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MARCO CONCEPTUAL DEL DESEMPLEO

JEFFREY DAMIAN ALVERNIA CELIS – 1214818

JOHAN SEBASTIÁN RODRÍGUEZ ARCHILA – 1214799

DOCENTE: LUZ STELLA ARENAS PÉREZ

PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN – GRUPO A

UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER


ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS (JORNADA DIURNA)
2022
MARCO CONCEPTUAL

El término desempleo en su significado modelo aparece durante una investigación


realizada en 1878 en Massachussets por Carol Wright, que entonces era el jefe del servicio
de estadística laboral de aquel estado y más adelante sería primer responsable del Bureau of
Labor Statistics del Gobierno Federal de los Estados Unidos. Durante esta investigación se
llegó a la primera definición del concepto a efectos prácticos y empíricos.

Preponderando también que el desempleo según la (OIT) Organización Internacional del


Trabajo, se considera la situación de un conjunto de individuos que, teniendo edad,
capacidad o deseos de trabajar, no pueden conseguir un puesto laboral, lo cual lleva a una
situación de paro forzoso que provoca grandes problemas económicos.

Con respecto a lo que estamos tratando el aspecto más interesante es la especificación


ulterior relativa a la disponibilidad para el trabajo: desempleado no era sólo quien aceptaba
un trabajo en cualquier condición, sino quien estuviera dispuesto a trabajar por un salario
no inferior a la media salarial del quinquenio precedente (Keyssar, 1986).

La existencia de una cuota de población excedente (definida como superpoblación


relativa) acompaña siempre al proceso de producción capitalista, aunque resulta más
evidente en los momentos de crisis. Marx define tres formas de superpoblación relativa. La
primera, que se define como fluctuante, corresponde al auténtico desempleo. Las otras dos
formas son la latente (el desempleo encubierto en las tradicionales formas de trabajo
precapitalistas a las que antes nos hemos referido) y la estanca (“a disposición del
capitalista rapaz”, que hoy definiríamos como trabajo negro) (Marx, 1867).

El exceso de ahorro y la consiguiente desproporción entre capacidad productiva y


capacidad de consumo causa el desempleo. Pero al mismo tiempo en el plano político y
social el problema del desempleo se plantea cada vez con mayor fuerza. Aunque no hay
cambios en la teoría económica oficial, en el plano concreto la existencia del desempleo
involuntario es un dato efectivamente reconocido. En este proceso, en Inglaterra cumplen
un papel fundamental las investigaciones sobre la pobreza llevadas a cabo por Both (1902)
y por Rowntree (1941) que ponen de manifiesto el alcance de los problemas del desempleo,
del trabajo irregular, de los bajos salarios y de la pobreza.

Para Keynes (1936), hay una cuota de desempleo que en ningún caso no puede ser
reabsorbida sólo mediante la reducción de los salarios: en determinadas circunstancias esta
cuota puede persistir, aunque se reduzcan sensiblemente los salarios. De hecho, la causa de
ese desempleo hay que buscarla en la carencia de demanda efectiva, que por el contrario
puede ser activada mediante la ampliación del montante correspondiente a salarios. Resulta
evidente el carácter rupturista de la postura de Keynes con respecto a las teorías
económicas imperantes que atribuían la causa del desempleo a los salarios altos y a la no
disponibilidad por parte de los trabajadores para aceptar salarios más bajos.
López y Castaño (1999) han mostrado que el empleo urbano depende directamente del
Producto Interno Bruto (PIB); y por eso consideran que el factor más importante y
desencadenante del desempleo ha sido la crisis económica.

Comparto lo dicho por Tokman (2001), al referirse al problema del empleo como un
tema de prioridad y que, a su juicio:

“Constituye una de las debilidades principales del emergente sistema de


funcionamiento económico y social. Es, por cierto, un tema permanente que es, a la
vez, resultado e instrumento por su carácter determinante de la pobreza y la
inclusión social. Sin empleo, no existen posibilidades de avanzar hacia el trabajo
decente. Su permanencia en el tiempo esconde su naturaleza cambiante en tiempos
de profundas transformaciones, como las ocurridas en estas dos últimas décadas.
Cualquier intento de sistematizar la experiencia en materia de políticas para
enfrentarlo debe incorporar esta perspectiva de cambio, que es lo que de hecho ha
estado ocurriendo en la mayoría de los países, aún con resultados insatisfactorios,
pero configurando un conjunto que permite avanzar en la búsqueda de respuestas
más adecuadas”.

