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HEMORRAGIA DE LA SEGUNDA MITAD DEL EMBARAZO

PLACENTA PREVIA
DEFINICION. -Se conoce con el nombre de placenta previa a un proceso caracterizado,
anatómicamente, por la inserción de la placenta en el segmento anormal del útero y, clínicamente,
por hemorragias de intensidad variable. Por lo general suele ocurrir durante el segundo o tercer
trimestre, aunque puede también suceder en la última parte del primer trimestre. La placenta previa
es una de las principales causas de hemorragia antes del parto y suele impedir la salida del feto a
través del canal del parto por obstrucción a este nivel. La hemorragia, aunque frecuente, puede no
estar presente en el proceso; existen por lo tanto formas anatómicas sin expresión clínica. Esta
variedad constituye el 25% de los casos y carece de importancia.
FRECUENCIA, INCIDENCIA Y MORBIPERINATALIDAD
Es distinta la frecuencia de este proceso si se considera solamente en los que, además, se suma
las hemorragias. Estas últimas, que son las que realmente interesan, se presentan en las estadísticas
con una frecuencia sumamente variable según los distintos autores, pero en conjunto se puede
establecer la proporción de 1 cada 200 ó 300 embarazos. Dicha frecuencia es en las multíparas
mayor que en las nulíparas, y en las mujeres de más de 35 años mayor que en las de menor de 25
años.
Frecuencia
Su frecuencia es aproximadamente de 1/200 partos (0.5 por 100) habiendo sido descrita por
Maillet del 0.33 al 2.6 por 100. Sin embargo, en los últimos 5 años se ha comunicado una
frecuencia de 1/158 partos. Esta incidencia varía dependiendo del método de diagnóstico La
placenta previa ocurre más frecuentemente en multíparas, tanto más cuanto mayor sea el número de
gestaciones de una misma paciente. La incidencia de la placenta previa aumenta con la edad
materna, y las recidivas en embarazos ulteriores no sobrepasan 1-3 por 100. La bibliografía señala
la siguiente frecuencia de las diferentes clases de placenta previa: a. Placenta previa total: 23-31%
b. Placenta previa parcial: 21-33%. c. Placenta previa marginal: 37-55%.
Incidencia
La incidencia de la placenta previa suele ser 1/250 embarazos posteriores a la semana 24 de la
gestación; 1/1500 nulíparas y 1/20 multíparas. Está influida por la edad gestacional en el momento
del diagnóstico: a. El diagnóstico ecográfico de la placenta previa durante el segundo trimestre de la
gestación es del 5%. b. En el parto a término, el diagnóstico ecográfico de la placenta previa es de
0.5%. c. Si se demuestra una placenta previa en una ecografía efectuada a las 26-28 semanas de la
gestación, lo más probable es que el trastorno persista hasta el parto, por lo que debe recomendarse
al paciente tome las oportunas medidas preventivas. La frecuencia de recurrencias de la placenta
previa es de 12 veces la incidencia teórica.
Morbilidad y mortalidad perinatales:
1. La morbilidad perinatal es menor de 10%.
2. La causa primaria de morbilidad y mortalidad prenatales es la prematuridad. Asimismo, el
aumento de la mortalidad perinatal se asocia a hemorragia precoz, grandes pérdidas de sangre y
antecedentes de placentas previas de tamaño mayor.
3. En los pacientes con placenta previa, son 2-4 veces más frecuentes las malformaciones
congénitas.
CLASIFICACION DE LA UBICACIÓN
La implantación de la placenta previa presenta una serie de variedades según su colocación:
• Tipo I, lateral o baja Es cuando se inserta en el segmento inferior (tercio inferior del útero), a
una distancia del orificio interno del cuello inferior a 10 centímetros. Y sin llegar al orificio
cervical.
• Tipo II, marginales o periféricas La placenta toca, pero no rebasa la parte superior del cuello
del útero. El reborde placentario alcanza el margen del orificio cervical.
• Tipo III o parcial La placenta obstruye parcialmente la parte superior del cuello del útero.
• Tipo IV o completa u oclusiva o central total La placenta cubre completamente la parte
superior del cuello del útero. Cuando se implanta sobre el área cervical, obstruye el orificio. Una
placenta oclusiva total durante el embarazo, al comenzar el trabajo de parto, puede ocupar solo
parcialmente el área del orificio cervical cuando ésta inicia su dilatación y adoptar, entonces, el
carácter de placenta oclusiva parcial o central parcial.
Las estadísticas señalan que la placenta marginal es mucho más frecuente que la oclusiva y que
ésta se presenta más habitualmente en las multíparas. Placenta previa es en sí misma un factor de
riesgo.
ETIOLOGIA
No se ha encontrado aún una causa específica para la placenta previa, pero la principal hipótesis
está relacionada con una vascularización anormal del endometrio, la capa interna del útero, por
razón de una cicatrización o atrofia causada por traumatismos previos, cirugía o cuadros
infecciosos.
El trastorno puede deberse a razones multifactoriales, incluyendo una asociación con la
multiparidad, embarazos múltiples, edad materna avanzada, antecedentes de cesáreas o abortos y,
posiblemente, el hábito tabáquico. La cesárea anterior (Nielsen, 1989), la edad materna avanzada
(Frederiksen, 1999), la multiparidad (Babinsky, 1999) y el hábito de fumar (Handler, 1994) han
sido asociados a un aumento de riesgo de placenta previa.
FACTORES DE RIESGO
Un factor de riesgo es aquel que aumenta la probabilidad de adquirir una enfermedad o afección.
Los factores de riesgo incluyen:
1) Mujeres multíparas, en las que la zona de inserción placentaria de las sucesivas gestaciones va
siendo substituida por tejido cicatricial, restando terreno apto para la implantación de la zona
habitual.
2) Edad materna avanzada
3) Cicatrices uterinas, producidas por operaciones anteriores (miomectomía, cesáreas anteriores,
operaciones plásticas por malformaciones uterinas).
4) Abortos de repetición o legrados uterinos enérgicos que impiden la regeneración del
endometrio en zonas de cavidad uterina.
5) Gestación múltiple (dos o más fetos)
6) Miomas submucosos y pólipos endometriales. Alteraciones funcionales de la mucosa,
sinequias intrauterinas o endometriales residuales localizadas.
OTROS FACTORES DE RIESGO
• Tabaquismo, cocaína, razas negras y asiática, sexo masculino del feto, e historia previa de
desprendimiento prematuro de la placenta normalmente inserta.
CLÍNICA
Las mujeres con placenta previa a menudo se presentan con dolor, sangrado vaginal de color
rojo brillante. El sangrado a menudo se inicia levemente y puede aumentar progresivamente a
medida que la zona de separación placentaria aumenta. Se debe sospechar una placenta previa si
hay sangrado después de las 24 semanas de gestación. El examen abdominal por lo general se
encuentra con un útero no doloroso y relajado. Las maniobras de Leopold pueden revelar al feto en
una posición oblicua, de nalgas o transversal como consecuencia de la posición anormal de la
placenta. Se da una metrorragia que se caracteriza por: Sangrado brusco, intermitente, indoloro y
sin contracciones; tendencia a los coágulos, a la hemostasia espontánea. Es repetitiva, aumenta la
intensidad y la frecuencia de los episodios. En el tercer trimestre de embarazo toda metrorragia es
una placenta previa mientras no se demuestre lo contrario.
