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ARTE DEL RENACIMIENTO

El concepto de renacimiento

Se aplica a la época artística que da comienzo a la Edad Moderna. El término


procede de la obra de Giorgio Vasari Vidas de pintores, escultores y arquitectos
famosos, publicada en 1570, pero hasta el siglo XIX este concepto no recibió una
amplia interpretación histórico artística. Sin embargo, Vasari había formulado una
idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una
marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la
actitud espiritual del artista.

Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, Galería de la Academia de


Venecia.
Palacio de Fonseca. A mediados del siglo XVI, Rodrigo de Mexía promueve
este palacio.

De hecho, el Renacimiento rompe, conscientemente, con la tradición artística de la


Edad Media, a la que califica, con pleno desprecio, como un estilo de bárbaros o
de godos. Y con la misma conciencia se opone al arte contemporáneo del norte de
Europa.

Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el


Renacimiento significa una ruptura con la unidad estilística que hasta ese
momento había sido supranacional.

Renacimiento

El Renacimiento supone una nueva forma de comprender el arte, las artes


liberales ya no están controladas por los gremios, sino bajo la protección de los
muchos príncipes y la burguesía. Nacen, así, los mecenas, como las familias
Medici, Rucelli, Tornabuoni o Pazzi. La figura del artista es engrandecida y
admirada, por lo que se abandona definitivamente el anonimato. Sin embargo,
surge el taller del maestro, que controla el acceso a la profesión de los oficiales y
aprendices, y que es quien recibe los encargos de los clientes. Además de la
burguesía, la Iglesia y la monarquía serán protectores de los artistas, ya que se
descubre el valor propagandístico del arte. Se establecen tres tipos de relación
entre el artista y el cliente: el sistema doméstico, en el que el mecenas acoge en
su casa al artista para que trabaje; el mercado, en el que el artista simplemente
vende las obras que crea por encargo, y la academia, en el que el artista trabaja
para el Estado.

Todo esto exige una formación científica de los artistas y una gran capacidad de
creación. Se inventa la perspectiva aérea, con el sfumato. Se pone mucha
atención en las proporciones, para que se utilizará el canon clásico, que
progresivamente se irá alargando, y se guardará la proporción entre las partes. Se
redescubre la arquitectura de Marco Vitruvio, el muro de carga y como cierre del
espacio, la columna guarda una proporción entre la altura y la anchura, y el arco
con la luz, se tiende a la horizontalidad y a la escala humana, para crear un
espacio unitario. Reaparece el retrato, el desnudo, principalmente mitológico, y el
paisaje, todo ello idealizado.

No es una copia de la antigüedad, sino su interpretación. Se busca el realismo,


pero se idealiza la naturaleza, se trata de un arte burgués. En el Renacimiento el
hombre recupera su protagonismo como primer objeto artístico, según la tradición
grecorromana. El hombre es la obra más perfecta de Dios. Se recupera el retrato y
la naturalidad sin hieratismo, de la mano de la nueva burguesía.

Se pinta la figura humana independientemente de lo que represente, Virgen o


cortesana, Apolo o Cristo, lo que importa es la figura humana. El tema interesa
poco, pero sí lo bello frente a lo representativo.
El objeto del arte es el mundo natural, la imagen del mundo que se identifica con
la civilización. Hay un nuevo humanismo y una mentalidad burguesa que busca al
hombre ideal en equilibrio con la naturaleza.

En su última etapa, cuando están conseguidas todas las soluciones técnicas, es


cuando se pinta a la manera de un maestro o de otro, corriente a la que se llama
manierismo, que utilizará todos los tipos clásicos de forma alambicada y
virtuosista.

Contexto histórico del Renacimiento

El Renacimiento marca el inicio de la Edad Moderna, un período histórico que por


lo general se suele establecer entre el descubrimiento de América en 1492 y la
Revolución francesa en 1789, el cual, en el terreno artístico, engloba estilos como
el Renacimiento y el manierismo (siglos XV y XVI), el Barroco, el rococó y el
Neoclasicismo (siglos XVII y XVIII). Otros historiadores sitúan la fecha de inicio en
1453, caída de Constantinopla, o bien remarcan un hecho trascendental como la
invención de la imprenta (hacia 1440 aproximadamente, de la mano de Johannes
Gutenberg).

Los antecedentes históricos del Renacimiento cabe situarlos en la decadencia del


mundo medieval ocurrida a lo largo del siglo XV por diversos factores, como el
declive del Sacro Imperio Romano Germánico, el debilitamiento de la Iglesia
católica a causa de los cismas y los movimientos heréticos —que darían origen a
la Reforma protestante—, la profunda crisis económica derivada del
anquilosamiento del sistema feudal y la decadencia de las artes y las ciencias,
lastradas por una teología escolástica sumida en el escepticismo.

Frente a esta decadencia, los principales centros académicos europeos buscaron


regenerarse a través del retorno a los valores de la cultura clásica grecorromana.
A su vez, comenzó a fraguarse una nueva sociedad fundamentada en el auge de
los nuevos estados centralizados, con poderosos ejércitos y administraciones
burocratizadas —inicio del autoritarismo monárquico preconizado por Maquiavelo-,
así como en el crecimiento demográfico y una economía centrada en una nueva
clase social emergente, la burguesía, que puso los cimientos del capitalismo y una
economía mercantil y preindustrial; todo ello coadyuvado por el progreso técnico y
científico experimentado durante este período, fundamentado en la imprenta y la
consiguiente velocidad de difusión de las novedades. Surgió así una visión del
mundo más antropocéntrica, desligada de la religión y el teocentrismo medieval,
en la que el hombre y los avances científicos supondrán la nueva forma de valorar
el mundo: el humanismo, un término inicialmente aplicado a los especialistas en
disciplinas grecolatinas (derecho, retórica, teología y arte), que se haría extensivo
a filósofos, artistas, científicos y cualquier estudioso de las diversas ramas del
conocimiento que comenzaron entonces a aglutinarse en un concepto de cultura
general.

