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Un modelo propuesto para examinar el fenómeno de interferencia entre el

entrenamiento aeróbico y de fuerza simultáneos
Artículo en Sports Medicine - Enero 2001
DOI: 10.2165/00007256-200030060-00001 - Fuente: PubMed

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1945,222

2 autores:

David Docherty Benjamin Sporer

Universidad de Victoria Universidad de Columbia Británica - Vancouver

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ARTÍCULO PRINCIPAL Sports Med 2000 Dic; 30 (6): 385-3940112-1642/00/0012-0385/$20.00/0

© Adis International Limited. Todos los derechos reservados.

Un modelo propuesto para examinar el

fenómeno de interferencia entre el
entrenamiento aeróbico y de fuerza
simultáneos
David Docherty y Ben Sporer
Escuela de Educación Física, Universidad de Victoria, Victoria, Columbia Británica, Canadá

Resumen Una revisión de la investigación actual sobre el fenómeno de la interferencia entre el entrenamiento
aeróbico y de fuerza concurrente indica un modesto apoyo al modelo propuesto
en este artículo. Sin embargo, es evidente que sin un enfoque sistemático de la
investigación del fenómeno hay una falta de control y manipulación de las
variables independientes, lo que dificulta la comprobación de la validez del
modelo. Para mejorar la comprensión del fenómeno de la interferencia, es
importante que los investigadores sean precisos y deliberados en la elección de
los protocolos de entrenamiento.
Es necesario definir claramente los objetivos específicos del entrenamiento de
la fuerza (hipertrofia muscular o adaptación neural) y de la potencia aeróbica
(potencia aeróbica máxima o umbral anaeróbico). Además, los investigadores
deben equiparar los volúmenes de entrenamiento en la medida de lo posible para
todos los grupos. Hay que tener cuidado para evitar el sobreentrenamiento de los
individuos. Debe haber una recuperación y regeneración adecuadas entre las
sesiones de entrenamiento simultáneas, así como durante el ciclo de
entrenamiento. El modelo debe probarse inicialmente manteniendo los mismos
protocolos durante toda la duración del estudio. Sin embargo, se está convirtiendo
en una práctica habitual utilizar un enfoque periodizado en un mesociclo de
entrenamiento en el que se pasa de un entrenamiento de alto volumen e intensidad
moderada a otro de menor volumen e intensidad más alta.El modelo debe
evaluarse en el contexto de un mesociclo periodizado siempre que los
investigadores sean sensibles al impacto potencial de los parámetros de carga en
el fenómeno de interferencia. Es posible que el enfoque periodizado sea una forma
de mantener el estímulo del entrenamiento y minimizar la cantidad de
interferencias.
Los efectos del sexo, el estado de entrenamiento, la duración y la frecuencia
del entrenamiento, así como el modo de entrenamiento, deben considerarse
factores potenciales que afectan a la respuesta del entrenamiento cuando se
386 Docherty & Sporer

investiga el fenómeno de la interferencia. Otros factores del diseño experimental,

como el entrenamiento unilateral de las extremidades o el entrenamiento de la
parte superior del cuerpo para un atributo y de la parte inferior para otro, pueden
ayudar a establecer la validez del modelo.

Muchos deportes requieren que los atletas desarrollen un enfoque "periodizado" del entrenamiento para
alcanzar niveles óptimos a largo plazo de varios atributos físicos y de aptitud física que les permitan
competir a nivel de élite. Lo ideal es que los deportistas utilicen un enfoque periodizado para desarrollar los
requisitos de aptitud física de su deporte.
deporte a lo largo de un periodo de tiempo. [1] Sin
embargo, debido a la falta de tiempo y a las
exigencias de los calendarios de competición, no
siempre es posible un enfoque secuencial y
periodizado. En consecuencia, los deportistas a
menudo deben entrenar diferentes sistemas
fisiológicos durante el mismo ciclo de
entrenamiento. Esto parece ser especialmente
cierto en el caso de los atributos básicos de la
fuerza y la potencia aeróbica. En general, se ha
llegado a la conclusión de que las ganancias de
fuerza se verán comprometidas cuando se entrenen
simultáneamente con la potencia aeróbica, lo que
se ha denominado "fenómeno de interferencia". [2]
Se han propuesto varias hipótesis para explicar
el fenómeno de la interferencia o la disminución de
las ganancias de fuerza cuando se entrena
simultáneamente con la potencia aeróbica en
comparación con el entrenamiento de fuerza solo.
Las hipótesis sugieren que el entrenamiento
combinado provoca un exceso de fatiga, un mayor
estado catabólico, diferencias en los patrones de
reclutamiento de las unidades motoras y un posible
cambio en el tipo de fibra. [2-4] En una revisión
reciente,[5] se definieron como hipótesis crónicas o
agudas los diferentes mecanismos que se cree que
contribuyen a la inhibición del desarrollo de la
fuerza cuando se entrena simultáneamente la fuerza
y la resistencia. La hipótesis crónica propone que
el músculo no puede adaptarse metabólicamente o
morfológicamente al entrenamiento simultáneo
debido a las diferentes adaptaciones que se exigen.
La hipótesis aguda sostiene que el entrenamiento
de fuerza se ve comprometido por la fatiga residual
resultante del entrenamiento de resistencia. En su
revisión, Kraemer y Nindl[6] llegaron a la
conclusión de que las diferentes hipótesis que
intentan explicar el fenómeno de la interferencia
pueden estar relacionadas. Sostienen que el
entrenamiento simultáneo produce un estado de
"sobreentrenamiento" en el que los estímulos del
entrenamiento superan la respuesta adaptativa
máxima de un sistema fisiológico determinado. Sin
embargo, su conclusión parece ser una
simplificación excesiva, especialmente en relación
con el desarrollo simultáneo de la fuerza y la
potencia aeróbica, basándose en los resultados no
concluyentes de los estudios que han investigado
esta cuestión.
Los resultados equívocos han demostrado que el
entrenamiento combinado de fuerza y potencia
aeróbica da lugar a ganancias de fuerza
comprometidas,[7-9] ganancias de fuerza no
[10-12]
comprometidas y ganancias de potencia
muscular no comprometidas,[10,13] sin compromiso
aparente en el desarrollo de la potencia aeróbica. Al
examinar la metodología de la literatura actual, es
evidente que se han utilizado diferentes protocolos
de entrenamiento para desarrollar simultáneamente
la fuerza y la potencia aeróbica, lo que puede
explicar los resultados equívocos.[5]
Los investigadores han intentado mejorar la
potencia aeróbica utilizando intensidades de
entrenamiento submáximas[8,10,11] y
máximas[7,12,14]. Algunos estudios han
implementado un entrenamiento largo y
continuo,[8,10,15] otros estudios utilizaron un
entrenamiento corto y a intervalos,[7,13,14] y algunos
utilizaron una combinación de entrenamiento
continuo y a intervalos. [2,9] La duración de los