DIAGNOSTICO
El síntoma fundamental de la placenta previa es la hemorragia; la misma adquiere en este
proceso tal importancia que hace que, entre las causas gravídicas de pérdida de sangre del final del
embarazo, esta entidad sea responsable del más del 90% de los casos. Tan alta frecuencia es lo que
ha hecho decir que toda hemorragia del fin del embarazo significa placenta previa mientras no se
demuestre lo contrario. La hemorragia de este proceso presenta características muy particulares: La
sangre expelida es líquida, roja, rutilante. Es francamente indolora y se inicia con frecuencia
durante el sueño. Es intermitente, reproduciéndose con espacios sucesivamente menores, aunque en
cantidades mayores, hasta el límite inusitado. El tacto vaginal, en principio, está contraindicado,
dado que puede movilizar cotiledones y coágulos formados e incrementar la hemorragia con grave
riesgos. No obstante, si fuera necesario (en caso de decidir una conducta de urgencia), se lo puede
efectuar si se cuenta con los medios quirúrgicos al alcance inmediato, aunque siempre sería
preferible la visualización del canal con especuloscopia; si se realiza el tacto se nota un
almohadillamiento producido por la placenta entre el dedo que “tacta” y la presentación; en las
multíparas con orificio entre abierto, la exploración intracervical permite palpar la placenta o las
membranas que presenta un aspecto rugoso cuando ambas llegan al reborde cervical o lo cubren en
su profundidad. La exploración ecográfica constituye un diagnóstico de certeza de la placenta
previa. Cuando la placenta se ubica en la cara posterior, al producirse el fenómeno de sombra
acústica, se hace necesario efectuar una maniobra de rechazo del polo fetal. La ubicación
placentaria por ecografía experimenta cambios hasta aproximadamente las 34 semanas debido al
fenómeno conocido como migración placentaria.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Algunos trastornos que se deben tomar en cuenta en casos de hemorragia durante el embarazo
incluyen:
• Desprendimiento prematuro de placenta
• Cervicitis
• Ruptura prematura de membrana
• Parto pretérmino
• Vaginitis
• Vulvovaginitis
• Vasa Previa
• Desgarro o laceración vaginal o cervical
• Aborto espontáneo Debe excluirse del primer término toda hemorragia de origen ginecológico;
se considera especialmente la exocervicitis hemorrágica, el cáncer del cuello de útero y la rotura de
las variedades vaginales, esta última es con frecuencia de origen gravídico. La observación directa
por especuloscopia, que debe realizarse en todo caso de duda, permitirá excluir estos procesos. El
efecto, aparte de ocurrir también en los últimos meses del embarazo. El proceso es de iniciación
aguda, con fuerte dolor en el sitio del desprendimiento; el útero, a veces aumentado de volumen,
adquiere una consistencia leñosa; la hemorragia es, por lo general, única, de color negruzco, y se
acompaña de algunos coágulos; el feto comúnmente está muerto.
La embarazada presenta un cuadro de preeclampsia en un alto porcentaje de los casos; por
último, puede agregarse un estado de shock, en el que, paradójicamente, la presión arterial se halla
algo elevada. En la rotura del seno circular, accidente del parto, la hemorragia se produce en el
instante mismo de romperse la fuente de las aguas; la sangre fluye mezclada con líquido amniótico;
el feto rápidamente muere, y no se “tactan” elementos placentarios.
TRATAMIENTO
Realizado el diagnóstico de placenta previa, si la hemorragia no es muy importante y la edad
gestacional es inferior a 36 semanas, se deberá establecer la madurez pulmonar del feto. En caso
negativo, esta ha de inducirse farmacológicamente. Mientras tanto, se intentará un tratamiento
médico consistente en reposo absoluto, control de la hemorragia y administración de
uteroinhibidores si fuera necesario. Si el cuadro lo permite, se esperará hasta la madurez pulmonar
fetal para realizar una operación cesárea, la cual podrá ser anticipada si la hemorragia es grave. A
pesar de que la cesárea es hoy día el procedimiento de elección para el tratamiento de la placenta
previa, en casos con 4 cm de dilatación o más y placentas no oclusivas podrá intentarse la rotura de
membranas (método de Puzos). Si el método de Puzos fracasara, se recurriría a la operación
cesárea.
PRONÓSTICO. -El avance logrado en el diagnóstico y el mejor criterio terapéutico, muy
especialmente después de generalizada la operación cesárea, han reducido los riesgos maternos y
perinatal, si bien la mortalidad perinatal aún se mantiene elevada. Pueden aparecer signos clínicos
como metrorragias y complicaciones que pongan en riesgo al feto o a la madre, como una
hemorragia masiva, tromboembolia y shock. Sin embargo, el pronóstico suele ser bueno si se
maneja adecuadamente. La mortalidad asociada con una placenta previa suele estar entre 2 y 3%.
Una de las complicaciones más temidas de la placenta previa es el acretismo placentario, que se
caracteriza por la excesiva invasión del trofoblasto en el miometrio, dando lugar a hemorragia
significativa cuando el obstetra intenta hacer el alumbramiento de la placenta. Lamentablemente, la
placenta previa acreta se ha convertido en una patología cada vez más frecuente. En 1952, de 1.000
mujeres con placenta previa, sólo dos tenían una placenta accreta asociada. En 1980 la cifra
aumentó hasta 40,5/1,000, en 1985 a 99/1.000 y desde 1995 ha superado 150/1.000.
