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DINERO por L.

Randall Wray

El artículo establece tres premisas fundamentales sobre el DINERO:

1. El DINERO sirve para comprar MERCANCÍAS por eso es algo distinto de


las MERCANCÍAS. Cuando se venden las MERCANCÍAS sirven para
comprar DINERO. En cambio las MERCANCÍAS no sirven para comprar
MERCANCÍAS.

2. Ninguna MERCANCÍA puede ser DINERO, porque esto implicaría que una
MERCANCÍA particular está comprando MERCANCÍAS. Teniendo en
cuenta la proposición 1, el DINERO no puede ser una MERCANCÍA porque
con una MERCANCÍA no se pueden comprar otras MERCANCÍAS. Por lo
tanto El DINERO siempre es DEUDA.

3. Es posible el DEFAULT sobre esta deuda.

Estas tres proposiciones brindan la estructura suficiente para construir una teoría
del Dinero.

1. LOS BIENES NO COMPRAN BIENES

La economía ortodoxa tiene una explicación diferente sobre el surgimiento del


dinero. Dada la ineficiencia del trueque, los comerciantes eligen una mercancía
particular como numerario. En un proceso hipotéticamente evolutivo surge
posteriormente el multiplicador que se caracteriza por billetes (papeles) emitidos
sobre la base de las reservas en alguna forma de DINERO-MERCANCÍA. Las
reservas de este dinero mercancía son monopolio del Estado (Gobierno).
Finalmente el DINERO-MERCANCÍA se sustituye por el DINERO-FIDUCIARIO
(un banco es autorizado a emitir órdenes de pago contra una cuenta bancaria).
TRUEQUE – ELECCIÓN DE UN NUMERARIO – MULTIPLICADOR Y
MONOPOLIO ESTATAL DE LAS RESERVAS DE DINERO MERCANCÍA –
SUSTITUCIÓN DEL DINERO MERCANCÍA POR EL DINERO FIDUCIARIO
¿Qué papel le otorga este abordaje tradicional al dinero? Asume a priori que el
mercado y la producción, analíticamente, son anteriores al dinero, entonces el
Dinero no es esencial sino que juega el papel de “lubricante”. Este análisis
proviene de un abordaje “real” (que no otorga importancia a los flujos nominales) y
supone que en el largo plazo el dinero es neutral.
La premisa “Los BIENES no pueden comprar BIENES” aclara otros puntos sobre
la naturaleza del dinero. Antes de que existiera el DINERO no había intercambio
propiamente dicho, por ende los mercados no son anteriores al DINERO.
EL TRUEQUE NO SERÍA UNA FORMA DE INTERCAMBIO
El DINERO no es algo que se pueda producir mediante el trabajo, porque
entonces sería una MERCANCÍA que se usa para comprar otras MERCANCÍAS y
la premisa 1 no sería válida.
El DINERO tampoco satisface directamente las necesidades que motivan la
producción. Se puede decir que se lo busca porque permite el acceso a las
mercancías que satisfacen necesidades. En una economía en la que el sustento
está limitado a aquellos que poseen DINERO, su posesión provee certidumbre.
Keynes y los poskeynesianos afirman que la tenencia de DINERO “sofoca la
intranquilidad”.
Como las empresas no pueden asignar trabajo a la producción de DINERO, nunca
la DEMANDA DE DINERO puede satisfacerse completamente.
Existe una especie particular de DESEMPLEO PERMANENTE en el sentido
de que las personas no pueden ser empleadas para generar lo que desean:
DINERO.
En los borradores de la Teoría General, Keynes supone explícitamente que en una
ECONOMÍA MONETARIA el propósito de la producción no es el intercambio de
las MERCANCÍAS producidas por otras MERCANCÍAS, es acumular DINERO.
Podría decirse que una economía capitalista es MONETARIA POR DEFINICIÓN.
Y ese objetivo de ACUMULAR hace que el DINERO tenga un “rendimiento”
estándar que no puede ser superado por los activos no monetarios, presiona a la
baja la demanda efectiva y se produce el desempleo.

