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Hay consenso doctrinal en cuanto a que esta figura, desde el punto de vista de su
naturaleza, constituye una “caducidad convencional del plazo”, ya que las partes, en
el contrato respectivo, pactan caducar el plazo de los vencimientos sucesivos
futuros, haciendo exigible la obligación contenida en él, cuyos pagos se pactaron en
cuotas1.
1
Serie Jurisprudencia, “Cauciones Personales”.Editorial Metropolitana. Pag. 212.
2
Distinción adaptada de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Rancagua. Rol 925-06, 20 de agosto
2007. Citada en: Series Jurisprudencia, “Cauciones Personales”, Editorial Metropolitana. Pag. 226.
Biblioteca del Congreso Nacional. Contacto: James Wilkins Binder, Asesoría Técnica Parlamentaria.
jwilkins@bcn.cl, Anexos: 3183. Equipo de trabajo: Análisis Legal. 12/10/2012.
2
Esta distinción tiene relevancia para efectos de determinar desde cuándo comienza
a correr el plazo de prescripción de la acción a que da lugar la cláusula de
aceleración para hacer efectivo la obligación en su totalidad. De esta manera, si se
pacta imperativa, el plazo comienza a correr desde la mora o el simple retardo. Por
el contrario, si se pacta facultativa, el plazo de prescripción comienza a correr desde
que el acreedor exteriorice su voluntad en orden a ejercer el derecho a acelerar el
crédito3.