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ANTECEDENTES, CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL COVID-19

El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan, provincia


de Hubei en China, notificó la existencia de un conglomerado de casos de neumonía
en la ciudad, que posteriormente se determinó que eran causados por un nuevo tipo
de coronavirus (SARS-CoV-2), que al infectar a las personas produce la enfermedad
denominada COVID-19 y que en algunos casos puede derivar en neumonía o
síndrome respiratorio agudo grave (SARS), insuficiencia renal y hasta la muerte; en
otros, resulta un típico resfriado fuerte y en muchos la infección es totalmente
asintomática. En estos últimos lo que los protege, no de infectarse, sino de
desarrollar síntomas graves es su sistema inmunológico innato o adquirido.

En consecuencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un estado de


emergencia para abordar el brote.

El 13 de enero de 2020 se confirmó oficialmente el primer caso fuera de China,


registrado en Tailandia, se trataba de un ciudadano chino que había llegado de
Wuhan. El 11 de marzo de 2020, como consecuencia de los alarmantes niveles de
propagación del virus y su gravedad, la OMS determina que el ahora llamado
COVID-19 se consideraba una pandemia.

En México, el primer caso de COVID-19 se detectó el 28 de febrero de 2020, se


trataba de un hombre, el paciente no se encontraba grave ya que no presentaba
neumonía, pero con el paso de los días, se fueron detectando más y más
contagiados por haber hecho diversos viajes y estar en contacto con otras personas.

Poco a poco se fue incrementando el número de contagios, primero de manera local


y después, fue nacional, hasta pasar de fase en fase, y llegar en la cumbre donde
el Gobierno Federal determinó suspender las actividades no esenciales, se empezó
a publicar y solicitar a la ciudadanía el estornudo de etiqueta, el lavado de manos
constante y la desinfección continua de áreas de uso público y usar mascarillas
faciales para evitar el contagio de otras personas. Era un caos ante algo
desconocido y en algunos poco creíble.

Y ante esto, se desarrolló y se esparció el virus como polvo, habiendo en menos de


un mes un total de contagios confirmados pero lo más peligroso, eran aquellos
elegidos asintomáticos. Es una historia real y de terror, que apenas comenzaba a
hacer estragos en la vida de todo el mundo con una cantidad extensiva de enfermos
y fallecidos hasta la realización y aplicación de las vacunas contra dicha
enfermedad.
RETOS QUE ENFRENTÓ EL ALUMNO DURANTE EL ÚLTIMO GRADO DE
ESTUDIO DURANTE LA PANDEMIA.

El 14 de marzo de 2020, la Secretaria de Educación Pública (SEP) adelantó el


período de vacaciones de Semana Santa, extendiéndolo a un mes, del 23 de marzo
al 20 de abril en todas las instituciones educativas de todo el país.

Sin embargo, al aterrizar en nuestra realidad, la pandemia en el mundo llegó para


modificar la cotidianeidad de todos los ciudadanos. El nuevo brote de coronavirus
se expandió por distintos países, quienes al igual que México tuvieron que optar por
cambiar la metodología de la educación con el fin de no afectar el proceso de
aprendizaje en los estudiantes.
Vaya nuestra gran sorpresa, la situación actual de la educación en México no estaba
preparada para una disposición extrema como las medidas de una cuarentena. Esto
se debe a que la educación en México no es una práctica común, pues el sistema
educativo depende en su mayoría de las clases presenciales, además de que en el
país no existen los medios suficientes para llevar el aprendizaje en línea a cada
alumno.

Así el reto no era solo para el Sistema educativo, el reto era para los padres, los
maestros y por supuesto, para los alumnos, y uno de los grandes retos de la
educación en México es el ofrecer las garantías para el acceso universal a la
tecnología e internet, ya que esto puede ayudar a los estudiantes y a cualquier
persona para acceder a herramientas de educación, crear comunidades enfocadas
en un tema en específico e intercambiar ideas con diferentes alumnos, pero esto lo
aprendimos y sabemos que es necesario a causa de esta situación.

El reto para los padres, era cómo darle las herramientas necesarias para la
enseñanza de sus hijos vía a distancia, cómo proveer y satisfacer esa necesidad
que llegó como balde de agua, sin previo aviso y en la peor situación económica de
cada hogar. El reto del maestro, era afrontar la tecnología para quien no sabía
utilizarla, para modificar sus estrategias, para sentarse horas e impartir clases a una
computadora, Tablet o celular, y el reto del alumno, mi reto, fue aprender a estar
sentado, escuchar y realizar mis actividades solo, el reto de que a veces mis padres
estaban para ayudarme, pero mayormente no, porque aun después de la pandemia,
tenían que buscar el ingreso económico para sustentarnos diariamente ante esta
pandemia. El reto fue para mí, fue trabajar por medio de whatsapp, donde a veces
sí me conectaba y otras no, porque no teníamos tantos aparatos digitales, se hizo
la lucha, mi maestra nos apoyó, no nos estresó, porque nos comprendió, pero sí
nos enseñó, nuestro reto era sacar el máximo beneficio a la educación a distancia
con lo posible que tuviéramos en casa. Difícil ¿verdad?
AGRADECIMIENTO A LOS MAESTROS QUE INTERVINIERON EN SU
FORMACIÓN ACADÉMICA.

Sn embargo, hay que agradecer siempre, todos los días, en cada instante de la vida.
Desde el primer minuto, que esta pandemia cerró puertas, cerró todo acercamiento,
todo abrazo, toda convivencia, y sabemos que, como alumno, nuestra mayor
convivencia está en las aulas, en nuestra escuela con nuestros compañeros, amigos
y nuestros maestros.

Las comunidades educativas junto con sus profesores y profesoras y los alumnos y
padres de familia han sido los y las protagonistas del proceso de enseñanza y
aprendizaje desde la distancia. Tanto docentes, alumnos y padres por qué no, de
diferentes niveles educativos, tuvimos que reinventarnos, algunos incorporando
nuevas tecnologías, didácticas e innovaciones curriculares, la manera de cómo
estudiar, de cómo repasar, de cómo aprender mucho más, para hacer del proceso
educativo una actividad desafiante.

Por eso, les digo gracias por no decaer y mantener el optimismo y la esperanza
pese a la incertidumbre del mañana. Gracias profesores y profesoras por compartir
en la intimidad de sus hogares y transformar sus espacios en verdaderos sets de
estudios. Gracias por transformarse en expertos en videoconferencias, youtubers e
influencers con la finalidad de encantar y desestresar al discente. Gracias
profesores y profesoras por acompañar, contener y entregar afecto a nosotros y a
nuestras familias pese a la adversidad del contexto social.

Gracias profesores y profesoras por su trabajo, compromiso y dedicación en educar


y acompañar en tiempos de pandemia. Ustedes, docentes, han tenido que lidiar con
la profunda desigualdad económica y social que enfrenta nuestro país.

Gracias una vez más, profesores y profesoras por conjugar su tiempo de madre,
padre, hijo, hermano y abuelo con su rol docente. Gracias y mil gracias por reír,
cantar, llorar, saludar, enseñar, bailar, aconsejar, rezar, jugar con cada uno de
nosotros, detrás de cada pantalla.

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