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Introducción:
Desarrollo:
Sin más preámbulo, empecemos por dar respuesta a lo siguiente: ¿Cuáles son los
problemas del derecho tradicional, y las ventajas y desventajas de las soluciones
que plantean?
En el mundo de las leyes, existen tres agentes importantes:
Sujeto: La persona que realiza determinada acción;
Los encargados del cumplimiento: Policías y funcionarios; y,
Los intérpretes: Jueces, entre otros.
Lo anterior, debido a que las reglas y los estándares implican enfoques distintos.
Al establecer reglas, los actores pueden conocer la legalidad de una conducta,
previo a que ésta sea realizada; por el contrario, los estándares dan lugar a que la
legalidad de una acción se determine con posterioridad a que se haya efectuado la
conducta en cuestión.
En relación con lo anterior, los autores proponen que se use la tecnología para
combinar ambos elementos, multiplicando sus ventajas y eliminando las
desventajas; teniendo, así, leyes más justas y eficientes. A esto se le conoce
como “Microdirectiva”. La microdirectiva es una ley, norma o regulación que tiene
una aplicabilidad muy reducida, dado que se trata de una norma única. (Díaz,
2018) Es decir, se emite en tiempo real para los actores que serán afectados,
basada en un algoritmo que decide lo más eficiente y justo para la situación
respectiva. Para estos efectos, se establecen objetivos amplios y generales
(estándares) que minimizan los costos de errores y de decisión, pero que pueden
traducirse en reglas rígidas para los actores específicos. Un ejemplo de la
microdirectiva pueden ser los límites de velocidad que van cambiando y se van
estableciendo en función del contexto y las características de la situación.
Los estándares son aquellas circunstancias que resultan relevantes para decidir
sobre la legalidad de algo. Así, la legalidad de una determinada conducta sólo
puede determinarse hasta después de que dicha conducta es cometida. Caso
contrario a lo que sucede con las reglas rígidas, donde la legalidad de la acción se
determina previo a que dicha conducta sea realizada.
Conclusión:
Tanto las reglas, como los estándares, son útiles para legislar e interpretar normas
jurídicas. No obstante, la decisión sobre cuál de los dos elementos es mejor para
una situación determinada dependerá de algunos factores como la importancia del
compromiso previo, la certidumbre del resultado, lo adecuada que sea la norma,
así como el interés por prevenir y erradicar la evasión de las normas jurídicas.
Bibliografía: