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Costo de oportunidad

El costo de oportunidad es el costo de la alternativa a la que renunciamos cuando tomamos una


determinada decisión, incluyendo los beneficios que podríamos haber obtenido de haber escogido la
opción alternativa.
Por lo tanto, el costo de oportunidad son aquellos recursos que dejamos de percibir o que
representan un costo por el hecho de no haber elegido la mejor alternativa posible, cuando se tienen
unos recursos limitados (generalmente dinero y tiempo). El término costo de oportunidad también es
denominado como “el valor de la mejor opción no seleccionada”.

En nuestra vida tenemos que tomar decisiones constantemente para cualquier asunto, más si caben
los relacionados con el dinero. Por ejemplo, imaginemos que tenemos 300 pesos y tenemos varias
alternativas para gastarlos (ir al cine, dar un paseo por el parque y ahorrarlos, cenar fuera…), el
coste de oportunidad va a ser el beneficio que nos podría reportar la alternativa a las que hemos
renunciado, fundamentalmente la de mayor valor.
La teoría sobre el costo de oportunidad nos dice que si hemos elegido ir a ver una película, siguiendo
con el ejemplo anterior, y mientras la estamos viendo no nos gusta, pensando económicamente es
mejor irse del cine y aprovechar el tiempo disfrutando otra de las alternativas, ya que el dinero
gastado en el cine no lo vamos a recuperar, es dinero que ya está gastado. Pero yéndonos, al
menos podremos aprovechar el tiempo en hacer otra cosa, como dar un paseo por el parque.
El costo de oportunidad se utiliza en el ámbito financiero y económico como una buena forma de
evaluar y cuantificar inversiones cuando tenemos varias alternativas posibles y unos recursos
limitados. En el campo empresarial el costo de oportunidad supone un elemento importante objeto de
estudio ya que supone una de las mejores formas de seleccionar inversiones, no por la rentabilidad a
corto y medio plazo, si no sobre todo porque el costo de oportunidad se basa en la rentabilidad futura
(beneficios aportados) que podrá reportar cada inversión.
El coste de oportunidad en finanzas
En finanzas empresariales, el llamado costo de oportunidad de la estructura económica y financiera
hace referencia a los recursos que podríamos ganar si pusiésemos a trabajar todo nuestro dinero.
Por ejemplo, el dinero que tengamos en el banco en una cuenta sin remuneración, podríamos tenerlo
en un depósito al 3%, este 3% sobre el total de nuestro dinero sería el costo de oportunidad.
También puede aplicarse a la utilización los recursos propios del pasivo de una empresa, ya que, si
en lugar de utilizar estos recursos y patrimonio neto utilizáramos deuda, el apalancamiento financiero
resultante del uso de deuda podría hacer que, sin utilizar nuestros recursos, obtuviéramos el mismo
beneficio.
Ejemplos de costo de oportunidad
Si tenemos 100 000 pesos y queremos invertirlos, imaginemos que podemos montar una frutería o
invertir en 12 500 acciones de Repsol, que cotizan a 8 pesos en la Bolsa de Valores. Puesto que no
entendemos mucho de mercados financieros, decidimos decantarnos por la frutería, que al cabo de 2
años nos reporta 20 000 pesos de beneficio, mientras que en esos mismos dos años las acciones de
Repsol han ascendido hasta los 11 pesos. En este caso el coste de oportunidad sería:
Beneficios frutería: 20.000
Beneficios acciones Repsol (desechada): (11-8) x 12.500: 37 500 pesos
Coste de oportunidad: 37 500 – 20 000 = 17 500 pesos.
Otro ejemplo de costo de oportunidad, es al que se enfrenta un estudiante la hora de escoger si
estudiar o trabajar. Supongamos que cuando termina la carrera puede escoger entre realizar una
maestría de dos años o trabajar en la tienda de su tío, donde le ofrecen 12500 pesos al mes. Si
decide estudiar en lugar de trabajar, el coste de oportunidad de realizar la maestría de 2 años en vez
de trabajar es de 300 000 pesos, el coste de los 12500 pesos al mes durante dos años.
Costo de oportunidad
El costo de oportunidad se entiende como aquel costo en que se incurre al tomar una decisión y no
otra, o, dicho de otra forma, es el valor o utilidad que se sacrifica por elegir una alternativa A y descartar
una alternativa B.