Es cierto que la teoría económica necesita una UNIDAD para propósitos


contables, (UNIDAD DE MEDIDA O UNIDAD DE CUENTA), para poder sumar
variables heterogéneas: salarios, ganancias, rentas, inversión, consumo, gasto
público, manzanas, naranjas y servicios inmateriales. Como Keynes argumentó,
solo hay dos unidades contables obvias a mano: horas de trabajo o salario unitario
monetario. La Economía clásica focalizó la primera mientras que la mayoría de los
seguidores de Keynes focalizaron exclusivamente la segunda.

Pero el DINERO no es solo la forma en que se mide el valor del producto, o sea
UNIDAD DE CUENTA. Es el OBJETIVO de la producción.
Como el DINERO no asume la forma particular de una MERCANCÍA, es
precisamente el propósito de la producción de todos los bienes.
Esto implica que el DINERO es la REPRESENTACIÓN GENERAL DEL VALOR,
compra todas las mercancías y todas las mercancías pueden ser cambiadas, es
decir compran (o al menos intentan comprar) DINERO. Ciertamente, si una
MERCANCÍA no se puede vender, es decir que no puede comprar DINERO, no es
una verdaderamente mercancía, no tiene valor de mercado. Las MERCANCÍAS
obtienen su valor y alcanzan el carácter de tales cuando pueden ser cambiadas
por DINERO, la representación social universal del valor. Con el mismo criterio,
obtener DINERO nos permite el acceso a todas las mercancías que están tratando
de ser vendidas comprar dinero.
Esta es la característica fundamental de lo que se denomina ECONOMÍA
MONETARIA DE PRODUCCIÓN.
Por eso hay un problema/desequilibrio cuando no se pueden vender las
mercancías producidas: los frutos de la producción entran al mercado pero fallan
al comprar dinero. Este problema incluso puede llegar a hacer cesar la producción.
La fuerza de trabajo es una MERCANCÍA PRODUCIDA (separada del trabajador,
que no puede ser vendido o comprado), que también busca cambiarse por
DINERO. Si no logra venderse, cambiarse por DINERO el resultado es el
DESEMPLEO. En otras palabras, el proceso de producción mismo comienza con
el DINERO con la expectativa de terminar con más dinero (DINERO –

MERCANCÍA – MERCANCÍA’ – DINERO’).


La producción no solo debe tener como resultado las ventas a cambio de
DINERO, debe comenzar con DINERO. La Producción es monetaria a todo lo
largo del proceso. No puede empezar con MERCANCÍAS porque las
MERCANCÍAS fueron producidas para ser vendidas, para ser cambiadas por
DINERO. Por lo tanto, el análisis debe también empezar con el DINERO.
Por eso no es verdad que la historia se inició con el paradigma del trueque y que
el DINERO es un velo que esconde la verdadera naturaleza de la producción.