POSIBLES COMPLICACIONES
Los riesgos para la madre abarcan:
• Muerte
• Sangrado profuso (hemorragia)
• Shock
PREVENCIÓN
Cualquier gestante con hemorragia uterina durante el último trimestre de embarazo es
sospechosa de placenta previa. Ante toda gestante que sangra en el último trimestre, el proceder
obligado es el siguiente: Ingreso inmediato; Control hemático (especialmente hemoglobina y
hematocrito); Ecografía transabdominal para precisar el lugar de inserción placentaria y evaluación
biométrica fetal. No hay pautas para prevenir el tromboembolismo.
Sin embargo, si lo tiene, necesita seguir los siguientes pasos para prevenir el sangrado:
• Revisar la afección regularmente
• Instrucciones sobre reposo y control del sangrado y contracciones.
DESPRENDIMIENTO PREMATURO DE PLACENTA NORMOINSERTA
CONCEPTO. - Se conoce con este nombre a un proceso caracterizado por el desprendimiento
parcial o total, antes del parto, de una placenta que está insertada en su sitio normal. Si bien este
hecho puede ocurrir en cualquier momento del embarazo, los desprendimientos producidos antes de
las 20 semanas, por su evolución, deberán ser tratados como abortos. Los que tienen lugar después
de la 20ª semana constituyen un cuadro conocido como desprendimiento prematuro de la placenta
normalmente insertada (DPPN) o abruptio placentae o accidente de Baudelocque, que puede traer
grandes consecuencias para el feto y para la madre.
FRECUENCIA.
Su frecuencia es de alrededor del 0.2%, pero varía sustancialmente según el criterio diagnóstico
utilizado y el tipo de población asistida.
ETIOLOGÍA
1) En un alto porcentaje de los casos, la preeclampsia se asocia con este accidente, hasta tal
punto que debe pensarse automáticamente en ella cuando se sospeche un desprendimiento.
2) Los traumatismos externos directos sobre el abdomen, o indirectos, como en el contragolpe de
la caída de nalgas.
3) Los traumatismos internos espontáneos o provocados durante las maniobras de versión
externa.
4) La falta de paralelismo en la retracción de los tejidos de la pared del útero y la placenta en la
evacuación brusca en el hidramnios.
FISIOPATOLOGÍA DEL DESPRENDIMIENTO EN LOS CASOS DE
PREECLAMPSIA. Según la escuela uruguaya, la hipertonía es la causa de todos los procesos que
se producen en el desprendimiento, como un fenómeno primitivo, aunque la misma también podría
aparecer secundariamente agravando el cuadro. En el desprendimiento existe un pronunciado
aumento del tono y de la presión intramiometrial. El miometrio comprime los vasos que lo
atraviesan, colapsando a las venas, no así a las arterias, cuya presión es superior a la intramuscular.
La sangre que sigue entrando al útero halla dificultades para salir. La presión sanguínea en los
capilares, en las venas y en los lagos sanguíneos del útero asciende hasta alcanzar altos valores. Este
proceso acarrearía la rotura de los vasos capilares y venosos y de los lagos sanguíneos, origen del
hematoma y del desprendimiento. A ellos contribuirían también la anoxia y el hecho de que la
presión sanguínea intrauterina es siempre superior a la presión del líquido amniótico, lo que
facilitaría aún más el estallido de los vasos. Por otra parte, la compresión de los vasos, al reducir el
flujo sanguíneo, es también causa de anoxia, y ésta, a nivel del útero, produce a su vez:
1) aumento de la permeabilidad de las paredes de los capilares, origen de los edemas y las
hemorragias, factores que colaboran en el desarrollo del hematoma retroplacentario, el cual, al
producirse en el espesor del miometrio, sería la causa del infarto miometrial;
2) alteraciones degenerativas de la fibra del miometrio;
3) dolor en el útero, y
4) anoxia fetal.
ANATOMÍA PATOLÓGICA.
Entre la placenta y la pared del útero se derrama sangre extravasada, que proviene de los vasos
maternos de la región. Los infartos o pseudoinfartos que a veces se encuentran parecerían ser
consecuencia y no causa del desprendimiento. Cuando la patogenia del desprendimiento es
traumática, el hematoma es secundario; cuando es gestósica, el mismo es previo al desprendimiento.
