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CICLO : X
TARAPOTO – PERÚ
2015
Aspectos fisiológicos y bioquímicos de los sentidos en la evaluación sensorial
Piense en cuántos sentidos son necesarios para disfrutar plenamente de una comida o
bebida. Desde el momento en que la carne está en la parrilla y el vino o la cerveza se
vierte en un vaso, nuestros oídos son recibidos por el crepitar de las brasas. Nuestros ojos
son atraídos por el brillo del matiz de color rojo cereza del vino, o la profundidad del
negro de una cerveza negra dejando encajes burbujeantes en los lados de la copa.
Que impaciencia esa de esperar por el bien hecho, medio o poco hecho de la carne que al
cortarla la sangre fluye lentamente. Al llevar el vino a los labios, la nariz detecta el aroma
de chocolate amargo y a madera, o tal vez afrutado y ésteres picantes. Por último, nos
bebemos, saboreando estas bebidas seráficas con sabores a éster antes de tragar para que
los ácidos despierten las papilas gustativas de la de la lengua y el ahumado de la carne
nos llene de satisfacción.
Pero, ¿qué es ese retrogusto persistente? ¿Es el toque de la madera o del cuero porque
está defectuoso?. Un analista sensorial funciona como un instrumento científico de
medida. Un catador entrenado debe ser capaz de identificar sabores, cuantificarlos con
respecto a sus umbrales, y determinar objetivamente su conveniencia en un alimento o
bebida en particular.
Cabe señalar, sin embargo, que con una buena formación en materia de análisis sensorial
mejorará las habilidades, pero no siempre se puede garantizar que cualquier persona se
convierta en un "supercatador."
1. Definición
La evaluación sensorial estudia las características organolépticas de los alimentos a
través de las respuestas de un grupo de personas, panel de personas o consumidores, y
así aportar objetividad a estas percepciones. Estudia estadísticamente los datos
proporcionados por los consumidores.
El Institute of Food Technologists (IFT) en 1975 definió a la evaluación sensorial
como: “Una disciplina científica usada para evocar, medir, analizar e interpretar
reacciones de aquellas características de los alimentos y materiales tal como son
percibidas por los sentidos de la vista, olfato, gusto, tacto y audición”.
Está constituida por dos partes: el análisis sensorial y el análisis estadístico. El primero
tiene por finalidad recabar correctamente las percepciones de un jurado o panel de
evaluadores (parte subjetiva) y el segundo, transforma y analiza los datos (parte
objetiva). La evaluación sensorial es multidisciplinaria, recurre a diferentes ramas
como: psicología, química, fisiología, estadística. Por esta razón, su aplicación está
recibiendo mayor reconocimiento y ha madurado notablemente en los últimos años.
Se utiliza en la industria alimentaria, la perfumería, la farmacéutica, la industria de
pinturas y tintes, entre otras.
El fundamento del análisis sensorial es que la calidad sensorial de un producto es
percibida por el hombre como el resultado de varios estímulos como se muestra en la
siguiente figura. De allí deriva la necesidad de descomponer y estudiar esa conducta o
respuesta.
No todas las papilas tienen receptores gustativos, sólo las caliciformes, situadas en la
parte posterior de la lengua en forma de V invertida, y las fungiformes, distribuidas
en la punta y en los laterales de la lengua.
El número de estas papilas gustativas oscila entre, 150 y 400, con lo cual hay
personas mejor dotadas que otras para la percepción de los sabores.
Al estudiar la forma del órgano del olfato podemos comprender que al encontrarse
alejada del paso habitual del aire inspirado y al ser accesible por una pequeña
abertura, a la mucosa sólo pueden acceder una parte de los gases aromáticos durante
la respiración normal, cuando el sentido del olfato no está alterado.
Curiosidades:
En el interior del ojo los rayos de luz atraviesan la retina impactando en sus células
fotorreceptoras (conos y bastones).
Los conos son sensibles a la visión del los colores y a la agudeza visual y tenemos
entre 6 y 7 millones. los bastones son sensibles a la luz y a la oscuridad y nuestra
retina contiene de 110 a 125 millones.
Dentro de los conos existen tres tipos de pigmentos, capaces de percibir los colores
rojo, azul y verde, que mezclados pueden abarcar toda la gama de tonalidades. Los
pigmentos de los bastones sólo son sensibles al blanco y al negro.
Los rayos de luz atraviesan la retina, pero el ojo humano sólo puede percibir
aquellos cuya longitud de onda se sitúe aproximadamente entre los 380 y los 780
nm.
Se puede decir que los colores son ondas y las distintas tonalidades observadas se
deben a ondas de diferente longitud. El color de los vinos resulta de las
combinaciones luminosas que éste no absorbe.
Así, un vino parece de color rojo (tinto) porque absorbe más las radiaciones
correspondientes a otros colores que las que dan lugar al rojo; es decir, deja pasar
las radiaciones rojas hasta nuestro ojo.
Un vino blanco parece amarillo porque absorbe las radiaciones azules y violetas y
no frena las amarillas.
Para los vinos, la gama de colores está comprendida entre unas longitudes de onda,
desde los 400 nm hasta los 580 nm, a los cuales corresponden los dos posibles
extremos de color en los vinos: blancos y tintos.
3.4. Fisiología del sentido del oído
El oído es el aparato de la audición y del equilibrio. Sus órganos se encargan de la
percepción de los sonidos y del mantenimiento del equilibrio. Cada oído consta de
tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.
- El oído externo tiene la
misión de captar los sonidos y
llevarlos hacia el tímpano.
Comprende la oreja o
pabellón auricular, una
estructura cartilaginosa con
numerosos pliegues y que
sobresale de cada lado de la
cabeza, y el conducto
auditivo externo, que se
extiende hasta el oído medio
y tiene unas glándulas que
segregan cerumen, la cera que
se forma en el oído externo y
arrastra el polvo y la suciedad al exterior.
- El oído medio es una cavidad ubicada dentro del hueso temporal. Comunica con
la faringe a través de la trompa de Eustaquio y presenta una cadena de
huesecillos articulados, el martillo, el yunque y el estribo, que transmiten al oído
interno, de forma exacta y ampliada, las vibraciones del tímpano, una fina
membrana circular de 1 cm. de diámetro, que vibra con los sonidos que la
impresionan.
El sentido del equilibrio, o sea, aquellas sensaciones que nos informan en todo
momento de la posición de nuestra cabeza con respecto al espacio tridimensional en
que nos movemos, reside en el oído interno.
Una prueba simple para comprobar el correcto funcionamiento del mecanismo del
equilibrio consiste en permanecer de pie, con los ojos cerrados y los pies juntos. Si
existe alguna deficiencia en los utrículos, el individuo empieza a oscilar de un lado a
otro y quizá acabe por caer.
La dermis también presenta dos capas: la capa papilar, con numerosos vasos
sanguíneos y nervios, y la capa reticular, en donde se encuentran las glándulas
sebáceas, productoras de sebo o grasa, y los receptores táctiles de las terminaciones
nerviosas: los corpúsculos de Vater - Pacciní, Ruffini, Meissner y Krause, (figura
inicial), que permiten percibir el calor, frío, presión, forma, movimiento y demás
estímulos táctiles externos. Estas terminaciones nerviosas son más numerosas en
determinadas zonas de la piel, como la punta de la lengua y las yemas de los dedos,
lo que las hace más sensibles.
Los atributos mecánicos, tienen que ver con el comportamiento mecánico del
alimento frente a la deformación y se clasifican en primarios y secundarios. En la
tabla 2 y 3, se nombran algunas de las características primarias y secundarias y su
definición.
Los atributos geométricos, son aquellos que están relacionados con la forma, y/o
orientación de las partículas del alimento, como la fibrosidad, la granulosidad, la
cristalinidad, la porosidad, la esponjosidad, etc.
Los atributos de composición tienen que ver con la presencia aparente de un
componente en el alimento como la humedad, la granulosidad, la harinosidad, entre
otras.
La textura se ha clasificado de acuerdo a tres fases elaboradas por Brandt, M.A. 1963
Fase inicial: las calidades texturales se perciben con el primer bocado, antes de
que la saliva disuelva o modifique la forma o disposición de las partículas.
Fase de masticación: se percibe durante la masticación
Fase residual: cambios texturales que se llevan a cabo durante la masticación y
efectos que producen recubrimiento del paladar por lo general, después de haberse
deglutido la muestra del alimento
4. LA SALA DE CATA
La experiencia ha demostrado que, con independencia de los catadores, las
condiciones externas que los rodean (iluminación, olores, ruidos, etc.) influyen mucho
sobre los resultados obtenidos. Por ello es necesario estandarizar al máximo todas
estas condiciones para obtener resultados reproducibles (Anzaldúa-Morales, 1994;
Sancho y col., 1999).
El área de preparación de las muestras debe estar separada del área de pruebas, y
nunca deben ver los catadores al director de la prueba preparando las muestras
que serán evaluadas.
El local debe ser agradable y estar convenientemente iluminado, conservando un
carácter neutro, por ello se recomiendan los colores lisos y claros en las paredes.
La iluminación debe ser uniforme, regulable y de luz difusa.
El local, además, debe ser de fácil limpieza y estará aislado de fuentes de ruido y
de olores, por lo que debe tener un dispositivo eficaz de ventilación.
El área de preparación de las muestras debe contar con todos los equipos y
utensilios necesarios: menaje, estufa, plancha, fregadero, etc.
La sala debe mantener unas condiciones térmicas e higrométricas agradables y
constantes. Se recomienda una temperatura entre 20-22ºC y un 60-70% de
humedad relativa.
Las dimensiones de las cabinas para la evaluación sensorial también vienen
fijadas en la norma. Sobre la mesa se colocarán las muestras, el cuestionario,
cubiertos, servilleta, y vaso para el enjuague de la boca entre muestras.
5. Tipos de jueces
5.1. Juez experto
Persona con gran experiencia en probar un determinado tipo de alimento y que posee
una gran sensibilidad para percibir las diferencias entre muestras y para evaluar las
características del alimento. Debido a su habilidad y experiencia, en las pruebas que
efectúa sólo es necesario contar con su criterio.
Su entrenamiento es muy largo y costoso, por lo que sólo intervienen en la
evaluación de productos caros, como por ejemplo el té o trufas de tierra. Estos jueces
están revisando constantemente sus habilidades y existen muy pocos en todo el
mundo (Sancho y col, 1999).
5.2. Juez entrenado o panelista
Persona con bastante habilidad para la detección de alguna propiedad sensorial, que
ha recibido enseñanza teórica y práctica sobre la evaluación sensorial, sabe lo que
debe medir exactamente y realiza pruebas sensoriales con cierta periodicidad. El
número requerido es de al menos siete y como máximo quince.
Se emplean para pruebas descriptivas y discriminativas complejas. Como los jueces
expertos, deben abstenerse de hábitos que alteren su capacidad de percepción
(Larmond, 1977).
5.3. Juez semientrenado o “de laboratorio”
Personas con un entrenamiento teórico similar al de los jueces entrenados, que
realizan pruebas sensoriales con frecuencia y poseen suficiente habilidad, pero que
generalmente sólo intervienen en pruebas discriminativas sencillas que no requieren
una definición muy precisa de términos o escalas.
Las pruebas con este tipo de jueces requieren un mínimo de 10 y un máximo de 20 o
25 jueces (Larmond, 1977).
5.4. Juez consumidor
Son personas que no tienen nada que ver con las pruebas, ni han realizado
evaluaciones sensoriales periódicas. Es importante que sean consumidores habituales
del producto a valorar o, en el caso de un producto nuevo, que sean los consumidores
potenciales de dicho producto.
El número de jueces necesario oscila entre 30 y 40 (Carpenter y col., 2004; Larmond,
1977; Anzaldúa-Morales, 1994).
Pruebas de preferencia
En esta prueba se pretende saber si los jueces prefieren una determinada muestra a
otra. En este caso no se busca la capacidad de los jueces para discriminar
muestras, simplemente se quiere conocer su opinión como consumidor habitual
del producto (Larmond, 1977).
Pruebas de grado de satisfacción
Cuando se pretende evaluar más de dos muestras a la vez, o se quiere obtener más
información acerca de un producto que en la prueba anterior, se realiza este tipo
de prueba. Para ello se recurre a unas escalas hedónicas que serán los
instrumentos para medir las sensaciones producidas por el alimento en el juez, ya
sean placenteras o desagradables (Sancho y col., 1999).
Pruebas de aceptación
El deseo de una persona de adquirir un producto es lo que se llama aceptación, y
no sólo depende de la impresión agradable o desagradable que reciba el individuo
al probar el alimento, sino también de aspectos culturales, socioeconómicos, etc.
Gusto: Cuando se degusta un vino hay que considerar que las sensaciones
percibidas provienen tanto del sentido del olfato como del gusto. Se cree que el
gusto es lo más importante en la degustación, pero si nos tapamos la nariz,
parece que hemos perdido el gusto cuando en realidad lo que no percibimos es
el olor. Por lo que hay que puntualizar que el aroma gustativo depende también
del olor y del aroma, por lo que introducimos un nuevo término, el flavor, que
es la suma de sensaciones que provienen del gusto y del olfato por la vía
directa y la vía retronasal.
