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Profesor Invitado, Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma.
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U. LUZ, «βασιλεία» in H.R. BALZ – G. SCHNEIDER (edd.), Diccionario
exegético del Nuevo Testamento, Sígueme, Salamanca 1996-1998.
3
El problema consiste en resolver esta tensión en una oposición, o en una
distinción fecunda. Entre muchos testigos de la posición católica citamos solamente
al P. DE LUBAC en Catholicisme: «De même que la Chrétienté n’est pas l’Église,
l’Église en tant que visible n’est pas le Royaume, elle n’est pas non plus encore le
Corps mystique en son achèvement, bien qu’elle soit déjà réellement ce Corps, dont
la sainteté rayonne à travers sa visibilité même» (H. D. LUBAC, Catholicisme: Les
aspects sociaux du dogme, Cerf, Paris 19837, 42). Sobre este tema, ver la ponencia
del P. Nikola Derpich en este mismo congreso (p. 255).
34 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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Entre la literatura tan grande, señalamos solamente dos obras: el estudio de J.
COPPENS sobre el mesianismo real, que trata el difícil problema de la «conciencia
mesiánica» de Jesús, y ofrece esta reflexión ahora común entre los exegetas: «Déjà
sous l’Ancienne Alliance et durant la période intertestamentaire, l’évolution des
croyances avait abouti à un pluralisme d’espérances, qui ne réclamait plus
l’accomplissement littéral des anciennes prédictions touchant le messianisme royal.
A côté de l’attente d’un davidide idéal avaient surgi en Israël ce que nous pourrions
appeler un messianisme prophétique, un messianisme lévitique ou sacerdotal, un
messianisme angélique, sans parler d’un certain messianisme sapiential et sans
oublier un texte tel qu’Ex 19,6, qui tendait à attribuer au peuple tout entier une
vocation et une fonction messianiques» (J. COPPENS, Le messianisme royal, Cerf,
Paris 1968, 168).
También es digna de mención una síntesis reciente de la bibliografía sobre el
tema: L. D. CHRUPCALA, The Kingdom of God: A Bibliography of 20th Century
Research, Franciscan Printing Press, Jerusalem 2007. Ver la ponencia del P.
Cristóbal Vilarroig en este congreso (p. 11).
Nicolas Bossu, L.C. 35
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U. VANNI, «Apocalíptica» in P. ROSSANO – G. RAVASI – A. GIRLANDA (edd.),
Nuevo diccionario de teología bíblica, Ediciones Paulinas, Madrid 1990, 141.
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Sobre la distinción de los dos métodos, y la evaluación de sus respectivos
límites, ver el documento de la Comisión Bíblica sobre la interpretación (PONTIFICIA
COMMISSIONE BIBLICA, L’interpretazione della Bibbia nella chiesa, Libreria editrice
vaticana, Città del Vaticano 1993, 30-44). Para una buena introducción al método
literario (llamado literary criticism en ámbito anglo-sajón) aplicado a los textos
bíblicos, ver por ejemplo D. MARGUERAT – Y. BOURQUIN, Cómo leer los relatos
bíblicos: Iniciación al análisis narrativo, Sal Terrae, Santander 2000.
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La literatura en este campo es infinita. Señalamos solamente el comentario
clásico de François Bovon (tres volúmenes, original francés) publicado en inglés por
Hermeneia (cf. F. BOVON, Luke 1: A Commentary on the Gospel of Luke 1:1–9:50,
Fortress Press, Minneapolis 2002), y en español por las ediciones Sígueme (cf. F.
BOVON, El evangelio según San Lucas, Sígueme, Salamanca 1995). También nos
será útil el comentario de Fitzmyer de la serie «The Anchor Yale Bible» (cf. J. A.
FITZMYER, The Gospel according to Luke I-IX, Yale University Press, New Haven
1981) publicado en español por la editorial Cristiandad (cf. J. A. FITZMYER, El
evangelio según Lucas I: Introducción general, Cristiandad, España 1986).
36 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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También aquí nos limitamos a señalar una sola obra de estudios narrativos
sobre Lucas: J. N. ALETTI, L’art de raconter Jésus Christ: L’écriture narrative de
l’évangile de Luc, Seuil, Paris 1989 (en italiano: J. N. ALETTI, L’arte di raccontare
Gesù Cristo: La scrittura narrativa del vangelo di Luca, Queriniana, Brescia 1991).
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Para las citas bíblicas, usamos la Biblia de las Americas (1986).
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En esta dirección va el comentario de Fitzmyer: «He [Jesus] comes from
afar in the sense of a heaven-sent prophet like Jonah; but he is something greater
than Jonah. His preaching is the only sign that will be given to this generation;
indeed, the note of irony is unmistakable, since this sign is already being given» (J.
A. FITZMYER, The Gospel According to Luke X-XXIV, Yale University Press, New
Haven 1985, in loco).
Nicolas Bossu, L.C. 37
11
Esta operación es perfectamente legítima en teología dogmática o en la
espiritualidad. Por ejemplo, el papa Pío XI al instituir la fiesta de Cristo Rey por la
encíclica Quas Primas (1925), describe toda la potencia salvífica de Cristo en clave
de los tres poderes regales: legislativo, judiciario y ejecutivo (cf. nº10). Pero esta
visión no tiene que influir sobre la exegesis bíblica que estudia el modo en que un
evangelista concebía la misma potencia, bajo pena de un pesado error metodológico.