La cantidad de coágulos está en relación directa con la intensidad de separación. Los coágulos dejan
en la placenta una huella en forma de cráter. La sangre derramada se colecciona y forma un coágulo
dentro del útero, pero luego trata de ganas el exterior labrándose un camino entre las membranas y
la pared uterina, para lo cual necesita disecar y desprender tales membranas; recién entonces se hace
visible en forma de hemorragia externa, que se presenta como sangre oscura y con coágulos (no
recientemente extravasada). Si la pérdida hemática no logra franquearse el paso al exterior,queda
retenida dentro de la matriz (hemorragia interna). A veces la hemorragia es mixta (externa e
interna).
En casos graves, la sangre derramada invade la pared uterina; se observan entonces zonas con
extensas hemorragias miometriales que disocian los haces musculares y que pueden difundirse
hacia el tejido subperitoneal, las trompas, los ovarios y, a veces, los ligamentos anchos, regiones
que adquieren una coloración azul difusa o moteada, constituyendo la llamada apoplejía
uteroplacentaria de Couvelaire. Las fibras musculares uterinas en ocasiones se hallan seriamente
comprometidas en su vitalidad y capacidad funcional. Este cuadro grave de desprendimiento es más
común en las embarazadas gestósicas.
CUADRO CLINICO.
En el curso de un embarazo normal o frecuentemente con preeclampsia, el proceso comienza de
manera brusca. Esta iniciación puede acompañarse o no de hemorragia externa.
A) Si existe hemorragia externa, ésta adquiere caracteres especiales que la identifican: es un
tanto tardía, pues la sangre proveniente del hematoma interuteroplacentario ha debido labrarse un
camino despegando las membranas de la pared del útero; es poco abundante, de color negruzco; se
acompaña de coágulos prevenientes del hematoma, y es de carácter intermitente.
B) Cuando no hay hemorragia externa o aún con ella el cuadro se complementa con otra serie de
signos:
1) La iniciación del proceso se acompaña de dolor agudo de intensidad creciente, con su máxima
localización en el sitio de asiento del desprendimiento. El útero crece debido a la acumulación de
sangre en su interior, y su pared aumenta también considerablemente su consistencia y tensión,
hasta adquirir a la palpación el carácter clásico del útero leñoso, salvo en el sitio de asiento de la
placenta y del desprendimiento, donde suele existir cierta blandura. La hipertonía causa sensibilidad
a la presión por la tensión del peritoneo, a la par que explica que las partes fetales sean difícilmente
palpables.
2) El cuadro de fondo de la mujer es el de anemia y shock.
3) Si el desprendimiento es importante (más de la mitad de la superficie placentaria), el feto
sufre anoxia y muere como consecuencia lógica de ésta; la muerte fetal ocurre en la mayoría de los
casos.
4) El tacto vaginal revela que las membranas están muy tensas. Se ha podido comprobar que
durante la contracción del útero el tacto vaginal revela que la bolsa de las aguas abomba. Este hecho
representa el único signo clínico de la actividad contráctil en los casos en que ésta se hallara
encubierta por la hipertonía, la que es imposible apreciarla mediante palpación abdominal. Este
signo es valioso para formarse un juicio sobre la existencia de actividad contráctil del útero en el
desprendimiento normoplacentario y de acuerdo con él, poder adoptar una conducta expectante a la
espera del parto espontáneo.
DIAGNÓSTICO.
Se establece por el dolor abdominal, la hipertonía uterina y la metrorragia con shock o sin él. Se
presentan dos situaciones:
A) En el caso de hemorragia externa o mixta, el diagnóstico diferencial presenta escasas
dificultades, puesto que si no se trata de un proceso ginecológico, la única metrorragia de
gran frecuencia que al final del embarazo puede inducir duda es la de la placenta previa.
Pero la hemorragia y los síntomas acompañantes son en una y otra distintos.