Táctiles: Los labios, la lengua y la parte interna de la nariz y el paladar son
muy sensibles a las sensaciones táctiles, incluso más que las manos.
Sensaciones picantes, causticas, astringentes son más químicas que gustativas.
La sensación de alcohol y la untuosidad de ciertos gustos metálicos son
sensaciones táctiles. También son responsables de las impresiones mecánicas y
dan lugar a caracteres grasos, untuosos, suaves. Se atribuyen generalmente al
glicerol, pectinas, polisacáridos y alcoholes terpénicos.
3. Fase olfativa
Olor es la propiedad organoléptica perceptible por el órgano olfativo al oler ciertas
sustancias volátiles. Se analizará el olor del queso y se intentará clasificar dentro de
una o como máximo dos familias de la rueda de descriptores de olores y aromas.
Técnica de evaluación: para definir el olor la técnica consiste en oler y anotar
rápidamente la (o las) familia (s) de olores en las que se ha pensado inmediatamente o
en las que se han clasificado los primeros estímulos percibidos.
Para evaluar la intensidad del olor percibido hay que romper la muestra en dos por el
centro, aspirar inmediatamente el olor por encima de la rotura y evaluar la fuerza del
estímulo percibido.
4. Fase bucal
En esta última fase se analizaran aspectos relacionados con la textura y con el conjunto
de propiedades olfato-gustativas.
TEXTURA: ATRIBUTOS MECÁNICOS:
FUNDENTE: sensación que se pone de manifiesto si la muestra forma una pasta con
la saliva y funde continuamente dando una percepción de presencia en la boca
(caramelo blando).
PLÁSTICA: la muestra puede deformarse en la boca antes de romperse.
OTRAS PROPIEDADES RELACIONADAS CON LA TEXTURA: fibroso,
rechinante, crujiente, etc.
PROPIEDADES OLFATO-GUSTATIVAS
Aroma: es la propiedad organoléptica perceptible por el órgano olfativo por vía
retronasal durante la degustación. De la misma forma que en la fase olfativa, se
analizará el aroma del queso y se intentará clasificar con una o como máximo dos
familias de la rueda de descriptores de olores y aromas.
Técnica de evaluación: masticar la muestra durante algunos segundos sin inspirar
aire, seguidamente y sin dejar de masticar la muestra, liberaremos el aire por la
nariz a rachas, con la boca cerrada, con el fin de que los aromas estimulen los
receptores olfativos.
Sabor: sensación percibida por el órgano del gusto (lengua) cuando se estimula
con ciertas sustancias solubles. Los cuatro sabores elementales se identifican
mediante preparaciones de referencia: dulce (soluciones de sacarosa o fructosa),
salado (soluciones de cloruro sódico), ácido (soluciones de ácidos como el cítrico,
etc.), amargo (soluciones de cafeína).
Sensaciones trigeminales: son aquellas sensaciones que son agresivas o irritantes
percibidas en la cavidad bucal, los receptores implicados no son las papilas
gustativas ni el bulbo olfativo. Las sensaciones trigeminales son: picante
(pimienta), astringente (taninos), ardiente (alcohol), metálico (solución sulfato
ferroso) y acre (humo).
Gusto residual: es la sensación olfato-gustativa que aparece después de la
eliminación del producto y que difiere de las sensaciones percibidas cuando éste
estaba en la boca.
Persistencia: se refiere a la permanencia de la sensación olfato-gustativa similar o
próxima a la percibida cuando el producto estaba en la boca y cuya duración
puede medirse.
Impresión global
Se tratará de sintetizar y dar una impresión global del producto catado. Se puede
hacer una apreciación calificativa (bueno, medio o malo), o también en el caso de los
quesos y sobre todo en relación con la textura, utilizar los llamados “descriptores de
estado” que resumen varias propiedades valoradas con antelación. Los descriptores
de estado son:
- Gomoso: producto cuya consistencia plástica se hace maleable bajo un cierto
esfuerzo.
- Pastoso: adherente y débilmente harinoso a la vez.
- Dúctil: que fácilmente se deja deformar varias veces y no recupera su estado
inicial.
- Grumoso: Forma granos con la saliva cuando se mastica.
- Completivo: que forma granos durante la masticación, granos que funden mal y
se dispersan por toda la boca.
Bibliografía