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Cinquecento
Arquitectura
Panofsky recuerda que los primeros renacentistas del Quattrocento construyeron los
escorzos a partir de construcciones geométricas. De igual manera que el renacimiento
admitía que las proporciones de la figura humana en reposo se establecían con la ayuda
de las matemáticas, ahora con el manierismo se rechaza tal afirmación, porque el
pensamiento del artista no solo ha de ser claro sino libre, no limitado por rasgos
matemáticos ni reglas.
Rafael y Miguel Ángel son dos concepciones distintas del arte. El clasicismo de los
cuatrocentistas se desarrolló en estrecha relación con la política religiosa de la curia
pontificia en un momento en el que ya se adivinaba la crisis religiosa, la cual se trata de
solucionar reafirmando la evidencia formal de los dogmas cristianos.
El arte de Rafael se trata, en efecto, de una respuesta conservadora que pretende
devolver la seguridad a las almas y consolidar los viejos valores como la identidad de la
fe. Intenta restaurar de alguna manera la Roma cristiana a través de las formulas
clásicas pero su respuesta no tiene ya el mismo sentido que antes, sobre todo, abierto
el conflicto religioso, a través de la criticas de Lutero.
Rafael y Bramante son los últimos que conciben la antigüedad como una realidad
histórica que ha de hacerse presente en el arte contemporáneo. Sin embargo, Miguel
Ángel que asumió estas pautas concibió que lo antiguo era más un modelo abstracto
que se puede acercar o rechazar o interpretar.
Lo que ahora interesa a los artistas del siglo XVI no es la certeza de las reglas, sino el
contraste entre la regla y lo arbitrario, entre la autoridad y la libertad.
Rafael muere en 1520, todavía no se ha puesto en marcha el declive del clasicismo,
pero si se ha iniciado el declive del cristianismo y en 1527 el emperador del sacro
imperio, saqueó Roma, lo cual se traduce en un hito político para entender los cambios
sociales del momento. Esto además provoca, que el taller de Rafael desaparezca tras
el saco de Roma. Ya no serán los gremios, ni la alta burguesía quienes vayan a realizar
los encargaos artísticos, sino los núcleos más cercanos a la aristocracia.
El nuevo arte se vuelve caprichoso, imaginativo, expresivo y pierde la claridad del
renacimiento y se hace tortuoso y en ocasiones difícil de entender, pero en realidad nos
estamos acercando a la faceta del arte más intelectual, pues no trata con rasgos
científicos de copiar la natura, sino de construir una naturaleza nueva creada de forma
subjetiva.
estos tiempos a su más profunda crisis. En 1503 Giuliano della Rovere accedió al
pontificado con el nombre de Julio II. Se propuso emprender una amplia reforma y
exigió de Bramante como arquitecto, de Miguel Ángel como escultor y de Rafael como
pintor, la representación de una iglesia triunfante. Nos encontramos por tanto ante un
siglo que se inicia con el mecenazgo del poder eclesiástico, no del poder burgués, con
la importancia de solicitud de un arte por parte de los papas, no de los comerciantes y
los grandes artistas del siglo se adecuaran a estos nuevos mecenas que hicieron
transformar el eje del arte en el ámbito italiano que paso desde Florencia a Roma.
Bramante, 1444-1514
Una de las primeras obras arquitectónicas que iniciaron el siglo XVI fue elaborada por
Bramante y fue el templete titulado de San Pietro in Montorio realizado en 1502, donde
nuestro arquitecto formula un tipo de iglesia de carácter votivo.
El origen de esta construcción es un encargo de los reyes católicos
que desearon la construcción de una capilla conmemorativa en el
lugar donde fue crucificado San Pedro. Sobre una cripta se alza un
espacio de planta circular, de reducidas dimensiones y asentado
sobre un zócalo escalonado a la manera de los tolos griegos. El
edificio esta circundado por un peristilo de columnas de orden
toscano y coronado con cúpula interna. La antigüedad se ha
convertido en el moderado del diseño arquitectónico. Bramante
concibió este edificio clásico, donde en su interior encontramos
también una estructura circular que se articula a través de pilastras
dóricas. Hornacinas exteriores y exedras interiores son también
elementos a describir en este templete.
Por un grabado de Serglio de 1537 sabemos que el templete era el
centro de un claustro circular. También construido a través de 16
columnas e inserto en un cuadrado. Este patio tenía puertas en el
centro de los muros y capillas en los vértices de las diagonales. Sin embrago, todo
aquello quedo en grabado, en un diseño que nunca se ejecutó. Los hombres del siglo
XVI ejemplo y paradigma del cinquecento juzgaron esta nueva fórmula como el triunfo
absoluto del lenguaje clásico, tanto por el uso de los órdenes, como por su perfecta
disposición centralizada y por un equilibro absolutamente matemático entre las partes y
el todo, la vieja norma del mundo clásico.