2. EL DINERO ES DEUDA

Hemos dicho muy poco sobre el DINERO: que NO ES UNA MERCANCÍA y que
funciona como UNIDAD DE CUENTA o UNIDAD DE MEDIDA. Pero una UNIDAD
DE MEDIDA, no es algo que pueda obtenerse entregando una MERCANCÍA.
Es inmaterial, así como nadie puede tocar o sostener o comprar un centímetro de
longitud o un centígrado de temperatura. Si el DINERO fuese solamente UNIDAD
DE CUENTA O DE MEDIDA no podríamos comprar DINERO vendiendo
MERCANCÍAS.
Hagamos una analogía con un tablero electrónico de un juego deportivo, por
ejemplo básquetbol, con luces LED que marcan números. Cuando un equipo
anota, el árbitro otorga los puntos y se envían pulsos electrónicos a la
combinación apropiada de LED de manera que muestre el número. A medida que
avanza el juego se ajustan los puntos totales de cada equipo. Estos puntos no
tienen forma física; simplemente son un registro de la performance de cada equipo
de acuerdo con las reglas de juego. Tienen un valor porque el equipo que acumula
más puntos es el ganador.
De manera similar, en la economía cuando SE CAMBIAN MERCANCÍAS POR
DINERO, es decir se VENDEN MERCANCÍAS, se acreditan “puntos” a un
“puntaje”. Este proceso de puntuación está a cargo en mayor medida de las
instituciones financieras. Pero es diferente al básquetbol. Cada “punto” que se
otorga a un jugador se resta del “puntaje” de otro, ya sea reduciendo los activos o
aumentando sus pasivos del que tiene que pagar.
Por ejemplo, cuando se pagan salarios, el banco realiza un débito en el “puntaje”
del empleador y un crédito en el “puntaje” del empleado. Al mismo tiempo se
extinguen la obligación del empleador y también el derecho legal del empleado. La
idea que el DINERO es muy parecido a un PUNTAJE aclara que el DINERO no es
una “cosa” sino más bien una unidad de cuenta para hacer el seguimiento de
todos los débitos y créditos o “puntos”.
En los balances de los bancos los “puntos” acreditados a los jugadores LOS
CRÉDITOS EN LAS CUENTAS DE LOS CLIENTES SON LAS OBLIGACIONES O
las DEUDAS DE LOS BANCOS. Son una especie de PAGARÉ O PROMESA DE
PAGO, QUE ESPECIFICA QUIEN ES EL DESTINATARIO Y NO TIENE PLAZO
DE VENCIMIENTO.
CUANDO HACEMOS UN DEPÓSITO DE EFECTIVO EN NUESTRA CUENTA
BANCARIA, los BANCOS LA ACREDITAN y este CRÉDITO ES PROMESA DE
PAGO O PAGARÉ. EL BANCO SE COMPROMETE A CAMBIAR ESE CRÉDITO
POR DINERO.
De manera que el PUNTAJE EN DINERO es una DEUDA DE NATURALEZA
“DUAL”: EL BANCO CONTABILIZA UN AUMENTO DE SU PASIVO CON EL
CLIENTE Y TAMBIÉN AUMENTA EL ACTIVO DEL CLIENTE (CRÉDITO EN SU
CUENTA BANCARIA) PORQUE EMITE UN PAGARÉ A NOMBRE DEL CLIENTE
SIN VENCIMIENTO.
COMO YA SE DIJO, LA PRODUCCIÓN DEBE COMENZAR CON DINERO Y EL
DINERO ES UN “PUNTAJE” QUE REPRESENTA UN PAGARÉ.
Para comenzar le producción se requiere UN PRÉSTAMO O ACTIVO BANCARIO,
UN DERECHO SOBRE UN PRESTATARIO: el que registró el PAGARÉ.
Simultáneamente el banco abre una cuenta en la que se deposita el importe
prestado (PASIVO/OBLIGACIÓN DEL BANCO).
En otras palabras, quien quiera encarar un proceso de producción de
MERCANCÍA (mediante la compra de MERCANCÍAS) debe pedir un pagaré al
banco (un “préstamo” que el banco va a registrar como Activo) y obtener a cambio
un depósito (que es un Pasivo del banco).
Con este depósito se compran las MERCANCÍAS - FACTORES DE
PRODUCCIÓN. El banco debitará en la cuenta del productor y acreditará en la
cuenta de depósitos de quienes han vendido FACTORES DE PRODUCCIÓN a la
empresa.
Cuando el productor finalice el proceso y venda las MERCANCÍAS – BIENES
FINALES se acreditará su cuenta de depósitos y se debitarán las cuentas de
depósitos de quienes la compraron.
En este punto si el productor desea puede usar su cuenta de depósito para “pagar
o cancelar” el préstamo. En ese caso el banco simultáneamente debita el depósito
(pasivo del banco/activo del cliente y el préstamo (activo del banco/pasivo del
cliente).
TODO ESTO PUEDE SER HECHO ELECTRÓNICAMENTE y en eso se parece al
tablero que elimina puntos del puntaje total. El banco cancela su deuda (depósito)
al mismo tiempo que cancela la deuda del productor (préstamo). Se vuelve al
punto inicial (con el depósito y el préstamo eliminados) pero se deben contabilizar
las ganancias del productor y los intereses (también ganancias) de los bancos.

