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¿Tienen competencia los Tribunales Dominicanos para

conocer de las sucesiones de un extranjero?


Objetivos

1. Determinar si los Tribunales Dominicanos Tienen Competencia


para conocer de las sucesiones de un extranjero;

2. Identificar la Ley aplicable y cuáles son aquellos bienes que son


de competencia exclusiva de los Tribunales dominicanos.
CAPÍTULO I

Tienen competencia los Tribunales Dominicanos para conocer de


las sucesiones de un extranjero. –

La apertura es el acto que da comienzo a una actividad. En el caso de la


sucesión el hecho que da comienzo a la misma es la muerte de la
persona cuyo patrimonio se dividirá entre sus sucesores. En esos
términos, el artículo 718 del Código Civil dominicano establece lo
siguiente: «Las sucesiones se abren por la muerte de aquel de quien se
derivan”. El documento por excelencia para probar la muerte y por ende
la apertura de la sucesión, lo es el acta de defunción, en la forma
establecida en el artículo 71 de la Ley No. 659 sobre Actos del Estado
Civil.

Es de vital importancia conocer a partir de qué fecha se apertura la


sucesión, con la finalidad de determinar cuáles son los herederos y si
los mismos tienen la capacidad establecida en el Código Civil para
suceder y por otro lado conocer cuáles son los bienes que compondrá la
masa sucesoral, ya que esta solo está compuesta por los bienes que
haya dejado el de cujus al momento de su muerte.

La sucesión se apertura en el domicilio de la persona fallecida, así lo


establece el Código Civil en su artículo 110. Del lugar de la apertura
dependerá cual tribunal tendrá a su cargo el proceso de partición de los
bienes dejados por el de cujus y es quien conocerá todas las demandas
interpuesta por los herederos en relación a la sucesión. Se entiende que
el domicilio es el lugar del principal establecimiento, tal y como lo
dispone el artículo 102 de nuestra legislación civil. En caso de que el
fallecido no tenga un domicilio, el lugar de la apertura lo será en su
última residencia.
Los tribunales, al momento de ser apoderados de una demanda
relacionada con la sucesión, lo primero que debe hacer es verificar su
competencia territorial y para ello debe observar el lugar donde se
apertura la sucesión. Esto se determina al verificar cuál es el domicilio
de la persona fallecida y a falta de este las partes deben probar cual fue
su última residencia.

Si un dominicano fallece estando en el extranjero, debemos observar lo


dispuesto en la Ley 544-14 de Derecho internacional Privado en la
República Dominicana en su artículo 54, el cual establece que la
sucesión se rige por la ley del domicilio del fallecido, pero los herederos
si están de acuerdo, pueden elegir que la partición se haga de acuerdo
al lugar donde se encuentra bienes del fallecido. Al tener los tribunales
dominicanos competencia para conocer procesos respecto de los bienes
que se encuentren en el país, pueden conocer sobre la sucesión de una
persona fallecida en el extranjero, con bienes en República Dominicana.

La ley 544-14 nos dice que los tribunales dominicanos tienen


competencia para conocer sobre las sucesiones de un extranjero,
cuando la republica dominicana haya sido su ultimo domicilio o posea
bienes inmuebles en el país art. 16-7.

La sucesión por causa de muerte se rige por la ley del domicilio del
causante al momento de su fallecimiento art. 54.

Los herederos tienen la opción de elegir, siempre de común acuerdo,


para la partición de la herencia, la ley del lugar en la que se encuentren
uno o más bienes hereditarios.

Fallecimiento de dominicanos domiciliados en el exterior: ley de su


ultimo domicilio
Fallecimiento de dominicanos domiciliados en el exterior con bienes en
la republica dominicana: los tribunales tienen competencia siempre que
existan bienes en la Republica Dominicana.

Fallecimiento de extranjeros domiciliados en el exterior con bienes en la


republica dominicana.

Nuestro Código civil Dominicano, establece en los siguientes Articulo lo


siguiente:

Art. 13.- El extranjero, a quien el Gobierno hubiese concedido fijar en la


República su domicilio, gozará de todos los derechos civiles mientras
resida en el país.