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Modelo del fenómeno de interferencia
programas de entrenamiento ha variado desde 7
semanas[13] hasta 20 semanas[8] y las experiencias
de entrenamiento de los individuos han variado
desde los no entrenados o con una formación
limitada[8,10] hasta los atletas altamente entrenados
o de élite. [2,4] El tipo y la duración de los protocolos
de entrenamiento que se han utilizado
proporcionarían un estímulo de entrenamiento
diferente, así como las consiguientes adaptaciones
fisiológicas.
Del mismo modo, los protocolos que se han
utilizado para desarrollar la fuerza han variado en
el volumen de entrenamiento (repeticiones), el tipo
de acción muscular, la carga de entrenamiento, el
número de series y la duración del pro
gramos. [2,4,7,8,10,13] Las variaciones en los
protocolos de entrenamiento, especialmente en lo
que respecta a la intensidad y el volumen,
provocarán distintas adaptaciones
neuromusculares. Las cargas más altas y los
volúmenes más bajos se han asociado a un mayor
reclutamiento motor y a la potenciación neural,
mientras que los volúmenes más altos y las cargas
más bajas se han asociado a la hipertrofia muscular.
phy. [16,17]
Debido a las variaciones en el diseño de los
diferentes estudios, especialmente en los
protocolos de entrenamiento, es difícil llegar a una
conclusión general o interpretar los resultados. Es
posible que los diferentes protocolos de
entrenamiento utilizados para provocar aumentos
de la potencia y la fuerza aeróbicas interactúen para
producir diferentes niveles de interferencia basados
en la especificidad de las adaptaciones fisiológicas
y neuromusculares. Por lo tanto, los objetivos de
este documento son:
• revisar los efectos de los diferentes protocolos
de entrenamiento utilizados para desarrollar la
potencia aeróbica y la
adaptaciones fisiológicas
• revisar los efectos de los diferentes protocolos
de entrenamiento sobre el desarrollo de la fuerza
y las posteriores respuestas neuromusculares
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387
• identificar los protocolos de entrenamiento
utilizados para mejorar la potencia y la fuerza
aeróbica que pueden producir una interferencia
máxima o mínima para la adaptación
• proponer un modelo que pueda utilizarse para
estudiar el fenómeno de la interferencia de
forma sistemática y controlada.
1. Entrenamiento de la potencia aeróbica
máxima
La potencia aeróbica máxima (PAM) es la tasa
máxima a la que se puede producir energía en un
músculo principalmente a través del metabolismo
oxidativo. [18] La medida más común de la PAM es
la potencia máxima
.
consumo de oxígeno (VO2max ) expresado como
valor absoluto (L/min) o relativo (ml/kg/min).
.
El VO2max se potencia proporcionando un estímulo
que aumenta la capacidad del organismo para
transportar y utilizar el oxígeno. Se considera que
el transporte de oxígeno depende del sistema
cardiopulmonar, denominado componente central,
y de las adaptaciones que se producen a nivel del
tejido muscular, denominado componente
periférico. [19] La eficacia del sistema
cardiopulmonar para suministrar oxígeno a los
tejidos musculares depende de
⋅
la difusión pulmonar, el gasto cardíaco (Q) y la
afinidad de la hemoglobina. [19,20] Las reservas de
glucógeno en el músculo, la densidad capilar, el
volumen y la densidad mitocondrial, las enzimas
aeróbicas y el contenido de mioglobina influyen en
la utilización del oxígeno en el músculo o en el
componente periférico.[21-23]
La capacidad aeróbica máxima es otro
componente de la capacidad aeróbica y se refiere a
la cantidad máxima de trabajo que puede realizarse
utilizando principalmente el metabolismo
oxidativo. Se considera que el umbral anaeróbico
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
388
(TA), expresado como umbral de lactato (LT) o
umbral ventilatorio (VT) dependiendo de la técnica
de medición, refleja la capacidad aeróbica,
especialmente cuando se expresa como alguna
forma de producción de potencia o velocidad de
movimiento. [18] La TA depende de la capacidad del
músculo para eliminar o
. entrenando tanto al 80 como al
tolerar el ácido láctico. Aunque está relacionado
con el VO2max , se considera que tiene
características únicas que requieren un protocolo
de entrenamiento específico. El protocolo para
mejorar la TA ha consistido normalmente en un
entrenamiento continuo de al menos 20 minutos a
velocidad de TA-
de la ciudad,
[24]
que suele ser del 75 al 85% de V. O2max ,
dependiendo del estado de entrenamiento del atleta.
La TA se considera un fuerte predictor del éxito en
las pruebas de distancia, como la carrera de 10.000
metros y el esquí de fondo. [18] La mayoría de los
estudios que investigan el fenómeno de la
