha 30 de abril de
1987, juicio de Maximiliano Aguilar contra Duilio Pizzolante B., se sostuvo
lo siguiente:
“...En Venezuela la legislación relativa al cheque fue
introducida en la reforma del Código de Comercio de 1904, que
adoptó las disposiciones del Código de Comercio italiano de
1882, y es el mismo que existe actualmente, con excepción del
artículo 494, que fue incorporado por la reforma de 1955,
relativa a la sanción que se haría acreedor, aquel que emita un
cheque sin provisión de fondos para ser pagado.
 
...omissis...
 
El libramiento de un cheque vendría a ser un acto de disposición
que hace el titular de una cuenta corriente bancaria, mediante el
cual dispone de un derecho. Es una modalidad específica de
pago, entendida no como un modo de extinción de obligaciones
pre-existentes, sino como desembolsos de caja. Y así lo ha
entendido esta Sala, cuando ha dicho que “el cheque presupone
por regla general (salvo que las circunstancias permitan
establecer que se trata de un caso de excepción), que el librador
le está haciendo al beneficiario el pago de una obligación
contraída con ocasión del negocio fundamental que las partes
han previamente celebrado”. (G.F. Nº 96. V.I. Pág. 749.
30/06/77).
 
El cheque como instrumento de pago, sustitutivo del dinero, es
pagadero a la vista, en virtud de que el librador tiene cantidades
de dinero que son exigibles al librado en el mismo momento de
su presentación, carácter que distingue a este instrumento de los
otros títulos de crédito, en especial la letra de cambio. Este
concepto es aceptado por la doctrina que considera el cheque un
medio destinado a hacer pagos inmediatos. Así lo establece la
Ley Uniforme de Ginebra en su artículo 28, según la cual, “el
cheque presentado al pago antes del día del indicado como
fecha de emisión es pagadero el día de la presentación”.
 
Venezuela, sin embargo, se separa de esta concepción, que
mantiene el concepto según el cual, el cheque es pagadero a la
vista o en un término no mayor de seis días (artículo 490).
 
Explica Goldschmidt, que la falta de presentación oportuna del
cheque (artículo 492 del Código de Comercio), produce la
caducidad de los derechos del portador legítimo contra los
endosantes y produce igualmente la pérdida de las acciones
contra el librador, si después de transcurrido el término de
presentación (8 días cuando se trata de un cheque pagadero en el
lugar de la emisión y 15 días si es pagadero en un lugar
distinto), la cantidad indicada en el instrumento ha dejado de ser
disponible por hecho del librado. (artículo 493).
 
El efecto de la caducidad también se hace presente, en cuanto a
los derechos del portador cuando el pago no es exigido en el
lapso de seis meses desde su fecha, siendo aplicables las reglas
del derecho cambiario sobre caducidad de letras de cambio a la
vista, por eso la falta de pago del cheque por el librado debe
hacerse constar por medio del levantamiento del protesto y debe
ser hecho el día en que el cheque se ha de pagar o en uno de los
días laborales siguientes (artículos 491 y 452); evitando de esa
manera la caducidad de las acciones contra el librador, así como
también contra los endosantes (artículo 493), preservando el
ejercicio de las acciones penales contra el librador.
 
Esta Corte ha establecido que “el protesto es la única prueba
idónea para demostrar la falta de pago del cheque” (G.F. Nº 98.
Pág. 53. Año: 1977).
 
En cuanto a la acción que deba ejercerse, la doctrina y la
jurisprudencia están de acuerdo en que se trata de una acción
típicamente regresiva, y así ha dicho que las acciones que
corresponden al tenedor del cheque se dirigen contra el librador
o contra los endosantes y estas acciones son regresivas, pues en
el cheque se dan sólo acciones regresivas, nunca la acción
directa, la cual presupone la aceptación del librado.
 
...omissis...
 
Ahora bien, para el ejercicio de la acción de regreso por parte
del tenedor de un cheque, es indispensable que ésta se encuentre
vigente, ya que contra esta acción se puede alegar la caducidad,
la cual consiste en un “determinado modo de extinguirse las
facultades jurídicas, por falta de ejercicio durante un lapso
determinado”  (Blas Regnault M. El Cheque en la Legislación
Venezolana. Pág. 195).
 