B) En ausencia de hemorragia externa, otros cuadros se prestan a confusión. La hemorragia
interna hace pensar en la rotura del útero, pero ésta se halla precedida por una intensa
actividad contráctil hasta que se origina el accidente, el que, al producirse, seda los síntomas
locales. En el embarazo ectópico avanzado está ausente la serie de signos provenientes del
útero. El aumento de tamaño y de tensión de éste induce a pensar en el polihidramnios
agudo, pero en tal caso han de faltar los signos de hemorragia y shock.
La exploración ecográfica en casos de desprendimiento parcial puede mostrar un hematoma
retroplacentario de ecogenicidad variable según el tiempo transcurrido desde el accidente. En
ocasiones puede verse el coágulo desprendiendo las membranas.
EVOLUCIÓN.
Existen tres posibilidades: 1) Si el desprendimiento es poco extenso y asintomático, el embarazo
puede continuar su curso y llegar a término. 2) Si abarca una zona mayor, con frecuencia el parto
se inicia y se realiza con el feto muerto (“parto en avalancha”). 3) En algunos casos, un
inadecuado tratamiento ante ciertas evoluciones desfavorables puede derivar en un grave cuadro
de hemorragia y shock, que puede llevar a la muerte materna..
ROTURA UTERINA
CONCEPTO: Síndrome hemorrágico de la segunda mitad de la gestación, caracterizado por
contracciones uterinas intensas (Si hay trabajo de parto) que cesan súbitamente después de un
dolor muy intenso al romperse el útero. El feto, muerto, se palpa «bajo la piel»
FRECUENCIA
Aller (Venezuela) 0.2 – 0.8 / 1.000 partos
Bolaños (México) 1 / 1.670
Faneite (Venezuela) 1 / 2.697
Lede (Argentina) 0.5 – 1 / 1.000
FACTORES DE RIESGO
 Miomectomía
 Cesárea anterior
 Plastia uterina
 Período intergenésico corto (1 a 2 años) de cesárea anterior
 Ruptura uterina previa
 Cesárea corporal o segmento – corporal
 Uso de prostaglandina E2 (Dinoprostona) con cesárea previa
 Uso de prostaglandina E1 (Misoprostol) con cesárea previa
 Dos o más cesáreas
ETIOPATOGENIA
 Cesárea o histerotomía previa
 Maniobra de Kristeller
 Legrados uterinos repetidos
 Uso incorrecto del fórceps
 Uso inadecuado de oxitócicos
 Uso incorrecto de prostaglandinas
 Gran multiparidad
 Trabajo de parto prolongado
 Fetales: Macrosomías, malformaciones
CLASIFICACION
Origen o causa
Espontánea
Provocada (Traumática)
- Directa

- Indirecta
Momento
Durante el embarazo
Durante el parto
Profundidad
Incompleta (Peritoneo indemne)
- Subserosa
- Submucosa
Completa
Dirección
- Longitudinal
- Transversal

- Mixta
- Estrellada
Según la extensión
Simple (Localizada al útero)
Complicada (Interesa un órgano vecino)
CLINICA

Antecedentes
Causas predisponentes
Sintomas/signos
Silenciosa (Insidiosa)
Cataclísmica (Aguda) con shock variable
Contracciones uterinas que cesan bruscamente
Signo de Bandl
Signo de Bandl-Frommel
Signo de Clark Hemorragia: Interna. Extensa. Mixta
Palpación: Feto «bajo la piel». Muerto
DIAGNOSTICO
Antecedentes
Laboratorio
Clínica
Alteraciones de la frecuencia cardíaca fetal
Revisión manual o instrumental
Ecograma abdomino-pélvico
Paracentesis abdominal
Laparotomía exploradora
Clínica Obstétrica
Utero pequeño «Abultamiento fetal al lado, bajo la piel»
Ausencia de frecuencia cardíaca fetal (Muerte)
Espéculo y Tacto: Presencia del desgarro, y a su través, asas intestinales. Orina. Heces
intestinales
Signo de Clark: Crepitación suprapúbica (Paso de aire desde la vagina y útero al abdomen)
COMPLICACIONES
Hemorragia – Shock – Muerte materna
Sufrimiento fetal agudo – Muerte fetal
Fístulas (Vesicales, rectales, vaginales)
Trastornos de la coagulación
Infección puerperal
TRATAMIENTO
PREVENTIVO
Control Prenatal. Identificar factores de riesgo
Vigilancia estricta del trabajo de parto (Partograma)
MEDICO
TOCO/QUIRURGICO
Laparotomía. Extracción fetal
Histerorrafia. Esterilización
Histerectomía
Reparación de lesiones de órganos vecinos
Estabilización Hemodinámica
- Canalizar vena – Flebotomía
- Fluidoterapia: Soluciones parenterales
Cristaloides (Iones básicos)
Ringer lactato
S. glucosada al 5 %
S. gluco-fisiológica
- Tipaje sanguíneo – Hemoterapia
- Oxigenoterapia

OTRAS ANOMALÍAS PLACENTARIAS:  


ROTURA DEL SENO MARGINAL:
El “seno marginal” sería un grupo de venas dilatadas y lagos venosos en la periferia de la
placenta, que secuestran sangre venosa, aunque no existe evidencia anatómica del mismo. Se puede
romper:
1. Durante el parto o al inicio de la dinámica uterina (60-70%):
-Se pierden de 100-200 cc de sangre materna roja. -Sería como un desprendimiento prematuro
menor del borde placentario.