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El P. Celsas Spicq afirma que el concepto de Reino (βασιλεία τοῦ θεοῦ)
«resume toda la teología de Mateo» (C. SPICQ, Lexique théologique du Nouveau
Testament, Cerf - Éditions universitaires de Fribourg, Fribourg - Paris 19912, 272).
Sobre este tema, ver también la ponencia del P. Andrew Dalton en este mismo
congreso (p. 73) en torno al concepto de «potencia» (ἐξουσία).
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El reconocimiento de Jesús como profeta es el punto clave de la sección que
va de la sinagoga de Nazaret (Lc 4), donde Jesús anuncia que hará obras de profeta
semejante a Elías, hasta el Tabor (Lc 9), donde es explícitamente reconocido como
«Elías o algún profeta de los antiguos» (v.19).
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Llama la atención que Jesús, en el evangelio de Lucas, no se refiera al Reino
para explicar algunos temas importantes, eligiendo unas parábolas con otro
imaginario, cuando explica estos temas esenciales:
1) las reglas de la comunidad cristiana: prefiere la metáfora de la casa con su
administración (cf. las parábolas del administrador en Lc 12 y 16);
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Ibid., 138 (nuestra traducción).
18
Ver por ejemplo la ponencia del P. Cristóbal Vilarroig en este mismo
congreso (p. 11): las diversas concepciones del Reino provienen de los mismos
textos fundamentales, leídos en contextos sociales y teológicos diversos.
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Cf. H. COUSIN – J.-P. LÉMONON – J. MASSONNET, Le monde où vivait Jésus,
Cerf, Paris 1998, 482. Para una descripción de la teología del Salmo 17, muy
cercana al fariseísmo, ver pp. 561-564.
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A. PIÑERO SÁENZ, «Salmos de Salomón» in X. ALEGRE – A. PIÑERO SÁENZ
– A. PERAL (edd.), Apócrifos del Antiguo Testamento III: Salmos de Salomón, Odas
de Salomón, Oración de Manases, Libro cuarto de los Macabeos, Libro arameo de
Ajicar, José y Asenet, Oráculos sibilinos, Cristiandad, Madrid 1982, Salmo 17,21-
26. Interesante el comentario por Abadie y Cousin: « Ainsi, le milieu porteur des
Psaumes de Salomon dépasse le cadre étroitement nationaliste du messianisme
davidique : le roi-Messie est un maître de la Torah dont l’action pacifique vise plus
la sanctification d’Israël que le rétablissement de sa puissance. A travers un langage
hérité de la tradition authentiquement royale, le modèle est subverti et les sages de la
Synagogue peuvent y reconnaître leur idéal sublimé » (H. COUSIN – J.-P. LEMONON
– J. MASSONNET, Le monde…, 564).
21
El Salmo precisa: «No confiará [el Mesías] en caballos, jinetes ni arcos; ni
atesorará oro y plata para la guerra, ni el día de la batalla acrecentará sus esperanzas
la multitud de sus guerreros. […] Golpeará la tierra continuamente con la palabra de
su boca, pero bendecirá al pueblo del Señor con sabiduría y gozo» (vv.33.35).
Nicolas Bossu, L.C. 41
22
A tal punto que algunos manuscritos de la LXX reportan estos Salmos de
Salomón.
23
Se podría afinar más: discernimos en el Salmo de Salomón una estructura
fundamental entre tres elementos esenciales (palabra, asamblea y exclusión), y
pensamos que esta estructura se encuentra en la mente de Lucas. Pero hay muchos
modos de excluir o de concebir una asamblea, que podrían generar una gran
variedad de imaginarios sobre el Reino…
24
Nos conformamos a la metodología tradicional de comparación entre los
sinópticos para captar elementos históricos, en el proceso de redacción y en la
teología del autor: cf. H. CONZELMANN – A. LINDEMANN, Guida allo studio del
Nuovo Testamento, Marietti, Casale Monferrato 1986, 102: «Il confronto sinottico
come presupposto della problemática “storico-redazionale”».
42 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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Así el título de la Biblia de Jerusalén en Lc 6,20.
26
Según Bovon, resumiendo el status quaestionis sobre este punto: «The first
three Lukan beatitudes, transmitted as a unit, presumably go back to Jesus himself»
(Cf. F. BOVON, Luke 1, in loco).
Nicolas Bossu, L.C. 43
reino de los cielos» (Mt 5,3). Es sabido que el primer evangelista nos
presenta a Jesús como un nuevo Moisés, que proclama en sus cinco
grandes discursos un nuevo Pentateuco. La calificación de
bienaventurados designa para él, genéricamente, a todos los pobres,
del pasado como del futuro, en una ley general. No es así para Lucas,
que insiste en la realización en sus oyentes: «bienaventurados…
porque vuestro (ὑμετέρα) es el Reino»27. Pasando de la acción a la
predicación, Jesús empieza por describir a la muchedumbre que tiene
por delante, y se dirige directamente a ella, contemplándola y
expresando un juicio de valor sobre ella (volviendo su vista hacia sus
discípulos, decía…).
Este juicio puede ser negativo: la otra gran diferencia con Mateo
es la presencia de maldiciones. A la primera bienaventuranza, Lucas
hace corresponder el terrible «Ay de vosotros los ricos, porque ya
estáis recibiendo vuestro consuelo» (6,24). Es una sentencia de
rechazo que corresponde a una problemática que surgió en los dos
capítulos anteriores. Hay quienes se resisten a la proclamación de la
Buena Nueva del Reino, y reaccionan violentamente contra las
curaciones en sábado: «llenos de ira, discutían entre sí qué podrían
hacerle a Jesús» (6,11). Las palabras de Jesús, al inicio de su
ministerio, expresan claramente un juicio de división; en palabras de
Bovon: «el “vosotros” de las bendiciones y maldiciones va mucho
más allá que la audiencia presente y describe, de modo casi
apocalíptico, los verdaderamente benditos y los verdaderamente
malditos»28.
Con este breve análisis queda claro que Lucas insiste en los tres
elementos de nuestra propuesta: la Palabra de Jesús, dirigida a la
primera muchedumbre que lo escucha, realiza una gran Asamblea de
«justos», los bienaventurados, y rechaza a los «malvados», para el
establecimiento del Reino. Precisamos que el rechazo por parte del
27
Según Fitzmyer, se trata de una modificación propia de Lucas: «Es mucho
más probable que haya sido
Lucas el que ha cambiado la forma originaria, formulando las
bienaventuranzas en segunda persona, y eso se debe, en parte, a la adición de las
malaventuras, dirigidas concretamente a «vosotros» (ouai hymin)» (J. A. FITZMYER,
El evangelio según Lucas II: Traducción y comentarios (capítulos 1-8,21),
Cristiandad, España 1986, 600).
28
F. BOVON, Luke 1, in loco (nuestra traducción).
44 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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Quizás el prólogo de la obra (Lc 1,1-4) pueda tener también implicaciones
para la historia de la redacción…
30
Fitzmyer propone la siguiente explicación: «La razón de este «duplicado»,
en el Evangelio según Lucas, parece ser la idea de que la «misión» no puede quedar
restringida al grupo de los Doce, sino que también «otros» tienen que proclamar con
su testimonio el significado salvífico de la persona y de la palabra de Jesús» (J. A.
FITZMYER, El evangelio según Lucas III: Traducción y comentarios (capítulos 8,22-
18,14), Cristiandad, España 1986, 207).
Nicolas Bossu, L.C. 45
31
F. BOVON, Luke 1, in loco (nuestra traducción).
32
En palabras de Fitzmyer: «La instrucción propiamente dicha se cierra con
tonalidades de amenaza. Toda ciudad que no se abra a una sincera aceptación del
mensaje correrá una suerte mucho más fatídica que la tristemente célebre Sodoma
[…]. A la hora del juicio, Sodoma, a pesar de sus depravaciones, tendrá mejor suerte
que cualquier ciudad que se resista a recibir a los mensajeros de la buena noticia de
salvación. Esa tonalidad ominosa sirve de trampolín para las condenas explícitas, en
la sección siguiente (vv. 13-15)» (J. A. FITZMYER, Lucas III, 207).
46 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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Lc 9,57-62, titulados «exigencias de la vocación apostólica» por la Biblia de
Jerusalén (cf. Lc 9,62: «Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás,
es apto para el reino de Dios»). Es significativo que Mateo, al reportar el mismo
episodio (Mt 8,19-22), no mencione el Reino. Fitzmyer expresa bien la función de
introducción de esta triple llamada: «Después del episodio que sirve como
introducción a todo el relato del viaje (Lc 9,51-56), añade Lucas una tríada de
máximas de Jesús dirigidas a tres aspirantes a discípulos (Lc 9,57-62). Esos tres
enunciados ponen en labios de Jesús las actitudes que él mismo exige a sus futuros
discípulos y a todo el que quiera seguirle en su camino» (Ibid., 193).
34
Parece claro que una formulación idéntica entre los dos evangelistas revela
una fuente común, habitualmente llamada «Q»: este artículo asume la opinión más
común entre los exegetas sobre este punto.
35
La oración judía del Qaddish, quizás anterior al 70 d.C., es muy parecida en
este punto, y por ello no podemos aprovechar la segunda petición para una teología
del Reino específica a Lucas. He aquí una traducción italiana de este pasaje del
Qaddish: «Esaltato e santificato sia il suo grande nome nel mondo, che egli ha
creato secondo la sua volontà! Faccia egli fiorire il suo regno durante la vostra vita e
nei vostri giorni e durante la vita della casa d’Israele, subito e nel tempo prossimo!»
Nicolas Bossu, L.C. 47
(K. BERGER – C. COLPE, Testi religiosi per lo studio del Nuovo Testamento, Paideia,
Brescia 1993, 106).
36
Ver también Hch 14,22. Vale la pena reportar la interpretación que Léon-
Dufour nos ofrece sobre esta palabra enigmática de Jesús: «Puisque le règne de Dieu
est inauguré à travers Jésus, c’est donc que Jean, si grand soit-il, est demeuré au
seuil du royaume, sans y pénétrer lui-même. Jésus ne se situe donc pas sur le même
plan que Jean : de l’un à l’autre, il y a rupture entre deux époques ; la nouveauté,
c’est cette violence avec laquelle, par Jésus, le règne de Dieu s’établit sur terre. Avec
lui, un temps nouveau est inauguré» (X. LEON-DUFOUR, Les évangiles et l’histoire
de Jésus, Seuil 1963, 381).
37
Aquí Mateo tiene una acentuación sobre el Reino (se trata de un Rey que
hace un banquete de boda para su hijo) que omite Lucas, donde un «cierto hombre
dio una gran cena» (Lc 14,16). La comparación sería pues útil para ver lo específico
de la concepción de Mateo sobre el Reino.
38
Cf. respectivamente Mt 13,33 = Lc 13,21 ; Mt 13,31-32 = Lc 13,18-19.
48 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
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He aquí una explicación semejante de este fenómeno: «El elemento ético de
la βασιλεία, tan importante en mateo, no se halla presente de la misma manera en
Lucas. Las parábolas de Jesús no son parábolas de la βασιλεία, precisamente porque
Lucas les da carácter ético casi sin excepción» (U. LUZ, «βασιλεία»).
40
Presente en los tres sinópticos (Mt 13,3-23 = Mc 4,1-20 = Lc 8,5-18).
Hemos optado por tratarla aquí porque su género literario de parábola la acerca a los
casos de «doble tradición» de Mt 13.
41
Cf. v.11: «la semilla es la palabra de Dios.»
Nicolas Bossu, L.C. 49
42
«Proclamación, aceptación y resistencia»: así podríamos resumir la
interpretación de Fitzmyer, que apunta lo específico de Lucas: «En cambio, en la
redacción de Lucas, las anotaciones narrativas desaparecen casi por completo, y el
flujo de la predicación en parábolas resulta mucho más coherente y sostenido. El
último episodio, en el que el propio Jesús traza los rasgos de su verdadera familia
(Lc 8,19-21), corona todo el desarrollo con absoluta rotundidad y confiere a toda la
sección su tonalidad dominante: la palabra de Dios proclamada y aceptada» (J. A.
FITZMYER, Lucas II, 716).
43
Así J. A. FITZMYER, El Evangelio según Lucas IV, Cristiandad, Madrid
2005, 68 (traducido en español por «las diez onzas»).
44
Así Ignace de la Potterie insiste sobre el inicio: un «pretendiente a la
realeza» (cf. I. DE LA POTTERIE, «La parabole du prétendant à la royauté (Lc 19, 11-
28)» in À cause de l’Evangile: Etudes sur les Synoptiques et les Actes offertes au P.
Jacques Dupont, O.S.B. à l’occasion de son 70ème anniversaire, Cerf 1985).
45
Resumiendo las opiniones de la mayoría de los exegetas, Fitzmyer anota:
«Parece que lo mejor es pensar que el núcleo de la parábola, tal como se encuentra
en la recensión de Lucas, estaba ya en «Q» en una forma muy semejante a la que
actualmente posee en el evangelio según Mateo, aunque con algunas diferencias» (J.
A. FITZMYER, Lucas IV, 73). Un poco más adelante, ofrece una opinión importante
para nuestra problemática: «En resumen, el v. 11 deberá considerarse como
50 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
composición personal de Lucas, lo mismo que los vv. 12,14,15a,25,27» (Ibid., 74).
Son precisamente los versículos que tratan de la realeza.
46
Ver por ejemplo la presentación de Aletti sobre las «paradojas narrativas»
del pasaje: J. N. ALETTI, L’arte…, 116-125.
47
Los paralelismos narrativos son muy sencillos (las acciones de los
vv.12.13.14 corresponden claramente a los de los vv. 15a.15b-26.27), haciendo de la
confrontación verbal entre el nuevo rey y sus siervos el punto focal de la parábola
(cf. I. DE LA POTTERIE, «La parabole…», 630).
Desde este punto del artículo nos servimos también de elementos de
análisis narrativa en nuestra investigación, en la medida en que nos parecen revelar
la concepción del Reino del autor Lucas histórico. Dejamos al lector un juicio sobre
la validez, caso por caso, de estas anotaciones.
48
J. N. ALETTI, L’arte…, 124 (traducción nuestra—subraya él).
49
Los Padres de la Iglesia la interpretaban en este sentido. San Cirilo de
Alejandría, por ejemplo, lee en ella una síntesis del misterio de Cristo: «The scope
of the parable briefly represents the whole meaning of the dispensation that was for
us and of the mystery of Christ from the beginning even to the end. The Word, being
God, became man…» (CYRIL OF ALEXANDRIA, Commentary on the Gospel of St.
Luke, Long Island 1983, Homily 128).
Nicolas Bossu, L.C. 51
50
Incluso hay en la literatura judía antigua dos parábolas con temáticas
parecidas, para expresar la actitud de Dios hacia los justos; pero son difíciles de
datar. Referencias: Jalqut 267a y Bab. Shabbat 152b (cf. K. BERGER – C. COLPE,
Testi…, 120).
51
J. A. FITZMYER, Lucas IV, 76. También Aletti concuerda con este punto,
haciendo la relación con el episodio precedente, el encuentro con Zaqueo: «Gracias
al episodio de Zaqueo, el lector puede interpretar algunos pasajes de la parábola que
quedaban oscuros mientras se la consideraba como una narración independiente del
contexto. El hombre de estirpe noble, coronado rey en un país lejano y vuelto para
juzgar, pero contestado en su poder y en su actitud, es un hombre que recibió los
rasgos que el lector sabe propios de Jesús: va en busca de los pecadores y
precisamente por ello es criticado por los fieles de su pueblo. La parábola describe
pues algo del misterio revelado por las reacciones y las palabras de Jesús» (J. N.
ALETTI, L’arte…, 126—nuestra traducción).
52
«sobre mucho te pondré», Mt 25,21.
52 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
53
J. A. FITZMYER, Lucas IV, 76.
54
Aletti subraya la ambigüedad de este término, en línea con las paradojas
narrativas: «È dalla parola del terzo servo che il lettore apprende maggiormente
sull’identità del padrone, che non è duro, spietato (skleros, Mt 25,24), ma aysteròs,
termine tecnico, stando agli storici dell’epoca, spiegato dal resto della frase: fa
lavorare i suoi servi e fruisce, si nutre del frutto della loro fatica. Il servo dice al
padrone: “Tu ritiri ciò che non hai depositato”. Il dialogo precedente sembra però
indicare il contrario: non solo il re non ha chiesto che gli si restituiscano gli interessi
con la mina inizialmente affidata, ma dà ancora di aver parte alla sua autorità, di
governare con lui» (J. N. ALETTI, L’arte…, 121).
55
Bovon ofrece una buena comparación entre los evangelios: «Matthew and
John develop their sources in the direction of a messianism that is the fulfillment of
biblical prophecies, but Luke, who at this point follows Mark, understands Jesus’
ride as an act that symbolizes the imminent or realized kingdom» (F. BOVON, Luke
3: A Commentary on the Gospel of Luke 19:28–24:53, Fortress Press, Minneapolis
2012, in loco).
Nicolas Bossu, L.C. 53
56
Esta insistencia de Lucas sobre la realeza de Jesús es subrayada por Bovon y
los diversos comentarios, por ejemplo Fitzmyer: «Mientras que en Mateo (Mt 21,9)
y en Marcos (Mc 11,10) la aclamación tomada de Sal 118 no significa más que una
bienvenida a Jesús, que entra en Jerusalén como un peregrino que viene a celebrar la
Pascua, Lucas transforma la entrada de Jesús en una procesión triunfal» (J. A.
FITZMYER, Lucas I, 362).
57
Señalamos la expresión típica de los Profetas para anunciar el día del Señor:
«Vendrán días, cuando…» (v.43).
58
F. BOVON, Luke 3, in loco (nuestra traducción). Ver también Fitzmyer :
«Jesús entra en Jerusalén «en nombre del Señor»—es decir, en nombre del Dios de
Israel—con una misión regia, que consiste en traer la paz a la capital del reino
davídico; sólo que, por desgracia, la ciudad no va a reconocer esa visita de su
verdadero rey (Lc 19,38.41.44)» (J. A. FITZMYER, Lucas I, 363).
54 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
59
Excelente el resumen de Lampe: «El título de ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων (Mc
15,26) es histórico como expresión romana de la causa poenae. Identifica a Jesús
como revolucionario político que quiere ser el soberano supremo de los judíos. La
tradición cristiana adopta una postura reservada ante este título, y lo repite casi
exclusivamente en la tradición acerca de la pasión, con el fin de darle una nueva
interpretación» (P. LAMPE, «βασιλεύς» in H.R. BALZ – G. SCHNEIDER (edd.),
Diccionario exegético del Nuevo Testamento).
60
Esta acusación será repetida, en un paralelismo claro, contra los cristianos en
los Hechos: «Todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro
rey, Jesús» (Hch 17,7).
61
Comentario de Bovon sobre esta dinámica: «The blindness, he [Luke]
suggests, is so complete that the innocent one will be declared guilty and the guilty
one will be released» (F. BOVON, Luke 3, in loco).
62
También Bovon mantiene este punto, que consideramos equivocado, cuando
comenta la entrada triunfal: «Neither the Pharisees, nor the cautious crowd, nor the
disciples will be moved at the passion by the memory of this suspected dignity.
When he dies, Jesus will be alone» (Ibid.).
Nicolas Bossu, L.C. 55
63
Son dos temas importantes en la teología de Lucas: el pueblo tiene
connotación de «Pueblo elegido» y la vista es esencial para penetrar en el misterio
de Jesús (ver por ejemplo el episodio de Zaqueo).
64
«Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis
parientes se mantienen a distancia» (Ps 38,11).
65
En narratología se habla de «acción transformadora», para describir su
función de cambio total de la situación, en un «esquema quinario». Es un elemento
básico de la intriga narrativa (cf. D. MARGUERAT – Y. BOURQUIN, Cómo leer…,
capítulo 4: La intriga).
