Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para el cinema Novo Brasileño, en sus primeros años el cine del Brasil imitó a las
producciones hollywoodienses, sin embargo más adelante pasó a ser un cine de
concepto original, cuando sus jóvenes directores se proponen nuevas ideas y
técnicas que van desarrollando y creando con la práctica. Recibió la influencia del
neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague Francesa y a su vez continúa influyendo
en películas recientes como estación central do Brasil o ciudad de dios que
retractan la sociedad brasileña, sin llegar a caer en una copia del cine
norteamericano. La nueva ola francesa (nouvelle vague), fue una corriente
cinematográfica que surge como reacción contra las estructuras del cine francés
existentes a finales de los años 1950, recibió el nombre de nueva ola francesa
(nouvelle vague). Fue François Giroud, en 1958 quien le dio origen.
En los movimientos sociales, hasta fechas muy recientes, y podríamos decir que
hasta finales del siglo pasado, la tecnología se ha contemplado como un hecho
neutro, extraño, autónomo y monopolio exclusivo de ingenieros y científicos. Hoy
en día, pocos decenios después, los avances tecnológicos son parte de nuestras
vidas cotidianamente. y hemos llegado al extremo de no asombrarnos cuando
aparece algún artefacto, alguna técnica, e incluso alguna forma nueva de ver e
interpretar la realidad circundante, la democratización de las miradas, rupturas del
lenguaje tradicional y convencional con apoyo de las corrientes artísticas del siglo
XX ya que fue de gran efervescencia artística. el arte se ve fuertemente
influenciado por la política y la sociedad del momento; caracterizado por la
creatividad, originalidad e intensidad de sus artistas y obras, destacándose las
vanguardias artísticas en su primera mitad: el expresionismo, la abstracción, el
surrealismo, el dadaísmo y la nueva figuración, los que darían lugar a nuevas
propuestas neovanguardistas como el expresionismo abstracto, el informalismo, el
op-art, el neoexpresionismo, el pop-art. el arte latinoamericano del siglo XX fue
tocado por el aire renovador de las vanguardias europeas, pero las vanguardias
latinoamericanas no fueron una reproducción de las europeas pues reflejaron las
profundas y heterogéneas raíces aborigen, europea y africana del continente. en
este contexto se alza la vanguardia plástica cubana, movimiento considerado
como renovador, de oposición y reafirmación nacional, se nutre de la vanguardia
europea y latinoamericana. El cine de laboratorio se desarrollo un taller de
experimentación cinematográfica dirigido a cineastas y artistas visuales, entre
2011 y 2013. El objetivo del laboratorio de cine fue ampliar el espectro de
procedimientos, lenguajes, temas y formatos de los asistentes, a través de la
realización de trabajos individuales y grupales.
Roberto Rossellini con la gatita Saha del episodio “La envidia” de Los siete
pecados capitales (1952).
Siguiendo la línea del cine mudo, en el que no había diálogos y por lo tanto las
expresiones faciales de los actores eran un elemento clave para comprender los
sentimientos de los personajes, el neorrealismo le dio más importancia a los
sentimientos de los propios personajes que a la composición de la trama. Para
poder comprender este nuevo estilo cinematográfico, hay que entender la
improvisación como manera de describir la realidad. Es por eso que en ciertos
casos los directores recurrían a actores no profesionales. Por eso también, en las
películas neorrealistas, todo es bastante flexible y cambiante. Un claro ejemplo
es Paisà de Roberto Rossellini. Movilizó a todo el equipo en dirección al lugar del
rodaje y una vez allí sometió a los actores no profesionales a que contestaran a
unas encuestas para que opinaran sobre cómo debía ser el curso del argumento.
Criticado por ello, Rossellini respondió: “Y el insulto más grande era afirmar que
soy un improvisador. Me siento considerablemente orgulloso de ser un
improvisador; esto quiere decir que no estoy completamente dormido”.
Puede decirse que el neorrealismo italiano se inicia en 1945 con Roma, ciudad
abierta (Roma, città aperta) de Roberto Rossellini y que continúa con cineastas tan
destacados como Vittorio De Sica con Sciuscià (El limpiabotas) en 1946 y Ladri di
biciclette (Ladrón de bicicletas) en 1948 y Luchino Visconti con La tierra
tiembla (La terra trema) en 1948.