Qué es el costo de oportunidad.

Todo camino ofrece una oportunidad, una utilidad o ganancia, y cuando se elige un camino en lugar
de otro, se renuncia al beneficio que ofrecía el camino el camino no elegido, y es una situación a la
que nos enfrentamos cuando debemos tomar una decisión que ofrece varias alternativas.
El costo de oportunidad es lo que perderá si se descarta una de las opciones disponibles, por lo tanto,
hay que evaluar qué se pierde con cada elección posible, para decidir por aquella que ofrece un menor
costo de oportunidad.
Cada situación siempre se puede abordar de formas distintas, y cada forma ofrece una utilidad mayor
o menor que las otras, por consiguiente, siempre que se tome una u otra decisión, se habrá renunciado
a las oportunidades y posibilidades que ofrecían las otras, que bien pueden ser mejores o peores, y
es de lo que se trata el coste de oportunidad.
Costo de oportunidad y beneficio obtenido.
El costo de oportunidad no es más que el beneficio al que se renuncia por no aprovechar una
oportunidad; por haber elegido un camino en lugar de otro, de manera que elegir entre varias
alternativas siempre implica un costo de oportunidad.
Cuando se elige una opción se obtiene el beneficio que esta otorga, que puede ser menor o mayor
que el beneficio que la opción no elegida ofrecía, y esa comparación es la que determina el verdadero
costo de oportunidad.
Por ejemplo, si la opción elegida otorga un beneficio de 10 unidades, y la opción descartada aportaba
un beneficio de 8 unidades, el costo de oportunidad en realidad es positivo, pues de haber elegido la
opción descartada se hubiera obtenido un menor beneficio.
Esto para significar que se debe hacer una evaluación de las distintas opciones para determinar cuál
de ellas ofrece un menor coste de oportunidad.
Ejemplos de costo de oportunidad.
Para ilustrar el concepto de costo de oportunidad supongamos que una persona tiene dos ofertas de
empleo en con las siguientes condiciones:
• Oferta A: Salario $1.500.000
• Oferta B: Salario 1.400.000.
Es evidente que si elijo B estoy renunciando a $100.000, que será el costo de oportunidad de la opción
B.
Pero hay casos en que resulta más complejo determinar el costo de oportunidad como, por ejemplo:
• Oferta A: Salario $2.000.000.
• Oferta B: Salario $1.500.000 + comisiones.
Con la oferta A se garantiza un salario de $2.000.000 mensuales, pero con la oferta A tiene la
posibilidad de obtener un salario de $3.000.000 pero puede que en algunos meses sólo devengue el
básico o menos de $2.000.000.
¿A qué se renuncia si se elige A y no B o lo contrario? ¿Cuál elegir?
Es como el contribuyente que sopesa pagar impuesto o evadirlo. Si paga no ahorra dinero, pero si no
paga ahorra dinero en el presente y se arriesga a terminar pagando más en el futuro por sanciones e
intereses.
La vida cotidiana está llena de decisiones en la que se incurre en un costo de oportunidad, sólo que
no lo advertimos o no lo consideramos.
Por qué determinar el costo de oportunidad.
Se supone que las decisiones económicas y financieras deben ser racionales, y debemos tomar la
decisión que nos represente un mayor beneficio, es decir, la que represente un menor costo de
oportunidad.
Debemos descartar la decisión que nos lleve a renunciar a un mayor valor o beneficio, y eso sólo es
posible si calculamos matemáticamente el costo de oportunidad, y para ello debemos hacer las
proyecciones necesarias para determinar qué opción es más rentable.
Cómo se calcula el costo de oportunidad.
No existe una fórmula para determinar el costo de oportunidad, sino que en cada caso particular se
deben hacer las evaluaciones y proyecciones necesarias para determinar el valor o la utilidad de las
distintas opciones para elegir la que más nos aportes valor y descartar las que nos aporten menos
valor, es decir, la de mayor costo de oportunidad.
Para calcular el costo de oportunidad se debe hacer una especie de lista de ventajas y desventajas,
de beneficios y costos, de utilidades y de pérdidas, a fin de poder comparar y elegir la que ofrezca el
mayor rédito.
El costo de oportunidad no siempre es financiero.