interferencia se han centrado en el desarrollo de la
PAM. En consecuencia, este artículo limitará la
discusión a los efectos de diferentes
entrenamientos
.
protocolos y el desarrollo de MAP o VO 2max . Se
han encontrado diversos protocolos de
entrenamiento
. entrenamiento, la adaptación puede producirse en
para aumentar el VO2max , incluyendo diferentes
niveles de intensidad de entrenamiento. [13,25-27] Sin
embargo, el entrenamiento a diferentes niveles de
intensidad parece producir diferentes adaptaciones
fisiológicas o el locus primario de cambio. Las
intensidades de entrenamiento diseñadas para
provocar im
.
os avances en el VO2max suelen expresarse como
porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima
(%HRmax) o
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Docherty & Sporer
.
consumo máximo de oxígeno (%VO2max ). Craig et
al.[28] mostraron un aumento del 12% en la PAM
para los hombres bien entrenados a partir del
entrenamiento al 75% de la FCmáx (≈65% V.
O2max ) mientras que Cunningham et al.[29]
mostraron aumentos significativos en la PAM
.
100% VO2max . A partir de una extensa revisión de
la literatura, Wenger y Bell[27] concluyeron que se
producían mayores mejoras en la PAM a medida
que el entrenamiento en
. la intensidad estaba más
cerca del V. O2max . El ejercicio por encima del 80%
del VO2max generalmente no puede mantenerse
durante largos periodos de tiempo. [30] En
consecuencia, el ejercicio a esta intensidad suele
realizarse en intervalos de trabajo de 1 a 3 minutos
intercalados con un tiempo de descanso similar,
para permitir un mayor trabajo a niveles de
intensidad más altos. Este enfoque del MAPA de
entrenamiento suele denominarse entrenamiento
aeróbico por intervalos.[19]
Además de la magnitud del cambio en la PAM
en respuesta a los cambios en la intensidad del
entrenamiento, parece producirse un cambio en la
localización de las adaptaciones fisiológicas (fig.
1).
Dependiendo de la intensidad del
el componente central o en el periférico. A
intensidades más bajas, las adaptaciones
fisiológicas se producen principalmente en el
componente central. [19,29] MacDougall y Sale[19]
han sugerido
Formación MAP
(<AT) intensidad (95-100%
MAP)
Central
↑ Adaptación Periférico ↑
cardiovascular Adaptación
muscular
localizada
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
Modelo del fenómeno de interferencia
Fig. 1. Continuidad de la intensidad del entrenamiento de la
potencia aeróbica máxima (PAM) y localización primaria de la
adaptación. AT = umbral anaeróbico; ↑ = aumento.
que las fuerzas contráctiles máximas del corazón se
producen
. colegas. [23] Otras adaptaciones incluyen el
a aproximadamente el 75% del VO2max , y en
consecuencia el estímulo de entrenamiento óptimo
para mejorar el sistema cardiopulmonar sería a una
intensidad
. intensidad del entrenamiento y la hipoxia muscular
ligeramente por debajo de la TA (70 a 80% de
VO2max ). Cunningham et al.[29] compararon los
efectos del entrenamiento continuo (de baja
intensidad) y de intervalo (de alta intensidad) en
participantes femeninas no entrenadas. El
entrenamiento continuo
.
El grupo de los que entrenaron al 80% del VO 2max
durante 20 minutos, 4 veces por semana, mientras
que el grupo de los que entrenaron a intervalos
. que aumentaba la intensidad del ejercicio. En los
al 100% del VO2max con una relación de trabajo y
descanso de 2:1 minutos. El trabajo total se
equiparó para ambos grupos de entrenamiento. Los
resultados indicaron que, aunque ambos grupos
mostraron mejoras significativamente similares
. que se alcanzó el VO2max y no cambió mucho a
en el VO2max , el grupo de intervalo demostró
mayores aumentos en la diferencia de oxígeno
entre la sangre venosa ar-_ terial y mixta
(diferencia a-vO2 ) que el grupo continuo, lo que
refleja una mayor adaptación periférica. La mejora
provocada por el grupo continuo habría sido más
mediada centralmente.
Se ha propuesto que las adaptaciones periféricas
se estimulan a través del estado de hipoxia que
experimenta el músculo durante el entrenamiento
de intervalos aeróbicos de alta intensidad. [19] Estas
adaptaciones fisiológicas son similares a los
cambios provocados por la exposición a la altitud.
Terrados[31] demostró que el entrenamiento
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389
simulado en altitud provocaba un aumento del
contenido de mioglobina y de la actividad
enzimática oxidativa similar a los cambios
periféricos resultantes del entrenamiento aeróbico
de alta intensidad, como se describe en las
revisiones de Holloszy y Coyle,[21] y Hoppeler y
aumento de la capilarización muscular, la actividad
enzimática mitocondrial y la mioglobina.
contenido de la papelera.[21,23]
Se han encontrado efectos más directos de la