En Italia, el epicentro de la cultura renacentista, la división del territorio en


ciudades-estado con diferentes regímenes políticos —repúblicas como Florencia o
Venecia, estados monárquicos como Milán y Nápoles o el dominio papal en Roma
— propició el ascenso de una élite económica que patrocinó la cultura y el arte
como instrumentos de propaganda del estado, cada uno rivalizando con los demás
en magnificencia y esplendor. La educación se volvió más accesible, dejando de
estar circunscrita al clero, y se favoreció el debate intelectual, con la fundación de
universidades y el patrocinio de la literatura.
Descubrimientos geográficos como el de Colón abrieron nuevos mercados

Por su parte, el siglo XVI estuvo marcado por los grandes descubrimientos
geográficos iniciados con la llegada de Colón a América en 1492, como el
establecimiento de la ruta del Cabo por Vasco da Gama en 1498, la vuelta al
mundo de Magallanes entre 1519 y 1521, el desembarco de Cortés en México,
1519, y la conquista del Perú por Pizarro (1530-1533); así como por la ruptura de
la unidad cristiana causada por la Reforma protestante de Martín Lutero (1520), el
desarrollo de la ciencia y la técnica (Nova Scientia de Tartaglia, 1538; De
revolutionibus de Copérnico, 1543; Anatomía de Vesalio, 1543) y la expansión del
humanismo (Erasmo de Róterdam, Giovanni Pico della Mirandola, Ludovico
Ariosto, Tomás Moro, Juan Luis Vives, François Rabelais).

Estética

La cultura renacentista supuso el retorno al racionalismo, al estudio de la


naturaleza, la investigación empírica, con especial influencia de la filosofía clásica
grecorromana. La estética renacentista se basó tanto en la antigüedad clásica
como en la estética medieval, por lo que a veces resultaba algo contradictoria: la
belleza oscilaba entre una concepción realista de imitación de la naturaleza y una
visión ideal de perfección sobrenatural, siendo el mundo visible el camino para
ascender a una dimensión suprasensible.
Uno de los primeros teóricos del arte renacentista fue Cennino Cennini: en su obra
Il libro dell'arte (1400) sentó las bases de la concepción artística del Renacimiento,
defendiendo el arte como una actividad intelectual creadora, y no como un simple
trabajo manual. Para Cennini el mejor método para el artista es retratar de la
naturaleza (ritrarre de natura), defendiendo la libertad del artista, que debe trabajar
«como le place, según su voluntad» (come gli piace, secondo sua volontà).
También introdujo el concepto de «diseño» (disegno), el impulso creador del
artista, que forja una idea mental de su obra antes de realizarla materialmente,
concepto de vital importancia desde entonces para el arte moderno.

En ese contexto surgieron varios tratados más acerca del arte, como los de Leon
Battista Alberti (De Pictura, 1436-1439; De re aedificatoria, 1450; y De Statua,
1460), o Los Comentarios (1447) de Lorenzo Ghiberti. Alberti recibió la influencia
aristotélica, pretendiendo aportar una base científica al arte. También habló de
decorum, el tratamiento del artista para adecuar los objetos y temas artísticos a un
sentido mesurado, perfeccionista. Fue Alberti quien agrupó a la arquitectura, la
escultura y la pintura en el grupo de las artes liberales, ya que hasta entonces
eran consideradas como artesanía; con ello, elevó al artista a la categoría de
creador intelectual. Ghiberti fue el primero en periodificar la historia del arte,
distinguiendo antigüedad clásica, período medieval y lo que llamó «renacer de las
artes» (Renacimiento).

El Renacimiento puso especial énfasis en la imitación de la naturaleza, lo que


consiguió a través de la perspectiva o de estudios de proporciones, como los
realizados por Luca Pacioli sobre la sección áurea: en De Divina Proportione
(1509) habló del número áureo —representado por la letra griega φ (fi)—, el cual
posee diversas propiedades como relación o proporción, que se encuentran tanto
en algunas figuras geométricas como en la naturaleza, en elementos tales como
caracolas, nervaduras de las hojas de algunos árboles, el grosor de las ramas, etc.
Asimismo, atribuyó un carácter estético especial a los objetos que siguen la razón
áurea, así como les otorgó una importancia mística.

Por otro lado, Giorgio Vasari, en Vida de los más excelentes arquitectos, pintores
y escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos (1542–1550), fue
uno de los predecesores de la historiografía del arte, al confeccionar una crónica
de los principales artistas de su tiempo, poniendo especial énfasis en la progresión
y el desarrollo del arte

Valores del Renacimiento

 Humanismo y antropocentrismo: Un valor esencial del Renacimiento es


el antropocentrismo, que consiste en hacer del ser humano el centro de
referencia de la vida social y cultural. Parte de este cambio hunde sus
raíces en el humanismo teocéntrico del medioevo, que da lugar al
humanismo antropocéntrico del Renacimiento. Sin embargo, de acuerdo a
Pierre Francastel, no se derrumba la creencia en la divinidad, sino la fe en
la esencia mística del mundo.
Pierre Francastel informa asimismo que el paso de la Edad Media al
Renacimiento no se explica por la refinación de la técnica, sino por la
transformación de las relaciones humanas, pues el hombre no está ya a la
merced del destino que le imputa el clero, sino que comprende la relatividad
de la condición humana.
 Valoración de la antigüedad clásica: Los valores de la antigüedad clásica
son retomados en el Renacimiento. Así, se leen y traducen los textos de los
autores grecolatinos y se estudia el arte de la antigüedad con especial
interés, al que consideran expresión culta y de alta factura que subraya lo
humano por excelencia.
 Racionalismo y cientificismo: Este afán por el pensamiento de los
antiguos favorece una vuelta al racionalismo y al cientificismo. Una gran
curiosidad por comprender el universo lo infunde todo. El Renacimiento
retira el velo místico de la naturaleza y decide investigarla y descubrir sus
últimos secretos. Las ciencias experimentan un importante crecimiento
derivado por el interés en la investigación en todas las áreas.

 Individualismo: Si la Edad Media era comunitaria, el Renacimiento permite


el florecimiento del individualismo, pero no en el sentido que actualmente le
damos a esta palabra. El individualismo del Renacimiento se fundamentaba
en la compresión del hombre como totalidad, resaltando el placer, la
dignidad y la libertad.

Donatello, Condottiere Gattamelata. 1445-1450, escultura ecuestre en bronce,


3,5 x 4 metros, Piazza del Centro, Padua.

 Secularización del saber y la cultura: Durante el Renacimiento, la Iglesia


deja de ser la única o principal promotora cultural de Occidente, y los
sectores civiles asumen parte protagónica en la producción artístico-
cultural, la promoción y la protección de las artes y las ciencias.
 Aparición del gentil-hombre: Con el Renacimiento y todos los valores
asociados a este, aparece la ideal del hombre múltiple y docto, que conoce
de todas las ciencias y áreas, y las integra. Es el ideal del gentil-hombre.
 Mecenazgo: En el Renacimiento se llamó mecenazgo a la práctica de la
promoción del arte y la protección de los artistas. Las personas que
actuaban como protectores fueron llamadas mecenas. Ambos nombres
derivaron de Cayo Cilnio Mecenas, un noble romano etrusco del siglo I a.C.
que, a título personal, destacó por ser un apasionado promotor de las artes
y la literatura. Fue, de hecho, amigo de Horacio y Virgilio.
El mecenazgo renacentista fue liderado también por sectores seculares,
nobles y burgueses, que buscaban dar honra a Dios, a su ciudad y a sí
mismos por medio de la promoción de las artes. Entre los mecenas más
importantes del Renacimiento destacan: la familia Medici, la familia Uffizi,
los Gonzaga, los Sforza, los Borgia, los D'Este, entre otros.
Con frecuencia, los mecenas, llamados también donantes, patronos o
comitentes, aparecían en las obras artísticas que promovían. Eso era
inadmisible en los tiempos medievales, pero el nuevo orden cultural del
Renacimiento lo permitía.

