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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

Universidad Nacional Experimental “Rómulo Gallegos"

Área de Ciencias de salud

Programa: fisioterapia

Marx y
La Alienación

Profesora: Bachiller:
Oscar Guedez
C.I: 30.582.035
Sección: 7
Capitulo 1:

Marx, ideó un sistema totalmente alejado del término: filosófico, su idea expresa
con cierto grado de exactitud la frase de: "Todos para uno, y uno para todos",
Puesto que, Marx elaboró un sistema (materialismo histórico), basado en los
modos de producción y reproducción de la vida de los hombres, descartando, las
diferencias ideológicas que estos podrían tener sobre sí mismos.

El método usado para ejercer dicho pensamiento, hace uso del análisis de las
sociedades, obviamente, guiándose también con la historia evolutiva de esta
misma. Este método se divide en 2 partes, o mejor dicho, fases; la fase de la
investigación y la fase de la exposición.

En la primera fase, se ordena de forma histórica, el material de estudio


recolectado y los datos empíricos, habiendo hecho esto, se procede a la siguiente
fase, La exposición; con exposición nos referimos a el resultado final o por lo
menos, uno de estos, ya que estamos hablando de una sociedad y estás tienden a
avanzar a un ritmo constante y eso conlleva cambios en todos sus aspectos, esta
2da fase hace uso de un orden lógico, deduce la integridad del sistema social
capitalista, mediante cierto planteó de una serie de categorías económico -
sociales, y saca sus conclusiones en cuanto a sus basamentos económicos, es
decir, que define su punto de origen económico.

Marx, era practicante del método de la abstracción, esto se define de mejor forma,
cuando tratamos el siguiente punto: las categorías de Marx. Las categorías,
definidas conceptualmente como las formas en las que clasificamos decirse el ser,
en general. Este concepto es cambiado, usado de forma diferente y aplicado
auténticamente por Marx; puesto que, para él, las categorías vendrían siendo algo
más específico, no estaríamos abarcando las categorías en un aspecto general,
Marx se refiere a la categoría como el ser en la sociedad humana organizada
mediante un sistema capitalista de producción, pero está, debe ser concreta, una
que todos podemos ver.

Marx explicaba que las categorías tenían un carácter histórico, no definía a un ser
cualquiera, sino mas bién, uno en específico, el ser capitalista, hablaba de los
modos de éste. Exponía, que su término acerca de las categorías, era así, porque
estas concluían en leyes naturales a pesar de ser dadas históricamente, Marx
siempre decía que toda aquella ley capitalista hecha en determinada época,
concluía como una ley natural, y perdía su función en cuanto a ley histórica; esto
se mantendrá así, mientras, exista un régimen capitalista de producción.
La sociedad capitalista esta basada en las relaciones monetarias, desde el
principio fue así pero, esto se mantenía bajo la superficie, escondido o por lo
menos, no era tan visible como lo es actualmente. Marx vivió en una sociedad,
igual que la nuestra, las aspiraciones de estás sociedades eran y son el dinero,
por ello, su estructura económica es la misma estructura total. Otros factores como
lo son la producción y el mantenimiento de la vida humana, obviamente, eran
bases esenciales del aparato social; el más fundamental seguía siendo el factor
económico.

El dinero es lo que ayuda, a darle forma a la sociedad capitalista, está se mueve al


son del dinero, convirtiéndolo en la relación fundamental de la existencia; todo
está reducido al valor de cambio del dinero, esto nos indicaría que una de las
teorías del capitalismo tiene que ser una teoría económica, una que le diera una
eficaz comprensión desde su origen al valor de cambio, al dinero como eje
principal de la mercancía y a las relaciones mercantiles como las únicas relaciones
humanas posibles. Una teoría del capitalismo debía resaltar el carácter
extremadamente fetichista y supersticioso que ha adquirido el dinero, un mal
necesario de la humanidad que funcionaba en está como una herida que no
cicatrizaba, un río que era imposible de detener y que sigue en constante
crecimiento, hasta los países socialistas basan sus relaciones humanas en el
dinero. La sociedad está tan centrada en el dinero, que hicimos que esté sea un
medio esencial para vivir en ella.