En el derecho mercantil venezolano, la caducidad del cheque
está contemplada en el artículo 493 en concordancia con el
artículo 492 del Código de Comercio. Así la acción contra los
endosantes caduca si el cheque no ha sido presentado y
protestado dentro de los ocho (8) o quince (15) días siguientes
al de la fecha de emisión, según sea presentado en el mismo
lugar o fuera del lugar en que fue girado, caducando la acción
contra el librador si no fue presentado en esos lapsos, y la
cantidad del cheque ha dejado de ser disponible por el hecho del
librado.
 
La opinión generalizada de la doctrina acerca de la caducidad de
la acción contra el librador, el profesor Roberto Goldschmidt
entre otros señala, “que por no reducirse el significado del
artículo 493 a la determinación de los efectos de la no
presentación en los términos brevísimos especiales del artículo
492, quedan por lo demás, aplicables las reglas generales del
derecho cambiario a que remite el artículo 491, sobre la
caducidad de las letras de cambio a la vista, por lo cual el
poseedor quedará desposeído de su acción si no hubiese
presentado el cheque dentro de los seis meses de su fecha”
(Roberto Goldschmidt. Curso de Derecho Mercantil. Pág. 416).
 
...omissis...
 
...En efecto, la acción de regreso contra el librador se
fundamenta en un cheque librado para ser pagado en este misma
ciudad de Caracas el día 18 de agosto de 1981, pero presentado
al librado (Banco) el día 21 de mayo de 1982, es decir, nueve
(9) meses después de su emisión, habiendo caducado la acción
contra los endosantes, de acuerdo con los artículos 492 y 493
del Código de Comercio.
 
Queda por examinar si la acción contra el librador del cheque
igualmente caducó. De acuerdo con la recurrida, (...) la
acción caducó por cuanto como se trata de un cheque a la
vista presentado fuera del lapso hábil para su presentación y
sin haber levantado el protesto por falta de pago; al presente
caso le son aplicables las disposiciones contenidas en el
artículo 491, que remite a las previsiones contenidas en la
letra de cambio sobre el protesto; las acciones contra el
librador y los endosantes; el vencimiento, etc., considerando
en consecuencia caduca la acción, en aplicación de lo
dispuesto por el Código de Comercio en el artículo 431, que
prescribe el lapso de seis meses desde la fecha de su emisión
para la aceptación de las letras de cambio . (Negrillas y
subrayado de la Sala).
 
Considera la Sala, que el criterio aplicado por el juzgador de
la recurrida es correcto, por cuanto el actor dejó transcurrir
un plazo mayor de seis meses para exigir el pago del librado,
cuando había caducado la acción contra el librador ...”.
(Negrillas y subrayado de la Sala).
 
Del texto de la recurrida se evidencia que el cheque, instrumento
fundamental de la acción cambiaria intentada en la presente causa, fue
emitido en fecha 2 de diciembre de 1998 (folio 196); y que fue presentado al
cobro pasados los ocho días previstos en el artículo 492 del Código de
Comercio (folio 207), base sobre la cual la sentenciadora de alzada
desacertadamente declaró que no había sido oportunamente presentado al
cobro (folio 209), siendo que el lapso para la presentación del pago del
cheque a la vista se equipara al lapso de seis (6) meses para la presentación
al cobro de la letra de cambio a la vista, de acuerdo con la remisión que hace
el artículo 491 del Código de Comercio al 431 eiusdem.
 
Respecto al librador, el plazo de los ocho (8) y quince (15) días
establecidos en el artículo 492 del Código de Comercio, son exclusivamente
para determinar la caducidad de la acción que puede intentar el poseedor del
cheque en su contra, la cual se producirá siempre que transcurridos dichos
términos, según sea el caso, no haya fondos disponibles por hecho del
librado, de acuerdo con lo previsto en el artículo 493 eiusdem.
 
Es evidente que en el caso de autos no pudo operar la caducidad de
la acción cambiaria contra el librador sobre la base de que el cheque no fue
oportunamente presentado, pues de la recurrida se evidencia que la
presentación del cheque tuvo lugar el día 30 de diciembre de 1998 (folio
207), es decir, dentro del plazo de los seis meses contados a partir de su
fecha de emisión (2 de diciembre de 1998).
 