Etapas históricas del Renacimiento

Diferentes etapas históricas marcan el desarrollo del Renacimiento:

Trecento

Es una expresión italiana que se refiere al siglo XIV, es decir, al ciclo de los años
1300 en Italia. Se trata de la transición al pleno Renacimiento. Durante ese
período, se da la individualización de los personajes, diferenciándose así de la
Edad Media que tendía a la estereotipación. Asimismo, se procura la expresión de
los rasgos emocionales, se presta mayor atención a la anatomía, comienza a
trabajarse el fondo de la composición que incluye el paisaje y se perfecciona la
técnica del fresco. Esta renovación estética da lugar a dos grandes escuelas: la
sienesa y la florentina.

Giotto: Maestà di Ognissanti. 1306. Pintura al temple. 3,25 m x 2,04 m. Galería


Uffizi, Florencia.

Quattrocento
Tiene como espacio cronológico todo el siglo XV, es el denominado Quattrocento,
y comprende el Renacimiento temprano que se desarrolla en Italia. El
Quattrocento (cuatrocientos, los años del siglo XV) es un período clave para el
arte occidental. Se puede decir que es ahí donde nace el arte como se conoce
hoy. Y el artista, que deja de ser anónimo.

Como se ve, es una palabra italiana, pues es ahí donde se inicia todo. La edad
media acaba y se empieza a valorar la antigüedad, el arte clásico griego y romano.
Pero todos esos nuevos artistas e intelectuales no quieren sólo imitar esa época
mítica. Lo quieren superar. También se empieza a valorar al ser humano
(humanismo). Eso da como resultado la representación de la figura humana como
tema, se busca imitar las cosas como son (anatomía, profundidad, proporción,
perspectiva).

Cúpula de Brunelleschi, Catedral de Santa María del Fiore en Florencia.


Cinquecento

La segunda, afecta al siglo XVI, se denomina Cinquecento, y su dominio artístico


queda referido al Alto Renacimiento, que se centra en el primer cuarto del siglo.
Esta etapa desemboca hacia 1520-1530 en una reacción anticlásica que conforma
el Manierismo.

Miguel Ángel, (circa 1511) La Creación de Adán, del techo de la Capilla


Sixtina.

Mientras que en Italia se estaba desarrollando el Renacimiento, en el resto de


Europa se mantiene el gótico en sus formas tardías, situación que se va a
mantener, exceptuando casos concretos, hasta comienzos del siglo XVI.

En Italia el enfrentamiento y convivencia con la antigüedad clásica, considerada


como un legado nacional, proporcionó una amplia base para una evolución
estilística homogénea y de validez general. Por ello, allí, es posible su surgimiento
y precede a todas las demás naciones.
Leonardo da Vinci, La Virgen, el Niño y Santa Ana. 1503. Óleo sobre tabla.
168 cm × 112 cm. Museo del Louvre, París, Francia.

Fuera de Italia la Antigüedad Clásica supondrá un caudal académico asimilable, y


el desarrollo del Renacimiento dependerá constantemente de los impulsos
marcados por Italia. Artistas importados desde Italia o formados allí, hacen el
papel de verdaderos transmisores.

Características del Renacimiento.

De forma genérica se pueden establecer las características del Renacimiento en:


 Surgimiento de una nueva relación con la Naturaleza. El arte
renacentista va unido a una concepción ideal y realista de la ciencia. La
matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que se
preocupa incesantemente en fundamentar racionalmente su ideal de
belleza. La aspiración de acceder a la verdad de la Naturaleza, como en la
Antigüedad, no se orienta hacia el conocimiento de fenómeno casual, sino
hacía la penetración de la idea.
 El Renacimiento hace al ser humano medida de todas las cosas. El
Renacimiento hace al ser humano medida de todas las cosas. Como arte
esencialmente cultural presupone en el artista una formación científica, que
le hace liberarse de actitudes medievales y elevarse al más alto rango
social.

Los supuestos históricos que permitieron desarrollar el nuevo estilo se


remontan al siglo XIV cuando, con el Humanismo, progresa un ideal
individualista de la cultura y un profundo interés por la literatura clásica, que
acabaría dirigiendo, forzosamente, la atención sobre los restos
monumentales clásicos.

Italia en ese momento está integrada por una serie de estados entre los que
destacan Venecia, Florencia, Milán, el Estado Pontificio y Nápoles.

La presión que se ejerce desde el exterior impidió que, como en otras


naciones, se desarrollara la unión de los reinos o estados; sin embargo, sí
se produjo el fortalecimiento de la conciencia cultural de los italianos. Desde
estos supuestos fueron las ciudades las que se convierten en centros de
renovación artística.

En Florencia el desarrollo de una rica burguesía ayudará al despliegue de


las fuerzas del Renacimiento, la ciudad se convierte en punto de partida del
nuevo estilo, y surgen, bajo la protección de los Médicis, las primeras obras
que desde aquí se van a extender al resto de Italia.

Otros rasgos generales comunes del Renacimiento

Miguel Ángel Buonarroti: David. 1501-1504. Mármol blanco. 5,17 m de altura.


Galería de la Academia, Florencia.

Aunque el Renacimiento tuvo diferentes expresiones en toda Europa, los estilos e


intereses desarrollados tienen características comunes que permiten
comprenderlo e identificarlo:

 Imitación del arte clásico grecorromano en todas las disciplinas: El


arte clásico era para los renacentistas la referencia fundamental, tanto al
nivel de contenidos como en lo que a estilo se refiere. Buscaron en la
antigüedad clásica la inspiración y, con ello, renovaron el universo de temas
y criterios para la creación estética en todas las disciplinas.
Brunelleschi y Ghiberti: Cúpula de Santa María del Fiore. 1420-1436.