En 1570 el arquitecto y tratadista Andrea Paladio lo definió como el eslabón principal
para recuperar la arquitectura clásica, en definitiva el mejor ejemplo de aquella
expresión “Renovatio Vetustatis” que se convertía en el eje de los principios del
cinquecento.
Estos ideales donde la antigüedad venía a consolidar el legítimo poder de aquellos que
aspiraban a tenerlos, se planificaron para la construcción de la basílica de San
Pedro del vaticano iniciada en tiempos del papa Julio II.
El arquitecto elegido fue Bramante quien junto con Giuliano da Sangallo
propusieron el primer diseño para la basílica Vaticana, donde se dispuso
un edificio centralizado.
La idea de nuestro arquitecto, de un edifico que combinara elementos del mundo clásico
y del mundo contemporáneo es un ejemplo a seguir por generaciones venideras, y él
mismo posiblemente proyectó estos parámetros arquitectónicos en el santuario de San
María de la Consolatione (1508), donde va a desarrollar en arquitectura la aplicación
de las leyes teóricas, donde la idea ilusoria de la perspectiva se convertía en una
importante realidad de los nuevos edificios. Sobre un
cuadrado con cuatros ábsides semicirculares se alza un
potente tambor sobre el que se eleva una cúpula. Un
edifico sencillo en el que se combinaron formulas de la
antigüedad con resultados absolutamente modernos.
El Palacio Caprini que sería uno de estos ejemplos a seguir fue construido para una
familia noble, los Caprini, en la actualidad no existe, solo conservamos importantes
dibujos de su alzado y planta y desaparece fruto de unos
cambios urbanísticos que se van a producir cuando Bernini
disponga la columnata de la plaza de San Pedro, pues el
palacio estaba en frente.
El mejor dibujo conservado fue elaborado por Palladio y como
observamos su primer piso almohadillado nos recuerda a la
primera planta comercial de los palacios florentinos.
La parte segunda es donde encontramos una variable
notable, donde se alternan los vanos del frontón triangular con
columnas pareadas de orden toscano. Era un recuerdo al
clasicismo del Quattrocento y una innovación propia de los nuevos tiempos y destaca
sobre todo, en esa renovación, por un uso poco común del ladrillo en la planta segunda
revocado de estuco y policromado. En realidad nos encontramos ante una gran
renovación por los materiales, por las formas, pero sin perder los principios del equilibrio
del arte clásico.
Este primer momento arquitectónico del cinquecento nos enseña que se ha producido
una continuidad de formas, pero que se han perfeccionado manteniendo con claridad
los principios del renacimiento como renovación del mundo antiguo.
A pesar del desarrollo de las obras en 1519, todo quedo frenado tras la muerte de
Lorenzo de Medicci, lo que recortaba de alguna manera, las aspiraciones dinásticas de
la familia y se entendió que la ocupación simbólica del espacio no tenía ya sentido en
su proyección espacio al exterior, sino que se convertirá desde entonces no tanto en un
arquitectura simbólica desde fuera, sino en un símbolo interior de lo que había llegado
a ser la familia Medici.
David Asensio Caramés
De esta manera, la Sacristía nueva de la iglesia de San Lorenzo con los cuatro
enterramientos encargados a Miguel Ángel, se trasformaron estructuralmente evitando
proyectar una arquitectura grandilocuente, sino más bien carente
de ornato y absolutamente sencilla.
Miguel Ángel partió de la idea de una tumba exenta en el centro,
según los planteamientos medievales utilizados en Italia y según
los planteamientos de Brunelleschi en la sacristía vieja, pero en
su revisión arquitectónica añadió ventanas que se iban
estrechando y que acentuaban la idea de perspectiva, a través
de una luz que rebota de una cúpula que cerraba el conjunto.
Había construido un panteón donde las tumbas quedaron
adosadas los muros y que en parte podríamos considerar como
inicio de transformación en las primeras pautas manieristas a la
hora de concebir el espacio. Es decir, en lugar de seguir la
tradición, en lugar de adecuarse a las normas, dispuso una
nueva concepción virtuosa que renovó por completo el concepto
de capilla panteón.
La obra quedo concluida pero con algunas creencias tras las revuelta del año 1527. A
partir de aquí la arquitectura palaciega será la que permita entender los avances de las
nuevas fórmulas manieristas imperantes en el cinquecento.
Otro ejemplo, hoy desaparecido, fue el Palacio Branconio de 1518 encargado también
a Rafael quien en una renovación estética de los palacios romanos empezó a desdeñar
las viejas decoraciones interiores de grutescos y candelieris, por lo que las formas se
van alejando de las corrientes clásicas y se expresa con un novedoso lenguaje las
corrientes manieristas vinculadas al papado de león X.
