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CULTURA GENERAL: SEMANA 7

LA CORRUPCIÒN EN LA HISTORIA DEL PERÙ


“En el Perú, nos sumerge la corrupción, pero nos destruye la envidia”.

Jorge Neyra Cienfuegos.

INTRODUCCIÒN

Por mi experiencia de vida, mis conocimientos e investigaciones sobre la


historia peruana, la corrupción se ha hecho evidente en el Perú desde la
época de los conquistadores españoles, sin descartar su existencia en la
cultura Inca.
En absoluto la justifico, pero parece un mal ingénito, genético, sistémico y
sempiterno. Todas las generaciones que ahora la padecemos, moriremos,
pero ella seguirá existiendo en el Perú.

Hace ya algún tiempo, escuché al egregio periodista, autor de Memorias de


un inquisidor, César Hildebrandt, resumir la obra "La Historia de la
Corrupción" del historiador PUCP Alfonso Quiroz, ello me motivó a adquirir el
libro y leerlo.

Fue interesante ese recorrido histórico, el cual nos recuerda que, en el Perú,
lamentablemente, la corrupción es historia y tradición, más antigua que el
pisco, la causa o el ceviche.

Nos cuenta cómo en la Colonia José de Araujo robó parte del presupuesto
destinado a construir el puerto del Callao, los corregidores robaban del
tributo a los indios, el puesto de Virrey podía comprarse, los indultos se
vendían, robaban los oidores, los recaudadores de impuestos, los curas, los
aduaneros, los veedores, robaron los Virreyes millones llevándose la plata
sin sellar extrayéndola del envío a la corona.
Luego, en la República se robó desde el primer día. Lo expropiado a los
españoles se lo quedaron los militares en pago por sus "sacrificios", muy
patriotas ellos. Bolívar y San Martín en su única conversación estuvieron de
acuerdo en que "el Perú es una especie de lepra en América", triste
calificativo pero muy merecido. José Faustino Sánchez Carrión, hoy casi
venerado, se hizo de varias propiedades de manera ilegal mientras el coronel
Santa Cruz robaba el ganado de las haciendas, abusando de su poder.

Así nació el Perú, con un Congreso que le pagó un millón de pesos al


"libertador" Simón Bolívar por sus servicios. Lo dijo, en 1835, Belford Hinton
Wilson, Cónsul General de Inglaterra en Lima: "El Perú es como Nápoles o
Rusia, tierra de corruptos". Todos los gobiernos, uno tras otro, han tenido
hechos de corrupción que han pasado por agua tibia, no siendo siquiera el
recordado Ramón Castilla la excepción.
Hubo una tremenda corrupción con las concesiones guaneras que fueron
escandalosamente encubiertas por el silencio de la "prensa mermelera" de la
época y el peor festín de la historia fue la Consolidación de la Deuda Interna;
se debía 5 millones de pesos en 1851 y al año siguiente se convirtió en 24
millones, pues se incluyó generosamente a los "amigos del Presidente" y fue
entregada a ellos por Rufino Echenique, sucesor digitado por el propio
Castilla.

La mitad de las fortunas de Lima se hizo allí. No hubo aquí muchos


industriales que trabajando duro hicieran su fortuna; este fue el país del
criollo, del vivo, del pendeivis, del que corta camino, del astuto y del ladrón.
Desde ahí hasta hoy han existido camarillas y bandas infames que han
robado en todos los gobiernos, ninguno se salva de esta historia vergonzosa.

Nos toca enfrentar esa tradición. Nos toca ir en contra de ella. Casi
quinientos años de historia pesarán sobre nosotros, pero estamos obligados
a romper con esa ominosa cadena que arrastramos todos estos siglos.