El segundo sentido en que el productor está endeudado es en sentido


Schumpeteriano: el productor requiere la asignación medios de producción de la
sociedad al comienzo del proceso de producción antes de contribuir realmente a la
sociedad. El préstamo otorgado por el bando (PAGARÉ DEL PRODUCTOR AL
BANCO) y el depósito implícito (PAGARÉ DEL PRODUCTOS A LOS FACTORES
DE PRODUCCIÓN Y PROVEEDORES) es una promesa a la sociedad de que va
a utilizar MERCANCÍAS de la sociedad (insumos, materias prima) con la condición
de ofrecer posteriormente MERCANCÍAS a la sociedad. Podemos ver toda la
producción de MERCANCÍAS como social, comenzando con las MERCANCÍAS
que ya han sido producidas socialmente para combinarlas de tal manera de
producir un conjunto de MERCANCÍAS usualmente diferentes. Cuando estas
nuevas MERCANCÍAS producidas encuentran un mercado (comprando DINERO),
también se redime la deuda social del emprendedor. Por lo tanto Schumpeter
focaliza el rol jugado por los bancos en cuanto a financiar la innovación
proveyendo crédito que habilita al emprendedor a reclamar recursos productivos
sociales para un nuevo proceso que va a incrementar la producción social.
Reconoce que toda producción empieza y termina con DINERO.
Concluiremos que DINERO es DEUDA. No necesita otra existencia física que
alguna forma de REGISTRO, la mayoría de las veces un ENTER en una
computadora.
El DINERO ES DEUDA/PASIVO DE UNA DE LAS PARTES Y CRÉDITO/ACTIVO
DE LA OTRA. Siempre implica un registro de doble entrada: PASIVO del
DEUDOR que solicitó la DEUDA y activo del acreedor.
En la práctica la creación de DINERO usualmente requiere cuatro entradas:
1. Un potencial productor requiere un PRÉSTAMO de un banco y recibe un
DEPÓSITO como contrapartida.
2. El banco mantiene ese PRÉSTAMO del productor como su ACTIVO y el
depósito como PASIVO. Por convención diremos que el productor es un
prestatario y el banco un prestamista, la aceptación por parte del banco de
la solicitud será un préstamo y el DEPÓSITO un PAGARÉ bancario que
funciona como DINERO. Esto es un poco arbitrario porque ambos han
solicitado y ambos han prestado; ambos son deudores y acreedores.
Si el DINERO es deuda se puede decir que cualquiera puede crearlo emitiendo un
PAGARÉ nominado en la unidad social de cuenta. El problema es que sea
aceptado, que alguien lo mantenga. Convertirse en deudor exige que haya un
acreedor que mantenga esa deuda. Pero la ecuación tiene dos lados: cada parte
debe querer crear DINERO (aceptar emitir un PAGARÉ) y cada parte debe querer
“mantener DINERO” o sea mantener el PAGARÉ del otro. De esta realidad
derivan dos cuestiones importantes vinculadas a la disposición de mantener
PAGARÉS monetarios: LA LIQUIDEZ Y EL DEFAULT.