Otro arquitecto de la época, Giulio Romano destacó como alumno de Rafael y fue el
creador de la villa Lante que podríamos considerarla el concepto de villa urbana de la
ciudad de Roma y que destaca por una construcción compleja a través de ritmos
disonantes y permanente discontinuidad. Estas
nuevas corrientes serán las que expliquen el
anticlasicismo que ya se respira en la Roma de
los años 20 del siglo XVI. En 1520 muere Rafael,
en 1512 murió el papa león X y ambos
acontecimientos podrían marcar para nosotros el
fin del clasicismo, a la vez que se agudizo la más
profunda crisis del seno de la iglesia.
Reforma y Contrarreforma
este arte inicialmente manierista. Entre los nuevos efectos anticlásicos se encuentra la
utilización de un orden toscano, un almohadillado alejado de la práctica habitual y un
friso con triglifos y metopas que parecen en algunas secciones deslizarse respecto de
la horizontal, quebrando la línea recta que de igual manera se ve alterada por un
conjunto de vanos entre los intercolumnios que configuran una semántica anticlásica
propia de las formulas manieristas.
Numerosas perspectivas permiten contemplar las exedras que en los jardines unifican
el paisaje tanto con el conjunto urbano como con el conjunto arquitectónico. Un espacio
teatral que no recuerda en absoluto las pautas aprendidas a través de la arqueología y
que nos hacían recordar el mundo grecolatino. Gulio Romano fue nombrado arquitecto
de la basílica del Vaticano en 1546 pero falleció al poco tiempo y no pudo hacerse cargo
de las obras de Miguel Ángel, que ya en su ancianidad, asumió la reforma de la basílica
vaticana.
Otro escenario simbólico fue la plaza y los palacios de Capitolio a cuyo centro fue
trasladada la estatua del emperador Marco Aurelio. Este traslado se produjo en 1537
por el papa pablo III, lo cual, pretendía la puesta en valor del poder imperial a la vez que
del poder del cristianismo y todo ello favorecido por un escenario que miguel Ángel había
diseñado organizado en pro de un acceso escalonado a través de dos rampas que
convertían en un punto principal de ingreso. Nos estamos adentrando en el uso subjetivo
del espacio urbano con pretensiones estéticas sino ideológicas lo cual es el germen
para el uso del espacio urbano que el barroco elaborara a principios del siglo XVII.
Otro singular escenario es el que rodea y proyecta la Porta Pia levantada en roma por
miguel Ángel entre 1561 y 1565. Miguel Ángel proyecta una renovación profunda de la
ciudad con aspectos que recordaban en las viejas puertas
de ingreso a la clásica urbe, pero bajo un tratamiento ajeno
a las originales funciones con las que se disponía la
creación de una puerta, por tanto ni función defensiva, ni
función ideológica, ni función estética, sino bajo
planteamientos manieristas donde se observa el quiebro del
ritmo y las pautas del mundo clásico. Nos encontramos por
tanto ante un ejemplo del que miguel proyecta ese estilo
subjetivo del lenguaje clásico.
David Asensio Caramés
Una de las nuevas órdenes religiosas que surge en este periodo de reflexión y de auto
legitimación fue la fundada por Ignacio de Loyola, los jesuitas.. Hacia 1550 se emprendió
gracias al apoyo de los Borgias el proyecto de la iglesia principal de
la compañía de Jesús, obra titulada el Gesú. Surge en Roma y se
proyecta también apoyado por el cardenal Alejandro Farneiso, el
edifico con el que quedaría consolidada la presencia de los jesuitas
en la ciudad del vaticano. Vignola
fue elegido como arquitecto quien
diseño la planta en función de
unos principios que se habrían de mantener en la
arquitectura a lo largo del barroco.
Fue iniciada en 1568 y asumió y
planteo muchos de los elementos
que en torno al arte se había
elaborado en el concilio de Trento.
Las características son naves
despejadas de tumbas, cancelas y
columnas; naves amplias que
permitan la presencia de grandes
masas de fieles; construcción de numerosas capillas
laterales y decoración sobria para evitar la distracción.
La respuesta de Vignola fue además no solo de la planta en una sola nave sino de sus
capillas en contrafuertes lo que propiciaba el uso de la imagen con la idea de dará a
conocer los santos de la orden de los jesuitas, así como todos aquellos elementos
iconográficos que favorecían la doctrina.
Para la fachada se eligió el proyecto diseñado por Giacomo de la porta quien logro
construir una fachada bajo un ritmo teatral dentro de las incipientes pautas manieristas
como podríamos destacar en la incorporación de un doble tímpano, en un arquitrabe
quebrado de entrantes y salientes, un conjunto de hornacinas que propiciarían el
convertir la fachada en una fachada retablo, así como unos aletones en la parte superior,
que junto al conjunto del edificio se convertiría en un prototipo para las posteriores
fachadas del barroco. La obra fue concluida en 1577 y se convierte a la vez en un
esquema de la iglesia reformada.