 Simetría, equilibrio y proporción: Parte de este interés por la antigüedad


clásica se expresó en la adopción de estos tres aspectos fundamentales del
cañón clásico: equilibrio, proporción y simetría. No sólo fueron vistos como
elementos estéticos al servicio de la composición elegante, clara y diáfana,
sino como expresión del racionalismo científico y filosófico de la época.

 Percepción del arte como forma de conocimiento: En el arte también


penetró el espíritu científico, ya que los artistas estudiaban asiduamente
geometría, anatomía y otras ciencias. Si en la Edad Media las artes
plásticas estaban consideradas artes manuales, por debajo de las artes
liberales, durante el Renacimiento se luchó para que se comprendiera a las
artes plásticas como forma de conocimiento.
 Estudio de la naturaleza: De acuerdo con Pierre Francastel, a diferencia
de la Edad Media, el arte del Renacimiento ya no es un código de conducta,
sino un inventario del universo, por lo cual el hombre comenzó a pensar en
función de las leyes físicas del universo. Se aplicaron conocimientos
geométricos, matemáticos, botánicos, anatómicos, filosóficos, etc.
En las artes plásticas, por ejemplo, esto permitió el desarrollo de los
siguientes elementos:
 Estudio de la luz diáfana (en detrimento de la luz colorida del gótico),
lo que dio origen al claroscuro;
 Estudio de la geometría espacial, lo que perfeccionó la perspectiva
lineal o en punto de fuga.

El estudio de la naturaleza trajo como consecuencia


el perfeccionamiento del naturalismo, es decir, el principio de
imitación de las formas naturales en búsqueda de la verosimilitud.

 Separación del arte y la artesanía: La relación del arte con el espíritu


racional y científico trae consigo la especialización artística y, poco a poco,
los gremios medievales de artesanos dan lugar a los talleres de artistas,
con lo cual el arte gana autonomía como objeto, relegando a la condición
de artesanía todos aquellos objetos subordinados a una función
pragmática.
 Cambio de la función social del arte: Ante los nuevos cambios, que
implican un refinamiento intelectual de los contenidos, el público se va
reduciendo y el circuito elitesco (especialista) se ensancha, aun cuando el
artista se sigue dirigiendo a todos. El arte se vuelve un objeto de distinción
social y ya no sólo un vehículo para la promoción de contenidos
institucionales.
 El rechazo al dogmatismo cristiano y el inicio de una nueva relación
con la naturaleza, mediada por la ciencia. Esto a la larga condujo al
nacimiento del humanismo, que reemplazó a la fe por la razón como valor
supremo, y en lugar de Dios puso al ser humano como centro del universo.
 Se promovieron y realizaron nuevos descubrimientos científicos, nuevos
proyectos de medición y nuevas deducciones, entre las que destaca la
sustitución del modelo geocéntrico del universo (aristotélico) por el
heliocéntrico (copernicano).

Arquitectura del Renacimiento

En la Arquitectura del Renacimiento, vuelven a representarse las estructuras


romanas y griegas, sus elementos principales son:

-La preocupación por la perfección y el equilibrio.

-Se vuelven a originar las columnas y las pilastras.

-Se construyeron los arcos de medio punto.

-Se crearon las cúpulas, que fueron decoradas por casetones.

-Las bóvedas de cañón también llevaban los casetones.

-Las bóvedas empleadas suelen ser de cañón o de arista, pero la cúpula es el


elemento más empleado para cubrir partes del edificio

-Surge de nuevo el frontón griego

-El muro y la columna son los elementos arquitectónicos que mantienen el peso.
Las columnas soportan arcos de medio punto y tienen un capitel de estilo corintio
por lo general.

-El ladrillo y el mármol son los materiales más empleados en la construcción.

-Se emplean áureas, guirnaldas, amorcillos y balaustradas para decorar los


edificios.

-Entre los principales arquitectos renacentistas se pueden mencionar a


Brunelleschi, Bramante, Miguel Ángel y Alberti.

Tipos de edificios
Había dos tipos de edificios: los religiosos (iglesias) y los civiles (urbanos y laicos).
Los edificios religiosos constaban de vitrales e imágenes de santos.

Elementos constructivos

Entre los principales elementos constructivos figuran:

 Sustentantes: Arco de medio punto y columnas.


 Sustentados: Cúpula, bóveda de cañón y cubiertas planas con casetones.

Elementos decorativos

Pilastras, frontones, pórticos, decoración heráldica, almohadillado, voluta,


grutescos, guirnaldas y medallones.

Desde un principio la arquitectura renacentista tuvo un carácter profano, y,


lógicamente, surgió en una ciudad en donde el Gótico apenas había penetrado,
Florencia; en la Europa de las grandes catedrales, se implantó con dificultades.

Se caracterizó por el empleo de proporciones modulares, superposición de


órdenes, empleo de cúpulas e introducción del orden colosal. En el Quattrocento
fue frecuente recurrir a columnas y pilastras adosadas, a los capiteles clásicos
(con preferencia el corintio, aunque sustituyendo los caulículos por figuras
fantásticas o de animales), los fustes lisos y el arco de medio punto, a la bóveda
de cañón y de arista, así como a cubiertas de madera con casetones.

Lo que fundamentalmente distingue a la arquitectura del Quattrocento de la del


Alto Renacimiento (o Cinquecento) es la decoración menuda (putti, guirnaldas de
flores o frutos, grutescos, etc.), el alargamiento de la cúpula (catedral de Florencia,
de Filippo Brunelleschi) y las fachadas de piedra tosca (Palacio Medici−Ricardi, de
Michelozzo di Bartolommeo) o con los sillares en realce (Palacio Rucellai, de
Bernardo Rosellino, proyecto de Alberti). La arquitectura del Cinquecento tuvo
como centro Roma: En 1506 Bramante terminaba su célebre proyecto para la
basílica de San Pedro en el Vaticano. Los palacios se adornaron de valiosos
bajorrelieves (Palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de Michele Sanmicheli) o de
esculturas exentas (biblioteca de San Marcos, 1537−50, Venecia, obra de Jacopo
Sansovino).

Características de la Escultura en el Renacimiento

Las características principales que se pueden observar en la escultura del


Renacimiento son:

-El sumo interés por las proporciones.

-Surgió un nuevo interés: representar las pasiones ocultas.

-Se le dio un nuevo valor al cuerpo humano.

-Se le otorgó un nuevo valor a la escultura ecuestre.

-Los materiales utilizados son generalmente piedra, madera, bronce o terracota,


los artistas logran perfeccionar sobre ellos la técnica renacentista.

-Interés por acabados muy pulidos y lisos, la textura es un elemento primordial


para los escultores.

-Se trata de dominar el volumen tanto en las figuras individuales como en los
relieves para conseguir efectos de profundidad.