Mankiw y Rabasco (p.437) citan los siguientes 4 factores como causantes del
desempleo.

a) El tiempo que tardan los trabajadores en encontrar el trabajo que mejor se ajusta a
sus gustos y a sus cualificaciones. El seguro de desempleo es un programa público
que, aunque protege la renta de los trabajadores, aumenta la cantidad de desempleo
friccional.
b) La legislación sobre el salario mínimo, esta legislación, al obligar a pagar a los
trabajadores no cualificados y sin experiencia un salario superior al de equilibrio,
eleva la cantidad ofrecida de trabajo y reduce la demanda. El exceso de trabajo
resultante representa desempleo.
c) El poder de mercado de los sindicatos; cuando estos consiguen en los sectores
sindicados unos salarios superiores a los de equilibrio, crean un exceso de trabajo.
d) La teoría de los salarios de eficiencia, según esta teoría, a las empresas les resulta
rentable pagar unos salarios superiores a los de equilibrio. Unos elevados salarios
pueden mejorar la salud de los trabajadores, reducir su rotación, mejorar su calidad
y aumentar su esfuerzo.

Cada grupo social construye y reproduce los significados de las experiencias que le son
relevantes. El significado personal conferido al trabajo incide en el impacto psicopatológico
de la experiencia del desempleo (Blanch, 1996). El desempleo es una transición social, un
estatus de pasaje momentáneo, siendo que las formas de reacción psicológica a esta
situación, se muestran íntimamente relacionadas al significado que el sujeto atribuye al
trabajo y en la medida que esto afecta a su autoimagen (Ezzy, 1993).

El desempleo representa perder algo en diferentes dimensiones de la vida del trabajador:


una posición garantizada en la fuerza del trabajo, el sentimiento de participación e
identificación con un grupo especifico, el estatus de proveedor de la familia, la posición
social en su comunidad y su saber especifico (León y Iguti, 1999).
Al igual que varios países europeos en los años setenta y ochenta (como lo demuestran
Rowthorn y Glyn, 1990), el aumento en el desempleo tiene el carácter de una
desaceleración industrial. En el caso de América del Sur esta desaceleración, que ha sido
acompañada de fuertes reducciones en el empleo manufacturero, aparece vinculada con dos
factores principales que operaron durante los años noventa, los procesos de apreciación real
que tuvieron lugar como resultado de flujos masivos de capital y la reorientación del patrón
comercial hacia actividades intensivas en recursos naturales que siguió a la adopción de
programas de liberalización comercial. Este patrón comercial ha mostrado tener una baja
capacidad de generación de empleo.

La evidencia empírica para los países de la OCDE sugiere en efecto que las
consecuencias sobre el desempleo dependen de la presencia de resistencia de los salarios
reales (OCDE, 1994). En países con mercados de trabajo flexibles, como el de los Estados
Unidos, los efectos de corto plazo sobre el desempleo de los impuestos a la nómina tienden
a ser compensados en el largo plazo a medida que los salarios se reducen y los costos
laborales caen a su nivel original.

Según Mcconnell (1997), el desempleo se define como la situación del grupo de


personas en edad de trabajar, que en la actualidad no tienen empleo aún cuando se
encuentran disponibles para trabajar (no tienen limitaciones físicas o mentales para ello) y
han buscado trabajo durante un periodo determinado.

Para Tamayo (2008), durante las dos últimas décadas el mercado laboral colombiano, ha
sufrido grandes cambios como lo son las modificaciones a la legislación laboral, las
transformaciones demo ilustraciones y la evolución de los salarios reales introduciéndose
cambios en la retroactividad de las cesantías y los altos costos de despido, con el fin de
disminuir obstáculos en la creación de empleo formal. Los impuestos en la nómina se
convierten en limitantes a la generación del empleo, siendo la remuneración de los
trabajadores mínima tras la existencia del salario básico. En efecto la reforma laboral y la
reducción del salario mínimo, no ha contribuido en disminuir el desempleo a partir del año
1994.

