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Que por medio del presente escrito vengo a solicitar la SUPENSIÓN del
presente proceso ejecutivo judicial instado por la representación procesal de D.
Felipe Fernández Camero por medio de demanda ejecutiva de fecha 26 de
febrero de 2010. La presente solicitud se formula en base a las siguientes
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fecha 15 de septiembre de 2009, procedieron a interponer la correspondiente
demanda de amparo ante el Tribunal Constitucional, en concreto el día 30 de
diciembre de 2009, en la que solicitaron mediante Otrosí, en aplicación de lo
dispuesto en el artículo 56.2 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, la
suspensión de la ejecución de las resoluciones judiciales objeto de dicha
demanda, en cuanto al pronunciamiento por el que se condenaba a difundir a
su costa el texto literal de la Sentencia:
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poderes públicos y, en particular, en la ejecución de las resoluciones dictadas
por Jueces y Tribunales en el ejercicio de la potestad jurisdiccional que les
confiere el art. 117.3 CE, puesto que la protección del interés general que
conlleva la efectividad de aquéllas, amparadas como están por la presunción
de veracidad y legalidad, impone, en principio, la aplicación del art. 56.1 LOTC,
esto es, la regla general de la no suspensión (por todos, ATC 307/1999, de 13
de diciembre), salvo que, como determina el art. 56.2 LOTC, la ejecución de la
Sentencia impugnada cause un perjuicio al recurrente que pudiera hacer perder
al amparo su finalidad y siempre que, como ya se ha anotado más arriba, la
suspensión no produzca perturbaciones graves a un interés
constitucionalmente protegido, ni a los derechos fundamentales o libertades de
otra persona. La suspensión, pues, es una medida cautelar que se apoya en el
riesgo o en la certeza de que la ejecución ocasionará un perjuicio que frustraría
la finalidad del amparo, dando a una eventual sentencia favorable efectos
meramente declarativos; no obstante exige una delicada ponderación de los
intereses generales y los derechos fundamentales de terceros —cuya
perturbación grave o lesión actúa como límite a la adopción de la medida
cautelar—, así como del interés particular del demandante de amparo que
alega a su vez la lesión de un derecho fundamental.
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Por el contrario, como tiene declarado en reiteradas resoluciones el
Tribunal Constitucional, de no proceder a la suspensión podría quedar
gravemente afectado el derecho de mis representados si este Tribunal lo
reconociese en su resolución sobre el fondo del asunto, con lo que esta
decisión perdería su sentido esencial de protección de derechos
fundamentales, además de impedir al propio Tribunal Constitucional el ejercicio
de las funciones jurisdiccionales que le son propias.
Por lo expuesto,
OTROSÍ DIGO que al estar el Letrado que firma junto con el Procurador
compareciente colegiado en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid,
acompaño al presente escrito copia de la comunicación remitida vía fax al
Colegio de Abogados de Madrid, relativa a su intervención profesional en el
ámbito territorial del Ilustre Colegio de Abogados de Lanzarote.
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Ejecución Judicial 50/2010
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- A D. Jorge Jiménez Marsá a indemnizar al ejecutante en la cantidad
de 9.000 euros.
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4) Requerir a Don Jorge Jiménez Marsá para que contrate los anuncios
procedentes para publicar a su costa en el diario La Voz de Lanzarote en el plazo
máximo de siete días, en idénticas circunstancias y con los mismos caracteres
tipográficos con que se difundieron sus declaraciones y manifestaciones causantes de
su condena por violar el derecho fundamental de mi mandante al honor, el texto literal,
sin ningún otro añadido o complemento con referencia al artículo o reportaje que
perpetró la violación del derecho al honor de mi mandante, de la Sentencia que se
ejecuta y el Auto de aclaración de la misma”.