-La composición siguiendo un esquema simple y de geometría básica. Se utilizan


técnicas como el contrapuesto para dar la sensación de movimiento.

-Expresión figurativa, naturalista e idealizada; se busca una precisión infinita de los


detalles sobre todo en cuanto a las proporciones del ser humano.

-Los artistas destacados de la escultura del Renacimiento son: Lorenzo Ghiberti,


Miguel Ángel y Donatello.
Pintura en el Renacimiento

En la pintura del Renacimiento no se ve ninguna referencia de la pintura ni griega


ni romana ya que comienza desde cero. Sus características principales son:

-La pintura tiene una visión lineal y aérea.

-Se introdujeron los fondos arquitectónicos.

-Desaparece el retablo típico de la Edad Media, los cuadros aparecen de manera


individual.

-Se crea un fondo con paisaje para dar profundidad a la escena y encuadrarla.

-Se le da mucha importancia a la proporcionalidad y belleza de la figura humana,


algo que ya ocurría en la antigua Grecia.

-La perspectiva que en el arte de la Edad Media no se controlaba comienza a ser


dominada por los artistas creando obras con volumen y sensación de tres
dimensiones.

-Las técnicas empleadas son muy variadas, se realizan tanto pinturas al fresco
como con temple y óleo.

-La luz y el color permiten acercar las obras a la realidad de la naturaleza.

-La composición está organizada de acuerdo a patrones geométricos básicos,


buscando la simetría y la compensada distribución de elementos en la pintura.

-Los artistas destacados en la pintura del Renacimiento son: Fra Angelico,


Botticelli, Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Alberto Durero y Doménico
Theotocopoulos más conocido como el Greco.

Temas de la pintura, el grabado y la escultura renacentista


Si en la Edad Media el arte sacro era más valorado que el profano, en el
Renacimiento se valorará el arte en sí gracias al avance de la secularización, que
abrió el abanico de temas. Se revalorizaron los temas profanos como la mitología,
la historia, los individuos, además de los temas religiosos.

La muerte no sólo se reflejó en la preocupación por el más allá medieval, sino que
la mirada antropocéntrica de inspiración grecolatina, que rescataba el placer,
favoreció el interés por los tópicos tempo fugit (fugacidad del tiempo), collige virgo
rosas ('corta las rosas, doncella') y carpe diem (aprovecha el día).

En temas religiosos, fueron de gran interés las madonnas con el niño, en sus


diferentes variantes, las cuales respondían a la creatividad de los artistas y los
deseos del cliente/patrono.

Alberto Durero, La Melancolía, 1514, Grabado. 31 cm x 26 cm., Galería


Nacional de Arte de Karlsruhe, Alemania.
Literatura renacentista

La literatura del Renacimiento giró en torno al humanismo y, como en las otras


artes, en torno a la recuperación de los mitos, motivos y la tradición clásica
grecolatina. Inicialmente, muchas de las ideas platónicas y aristotélicas fueron
recuperadas y puestas al servicio del cristianismo, lo cual permitió la recuperación
de la preceptiva clásica. Se desarrollaron nuevos géneros, como el del ensayo, y
nuevos modelos métricos para la poesía (como el soneto y el verso endecasílabo),
así como la novela moderna.

William Shakespeare fue un importante autor de la dramaturgia isabelina.

La literatura renacentista fue difundida con enorme fuerza gracias a la invención


de la imprenta y nació bajo la influencia de tres grandes antecesores: Dante
Alighieri (1265-1321), cultor destacado del dolce stil nuovo (del dulce estilo nuevo);
Francesco Petrarca (1304-1374), autor de un formidable cancionero escrito en
italiano; y Giovanni Boccaccio (1313-1375), célebre autor del Decamerón.

El nacimiento del ensayo fue de particular importancia, ya que permitió la


divulgación de las ideas del humanismo en escritos didácticos, explicativos.
Fueron importantes cultores del género durante el Renacimiento: Martín Lutero
(1483-1546), Erasmo de Rotterdam (1466-1536), Michel de Montaigne (1533-
1592) y Nicolás Maquiavelo (1469-1527).

Al mismo tiempo, la Comedia dell’Arte y la dramaturgia isabelina marcaron una


importante pauta, en especial bajo las plumas de William Shakespeare (1564-
1616) y Christopher Marlowe (1564-1593), tanto como lo hizo la novela bajo la de
Miguel de Cervantes (1547-1616) y François Rebelais (c. 1494-1553), entre
muchos otros.

Música renacentista

Supuso la consagración de la polifonía, así como el afianzamiento de la música


instrumental, que iría evolucionando hacia la orquesta moderna. Apareció el
madrigal como género profano que aunaba texto y música, siendo la expresión
paradigmática de la música renacentista. En 1498 Ottaviano Petrucci ideó un
sistema de imprenta adaptado a la música, en pentagrama, con lo que se empezó
a editar música. Las primeras novedades se produjeron en Flandes, donde se
desarrolló la llamada polifonía a la flamenca, cultivada por Guillaume Dufay,
Johannes Ockeghem y Josquin des Prés. También cultivaron el madrigal Orlandus
Lassus, Luca Marenzio, Carlo Gesualdo, Claudio Monteverdi, Cristóbal de Morales
y Tomás Luis de Victoria, mientras que en polifonía religiosa destacó Giovanni
Pierluigi da Palestrina. En música instrumental descolló Giovanni Gabrieli, quien
experimentó con diversos timbres de instrumentos de viento y con efectos de
sonido cruzado y de relieve.
En los países protestantes la música cobró gran relevancia, ya que el propio
Lutero defendía la importancia de la música en la liturgia religiosa. Aquí se cultivó
especialmente el coral, un género musical a capella o con acompañamiento
instrumental, generalmente a cuatro voces mixtas. Algunos de los compositores
que lo cultivaron fueron Johann Walther y Valentin Bapst.

A finales del siglo xvi nació la ópera, iniciativa de un círculo de eruditos (la
Camerata Fiorentina) que, al descubrir que el teatro griego antiguo era cantado,
tuvieron la idea de musicalizar textos dramáticos. La primera ópera fue Dafne
(1594), de Jacopo Peri, a la que siguió Euridice (1600), del mismo autor; en 1602
Giulio Caccini escribió otra Euridice; y, en 1607, Claudio Monteverdi compuso La
favola d'Orfeo, donde añadió una introducción musical que denominó sinfonía, y
dividió las estructuras cantadas en arias.