LIQUIDEZ Y RIESGO DE DEFAULT SOBRE PAGARÉS


La ortodoxia elimina la posibilidad de default. Todos los pagarés son igualmente
seguros porque todas las promesas se mantienen y todas las deudas se pagan.
Se trata de la denominada “condición de transversalidad”. Esto implica que todos
pueden pedir prestado a la tasa de interés libre de riesgo y que cualquier vendedor
podría aceptar un pagaré de un comprador. No hay necesidad de efectivo ni
tampoco restricciones de liquidez. No sería necesario ningún especialista para
asesorar en riesgos bancarios, ni depósito de seguros, ni un Banco Central que
actúe como prestamista de última instancia. Obviamente todas las cuestiones
interesantes sobre el DINERO, las instituciones financieras y la política monetaria
son dejadas de lado si ignoramos liquidez y riesgo de default.
Comencemos por la pregunta fundamental acerca de una deuda: ¿qué
compromiso/obligación implica la emisión de un PAGARÉ? Todos los pagarés
comparten un mismo requerimiento: el emisor debe aceptar “de vuelta” su propio
pagaré cuando este sea presentado.
Como ya se explicó, los bancos reciben “de vuelta” su propio PAGARÉ
(DEPÓSITOS EN CUENTA) cuando un deudor se presenta a cancelar un
préstamo. Si tu vecino te presta una taza de azúcar y tú emites un PAGARÉ por la
misma, el vecino puede presentarlo ante ti para obtener azúcar. DEFAULT es
rehusar (no reconocer) una deuda propia cuando esta es presentada para su
cobro.
Otra promesa contenida en muchos PAGARÉS MONETARIOS es la posibilidad de
demandar su convertibilidad de OTRO PAGARÉ MONETARIO o incluso en una
MERCANCÍA. Por ejemplo bajo el Patrón Oro el Gobierno podía prometer la
conversión de la moneda de curso legal (un PAGARÉ estampado en una moneda
o billete) en onzas de metal precioso. Un país con tipo de cambio fijo puede
prometer la conversión de su moneda en determinada cantidad de unidades de
moneda extranjera. LOS BANCOS PROMETEN LA CONVERSIÓN DE SUS
DEPÓSITOS PAGARÉS EN DINERO DOMÉSTICO DE ALTO PODER
(EFECTIVO O RESERVAS DEL BC).
Sin embargo, es importante notar que la promesa de convertibilidad no es
fundamental al emitir un PAGARÉ. En algún sentido es voluntaria. POR EJEMPLO
LAS MONEDAS FIDUCIARIAS MODERNAS BAJO TIPOS DE CAMBIO
FLOTANTES SON ACEPTADAS SIN PROMESA DE CONVERTIBILIDAD.
Muchos atribuyen esto a las leyes de las monedas de curso legal. Históricamente
los gobiernos soberanos han legislado la aceptación de la moneda de curso legal
como forma de pago. Es más, los dólares/billete tienen impreso “este billete es
moneda legal para todas las deudas, pública y privada”. En Canadá dicen “este
billete es moneda legal y en Australia “este billete australiano es moneda de curso
legal a lo largo de todo el territorio de Australia. En contraste en el Reino Unido
simplemente dice “prometo pagar al portador la suma de cinco libras” En el caso
de estos billetes la promesa parece ser de la reina cuyo retrato aparece en la nota.
Pero por ejemplo el billete de euro no contiene promesas y su utilización no tiene
leyes que hagan obligatoria su aceptación.
Por lo tanto hay monedas que circulan sin ningún respaldo legal como por ejemplo
el euro y otras monedas de curso legal. Por otra parte, en muchos países el dólar
circula aunque no es moneda legal; incluso en países en los cuales su utilización
es desincentivada o hasta rechazada por las autoridades.
La moneda moderna a menudo es denominada MONEDA FIDUCIARIA PORQUE
NO HAY PROMESA POR PARTE DEL GOBIERNO DE
CONVERTIRLA/REDIMIRLA EN METAL PRECIOSO. SU VALOR SE PROCLAMA
POR CONFIANZA. El Gobierno se limita a anunciar su valor sin mantener
