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LA CORRUPCION EN EL PERU

Este fenómeno se viene desarrollando en el año 1532 cuando se inicio la masacre


hecha por los españoles y que fue disfrazada como la conquista española, y que
tuvieron apoyo de algunas etnias que en ese entonces estaban debajo del dominio
de los incas (los cañaris, Chachapoyas, entre otros) logrando la conquista del
Cuzco, la etapa de la colonización como muchos han de saber duro 40 años.

En el tiempo de la colonización del Perú, tanto españoles como algunos indígenas


con ciertos beneficios que obtuvieron al apoyar a los españoles practicaban de
forma increíble la más conocida es el cobro del tributo, los que corregidores que
eran los encargados de cobrar los tributos lo hacían mas allá de lo permitido, ellos
junto con la complicidad de los caciques y curas practicaban la doble contabilidad
logrando incrementar sus ingresos.

En el final del virreinato y de la emancipación San Martín y su ministro


Monteagudo, dilapidaron a la elite mercantil y económica de Lima. Los oficiales
pedían compensación y recompensas por sus hazañas patrióticas: Sucre,
O´Higgins, Echenique, etc. Cochrane, se apropió de las reservas de plata. El
Congreso servil recompensó a Bolívar con un millón de pesos. Gamarra
(gobernador del Cusco) premia a Bolívar con 80 medallas de oro y plata recién
acuñadas. Turbios préstamos externos por millones de libras esterlinas,
impagables, diplomáticos como Iturregui encontraron forma de enriquecerse.

Surgen los caudillos militares: Santa Cruz, Gamarra, Gutiérrez, Castilla,


Echenique, que reclamaron al nuevo Estado, el pago y recompensa por haber
independizado al Perú, y condujo a la corrupción, donde se acumulaba riquezas a
costa de los dueños de las tierras y propiedades que pertenecían a ciudadanos y
campesinos, a través de conexión de corruptelas entre los “caudillos militares”, los
funcionarios y los intermediarios privados.

Una de las formas de corrupción más grande fueron las políticas de prohibiciones
y barreras al libre comercio que condujeron a que los diplomáticos e intermediarios
privados, coludidos con las autoridades del país y sus funcionarios, pongan en
práctica diversos negociados para el ingreso y salida de productos de primera
necesidad, a cambio de comisiones a costa del nuevo Estado, que necesitaba
tributación para fortalecerse económicamente.

Esta prohibición del libre comercio, conllevo a negociados a través del


contrabando de productos, otra forma de la corrupción era que permitía el
enriquecimiento de aquellos funcionarios que dejaban circular subrepticiamente
los productos, sin ningún tipo de impuestos a favor del erario nacional. Todavía
este brazo de la corruptela, se deja ver actualmente en nuestros puertos,
aeropuertos y fronteras del país. Aquellos comerciantes que no querían formar
parte de este círculo vicioso de comisiones y corrupción en los diversos niveles,
sufrían diversas restricciones para comercializar sus productos como leyes
prohibitivas de libre comercio o el pago excesivo de impuestos.

. Fue el período más corrupto de nuestra historia: Desde los consignatarios que
inflaban los costos y subvaluaban las ventas en perjuicio del Estado, hasta el
fraude en el pago de la deuda interna y la manumisión de los esclavos, donde los
supuestos afectados falsificaban documentos hasta con la firma de San Martín,
para salir beneficiados, pasando por los sobornos y extorsiones hacia el Estado y
sus funcionarios por parte de Dreyfus y de Henry Meiggs –prófugo de la justicia en
EE.UU. por el delito de estafa- que habría recurrido a malas artes para poder
construir sus ferrocarriles, que muy poco beneficiaron a la sociedad

Y no olvidar la escandalosa Ley de Consolidación, que habiendo sido creada por


Castilla para que el Estado honre sus deudas, la displicencia de su sucesor Rufino
Echenique, la convirtió en un festín para los corruptos; pues no sólo se pagaron
exorbitantes sumas de dinero, sino que se aceptaron –con total certeza-
documentos falsificados para salir irregularmente beneficiados, entre ellos
muchos parientes, amigos y allegados de Echenique. Tal vez no robó, pero dejó
que robaran descaradamente, lo que le costó su salida a inicios de 1855 -a sólo
dos años de haber juramentado- debido a una revolución encabezada por su
predecesor Castilla. Tal corrupción fue posible porque el Estado no tenía la
posibilidad de contar con funcionarios suficientes y suficientemente honestos para
realizar un efectivo control de las operaciones económicas sin ceder a las
presiones y caer en la corrupción.

Domingo Elías, un reformador liberal, aplicó reformas civiles y liberales contra los
liderazgos de los caudillos militares. Sus reformas en un inicio, chocaba contra las
políticas de los gobiernos iníciales de la independencia, denunció en un inicio los
actos de corrupción de los caudillos militares, siendo los gobernantes José Rufino
Echenique y Agustín Gamarra, como los gobiernos más corruptos del naciente
periodo republicano.
Domingo Elías, intentó hacer frente a la corrupción de los inicios de la República,
pero lamentablemente el sistema imperante condujo a que hiciera posteriormente
de esa débil administración estatal, una maquinaria para beneficiarse
personalmente a través de los Vales de Manumisión, que fue una herramienta
para compensar económicamente a los ex dueños de los esclavos.

Domingo Elías, apoyó esta medida que, le favorecía, por haber tenido en sus
fincas, esclavos que trabajaban sus tierras. Estos vales, entregado en el gobierno
de Ramón Castilla, costó al erario nacional un aproximado de 8 millones de pesos,
y lo paradójico de esta situación, es que aquellos que luchaban contra la
corrupción de la República inicial, se beneficiaron de esta forma corrupta de robar
dinero al Estado.

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