El costo de oportunidad generalmente se monetiza, pero no siempre es el caso.
Se supone que debemos elegir la opción que más dinero nos dé, y desechar aquella que nos llevaría
a renunciar a un mayor valor o posibilidad, pero hay casos en que se debe valorar el factor emocional.
Por ejemplo, es posible que en el trabajo A ganemos un mejor salario, pero en el B estemos más
satisfechos personal o profesionalmente.
O es posible que en B se tenga un menor salario, pero nos quede más tiempo libre para dedicar a otro
proyecto, o para dedicar a nuestra familia o alguna actividad de nuestro agrado.
En el caso de las empresas sólo importa el coste de oportunidad económico o financiero, pero en el
caso de las personas importa también el costo de oportunidad emocional, que no se puede calcular
matemáticamente.
Crédito
Un crédito es una operación de financiación donde una persona llamada ‘acreedor’ (normalmente
una entidad financiera), presta una cierta cifra monetaria a otro, llamado ‘deudor’, quien a partir de
ese momento, garantiza al acreedor que retornará esta cantidad solicitada en el tiempo previamente
estipulado más una cantidad adicional, llamada ‘intereses’.
Según algunos autores en economía, el crédito representa un cambio que actúa en el tiempo, en
lugar de en el espacio, por lo que también se le considera “alternar dinero del presente, por el dinero
en el futuro”. La palabra deriva del latín credititus, que significa ‘confianza’, por ende, un crédito es el
derecho que tiene el acreedor a recibir de parte del deudor, la cantidad prestada.
Así, el crédito será la confianza que se tiene en la capacidad de cumplir y en la solvencia de un
individuo, de saldar dicha obligación contraída. Llegado el caso de que el deudor no pudiera hacer
frente al crédito que le fue concedido, el acreedor se encuentra en su derecho de comenzar acciones
legales (véase concurso de acreedores).
Ventajas y desventajas de los créditos
Los créditos presentan ventajas como las siguientes:¡Comienza tu declaración anual!
• Permiten al deudor realizar inversiones o compras, pese a no contar con la liquidez suficiente
en el presente. Sin embargo, quien recibe el crédito, en teoría, tiene la capacidad para
devolver el crédito en el futuro, aunque sea, por partes.
• Es una forma de salir de una emergencia o de un apuro, ante lo cual se requiere de liquidez
hoy.
• Permiten a las personas efectuar importantes pagos, por ejemplo, para estudiar una maestría
o adquirir un bien de alto costo. Este tipo de compras sería menos accesible si no existieran
los créditos.
• Desde un punto de vista macroeconómico, permiten dinamizar el consumo hoy, lo cual
también impulsa la actividad económica.
• Sin embargo, los créditos también tienen algunas desventajas:
• Los deudores no solo deben devolver el principal del crédito, sino que deben pagar intereses
que representan el costo de usar el dinero hoy y devolverlo en el futuro. Así, en términos
absolutos, comprar a crédito es más caro que pagar en efectivo.
• Nada garantiza al 100% que en el futuro el deudor no enfrente alguna dificultad económica
que reduzca su capacidad para devolver el crédito adquirido. Si esto sucediera, el prestatario
caería en moratoria.
• Los créditos, en particular los de consumo, pueden incentivar a las personas o familias a
consumir por encima de sus posibilidades de ahorro. Así, pueden caer en un endeudamiento
permanente, si se dejan llevar por la cultura del consumismo.
Tipos de créditos
Los créditos pueden clasificarse en función a distintos criterios, por ejemplo, en base a su duración,
pueden ser de corto plazo o de menos de un año, de mediano plazo si duran entre uno y cinco años,
o de largo plazo si son a más de 5 años. Cabe aclarar que los plazos mencionados son
referenciales.
Asimismo, los créditos, de acuerdo con su tipo de respaldo, pueden ser: quirografarios, si no tienen
una garantía específica (tan solo la declaración de un aval); o prendarios, cuando el deudor entrega
un bien en garantía.
Otra forma de clasificar a los créditos es en función de su finalidad. Así, puede tratarse de: créditos
personales, cuando financian una necesidad específica en un momento determinado, como un viaje;
créditos al consumo, cuando se destinan a adquirir un bien de larga duración como un artefacto
electrónico; créditos de estudios, cuando financian estudios universitarios o de posgrado; créditos
para empresas, cuando buscan cubrir la necesidad de una compañía en su actividad empresarial; o
hipotecas, cuando el objetivo es financiar la adquisición de un bien inmueble.