Los guionistas Suso Cecchi d'Amico y Cesare Zavattini fueron, entre otros
escritores, autores importantes en este movimiento, escribiendo las historias para
los directores del neorrealismo italiano.Varios teóricos del cine, como Robert
McKee, consideran responsables de la calidad artística del neorrealismo italiano a
guionistas como ellos tanto como a los directores de las películas.
El free cinema inglés.
Movimiento de renovación en el cine que se sitúa dentro del marco temporal de
“los nuevos cines”. Se desarrolla entre 1956 y 1966. Fue uno de los primeros en
abrir el camino de la renovación del cine europeo y posteriormente
a Norteamérica y otras latitudes. La renovación temática y la implicación social
será una de las señas de identidad más significativas del movimiento.
Estos jóvenes que presentaron cortos y mediometrajes eran los nombres clave del
free cinema: Lindsay Anderson, Tony Richardson y Karl Reisz, entre otros. Los
programas se sucedieron hasta 1959, lo que viene a constituir la primera fase del
free cinema. Una segunda fase, centrada ya en el largometraje, tiene en el trío
citado, de nuevo a su núcleo más significativo.
Si bien una buena parte de la renovación del cine inglés se debe a estos angry
young men (jóvenes airados), que reclamaban una renovación, existían cineastas
más tradicionales, como Jack Clayton, cuya obra Un lugar en la cumbre (1958) es
considerada precursora del Free Cinema.
Los jóvenes cineastas del movimiento naciente, tuvieron que enfrentar una
contradicción : por una parte, el free cinema tiene un empeño realista, continuador
del documentalismo de los años 30 y 40, pero, por otra parte les interesa más
expresarse que informar. Y aunque defendieron la primacía de personajes,
situaciones y ambientes inmersos en la realidad británica del momento, el free
cinema dependió en gran manera de las adaptaciones literarias.
Con el lema “Una cámara en la mano y una idea en la cabeza” surge el Cinema
Novo Brasileño, corriente cinematográfica desarrollada entre los años 50 y 60 del
siglo XX, cuyos principales exponentes fueron Glauber Rocha, Nelson Pereyra
Dos Santos, Carlos Diegues y Joaquim Pedro de Andrade. Posteriormente Walter
Lima Junior y Ruy Guerra se unieron a ellos.
En sus primeros años el cine del Brasil imitó a las producciones hollywoodienses,
sin embargo más adelante pasó a ser un cine de concepto original, cuando sus
jóvenes directores se proponen nuevas ideas y técnicas que van desarrollando y
creando con la práctica. Recibió la influencia del Neorrealismo Italiano y la
Nouvelle Vague Francesa y a su vez continúa influyendo en películas recientes
como Estación Central do Brasil o Ciudad de Dios que retractan la sociedad
brasileña, sin llegar a caer en una copia del cine norteamericano.
Trataba la realidad social del país, su pasado histórico, y la pobreza, tanto en las
grandes urbes como en el desolado Nordeste brasileño, pero con una narrativa
muy propia que los caracterizó, “con un lenguaje preciso, despojado de adjetivos
inútiles e insustanciales”.
• La historia brasileña (Ganga zumba -1964 de Carlos Diegues) que trata cerca de
una revuelta de esclavos en el siglo XVII;
• Las «favelas» (barrios de chabolas) y del «sertáo» (la dura región del Nordeste
del Brasil)
• La cultura urbana de la clase media con el fin de dar conocer las implacables
actuaciones del gobierno y de la policía tras el golpe militar de 1964. (O desafío-
1965, de Paulo Cesar Saraceni; Os bravos guerreiros -1967, de Gustavo Dahl, y
Os heredeiros -1969, de Carlos Diegues).
El final del Cinema Novo Brasileño ocurrió cuando, por causas políticas, sus
principales autores debieron salir al exilio.
La corriente cinematográfica que surge como reacción contra las estructuras del
cine francés existentes a finales de los años 1950, recibió el nombre de NUEVA
OLA FRANCESA (Nouvelle Vague). Fue François Giroud, en 1958 quien le dio
este nombre para identificar al movimiento creativo de un grupo de jóvenes
cineastas franceses que se pronunciaban a través de sus obras contra las
corrientes tradicionales del cine. Las nuevas producciones fueron logradas con
poco capital y con escasos recursos técnicos. Se declararon a favor de la libertad
de expresión y técnica. Utilizaron actores noveles sin ningún tipo de renombre. Se
trató de un nuevo estilo cinematográfico, “caracterizado por su desenvoltura
narrativa, por sus diálogos provocativos, por cierto amoralismo y por “collages”
inesperados”.