Danza renacentista

Tuvo una gran revitalización, debido de nuevo al papel preponderante del ser
humano sobre la religión, de tal manera que muchos autores consideran esta
época el nacimiento de la danza moderna. Se desarrolló sobre todo en Francia –
donde fue llamado ballet-comique–, en forma de historias bailadas, sobre textos
mitológicos clásicos, siendo impulsado principalmente por la reina Catalina de
Médicis. Se suele considerar que el primer ballet fue el Ballet comique de la Reine
Louise (1581), de Balthazar de Beaujoyeulx. Las principales modalidades de la
época eran la gallarda, la pavana y el tourdion. En esta época surgieron los
primeros tratados sobre danza: Domenico da Piacenza escribió De arte saltandi et
choreas ducendi, siendo considerado el primer coreógrafo de la historia; Thoinot
Arbeau hizo una recopilación de danzas populares francesas (Orchesographie,
1588).

Danza renacentista. Tipos.

Algunos tipos de danzas conocidos del Renacimiento son:

1 Allemande
2 Baja danza o Basse danse

3 Branle

4 Canario

5 Coranto o courante

6 Gallarda o galliard

7 Lavolta

8 Tourdion (gallarda rápida).

9 Pavana o pavane

10 Zarabanda o sarabanda.

11 Spagnoletta

Artistas y obras del Renacimiento

Pintores, arquitectos y escultores

 Giotto di Bondone. Florencia, 1267-1337. Pintor. Obras destacadas:


Frescos de la Capilla de los Scrovegni; la Santa Croce de Florencia; serie
Vida de San Francisco en la iglesia superior de San Francisco de Asís.
 Cenni di Pepo Cimabue. Florencia; 1240 - Pisa; 1302. Pintor. Crucifijo de
Arezzo; Crucifijo de Santa Croce; Majestad del Louvre.
 Filippo Brunelleschi. Italia, 1377-1446. Arquitecto. Obras destacadas:
Catedral de Santa María del Fiore, Florencia.
 Leon Battista Alberti. Génova, 1404 - Roma, 1472. Arquitecto. Obras
destacadas: Basílica de Santa Maria Novella, Palacio Rucellai.
 Fra Angélico. Florencia, 1395-Roma, 1455. Pintor. Obras destacadas: La
Anunciación; Retablo de San Marcos; La Coronación de la Virgen.
 Sandro Botticelli. Florencia, 1445-1510. Pintor. Obras destacadas: El
nacimiento de Venus; La Primavera.
 Paolo Uccello. Florencia?, 1397-1475. Pintor. Obras destacadas: Batalla de
San Romano; San Jorge y El Dragón.
 Donato di Niccolò di Betto Bardi, conocido como Donatello. Florencia, 1386-
1466. Escultor. Obras destacadas: Estatua ecuestre de Gattamelata; David;
Púlpito exterior de la catedral de Prato.
 Lorenzo Ghiberti. Florencia, 1378-1455). Escultor, arquitecto, orfebre.
Obras destacadas: Puerta del Paraíso del Baptisterio de Florencia.
 Leonardo da Vinci. Vinci, 1452-Amboise, 1519. Pintor, escultor, arquitecto,
inventor, ingeniero. Obras destacadas: La Gioconda o Mona Lisa; La Virgen
de las rocas; La última cena.
 Miguel Ángel Buonarrotti. Escultor, pintor y arquitecto. Obras destacadas:
frescos de la Capilla Sixtina; escultura La Piedad; escultura David.
 Donato d'Angelo Bramante. Fermignano, c.1443-Roma, 1514. Arquitecto.
Obras destacadas: Basílica de San Pedro; Templete de San Pietro in
Montorio.
 Andrea Palladio (Padua, 1508-Maser, 1580). Arquitecto. Obras destacadas:
Villa la Rotonda, Teatro Olímpico y Villas palladianas.

Escritores

 Dante Alighieri. Florencia, 1265 - Rávena, 1321. Escritor. Obras


destacadas: La Divina Comedia.
 Petrarca. Arezzo, 1304 - Padua, 1374. Escritor. Obras destacadas:
Cancionero y Secretum.
 Boccaccio. Certaldo, Italia, 1313 – 1375. Escritor. Obras destacadas:
Decamerón.
 Ludovico Ariosto. Reggio Emilia, 1474-Ferrara, 1533. Escritor. Obras
destacadas: Orlando furioso.
 Michael de Montaigne. Francia, 1533-1592. Escritor. Obras destacadas:
Ensayos.
 Erasmo de Rótterdam. Países Bajos, 1466-1536: Elogio de la Locura;
Coloquios; Adagia.

Músicos

 Juan del Encina (1469-ca.1529). Músico. Obras destacadas: Cancionero.


 Giovanni Pierluigi da Palestrina. Palestrina, 1526-1594. Músico. Obras
destacadas: Misa del Papa Marcelo.
 Orlando di Lasso. Bélgica, 1532-1594. Músico. Obras destacadas: Lágrimas
de San Pedro.

Filosofía renacentista

Estuvo marcada en su origen por el declive de la teología, en un mundo abocado a


la modernidad que, sin renunciar aún a la religión, la circunscribe al ámbito
espiritual y personal del individuo. La nueva forma de afrontar los problemas del
ser humano será el racionalismo, el uso de la razón aplicada a la sociedad y a la
naturaleza. Aun así, la religión siguió presente en buena medida durante esta
época, aunque derivó de la teología escolástica hacia el misticismo, hacia una
relación con Dios basada más en el sentimiento que en el conocimiento, así como
en la acción, la obra de acercamiento a Dios, como se percibe en la obra de Jan
van Ruysbroek, Dionisio Cartujano y Tomás de Kempis.

La nueva corriente de estos tiempos será el humanismo, más interesado en el


hombre y la naturaleza que en las cuestiones divinas y espirituales. El naturalismo
impregna todos los ámbitos del saber, y así se habla no solo de la ciencia natural,
sino también del derecho natural, la moral natural e, incluso, la religión natural,
una religión que abandona todo lo sobrenatural (revelación, dogma) para ser fiel
reflejo de la posición del ser humano en el mundo.97 El humanismo se
fundamenta, como el arte, en la oposición a la cultura medieval y el retorno a la
antigüedad clásica; sin embargo, buena parte de la filosofía renacentista
evoluciona de la medieval en una línea continua que llega hasta Descartes, no en
vano la escolástica medieval estaba fundamentada en la filosofía griega platónica
y aristotélica.98 Aun así, numerosos humanistas despreciaron el aristotelismo
escolástico por ser excesivamente teologizado, y abordaron a Platón desde la
obra de sus seguidores posteriores, el llamado neoplatonismo, especialmente
desde el terreno de la filosofía estoica que, como la renacentista, incidía más
especialmente en el ser humano como medida de todas las cosas. Sin embargo,
muchos de estos autores abordaron el tema desde una postura superficial y poco
rigurosa, sin profundizar en los aspectos ontológicos y metafísicos de los clásicos
griegos, sin analizar la nueva situación intelectual del ser humano alejado de Dios,
cuestión que no llegará hasta el cartesianismo.

