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Como vimos en el primer módulo la Dislexia es una de las Dificultades Específicas

del Aprendizaje (DEA) más común y conocida. En este módulo ampliaremos


específicamente sobre ella.

La dislexia puede ser definida de distintas maneras de acuerdo al posicionamiento


que tenga cada autor. A continuación ampliaremos algunas definiciones para
comprender en profundidad esta DEA.

“La dislexia es un desorden específico en la recepción, en la comprensión y/o


en la expresión, de la comunicación escrita, que se manifiesta en dificultades
reiteradas y persistentes para aprender a leer. Se caracteriza por un
rendimiento inferior al esperado para la edad mental, el nivel socioeconómico
y el grado escolar, sea en los procesos de decodificación, de comprensión
lectora o de su expresión escrita”.
Bravo Valdivieso, investigador chileno.

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“Un trastorno en la lectura se caracteriza por un rendimiento bajo
(reconocimiento de palabras, velocidad o comprensión lectora) respecto a lo
esperado por la edad cronológica, el CI y la escolaridad propia de la edad del
sujeto. Se manifiesta en los primeros años de la escolaridad obligatoria.”
Citoler De Fior, investigadora argentina.

“La dislexia es un Trastorno del Aprendizaje específico que es de origen


neurológico. Está caracterizado por dificultades en la precisión y/o fluidez en el
reconocimiento de palabras y por falta de habilidad en el deletreo y en la
decodificación. Estas dificultades son el resultado de déficit en el componente
fonológico del lenguaje y son generalmente inesperadas en relación con otras
habilidades cognitivas, habiendo recibido instrucciones efectivas del docente.
Como consecuencias secundarias pueden incluir problemas en la comprensión
lectora, y reducen la experiencia del niño con la lectura, hecho que puede
impedir el incremento del vocabulario y el desarrollo de las redes semánticas
que son el sustento del conocimiento”

Internacional Literacy Association


(Asociación Internacional de Alfabetización)

Podríamos incluir una lista de interminables definiciones, pero éstas y las


mencionadas en el módulo uno son las que seleccionamos para que puedan
comprender de qué hablamos cuando decimos Dislexia.

La Dislexia tiene una base neurobiológica, lo que denota que es hereditaria y


permanece como una condición durante toda la vida de la persona. Es específica
en un área del aprendizaje: en la precisión y fluidez lectora. Dicha afección, a su vez,
trae consecuencias en otras áreas como la comprensión lectora, deletreo, entre
otras.

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Por otro lado, si bien hay controversias en indicar dónde se encuentra el déficit que
provoca la dificultad, las últimas investigaciones indican que las personas con
Dislexia poseen un déficit fonológico.

Entonces, el origen de la dislexia está en una alteración de la decodificación


fonológica, es decir, una dificultad en la integración de la información fonológica que
trasmiten los símbolos visuales que no actuarían como señales de sonidos.

Las dificultades fonológicas implican una incapacidad de percibir y analizar los


elementos constituyentes de las palabras; es decir, la alteración se encuentra en la
conciencia fonológica.

Por otro lado, y como se menciono con anterioridad, la perspectiva neurobiológica


considera que el origen de la dislexia está en componentes biológicos, es decir, que
hay componentes genéticos (hay una transmisión hereditaria), alteraciones
neuroanatomicas, asimetrías entre los dos hemisferios cerebrales y anomalías de la
arquitectura celular del área de Wernicke. Si bien aún los resultados de las
investigaciones no son concluyentes los cromosomas 15 y 6 son implicados.

No debemos olvidar que las personas con Dislexia poseen inteligencia normal y han
sido expuestas a la enseñanza explícita. Los trastornos severos del aprendizaje de
la lectura no dependen primariamente de factores ambientales o de deficiencias en
las metodologías de enseñanza, sino que se originan en déficits anteriores al inicio
de este aprendizaje y que hay que enfrentar en conjunto con la enseñanza de la
lectura.