mediante el uso de la espectroscopia de infrarrojo
cercano (NIRS). La NIRS es un método no
invasivo para medir la oxigenación total del
músculo utilizando las propiedades de absorción de
luz de la hemoglobina y la mioglobina. Varios
estudios con NIRS han demostrado que el grado de
hipoxia muscular está directamente relacionado
con el aumento de la intensidad del ejercicio. [32-34]
Utilizando un protocolo de ejercicio incremental,
Bhambhani y sus colegas[32] demostraron que el
nivel de saturación de oxígeno disminuía a medida
primeros 2 minutos se produjo un rápido aumento
del nivel de saturación seguido de un descenso
constante a medida que aumentaba la potencia.
Aproximadamente en el VT la tasa de desat-
. uración se ralentizó hasta
intensidades casi máximas. Cómo-
.
siempre, el estado de hipoxia fue mayor en el
VO2max . Belardinelli et al.[33] y un estudio más
reciente de Bhambhani y sus colegas[34] también
han apoyado la relación entre la hipoxia en el
músculo y la intensidad del ejercicio.
Las intensidades de ejercicio más elevadas
también se han asociado con un cambio en el
reclutamiento de fibras y la adaptación. Dudley et
al.[35] midieron los niveles de citocromo C en
ratones tras 8 semanas de entrenamiento a distintas
intensidades. El citocromo C es un componente
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
390
importante del metabolismo aeróbico. [36] A bajas
intensidades de entrenamiento (10 m/min), las
fibras de tipo I y IIa fueron las primeras en ser
reclutadas y mostraron un aumento de la capacidad
oxidativa. A medida que aumenta la intensidad, se
produce una adaptación de las fibras de tipo I y IIa
y un aumento de la capacidad oxidativa de las
fibras IIb. A 60 m/min, sólo las fibras de tipo IIb
mostraron un mayor aumento de la capacidad
oxidativa.
En resumen, el tipo de adaptación fisiológica al
entrenamiento aeróbico depende de la intensidad
del entrenamiento. El entrenamiento de menor
intensidad se asocia a cambios en los mecanismos
cardiopulmonares como
⋅ relativa, o la fuerza relativa a la masa corporal. [17]
como la difusión pulmonar, el Q y la hemoglobina.
A medida que aumenta la intensidad del
entrenamiento, la localización de la adaptación
parece desplazarse hacia los componentes
periféricos, con cambios en la capilarización
muscular, la actividad enzimática oxidativa, el
volumen y la densidad mitocondrial y la
mioglobina. El reclutamiento preferencial de las
fibras de tipo IIb también se produce a niveles de
intensidad más elevados, con el correspondiente
aumento de la capacidad oxidativa. Para entender
y comprender la posible interferencia en el
entrenamiento simultáneo de la fuerza y la potencia
aeróbica, parece importante identificar y aislar el
protocolo de entrenamiento específico utilizado
para obtener la mejora del rendimiento aeróbico.
1.1 Entrenamiento de la fuerza muscular
La mejora de la fuerza muscular, medida por la
fuerza producida durante una contracción
voluntaria máxima (MVC), se produce como
resultado de un aumento del área de la sección
transversal del músculo (CSA) y de la capacidad de
activar eficazmente las unidades motoras. [16] Se
considera que el aumento del CSA del músculo se
produce como resultado de la síntesis de proteínas,
principalmente actina y miosina en los
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miofilamentos, lo que produce un mayor número
de unidades contráctiles. [37] El aumento de la
activación de las unidades motoras (MUA) es el
resultado de un mayor número de fibras reclutadas,
un aumento de la frecuencia de disparo, una
disminución de la cocontracción de los
antagonistas, una mejor sincronización de las MUA
y la inhibición de los mecanismos reflexivos (como
el órgano tendinoso de Golgi) que normalmente
gobiernan la cantidad de fuerza que se puede
generar. [16,38] El aumento de la CSA muscular suele
traducirse en un aumento de la masa corporal y es
importante para el desarrollo de la fuerza absoluta.
Los programas diseñados para mejorar la MUA
suelen tener como objetivo mejorar la fuerza
Los aumentos de la CSA se han producido a través
de una variedad de protocolos de entrenamiento,
incluyendo las variables de entrenamiento de
intensidad (carga o resistencia) y volumen (número
de repeticiones). La intensidad en el entrenamiento
de fuerza suele expresarse como un porcentaje del
peso máximo que un individuo puede levantar y se
denomina máximo de 1 repetición (1RM). También
se expresa como el número de repeticiones que
producen el fallo muscular, como 3RM.
Evidentemente, existe una relación inversa
entre el peso que se levanta y el número de
repeticiones que producen el fallo muscular.
Se ha sugerido que la síntesis de proteínas se