De otro lado, entendamos que el acto de corrupción implica un mal bipartito o


de dos entidades:
El hombre que corrompe y el hombre venal. El que soborna y el sobornado.
En estos tiempos toma mayor vigencia aquella frase de: TODO TIENE UN
PRECIO.
Para ello tenemos la película de ficción: UNA PROPUESTA INDECENTE.
Y tenemos la serie de Netflix "EL MECANISMO", que narra la historia
verídica de la corrupción real que generó Odebrecht.
Al final, la policía se cansa de luchar porque se da cuenta que la corrupción
nunca termina, porque es parte del sistema y es un problema de las
personas, generado por su carencia ética, axiológica y su ambición por el
dinero.

En la actualidad, en esta coyuntura, donde el país se encuentra polarizado,


puedo entender que aquel fallido voto por Pedro Castillo, no es,
necesariamente, un tema de ignorancia o de odio al fujimorismo, es la
respuesta de cansancio ante tanto gobierno incompetente y corrupto.

A título personal, creo que es imposible vencer a este mal llamado


‘corrupción’, está enquistado en todos los niveles del poder y de nuestra
estructura social. Sin embargo, debemos bregar por seguir viviendo en
democracia, aunque sea defectuosa, y se nos respeten las libertades y las
posibilidades de ahorrar, de disfrutar de los frutos de nuestro propio trabajo y
esfuerzo. Se nos respete el derecho de opinar y hablar libremente, de entrar
y salir del país libremente, de hacer que se respeten nuestros derechos
como persona y familia, de seguir viviendo como hombres libres.
En fin, tantas libertades que poseemos y que hacen soportable y llevadera nuestra
vida, a pesar de las desigualdades que padece la mayoría de los peruanos.
Finalmente, luego de doscientos años de vida republicana, somos
conscientes que este no es el Perú deseado, ni para nosotros, ni para las
generaciones venideras. Los pronósticos brindados por otros países con
respecto al Perú del 2022, no son nada promisorios. Será un andar a tientas,
con temores, riesgos, trabas, defectos, errores, desigualdades, injusticias y
corrupción.
Esperemos salir de este abismo y que el devenir llegue al amanecer.

I. LA CORRUPCIÒN: CONCEPTOS PREVIOS


II. HISTORIA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ:
UN TEXTO DE LECTURA OBLIGATORIA.

Cronológicamente el libro del historiador peruano ALBERTO QUIROZ,


abarca el período que va desde el siglo XVII hasta el final del siglo XX.
Son cuatro siglos de historia, que abarcan los últimos doscientos años del
período colonial y las primeras dos centurias de vida independiente, como
quien nos señala que la corrupción fue ya moneda corriente antes de la
llegada del sistema de la república, pero que ésta tampoco pudo deshacerse
de ella.

El historiador estableció un ciclo de corrupción de carácter inestable y que se


encuentra determinado por la difusión de escándalos, como producto de los
medios de comunicación o gracias a las contiendas en un aparato político
conflictivo. Así las cosas, a lo largo de la historia de Perú se presentaron
siete ciclos de corrupción sistémica, en el interior de los cuales se
presentaron ciclos de corrupción percibida.

1.- EL FRACASO DE LAS REFORMAS COLONIALES 1750-1820


Abusos, Plata, contrabando, círculos de patronazgo virreinales,
decreciente celo reformista y ciclos de corrupción colonial, fueron las
características de esta primera etapa de corrupción.
Abarca el periodo colonial tardío, marcado por los malos manejos de los
funcionarios reales, a favor de sus propios intereses, especialmente
los relacionados con la administración de las rentas reales provenientes de la
actividad minera. El estudio de Quiroz es implacable con los libertadores y
caudillos independentistas. Documenta sus malas prácticas para financiarse
y financiar al ejército, y nos informa sobre la manera como se imponen sobre
los liberales de la época.