66
Mencionamos aquí el ciego de Jericó, con el juego entre su no-ver físico y
su conocimiento interno de la identidad de Jesús, Hijo de David, un título que grita
dos veces. «Recibe la vista, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le
seguía glorificando a Dios» (Lc 18,42-43).
56 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
67
Así los describe Fitzmyer: «La redacción de Lucas aprovecha esta tercera
oleada de insultos a Jesús crucificado para transformarla en una manifestación de
perdón y de misericordia» (J. A. FITZMYER, Lucas IV, 502).
68
La asociación entre el «hoy» y la salvación recurre en 2,11; 4,21; 5,26;
13,32.33; 19,5.9. Comentario de Fitzmyer: «La precisión «hoy» no se refiere al «día
concreto de la crucifixión», sino al día de «la salvación mesiánica inaugurada por»
la muerte de Jesús. Ese mismo día, el malhechor participará en la condición regia de
Jesús. «Vida es estar con Cristo, porque donde está Cristo, allí está también el reino»
(Ambrosio, Expos. ev. sec. Luc, 10,121 [CCLat 14. 379]) (Ibid., 505).
Nicolas Bossu, L.C. 57
69
Se podría pensar que Lucas escogió el término «pueblo» (λαός) antes de la
muerte (v.35) porque el «Pueblo elegido» contiene tanto a los indiferentes como a
los partidarios de Jesús, y que los eventos provocaron la separación de ambos: las
«multitudes» (ὄχλοι) del v.48, y los «conocidos» (γνωστοὶ) del v.49.
70
La declaración del centurión es de por sí ambigua: «justo» (δίκαιος) puede
tener el sentido de «inocente» (en línea con las declaraciones de Pilato) y también de
«santo» (es un título de Jesús en los Hechos, ver por ejemplo 3,14). Es posible que
Lucas haya querido esta ambigüedad como riqueza teológica. Fitzmyer apunta a una
evolución entre las «tres fases de tradición evangélica».
71
También conviene mencionar la profecía de Simeón en el Templo. Aunque
no se inscriba en una teología del Reino, presenta al niño-Mesías como señal de
contradicción: «He aquí, este niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de
muchos en Israel, y para ser señal de contradicción (y una espada traspasará aun tu
propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones»
(Lc 2,34-35).
58 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
divididos; tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos el padre
contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija
contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra
(Lc 12,51-53).
Hemos comentado por ahora todos los pasajes del opus lucanum
que hacen referencia directa al Reino de Dios72, menos cuatro:
- Dos son esenciales en la obra: en la Anunciación (Lc 1), y en
la Última Cena (Lc 22); los trataremos en la segunda parte.
- Los otros dos son de menor importancia (Lc 17,20 y 21,31),
y no presentan ninguno de los tres elementos que buscamos.
Podrían caer bajo la categoría de las «raras excepciones que
confirman la regla»73. He aquí el texto del primero:
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de
Dios, Jesús les respondió, y dijo: «El reino de Dios no viene
con señales visibles, ni dirán: “¡Mirad, aquí está!” o: “¡Allí
está!” Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está» (Lc
17,20-21).
72
Según nuestra estimación, son 55 pasajes en el tercer evangelio, y 12 en los
Hechos.
73
Léon-Dufour interpreta esta declaración en sentido cristológico: «Là encore,
invitation à tourner le regard vers la personne de Jésus» (X. LÉON-DUFOUR, Les
évangiles…, 382).
74
Aletti describe así la necesidad del análisis narrativo para la teología del
Reino en Lucas: «La regalità di Gesù non si può esprimere con dei concetti:
chiunque la proclami e la confessi non può che raccontare come si è rivelata, come
si è esposta al nostro riconoscimento. Il titolo è inseparabile dal percorso che lo
giustifica, che ne è perfino il contenuto. Il lettore comprende d’altronde, ma solo alla
fine del macro-racconto, perché Gesù parla del Regno solo in parabole, sotto forma
di racconti. La narrazione qui ha la meglio sul concetto: è forse la sua più grande
vittoria!» (J. N. ALETTI, L’arte…, 182).
Nicolas Bossu, L.C. 59
75
Podría haber una pequeña referencia a las expectativas mesiánicas en
sentido político en la descripción de Cleofás, camino a Emaús: «Nosotros
esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel» (Lc 24,21). Pero la raíz
escogida por Lucas para expresar esta «liberación» (λυτρο-) no hace referencia
directa al Reino.
76
Más específicamente, nos referimos a la propuesta de Umberto Eco en sus
conferencias en Harvard (U. ECO, Sei passeggiate nei boschi narrativi: Harvard
University, Norton Lectures, 1992-1993, Bompiani 2012). Según este acercamiento
pragmático, el autor programa la lectura de su texto con varias técnicas, que
modelan el perfil del lector «esperado» por la obra. Otras teorías son posibles en este
campo (acercamiento reconstructivo, interactivo…): ver D. MARGUERAT – Y.
BOURQUIN, Cómo leer…, capítulo 9.