Origen de los créditos
El origen de los créditos data de alrededor del 3.000 AC. Se tiene evidencia, según distintas fuentes
revisadas, que este tipo de operaciones se dieron en Mesopotamia.
Asimismo, existieron operaciones de crédito en la antigua Grecia y Roma. Los romanos llegaron a
establecer leyes, tanto para regular los intereses como para castigar el impago de las deudas.
Ejemplo de crédito
Un ejemplo de crédito puede ser aquel que se otorga a Luis Fernando Carpio por 20.000 dólares, por
un periodo de catorce meses.
El deudor deberá devolver el préstamo con cuotas mensuales a un tipo de interés anual de 5%. Así,
bajo un sistema de amortización francés, cada cuota será de 1.472, 89 dólares.
Crédito revolvente
Un crédito en la modalidad revolving es aquel que puede usarse reiteradamente hasta un límite. La
cantidad total va disminuyendo con cada crédito y aumenta al ser liquidada. Las tarjetas de crédito
son la modalidad revolving más extendida en la banca, donde la diferencia entre lo facturado y lo
pagado, llamada ‘saldo’, genera una nueva deuda a la que se le aplica la tasa de interés actual y se
le suma al saldo de deuda, correspondiente a los períodos precedentes.
Muy ligado a la capacidad de devolución de una deuda, se deben conocer previamente los tipos de
deuda.
Principales diferencias entre un crédito y un préstamo
Una de las consultas y dudas más recurrentes, suele ser la diferencia entre crédito y préstamo.
Aunque se suelen tratar como lo mismo, no lo son. De hecho, aunque tienen muchas cosas en
común, conocer las diferencias puede hacernos aprovechar el dinero de una forma mucho más
eficiente.
En términos generales, el préstamo es en forma mucho más acotado que el crédito, el cual es más
flexible. Digamos que el préstamo se concede todo de una vez, el crédito es dinero disponible el cual
podemos utilizar o no. A través de este enlace, puede acceder a las diferencias de forma detallada
con ejemplo incluido
Tipos de créditos y préstamos
Los tipos de créditos son las distintas categorías de financiamiento en base a diferentes criterios.
Entre ellos destaca el tiempo de endeudamiento, el público objetivo, el nivel de respaldo, el uso final,
entre otros.
Crédito y préstamo no son lo mismo, pero tienen muchas características en común. Con todo, con el
objetivo de englobar las formas de financiamiento más populares, englobaremos todo.
A continuación, pasaremos a presentar las principales formas de tipificar los préstamos:
Tipos de créditos según duración
Atendiendo a los tipos de créditos según duración pueden distinguirse:
• Corto plazo: Son aquellos que están destinados a cubrir necesidades inmediatas. El
prestatario tiene un año o menos para devolverlo. Un ejemplo es la deuda del mes en
la tarjeta de crédito. Este tipo de financiamiento normalmente es más caro (cobra un tipo de
interés más alto) en comparación a los préstamos de periodos más largos.
• Medio plazo: Son financiamientos con una duración es de entre uno y cinco años. Puede
tratarse, por ejemplo, de créditos de consumo.
• Largo plazo: Son préstamos a más de cinco años. El más representativo es la hipoteca.
Créditos según el tipo de respaldo
De acuerdo al nivel de respaldo financiero, hay varias clases de créditos:
• Quirografarios: Éste es el nombre técnico de los préstamos que se otorgan sin
una garantía específica más que la palabra del deudor. Sin embargo, lo que sí se solicita a
veces es la declaración de un tercero, al que llamaremos aval. Este se compromete a cumplir
con la obligación en caso no lo haga quien recibe el financiamiento.
• Créditos prendarios: Son los que se obtienen dejando un bien en garantía, que usualmente
es una joya o una obra de arte.
• Créditos con colateral: Están respaldados por un bien distinto al que se compra con el
financiamiento.
• Préstamos al consumo: En algunos casos pueden estar garantizados por el bien adquirido
con el financiamiento.
• Hipotecas: Siempre cuentan con una garantía que es el mismo inmueble que subvencionan.
Préstamo según su finalidad
Los créditos, según el uso final que tendrán, pueden clasificarse de la siguiente manera:
• Préstamos personales: Financian una necesidad concreta en un momento determinado, por
ejemplo, una boda o un viaje. No son de montos muy altos.
• Préstamos de consumo: Permiten adquirir bienes duraderos como electrodomésticos o
vehículos.
• Préstamos de estudios: Se utilizan para pagar matrículas universitarias o posgrados.
• Hipoteca: Es el financiamiento otorgado para comprar un bien inmueble. Dicha propiedad es,
a su vez, la garantía del mismo crédito. El periodo de endeudamiento es de entre 15 y 30
años.
• Préstamos para empresas: Son los que solicitan las compañías para pagar a sus
proveedores, invertir en activos fijos, expandir su negocio, entre otros. Pueden clasificarse, a
su vez, de acuerdo al tamaño del cliente, si es para grandes, medianas, pequeñas o
microempresas.
Otros tipos
Cabe mencionar que los créditos se distinguen también según el tipo de interés que cobran, si es a
tasa fija o variable. Esto último, en función a indicador de referencia como el Libor.
Asimismo, los préstamos de consumo pueden dividirse en revolventes y no revolventes. Los
primeros son aquellos que cuentan con un saldo, del que se puede disponer una parte o todo, y que
se renueva. Un ejemplo son las tarjetas de crédito.
En tanto, los créditos no revolventes son por un monto determinado y para un fin específico como los
préstamos vehiculares.
Tipos de deuda
Deuda es la obligación que contrae un individuo cuando pide algo, con el compromiso de devolverlo
con acuerdo a unas condiciones pactadas previamente.
Siendo más precisos en la definición, la deuda es la obligación de devolver el capital en el plazo
acordado y con el tipo de interés fijado. La cantidad adeudada es la suma del capital solicitado más
los intereses que correspondan.
Cuando un banco, entidad, Estado…emite deuda ya sea por motivos de inversión o de financiación,
en la relación contractual que se contrae, se corresponde con el deudor (emiten deuda y contraen la
obligación de devolver el principal más intereses), y aquel que compra dicha deuda se convierte en
su acreedor (son aquellos que desembolsan un principal y reciben unos intereses a cambio).
Tipos de deuda en función del emisor
Dependiendo de quién emita esa deuda podemos encontrar:
• Deuda pública: Son todas las deudas que mantiene un Estado con inversores (nacionales o
internacionales).
• Deuda privada: Es la deuda que tiene cualquier persona, física o jurídica que no es una
Administración pública.

En condiciones normales, encontramos que los Estados son los que se financian más barato (ya que
hay latente un menor riesgo de impago de esa deuda, es decir, tienen una mayor solvencia de
devolver sus compromisos), en segundo lugar, encontramos el mercado interbancario donde se
prestan dinero las entidades financieras a un tipo superior al que se pueden financiar los estados, y
por último, encontramos a las empresas (corporates en inglés), es decir, a las empresas que en
condiciones normales de mercado deben pagar un tipo de interés superior. Cuanto mayor es el plazo
y el riesgo, mayor es el tipo de interés exigido. La gráfica es una representación gráfica entre plazo y
rentabilidad llamada estructura temporal de tipos de interés.
Tipos de deuda en función de la calidad crediticia
Una misma empresa puede emitir difererentes tipos de deuda según el instrumento que se emita,
dicho instrumento tendrá un rating determinado y eso repercutirá directamente en el riesgo que
asume un inversor al comprar dicha deuda. Este rating, entre otras cosas, determina la posición que
ocupa ese instrumento en relación al resto de instrumentos (deuda) emitidos por ese agente
económico a la hora de producirse un default.
El riesgo se determina en función del momento en que el inversor recupere su dinero en caso de que
la empresa quiebre. Si en en algún momento el emisor de dicho activo financiero no pudiera hacer
frente a sus compromisos o se produce el evento de default, comenzará entonces la devolución de
los compromisos contraídos en función de un orden (orden de prelación). Los más arriesgados (los
últimos en la tabla) serán los últimos en cobrar, mientras que los que se encuentran los primeros en
la tabla, serán los primeros en cobrar. Es por ello, que el tipo de interés a percibir durante la vida del
activo será mayor cuanto más riesgo se asume.