2.- CIMIENTOS SOCAVADOS DE LA TEMPRANA REPÚBLICA (1821–1859)


Saqueo patriota, turbios préstamos externos, círculos de patronazgo
caudillesco y el azote del régimen guanero, fueron las características de
esta segunda etapa de corrupción.
En este ciclo, se constata que después de la independencia de la república
recién fundada, esta heredó las prácticas propias del sistema colonial,
caracterizadas por el patrimonialismo, en el cual los militares cumplieron un
papel preponderante. Nuestros héroes libertadores (San Martín y Bolívar) se
apropian de manera abusiva y prepotente de fortunas a costa de
expropiaciones, de recompensas jugosas que se hacen otorgar y de tributos
en nombre de la independencia y de su sacrificio. Son los responsables del
grave endeudamiento fiscal llevado a situaciones penosas de miseria.
La herencia nefasta de Gamarra, específicamente, sienta las bases de la
República y de los problemas burocráticos y financieros del Estado. Se hace
elegir repetidamente y construye su clientela de apoyo incondicional con
empresarios privados, a los que compra con jugosos adelantos para sus
negocios, haciéndolos acreedores privilegiados del Estado y leales a él, y
aplasta a La Mar en sus intentos reformadores.

3.- EL SINUOSO CAMINO DEL DESASTRE (1860–1883)

Negocios guaneros monopólicos el infame Contrato Dreyfus, la avalancha de obras


públicas, la bancarrota Ignominiosa de la guerra y pérdidas exacerbadas, fueron las
características de esta tercera etapa de corrupción.

Un nuevo ciclo de corrupción sería iniciado por la explosión del auge


guanero, que se materializaba en una engañosa prosperidad urbana, en
donde los costos de la corrupción llegaron a 108 millones de soles en 1870,
como producto del manejo malintencionado de la deuda pública, los
contratos de obras y de la concesión guanera.
El historiador también demuestra que las sospechas cotidianas de obras
públicas infladas y sobrevaluadas no son temas de nuestra época en este
capítulo dedicado a los corruptos arreglos financieros de las élites del país,
refiere cómo ciertos discursos de políticas de Inversión parecen repetirse
entre décadas, sobre todo en los hipos temporales de bonanza económica.

Así, apenas unos cuantos años antes de la guerra contra Chile, «se desató
un frenesí en la contratación de obras públicas para la construcción de
ferrocarriles, proyectos de irrigación, puentes, embarcaderos, muelles,
edificios públicos y mejoras urbanas sin un cálculo sólido de su rentabilidad y
factibilidad. Sin embargo, estas obras públicas se anunciaron a la ciudadanía
como la varita mágica que llevaría a la riqueza y el desarrollo» Eso ocurría ya
entre 1868 y 1879.
Los empresarios son protagonistas de jugosas historias de corrupción.
Son esquilmados por los militares caudillos durante las guerras de la
independencia, pero luego se desquitan y entienden el juego del poder.
Un momento entre muchos son los vales de manumisión que Castilla les
paga a los poseedores de esclavos cuando la esclavitud es abolida. Castilla
termina siendo un tímido reformador y promotor de un proceso de
indemnización cargado de favoritismo pagado puntualmente entre 1860
y1861. No salen las sumas cuando se trata de verificar cuántos esclavos
había y cuantos se indemnizaron.

 
4.- LA MODERNIZACIÓN Y SUS SECUACES

Alquiler de militares, el legado de Leguía y los civilistas, escándalos del


Oncenio de Leguía y sanciones inaptas entre 1884 y 1930, se presentarían
en el cuarto ciclo de corrupción, iniciado con la recuperación de la posguerra
del Pacífico y marcada por la implementación de medidas para el freno de la
corrupción, las cuales serían totalmente abandonadas y malogradas por las
prácticas corruptas, fortalecidas durante el oncenio de Augusto B. Leguía.

5.- DICTADORES VENALES Y PACTOS SECRETOS (1931–1962)

Un coronel populista frente al APRA, la Restauración con Benavides, la


política de guerra sin principios, la transición en la cuerda floja y la
recompensa del general Odría: perdonar y olvidar, fueron las
características del quinto ciclo de corrupción.