El pensamiento humanístico nació en Italia, especialmente en torno a la Academia


Platónica Florentina patrocinada por Cosme de Médici, que aglutinó a pensadores
como Marsilio Ficino, Giovanni Pico della Mirandola, Cristoforo Landino, Angelo
Poliziano o Benedetto Varchi. Otros se encaminaron más hacia la política, como
Nicolás Maquiavelo, forjador del autotitarismo monárquico como seña de identidad
de las nuevas naciones-estado surgidas en esta época; o hacia el naturalismo,
como Leonardo Da Vinci y Bernardino Telesio. En Francia, el humanismo tuvo un
componente más escéptico, representado por Michel de Montaigne o Pierre
Charron, mientras que algunas figuras se adhirieron a la reforma protestante,
como Pierre de la Ramée o Henri Estienne. En Inglaterra destacó la figura de
Tomás Moro, canciller de Enrique VIII, quien lo decapitó por oponerse a la reforma
anglicana; fue autor de Utopía, un esbozo de estado ideal de reminiscencias
platónicas. Pero el más afamado humanista surgió en Países Bajos: Erasmo de
Róterdam, que escribió en latín, con un estilo vivo y elegante, fiel al dogma
católico, pero de mentalidad abierta y comprensiva, reflejo de un espíritu de
concordia; fue autor del Elogio de la locura (1511).
En Alemania no recaló tanto el humanismo de carácter marcadamente literario
como en otros países europeos, y la filosofía se encaminó más a la mística
especulativa, heredera del Maestro Eckhart; otras figuras mezclaron esta
tendencia con elementos de las ciencias naturales o aun de la alquimia y la
astrología, como Agrippa von Nettesheim o Paracelso. Por otro lado, la Reforma
protestante contó con figuras como Martín Lutero, Zwinglio, Philipp Melanchthon,
Sebastian Franck y Jakob Böhme.

En España el pensamiento filosófico no rompió del todo con el pasado medieval, y


mostró un especial interés por la lingüística, tanto clásica como vernácula (Antonio
de Nebrija, Benito Arias Montano). La corriente escéptica estuvo representada por
Francisco Sánchez, mientras que el humanismo antiescolástico —pero heredero
de la tradición católica— contó con la figura de Juan Luis Vives, preocupado
especialmente por la moral y la educación. Por otro lado, una reacción escolástica
estuvo originada por la Contrarreforma tridentina que revivió el misticismo y contó
con figuras como santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.

Por otro lado, además del humanismo hay otras corrientes de pensamiento que a
través de diversas vías, aparentemente dispares, convergerán en la filosofía
cartesiana y en los fundamentos de la filosofía moderna: una es heredera del
pensamiento medieval, representada por Nicolás de Cusa o por la escolástica
española; otra está más preocupada por la naturaleza y dará origen a la ciencia
física moderna. Nicolás de Cusa, cardenal y obispo de Bresanona, intentó conciliar
la doctrina católica con la teoría platónica, a través de una noción de Dios infinito y
trascendente en el que se aglutinan la verdad y la realidad (De docta ignorantia,
1440). La escolástica española estuvo muy ligada a la Contrarreforma, y se asoció
especialmente con la orden de los jesuitas; de influencia tomista, estuvo
representada por Francisco de Vitoria, Alfonso Salmerón, Luis de Molina y,
especialmente, Francisco Suárez. El estudio de la naturaleza dio en el terreno
filosófico la relevante figura de Giordano Bruno, autor de una doctrina panteísta
por la que fue quemado por hereje, y defensor de la razón y la experiencia como
única vía para conocer el mundo. También influyeron en la filosofía las nuevas
teorías científicas de Nicolás Copérnico, Johannes Kepler y Galileo Galilei.

Ciencia renacentista

La historia de la ciencia en el Renacimiento comienza con el redescubrimiento de


textos científicos antiguos durante el Renacimiento y se acelera después de la
caída de Constantinopla en 1453 y la invención de la imprenta —que
democratizaría al aprendizaje y permitiría una propagación más rápida de nuevas
ideas— y los descubrimientos geográficos ocurridos en esta era.

Las ciencias naturales, fundamentadas en la metafísica nominalista, se


diferenciaron de los estudios anteriores —de raíz aristotélica— en dos factores
esenciales: la idea de la naturaleza y el método físico. La primera evoluciona
desde la física ontológica aristotélica hacia un discurrir simbólico fundamentado en
las matemáticas, pasando de analizar el ser de las cosas a interpretar variaciones
de fenómenos; por tanto, se renuncia a conocer las causas a cambio de medir los
fenómenos, sentando las bases de la ciencia positiva. El método físico, por otro
lado, se fundamenta en el empirismo, basado en el análisis de la naturaleza, el
cual parte de una hipótesis de origen matemático para llegar a una comprobación
a posteriori de esa premisa apriorística. Uno de los principales teóricos de la
nueva ciencia fue el filósofo inglés Francis Bacon, padre del empirismo filosófico y
científico; su principal obra, Novum organum, presenta la ciencia como técnica,
experimental e inductiva, capaz de dar al ser humano el dominio sobre la
naturaleza.

Una de las disciplinas científicas que más se desarrolló en esta época fue la
astronomía, gracias principalmente a la figura de Nicolás Copérnico: este científico
polaco fue el difusor de la teoría heliocéntrica —los planetas giran alrededor del
Sol— frente a la geocéntrica impuesta en la Edad Media principalmente por la
iglesia —la Tierra es el centro del universo. Expuso esta teoría, basada en la de
Aristarco de Samos. Este sistema fue posteriormente desarrollado por Johannes
Kepler, quien describió el movimiento de los planetas conforme a órbitas
elípticas.117118 Por último, Galileo Galilei sistematizó estos conocimientos y
formuló los principios modernos del conocimiento científico, por lo que fue
procesado por la Inquisición y obligado a retractarse; sin embargo, está
considerado por ello el fundador de la física moderna.

Otro astrónomo destacado de este período fue Tycho Brahe, creador del
observatorio de Uraniborg, desde el que realizó numerosas observaciones
astronómicas que sirvieron de base a los cálculos de Kepler. También cabe
remarcar que en 1582 el papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano, que
sustituyó al anterior calendario juliano.