estimula al estresar los sistemas energéticos del
músculo para producir un desplazamiento
significativo desde el reposo. [39] Se ha comprobado
que una variedad de cargas de entrenamiento y
repeticiones posteriores aumentan el CSA del
músculo. Se ha demostrado que la hipertrofia
muscular se produce en individuos que entrenan
con cargas de 6RM o superiores;[40,41] sin embargo,
los mayores incrementos en
Se ha descubierto que la CSA se produce con
cargas de 8 a 12RM. [39,42-45] Aunque se ha
comprobado que las cargas de MR más ligeras (12
a 15RM) aumentan la CSA,[46-48] Sale y
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
Modelo del fenómeno de interferencia
MacDougall,[47] y Arnett[48] han sugerido que la
respuesta hipertrófica disminuye a medida que la
carga de MR se hace más ligera y el número de
repeticiones se extiende más allá de 15 (fig. 2).
Por lo tanto, la mayoría de los profesionales
recomiendan entrenar con cargas de 8 a 12RM para
inducir la hipertrofia muscular. [49,50] Además, la
hipertrofia muscular también se optimiza cuando
hay un volumen de entrenamiento suficiente y hay
múltiples ejercicios por grupo muscular. [51] El
tiempo bajo tensión, reflejado por el tempo de las
acciones excéntricas y concéntricas, también se
considera un factor importante para mejorar el CSA
del músculo. [40] También se ha comprobado que un
protocolo de carga de 8 a 10RM produce los niveles
circulantes más altos de la hormona del crecimiento
(GH), que se ha asociado a la síntesis de
proteínas.[52]
El entrenamiento con cargas más elevadas (de 4
a 6RM) ha dado lugar a un aumento del MVC en
ausencia de una hipertrofia muscular significativa.
[53]
Estos aumentos en la generación de fuerza se
atribuyen a adaptaciones neurales que incluyen un
aumento de la MUA, una frecuencia de disparo más
rápida de las unidades motoras, una mejor
sincronización y una menor cocontracción de los
antagonistas. [16] Kraemer et al.[54] han sugerido que
a medida que el estímulo de entrenamiento
promueve un aumento de la CSA, las
contribuciones de los mecanismos neurales a la
producción de fuerza disminuyen. Sin embargo, si
el estímulo de entrenamiento es de un volumen
insuficiente para estimular la hipertrofia (sugieren
Entrenamiento de fuerza (>10RM)
intensidad (<5RM)
PeriféricoCentral
↑ Localizada ↑ Adaptación neuronal
adaptación
muscular
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391
Fig. 2. Continuidad de la intensidad y localización primaria de
la adaptación para el entrenamiento de fuerza. RM = repetición
máxima; ↑ = aumento.
gado a ser >90% 1RM), se producen mayores
adaptaciones neurales.
Schmidtbleicher y Buehle[53] demostraron que,
aunque el entrenamiento de fuerza de baja y alta
intensidad dio lugar a aumentos similares del CVM
(21 y 18%, respectivamente), la contribución de la
adaptación neural y la hipertrofia muscular fueron
diferentes entre las dos intensidades de carga. El
entrenamiento de alta intensidad dio lugar a una
mayor tasa de desarrollo de la fuerza, que se
considera un reflejo de la adaptación neural (34%
en comparación con el 4%), mientras que el
entrenamiento de baja intensidad dio lugar a un
mayor aumento del tamaño muscular (7% en
comparación con el 3%). Hakkinen et al.[55]
también demostraron que el entrenamiento de alta
intensidad dio lugar a una mayor adaptación neural,
reflejada en un aumento de la actividad
electromiográfica.
En resumen, la fuerza muscular puede aumentar
por los cambios en el CSA del músculo a partir de
la síntesis de proteínas y las adaptaciones
neuronales que mejoran la MUA. Las variaciones
en la intensidad y el protocolo de entrenamiento
parecen provocar diferentes adaptaciones
neuromusculares. Las cargas elevadas (de 3 a
6RM) y el menor volumen se asocian a un aumento
de la generación de fuerza sin un aumento del
tamaño muscular, y a adaptaciones neuronales
relacionadas. La hipertrofia muscular se produce
con cargas más bajas (de 8 a 12RM) y un mayor
volumen de entrenamiento de resistencia y se
produce a través de un aumento de la síntesis de
proteínas en la fibra muscular. En consecuencia, los
diferentes protocolos de entrenamiento parecen
aumentar la fuerza a través de diferentes
adaptaciones fisiológicas. Al examinar la posible
interferencia en el entrenamiento simultáneo de la
fuerza y la potencia aeróbica, parece importante
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
392
identificar el protocolo de entrenamiento utilizado
para aumentar la fuerza.
2. Un modelo para el "fenómeno de
interferencia
Es evidente que no ha habido un enfoque
sistemático para investigar el fenómeno de la
interferencia, con especial referencia a los
componentes de la fuerza y la potencia aeróbica. Se
ha sugerido que los laboratorios individuales se