La reconstrucción del orden institucional, después del oncenio de Leguía,


llevaría a constantes choques políticos que sirvieron de cortina de distracción
para los tratos ilegales en las compras de armas y en el manejo de la deuda
externa.
A veces la búsqueda de pactos políticos trascendió las fronteras, como
cuando
en 1936, los apristas intentaron convencer al presidente boliviano de aquel
entonces para que les ayudase a derrocar Óscar R. Benavides.
En caso de triunfo, los complotados antiimperialistas prometían que nuestro
país «no se opondría a que Chile cediera a Bolivia una salida al mar a través de
territorios que habían sido peruanos». Y así, en ese contexto histórico de
política oportunista y clientelista y supuestos líderes patriarcales en cada página
del detallado estudio, salta la pregunta sobre si acaso la falta de escrúpulos y la
corrupción no son excesos del poder sino más bien algunos de sus
fundamentos.

6.- ASALTOS A LA DEMOCRACIA (1962- 1990)

Las promesas rotas de Belaunde, el escándalo del contrabando, la


revolución militar, la negligencia benigna y los medios de Alan García,
fueron los rasgos característicos de este período.

Entre 1963 y 1989 la corrupción de nuevo reinó. Un ejemplo de ellos se


encuentra en los militares y su clásico modelo de gobierno, a través de
decretos ejecutivos en donde la ineficiencia y la corrupción llevaron a
constantes déficits, de nuevo financiados con sospechosos contratos de
deuda externa, costumbres que no fueron ajenas al gobierno populista de
Alan García, que dejaría al país sumido en una fuerte crisis económica.

7.- CONSPIRACIONES CORRUPTAS (1990–2000)

Corrupción remozada, Dictadura cívico – militar, redes de corrupción,


participación del Sector Privado, corruptelas militares, colusión con el
narcotráfico y caída cinemática, son las características de este último
período de corrupción.

Este período no podía ser otro que el registrado entre 1990 y 2000,
comandado por el binomio Fujimori-Montesinos, quienes, a través de la
cooptación de todas las ramas del poder público, tras el autogolpe de 1992,
gozaron de plenas libertades para hacerse con los fondos públicos.

Esta es una breve lista que sintetiza las coincidencias en el ejercicio del
poder de varios presidentes de la república en la historia del país, en los
últimos dos siglos.

III.EFECTOS DE LA CORRUPCIÒN
Pues bien, esta generalidad y extensión de la corrupción, así como las nuevas
características que viene adquiriendo en este último tiempo, llevan consigo
efectos sumamente graves en la vida política, económica y social de un país.
1. En el ámbito político, efectivamente, la corrupción influye en la
inestabilidad política de los Estados. Los cambios de régimen, en mayor o en
menor medida, son explicables desde la constatación de factores de corrupción
precedente. Y es que este fenómeno socava brutalmente la confianza de la
ciudadanía en el funcionamiento regular de las instituciones políticas. Esta
desconfianza detiene precisamente el desarrollo de estas instituciones y
encuba situaciones que pueden determinar un explosivo ambiente de
insatisfacción social. La corrupción sistemática socava la legitimidad de los
gobiernos, especialmente la de los democráticos, los que incluso pueden verse
amenazados por golpes de Estado dirigidos por líderes totalitarios.
Paradójicamente, en los países no democráticos, esto es, autoritarios o
dictatoriales, la corrupción no siempre es desestabilizadora, aunque siempre
opera contra las reglas de un poder abierto y justo.
Como puede apreciarse, esto último es ciertamente aplicable a la realidad
política peruana, si no, recordemos el periodo del régimen del gobierno aprista
que precedió al régimen autoritario que gobernó el Perú durante la década de
los años 90.
Finalmente, la corrupción también reproduce y consolida la desigualdad social,
consolida el clientelaje político y perpetúa la ineficacia de la burocracia y, por lo
tanto, impide contar con una administración pública eficiente al servicio de la
satisfacción de los derechos de los peruanos.
2. Económicamente, los especialistas señalan a la corrupción como
un factor de ineficiencia y desperdicio en el aprovechamiento de
los recursos y en la implementación de las políticas públicas. En
efecto, cuando el soborno se convierte en práctica corriente, los contratos
gubernamentales, las concesiones, las licitaciones, las privatizaciones no
son adjudicados a los postores más eficientes y profesionales, sino a los
que tienen mejores contactos y carecen de escrúpulos. Ello,
evidentemente, perjudica los intereses del Estado y por ende los intereses
de todos los ciudadanos.
Igualmente, la corrupción conlleva a que la redistribución de la riqueza se
reasigne a favor de aquellos que detentan alguna forma de poder
monopólico, esto es, de sectores con mayor capacidad adquisitiva,
en perjuicio de las capas menos favorecidas y a las que generalmente
van destinados los fondos públicos.
Así mismo, algunos estudios econométricos nos indican que existe una
“correlación negativa entre crecimiento y altos niveles de corrupción”, lo
que significa que a mayores niveles de corrupción menores serán los
índices de crecimiento económico de un país.
3. Pero el efecto más grave, es que la corrupción atenta contra una
de las condiciones necesarias de la vida en sociedad: la confianza
recíproca entre los ciudadanos y en la colectividad, debido a
lo imprevisible del comportamiento entre unos y otros.
Este sentimiento de desconfianza en las instituciones y entre los propios
conciudadanos quiebra las bases del contrato social llevándonos a un
clima de anomia y desestructuración social. Es cierto que los
gobernantes no encarnan el Estado en su conjunto y es asimismo cierto
que concretos casos de criminalidad gubernativa no convierten al Estado
en una organización criminal; pero es incuestionablemente cierto que los
gobernantes son órganos del Estado, y sobre todo que representan la
imagen visible del mismo. La conclusión es evidente: la criminalidad
gubernativa tiende a difuminar la ecuación entre Estado y legalidad y, por
consiguiente, tiende a deslegitimar el Estado ante los ciudadanos”.

De plano, todo este panorama de causas y efectos que hemos expuesto


nos muestra un fenómeno cuya represión desborda su tratamiento
meramente jurídico penal y nos exige poner atención, además, en otro tipo
de políticas de carácter extrajurídico o extrapenal.

IV. PROPUESTAS PARA MENGUAR EFICAZ Y


DEMOCRÁTICAMENTE LA CORRUPCIÓN

Antes del develamiento de la corrupción montesinista, ¿Cuál era


nuestra percepción sobre la corrupción?
Generalmente observábamos en la ciudadanía una actitud pesimista al
momento de plantear estrategias o medidas viables para enfrentar una
extendida situación de corrupción. Esa sensación se aprecia incluso en
un sector importante de nuestra población, la cual se encuentra aún
incrédula frente al desenlace de esta operación de manos limpias en
nuestro país.
Sin embargo, pocos saben que existen diversas experiencias
comparadas, de alguna manera exitosas, que nos han dejado algunas
herramientas valiosas que pueden ser utilizadas en nuestro país a efectos
de disminuir los niveles de corrupción:

1. INGLATERRA Y EL INFORME DEL COMITÈ NOLAN (1995)


2. LA COMISIÓN INDEPENDIENTE CONTRA LA CORRUPCIÓN DE
HONG KONG
3. LA RESPUESTA JUDICIAL DE ITALIA: TANGENTOPOLI.

Estas experiencias han enfrentado el problema de la corrupción de forma


drástica y por lo menos dos de ellas se iniciaron con un impacto severo en
la cúpula de élite política y social.
Para el caso peruano esperamos que la experiencia del sistema judicial
anticorrupción iniciada durante el Gobierno de transición del Presidente
Valentín Paniagua, culmine procesando y eventualmente condenado a los
principales responsables de la corrupción gubernamental llevada a cabo en
el Perú en la década de los años 90.

