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Los estudios de diagnóstico por imágenes también pueden ayudar. Si el diagnóstico sigue
sin aclararse después del análisis del líquido pleural, está indicada la angiotomografía
para buscar embolia pulmonar, infiltrados pulmonares o lesiones mediastínicas. Si se
encuentran signos de émbolos pulmonares se requiere anticoagulación a largo plazo, los
infiltrados parenquimatosos indican la necesidad de una broncoscopia, y las lesiones
mediastínicas la de una aspiración con aguja transtorácica o una mediastinoscopia. Sin
embargo, la angiotomografía exige que los pacientes contengan la respiración durante ≥
24 segundos y no todos pueden hacerlo. Si la angiotomografía no es reveladora, la
observación es la mejor estrategia, a menos que el paciente tenga antecedentes de
cáncer, pérdida de peso, fiebre persistente u otros hallazgos sugestivos de cáncer o de
tuberculosis, en cuyo caso puede estar indicada la toracoscopia.
Cuando la toracoscopia no está disponible puede realizarse una biopsia de la pleura con
aguja. Si hay engrosamiento pleural o nódulos pleurales, a TC o la biopsia guiada por
ecografía es útil para el diagnóstico.
Cuando se sospecha pleuritis tuberculosa, se mide el nivel de adenosina desaminasa en
el líquido pleural. Un nivel de > 40 U/L (667 nkat/L) tiene una sensibilidad y especificidad
del 95% para el diagnóstico de pleuritis tuberculosa.
Tratamiento
Tratamiento de los síntomas y del trastorno subyacente
Drenaje de algunos derrames sintomáticos
Otros tratamientos para los derrames paraneumónicos y malignos
En general, el derrame en sí no precisa tratamiento si es asintomático porque muchos
derrames se reabsorben espontáneamente cuando es tratado el trastorno subyacente, en
especial aquellos debidos a neumonías sin complicaciones, embolia pulmonar o cirugía.
El dolor pleurítico suele controlarse con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos u
otros analgésicos orales. A veces, se necesita un ciclo corto de opiáceos orales.
La toracocentesis es un tratamiento suficiente para muchos derrames sintomáticos y
puede repetirse en caso de que vuelvan a acumularse derrames. No hay límites
arbitrarios en la cantidad de líquido que se puede extraer . La eliminación del líquido
puede continuarse hasta que el derrame esté drenado o el paciente exhiba sensación de
opresión, dolor torácico o tos intensa.
Los derrames crónicos, recidivantes y que causan síntomas pueden tratarse con
pleurodesis o drenaje intermitente con un catéter permanente. Los derrames causados
por neumonía y cáncer pueden necesitar otras medidas adicionales.
Derrame paraneumónico y empiema
En pacientes con factores pronósticos adversos (pH < 7,20, glucosa < 60 mg/dL (< 3,33
mmol/L), tinción de Gram positiva o cultivo positivo, tabicaciones), deberá drenarse
completamente el derrame mediante toracocentesis o tubo de toracostomía. Si el drenaje
total es imposible, puede administrarse un fármaco trombolítico (fibrinolítico) (p. ej., 10 mg
de un activador del plasminógeno tisular) con una DNasa (p. ej., alfa dornasa 5 mg) en
100 mL de solución fisiológica dentro de la pleura 2 veces al día durante 3 días.
Si los intentos de drenaje no son exitosos, debe realizarse una toracoscopia para lisar las
adherencias y extirpar el tejido fibroso que recubre el pulmón para permitir su expansión.
Si la toracoscopia no resulta exitosa, es necesario realizar una toracotomía con
decorticación quirúrgica (p. ej., la eliminación de la cicatriz, el coágulo o la membrana
fibrosa que rodea el pulmón).
El drenaje con catéter permanente es el método preferido para los pacientes ambulatorios
porque la internación no es necesaria para colocar el catéter y el líquido pleural puede
drenarse en forma intermitente en frascos al vacío. La pleurodesis se realiza mediante la
instilación de un agente esclerosante en el espacio pleural para fusionar la pleura visceral
y la parietal y eliminar el espacio. Los agentes esclerosantes más eficaces y utilizados son
talco, doxiciclina y bleomicina provista a través de un tubo de tórax o una toracoscopia. La
pleurodesis está contraindicada si el mediastino se ha desplazado hacia el lado del
derrame o si el pulmón no se expande después de colocar un tubo de tórax.
La derivación del líquido pleural hacia el peritoneo (derivación pleuroperitoneal) es útil
para los pacientes con derrame maligno en quienes la pleurodesis es infructuosa y en
aquellos que tienen un pulmón atrapado.
Antibioticos:
En los pacientes que están vacunados de forma completa contra Haemophilus influenzae
y en los que la tinción de Gram es negativa no se precisa cobertura contra este germen.
Una pauta empírica inicial adecuada sería la combinación de cefotaxima (200 mg/kg/día)
o ceftriaxona (100 mg/kg/día) con clindamicina (40 mg/kg/día). Como alternativa se podría
utilizar amoxicilina ácido clavulánico (100 mg/kg/día de amoxicilina)
ALGORITMO DIAGNOSTICO Y MANEJO DE DERRAME PLEURAL