En cuanto al plazo en que se debe realizar el protesto de un cheque
a la vista no pagado, es conveniente revisar el criterio que ha venido
sosteniendo este Supremo Tribunal, y así vemos que en su sentencia de
fecha 30 de abril de 1987, antes transcrita, la Sala dejó sentado que, por
aplicación de las reglas del derecho cambiario a que remite el artículo 491
del Código de Comercio, el plazo para la presentación al pago del cheque a
la vista es de seis (6) meses, tal y como lo prevé el artículo 431 eiusdem,
para la presentación de las letras de cambio a la vista; y, que “la acción
contra los endosantes caduca si el cheque no ha sido  presentado y
protestado   dentro de los ocho (8) o quince (15) días siguientes al de la
fecha de emisión, según sea presentado en el mismo lugar o fuera del lugar
en que fue girado”.
 
Ahora bien, es de destacar que en la oportunidad en que dictó la
sentencia antes citada, este Máximo Tribunal aplicó el protesto por falta de
aceptación previsto en el artículo 452 del Código de Comercio, a los fines de
la caducidad de la acción cambiaria contra los endosantes y, sin embargo,
dejó vigente la aplicación del protesto por falta de pago, previsto en la
misma norma, a los fines de la caducidad de la acción de regreso contra el
librador.
 
El mencionado artículo 452 del Código de Comercio, es del tenor
siguiente:
“...Artículo 452: La negativa de aceptación o de pago debe
constar por medio de un documento auténtico (protesto por falta
de aceptación o por falta de pago).
 
El protesto por falta de pago debe ser sacado, bien el día en que
la letra se ha de pagar, bien en uno de los dos días laborables
siguientes.
 
El protesto por falta de aceptación debe hacerse antes del
término para la presentación a la aceptación...”.
 
Sobre el particular, se ha pronunciado el profesor Alfredo Morles
Hernández, “Curso de Derecho Mercantil Los Títulos Valores”. Cuarta
edición. Tomo III. Págs. 2020 y 2021, de la manera siguiente:
 
“...La falta de pago del cheque por el librado debe hacerse
constar por medio del levantamiento de un protesto. El protesto
debe ser levantado el día en que el cheque se ha de pagar o en
uno de los dos días laborables siguientes (artículos 491 y 452).
El levantamiento oportuno del protesto evita la caducidad de las
acciones del portador legítimo contra los endosantes del cheque
(artículos 461 y 491), preserva el ejercicio de las acciones
penales contra el librador (doctrina y jurisprudencia), y señala el
inicio del cómputo del lapso de prescripción de las acciones
contra los endosantes y contra el librador (artículos 491 y
primer aparte, artículo 479). La Casación ha interpretado que la
expresión debe constar del artículo 452 del Código de Comercio
es una forma imperativa y que el protesto es la única prueba
idónea para demostrar la falta de pago del cheque. (Sentencia de
fecha 23 de noviembre de 1977,Gaceta Forense, Año 1977
(octubre a diciembre), Volumen 1, Nº 98, página 53).
 
Mármol (Hugo Mármol Marquis) estima que el protesto debe
levantarse dentro del lapso hábil en el que puede exigirse el
cobro del cheque:
 
1.      El protesto es un acto auténtico, que tiene por finalidad
demostrar a los garantes que el tenedor ha intentado en
tiempo hábil, cobrar el efecto contra los obligados
directos. La acción contra los garantes, en efecto, sólo
nace cuando el pago del librado no tiene lugar al
vencimiento (art. 451).
 
2.      Para que el funcionario judicial pueda dar constancia de
que efectivamente hubo una gestión de cobro en tiempo
hábil, es necesario que el protesto se levante dentro de
dicho tiempo hábil. En efecto, en puridad, el protesto
consiste en una acción de cobro realizada en presencia del
notario, de manera de que éste deje constancia de que la
ha habido; el funcionario dará fe entonces de que “en su
presencia”, en el día X, se intentó cobrar el efecto. Ello
demuestra que el cobro se realizó en tiempo hábil, si
efectivamente el protesto se levanta no vencido aún el
lapso hábil para cobrar.
 
3.      Las ideas anteriores pueden verse confirmadas en el
artículo 452 del Código de Comercio:
 
a)      El protesto por falta de pago, en efecto, debe
ser  sacado a tenor de dicho artículo “bien el día en
que la letra se ha de pagar, bien en uno de los dos
días laborables siguientes”. Nótese que dichos días
son precisamente los hábiles para el cobro: art. 446;
b)      En caso de protesto por falta de aceptación, éste
debe hacerse “antes del tiempo señalado para la
presentación a la aceptación”. La misma idea: se
levanta el protesto en una oportunidad en que podía
haberse requerido la aceptación válidamente.
 