De otro lado, ninguna disposición normativa o diseño organizacional


alternativo puede resultar eficaz contra la corrupción si no se presentan y
mantienen dos presupuestos básicos: en primer lugar, es imprescindible un
mínimo consenso político favorable a esta causa. Este contexto no sólo
dota de legitimidad a las políticas que se implementen, sino que otorga
continuidad a las mismas por encima de las coyunturas particulares. En
segundo lugar, resulta necesaria la garantía de una suficiente
independencia interna (dentro de su propio aparato institucional) y
externa (respecto de influencias del poder político o económico de turno)
de los órganos responsables del sistema de administración de justicia
(Ministerio Público, Poder Judicial y Policía Nacional del Perú).
Efectivamente, el Ministerio Público como titular único de la acción penal,
así como el Poder Judicial, órgano de decisión de los conflictos, son
órganos del sistema de justicia que deben superar su histórica pasividad
e ineficacia frente a los abusos del poder. La independencia en el
desarrollo de sus funciones es presupuesto esencial de una política eficaz
de persecución de la corrupción. Sólo esta independencia les otorga la
fortaleza necesaria para enfrentar los costos de esta causa nacional.

5. PROPUESTAS DE REORGANIZACIÓN ESTATAL


La idea de potenciar este tipo de propuestas en el ámbito
organizativo y administrativo resulta no sólo de su mayor capacidad
preventiva con respecto a la mera aplicación de sanciones punitivas,
sino también de que a través de estos mecanismos evitamos recurrir
indiscriminadamente al derecho penal y a sus instrumentos, muchas
veces restrictivos de derechos fundamentales de la persona.
Se trata de mecanismos de carácter técnico u organizativos
implementados dentro del aparato estatal a efectos de disuadir o
evitar contextos que favorezcan la materialización de actos de
corrupción. Entre ellos podemos referir los siguientes:

1. Incentivar la competencia de la economía y la asignación del


manejo de recursos estatales a sectores privados
Evidentemente contribuyen a reducir los incentivos para la
corrupción todas aquellas políticas que implican menos
intervención estatal en la economía (restricción de exportaciones,
subsidios, tipos de cambio preferenciales, control de precios, etc.) y
en su lugar se potencie la competencia en el mercado nacional. En
efecto, como señala Rose Ackerman, si el Estado no tiene
autoridad para restringir exportaciones, o no otorga tipos de cambio
preferencial, por ejemplo, no ofrece espacios para la corrupción. Un
ejemplo típico lo ofrece el primer Gobierno del presidente García:
subsidios, tipos de cambio preferenciales (dólares MUC), etc.
Sin embargo, no quiero decir con ello que la ausencia del Estado en
todos los sectores de la economía sea la solución a los problemas
de la corrupción. Es evidente que la presencia del Estado es
necesaria en varios sectores de servicios públicos. En estos casos,
es necesario implementar regulaciones internas adecuadas como, por
ejemplo, el incentivo de la propia competencia dentro de la
administración pública. Por otro lado, también existen riesgos de que
la corrupción se traslade al sector privado, sobre todo cuando se
forman monopolios en algunos ámbitos de la economía, de ahí
también la importancia de instituciones estatales como el Indecopi,
que supervisa y promueve un ambiente de libre competencia en el
sector privado.
2. Transparencia progresiva y control permanente en las
negociaciones y transacciones realizadas por los funcionarios
Esta es la idea del mencionado informe Nolan. Al establecerse un
sistema de denuncias confidenciales, se expone permanentemente a
los funcionarios públicos a tener que estar en capacidad de dar
explicaciones fundadas de las decisiones que constantemente
adoptan. A ello puede ayudar el establecimiento de reglas claras y
precisas. De igual función lo constituyen las auditorias internas y
externas a la que deben estar expuestas las diversas unidades
administrativas, sobre todo las que muestren sospechas sobre un
alto grado de corrupción.
Pero la transparencia en la actuación administrativa no sólo debe
estar expuesta por los mecanismos contables o denuncias internas
dentro de la administración pública. Esta transparencia sobre todo
debe ser permanentemente fiscalizada por la sociedad civil
organizada, y en especial por la prensa de investigación. La lógica
de la democracia y del Estado de derecho debe materializarse en
estos mecanismos de control que se practican desde un ejercicio
libre de la prensa. ¡Cuántas transacciones corruptas
permanecieron en la oscuridad debido a una prensa que en su
mayoría renunció a su trabajo de crítica a la gestión pública del
régimen! Cuestión escandalosa resultó ser la forma en que los
medios de comunicación más importantes sujetaron su capacidad de
fiscalización a los lineamientos del régimen fujimorista.