60 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
77
Fitzmyer subraya la evidente relación con la profecía de 2 Sam 7, y su
resonancia con el judaísmo de la época, más general que la visión específicamente
lucana: «La identificación de Jesús como el Mesías davídico, el verdadero
descendiente de David, está en perfecta consonancia con las expectativas mesiánicas
del judaísmo palestinense precristiano» (J. A. FITZMYER, Lucas II, 101).
78
Aletti nos ofrece una profunda análisis de este fenómeno y concluye: «Le
prolessi formulate dalle voci angeliche o celesti hanno dunque la funzione di dare,
fin dal principio, al racconto lucano, un carattere gnoseologico: non “che
succederà?”, ma “come avverrà e come lo sapremo?”» (J. N. ALETTI, L’arte…, 62).
79
«En los enunciados referidos al presente, sorprende que Lucas interprete
cristológicamente el Reino de Dios aplicándolo a la misión de Jesús. […] Podemos
afirmar que—para Lucas—el Reino de Dios se halla históricamente presente en
Jesús, y su carácter, en cuanto al contenido se refiere, está determinado por Jesús»
(U. LUZ, «βασιλεία»).
Nicolas Bossu, L.C. 61
80
Notamos que Lucas pone en los labios de Jesús la estructura del libro de los
Hechos: desde la Pentecostés, el testimonio de los Apóstoles (sus hechos) tendrá
lugar sucesivamente en los tres lugares mencionados, abriéndose siempre más a la
universalidad, con el último episodio en Roma.
62 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
81
JOHN CHRYSOSTOM, «Homilies on the Acts of the Apostles» in P. SCHAFF
(ed.), A Select Library of the Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian
Church, Hendrickson 1994, Homily II (nuestra traducción).
82
Conzelmann expresa en estos términos el gran cambio de «economía» que
está por suceder inmediatamente después de la Ascensión: «The Spirit is the
characteristic of the new epoch in salvation history and the expectation of an
immediate Parousia is replaced by the promise of the Spirit» (H. CONZELMANN, Acts
of the Apostles: A commentary on the Acts of the Apostles, Fortress Press,
Philadelphia 1987, in loco).
83
Hay que subrayar la importancia de este discurso, al mismo nivel que los
grandes discursos de Lc 1–2, proferidos por personajes llenos del Espíritu (cf. el uso
de esta expresión en Lc 1,41.67 // Hch 2,4).
84
Hch 2,25-36 cita o alude (en orden) a Ps 16, Ps 132, Ps 89, y Ps 110. En
particular la referencia a 2 Sam 7 hace eco al mensaje del ángel Gabriel en Lc 1:
«Siendo [David] profeta, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus
descendientes en su trono» (Hch 2,30).
Nicolas Bossu, L.C. 63
promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice: Dijo el
Señor a mi señor: «Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies». Sepa, pues, con certeza toda la casa
de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha
hecho Señor y Cristo (Hch 2,32-36).
85
La naturaleza del discurso obliga Pedro a no distinguir claramente entre la
Resurrección y la Ascensión, pero Conzelmann describe bien el punto de la
argumentación: «Although Luke distinguishes the ascension from the resurrection in
his narrative, in the kerygma here the resurrection appears to be identical with the
exaltation. But this impression is merely the result of an attempt to give a concise
summary along with the use of traditional expressions» (Ibid., in loco).
86
Cf. el uso repetido del «hoy» de la salvación, ver nuestra nota 68.
87
Así lo explica Luz: «Está claro que las referencias al tiempo [en los
discursos sobre el Reino] no pueden armonizarse. Las contradicciones en las
referencias al tiempo podrían tener precisamente su origen en las palabras no
objetivizantes de Jesús acerca del Reino de Dios. En Jesús, especialmente en sus
milagros, el futuro y cósmico Reino de Dios existe ya como un acontecimiento
concreto y presente en un punto determinado. De tal manera no objetivizante, las
dos parábolas del grano de mostaza y de la levadura (Lc 13,18-21) señalan hacia el
comienzo oculto del Reino de Dios de amplitud universal (Lc 13,19b; Mc 4,23b!)»
(U. LUZ, «βασιλεία»).
64 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
88
X. LÉON-DUFOUR, Les évangiles…, 387-388 (nuestra traducción).
89
Este punto no es particular de Lucas, como apunta Coppens: «Elles [les
relectures néotestamentaires] tendent d’abord à situer la royauté du Christ avant tout
dans l’au-delà en proclamant Jésus roi surtout à partir de sa résurrection et de sa
parousie ; elles inclinent ainsi à situer le règne dans sa totalité à la fin des temps, où
d’ailleurs selon saint Paul les règnes de Dieu et du Christ coïncideront au point que
le Christ pourra, à parler avec précision, remettre son royaume au Père» (J.
COPPENS, Le messianisme royal, 155).
90
J. N. ALETTI, L’arte…, 182 (nuestra traducción).
Nicolas Bossu, L.C. 65
91
Resumen lapidario de Bovon: «The first [book] describes the life of Jesus;
the second illustrates the spread of the new message through a few primary
witnesses. […] The structure and style of Luke’s two volumes demonstrate his
creative mastery, in both literary and theological respects» (F. BOVON, Luke 1,
Introduction: Structure and Style).