Marx, estudiaba la sociedad en su totalidad, esto lo convertía en un científico


omniabarcante, esto sucedió porque Marx debía analizar la sociedad de forma
exhaustiva y minuciosa en su totalidad. Entonces, se debe encarar la concepción
metodología Marxista de la totalidad, como la que hace referencia hacia la ciencia
social como una ciencia unitaria de la sociedad, descartando la división del trabajo
dentro de la ciencia social, obviamente, no hablamos de esto en un sentido literal,
lo que quiere decir la "eliminación de la división del trabajo en la ciencia social" es
que, se debe abarcar en su totalidad el objeto de estudio, aún cuando esté sea
muy especializado. La metodología marxista de la totalidad, busca la satisfacción
de las necesidades humanas, aspira a una sociedad la cuál su producción este
dedicada a esto; por ello el campo de estudio que uso Marx abarcó una totalidad,
una sociedad que no complazca al mercado y que no le cree, por así decirlo,
falsas necesidades al consumidor.

El ideólogo es caracterizado por hacer pasar por estructura de la realidad social


aquello que no es sino una mera apariencia fenoménica. Marx chocaba
constantemente en sus obras económicas con esta realidad, la cuál aún se
mantiene vigente; el ideólogo usa muchas veces, el papel de practicante de la
confusión, y presentar así como la verdad o fundamento estructural de la sociedad
lo que no es sino su apariencia ideológica. La realidad social tiene una fachada
ideológica la cual nunca debe confundirse con la estructura social, a raíz de esto,
Marx, nota una misión en el método científico que expresa: la distinción en las
estructuras sociales de sus apariencias ideológicas, el método científico es la
pared del realismo que se coloca enfrente del mundo y lo saca de esa ilusión de
"Un mundo encantado e invertido" el cuál es presentado por los ideólogos. El
hombre corriente de la sociedad capitalista, el hombre que labora y no conoce
bien para quien trabaja, el hombre que llega a creer que es justamente
remunerado por el salario que le dan y desconoce o ignora, que buena parte de su
fuerza de trabajo la entrega gratis, este hombre está atrapado en un trance,
nadando en la inconsciencia ideológica generalizada en este tipo de sociedad.
Hombres que sólo ven la superficie y no lo extensamente profundo que es la
realidad ideológica la cual se le programó para que sólo observara la superficie,
una ideología en la cual esta inmerso cuando entra en relaciones de producción
para hallar su subsistencia.
Se encuentra en el corazón de la estructura social, y por ser sujeto actuante, se le
es complicado percatarse de ello. Un hombre que forma parte de una clase social
la cuál, tiene debajo de sus narices la explotación a la qué esta sujeta. Marx nos
demuestra que una teoría científica puede eliminar una apariencia social, pero,
eso no será suficiente para destruir la explotación: la forma material de esta se
destruye sólo prácticamente. Por ende, destruyendo la ideología capitalista no
acabará con el capitalismo.

Ahora bien, cuando el capitalista o las personas que lo representan, sus


economistas, presentan la relación capital - trabajo como un simple contrato, una
inocente y legal transacción entre poseedores de mercancías, están colocándole
la apariencia engañosa, dándole una ideología a la estructura real de las
relaciones productivas. Normalizan el acto de, hacer el que el trabajador venda su
única mercancía (fuerza de trabajo) a cambio de un salario el cual no abastece su
trabajo real, aparte, debe producir más mercancías para el capitalista, y, más
tarde, cuando esas mercancías están en proceso de circulación, él mismo, su
productor, tiene que comprarlas con el salario ganado por producirlas; sin
embargo, este fascinante y monstruoso proceso es recurrido constantemente, y
aparece justificadamente a la perfección ideológicamente por el sistema social.

Marx nos esta relatando sobre un capitalista que, reprime u olvida el movimiento
real de producción con el fin de proteger sus propios intereses. Un capitalista que
usa la ideología como un modo de ver la realidad social, que no contempla sino la
apariencia de los procesos, su modo de manifestarse, exteriormente, y oculta
(sabiéndolo o no) el carácter profundo, estructural del proceso.

Desde sus tempranos escritos, Marx demostró un increíble empeño en no disociar


la teoría de la práctica, puesto que, para Marx toda disociación de teoría y práctica
era un síntoma muy específico de la alienación. Alienacismo, fue el término que se
le dio a la práctica separada y disociada de la teoría, en el ámbito político, por
ejemplo, adquiere los rasgos de activismo ciego. Y por su parte, la teoría disociada
de la práctica tiende convertirse en especulación ideológica, ya que queda sin
asidero real empírico.

