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Véase también: soberanía nacional
Índice
1Conceptos de la soberanía
2Concepción del concepto
3Soberanía nacional y soberanía popular
4Derecho internacional
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía consultada
8Enlaces externos
Conceptos de la soberanía[editar]
En su etimología, la palabra soberanía proviene de la voz latina “super omnia”,
que significa "sobre todo" o "poder supremo", que también tiene como sinónimo a
la palabra latina "principatus", que proviene de la voz latina "primus inter pares",
que significa "primero entre pares" o "principal".
Según la famosa definición de Carl Schmitt, el soberano es el que decide sobre
el estado de excepción:
«si hay una persona o institución, en un sistema político determinado, capaz de provocar una
suspensión total de la ley y luego utilizar fuerza extra-legal para normalizar la situación, entonces esa
persona o institución es la soberana en ese cuerpo político.»
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Derecho internacional[editar]
El vocablo «soberanía» también ha jugado un importante papel en la teoría
política y en la doctrina del derecho internacional. No obstante, en ocasiones, el
contenido de esta palabra ha sido oscurecido y deformado, por lo que puede
entenderse de varios modos o admitir distintas interpretaciones y ser, por tanto,
motivo de dudas, incertidumbre y confusión. El principal problema estriba en que,
habiendo tantas definiciones del término como hay autores, no hay acuerdo sobre
cuál es el objeto buscado por este concepto en el derecho internacional.
Según la definición de Jean Bodin: «Soberanía es el poder absoluto y perpetuo de
una república», quien, a su vez, determina cuál es el objeto de su definición.
Primero establece lo que es República: «es el recto gobierno de varias familias y
de lo que les es común con poder soberano»; para en seguida decir: «una vez
establecido el fin, hay que establecer los medios para conseguirlo». Cuyo corolario
sería que la soberanía es el medio para conseguir el recto gobierno, y no cualquier
gobierno.
Por otro lado, Carré de Malberg, en su Teoría general del Estado, tras analizar y
descomponer el concepto de soberanía «en independencia en el exterior y
consumado superioridad en el interior del Estado», manifiesta que el concepto
parece doble, pero que, en definitiva, «soberanía interna y soberanía externa no
son sino los dos lados de una sola y misma soberanía».
Es posible que, pensando en esos que pretenden redefinir la soberanía, fuera lo
que llevara a Georg Jellinek a decir que «la soberanía es un concepto polémico».
Quizás fuera este mismo motivo el que pudiera haber impulsado a Hermann
Heller a promover la recomendación de releer la obra de Bodino (Jean Bodin),
pues decía: «Me parece que muchos de los que hablan de él, en verdad no saben
con certeza qué es lo que Bodino enseñó».
Carlos Augusto Rodríguez señala que una crítica científica de la soberanía debe
exponer todas las definiciones de ese término y dirigir contra cada una de ellas las
objeciones que procedieran. Claro está que sólo se expondrán los lineamientos
generales del problema y se ofrecerán soluciones prácticas. No hay que confundir
ni mezclar las consecuencias prácticas que resulten de esta crítica científica con lo
que se concibe en la doctrina del Estado, en la del derecho constitucional o con lo
que en verdad dispone la Carta Magna. Estas consecuencias servirán para
alimentar la doctrina del derecho internacional, en particular para aclarar el objeto
buscado por el concepto de la soberanía dentro del mencionado derecho.
CONSTITUCIÓN
TÍTULO I
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.
Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.
Artículo 8. La bandera nacional con los colores amarillo, azul y rojo; el himno nacional Gloria al
bravo pueblo y el escudo de armas de la República son los símbolos de la patria.
Artículo 9. El idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para
los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir
patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad.
TÍTULO VII
DE LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN
Capítulo I
Disposiciones Generales
Artículo 322. La seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado,
fundamentada en el desarrollo integral de ésta y su defensa es responsabilidad de los venezolanos
y venezolanas; también de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de
derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico nacional.
Artículo 324. Sólo el Estado puede poseer y usar armas de guerra. Todas las que existan, se
fabriquen o se introduzcan en el país, pasarán a ser propiedad de la República sin indemnización ni
proceso. La Fuerza Armada Nacional será la institución competente para reglamentar y controlar,
de acuerdo con la ley respectiva la fabricación, importación, exportación, almacenamiento,
tránsito, registro, control, inspección, comercio, posesión y uso de otras armas, municiones y
explosivos.
Artículo 325. El Ejecutivo Nacional se reserva la clasificación y divulgación de aquellos asuntos que
guarden relación directa con la planificación y ejecución de operaciones concernientes a la
seguridad de la Nación, en los términos que la ley establezca.
Capítulo II
Capítulo III
Artículo 328. La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin
militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la
Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación
en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de
acuerdo con esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio
exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares
fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está
integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera
integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen
de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica.
Artículo 331. Los ascensos militares se obtienen por mérito, escalafón y plaza vacante. Son
competencia exclusiva de la Fuerza Armada Nacional y estarán regulados por la ley respectiva.
Capítulo IV
Artículo 332. El Ejecutivo Nacional, para mantener y restablecer el orden público, proteger a los
ciudadanos y ciudadanas, hogares y familias, apoyar las decisiones de las autoridades
competentes y asegurar el pacífico disfrute de las garantías y derechos constitucionales, de
conformidad con la ley, organizará:
Los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil y respetarán la dignidad y los derechos
humanos, sin discriminación alguna.
La función de los órganos de seguridad ciudadana constituye una competencia concurrente con los
Estados y Municipios en los términos establecidos en esta Constitución y en la ley.