3. Evitar la concentración de funciones y de poderes


discrecionales en los funcionarios públicos
La necesidad de un mayor grado de transparencia y control sólo
es posible con la determinación de reglas claras tendientes a evitar
la concentración de amplias funciones en determinadas unidades de
la administración pública y, a su vez, con la delimitación de las
facultades discrecionales de los funcionarios. Así, por ejemplo, es
posible hacer “que trabajen en equipos con supervisión
inmediata, de tal modo que ningún funcionario tenga oportunidad
de tomar grandes decisiones por su cuenta”. Ejemplo de ello son los
enormes recursos que se manejaban desde el Ministerio de la
Presidencia y desde el Ministerio de la Mujer, precisamente
los ministerios con mayor cuestionamiento de corrupción durante
las campañas electorales.

– Reforma del servicio civil


En el ámbito del servicio civil se han sugerido una serie de reformas
y modificaciones. En primer término, se asume la necesidad de
contar con los agentes técnicamente más capaces, pero a la vez
honestos y confiables. Esto último, aunque conlleve un cierto grado
de destinación de cierta capacidad técnica. El profesor Kirtgaard nos
informa ya de la existencia en el medio de pruebas psicológicas para
investigar la honestidad, que han dado buenos resultados en predecir
la “integridad de la persona en el puesto”.
Por otro lado, se sugiere en este campo la rotación de personal,
a fin de evitar la formación de connivencias y arreglos entre
“colegas” en un distorsionado espíritu de cuerpo.
Y, finalmente, el establecimiento de códigos de ética para la función
pública. Se entiende que el fundamento de esta necesidad reside en
la propia idea moral del Estado como una entidad supraindividual que
busca el bien común. Lógicamente, un código de ética para la función
pública no es la solución final para la corrupción, sin embargo,
permite, a través de disposiciones de principio, evitar los espacios
confusos y contradictorios que podrían generar las múltiples normas
que regulan las funciones del Estado. Teniendo una mayor claridad y
unidad sobre lo correcto e incorrecto en la actuación pública se
favorece la universalización de las normas de conducta de los
funcionarios públicos y se evita la dispersión normativa. Esta es la
apuesta que desde hace un tiempo viene impulsando la Defensoría
del Pueblo en nuestro país, quien, entiendo, ha sido una de las
primeras instituciones en adoptar una directiva estricta de neutralidad
en las elecciones, experiencia seguida por todos los organismos del
Poder Ejecutivo.
PREGUNTAS CON DESARROLLO

PREGUNTA 01
Uno de los objetivos de la firma del Contrato Dreyfus fue:
A) cancelar la deuda interna y externa.
B) financiar la manumisión de los esclavos.
C) consolidar la migración de chinos.
D) acabar con la contribución indígena.
E) solucionar el déficit presupuestal.

PREGUNTA 02
En su primer gobierno constitucional, Alan García Pérez estableció una
política económica heterodoxa, que se caracterizó por:
A) el libre mercado y la promoción de la inversión.
B) los tratados comerciales y la dolarización de la economía.
C) el control de precios y las políticas de subsidios.
D) la promoción del turismo y el libre cambio.
E) los pactos internacionales y la prioridad de la deuda externa.