Marx plantea directamente este problema, usando 2 incógnitas filosóficas


tradicionales: la verdad y el destino de la filosofía; ¿Que es la verdad? Esta
pregunta no viene del hecho de distinguir verdad y falsedad, sino más bien la
verdad y la apariencia. Los sofistas estaban sumamente preocupados porque
nuestros sentidos no servían como criterio infalible de la verdad. Ellos advertían
las numerosas ilusiones en que nuestros sentidos nos hacen caer, como cuando
miramos un lápiz doblado, sumergido, a la mitad en un vaso de agua, o como
cuando nos figuramos, para nuestra tranquilidad, que la tierra es inmóvil. Con
esto, se concluyó, que la búsqueda científica de la verdad tenía que ser encarada
desde el principio como la persecución de ciertas "estructuras" que están ocultas
tras la apariencia que se brinda a nuestros sentidos. El método científico hace un
uso precisó, del modo de captar estas estructuras y se inventa instrumentos para
superar a nuestros sentidos, el telescopio, por ejemplo, con el fin de que estos, no
nos engañen.

El método científico procede de manera que, consiga una progresiva superación


de los datos sensoriales hasta alcanzar la forma o ideas de las cosas. En otras
palabras, la relación de la teoría con la práctica se resuelve aquí mediante la
primacía de la teoría.
Lo propio hace Marx cuando señala metodológicamente a la abstracción como
punto de partida de la economía política. Entonces, la verdad consiste en adecuar
nuestros pensamientos, no por como aparenta lo real, sino por la esencia oculta, a
su estructura diríamos hoy. Marx decía que el hombre no tenía un problema en la
parte teórica, sino más bien en la práctica; "Es en la práctica donde el hombre
tenía que demostrar la verdad". ¿Que significa en verdad esta preposición? Esta
duda era respondida por el mismo Marx, puesto que esto, implicaba una polémica
anti - ideología. Reprochaba el carácter ideólogo del pensamiento filosófico
Occidental.
Este carácter es definido como aquella postura intelectual que nos indica que las
ideas son la esencia de lo real, y no lo real de las ideas. Hegel, idealizo la historia,
sostuvo que la historia era una exteriorización o alienación de la idea en el
espacio, para Marx, toda postura fundada en la primacía de las ideas sobre la
historia era una postura ideológica, ósea, que encubría los hechos reales. No debe
extrañarnos, entonces, que Marx afirmara que la práctica historia es el definitivo
criterio de la verdad. Así qué, ensayo otra manera de tratar el problema de las
relaciones teoría – práctica.
Elaboró una tesis la cual fue interpretada de tantas formas que al principio, perdió
su principal objetivo, el trabajo de Marx fue idealizado, y se le acusó de historiador.
Pero el determinismo de Marx era lo que lo diferenciaba de los historiadores, no
tenía ninguna relación con lo metafísico, su determinismo se resume en lo
siguiente: el capitalismo existe, se trata de un sistema concreto, organizado según
leyes específicas, las leyes de una sociedad basada en un determinado modo de
producción; es un hecho que el científico puede estudiar esas leyes, si descubre el
funcionamiento real de esas leyes, podrá predecir un desarrollo, porque una vez
constituido el sistema, sus leyes actuarán bajo la forma de un determinismo, Pero
no metafísico, sino totalmente concreto. Marx luego explicaba, que los hombres
hacen su propia historia al mismo tiempo que sufren de la determinación social; lo
cual significa que el modo de actuar de los hombres puede agudizar, las
contradicciones sociales y mover el mundo hacia su transformación.

Esto es lo que hay en la tesis de Marx: la intuición de una poderosa


transformación histórica. Comprendió, que a pesar de los grandes avances
científicos, la nueva era histórica continuaría con la explotación y la miseria de los
pueblos; está actitud de Marx, una actitud la cual demostró que se exigía por
hacer el cambio, no tan sólo filosófico, sino más bien en cambiar los antagonismos
sociales aún existentes, era una denuncia hacia la alienación y una lucha frontal
contra la misma. Insistió en demostrar, mediante pensamientos y hechos
concretos, el carácter práctico que debe asumir cualquier combate contra la
alineación. Esto no quería decir el abandono de la lucha teórica, porque, en
definitiva, toda teoría es una práctica.

Capitulo 2:
Los manuscritos de París o el problema de alienación en la
frontera entre filosofía y economía.

Dentro del primer manuscrito, realizado por el mismo Marx, contiene una parte
especifica dedicada al trabajo alienado, que se expone ordenamente en 4
"determinaciones" del trabajo alienado. Pero antes de profundizar en esto, Marx
dedica un espacio al planteamiento general del problema.

Dicho planteamiento, lleva consigo una característica resaltante, ya que, viene


originado desde el punto de vista de la crítica de la economía política y de las
relaciones materiales de producción social. Marx denuncia el carácter ideológico
que mantenía por ese entonces está ciencia, y por ello, se vuelve una crítica de la
economía política; y, al descubrir la oposición hombre - mercancía en las
relaciones de producción, y el encubrimiento de la oposición entre capital y
trabajo, esto se convierte en un análisis de las relaciones de producción.