4.      En el caso del cheque: el lapso para
presentarlo                             válidamente al cobro es de
ocho días en la misma plaza y de quince en plazas
distintas (art. 492). Para que el protesto cumpla su
finalidad de demostrar a los garantes que el cheque se
cobró infructuosamente en tiempo hábil, será entonces
necesario levantarlo en ese mismo lapso. Lo que equivale
a decir que, si el cheque se trató de cobrar en el último de
los ocho días, el protesto deberá levantarse de inmediato
en la misma fecha (como sucedería en la letra de cambio
cobrada el segundo día después del vencimiento) y no en
los dos días posteriores que respecto del cheque serían los
días noveno y décimo. En efecto, un protesto el día
noveno (por ejemplo) no basta para demostrar a los
garantes que hubo cobro infructuoso en tiempo hábil,
porque tal noveno día ya no es tiempo hábil.
 
La interpretación de Mármol es contraria al texto literal del
artículo 452 del Código de Comercio, conforme al cual el
protesto puede ser sacado bien el día en que el título se ha de
pagar, bien en uno de los dos días laborables siguientes, norma
cuya aplicación ordena el artículo 491 ejusdem. El protesto
levantado después del día del pago (o del último día del plazo
para efectuar el cobro, en el caso del cheque) no demuestra que
hubo una gestión de cobro en tiempo hábil sino que el cheque
no ha sido pagado todavía. Sin embargo, a favor de su posición,
Mármol argumenta que el artículo 452 no es literalmente
aplicable al caso del cheque, no obstante la remisión genérica
del artículo 491, en razón de que en Ginebra se aclaró el sentido
de esta norma –cuando se aplique al supuesto de letra a la vista-
indicándose que “en caso de letras a la vista, el protesto por
falta de pago se levantará durante el mismo lapso previsto
para el protesto por falta de aceptación”. La solución que
Mármol deriva del derecho venezolano es la que se propone en
los artículos 186 y 153 del Anteproyecto de ley general de
Títulos Valores de 1984. (Negrillas de la Sala).
 
El artículo 493 del Código de Comercio no sanciona la falta de
presentación oportuna del cheque al librado con la pérdida de
las acciones contra el librador, pero el portador legítimo está
sujeto a los efectos derivados del artículo 461: debe presentar el
cheque al cobro al librado, dentro del término de seis meses, so
pena de incurrir en caducidad...”.
 
 
Asimismo, en la última edición del “Curso de Derecho Mercantil”
del profesor Roberto Goldschmidt, año 2001, revisada y actualizada bajo la
coordinación de la profesora María Auxiliadora Pisani Ricci, bajo el
auspicio de la Fundación Goldschmidt y de la Universidad Católica Andrés
Bello (U.C.A.B.), sobre el lapso para efectuar el protesto de un cheque a la
vista, se expone lo que sigue:
 
“...En el cheque todas las acciones están sujetas a caducidad; la
cual se produce por la infracción de las formalidades
(presentación y protesto) que la ley dispone a cargo del portador
con el fin de preservar la vigencia de dichas acciones, siempre
que se cumplan dentro de los lapsos legales establecidos.
 
Haremos referencia al cheque librado “a la vista” por ser éste el
título mas utilizado y mas difundido en nuestro medio. Así pues,
para evitar la caducidad de las acciones de este importante
efecto es preciso presentarlo al cobro y en caso de rechazo
levantar el protesto oportunamente. El art. (sic) 492 (sic)
dispone sobre el particular que los plazos de presentación al
librado son los ocho o quince días siguientes al de emisión, si el
cheque es pagadero en el mismo lugar de emisión o en otro
distinto, respectivamente. Por su parte el art. (sic) 493 (sic) –es
norma controversial- establece la pérdida de la acción del
poseedor contra los endosantes de no acatar los lapsos de
presentación previstos. Quiere decir que la regla respecto del
ejercicio de la acción contra los endosantes es clara, quedando
sólo por interpretar lo atinente al protesto, y lo hizo
acertadamente la Corte, al decidir que el portador del cheque
pierde la acción contra los endosantes si el cheque no es
presentado y protestado en los lapsos del art. (sic) 492
(sic). Pero en relación al librador el dispositivo solo prevé la
excepción, de disponer la pérdida de la acción si después de
transcurridos los términos del art. (sic) 492 (sic) la cantidad del
giro deja de ser disponible por hecho del librado. Entonces, si
no ocurre el hecho del librado que equipare excepcionalmente la
situación del librador con la del endosante, ¿Cuál es la regla que
determine el lapso de presentación cuya infracción acarrearía la
pérdida de la acción contra el librador? ¿Cómo evitar, pues, la
caducidad de la acción contra el librador del cheque? En la
misma sentencia de la Corte antes mencionada se dispuso que el
término de presentación de este título al cobro es de seis meses
a partir de la emisión del cheque, y a la vez se reitera el criterio
de aplicar el protesto por falta de pago en caso de rechazo. 
  