Podemos encontrar diferentes categorías de deuda:
• Deuda senior secured: Las conocidas cédulas hipotecarias (covered bonds en inglés), son
aquellos respaldados por la cartera de préstamos hipotecarios del emisor (únicamente pueden
ser emitidas por bancos).
• Deuda senior: Son bonos u obligaciones en todas sus modalidades. Pueden diferir en la
forma de pago de cupón, el plazo, periodicidad o indexación a alguna variable
económica como la inflación.
• Deuda subordinada: Las obligaciones subordinadas son deuda de peor calidad que las
anteriores. Donde el cobro de los intereses puede estar condicionado a la existencia de un
determinado nivel de beneficios. En tal caso, el inversor no recibe nada a vencimiento si el
emisor no evoluciona favorablemente (si no llega a un nivel de beneficios). Un ejemplo son
las Participaciones Preferentes.
• Deuda híbrida: En caso de quiebra o liquidación del emisor, los tenedores de híbridos están
solo por encima de los accionistas en cuanto a prelación de cobro. Suelen ser instrumentos
emitidos a muy largo plazo o perpetuos, teniendo el emisor la capacidad de cancelación en
fechas determinadas (se incorpora una opción call, es decir, un derecho de amortización).
• Acciones: aquí ya no compramos deuda sino participaciones, es decir, se trata de una
inversión en capital. Y los inversores en capital son siempre los últimos en cobrar, ya que son
los socios de la empresa.
Las titulaciones de deuda
La titulización es un proceso financiero mediante el cual se transforma un activo financiero ilíquido
que genera una serie de flujos financieros predecibles y estables en el tiempo en otro líquido.
Mediante la titulización la deuda sale del balance.
De esta forma, en el proceso de titulación, se crea una sociedad especial (fuera de balance del
banco) donde se emiten bonos titulizados que pagarán a los inversores un determinado tipo de
interés. En el caso de que se haya titulizado un préstamo la corriente de flujos procedente de dicho
préstamo será lo que reciba el inversor.
Han sido muy utilizados por su capacidad de convertir activos ilíquidos en líquidos y por su
mecanismo de distribución de riesgos ya que mejora el ratio de capital de los bancos transfiriendo el
riesgo fuera de balance.
• Las titulaciones hipotecarias: Es el proceso mediante el cual el bono es respaldado por una
cartera de préstamos, que a su vez pueden ser préstamos hipotecarios residenciales o
comerciales. Son también llamadas en inglés Mortgage backed Securities.
• Las titulaciones no hipotecarias (Asset Backed Securities): Como pueden ser ABS de
Préstamos a coches, ABS de Préstamos a estudiantes, ABS de facturas, etc, es decir, ABS
respaldados por cualquier activo que no sea préstamo hipotecario.
1. ¿Cómo saber cuál es tu verdadera capacidad de endeudamiento?
Para desarrollar nuevos proyectos, la ayuda de la banca es fundamental; por eso conocer tu
capacidad de endeudamiento es clave para materializarlos.
Tener claridad acerca de tu situación financiera es clave para tener tranquilidad en tu vida. Saber
exactamente cuántos son tus ingresos, cuáles son tus egresos y a cuánto asciende tu capacidad de
endeudamiento, te ayudará a administrar correctamente tus finanzas y contribuirá a que alcances tus
metas.
¿Cómo analizar mi estado financiero?
De seguro estás al tanto del salario que ganas cada mes, pero, ¿sabes de manera precisa cuáles
son tus egresos? ¿Conoces el monto exacto de tus deudas y el tiempo que te falta para cumplir esas
obligaciones? Si la respuesta es no, entonces es momento de que analices tu estado financiero.
Entre las categorías para hacer esta revisión se encuentran:
• Ingresos. Son la piedra angular de tu economía y los que determinarán las opciones
financieras que tienes en este momento específico de tu vida. Debes tomar en cuenta todos
los ingresos que entren a tus arcas personales, incluidas las devoluciones de dinero que
prestaste a terceros o algún trabajo del tipo freelance. Una vez que sumes todo eso, tendrás
tus ingresos totales por mes.