Marx señala que el defecto capital de las ideologías lo constituye el hecho de


explicar la historia como el resultado de principios, ideas o leyes, en lugar de
explicar las leyes, ideas o principios como el resultado de la historia. Para los ojos
de Marx, la economía política, era practicante de esta inversión ideológica; piensa
en la realidad como expresión de la ley, pero no en la ley como expresión de la
realidad. Explica las leyes de la propiedad privada, pero ignora como esas leyes
son el resultado de la propiedad privada.

Es también critica de las relaciones sociales de producción: estas relaciones se


encaran como un cuadro de contradicciones, patentes en el antagonismo de
capital y trabajo, contradicciones que la sociedad capitalista sintetiza
dialécticamente en ese engendro que Marx denomina "El hombre mercancía". El
hombre es convertido en una mercancía, que a su vez, se produce así mismo y
aumenta el proceso a medida que se valoriza el mundo de las cosas, se
desvaloriza, en razón directa, el mundo de los hombres.

Entonces, el producto vendría siendo la mercancía consciente de si misma, y


dotada de actividad propia; la mercancía - hombre. Marx, ya se había dado cuenta
en sus primeros manuscritos de lo que, más adelante, en sus obras y
investigaciones maduras desglosaría de una forma más eficaz, y concisa, la
personificación de las cosas y cosificación de las personas, la teoría del fetichismo
mercantil, de que nos habla en el Capital y en Las Teorías de la Plusvalía. Desde
el inicio, el planteamiento general de la alienación del trabajo arremete contra la
médula socioeconómica del problema: las relaciones de producción.
La forma primaria de la alienación examinada en los manuscritos de 1844, es la
alienación del producto del trabajo referente al productor; esto es, la conversión en
un ente hostil, un antagonista con una fuerza que crece en razón directamente
proporcional al empobrecimiento del productor. La formulación general de esta
determinación vendría contemplándose entonces, de la siguiente forma: en la
base económica de la sociedad capitalista, la mercancía es la capital, y el
productor, obrero asalariado. La mercancía es expresión de capital, y el obrero
expresión de trabajo. El obrero produce mercancías, el trabajo produce capital.
Mientras mayor sea el grado de desarrollo de la sociedad capitalista, mayor será el
grado de dominio de los productos sobre los productores; llegando al punto de
que, toda la economía, estará basada en las necesidades de los productos y no en
las de los productores. Marx explica que la critica hacia la economía política va
motivada, por el hecho de que está ciencia no realiza la mencionada distinción. La
economía política describe el fenómeno de la alienación, y también el de la
propiedad privada, pero no lo explica, no lo denuncia, lo encubre ideológicamente.

Aunque Marx no era consciente de que, si la mercancía superaba y se oponía al


trabajador era porque el valor de aquella se mide por la cantidad de trabajo
socialmente necesario para producirla, sin embargo, se da cuenta, y denuncia de
forma implacable, el antagonismo existente entre la producción mercantil y el
trabajo asalariado. No tenía idea del trabajo excedente, ni tampoco conocía la
distinción clara entre el valor y precio, pero si sabía que el enriquecimiento
mercantil y el crecimiento capital provenían de una depreciación del trabajo,
afirmaba que el trabajador es reducido a mercancía. Está muy claro que el obrero
no puede crear sin la naturaleza, sin el mundo exterior sensible; es decir, sin
condiciones objetivas, sin materia que, transformada por el trabajo, se convierta en
objetivación del trabajo, pero también es algo obvio, para Marx, que no hay
ninguna relación de necesidad lógica entre el hecho general de que, para trabajar,
hagan falta condiciones objetivas, y el hecho inusual e histórico de que, para
trabajar, haya que someterse a condiciones objetivas alienantes.
La primera determinación, relevó un aspecto o lado de la misma, resultante de la
observación del fenómeno desde el punto de vista de uno de sus componentes: el
producto del trabajo. Marx, comentaba en sus manuscritos, que la alienación no
solamente estaba presente en el resultado, sino también en el acto de la
producción, en el corazón de la actividad productiva misma. La alienación del
producto consistía en volver ajeno y hostil, una mercancía, al momento de salir de
las manos del productor, esto es; la pertenencia a otro del trabajo propio. Un
asalto de su trabajo, su actividad productiva, la cual experimenta el obrero. La
alienación entonces, nos refleja que, el obrero no trabaja para sí, sino para otro, y
recibe un salario que cubre mínimamente el esfuerzo que esté realiza; un salario
que estrictamente le da para su subsistencia como fuerza de trabajo. Su trabajo es
un alienum, puesto que, le es ajeno y hostil, y incluso su salario también lo es, ya
que, es manipulado por el capitalista para comprar esa inusual mercancía que no
es sino el obrero mismo en el mercado del trabajo, y por ende, el capitalista se
vuelve dueño de la vida del obrero, ya que éste depende del salario como su
medio de vida.