reservas equivalentes en metal. Muchos estudiantes de economía se sorprenden
cuando se les dice por primera vez que no hay NADA que respalde el circulante
en los bolsillos. Un billete de cualquier moneda puede ser cambiado por otro
billete, monedas o combinación. Esta es la extensión de la “promesa de pago”.
Si no es posible cambiar el circulante por metales precioso, si las leyes no son ni
necesarias ni suficientes para que se acepte la moneda y si la promesa de pago
del Estado realmente no significa nada más promesa de cambio de moneda por
moneda. ¿Por qué es aceptada la moneda circulante de curso legal?
Una de los poderes básicos de los gobiernos soberanos es el de fijar y recaudar
tributos y otros pagos, que están fijados en la unidad de cuenta nacional. El
gobierno soberano determina también la forma en que se extinguen las
obligaciones tributarias. En todas las naciones modernas la moneda nacional del
propio Estado es la que se acepta para el pago de tributos. Aunque
aparentemente se utilicen cheques de bancos privados, cuando el gobierno los
recibe debita las RESERVAS de los bancos privados, que son el PASIVO del
Banco Central con estos bancos.
Los bancos privados efectivamente intermedian entre los que pagan tributos y el
Gobierno, concretando los pagos en efectivo y reservas a nombre de los
contribuyentes. Una vez que los bancos pagaron, el deudor tributario extinguió su
obligación por lo que se elimina el compromiso.
Encontramos la respuesta a la pregunta: la moneda se acepta porque el Dinero de
Alto Poder del gobierno (Circulante más reservas) es la principal (y a veces la
única) aceptada por el Gobierno para pagar tributos.
Es cierto que la moneda legal (billetes y monedas) se usa para otros propósitos,
que son SUBSIDIARIOS y también derivan de la voluntad del Gobierno para el
pago de impuestos. Todo titular de obligaciones tributarias puede usar circulante
para eliminar esas obligaciones y por eso se demanda el dinero del Gobierno y de
esta forma puede ser usado para comprar o pagar obligaciones privadas. El
Gobierno no puede realmente forzar el uso de la moneda local en pagos privados
o el atesoramiento en bancos pero sí en el pago de las obligaciones tributarias.
Por esta razón no son necesarias ni las reservas en metales preciosos (o divisas)
ni las leyes para asegurar la aceptación del circulante del gobierno. Todo lo que se
requiere es la imposición de obligaciones fiscales a ser pagadas en monedad
local. Así es en realidad cómo el circulante del gobierno es amortizado y la
promesa cumplida. No se cambia por oro sino en pagos que se hacen al Gobierno.
Como todo deudor el gobierno debe aceptar su propio pagaré cuando se presenta
y eso es lo que se hace cuando se los presenta ante la autoridad fiscal. Este es el
principal requerimiento de una deuda: el emisor debe recibirla nuevamente como
pago. La PROMESA DE CONVERTIBILIDAD puede sumarse pero la PROMESA
DE REDENCIÓN es primaria.
La conclusión sería que los tributos guían el DINERO. El Gobierno primero CREA
UNA MONEDA DE CUENTA (dólar, euro, libra, peso) y luego impone tributos en
esa moneda. En las naciones modernas esto es suficiente como para asegurar
que muchas (en realidad la mayoría) de las deudas, activos y precios también
estarán determinados en esa moneda de cuenta. El Gobierno entonces puede
emitir un CIRCULANTE que esté denominado en la misma MONEDA DE
CUENTA, dado que acepta ese circulante como pago de los impuestos. No es
necesario el respaldo en oro o divisas ni la ley que requiera la aceptación del
circulante nacional.
Esto explica también por qué los DINEROS-DEUDA, casi sin excepción, están