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Sentencia dictada por el Juzgado al que nos dirigimos en el proceso del que
dimana la presente ejecución, sino también el resto de resoluciones judiciales
incluida la dictada por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, tal y como
puede comprobarse accediendo a la página web de la Asociación:
www.cuadernosdelsureste.com o bien, accediendo a la página web
www.laopiniondelanzarote.com/cuadernos/secuestro/secuestro.htm en la que
se encuentra alojada la anteriormente referida. Acredito el extremo
anteriormente expuesto por medio del documento número 4 que se
acompaña al presente escrito.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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aclaratorio por el mismo tiempo que lleva difundiéndose en dicha página
web el número 11 de la revista Cuadernos del Sureste –hasta la fecha de
presentación de la demanda ejecutiva, siete años y dos meses-, cuando en
el fallo de la Sentencia objeto de la presente ejecución se condenó a mi
representada, Asociación Colectivo Cuadernos del Sureste a difundir el texto
de la Sentencia en su página web, única y exclusivamente, durante un mes.
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Juzgado al que nos dirigimos en el procedimiento de Medidas Cautelares
49/2003, así como una grave vulneración del derecho a la libertad de expresión
y de información que asiste a mi representada en virtud de lo establecido en los
artículos 20.1 a) y d) de la Constitución Española.
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sentencia, y ésta adquiere firmeza legal, no puede luego pretender que en la
ejecución se rectifiquen los errores en que esta haya podido incidir.
En virtud de lo expuesto,
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Pues bien, esta parte entiende que en ningún caso el cómputo de los
intereses puede efectuarse durante el período comprendido entre el 2 de
diciembre de 2003 hasta el día 18 de enero de 2010, y todo ello por los motivos
que a continuación paso a exponer.
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2.- Carácter punitivo o sancionador, en el sentido de castigar al obligado
al pago de una cantidad por resolución judicial que utiliza maniobras dilatorias
para no realizar dicho pago.
Pues bien, en el caso que nos ocupa no podemos olvidarnos que si bien
la Sentencia de instancia fue confirmada íntegramente vía casacional, por la
Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, en vía de apelación fue totalmente
revocada por la Audiencia Provincial de Las Palmas.
Esto es, hasta que no fue dictada la Sentencia por la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo, con fecha 24 de septiembre de 2009, no sólo es que la
Sentencia dictada en instancia no fuera firme, sino que la misma, al haber sido
revocada en vía de apelación carecía de efectos obligacionales para los
condenados en la misma y por ello, difícilmente mis representados podían
incurrir, con anterioridad a la fecha indicada, en mora procesal alguna, al no
existir obligación, siquiera provisional, de pago de cantidad líquida.
Por lo tanto, y atendiendo al espíritu que informa la norma que regula los
intereses de carácter procesal (artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil),
mis representados no se constituyeron en mora procesal, siquiera
provisionalmente –pues la ejecución con ese carácter ni siquiera fue solicitada
por el demandante y en todo caso la misma hubiese quedado sin efecto una
vez dictada Sentencia por la Audiencia Provincial de Las Palmas-, hasta que
fue dictada la Sentencia por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, pues
hasta esa fecha no existió una condena firme y exigible que obligara a mis
representados al pago de la cantidad determinada en el fallo judicial dictado en
primera instancia, por cuanto que éste último había sido revocado por la
Sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Las Palmas.
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Tribunal Supremo se concretara y determinara el día de inicio del cómputo de
los intereses procesales al haberse revocado en vía de apelación la Sentencia
dictada en Primera Instancia por la Audiencia Provincial de Las Palmas. Ello no
ha acontecido y la Sentencia dictada por la Sala de lo Civil del Tribunal
Supremo, de fecha 24 de septiembre de 2009, se limita a confirmar
íntegramente en todos sus términos la Sentencia dictada en Primera Instancia,
sin hacer mención alguna a los intereses procesales.
Por lo expuesto,
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Ltdo.: Jacinto J. Lara Bonilla Proc.: Juan José Martín Jiménez
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