centren en un modelo de entrenamiento concreto y
Fig. 3. Continuidad de la intensidad y localización primaria de las adaptaciones tanto para la potencia aeróbica máxima (PAM)
como para el entrenamiento de la fuerza, y el posible solapamiento cuando se combinan los 2 modos de entrenamiento. TA =
umbral anaeróbico; MR = repetición máxima; ↑ = aumento.
Formación MAP
(<EN) intensidad
Central
↑ Cardiovascular
adaptación
realicen una serie de investigaciones utilizando su
modelo. [5] Sobre la base de las adaptaciones
fisiológicas que resultan de los diferentes
protocolos de entrenamiento utilizados para
mejorar la fuerza y la potencia aeróbica, es posible
proponer un modelo que puede proporcionar una
forma de estudiar sistemáticamente la cuestión de
un "fenómeno de interferencia".
La figura 3 presenta un modelo que debería
permitir el desarrollo de hipótesis que predigan los
protocolos de entrenamiento que minimizarán o
maximizarán el efecto de interferencia cuando se
entrenen simultáneamente la fuerza y la potencia
aeróbica. También puede ser posible construir otros
modelos que permitan un estudio sistemático de los
efectos de interferencia entre otros atributos
fisiológicos. Los investigadores deben comprender
la necesidad de definir claramente las variables de
entrenamiento y seleccionar deliberadamente los
protocolos de entrenamiento en relación con cada
una de ellas.
El modelo propuesto para el estudio del
entrenamiento simultáneo de la fuerza y la potencia
aeróbica se ha centrado principalmente en la
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manipulación de la intensidad del entrenamiento,
deduciendo que existe una relación inversa entre la
intensidad y el volumen de entrenamiento.
Normalmente, a medida que la intensidad de
entrenamiento
.
(resistencia y %VO2max en el contexto de la fuerza
y la potencia aeróbica, respectivamente) aumenta,
el vol-
(>10 RM ) intensidad (<5 RM )
Periférico Central
(95-100 % MAPA
) ↑ Adaptación neuronal
Periférico
Zona de interferencia
Entrenamiento de fuerza
El volumen (series y repeticiones) disminuiría. A
partir del modelo, la hipótesis es que la
interferencia se maximiza cuando los atletas
utilizan el entrenamiento de intervalos de alta
intensidad para mejorar la potencia aeróbica y un
protocolo de entrenamiento de resistencia de series
múltiples de 8 a 12RM para aumentar la fuerza. El
protocolo de entrenamiento de fuerza intentaría
aumentar la síntesis de proteínas en el músculo y
estresar el sistema energético anaeróbico con el
correspondiente aumento del lactato muscular. El
entrenamiento de intervalos aeróbicos crearía
hipoxia en el músculo, lo que requeriría que el
músculo aumentara su capacidad oxidativa. En esta
situación, el músculo tendría que adaptarse de
formas fisiológicas y anatómicas claramente
diferentes, lo que podría reducir la adaptación de
uno de los sistemas.
Si el entrenamiento aeróbico por intervalos se
combinara con un entrenamiento de resistencia de
alta intensidad (3 a 6RM), el modelo predeciría
menos interferencias porque el estímulo de
entrenamiento para el aumento de la fuerza
estresaría el sistema neural y no exigiría al músculo
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Modelo del fenómeno de interferencia
un esfuerzo metabólico. Presumiblemente, el
músculo podría aumentar su capacidad oxidativa
sin afectar a la adaptación neural, como el aumento
de la frecuencia de disparo, la sincronización más
eficiente de las unidades motoras, la disminución
de la inhibición y la cocontracción de los músculos
antagonistas.
Se prevé que el entrenamiento aeróbico
continuo tenga una interferencia mínima en el
desarrollo de la fuerza utilizando protocolos de
entrenamiento de la fuerza con carga alta o media.
Las adaptaciones fisiológicas asociadas al
entrenamiento continuo serían cen-
⋅ fuerza y el aeróbico
tralmente mediada, que implica un aumento del Q,
de la hemoglobina y una mayor difusión pulmonar.
Por consiguiente, no debería interferir con la
adaptación neural ni con la hipertrofia muscular, ya
que la localización de la adaptación fisiológica y la
respuesta metabólica parecen ser diferentes.
3. Probando el modelo
Un primer paso sería contrastar el modelo con la
literatura actual que ha investigado el
entrenamiento simultáneo de la fuerza y la potencia
aeróbica. Lamentablemente, muchos estudios no
describen claramente los protocolos de
entrenamiento, especialmente en lo que respecta a
la intensidad y el volumen de entrenamiento.
Además, los modos de ejercicio, la duración del
entrenamiento y la experiencia de entrenamiento de
los participantes han variado entre los estudios y
algunos han utilizado una estrategia "periodizada"
modificada y han cambiado el protocolo de