Art. 14.- El extranjero, aunque no resida en la República, podrá ser


citado ante los tribunales de ella, para la ejecución de las obligaciones
contraídas por él en la República y con un dominicano; podrá ser
llevado a los tribunales en lo que se refiere a las obligaciones contraídas
en país extranjero respecto de dominicanos.

Art. 15.- Un dominicano podrá ser citado ante un tribunal de la


República, por causa de obligaciones por él mismo contraídas en país
extranjero y aun con extranjeros.
CAPITULO II

Ley aplicable y bienes que son de competencia exclusiva de los


tribunales dominicanos.

A partir del 14 de diciembre de 2014, fecha de entrada en vigencia de la


Ley 544–14-, el legislador dominicano estableció racionalmente una
regulación especial sobre la competencia judicial internacional de los
tribunales dominicanos, estipulando:

(a) los criterios que otorgan competencia exclusivas e inderogables a


favor de los tribunales dominicanos, entre éstos los derechos reales,
reconocimiento y ejecución en suelo dominicano de decisiones dictadas
en el extranjero, medidas conservatorias;

(b) los criterios convencionales de sumisión tácita a la jurisdicción


dominicana.

(c) los criterios especiales de competencia de los tribunales


dominicanos, tales como, los asuntos relacionados con el estatuto de la
persona o la familia y el derecho patrimonial, entre otros.

El Título II de la Ley 544–14 regula todo lo concerniente a la extensión y


límites de la jurisdicción dominicana en materia civil y comercial,
dedicando la ley 20 artículos al respecto y particularmente estableciendo
en cuáles condiciones los tribunales dominicanos pueden juzgar o no
determinado asunto.

Los foros de competencia judicial internacional tienen el objetivo de


garantizar la tutela judicial efectiva de las personas involucradas en el
litigio de tráfico internacional. Una regulación definida y coherente de
las normas de competencia judicial internacional contribuye a fortalecer
los derechos fundamentales de las personas, particularmente los
derechos de acceso a la justicia, juez natural, legalidad, seguridad
jurídica, entre otros.

La Ley 544–14, regula los criterios de otorgamiento de competencia que


se delimitan a través de los foros de competencia, exclusivos, atributivos,
especiales o de necesidad de la competencia judicial del órgano
jurisdiccional dominicano.

En adición, también regula los casos en los que los tribunales


dominicanos son incompetentes y las reglas que regulan los criterios
para aplicar las excepciones de incompetencia que se derivan de dichas
normas.

En el caso particular de la República Dominicana, los tribunales


dominicanos tienen competencia exclusiva sobre las medidas
conservatorias que sean ejecutables en suelo local (artículo 11), y
específicamente cuando:

(a) las mismas se relacionan con las personas o bienes que se


encuentran en territorio dominicano y deban cumplirse en dicho suelo y

(b) cuando se relacionen a situaciones litigiosas que correspondan al


ámbito de su competencia.

Desde la perspectiva del derecho aplicable el sistema gira en torno al


artículo 3 del Código Civil, cuya insuficiencia no ha quedado paliada
por otras disposiciones posteriores. El carácter obsoleto de la regulación
de las cuestiones de derecho aplicable se debe a que aún subsiste la
solución introducida en el artículo 3 del Código de Napoleón de 1804,
fiel heredera de la denominada teoría de los estatutos. De acuerdo con
este precepto:

Las leyes de policía y de seguridad obligan a todos los habitantes del


territorio.
Los bienes inmuebles aunque sean poseídos por extranjeros, están
regidos por la ley dominicana.

Las leyes que se refieren al estado de capacidad de las personas,


obligan a todos los dominicanos, aunque residan en país extranjero.

Las características de este precepto pueden reducirse a tres. En primer


lugar, las evidentes lagunas que ofrece, toda vez que guarda silencio
acerca de la regulación de los bienes muebles, forma de los actos,
contratos y sucesiones; es cierto que estas lagunas tenían en aquellos
años de comienzos del siglo XIX un escaso apoyo doctrinal y práctico,
pero en la actualidad el vacío resulta absolutamente improcedente.