De acuerdo a Citoler, aprender a leer implica que la lectura se desarrolla en dos


aspectos: primero en el reconocimiento de las palabras y luego se da la compresión
de la información escrita. En cambio, aprender a escribir refiere en un primer lugar a
codificar palabras y después componer textos.

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El aprendizaje de la lectura y de la escritura es el instrumento que va a permitir
mejorar el sistema lingüístico y comunicativo del sujeto, como así también
proporcionarle la llave del acceso a otros aprendizajes. La lectoescritura funcional
(comprensión) es uno de los objetivos últimos de la enseñanza.

Leer y escribir son actividades complejas y complementarias. Se tiene que lograr


primero el reconocimiento y su fonética para luego la comprensión. La lectura y
escritura abarcan aspectos comprensivos y productivos. Se dan de manera
simultánea, sin embargo tienen semejanzas y diferencias.

Sabemos que el cerebro lector “se construye” en el proceso de aprender a leer. Esto
requiere aprender la correspondencia entre cada letra, grafema, y su sonido,
fonema; y entender cómo estos sonidos se unen para formar palabras y cómo con
estas luego hacemos oraciones. Esto es lo que llamamos conciencia fonológica, es
decir, la capacidad para poder comprender y “jugar” con los sonidos.

En relación a la prevalencia, investigaciones


actuales indican que aproximadamente (3 a 1), por
la dominancia en el hemisferio cerebral (derecho).
Las personas con Dislexia activan las mismas
áreas del hemisferio derecho y muestran pobre o
baja activación del hemisferio izquierdo en la zona
visual o de reconocimiento de palabras.

Hay distintos tipos de Dislexia y las clasificaciones varían de acuerdo a los autores.
Incluso hay investigadores que sostienen que no existen divisiones. En este módulo
nos apoyaremos en las investigaciones y clasificación de Silvia Citoler De Fior,
investigadora argentina. Para ahondar en ellas primero debemos entender lo

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siguiente: la ruta léxica y la ruta subléxica. De acuerdo a dónde se presente la
dificultad, será el tipo de dislexia que se presente.

La ruta léxica, también denominada ruta directa, visual o global es aquella donde
las palabras se asocian directamente con su significado. Implica un reconocimiento
global e inmediato de palabras que ya han sido procesadas anteriormente y que
están almacenadas en el léxico mental.

En cambio, en la ruta subléxica, también conocida como ruta indirecta, fonológica


(auditiva) o analítica, se da la conversión de las palabras en sonidos mediante la
aplicación de la RCGF: regla correspondencia grafema-fonema.

El léxico mental es el almacén de las palabras con su significado que se encuentra


en la memoria a largo plazo, sería como nuestro diccionario.

De manera práctica y para comprender ambas rutas, cuando vemos escrito la


palabra CASA, nuestro analizador visual ortográfico ya reconoce lo que dice sin la
necesidad de decodificar C-A-S-A, es decir, utiliza la ruta léxica o global. En cambio,
cuando nos enfrentamos a palabras desconocidas o pseudopalabras debemos
utilizar la RCGF, es decir, ir parte por parte, para poder comprender la totalidad de lo
escrito. Por ejemplo la palabra: ELECTROENCEFALOGRAFÍA, nuestro cerebro
empieza a decodificar grafema a grafema, o por sílabas, y ahí estamos utilizando la
ruta subléxica o fonológica.

Un buen lector realiza una alternancia de ambas rutas de decodificación al leer un


texto. Posee un procesador fonológico eficaz, puede acceder a la lectura por la vía
directa pero cuando se presentan palabras desconocidas, es capaz de utilizar la ruta
indirecta. Además, el buen lector reserva su energía para comprender lo que lee.

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Una vez comprendidas ambas rutas, podemos comprender la clasificación de
Dislexia de acuerdo a De Fior Citoler:

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Hablamos de una DISLEXIA FONOLÓGICA cuando se encuentra afectada la ruta
subléxica, es decir, que los sujetos con este tipo de alteración se caracterizan por
ser capaces de leer las palabras que les son familiares, sin embargo, son incapaces
de leer las poco familiares y las pseudopalabras. Estos tipos de disléxicos pueden
utilizar la ruta léxica (global) y tienen alterada la ruta fonológica, es decir, que leen
de manera global, no pueden ir parte por parte. Los errores más comunes en esta
dislexia son: sustituciones, omisiones o rotaciones de silabas o palabras completas,
por ejemplo: leer en como por cromo, pelo por perro, entre otras.