El Cinéma vérité
Es un estilo de cine que comenzó como una reacción europea hacia el sistema
clásico de hacer películas. Su creador fue el cineasta francés Jean Rouch, que se
inspiró en la teoría del cine-ojo, de Dziga Vertov, y que estaba enormemente
influenciado por las películas documentalistas de Robert Flaherty.
El Cinéma vérité tiene mucho que ver con el cine documental, pero también debe
gran parte de sus características a los avances en el campo tecnológico y la
aparición de equipos de filmación más pequeños y manejables, en 16 mm. y 8
mm., que permiten la obtención conjunta de imagen y sonido sobre banda
magnética.1 En esta época (años 50 y 60) las cámaras son lo suficientemente
pequeñas para poder ser transportadas a cualquier lugar y tan silenciosas que el
sonido natural se podía grabar al mismo tiempo que las imágenes.
Nuevo cine alemán (en alemán, Neuer Deutscher Film) sirve para nombrar al
período comprendido entre las décadas de 1960 y 1980. En la industria alemana
creará su propio star-system, usará largos travellings y planos de larga duración
que favorecerán la improvisación de los actores, simplificando el montaje
posterior, poseerá un cierto estilo documental al modo naturalista francés.
A comienzos de los años 60, el cine de la República Federal de Alemania se
encontraba en una situación lamentable. A pesar de que las condiciones
económicas eran favorables, porque esos fueron los años del "milagro económico
alemán", el cine alemán produjo, fuera de unas pocas excepciones, una mayoría
de obras convencionales, de reducido interés artístico, que tendrían un enorme
éxito de taquilla en los años 50. Sin embargo, tras la continua reiteración de la
misma fórmula, los cines comenzaron a vaciarse de manera alarmante. No
existían jóvenes guionistas y directores porque a las nuevas generaciones no se
les había dado nunca una oportunidad, se les había ignorado por completo.
La situación de estancamiento que vive el cine alemán se debe sobre todo:
No poseen una postura crítica o teórica ante el cine, sino que les une la
necesidad de crear un estado favorable para la producción y distribución de
películas.
No conocen la tradición cinematográfica de su país y no les interesa el cine de
la época, aunque han crecido en contacto con el cine americano, debido a la
presencia americana en suelo alemán.
La temática y el estilo van a ser muy variados entre los integrantes del Nuevo Cine
Alemán:
l primer uso del término «cine underground» ocurrió en un ensayo de 1957 del
crítico cinematográfico estadounidense Manny Farber, «Underground films».
Farber lo usa para referir trabajos de directores que «jugaron un rol de anti-arte en
Hollywood». Él contrastó con «directores de películas militares-vaqueras-gángster
como Raoul Walsh, Howard Hawks, William Wellman», y otros con «menos
talentos como De Sicas y Zinnemanns [quienes] continuaron fascinando a los
críticos». Sin embargo, como en la «prensa underground», el término se desarrolló
como una referencia metafórica para la cultura clandestina y subversiva por
debajo de los medios de comunicación legítimos y oficiales.
A finales de 1950s, el «cine underground» empezó a ser usado para describir a los
primeros cineastas independientes operando por primera vez en San Francisco,
California y la Ciudad de Nueva York, Nueva York, y posteriormente en otras
ciudades del mundo, incluyendo London Film-Makers' Co-op en Gran Bretaña y
Ubu Films en Sídney, Australia. El movimiento fue tipificado por más cineastas
experimentales trabajando en el momento como Stan Brakhage, Harry Everett
Smith, Maya Deren, Andy Warhol, Jonas Mekas, Ken Jacobs, Ron Rice, Jack
Smith, George Kuchar, Mike Kuchar y Bruce Conner.
A finales de los setenta, el movimiento representó la maduración de esos
cineastas, y algunos comenzando distanciándose de las
connotaciones contraculturales y psicodélicas de la palabra, prefiriendo términos
como vanguardista o experimental para describir sus trabajos.