entrenamiento durante el período de
entrenamiento. Estas variaciones en el diseño de
los estudios dificultan la aplicación de todas las
investigaciones al modelo. Por este motivo, en la
evaluación de este modelo sólo se han incluido
estudios con protocolos de entrenamiento
relativamente detallados y parámetros de carga
coherentes.
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393
McCarthy et al.[11] apoyan este modelo, ya que
hicieron entrenar a individuos no entrenados
durante 10 semanas con un protocolo de 5 a 7RM
durante 3 series, 3 veces por semana para aumentar
la fuerza. El entrenamiento aeróbico consistió en
45 minutos de ciclismo continuo al 75% de la
frecuencia cardíaca de reserva durante 3 días a la
semana. Tanto el entrenamiento de fuerza como el
aeróbico no se realizaron a intensidades que
maximizaran la interferencia según el
.
modelo. Ni el VO2max ni la fuerza se vieron
comprometidos en comparación con cuando la
.
potencia se entrenaron por separado. El VO2max
aumentó significativamente tanto en los grupos
entrenados por separado como en los entrenados
simultáneamente (18 y 16%, respectivamente). La
fuerza aumentó significativamente tanto en los
grupos entrenados por separado como en los
entrenados simultáneamente (23 y 22% para la
sentadilla 1RM, respectivamente, y 18% para el
press de banca 1RM para ambos grupos).
Se compararon las respuestas fisiológicas de 19
mujeres activas a 11 semanas de entrenamiento
concurrente de fuerza y resistencia con el
entrenamiento de fuerza únicamente. [56] Además,
la mitad del grupo de entrenamiento concurrente
completó su entrenamiento de resistencia antes del
de fuerza y la otra mitad del grupo realizó el de
fuerza antes del de resistencia. La manipulación de
la secuencia de entrenamiento intentó controlar los
posibles efectos de la fatiga aguda. Endur-
.
El entrenamiento de fuerza consistió en remar al
70% del VO2max realizado 3 veces por semana. El
entrenamiento de fuerza consistió en 45 minutos de
5 a 6 ejercicios para la parte inferior del cuerpo,
progresando de 2 a 4 series de 10 repeticiones
durante el período de entrenamiento. Tal y como
predecía el modelo, no hubo efectos negativos en
el entrenamiento de fuerza para las mujeres que
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
394
entrenaban simultáneamente fuerza y resistencia.
Además, la secuencia de entrenamiento no afectó
al desarrollo de la fuerza, pero puede haber
limitado el MAP.
Los hallazgos de Nelson y sus colegas,[8] que
entrenaron a individuos no entrenados durante 20
semanas, proporcionan un apoyo parcial al modelo.
El entrenamiento de fuerza consistió en 6
extensiones de piernas isocinéticas máximas a 30°
por segundo durante 3 series, 4 veces por semana,
lo que se consideraría un entrenamiento neural en
el contexto del modelo propuesto. El entrenamiento
aeróbico consistió en ciclismo a intensidades y
duraciones crecientes durante 6 semanas y el resto
del periodo de entrenamiento a
. [39]
85% de FCmáx durante 60 minutos (≈75% de
VO2max ) lo que se consideraría un entrenamiento
continuo. Como se esperaba del modelo, las
ganancias de fuerza en el grupo concurrente no se
vieron comprometidas en comparación con las
ganancias observadas en el grupo que sólo entrenó
la fuerza. Sin embargo, después de 11 semanas el
grupo que sólo realizaba entrenamiento aeróbico
siguió mostrando
. Craig y sus colegas[28] utilizaron un programa
aumentos significativos en el VO2max mientras que
el grupo de entrenamiento concurrente no cambió.
Es posible que el grupo concurrente haya
optimizado el efecto del entrenamiento continuo de
baja intensidad y necesite un estímulo de
entrenamiento diferente y más intenso.
El modelo propuesto no está respaldado por los
resultados de Dudley y Djamil. [13] Aplicando los
protocolos utilizados en su estudio, el modelo
predeciría efectos de entrenamiento
comprometidos, pero de hecho tanto los grupos de
entrenamiento concurrente como los de fuerza
demostraron incrementos significativos en la
fuerza a 0, 0,84 y 1,68 rads/seg. Lamentablemente,
no se informó de ninguna comparación estadística
directa entre los grupos. Según el modelo, el
protocolo de fuerza de 2 series de 26 a 28
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contracciones en un dinamómetro isocinético a
4,19 rads/seg y un entrenamiento aeróbico a
intervalos
.
El programa de intervalos de 5 × 5 minutos a
VO2max en un ergómetro de bicicleta debería haber
producido alguna interferencia o compromiso en el
efecto del entrenamiento. Sin embargo, aunque no
se discutió, los individuos entrenados
simultáneamente tuvieron mejoras reales en el par
máximo que fueron un 6% menos en las 3
velocidades que los individuos que sólo entrenaron
