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Exposición de ética

cristiana…....yuderkys santana

1. La ética de Jesús. -

La ética de Jesús está basada en el núcleo de su mensaje, que es


el anuncio del comienzo del reino de Dios (Mc.1:15). El sermón
del monte. El Sermón del Monte es considerado por la gran
mayoría de teólogos y exégetas la sección por antonomasia que
da a conocer las altas expectativas de la ética del Reino de Dios.

El reino de Dios se hace presente y se puede experimentar en


toda la actuación de Jesús (Mt.11:5s). Él introdujo cambios para
adecuar el reino de Dios sin perder lo esencial de la Palabra, es
decir, en lo fundamental fue intransigente y en lo secundario fue
tolerante.

La presencia de este reino de Dios no está ligada ni a épocas, ni


lugares sagrados, ni tampoco a una ideología determinada.

La conducta de Jesús, mejor dicho, sus acciones, es una


manifestación y una señal de esta irrupción divina. De ahí que su
comportamiento(praxis) en favor de los pobres, pecadores,
desheredados, marginados y humillados, sea consecuencia de
hacer suyo los problemas de estos sectores sociales. Esta actitud
de Jesús hace creíble la llegada del reino de Dios, como la
venida del amor de Dios y de la justicia.
Las bienaventuranzas son una promesa salvífica escatológica a
los pobres, a los despreciados, a los que lloran, a los que sufren
y a los necesitados de amor. Ellos son los marginados desde el
punto de vista religioso, sociológico y político. Los criterios y
reglas del mundo no los incluyen porque no tienen nada y no
valen nada, y es en esa situación que lo único que tienen es el
amor de Dios, a ellos se les ofrece el reino de Dios como
salvación (Lc.6:20).

Es esta conducta ética de Jesús la que evidencia la misericordia


de Dios puesta en práctica y que ha de ser la base y el
fundamento del comportamiento misericordioso que debe existir
entre hombres y mujeres.

2. Llamamiento y discipulado. -

Jesús en todo su ministerio hace una invitación a todo ser humano, en


nombre de Dios, a pertenecer a este reino de Dios. Esta invitación lleva
implícito un llamamiento y una exigencia. La respuesta exige una nueva
actitud tanto del hombre como de la mujer. Sin duda que esta nueva
actitud conlleva conversión, es decir, un cambio de dirección y
reorientación. Es una nueva oportunidad para pertenecer a esa nueva
realidad salvífica y hacer la voluntad de Dios. Este cambio no es un
concepto meramente intelectual, sino un cambio radical de la actitud, de
la intención y de la voluntad, para involucrarse en la tarea de Jesús
(Mc.1:17).

Vocación y misión, llamamiento y discipulado van de la mano.


Es claro que esta conversión implica la vuelta total a Dios y no un fervor
penitencial, no el cultivo de una propia religiosidad o piedad personal, o
ingresar a un grupo de gente piadosa que se retira del mundo. Uno es
llamado para ser enviado a los demás (Mt.9:37). Volverse a Dios es
esperar todo de él (Mc.10:15). Por lo tanto, se reclama del hombre y la
mujer al ser llamados a una obediencia incondicional a Dios.
3. La ley y el amor. -

Con respecto a la ética de Jesús, ésta no se deriva de la Torá, y aunque el


núcleo de su predicación no sea la ley sino el reino de Dios, no se puede
decir que sus postulados éticos de Jesús no están en conexión con el
antiguo testamento y con su ley.

Jesús es el nuevo orden del reino de Dios que pone fin a la vigencia de la
ley. Este nuevo orden no cabe en "vestidos viejos" ni en "odres
viejos"(Mc.2:21s). Para Jesús la ley tiene una nueva dimensión, de ahí
que él no se identifique con el concepto de ley del antiguo testamento.
En el concepto teológico es claro que Dios exige amor y no una
obediencia ciega a la Torá (Jn. 13:34-35). Por eso Jesús sustituye el
concepto de ley por el precepto del amor. Este amor es exigido al
hombre y a la mujer como respuesta al amor recibido con anterioridad.

Es por eso que la ética del reino de Dios está basada en el doble
mandamiento del amor (Mt.22:34-40), que significa el equilibrio
teológico de la fe. Así lo entendieron los cristianos primitivos y
enfatizaron este aspecto (1Cor.13;1Jn.4).
4. Teoría y praxis. (Practica)

Este tema es un viejo asunto de la ética que los filósofos han tratado de
explicar. Bien sabemos que la teoría sin la práctica es vacía, mientras
que la praxis sin teoría es ciega.

Cuando Juan en su evangelio refiere que Jesús era el Verbo, y el Verbo


era con Dios, y el Verbo era Dios (Jn.1:1), está señalando que la Palabra
(reflexión, teoría) se hizo realidad en este mundo, es decir, Jesús es la
Palabra y praxis del reino de Dios.

Todo lo realizado por Jesús responde a esta ética del Reino, para
transformar este mundo y convertirlo en un mundo mejor para todos. Él
era consciente que no sólo con la prédica del reino de Dios se cambiaría
voluntades, actitudes y situaciones injustas, sino que era necesario
actuar, poner en acción todo lo predicado (Lc.4:16-21).

Desde el punto de visto filosófico la teoría y la práctica no pueden estar


divorciadas, van de la mano hacia un mismo fin: la transformación de la
realidad objetiva.

Desde el punto de vista teológico, Jesús es el paradigma de la ética


cristiana. En Mt.28:19-20 que es el mandato a los discípulos, se resume
el quehacer teológico de la Iglesia.

Las comunidades cristianas primitivas entendieron y practicaron este


precepto. Los apóstoles eligieron a los primeros diáconos para realizar
tareas domésticas: servir a las mesas, atender a los enfermos, visitar
ancianos y viudas, cuidar de los huérfanos, alimentar y consolar a quien
se encontraba perturbado. Este era el testimonio vivo de una comunidad
que tenía su fe puesta en su Señor y que esta fe estaba al servicio de los
demás.

Para la ética cristiana, la praxis cristiana procede del poder liberador del
evangelio, este evangelio sólo puede ser expresado en la praxis en la
medida que es nutrido por la fe, una fe que abarca simultáneamente
conocimiento de Dios y servicio a los demás.

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