92
Ver nota 72 de este artículo. Esto no impide a la Bible de Jérusalem de
afirmar con razón que «el Reino de Dios es uno de los grandes temas de la
predicación de los Apóstoles, incluido Pablo» (nota a Hch 1,3).
93
Ver 0, «Dos tentaciones para teólogos».
94
Un solo versículo (Hch 7,46) es dedicado a David…
66 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
95
Basta recordar el prólogo de Lucas apenas citado: «los que desde el
principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra» (Lc 1,2).
96
Cf. Hch 19,8: «Entró Pablo en la sinagoga, y por tres meses continuó
hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndoles acerca del reino de Dios.»
Ver también Hch 20,25 donde hace un resumen de su obra entre los Efesios, «entre
quienes anduve predicando el reino».
97
Hch 5,4: «No has mentido a los hombres, sino a Dios.» Significativamente,
San Pablo pronunciará también una sentencia contra Elimas el mago, seguida de
ejecución divina: «“Tú, hijo del diablo, que estás lleno de todo engaño y fraude,
enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor? Ahora,
he aquí, la mano del Señor está sobre ti; te quedarás ciego y no verás el sol por algún
tiempo.” Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo
guiara de la mano» (Hch 13,10-11).
98
Lucas nota muchas veces el crecimiento de la Iglesia, como agrupación
entorno al núcleo de los Apóstoles, por ejemplo: «Y más y más creyentes en el
Nicolas Bossu, L.C. 67
100
Dupont ve una alusión al juicio final, al cual los Apóstoles serán asociados
(J. DUPONT, «Le logion des douze trônes (Mt 19,28; Lc 22,28-30)», Biblica 45/3
(1964), 389). Bovon lo interpreta en términos de transmisión de poder: «This power
will not be exerted independently of the competence of the Son, who in the parable
in Matt 25:34 is represented as the eschatological «king» and in the kerygmatic
formulas as the judge (κριτής) of the living and the dead (Acts 10:42). In the days of
Jesus and the apostles, the image of the throne took on a spiritual import (one thinks
of celestial powers, «thrones,» alongside the other forces, all of which were
understood as threatening God’s authority) or an apocalyptic import (one waits for
God and his angels ultimately to exert the power represented by the thrones).” (F.
BOVON, Luke 3, in loco). Hahn propone una interpretación en clave de Alianza:
«God has “covenanted” a kingdom to Jesus, since Jesus is the Son of David, the
legal heir to David’s covenant and throne (Luke 1:32–33). Now Jesus, through the
“new covenant in [his] blood” (v. 20), is “covenanting” to the disciples that same
kingdom of David» (S.W. HAHN, «Christ, Kingdom…», 132).
101
La misma asociación Reino/Trono se encuentra en la promesa del Ángel
Gabriel (Lc 1,32) y su cumplimiento declarado por Pedro al inicio de los Hechos
(Hch 2,30): aquí (Lc 22) se trata de fundar el ministerio de los Apóstoles en relación
con el Reino.
Nicolas Bossu, L.C. 69
102
J. A. FITZMYER, Lucas IV, 358.
103
La expresión vuelve tres veces en el mismo pasaje: Hch 4,35.37 ; 5,2.
104
Quizás nuestra explicación pueda arrojar luz sobre la mención, muy
debatida entre los exegetas, de la espada en Lc 22,36: podría designar la «espada de
la Palabra», como medio para establecer el Reino. La imagen de la espada para
expresar la Palabra divina se encuentra en Heb 4,12 y Ef 6,17.
105
Dos menciones de la basileia que encuadran a una cita del AT: Hch
28,23.31.
106
El resumen de Conzelmann expresa bien el sentido teológico de esta cita:
«In contrast to Paul (Romans 9–11), Luke does not look beyond the present
hardening to a future conversion of Israel. Rather, the time of the Gentile church has
now broken in—this church has taken possession of the inheritance of Israel. The
schema is completed. This third declaration about turning away from the Jews and
70 El Reino de Cristo: historia, teologia, vida
turning toward the Gentiles (cf. in Asia Minor 13:46; in Greece 18:6) is final» (H.
CONZELMANN, Acts…, in loco).
107
Remitimos al excelente capítulo de J. Dupont consagrado a este tema (J.
DUPONT, Nouvelles études sur les Actes des apôtres, Cerf, Paris 1984, capítulo 20:
La conclusion des Actes et son rapport à l’ensemble de l’ouvrage de Luc);
Conzelmann presenta también «cuatro hipótesis sobre la conclusión del libro».
108
Recordemos que esta paradoja es un tema esencial de la Carta a los
Romanos, escrita por el mismo «compañero de apostolado» que Lucas tuvo en
varios capítulos de los Hechos…
109
Dupont apunta así, en su conclusión, la presencia de esta doble realidad:
«Ici encore, la perspective d’un salut universel s’allie à celle d’un partage à
l’intérieur d’Israël» (Ibid., 509).
Nicolas Bossu, L.C. 71
110
Didaché, in D. RUIZ BUENO, Padres apostólicos, Biblioteca de autores
cristianos, Madrid 19794, 86-87.