• Egresos. Pueden ser muy difíciles de calcular si no eres ordenado con tus cuentas y llevas un
registro de todo lo que gastas. En esta categoría debes incluir todo aquello en lo
que desembolsas dinero de manera regular, como por ejemplo, la renta, servicios básicos,
combustible y alimentación. No te olvides de incluir los gastos hormiga, que si bien parecen
irrelevantes, sumados pueden ser una fuente importante de gastos.
• Deudas. En este aspecto, debes considerar todas aquellas deudas que hayas adquirido
durante el último tiempo y que tengas que seguir pagando. Desde el monto que tienes que
abonar mensualmente en tu tarjeta de crédito, hasta el dinero que le debes a algún amigo,
pasando por préstamos personales o créditos hipotecarios, recoge toda esa información y
súmala para saber cuánto es el monto total que debes en la actualidad.
• Dinero remanente. Esta categoría se refiere al dinero que te sobra al final del mes. Una vez
que recibiste tus ingresos mensuales y descuentas tanto los egresos como las deudas, el
dinero que te queda es lo que realmente tienes disponible. Si ese monto es igual a cero,
entonces te encuentras al límite de tu capacidad financiera; si es negativo, estás haciendo
algo mal y es momento de hacer algunos ajustes, porque estás gastando más allá de tus
posibilidades.
• Patrimonio personal. Son aquellos bienes de gran valor que posees y que podrías liquidar
en momentos de apremio financiero o que te sirven para solicitar algún tipo de financiamiento
a entidades bancarias. En esta categoría se deben incluir, por ejemplo, todos los bienes
raíces y automóviles.
¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento de una persona?
Previo a solicitar cualquier tipo de préstamo, crédito o incluso a comprometerse a una compra a
plazo por un alto monto, es esencial conocer cuál es tu capacidad de endeudamiento. Pero, ¿qué es
eso? Es la cantidad máxima de deuda que puedes asumir sin tener problemas de solvencia y se
suele calcular como un porcentaje de tus ingresos.
• Conocer cuál es tu verdadera capacidad de endeudamiento es clave para saber cuánto es lo
que puedes pagar sin comprometer la integridad de tus finanzas personales. Además, es un
indicador fundamental que las entidades bancarias tendrán en cuenta para decidir si conceder
o no cualquier tipo de financiamiento.
• Según expertos, la capacidad de endeudamiento se debería situar entre el 30% y 35% de
los ingresos de una persona. Así, para saber de manera precisa cuál es este indicador,
deberás calcular cuáles son tus ingresos mensuales y tus gastos fijos durante ese periodo,
entre los que deberás considerar, créditos, servicios básicos, combustible, alimentación y
otros.
Luego, para calcular tu capacidad de endeudamiento debes seguir la siguiente ecuación:
• Capacidad de Endeudamiento = (Ingresos Mensuales – Gastos Fijos) x 0,35.
• Es decir, debes restar los gastos fijos a tus ingresos y el resultado multiplicarlo por 35%.
Como puedes ver, calcular tu capacidad de endeudamiento no es complicado y te ayudará a saber si
es que puedes adquirir nuevas deudas en algún momento en particular. Recuerda que solo debes
tomar nuevos compromisos financieros si es que tienes la seguridad de que serás capaz de pagarlos
de manera regular.
Diferencia entre capacidad de pago y capacidad de endeudamiento
Si estás pensando en comprar vivienda propia, hacer un viaje o pagar el estudio de tus hijos, es
importante que conozcas tu capacidad de pago y capacidad de endeudamiento antes de solicitar
un crédito o préstamo.
Para ello, tendrás que realizar un balance financiero sobre tus ingresos: gastos actuales, deudas
vigentes y gastos fijos, teniendo en cuenta los intereses a pagar por el nuevo crédito o préstamo que
vayas a solicitar.
Luego de que hayas estimado tus ingresos mensuales, podrás definir el monto o la cuota máxima
que podrás pagar por un crédito. Siempre teniendo en cuenta no caer en la morosidad sin
descuidar las necesidades básicas del hogar.
+Tipos de gastos e ingresos
Para organizar tus ingresos (entrada de dinero o recursos) y tus gastos (el uso que se le da al
dinero) es importante familiarizarse con los siguientes términos:
• Ingresos fijos: Se refiere a aquel dinero que se recibe periódicamente; como es el caso
de los sueldos, las primas o las cesantías. Suelen no tener alteraciones en el corto plazo y
la fecha en que se perciben es fácilmente predecible.
