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Todas las empresas realizan varios balances de saldos a lo largo de un ejercicio económico,
ya que posibilita la detección de errores en las cuentas abiertas en su contabilidad.
Este balance de saldos nunca va a sustituir al balance de situación de una empresa, que
muestra la situación patrimonial de la misma al final del ejercicio económico.
Después de haber realizado los asientos de ajuste del balance de saldos, surge otro balance
denominado de saldos ajustados. Éste se obtiene sumando o restando, según sea el caso, las
cantidades de los asientos de ajuste con los saldos de la balanza inicial u ordinaria.
El balance de saldos se elabora teniendo en cuenta los movimientos que se han producido
en las cuentas de la empresa. Tenemos que comprobar si las anotaciones se han realizado
en el Debe o en el Haber y la diferencia entre ambos nos dará el resultado de cada una de
las cuentas.
Un balance de saldos debe realizarse antes de que se produzca el cierre del ejercicio
económico para que sus resultados muestren la realidad económica del mismo.
El objetivo final del balance de saldos es mostrar si existe algún error en los libros mayores
contables de alguna cuenta del libro diario.
El resultado deseado de un balance de saldos es que los saldos deudores de las cuentas sean
iguales a los saldos acreedores de las mismas, garantizando que el balance de
comprobación se encuentra bien realizado. Si existe alguna diferencia es porque hay un
error en el registro del libro diario o el libro mayor, este error hay que solventarlo antes de
producir el Estado de pérdidas y ganancias, así como el Balance de situación.
Saldo de la cuenta 600: 2000€ – 450€ = 1650€ de saldo deudor, ya que es mayor el importe
que aparece en el Debe que en el Haber.
Una vez estructuradas las cuentas en el Libro Mayor, las pasamos al Balance de sumas para
comprobar si hay algún error que no se haya detectado previamente.
Una vez hecho el balance de saldos, nos aparecerán los sumatorios totales del Debe y del
Haber, que deben ser del mismo importe, al igual que el saldo deudor y el saldo acreedor; si
no dieran lo mismo significaría que la contabilidad no estaría bien cuadrada y que hay
errores en alguna de las cuentas utilizadas.