En cambio, DISLEXIA SUPERFICIAL se manifiesta cuando se encuentra afectada la


ruta léxica, es decir que puede leer por el procedimiento fonológico pero no por el
léxico. En este caso, el reconocimiento de las palabras se hace a través del sonido.
El disléxico superficial normalmente es incapaz de reconocer una palabra como un
todo. Pueden leer pseudopalabras ya que aplican las RCGF. Leen parte por parte,
no pueden hacerlo de manera global. Normalmente son las personas que leen
silabeando y no pueden unir dichas silabas para conformar la palabra.

También existen personas con DISLEXIA PROFUNDA O MIXTA, y se da cuando


ambos procedimientos de la lectura (fonológico y superficial) están afectados.

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La dislexia no es una enfermedad, sino que es una condición que constituye un
trastorno porque la enseñanza del sistema educativo está basada en el proceso
lectoescrito. De esta manera, la dislexia condiciona a la persona en toda su
trayectoria escolar, es decir, afecta a su calidad de vida y aprendizaje. Se considera
que es un trastorno también porque medido con pruebas estandarizadas el
rendimiento en la habilidad lectora se ubica en un nivel deficiente.

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Dado que la dislexia no es una enfermedad no es apropiado decir que se “cura”. La
misma es una condición permanente que se aprende a compensar. La dislexia no
refiere a un cerebro “enfermo”, sino a un cerebro que configura de manera diferente.
El desafío de los padres, profesionales, docentes y de la persona con dislexia es
descubrir áreas en las que la condición sea un beneficio y encontrar caminos para
que el cerebro “compense” la dificultad lectora.

Como mencionamos en módulos anteriores, el diagnostico de las DEA requiere de


un trabajo en conjunto entre la observación de la familia y las docentes del niño,
pero lo esencial es la consulta con los profesionales.

Hay controversias en la edad para establecer el diagnóstico. Desde nuestra


experiencia profesional consideramos que es correcto detectar síntomas y alertas
sobre posibles casos de Dislexia, sin embargo, el aprendizaje de la lectoescritura es
un proceso, por el cual, cuando aparecen síntomas propios de la Dislexia se
interviene a tiempo, pero para determinar el diagnóstico se debe esperar hasta
tercer grado o a que el niño tenga siete años.

Un psicopedagogo puede utilizar las siguientes evaluaciones como herramientas


para esclarecer el diagnóstico:

 ESCALA DE WECHSLER: mide el Coeficiente Intelectual. WPPSI IV para


menores de 6 años, WISC V para niños entre 6 y 16 años, y para adultos
WAIS IV.
No olvidar que las personas con Dislexia presentan promedio en sus
capacidades cognitivas. Por lo general, en los índices de memoria operativa
(específicamente en dígitos inversos) y razonamiento verbal pueden tener
mayor dificultad.

 Test LEE: Evaluación argentina de los procesos lectores. Los baremos son
de 1ero a 4to grado. Evalúa el reconocimiento de palabras, fluidez lectora,
comprensión lectora y escritura al dictado.

 PROLEC-R (6 a 12 años) y PROLEC-SE (10 a 16 años): Ambos con baremos


españoles. Evalúan los procesos léxicos, sintácticos y semánticos.

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 DST-J: es un screening para la detección de Dislexia. Los baremos van de 6
años, 6 meses a 11 años 6 meses.

 BATERIA JEL: Posee baremos argentinos. Evalúa lectura de palabras,


pseudopalabras, fluidez, comprensión y habilidades fonológicas.

 TDR: Test de denominación rápida. Evalúa el tiempo de evocación de las


etiquetas verbales.

 TLC: test leer para comprender. Evalúa los aspectos de la comprensión


lectora. Baremos argentinos.