• Ingresos variables: Se refiere a aquellos ingresos que no se reciben de manera
permanente, como es el caso de comisiones, horas extras, honorarios, herencias, entre
otros.
• Gastos fijos: Son salidas permanentes de dinero en el corto plazo. Aunque se puede
prever, es posible que hayan alteraciones del mes a mes, sin embargo podemos calcular
su valor aproximado; por ejemplo los gastos en transporte, arriendo, o alimentación.
• Gastos variables: Son aquellos que aparecen de manera inesperada como, por ejemplo:
las emergencias médicas.
Capacidad de Pago – ¿Cómo se mide?
La capacidad de pago mide hasta cuánto se puede endeudar una persona o una empresa. Se
calcula restando los gastos totales (GT) de los ingresos habituales (IH), y lo que sobre, es
la capacidad de pago (CP) mes a mes.
Una de las principales variables que tienen en cuenta las entidades financieras, es la capacidad
de pago de sus clientes, pues esto determinará la viabilidad del crédito y el monto sugerido del
préstamo. Adicionalmente, las políticas de crédito de cada banco permiten hacer este tipo de
análisis. En otras palabras, significa que los bancos prestan a quienes pueden responder con sus
deudas, en plazos y modalidades consecuentes.
Capacidad de Endeudamiento – ¿Cómo se calcula?
Para determinar qué tan comprometidos están los ingresos frente a las deudas, es aconsejable
calcular la capacidad de endeudamiento. Este indicador nos permite establecer qué porcentaje de
los ingresos se destinan a obligaciones o deuda.
El tamaño de la deuda depende de la capacidad que tengas para pagar. Para calcular tu porcentaje
de endeudamiento debes sumar tus gastos fijos (GF) y tus deudas (D), (GF + D) /i x100, dividirlo
por tus ingresos (i) y multiplicarlo por 100.
Este porcentaje te dará a conocer si tu nivel de deuda es bajo o alto y si estás en la capacidad de
adquirir una nueva obligación. Además, recuerda que lo recomendable es destinar hasta un 40%
de tus ingresos al pago de deudas.
El grado de endeudamiento se puede interpretar de la siguiente forma:
• De 0% – 30% es el grado de endeudamiento ideal, es poco probable que entres en
situaciones de sobreendeudamiento.
• De 31% – 40% la persona se encuentra en un umbral peligroso. Sin embargo, todavía
tiene margen de maniobra y con pequeños ajustes puede volver a un nivel de
endeudamiento ideal.
• De 41% – 60% debe replantear los consumos que se realizan vía créditos. Es altamente
probable que entre en una situación de iliquidez que comprometa la salud financiera,
generando incumplimientos con los acreedores.
• De 61% a más quiere decir que la persona se encuentra en una situación de
sobreendeudamiento y es posible que pronto, entre en mora.
Lo mejor es intentar hacer una negociación de la deuda con los acreedores, bajo condiciones que
se acerquen más la situación actual del usuario. Te recomendamos que en ninguna circunstancia
entres en mora. Esto te saldrá más costoso y podrá hacer que los acreedores no te presten dinero
en el corto plazo.
La clave es tener control sobre tus finanzas y contar con una excelente planificación. Ser
consciente de las consecuencias que trae acercarse a altos niveles de endeudamiento, las variables
que afectan tus ingresos y por consiguiente: la capacidad de pago de tus obligaciones financieras.
Después de todo, los créditos te permiten cumplir con tus metas y deseos, por lo que es muy
importante mantener el acceso a él.
¿Consecuencias de no pagar a tiempo?
Prestar dinero, es en esencia, un acto de confianza, y la falta a esa confianza trae consecuencias
como la restricción a accesos futuros de financiamiento. Algunas de las consecuencias más
graves de no pagar a tiempo son las siguientes:
• Gastos adicionales: El no pago de las obligaciones conlleva a intereses de mora y
procesos judiciales.
• Reportes en Centrales en Riesgo: Las entidades financieras reportan las deudas en
mora a las centrales de información financiera como DataCrédito. Sin embargo, antes de
hacerlo, la entidad debe informar 20 días antes. En ese tiempo la persona puede revertir
esa situación, ya sea negociando o pagando.

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