Entonces, esta alienación en la actividad del trabajo, hace que el hombre


involucione y se someta a sus instintos animales: comer y dormir.
La explicación que da Marx con respecto a la alienación de la actividad productiva
tiene 2 características, una conceptual y otra estilística. En lo conceptual, se
refiere a la alienación del trabajo asalariado y, por ende, se limita aquí al
capitalismo; en lo estilístico, Marx escribe como en tantos otros casos, mediante
una cadena de opuestos, los cuales describen el antagonismo de las clases
sociales. Esta segunda forma de la alienación, al igual que en la primera,
encuentra en la religión su perfecta analogía: la actividad de la fantasía religiosa
tiene un funcionamiento idéntico en la mente humana, igual a la actividad de la
fuerza productiva en el obrero productor. Esto quiere decir, que el obrero no es
dueño de su actividad, sus obras pertenecen a otro al igual que su actividad, lo
cual hace que el obrero se pierda y, se pierde, así mismo.
La tercera determinación es llamada por Marx como: la alienación del ser
genérico.
Los manuscritos de Marx a partir de este punto, padecen de un cambio de
tonalidad teórica. Mientras los anteriores se mantenían bajo un plano
fundamentalmente económico y sociólogo, éste será un análisis el cuál será
abarcado filosóficamente.

Entonces, iniciamos por el hecho de que el hombre es un ser histórico-natural, una


sola unidad que puede apreciarse desde 2 perspectivas; el hombre como ser
natural y, la perspectiva del hombre como ser social, estos, son aspectos de una
totalidad.

En su relación con la naturaleza, el hombre se revela como un ser genérico por 2


razones fundamentales; primeramente, en un plano meramente teórico, puede
decirse que la naturaleza forma parte de la conciencia humana, puesto que, está
conciencia se enlaza con el mundo objetivo natural, trabajándolo y analizándolo
mediante las formas culturales: ciencia, arte y tecnología.

Segundo, porque, en un plano práctico, desde el principio remoto la naturaleza se


ha adecuado para constituir el reservorio vital de la vida humana, como dice Marx,
la naturaleza ha sido y es, el cuerpo inorgánico del hombre, mientras este viva de
ese reservorio, forma parte de esa genericidad. Por otra parte, la transformación
de la naturaleza no la realiza el hombre individualmente, sino en cuanto a género,
en cuanto a sociedad. El sentido de esta relación es que el individuo trabaje para
él género; ósea, la vida individual debe expresarse en un medio para la vida del
género, por ello, una sociedad cobra sentido cuando está, llena de cooperación y
solidaridad, se encuentra vacía del pensamiento de entablar una guerra, todos
contra todos y la lucha por apropiación privada del subproducto social, mediante la
división del trabajo y la propiedad privada.

Sin embargo, la historia se nos muestra distinta y invertida, en está inversión


consiste la alienación del ser genérico en su aspecto natural. En el comunismo
primitivo, la propiedad de los bienes extraídos de la naturaleza, se convertía en
propiedad colectiva, lo que lo hacía a su vez, propiedad genérica. El trabajo del
individuo enfrentando a la naturaleza tenía el sentido de una contribución a la vida
social. Pero cuando, gracias al desarrollo de la agricultura y de la división del
trabajo, se hace presente un sobreproducto social y las primeras formas de
trueque, marcan el inicio de la historia de la apropiación privada, y junto a ella, la
historia de la alienación económica: la vida genérica y el trabajo social, se vuelven
en medios para el enriquecimiento individual.