Antes de continuar con la transcripción que antecede, es oportuno
aclarar que la sentencia a la que se hace mención en la citada obra es la
decisión proferida por esta Sala en fecha 30 de abril de 1987, en el juicio de
Maximiliano Aguilar contra Duilio Pizzolante B., que fue parcialmente
transcrita en este mismo fallo.
 
Prosigue la obra citada, en los términos siguientes:
 
 
“...Sin embargo, insistimos en nuestra tesis. La solución
aportada por la Corte para determinar el lapso de presentación al
cobro del cheque, estará fundamentada seguramente en las
normas de remisión a la letra de cambio “a la vista”. Tal
criterio, complementado con el que debió utilizar el Supremo
Tribunal para definir el término del protesto en el caso de la
acción contra los endosantes, refuerzan nuestra posición de
rechazo a la aplicación del protesto por falta de pago en el
ejercicio de la acción contra el librador, como tampoco lo aplicó
la Corte en el caso del endosante...”.
 
 
Como apoyo legal a la exposición expuesta, en la edición
actualizada del Curso de Derecho Mercantil del profesor Roberto
Goldschmidt, se sostiene lo siguiente:
 
“...la aducida carencia de normas sobre el caso, conduce a
buscar la solución a través del articulado de remisión a los
dispositivos cambiarios. Al efecto, el art. (sic) 491 dispone
aplicables al cheque: el vencimiento, el protesto, las acciones
contra librador y endosantes. Respecto del vencimiento queda
claro, por efecto del artículo precedente, que ya el legislador
seleccionó para el cheque los vencimientos a la vista o a
término vista. (Observamos antes que nos ocupamos del primer
tipo, por encontrar desusado el otro).
 
Así pues, el art. (sic) 491 remite al 442 (sic) y éste, a su vez, al
431 (sic). Debe llamar la atención tal rodeo, aparentemente
superfluo, pues evidentemente resultaba más expedito a los
convencionistas de La Haya redactar la norma así: la letra a la
vista debe presentarse al cobro dentro de los seis meses de su
emisión. Pero señala la disposición del 442 (sic) que tal título
debe presentarse al cobro dentro de los plazos legales (o
convencionales) fijados para la presentación a la
aceptación de las letras pagaderas a un plazo vista. Al utilizarse
así los términos de presentación para aceptación, con fines de
cobro, resultaba obvia la intención en tal redacción, que no es
otra que forzar, para el caso, la aplicación del protesto por falta
de aceptación (...) ¿Por qué? Porque tácitamente se recurría a la
máxima cambiaria –extraída de los propios dispositivos
reguladores del protesto- según la cual los plazos de
presentación sirven igualmente para la formulación del protesto
en caso de rechazo. (Ver artículos 446-452 ap. 1º y 2º). Ya que
dichos lapsos cumplen doble cometido: acreditar la oportuna
presentación y posibilitar el levantamiento del protesto.
Obsérvese como ambas normas reguladoras de la cuestión
(artículos 442 y 431) usan la voz dentro, indicativa de que
dichos lapsos no pueden excederse...
 
a)      Sentado ya por la Corte que el plazo de presentación del
cheque al cobro, es de seis meses (interpretando la vía legal
de remisión a efectos de la acción contra el librador), la
dispuesta aplicación del protesto por falta de pago rompe la
máxima cambiaria a que hemos aludido, al aplicar un lapso
para presentación y otro para protesto, tratándose de que son
y deben ser idénticos ¿Cuál, si no, ha sido el criterio de la
Corte al decidir respecto de los endosantes la pérdida de la
acción del portador si el cheque no es presentado y
protestado en los lapsos del 492 (sic)? No se utilizó allí el
protesto por falta de pago. Entonces, ¿por qué no invocar al
caso del librador el mismo argumento?
 