En el primer tercio del siglo 16 fueron numerosos los artistas que habían abandonado
los estados pontificios huyendo de los problemas políticos y religioso. El destino de estos
artistas fue en muchos casos la ciudad de Venecia, una gran urbe comercial que superó
los 125000 habitantes, cuando Roma tenia aproximadamente unos 60000., Jacopo
Sansovino o el propio Andrea paladio. Todos estos se convirtieron en grandes
renovadores desde el punto de vista del tratado o de la arquitectura de las formulas
iniciadas en Roma.
El humanista Giorgio Tisino le introdujo en las formulas de las humanidades y fue quien
propicio en palacio la idea de reproducir para el templo del teatro, las formulas del mundo
clásico. De hecho, el propio apodo de paladio procede del clasicismo del nombre de
palas atenea. Había estudiado en Roma, había conocido los hallazgos arqueológicos,
había comentado a Vitrubio y como resultado de toda su obra, no solo el edificio
indicado, sino sus cuatro libros de arquitectura terminados en 1570. El libro primero,
estudia los materiales y los órdenes; el libro segundo, estudia las tipologías de palacios
y de villas; el libro tercero, estudia las plazas y los puentes; y el libro cuarto, estudia los
templos antiguos. Por tanto aunque paladio pudiera coqueteara con el manierismo la
base seria el mundo clásico.
En Venecia realizo también la basílica en 1546, donde ante un edifico ya existente este
lo rodeo con una estructura pantalla de arquerías de dos pisos donde se combinaba el
arco de medio punto y el pilar con la columna aneja, lo que guarda un rostro clásico y
ordena al conjunto en la linea de los arquitectos romano como sansovino. Es cierto que
paladio incorpora algunos elementos que podrían ser incipientemente entendidos como
formulas no recogidas en los parámetros del clasicismo (primer manierismo).
David Asensio Caramés
En un primer momento se pensó en una estructura circular como los templos votivos,
pero fue rechazada y se creó una planta longitudinal con una gran rotonda en el centro,
cubierta por una gran cúpula. Esta planta aceptaba tres exigencias importantes:
construir un espacio para la orden religiosa, con
un coro en la cabecera; un núcleo central con una
gran cúpula sobre pechinas y con los brazos
transepto terminados en ábsides semicircular,
espacio que quería ensalzar el presbiterio; el
resto es la nave principal cubierta con cañón,
iluminadas por vanos termales y caracterizada
por las plantas de la contrarreforma donde
permitía mayor presencia de fieles. A la vez en los
contrafuertes se abrieron las capillas donde
representar la iconografía de los santos. Al
exterior el edificio es una estructura compacta.
Todo ello se percibe con cierta claridad desde los
laterales, no tanto desde el frente, pues la
fachada intenta reproducir un templo clásico. Al
interior sobresale la caridad de formas donde se repiten los lenguajes clásicos a través
de columnas corintias, arco de medio punto, bóveda de cañón. En realidad un estructura
que aun en su novedad permite explicar la creatividad del renacimiento pero no tanto la
quiebra de las formas del manierismo.
En el ámbito de los palacios hemos de destacar que el siglo XVI fue uno de los más
significativos para estas construcciones. En un primer momento, aferrados a la vieja
tradición no podemos obviar que los modelos florentinos del Quattrocento habían
supuesto una huella para la arquitectura palatina que se mantuvo durante mas de un
siglo. Estas formas tradicionales se vieron alteradas con l allegada de paladio. Allí en
Venecia pudo expresar y exponer unos
ideales de gracia y belleza con los que se
rompía la vieja tradición pero no se quebraba
el gusto clásico. Entre los ejemplos más
singulares encontramos las villas y en
particular la conocida como Villa Rotonda.
Estas primeras villas de paladio se comienzan
a construir a comienzo de la década de los 40
y empezamos al olvidar la estructura de un
palacio que recuerda al castillo medieval. La
villa rotonda proyecta con todo lujo de detalles
las formas de un mundo clásico que permite también vincularse al exterior a través de
cuatro pórticos independientes, sin embargo no olvida el gusto del renacimiento por la
geometría y las matemáticas, pues la proporción sigue siendo elementos fundamentales
para entender esta arquitectura. Todo el edificio presenta el aspecto de una planta de
cruz griega, donde la parte central, cuadra, está cubierta por una cúpula. Sin embrago
todo ello poco iluminado solo por unos corredores que abren al exterior, queriendo
buscar la intimidad. Paladio ha introducido elementos clásicos por ejemplo el frontispicio
de un templo, así como integrado en las arquitectura profanas. Con ello ha construido
David Asensio Caramés