denominados en la moneda de cuenta de algún Estado. Esta regla de “una nación,
un DINERO” raramente es violada. El poder soberano elige una moneda de
cuenta cuando impone obligaciones tributarias en esa unidad.
El carácter de ejecutables de los contratos monetarios es parte de la razón por la
cual el DINERO-PAGARÉ no-gubernamental está denominado en DINERO DE
CUENTA DEL ESTADO.
Además los pagarés monetarios son fácilmente convertibles en pagarés del
Estado o sea dinero de alto poder. Esto los hace más aceptables.
Sin embargo aquí está el problema: mantener la promesa de aceptar el propio
pagaré a otra entidad como forma de pago es fácil. Pero la promesa de convertir el
pagaré propio en el pagaré de otra entidad es más difícil de cumplir.
Especialmente en el momento en que es demandado y a una tasa de cambio fija,
que es necesaria para la paridad de intercambio. Para poder cumplir es necesario
que se mantengan reservas en pagarés de otra entidad o al menos tener fácil
acceso a ellos cuando se requiera la conversión. El fracaso en el cumplimiento de
la promesa de conversión es un default. Por lo tanto si bien hay un beneficio en la
aceptabilidad general del DINERO-DEUDA, este beneficio debe compararse con
el riesgo de default adicional que surge de la promesa de convertirlo en DEUDA
DE OTRO.
Esto lleva al concepto de liquidez ¿cuán rápido puede ser convertido un activo con
la mínima pérdida de valor? Generalmente el activo más líquido es el PAGARÉ del
Estado, por lo tanto la conversión de otras deudas se hace a menudo a DINERO
DE ALTO PODER, DINERO DEL ESTADO, o sea BILLETES Y MONEDAS. Los
bancos mantienen DINERO DE ALTO PODER para enfrentar las demandas de
conversión de depósitos en circulante, o sea “retirar efectivo de una cuenta
bancaria”. Lo que en realidad hace posible que los bancos puedan cumplir la
promesa de convertir su DINERO-PAGARÉ (fondos en cuentas bancarias) en
DINERO DEL ESTADO o CIRCULANTE o BILLETES Y MONEDAS es tienen
acceso al seguro de depósitos y a préstamos que les otorga el Banco Central.
Podemos imaginarnos una pirámide de obligaciones sobre los bancos, deudas
que tienen los bancos.
Un PASIVO u OBLIGACIÓN son los pagarés emitidos por otras instituciones
financieras, es decir los fondos en cuentas de otros bancos que deben aceptar y
cambiar por cuentas propias. Por ejemplo cuando se hace una transferencia de mi
cuenta bancaria a la cuenta de un acreedor nuestro en otro banco (pagar la cuenta
de electricidad por INTERNET vía transferencia bancaria o con tarjeta de débito).
Otro PASIVO u OBLIGACIÓN convertible de los bancos son las cuentas bancarias
de las familias. Los bancos trabajan asumiendo compromisos que hacen más
probable que se puedan enfrentar las demandas de conversión como por ejemplo
autorizando giro en descubierto.
Toda esa pirámide se construye sobre los PAGARÉS del Estado, que puede ser
visualizado como una palanca de DINERO de ALTO PODER. Sin embargo no
todas las promesas son igualmente válidas y el riesgo de default varía entre los
distintos pagarés.
Hay otro principio fundamental: las deudas propias no se pagan con pagarés
propios. Cuando el gobierno se endeuda con su propio PAGARÉ (BILLETES Y
MONEDAS), promete cambiarlo por otro o “redimirlo” en el pago de impuestos.
Para estar seguro de cumplir, el Estado puede disminuir su PASIVO (reducir la
emisión de circulante) generando un superávit presupuestario. Pero no
necesariamente tiene que pagar su deuda al contado usando otra DEUDA. Todas
las otras entidades deben proveer una segunda o tercera OPCIÓN DE DEUDA. La
mayoría de las veces, para pagar una deuda PROPIA usamos la DEUDA DE UN
BANCO.