b)      Las normas rectoras de la hermenéutica por vía de remisión
(442 y 431) (sic) destacan la expresión dentro (de los plazos
que arriban a un vencimiento), de donde la aplicación del
protesto por falta de pago resulta –a todas luces- transgresora
de las leyes de apoyo, pues dicha formalidad excede dos días
al vencimiento.
 
c)      Diríamos que el rodeo realizado por las normas en búsqueda
de solución, no tiene otra ratio legis que la de excluir la
aplicación del protesto por falta de pago, porque éste
resultaría inadecuado, inconveniente e inoportuno.
¿Razones?
 
d)      Primera: podría dejar indefenso al titular, contrariando así
lo que es consustancial y prioritario en la legislación
cambiaria: la tutela del derecho del portador, que como norte
de todo su articulado, persigue esta normativa. Recordamos
que en las otras tres modalidades de vencimiento (distintas
del vencimiento “a la vista”) es conocido previamente el día
del vencimiento y hay siempre un término adecuado para
llegar a él. En tanto que el título a la vista rechazado a su
presentación puede sorprender al interesado que sólo
contaría con dos días para levantar el protesto, sin lo cual
perdería su acción contra el librador. Además si la
presentación ocurre el último día del lapso, los días
siguientes para efectos del protesto, violarían las normas de
apoyo, pues ambas prevén la presentación dentro de los
lapsos y en consecuencia, el protesto debe ser sacado
igualmente dentro de ellos.
 
e)      Segunda razón: la presentación al cobro puede ocurrir con
anterioridad a los ocho o quince días previstos para regular
la acción contra endosantes, si el pago es rechazado y no hay
protesto, tal hipótesis propiciaría que ocurriese primero la
caducidad de la acción contra el librador del cheque que
contra los endosantes; lo cual es absurdo.
 
f)        Finalmente y aunque el art. (sic) 446 (sic) disponga que la
presentación a una Cámara de Compensación equivale a una
presentación al pago, la praxis cotidiana evidencia que el
aviso del cheque “rebotado” llega irremediablemente tarde a
los efectos del levantamiento del protesto por falta de pago.
Los apenas dos días disponibles para ello quedaron muy
atrás y la caducidad de la acción contra el librador se habría
consumado.
 
Son estos los fundamentos que en búsqueda de solución
adecuada hemos desentrañado a la luz de nuestro derecho
vigente. Pero la aclaratoria en tal sentido la hizo la Ley
Uniforme de Ginebra hace ya setenta años. Así reza la norma
art. (sic) 449 (sic) –luego de ordenar el protesto por falta de
pago en las hipótesis de los otros tres vencimientos posibles-:
“Si se tratare de una letra pagadera a la vista (léase cheque), el
protesto deberá extenderse en las condiciones por falta de
aceptación”. Es notorio que los convencionistas se dieron cuenta
de que no resultaba fácil la interpretación que intentaron
propiciar con la redacción utilizada en La Haya...”.
 
 
 
Para una mejor comprensión de la remisión legal contenida en el
Código de Comercio, conviene transcribir los artículos 491, 442 y 431 del
Código de Comercio, los cuales son del tenor siguiente:
 
“Artículo 491: Son aplicables al cheque todas las
disposiciones acerca de la letra de cambio sobre :
El endoso
El aval
La firma de personas incapaces, las firmas falsas o falsificadas
El vencimiento y el pago .
El protesto .
Las acciones contra el librador y los endosantes.
Las letras de cambio extraviadas “. (Negrillas y subrayado de la
Sala)
 
“Artículo 442: La letra de cambio a la vista es pagadera a su
presentación. Debe presentarse al cobro dentro de los plazos
legales o convencionales fijados para la presentación a la
aceptación de las letras pagaderas a un plazo vista ”.
(Negrillas y subrayado de la Sala)
 
“Artículo 431: Las letras de cambio a un plazo vista, deben ser
presentadas a la aceptación dentro de los seis meses desde su
fecha...”. (Negrillas y subrayado de la Sala)
 
De las normas citadas precedentemente se evidencia, sin duda
alguna, que el cheque a la vista debe ser presentado a su cobro dentro del
plazo de seis meses contados a partir del día siguiente al de su emisión,
según lo dispone el artículo 492 del Código de Comercio, al expresar que
“el día de la emisión del cheque no está comprendido en estos términos ”.
Asimismo, de conformidad con lo pautado en el artículo 461 eiusdem, por
remisión del artículo 491 ibídem, el portador del cheque pierde la acción de
regreso que tiene contra el librador si no exige su pago dentro del referido
lapso de seis meses.
 