En el estadio capitalista está relación aparece sumamente invertida: la naturaleza


ya se encuentra en sus respectivos cubículos, en unos compartimientos de
propiedad privada y hay un régimen jurídico evolucionado que labora sustentando
ideológicamente aquella parcelación. El obrero asalariado, productor de este
estadio, trabaja las materias primas y sus derivados técnicos, bajo un dominio
ajeno, extraño; su relación con la naturaleza pasa a ser de hostilidad, y,
obviamente, su trabajo social, su vida genérica, pasa a ser fuente de vida del
desarrollo y enriquecimiento de individuos particulares, los dueños de los medios
de producción, los propietarios privados. Entonces, de que le sirve a un obrero
laborar durante 12 horas diarias para ganar un salario miserable, vivir en un país
de naturaleza rica, si solamente unos pocos disfrutan de estas riquezas¿? Por
esto puede hablarse de una alienación genérica del hombre referente a la
naturaleza. El hombre no la trabaja ya en contribución del género, sino en cuanto
animal indigente que la necesita para su subsistencia.
“Consecuencia directa" nos dice Marx, refiriéndose a la cuarta determinación la
cual es la alienación del hombre respecto del hombre. Si el producto del trabajo se
aliena o se vuelve ajena al productor, es de suponer, que significa que su producto
es de otro; al igual sucede si su actividad productiva misma está alienada, y si el
hombre está alienado de su ser genérico, es porque está alienado con respecto a
otro hombre. La palabra (alienación) indica que se trata de proceso de usurpación
o algo semejante, lo que es de alguien pasa a ser de otro. Entonces, Marx se
pregunta: si el producto del trabajo es algo ajeno a mí y se me encara como un
poder extraño, ¿a quien pertenece entonces? No son los dioses ni la naturaleza,
exclama Marx. La respuesta definitiva es esta: ese ser ajeno a quien pertenece el
producto y lo disfruta, el dueño del trabajo, el que lo tiene a su servicio, no es otro
que el hombre mismo.

Por eso había dicho anteriormente, que toda alienación es, en su raíz, un síntoma
que padece el hombre con respecto al hombre. Pensemos en los dioses: en la
alienación religiosa el hombre encara contra fuerzas extrañas, pero estás sólo
metafóricamente son "dioses"; realmente son los administradores de los dioses,
los hombres sacerdotales.
Pensemos en la naturaleza: cuando el obrero la trabaja, la exterioriza y objetiva su
ser genérico, su ser humano productor, pero se aliena cuando otros hombres, en
ciertas condiciones históricas causadas por la división del trabajo y la propiedad
privada, "administran" aquél trabajo y se lo apropian, despojando al trabajador.

Por esto, la manera más general de manifestar la alienación, está constituida por
la expropiación de un hombre hacía otro hombre, pero sólo bajo sus formas
concretas, incluyendo las ideológicas, puede analizarse de forma científica la
alienación.
Existe un pasaje de las notas de lectura de Marx, en esta misma época, que a
propósito de las relaciones entre comunidad e individuo sintetiza admirablemente
todo lo que hasta ahora ha sido expuesto; Marx expresa en el pasaje que la
comunidad del hombre seguiría manteniendo la alienación, en tanto esté no se
reconozca como tal y no haya organizado el mundo humanamente, "los hombres
son esos seres alienados, no en la abstracción, sino en tanto individuos reales,
vivientes, particulares. Tales individuos, tal comunidad.
Que su actividad se le manifieste como un tormento, sus propias creaciones, como
una potencia extraña, su riqueza como pobreza, el lazo profundo que lo enlaza
con otro hombre como un lazo artificial y la separación con respecto al otro como
su verdadera existencia; que en su producción produce su propia nada, que su
poder sobre el objeto es el poder del objeto y sobre él; que, en fin, siendo dueño
de su producción, aparece como esclavo de su producción”.

Capitulo:03
La lucha contra la sagrada familia de las
abstracciones

Marx, al no combatir a la alienación filosóficamente, da luz verde para la visión de


la alienación como un fenómeno propio de lucha social, propio del ámbito de la
economía política y resultado, por tanto, de una situación histórica analizable
científicamente y caracterizada por el antagonismo de las clases sociales. Por
ende, este viene siendo nuestro motivo para hablar de un cambio de perspectiva.
Sin embargo, el cambio de perspectiva, aunque traza una vía teórica que Marx no
abandonará jamás, no implica que sea suficiente, puesto que debemos estar en
posesión de todos los instrumentos científicos necesarios para plantear el
problema de la alienación desde el punto de vista de la ciencia social de un modo
satisfactorio y definitivo; más que ciencia positiva, hay aquí lo que hoy
llamaríamos: pensamiento crítico-negativo.

Marx siempre será así: odio al periodismo. Pero con la necesidad de practicarlo
tanto por razones políticas como de trabajo asalariado, un trabajo descomunal de
escritor que en las épocas más críticas, después de pasarse el día realizando
artículos de prensa, se enfocaba, en sus noches hasta las 4 de la madrugada, a
sus intensos manuscritos; una obra que se divide en 2 partes, una terminada y la
otra parte inconclusa.