Las matemáticas también avanzaron notablemente en esta época: Christoph


Rudolff desarrolló la utilización de las fracciones decimales; Regiomontano estudió
la trigonometría esférica y rectilínea; los italianos Gerolamo Cardano y Lodovico
Ferrari resolvieron las ecuaciones de tercer y cuarto grado, respectivamente; otro
italiano, Tartaglia, utilizó el triángulo aritmético para calcular los coeficientes de un
binomio; Rafael Bombelli estudió los números imaginarios; François Viète efectuó
importantes avances en trigonometría, y creó el simbolismo algebraico; Simon
Stevin estudió las primeras tablas de intereses, resolvió el problema de la
composición de fuerzas y sistematizó las fracciones decimales.

En ciencias naturales y medicina también hubo importantes avances: en 1543


Andrés Vesalio publicó De humani corporis fabrica, un compendio de anatomía
con profusas ilustraciones considerado uno de los más influyentes libros científicos
de todos los tiempos; Bartolomeo Eustachio descubrió las cápsulas suprarrenales;
Ambroise Paré inició la cirugía moderna; Conrad von Gesner inauguró la zoología
moderna con una primera clasificación de animales por géneros y familias; Miguel
Servet describió la circulación pulmonar, y William Harvey la de la sangre;
Gabriele Falloppio estudió la estructura interna del oído; Ulisse Aldrovandi creó el
primer jardín botánico en Bolonia; Bernard Palissy fundamentó la paleogeografía;
Caspar Bauhin introdujo un primer método de clasificación de las plantas; y
Zacharias Janssen inventó el microscopio en 1590. También avanzó notablemente
la geografía y la cartografía, gracias a los numerosos descubrimientos realizados
en esta época. Cabe destacar la labor del flamenco Gerardus Mercator, autor del
primer mapa del mundo (1538) y descubridor de un método de posicionamiento
geográfico sobre un mapa del rumbo dado por una aguja imantada.

En el terreno de la química, relacionada todavía con la alquimia medieval, hubo


escasos avances: Georgius Agricola fundó la mineralogía moderna, clasificando
los minerales según sus caracteres externos; Paracelso aplicó la alquimia a la
medicina, estudiando las propiedades de los minerales como fármacos, en el
transcurso de cuyas investigaciones descubrió el cinc; Andreas Libavius escribió el
primer tratado sobre química con una mínima base científica, e introdujo diversos
preparados químicos, como el ácido clorhídrico, el tetracloruro de estaño y el
sulfato amónico, así como la preparación del agua regia.

Por último, conviene citar la figura polifacética de Leonardo da Vinci, ejemplo del
hombre renacentista interesado en todas las materias tanto artísticas como
científicas (homo universalis). En el terreno de la ciencia, realizó varios proyectos
como máquinas voladoras, concentradores de energía solar o calculadoras, que
no pasaron de meros proyectos teóricos. También realizó trabajos de ingeniería,
hidráulica y mecánica, y estudios de anatomía, óptica, botánica, geología,
paleontología y otras disciplinas.

Historiadores como George Sarton y Lynn Thorndike han criticado el efecto del
Renacimiento sobre la ciencia, argumentando que el progreso fue demorado
porque los humanistas favorecieron los temas centrados en el hombre, como
política e historia, sobre el estudio de la filosofía natural o la matemática aplicada.
Otros se han localizado en la influencia positiva del Renacimiento puntualizando
factores como el descubrimiento de muchísimos textos ocultos o perdidos, y el
nuevo énfasis en el estudio de la lengua y la correcta lectura de textos. Marie Boas
Hall acudió el término «Renacimiento científico» para designar la primera fase de
la Revolución científica. Recientemente, Peter Dear argumentó a favor de un
modelo de dos fases para explicar la Génesis de la ciencia moderna: un
«Renacimiento científico» en los siglos XV y XVI, centrado en la restauración del
conocimiento natural de los antiguos, y una «Revolución científica» en el siglo
XVII, cuándo los científicos pasaron de la recuperación a la invención.

Vida y costumbres

Con el Renacimiento y su cultura más humanista e individualista, así como el


despegue económico y su consecuente grado de ostentación social, y unido a los
avances tecnológicos, se desarrollaron notablemente todos los aspectos
relacionados con el aspecto individual y el cuidado personal, como la peluquería y
la moda. La peluquería sufrió una profunda transformación y un gran auge en
cuanto a establecimientos y productos dedicados al cuidado del cabello. Se puso
de moda la depilación de las cejas, así como de la frente, a veces hasta medio
cráneo. Aumentó el gusto por el teñido, siendo el rubio el color preferido. Por lo
general, los peinados incluían un tocado, con cinco tipos principales: las tocas, las
cofias o albanegas, los bonetes, los rollos y los sombreros. Desde el siglo XVI los
peinados, especialmente los femeninos, fueron ganando en complejidad, con
sofisticadas estructuras de rizos, encajes, cintas y muselinas.

En el Renacimiento surgió el concepto de moda tal como lo entendemos hoy día:


se introdujeron nuevos géneros y la costura adquirió un alto grado de
profesionalización. En la Italia renacentista aparecieron los trajes más ricos y
espectaculares de la historia, de vivos colores y formas imaginativas y originales,
que otorgaban gran relevancia a las mangas, a los pliegues y a las caídas de tela
de forma vertical, con finos bordados y rica pasamanería. En el siglo xvi el calzón
corto era a modo de bombacho, y continuó usándose el jubón medieval, junto a
capas de diverso tipo y adornos como la gorguera, una tela de encajes fruncidos
que cubría el cuello. En el atuendo femenino apareció el corsé, que ceñía la
cintura, sobre una falda en forma de campana llamada crinolina, hecha de tela y
crin de caballo, y reforzada con aros metálicos.

Por otro lado, cobró una especial relevancia la gastronomía, que llegó a altas
cotas de refinamiento y sofisticación. Destacó la cocina veneciana, que gracias a
su comercio con Oriente favoreció la importación de todo tipo de especias:
pimienta, mostaza, azafrán, nuez moscada, clavo, canela, etc. Un factor
determinante para una nueva gastronomía fue el descubrimiento de América, de
donde llegaron nuevos alimentos como el maíz, la patata, el tomate, el cacao, los
frijoles, el cacahuete, el pimiento, la vainilla, la piña, el aguacate, el mango o el
tabaco.

REFERENCIAS

Fuentes bibliográficas

- Janson, H.W. (1972). Historia del arte. Panorama de las artes plásticas
desde la Prehistoria a nuestros días. Tomo II. Barcelona: Editorial Labor.
- Martindale, Andrew. (1966). El mundo del arte. Las artes plásticas de sus
orígenes a la actualidad. El renacimiento. Río de Janeiro: EXPED-
Expansao Editorial.

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