En segundo lugar, la técnica de reglamentación que introduce, basada


en la determinación de la esfera de aplicación espacial del propio
ordenamiento, esto es el empleo de una técnica marcadamente
unilateralista que, si en aquellos años tenía justificación, en la
actualidad ha quedado ampliamente superada a través del empleo
generalizado en los sistemas jurídicos romano-germánicos, del
denominado método conflictual mediante normas de carácter bilateral.
Por último, el referido artículo 3 se caracteriza por adoptar la
nacionalidad de la persona como condición para determinar la ley
aplicable a las materias incluidas dentro del denominado "estatuto
personal", sustituyéndose la conexión que tradicionalmente había
dominado esta materia, que era la domiciliar.

Es de lamentar que tras más de doscientos años el legislador


dominicano no haya decidido adaptarse a las nuevas corrientes
codificadoras una vez entrado el siglo XXI cuando ya se han sentado las
bases teóricas del Derecho internacional privado en América Latina y
cuando la práctica aporta diariamente abundantes ejemplos de la
problemática real del tráfico jurídico externo. Por el contrario, se
mantienen unas disposiciones preñadas de lagunas que ni se acomodan
a las necesidades socioeconómicas de la época ni permiten un
desarrollo judicial flexible.

El hecho de que el artículo 3 del Código Civil haya permanecido vigente


durante más de 150 años, inmune a las importantes oscilaciones del
tráfico jurídico externo acaecidas desde entonces, da una idea de las
carencias del sistema dominicano de derecho internacional privado en
lo que concierne al sector de la determinación del derecho aplicable.

Aunque sin la contundencia necesaria, el carácter unilateral del


precepto ha sido bilateralizado por la jurisprudencia dominicana al
admitir, por obvias razones de reciprocidad, la aplicación del derecho
extranjero cuando la pretensión provenga de no nacionales. Solo así, la
jurisprudencia (SCJ, 13 enero 2006, núm. 72, B. J. núm. 1142; 9 de
junio 2010, núm. 8, B. J. núm. 1195 y 15 de septiembre de 2010, núm.
128, B. J. núm. 1198) ha podido considerar que:

en cuanto al conflicto de leyes, al que se conoce, cuando se trata de


leyes pertenecientes a Estados diferentes como conflicto internacional,
que es el objeto del Derecho internacional privado, se hace necesario
apuntar lo que la doctrina y la jurisprudencia del país de origen de
nuestra legislación han sentado respecto a la cuestión.
CONCLUSION

Para concluir con el presente informe, tenemos que mencionar que la


competencia judicial internacional es asignada por el Reglamento a los
tribunales del Estado Miembro en el que el causante tuviera su
residencia habitual en el momento del fallecimiento. Esa competencia
es universal, es decir, para la totalidad de la sucesión.

Y es que nuestra Ley No. 544-14 en su Artículo 9, no dice de manera


clara que los extranjeros tendrán acceso a los tribunales dominicanos
en condiciones de igualdad con los nacionales y gozarán del derecho a
una tutela judicial efectiva.

Y mas adelante nos deja bien claro cuales son sus competencias
exclusivas, y es que, en cuestión de inmuebles, no se discute la
competencia que tienen nuestros tribunales, ya que cualquier juez
extranjero, esta en el deber de declararse incompetente, ya que es
materia exclusiva de los tribunales dominicanos, y no obstante a eso
con relación a las sucesiones, siempre se tomara en cuenta el ultimo
domicilio del de cujus.

Por último, solo queda decir que la ley es clara en cuanto a la


exclusividad y por lo tanto el juez debe de acatarse a lo que dice la Ley,
mas específicamente en su artículo 11, sino más bien a que por la
naturaleza del bien que en este caso es un bien mueble, el Tribunal
competente siempre será el dominicano.
BIBLIOGRAFIA

1- Ley 544-14
2- Código Civil Dominicano

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