Robbins (2003) afirma que al modificar tan sólo uno de los factores anteriores, no se
puede resolver el problema en la disminución del empleo en Colombia a corto o mediano
plazo. Precisamente, acerca de las leyes laborales y el salario mínimo sobre el empleo y
desempleo, no hay conclusiones precisas de que la inestabilidad del mercado laboral fueron
los que llevaron al aumento de salarios que contribuyen de cierta manera en el nivel de
desempleo o el aumento del mismo a partir de 1997.

El aumento de desempleo en este año se dio gracias a factores como las restricciones
políticas monetarias, la concentración industrial, el estancamiento tecnológico y el bajo
nivel de demanda regional y global en los últimos diez años, desde el instante en que se
adopte una política financiera que reduzca los costos laborales y contribuya con la
reactivación económica y al crecimiento de la misma, se logrará, entre otros factores, la
reactivación de una oferta y demanda laboral.
Se han distinguido tres tipos de desempleo: Cíclico, Friccional y Estructural; el primero
de ellos es generado en un contexto macroeconómico, y se han atribuido a reducciones en
la demanda. El hecho de que las personas decidan renunciar a su empleo para encontrar
otro de mejor remuneración, buscar un trabajo por primera vez o cambiar de empleo en un
plazo de 30 días, y que las empresas resuelvan buscar sustitutos para los puestos de trabajos
de aquellos que están por jubilarse, reemplazar trabajadores a fin de encontrar unos mejores
o buscar trabajadores para los nuevos puestos creados en la empresa. Este tipo de
situaciones es la que incide en el hecho de existir una tasa de desempleo o lo que se conoce
como desempleo friccional.

Otros autores han definido el desempleo friccional como aquel que se origina por el no
emparejamiento entre los desempleados y las vacantes laborales existentes. El desempleo
estructural, es el generado por la no correspondencia entre oferta y demanda de trabajo,
debido a problemas en la estructura por calificaciones, experiencias o habilidades de los
trabajadores.

Este tipo de desempleo, forma parte de la tasa natural de desempleo, y se considera


como un tipo de desempleo friccional, pero de largo plazo, hecho que implica grandes
costes sociales y económicos.

Hahn (1980) y Solow (1980) ofrecen revisiones críticas de las teorías neoclásicas y neo-
neoclásicas del desempleo que permiten profundizar en estos aspectos. Una actitud
doctrinalmente ecléctica parece ser la más conveniente para la construcción de un esquema
explicativo del desempleo en Colombia.

La desocupación de quienes rechazan ciertos tipos de trabajos podría ser, empero, un


fenómeno más dependiente del comportamiento de la economía de lo que es aceptado por
la “nueva microeconomía” del desempleo (reseñada por Buiter, 1980; Frisch, 1979).
REFERENCIAS

1. Yánez-Contreras, M., & Cano-Hernández, K. del C. (2011). Determinantes del


Desempleo: Una revisión de la literatura. Panorama Económico, 19(19), 135–148.
https://doi.org/10.32997/2463-0470-vol.19-num.19-2011-352

2. Torres, Juan y Montero, Antonio. Trabajo, Empleo y Desempleo en la Teoría


Económica: La Nueva Ortodoxia. 2005, Principios, pág. 30.2.

3. Keynes, John. Teoría General De La Ocupación, El Interés Y El Dinero. Bogotá:


Fondo De Cultura Económica, 1996.

4. Arango, L. E. (2001). El desempleo en Colombia. Borradores de Economía; No.


176.

5. Carlotto, M. S., & Gobbi, M. D. (2001). Desempleo y síndrome de Burnout. Revista


de psicología, 10(1), ág-131.

6. Pugliese, E. (2000). Qué es el desempleo. Política y sociedad, 34, 59.

7. Posada, C. E. (1983). El desempleo: ¿imperfección de un mercado? Lecturas de


Economía, (11), 97-123.

8. Torres, Juan y Montero, Antonio. Trabajo, Empleo y Desempleo en la Teoría


Económica: La Nueva Ortodoxia. 2005, Principios, pág. 30.2. Keynes, John. Teoría
General De La Ocupación, El Interés Y El Dinero. Bogotá: Fondo De Cultura
Económica, 1996.

9. Londoño, M. A., & Cepeda, F. P. (2011). El desempleo, una problemática que no


deja de existir en Colombia (1991-2009). Criterios Revista Estudiantes Facultad De
Ciencias Económicas, 1(1), 39-46.

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