No hay, en esta obra de Marx un tratamiento sistemático del concepto de


alienación. Ni podía haberlo: no es una obra de teoría socioeconómica sobre las
bases o fundamentos de la sociedad civil, sino un panfleto polémico dirigido contra
especulaciones ideológicas. Entonces, haremos una clasificación la cuál, y
atención con esto, no está vigente de la siguiente forma en la práctica teórica de
Marx. Estudiaremos, así, cuatro aspectos fundamentales

Capítulo 4:
LAS TESIS SOBRE FEUERBACH: UNA ENCRUCIJADA TEÓRICA
Resumen N°4

Dedicaremos un breve capítulo al análisis de algunos aspectos de las Tesis


sobre Feuerbach relacionados con el tema de la alienación. Al aislar en un
capítulo especial lo referente a esos once fulgurantes aforismos que son las Tesis,
intentamos dar expresión gráfica, por así decirlo, a lo que verdaderamente
representan en la biografía espiritual de Marx: una encrucijada, un cruce de vías
que, lo mismo que un cruce de espadas, produjo lo que Schiller llamaría
Götterfunken, chispa o centella divina. Son una suerte de programa intelectual que
sólo será realizado con los años y al cual permanecerá siempre fiel Marx

NOTICIA SOBRE LAS TESIS

Guizot, Ministro del Interior del gobierno francés, cede a la presión del
gobierno prusiano molesto por la incisiva crítica del Vorwärts y procede a la
expulsión de los principales colaboradores del periódico. Marx se ve obligado a
dejar París el 3 de febrero y poco antes firma contrato con el editor Leske para
escribir una Crítica de la política y la economía política; no cumplirá este contrato,
por lo que dos años después es rescindido.

Marx se instala en Bruselas, donde permanecerá desde febrero de 1845


hasta marzo de 1848: un intenso período de estudios, fundamentalmente
económicos. Entre los meses de abril y agosto, Engels va también a Bruselas y se
inicia allí su estrecha colaboración con Marx, surgida de puntos de vista
coincidentes, de una temperatura política concorde y unos estudios similarmente
orientados.

Estas Tesis permanecieron inéditas hasta 1888, cuando Engels decidió


publicarlas como apéndice de la edición en folleto aparte de su Ludwig Feuerbach
y el fin de la filosofía clásica alemana

Engels retocó levemente el manuscrito de Marx, que no vino a conocerse


en su estado primitivo sino hasta la edición hecha en 1932 por el Marx-Engels-
Lenin Institut, de Moscú.

EL TEMA DE LA ALIENACIÓN EN LAS TESIS

Aquí veremos tan sólo aquellos aspectos de un modo u otro relacionados


con el problema de la alienación. Nos fijaremos fundamentalmente, para nuestros
fines, en las tesis IV, VI, VII y XI; es decir, dejamos de lado todo el importante
grupo que se ocupa de las relaciones generales entre teoría y práctica.

Alienación y objetivación

Para Hegel, el mundo objetivo e histórico un desprendimiento o


«alienación» de la Idea Absoluta, entonces para, él una expresión como
«superación de la alienación» es equivalente a «superación de la realidad
objetiva».

Años más tarde, Engels, en su Ludwig Feuerbach, nos dirá que, en el


sistema de Hegel, «la idea absoluta —que lo único que tiene de absoluto es que
no sabe decirnos absolutamente nada acerca de ella— se “aliena”, es decir, se
transforma en la naturaleza, para recobrar más tarde su ser en el espíritu»; y
acotará unas líneas más adelante: «Mientras que para el materialismo lo único
real es la naturaleza, en el sistema hegeliano esta representa tan sólo la
“alienación” (Entäusserung) de la idea absoluta, algo así como una degradación
de la idea

Identificar alienación y mundo objetivo es, en suma, renunciar a toda


posibilidad de que el hombre se objetive en un mundo no alienado; es renunciar a
la tarea de transformar el mundo. Toda alienación implica, es cierto, objetivación;
pero no toda objetivación implica alienación

La alienación religiosa

Dice así la «Tesis IV» sobre Feuerbach: Feuerbach parte del hecho de la
auto alienación religiosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso y
otro mundano. Su labor consiste en disolver el mundo religioso reduciéndolo a su
fundamento mundano. Pero el hecho de que el fundamento mundano se separe
de sí mismo para hipostasiarse como un reino independiente en las nubes, es algo
que Marx y la alienación / 199 sólo puede explicarse por el propio desgarramiento
y la contradicción de este fundamento mundano consigo mismo.