Dada la naturaleza del cheque como típico instrumento de pago, y
dada su extendida circulación dentro de las operaciones mercantiles, el
tenedor o poseedor legítimo del mismo, a fin de salvaguardar los derechos
que emanan del propio instrumento cambiario contra el librador, y de evitar
la caducidad de las acciones legales que tiene contra éste, se vería obligado a
presentarlo al cobro por taquilla, pues, si lo deposita en alguna cuenta, el
trámite del cobro de dicho título valor a través de la Cámara de
Compensación Bancaria, que equivale a su presentación al cobro (artículo
446 del Código de Comercio), impediría el levantamiento oportuno del
protesto, pues de no contar el librador con fondos disponibles, el tenedor del
cheque no podría practicar su protesto dentro del breve lapso previsto para el
protesto por falta de pago (el mismo día de su presentación al cobro o dentro
de los dos días laborables siguientes), porque cuando la institución
financiera pone en posesión del cheque no pagado a su beneficiario o último
endosante, dicho lapso ha transcurrido y, por vía de consecuencia, la acción
ya ha caducado.
 
Lo antes expuesto, aunado a las razones planteadas en la doctrina
transcrita y compartidas por la Sala, hacen evidente la necesidad de
modificar el criterio que aplica el protesto por falta de pago para determinar
la caducidad de las acciones contra el librador, que impide en la práctica la
realización del levantamiento oportuno del referido protesto con el fin de
evitar la caducidad de las  acciones legales que tiene el portador legítimo del
cheque contra el librador.
 
En consecuencia, con el fin de garantizar al tenedor o poseedor
legítimo de un cheque las acciones legales que el mismo le confiere
contra el librador, la Sala modifica el criterio que ha venido sosteniendo
y declara que, a partir de la publicación del presente fallo, el protesto
que se debe aplicar para determinar la caducidad de las acciones contra
el girador o librador es el protesto por falta de aceptación, previsto en el
artículo 452 del Código de Comercio, es decir, dentro del plazo de seis
(6) meses para su presentación al cobro, por remisión del artículo 491
eiusdem. De ese modo, la acción contra el librador caduca si el cheque
no ha sido presentado y protestado dentro del referido plazo de seis (6)
meses. Así se decide. 
 
Por último, la Sala declara procedente la presente denuncia de
infracción del artículo 493 del Código de Comercio, pero no por errónea
interpretación como indebidamente se delata sino por falsa aplicación, pues
en la recurrida se aplicó dicha norma a un supuesto fáctico real no contenido
en ella, por cuanto la falta de pago no se debió al hecho del librado; además,
la acción como tal en modo alguno ha caducado, por ende, el Juez se
encuentra obligado a pronunciarse sobre la misma, cabe decir, sobre la
acción de cobro del tal mencionado cheque . Y así se decide.   
 
 
DECISIÓN
 
 
En mérito de las consideraciones expuestas, este Supremo Tribunal
de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara CON
LUGAR el recurso de casación ejercido por la parte demandante contra la
sentencia de fecha 31 de octubre de 2001, proferida por el Juzgado Superior
Tercero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo, de Estabilidad
Laboral y de Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira y, en
consecuencia, CASA  la sentencia recurrida y ORDENA  al Juez Superior que
resulte competente dictar nueva decisión ateniéndose a lo establecido por la
Sala en el presente fallo.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado Superior de
origen, todo de conformidad con lo previsto en el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.
 
 
Dada,  firmada  y  sellada  en  la  Sala  de Despacho de la Sala
de  Casación  Civil  de este Supremo Tribunal  de  Justicia, en Caracas, a
los  treinta  (30) días del mes de   septiembre  de dos mil tres. Años: 193º de
la Independencia y 144º de la Federación.
El Vicepresidente de la Sala en,
ejercicio de la Presidencia,
 
________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
 
Magistrado Suplente,
 
 ___________________
 TULIO ALVAREZ LEDO                                                                 
                                                                 Magistrado Ponente,
 
          __________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ 
           
 
 
 
La Secretaria, 
 
__________________________
ADRIANA PADILLA ALFONZO
 
 
 
 
R. C Nº 01-937

También podría gustarte