A través de los años 1970 y 1980, sin embargo, el «cine underground» se
mantendría ser usado para referir al margen más contracultural del cine
independiente. El término fue abarcado más notoriamente por Nick Zedd y otros
cineastas asociados con Cinema of Transgression y No Wave Cinema, asentados
en Nueva York, desde finales de los setenta a inicios de los noventa.
A inicios de los años noventa, el legado del Cine de Transgresión trajo una nueva
generación, que equiparía el «cine underground» con el arte transgresivo,
producciones de bajísimo presupuesto creadas en desafío a las versiones
comercializadas del cine independiente ofrecido por distribuidores recientemente
ricos como Miramax y New Line, así como el institucionalizado cine experimental
canonizado en grandes museos. Este espíritu definió los primeros años de los
festivales de cine underground (como los festivales en Nueva York, Chicago,
Melbourne, Sídney, Hamilton, el Festival de Imágenes en Toronto, y
otros), cines como Film Threat, así como los trabajos de cineastas entre
ellos Craig Baldwin, Jon Moritsugu, Carlos Atanes, Sarah Jacobson, Johnny
Terris y Bruce La Bruce. En Londres, el resurgimiento underground emergió como
un movimiento de los clubes de cine underground que incluyen al radical grupo
abierto Exploding Cinema.
Por los finales de los noventa y en los inicios de los 2000, el término se desdibujó
otra vez, cuando los trabajos de los festivales underground empezaron a
mezclarse con la experimentación más formal, y las división que había sido
desoladora en menos de una década, ahora resultaba menos notable. Si el
término es usado en todo, esto implica una forma de cinematografía independiente
de muy bajo presupuesto, con posible contenido transgresivo, o una analogía lo-
fi para la cultura y música post-punk. Tomando lugar en sótanos a lo largo de
América, el cine underground siempre ha tenido dificultades para obtener la
aceptación general.
Un reciente desarrollo en la cinematografía underground puede ser observado a
través de la compañía fílmica ASS Studios, ubicada en Lower East Side. Fundada
en 2011 por el escritor Reverend Jen y el cineasta Courtney Fathom Sell, el grupo
ha evitado los métodos más modernos de producción, escogiendo filmar todos sus
trabajos en un formato anticuado de Video8 y usualmente sin ningún presupuesto.
Utilizando varios artistas de Nueva York como Faceboy, su trabajo generalmente
contiene elementos de campamento y temas con tabú. Esas películas son
comúnmente presentadas en avenidas en y alrededor de la Ciudad de Nueva
York, frecuentemente en el Club de Poesía de Bowery
El cine Dogma fue un movimiento fílmico vanguardista, iniciado en 1995 por los
directores daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg, quienes crearon
el Manifiesto del Dogma 95 y el Voto de Castidad.
Las neovanguardias:
La principal vanguardia surgida en esta época y que dio origen a todas las demás,
es la llamada Nouvelle Vague o Nueva Ola, que nace en París, de la mano de
algunos integrantes de la revista Cahiers du Cinema, como Truffaut y Godard; en
Cuba ocurre lo propio de la mano de Tomás Gutierrez Alea, en Alemania nace el
Nuevo Cine Alemán, en Inglaterra el Free Cinema, en España el Nuevo Cine
Español, en los Estados Unidos el New American Cinema y en Argentina la
Generación del ‘60. A las vanguardias artísticas nacidas en la década del ‘60 se
las denomina neovanguardias haciendo referencia a aquellas que habían surgido
en décadas anteriores, en los años ’20, una vez finalizada la “Gran Guerra”.
Estas expresiones son aceptadas y valoradas por el público en general, una vez
superada esa época y esa crisis, mucho tiempo después de la creación y
exhibición de esas obras. “Sus rupturas y sus integraciones respecto de la cultura
dominante sólo pueden comprenderse en relación con los procesos sociales y
culturales que constituyen su caldo de cultivo, con la conformación del campo
artístico en el momento y en el medio en el que irrumpen.”
Hasta fechas muy recientes, y podríamos decir que hasta finales del siglo pasado,
la tecnología se ha contemplado como un hecho neutro, extraño, autónomo y
monopolio exclusivo de ingenieros y científicos. Hoy en día, pocos decenios
después, los avances tecnológicos son parte de nuestras vidas cotidianamente. Y
hemos llegado al extremo de no asombrarnos cuando aparece algún artefacto,
alguna técnica, e incluso alguna forma nueva de ver e interpretar la realidad
circundante.