la fuerza. Además, el ejercicio isocinético no carga
excéntricamente el músculo, que se considera un
estímulo importante para la hipertrofia muscular.
Por lo tanto, es posible que el músculo no haya
sido sometido a un esfuerzo óptimo en
comparación con el ejercicio dinámico de
resistencia constante (DCER). [17] Además, Dudley
y Djamil no informaron del cambio en la
hipertrofia muscular. [13] El entrenamiento a una
velocidad relativamente alta, que no pondría al
músculo bajo una tensión óptima para provocar la
hipertrofia muscular, también confunde los
resultados del estudio en el contexto del modelo.
de fuerza de 6 a 8 repeticiones, durante 3 series, 3
veces por semana, lo que se espera que produzca
adaptaciones neurales e hipertróficas. El
entrenamiento aeróbico consistió en una carrera
continua durante 35 minutos al 75% de la FCmáx,
lo que debería producir adaptaciones en el sistema
cardiopulmonar. Basándose en el modelo, se
esperaría un efecto de interferencia moderado.
Aunque Craig y sus colegas concluyeron a partir de
sus hallazgos que el entrenamiento concurrente
inhibía la mejora óptima de la fuerza, el porcentaje
de cambio en la prensa de piernas fue similar para
los individuos que sólo realizaban entrenamiento
de fuerza y para los que realizaban entrenamiento
concurrente, siendo de 5,8 y 4,6%,
respectivamente. Además, el entrenamiento de
fuerza para los individuos que entrenaron tanto la
Medicina del Deporte 2000 Dic; 30 (6)
Modelo del fenómeno de interferencia
fuerza como la potencia aeróbica se realizó 5
minutos después del entrenamiento aeróbico. Los
autores sugieren que la falta de descanso y la fatiga
residual pueden haber influido en la calidad del
entrenamiento de fuerza y en el efecto posterior del
entrenamiento.
En un estudio reciente,[57] 45 hombres y mujeres
fueron asignados aleatoriamente a uno de los 4
grupos: sólo entrenamiento de fuerza (S), sólo
entrenamiento de resistencia (E), entrenamiento
simultáneo de fuerza y resistencia (SE), o un grupo
de control. La intensidad de la fuerza se incrementó
en un 4% cada 3 semanas (con una media de 72 a
84% de 1RM). Las series y las repeticiones
oscilaron entre 4 y 12, y entre 2 y 6,
respectivamente. El entrenamiento de resistencia
consistió en 2 sesiones de entrenamiento a la
semana, de entrenamiento continuo que comenzó
en 30 minutos y progresó hasta 42 minutos con la
intensidad fijada en el VT; y 1 sesión de
entrenamiento aeróbico a intervalos a la semana
con una proporción de descanso y trabajo de 3
minutos de ejercicio y 3 minutos de actividad
.
descanso. La intensidad fue equivalente al 90% del
VO2max y se comenzó con 4 series y se llegó a 7
series. Tanto E como SE
. 2. Bell G, Syrotuik D, Socha T, et al. Efectos del entrenamiento
grupos mejoraron el VO2max . La fuerza de la prensa
de piernas y de la extensión de la rodilla (1RM)
aumentó en los grupos S y SE, pero las ganancias
en la extensión de la rodilla fueron mayores para el
grupo S en comparación con todos los demás
grupos. Los autores concluyeron que sus hallazgos
indicaban cierta interferencia en el desarrollo de la
fuerza que puede ser específica para determinados
patrones de movimiento. La naturaleza híbrida de
los protocolos de entrenamiento de fuerza y
aeróbico puede haber contribuido a los resultados
ambiguos y dificultar su interpretación en el
contexto del modelo propuesto.
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4. Conclusión
Se ha sugerido que el entrenamiento simultáneo
de la fuerza y la potencia aeróbica compromete el
desarrollo de la fuerza en comparación con el
entrenamiento de la fuerza por sí mismo. El
desarrollo de la potencia aeróbica durante el
entrenamiento simultáneo parece no verse
afectado. El entrenamiento comprometido se ha
denominado fenómeno de interferencia. Según
Kraemer y Nindl,[6] el fenómeno es el resultado del
sobreentrenamiento. Sin embargo, los hallazgos
equívocos en la literatura sugieren que su
conclusión es quizás una simplificación excesiva.
La falta de aplicación sistemática de las variables
de entrenamiento ha dificultado la formulación de
conclusiones definitivas. Se ha propuesto un
modelo, basado en las adaptaciones fisiológicas a
protocolos de entrenamiento específicos, que
debería proporcionar una mayor comprensión del
fenómeno de la interferencia. El modelo predice los
protocolos de entrenamiento que probablemente
minimizarán o maximizarán el nivel de
interferencia.
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Correspondencia y separatas: David Docherty, School of

Physical Education, University of Victoria, Victoria, BC,
Canada, V8W 3P1.
Correo electrónico: docherty@uvic.ca

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