-Normalmente no condiciona sufrimiento materno ni fetal.
-El útero se relaja bien entre contracciones.
-En un 1-2% de casos graves puede darse un 1-2% de mortalidad perinatal. El tratamiento sería
amniorrexis + oxitocina.
2. Antes del parto:
-Hemorragia roja e indolora.
-Hemorragia repetitiva. -Se descarta la placenta previa.
-El diagnóstico definitivo lo dará la presencia de un coágulo adherente a nivel del seno roto. El
tratamiento será el reposo expectante y, en caso de condiciones obstétricas favorables, amniorrexis
+ oxitocina.
INSERCIÓN VELAMENTOSA (VASA PRÆVIA):
Llamamos placenta velamentosa aquélla en que el cordón umbilical no la alcanza en su inserción
dejando vasos solo protegidos por el amnios entre dicho cordón y la torta placentaria. Si estos vasos
se sitúan por delante de la presentación (vasa prævia), su descenso y la dilatación cervical pueden
romperlos provocando una hemorragia de origen fetal
Rara vez puede palparse el vaso roto sangrante. Si pudiera visualizarse y pinzarse se podría
salvar la vida del feto. El diagnóstico se basa en la demostración de que la hemorragia es de sangre
fetal:
-Test de Kleihauer-Betke.
-Mezclar la sangre con 4 gotas de NaOH al 1% y si sigue de color rojo a los 2’ es que se trata de
sangre fetal. La mortalidad fetal es del 60%. Salvo caso en que el parto fuera muy favorable, hay
que realizar una cesárea urgente, con rápida extracción fetal y transfundirle sangre 0 RhØ.
PLACENTA CIRCUNVALADA:
Aunque la mayoría no son diagnosticadas, entre un 2-15% de las placentas son del tipo
marginadas: El repliegue amniocorial se encuentra por dentro del límite placentario a distinto nivel
de su extremo. La mayoría no dan síntomas y se diagnostican en el parto. A veces da una
hemorragia de sangre materna hacia la decidua, de sangre roja, indolora y flujo intermitente hacia la
mitad del IIIº trimestre. A veces requiere incluso de transfusión y, en casos de severidad, practicar
una cesárea. En ocasiones se producen “hidrorreas gravídicas” que requieren el diagnóstico
diferencial con la rotura de la bolsa de las aguas. El parto pretérmino entre las 28-34 semanas es
frecuente. También es frecuente la retención de restos postparto
PLACENTA MEMBRANÁCEA: Se trata de una placenta fina y agrandada por falta de atrofia
de las vellosidades capsulares. Puede llegar a dar hemorragias severas entre las semanas 24-28. Se
ven favorecidas las hemorragias del alumbramiento.
PLACENTA SUCCENTURIADA. LÓBULOS ABERRANTES:
Pueden presentar:
-Lóbulos separados (hasta seis) con vasos principales que confluyen hacia el cordón (placenta
múltiple o lóbulos succenturiados).
-Uno o más lóbulos accesorios que se unen por vasos a la placenta (placenta succenturiada).
-A veces existe oclusión vascular (placenta espúrea). Sus consecuencias serán:
-Hemorragias por: Roturas vasculares. Lóbulos previos.
-Frecuente persistencia de restos postparto

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