Ello no implica asumir una mirada ingenua y tecnófila que vería en las
innovaciones tecnológicas un instrumento de liberación y bienestar mundial. Más
bien soporta la idea de que el poder ejercido por los expertos de los sistemas
técnicos tiene su correlato en el contrapoder operado desde otras geografías de lo
social por los legos y las redes sociales. Se rompe, por tanto, con la
representación de una tecnología al servicio únicamente de los amos del mundo
(algo innegable pero no exclusivo) y asumimos una cierta ambivalencia política de
la misma.
De hecho, desde hace apenas tres décadas, hemos pasado en ciertos ámbitos
políticos de una posición claramente tecnófoba a sus antípodas. Ahora la
tecnología se considera un bien común potencialmente transformador del
panorama político y parte del equipo de supervivencia de cualquier militante que
se precie.
La pregunta final sería: ¿Hasta qué punto las tecnologías de la información y las
redes sociales constituyen herramientas que facilitan la movilización, la protesta y
las distintas actividades de un movimiento social? Es fácil suponer que la
hiperconexión característica de las sociedades contemporáneas, la cual es
facilitada por las tecnologías de la información y comunicación (TICs), incluyendo
redes sociales como Facebook o Twitter, facilita la protesta y la movilización
social, amplía los canales de participación, y permite una mayor democratización
del debate público.
Todo son preguntas en este momento y, como siempre, nuestro país se encuentra
avanzando muy lentamente en este campo. Ya se avecinan las nuevas elecciones
generales y resultará interesante observar si los diferentes movimientos sociales
utilizarán los medios tecnológicos más avanzados para vender sus propuestas.
Cine diario o Diario filmado (Jonas Mekas, Jim Mcbride) Underground (Andy
Wharhol, Hermanos Kuchar) Cine Abstracto y de animación experimental (Norman
Mc Laren) Otras tendencias: Música Visual y psicodelia, Expanded cinema, cine
formal vienés, cine estructural, cine materialista y minimalista.
Cine de laboratorio
Bolivia: se inicia a inicios de la segunda década del siglo XX. El cine de Jorge
Sanjinés se constituiría en uno de los referentes del cine boliviano.
Brasil: había empezado de manera muy dispersa en 1900, con diversos centros de
producción no sólo en Rio, sino en Recife, Sao Paulo y Bello Oriente. El cine
brasileño conoció un interesante surgimiento entre 1925-1935 con la fundación de
su primer cine-club y la revista Cine arte que dirigía y apadrinaba Pedro Lima. Con
la llegada del cine sonoro vendría el bache, diez films por año y 90 por ciento de
programa americano. En 1942 solo se produce un film.
Chile: tuvo su época de mayor fertilidad en 1942 con el fomento del Estado por
producir filmes para Chile y Latinoamérica, siguiendo el modelo de los estudios de
Hollywood. Se estima que en 1938, había cerca de 250 salas de cine en todo el
país. Después de una esporádica producción sonora que con la quiebra de la
empresa nacional Chile Films desaparecería prácticamente hasta avanzados los
años 60. Con la penetración de la TV y la crisis económica de la década de 1970,
el negocio cinematográfico en Chile fue decayendo. A fines de esa década de los
70s, no se contaban más de 50 salas en todo el país. Actualmente, Chile se
encuentra en su "boom" de producción cinematográfica con distintos
reconocimientos internacionales, incluyendo su más reciente Oscar por la película
"Una mujer fantástica".
Cuba: su cine fue orientado hasta entrado los años veinte a una producción
cinematográfica de contenido social, aunque melodramas sentimentales y
comedias de negritos y gallegos constituyeron la mayor parte de industria hasta la
Revolución de 1959.
Perú: en 1954 tenía 243 cines para 9 millones de habitantes. Quizás sea el país
americano donde la cultura nativa ha sobrevivido (por no decir continuado o
incluso expandido) más directamente en la vida corriente y en el arte popular,
dando lugar a los años 60 a la aparición de un cine que intentaría recuperar la
cultura inca, a partir de los trabajos indigenistas de Manuel Chambi.