Estas son algunas de las baterías o test que frecuentemente se utilizan para arribar
a un diagnóstico de Dislexia. El profesional capacitado, de acuerdo a la historia
clínica del niño/adolescente seleccionará las indicadas. Además de las
evaluaciones estandarizadas, se debe tener en cuenta el desempeño escolar del
niño, sus cuadernos, evaluaciones, el discurso de su docente y de su familia.

Cada persona es única, con fortalezas y desafíos, por lo tanto también cada persona
con dislexia es distinta a la otra, y los desafíos de algunos no son los mismos para
otro. Sin embargo, detallaremos una lista de síntomas frecuentes en la Dislexia, que
pueden estar presentes y otros no.

 Baja fluidez lectora.


 Errores en la precisión tanto en la lectura como en la escritura, dentro de ello
encontramos:
- Error de adición: agrega silabas, letras o palabras. Ej.: voleveré por
volveré.
- Error de omisión: elimina letras, sílabas o palabras. Ej.: plato por pato
- Error de sustitución: cambia letras, silabas o palabras. Ej.: pato por gato.
- Error de rotación: Gira las letras, es frecuente en aquellas que tienen
similitudes perceptivas como /b/d/p/q. Ej.: dastón por bastón.
- Salteado de renglones.
 No comprende lo que lee.
 No tiene en cuenta las puntuaciones.
 Saltea renglones.

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 Baja fluidez nominativa.
 Saltea palabras o silabas al copiar.
 Dificultades para deletrear.
 Errores de ortografía frecuente.
 Dificultades para organizarse en la hoja.
 Confunden grafemas, no identifican correctamente las letras.
 Evaden actividades de lectoescritura o se fatigan muy rápido.
 Dificultades en la conciencia fonológica: silabear, rimar, identificar sonido
inicial/medial/final.
 Dificultades para recordar y automatizar las tablas de multiplicar.

Veamos ahora el siguiente cuadro para identificar síntomas de alerta de acuerdo a


la edad:

SEÑALES DE ALERTA Y RIESGO DE ACUERDO A LA EDAD Y ESCOLARIDAD DEL NIÑO

 Aún no identifica colores.


 No logra el conteo e identificar números.
LOS 5 AÑOS:
ANTES DE

 No identifica su nombre escrito y aún no puede pasmarlo sin soporte


visual.
 No reconoce vocales y grafemas de su nombre.
 No identifica el sonido inicial de palabras.
 Todavía no reconoce rimas ni separa en sílabas.
 No logra leer palabras bisilábicas (mano, mamá, papá, casa).
 Solo escribe una letra correcta por sílaba.
 Separa de manera inadecuada las palabras.
GRADO:
PRIMER

 Todavía no representa todos los sonidos de una palabra.


 No sabe las letras o su correspondencia con los sonidos.
 Aún no realiza el deletreo de palabras cortas.
 No puede leer oraciones y consignas.

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 Lectura poco fluida o silabeante.
 Tiende a deletrear en lugar de leer.
 Desconoce el sonido o nombre de algunas letras.
 Necesita que le lean para comprender.
SEGUNDO GRADO
EN ADELANTE:

 No puede leer en silencio.


 Comete numerosos errores al leer.
 Se pierde en el renglón.
 Omite letras o sílabas al escribir.
 Une o separa de manera incorrecta de palabras.
 Cambia palabras al leer.
 Confunde letras.
 Sustituye letras al escribir.
 Comete recurrente faltas de ortografía.

A manera de cierre, la dislexia puede ser algo


positivo si nos paramos desde la resiliencia.
Porque más allá de que la escolaridad no es fácil
de transitar para aquellas personas que poseen
dislexia, es un desafío que nos invita a repensar la
manera de enseñar y a la persona la invita a
descubrir sus fortalezas para compensar aquello que le genera mayor dificultad.

Los casos clínicos estan adjuntos en los videos del módulo, de esta manera
podemos escuchar la lectura de los niños. Los nombres de los casos fueron
modificados para conservar la identidad del niño.

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