En la medida en que las obligaciones bancarias sean ampliamente aceptadas, el


riesgo de default del pagaré de un banco es pequeño e incluso no existe si hay
garantía gubernamental sobre los depósitos. Hay bancos especializados en
asegurar a los tenedores/prestatarios respecto de los pagarés que tienen en
cartera: evaluadores de créditos. Los bancos no solamente intermedian entre el
Gobierno y sus contribuyentes, también intermedian porque aceptan mantener la
DEUDA de SUS PRESTATARIOS (PRÉSTAMOS OTORGADOS) y emiten su
propia DEUDA (ACEPTAN DEPOSITOS Y SE COMPROMETEN A CAMBIARLOS
POR CIRCULANTE). Sus ACTIVOS o PAGARES que mantienen generalmente
tienen mayor riesgo de default (excepto en el caso de la deuda del Gobierno) y
son menos líquidos que los pagarés que emiten. Los activos de los bancos, o sea
los préstamos otorgados generalmente tienen mayor riesgo de default y son
menos líquidos que los depósitos que reciben.
Por este servicio obtienen ganancias que en gran medida están determinadas por
su capacidad de cargar una mayor tasa de interés sobre el activo que mantienen
que la que pagan sobre el propio. Retomemos la imagen de una pirámide de
deudas y los que están debajo en esta pirámide usan el IOU emitido por las
entidades que están más alto en la pirámide para hacer pagos y cancelar deudas.
Esto nos lleva a entender que la tasa de interés es la recompensa por
desprenderse de liquidez. Dado que la liquidez emitida por el gobierno (efectivo)
es el activo más líquido, no paga interés. Los depósitos bancarios pueden ser tan
líquidos e incluso más convenientes por lo que tampoco necesitan pagar interés.
Algunos bancos cobran comisiones por mantener cuentas corrientes, otros pagan
interés; esto tiene que ver con otras cuestiones como las regulaciones y la
competencia.
Otros PAGARÉS menos líquidos deben pagar interés para inducir a los tenedores
de riqueza a mantenerlos. Además el interés compensa por el riesgo del default;
esto se suma a la compensación por la iliquidez del activo. En la teoría de Keynes
los precios de los activos financieros se basan en la preferencia por la liquidez en
un mundo de futuro incierto.
“EL DINERO CIRCULANTE” es el más líquido de estos activos, y establece el
estándar porque es el activo que mejor satisface la preferencia por la liquidez.
Keynes continúa explicando cómo este deseo de liquidez contrae la Demanda
Efectiva y genera como resultado el desempleo.
La ortodoxia no deja lugar para la existencia de DINERO porque no contempla el
riesgo de default, ni la existencia de incertidumbre, que es necesario para explicar
por qué la liquidez tiene valor. Los dos argumentos están relacionados, y explican
por qué las instituciones financieras son importantes: emiten PAGARÉS
LÍQUIDOS con reducido (o inexistente) riesgo de default, que frecuentemente son
clasificados como DINERO mientras los pagarés de otros no lo son.
Casi todos los activos PRÉSTAMOS de los bancos son comprados emitiendo
PAGARÉS. Un banco respalda de 5 al 8% de sus ACTIVOS/PRÉSTAMOS con
acciones, lo que implica que sus PASIVOS/DEPÓSITOS representan 92–95% del
valor de sus activos. Sus DEUDAS/DEPÓSITOS financian sus
ACTIVOS/PRÉSTAMOS. Sin garantías de acceso al Banco Central (para que sus
pasivos se vuelvan más líquidos), los bancos no podrían operar con estos ratios
de endeudamiento.
Note también que los bancos son empresas extrañas: no producen MERCANCÍAS
y prácticamente no utilizan MERCANCÍAS en su “producción”. Son verdaderos
“intermediarios” que lograr sus ganancias sin producir mercancías sino
proporcionando el DINERO “liquido” que se necesita para la producción
mercancías; creando sus PAGARÉS para comprar los PAGARÉS de otros y
cosechando ganancias mediante el diferencial de la tasa de interés. Es esta
“alquimia” la que genera muchas sospechas acerca de la legitimidad de los
bancos que parecer crear DINERO del “aire”. Seguramente los bancos también
son generadores de crisis potenciales como la que se inició en 2007.
Finalmente, los PAGARÉS no solamente se mantienen en cartera o se utilizan
para hacer pagos (que surgen de las propias obligaciones). También son
transferibles, en grados diversos. Por ejemplo, su vecino puede transferir su
PAGARÉ de azúcar a otro vecino (tal vez para pagar una deuda de azúcar). Y
éste vecino le puede demandar a usted el azúcar. En tanto el DINERO es
asociado comúnmente con la transferibilidad de una deuda entre terceros, no
sorprende que tanto el circulante del Gobierno como los pasivos bancarios a
menudo sean incluidos en la definición de DINERO. Los pasivos de las
corporaciones no – financieras o de las economías domésticas (hogares)
usualmente no se incluyen en la definición de DINERO porque no circulan
fácilmente entre terceros.
La titularización de los préstamos hipotecarios, así como diversos tipos de seguro
más las evaluaciones de riesgo crediticio, hacen estos activos en algún sentido
transferibles. Sin embargo, lo que una persona común usualmente identifica como
DINERO es aún más restringido: algo que pueda ser utilizado como medio de
cambio en el mercado para comprar una MERCANCÍA. Y en esta idea se incluye
el PAGARÉ MONETARIO que sea altamente aceptable: CIRCULANTE del
Gobierno, DEPÓSITO en un banco o un PASIVO respaldado de manera cercana
por un banco como los montos autorizados de las tarjetas de crédito.

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