Apoyado en Feuerbach y, al mismo tiempo, superándolo, Marx define en


esta tesis de un modo sintético y luminoso el quid de la alienación religiosa; pero
no se limita a esto, sino que ofrece el principio general del que hay que partir para
eliminar toda alienación ideológica.

Ante todo, ¿qué significa «autoalienación religiosa» o religiösen


Selbstenfremdung? Significa: alienación religiosa de sí mismo, conversión del
hombre en un ser extraño o ajeno para sí mismo por efecto de la ideología
religiosa

Ahora bien, Feuerbach había visto esto con gran claridad. Por ejemplo, en
sus Tesis provisorias: «(…) La teología divide en dos al hombre y lo aliena, para
después identificar con el hombre a este ser alienado».Contra semejante
alienación reacciona Feuerbach una y otra vez, e intenta destruirla identificando
los productos religiosos como productos del hombre

Las tesis I, II, III, fueron dedicadas por eso a reprochar previamente al
materialismo de Feuerbach y, en general, a todo el materialismo anterior, el que
captase la realidad sólo bajo la forma de «objeto» o de «intuición sensible», y no
como actividad humana sensorial, como práctica. De ahí que la superación de la
alienación religiosa propuesta por ese materialismo fuera aún una superación «en
el pensamiento», una superación puramente teórica y no práctico-teórica. Para
Marx, esa superación tiene que ser un hecho de «práctica revolucionaria».

Feuerbach se limita a comprender y señalar que la alienación religiosa se


debe a una inversión de valores: la desvalorización del hombre concreto y la
valorización de sus fantasías abstractas; pero no llega a comprender las razones
específicas por las cuales esto ocurre, esto es, no averigua cuáles son las
contradicciones que el «fundamento mundano» encierra y que necesariamente
conducen a esa alienación religiosa

Marx insiste precisamente en esto: la ideología religiosa sólo puede


desaparecer cuando desaparezcan las contradicciones mundanas, sociales, que
la originaron.

La alienación religiosa es, pues, un mero subconjunto de la alienación


ideológica, la cual es, a su vez, un subconjunto de la alienación social general.
Pero la superación de todas estas distintas formas de alienación parte del mismo
punto: la transformación del mundo histórico-natura

La esencia humana no es un abstractum domiciliado en el individuo singular

La tesis VI y VII resultan de capital importancia dentro de la teoría de la


alienación: constituyen un punto —aunque no el único— en el que Marx se
enfrenta directamente al problema de la «esencia humana», del cual hemos
hablado en páginas anteriores y sobre el cual habremos de volver, más
detalladamente, en capítulo especial.
A partir de 1845 el concepto de alienación será despojado de ese aparataje
metafísico (de origen hegeliano) que lo vincula a una supuesta separación del
hombre de su «esencia»

Ahora bien: el primer texto donde Marx señala de un modo completamente


deliberado esa transformación de la categoría de alienación a que aludimos, es sin
duda la «Tesis VI» sobre Feuerbach, reforzada por la «Tesis VII».

Alienación y filosofía. La hora de cambiar el mundo

Desde el punto de vista conceptual, así como desde el punto de vista


estilístico, la «Tesis XI» es el remate perfecto de las anteriores.

La «Tesis XI», en primer lugar, figura en un contexto muy preciso, al que


hay que remitirla: una fase determinada del pensamiento de Marx; y, en segundo
término, hay que verla como lo que ella misma dice ser: un programa de acción o
como dice Rubel, un credo personal, al que hay que confrontarnecesariamente
con la «realización» de ese programa, es decir, con la obra entera de Marx a partir
de 1845

Para eso Karl Popper estaba empeñado en ver en Marx un «historicista»


tipo hegeliano, que cree religiosamente en la «marcha inexorable» de la Historia,
es decir, de la Idea que se autodesarrolla. Se ve a las claras el absurdo al que
conduce el razonamiento de Popper. Desgraciadamente para Popper, Marx no era
un mero interpretador de la historia, como lo era Hegel. Nunca partió —y lo hizo
constar repetidamente— de las oscuridades de la Historia, sino de determinados
momentos históricos.

Este era el mensaje de la «Tesis IV». La «Tesis XI» proclama lo mismo,


pero con mayor universalidad de términos, y con una referencia concreta a la
alienación filosófica. Ahora podemos entender mejor cuál es la conexión de la
«Tesis XI» con el tema de la alienación. La «Tesis XI» es una denuncia de la
alienación ideológica por la vía de la filosofía.

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