PREGUNTA 03
Hacia mediados del siglo XIX, los gobiernos del Perú se vieron
envueltos en grandes hechos de corrupción de nuestra historia, debido
a las utilidades generadas por la explotación guanera. El mayor de ellos
fue:
A) la manumisión de los esclavos.
B) el pago de la deuda externa.
C) la compra de armas en el extranjero.
D) la consolidación de la deuda interna.
E) la construcción de los ferrocarriles.

PREGUNTA 04
Entre 1850 y 1860, la corrupción estatal llegó a niveles extremos. Los
recursos monetarios recibidos por el comercio del guano de las islas
convirtió al Estado peruano en un botín de civiles y militares en el
poder. Los grandes recursos del guano llegaron a manos del Estado
porque las islas guaneras eran propiedad estatal, razón por la cual, la
lucha por el poder político se convirtió en un negocio altamente
rentable. Los gobiernos de Castilla y Echenique legalizaron
el saqueo del Estado a través de:
A) la consolidación de la deuda interna y la manumisión de los esclavos.
B) el incremento de exoneraciones tributarias y la entrega de tierras.
C) el aumento de los préstamos estatales y la libertad de comercio.
D) el control financiero a los consignatarios del guano y la venta de esclavos.
E) la creación de bancos de fomento y la amnistía Tributaria

PREGUNTA 05
Un lector interesado en la historia del Perú decimonónico halló una
caricatura donde se presenta una escena del periodo de la era del
guano titulada Gratitud de los gallinazos. El personaje ilustrado fue un
ministro acusado de ser cabecilla de los consolidados y favorecer a sus
amigos. Esta imagen ilustra uno de los episodios más importantes de la
............... en el país.

A) violencia política
B) ineficacia estatal
C) crisis generalizada
D) corrupción pública
PREGUNTA 06
El acuerdo que permitió canjear la deuda externa del gobierno peruano
por la concesión temporal de una serie de bienes públicos y recursos
naturales del Estado fue el Contrato:
A) Dreyfus.
B) Meiggs.
C) Gildemeister.
D) Larco.
E) Grace.

PREGUNTA 07
Durante la dominación española, con la finalidad de mantener indiviso
el patrimonio acumulado y evitar así dejar en la pobreza a los
herederos, se introdujo una institución llamada:
A) audiencia.
B) capitanía.
C) cacicazgo.
D) mayorazgo.
E) reducción

PREGUNTA 08
Durante el gobierno del presidente Juan Antonio Pezet, se firmó el
Tratado Vivanco-Pareja, que fue considerado lesivo para los intereses
del país; por ello, se produjo la protesta de la población de Lima y de
diferentes ciudades. Esto ocasionó:
A) el establecimiento de relaciones diplomáticas con España.
B) la ocupación por los españoles de las islas de Chincha.
C) el incidente con trabajadores españoles en la hacienda Talambo.
D) el levantamiento en Arequipa del general Mariano I. Prado.
E) el envío por España de una expedición científica a América.

PREGUNTA 09
Durante el segundo gobierno de Augusto B. Leguía (1919-1930), se dio
la Ley de Conscripción Vial de 1920, que obligaba a los indígenas
varones de 18 a 60 años a trabajar en la ……… y de esta forma
contribuir al desarrollo e integración del país. Sin embargo, esta medida
se convirtió en la práctica en un mecanismo de ……..:
A) implementación de trochas - sometimiento
B) reparación de ferrocarriles - marginación
C) construcción de carreteras - explotación
D) ampliación de cárceles - expoliación
E) fabricación de vehículos - empobrecimiento
PREGUNTA 10
Entre 1822 y 1872, el Estado peruano obtuvo de los capitalistas ingleses
nueve préstamos; el último préstamo obtenido por el presidente Manuel
Pardo en 1872 a través del empresario francés Augusto Dreyfus, se
destinó fundamentalmente a la construcción de los ferrocarriles del
centro y sur del país y:
A) al pago de la deuda externa.
B) al embellecimiento de Lima.
C) a la compra de armamentos.
D) al fortalecimiento del ejército.
E) a las obras de irrigación.

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