CONCLUSIÓN
Se pudo conocer al neorrealismo italiano como un movimiento narrativo y
cinematográfico que surgió en Italia, a partir de 1945, con el objetivo mostrar
condiciones sociales más auténticas y humanas, alejándose del estilo histórico y
musical que hasta entonces había impuesto la Italia fascista (1922-1945), donde
Los guionistas Suso Cecchi d'Amico y Cesare Zavattini fueron, entre otros
escritores, autores importantes en este movimiento, escribiendo las historias para
los directores del neorrealismo italiano, a su vez el cinema inglés fue uno de los
Movimiento de renovación en el cine que se sitúa dentro del marco temporal de
“los nuevos cines”. Se desarrolla entre 1956 y 1966. El arranque de este cine
estuvo en la tradición documentalista británica, que data desde los orígenes
mismos del cine. En el cinema novo brasileño-nueva ola francesa, Surgen con una
narrativa que se comprometen en la defensa de los sectores explotados de la
sociedad: los indígenas, los campesinos pobres, los nacientes sectores obreros.
Entre estas corrientes cinematográficas vanguardistas se pueden distinguir dos
importantes exponentes, es así donde el Cinema Novo Brasileño, se convierte en
una corriente cinematográfica desarrollada entre los años 50 y 60 del siglo XX,
cuyos principales exponentes fueron Glauber Rocha, Nelson Pereyra Dos Santos,
Carlos Diegues y Joaquim Pedro de Andrade en los que se imitó a las
producciones hollywoodienses, sin embargo más adelante pasó a ser un cine de
concepto original, cuando sus jóvenes directores se proponen nuevas ideas y
técnicas que van desarrollando y creando con la práctica. Recibió la influencia del
Neorrealismo Italiano y la Nouvelle Vague Francesa y a su vez continúa influyendo
en películas recientes como Estación Central do Brasil o Ciudad de Dios que
retractan la sociedad brasileña, sin llegar a caer en una copia del cine
norteamericano. Siguiendo el éxito de la Nouvelle Vague, en el resto del mundo se
empezaron a experimentar movimientos similares: En Inglaterra aparece el ‘Free
cinema’; en Brasil, el ‘Cinema novo’; en Alemania, ‘El nuevo cine alemán’; en
Japón, la ‘Nuberu bagu’, etc. Su auge comienza a desaparecer al comienzo de los
años 60. El Cinéma vérité que se desarrolla con un estilo de cine que comenzó
como una reacción europea hacia el sistema clásico de hacer películas, tiene
mucho que ver con el cine documental, pero también debe gran parte de sus
características a los avances en el campo tecnológico y la aparición de equipos de
filmación más pequeños y manejables, en 16 mm. y 8 mm., que permiten la
obtención conjunta de imagen y sonido sobre banda magnética, es en esta época
(años 50 y 60) las cámaras son lo suficientemente pequeñas para poder ser
transportadas a cualquier lugar y tan silenciosas que el sonido natural se podía
grabar al mismo tiempo que las imágenes, Las neovanguardias del cine surgen
como consecuencia del contexto histórico en el que se encuentran inmersas, a la
vez que lo moldean y modifican. La llamada Generación del ‘60, corriente
cinematográfica que nace en Argentina , en esa misma década, La principal
vanguardia surgida en esta época y que dio origen a todas las demás, es la
llamada Nouvelle Vague o Nueva Ola, que nace en París, en Alemania nace el
Nuevo Cine Alemán, en Inglaterra el Free Cinema, en España el Nuevo Cine
Español, en los Estados Unidos el New American Cinema y en Argentina la
Generación del ‘60, haciendo referencia a aquellas que habían surgido en
décadas anteriores, en los años ’20, una vez finalizada la “Gran Guerra”. En esa
época surgen en Europa el Surrealismo, y el Expresionismo Alemán, y en la URSS
el Realismo Soviético; éstas introdujeron en el mundo del Arte con una serie de
cambios, de estéticas, estilos y actitudes que ya nunca iban a poder ser ignorados.
Toda vanguardia nace como el resultado de un momento histórico, generalmente
de crisis y conmoción social, en el que un grupo de “adelantados”, de “visionarios”
parece interpretar el sentir colectivo de la sociedad para plasmarlo en obras o
movimientos artísticos