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Tema: Jesús sana a un ciego de nacimiento

Texto: Juan 9:1-12

Introducción: Antes de que comencemos a analizar el contenido de este capítulo, es


importante que nos detengamos un momento para ver su relación con el contexto.

En el capítulo anterior el Señor Jesús había afirmado que él es la Luz del mundo: (Jn
8:12) "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."

Y el milagro que encontramos aquí en el cap. 9 que el Señor diera la vista a un hombre
ciego de nacimiento, sirve de ilustración de lo que Jesús vino hacer… traer la Luz que el
mundo que estaba en oscuridad necesitaba en todos los ámbitos…

También en el contexto con el capítulo anterior, terminó con los judíos intentado matar
a Jesús… y ahora en el cap. 9 vamos a ver que su odio se extiende también a cualquiera
que llegara a confesar que Jesús era el Mesías. Quien se atrevía a hacerlo sería
expulsado de la sinagoga, como lo dice (Jn 9:22), lo que implicaba la exclusión de la vida
religiosa y social del judaísmo.
Esta fue la suerte que corrió el ciego que recibió el milagro del Señor, fue expulsado
finalmente por los judíos simplemente porque había hablado bien de aquel que le
había sanado.
Lee Juan 9:1-12
"Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos,
diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió
Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se
manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el
día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el
mundo, luz soy del mundo.
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del
ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue
entonces, y se lavó, y regresó viendo. Entonces los vecinos, y los que antes le habían
visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: Él
es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los
ojos? Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos,
y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron:
¿Dónde está él? El dijo: No sé."

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Debemos destacar, que en el Antiguo Testamento no hay una historia de una
sanidad de ceguera de nacimiento.
Tampoco encontramos en el ministerio de los discípulos y apóstoles de Jesús una
sanidad de este tipo… entonces este milagro debe llamarnos la atención…
En todas las Escrituras solamente Jesús realiza el milagro de dar vista a un ciego de
nacimiento… Según la Escritura, dar vista a los ciegos solo se le podía atribuir a Dios…
En el Antiguo Testamento encontramos la gran ESPERANZA de que Dios mismo en
persona daría vista a los ciegos.
 Salmo 146:8 dice: “Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los
caídos; Jehová ama a los justos…”

Y los profetas hablaron sobre la gran esperanza de que el MESÍAS traería vista a los
ciegos.
 Isaías 29:18 dice: “En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos
de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas…”
 Isaías 42:6-7 dice: “6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano;
te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, 7 para que
abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de
prisión a los que moran en tinieblas…”

En todos los casos bíblicos se atribuyen, que el dar vista a los ciegos es un acto
divino, una función solamente atribuible a Dios.
¡Tan sólo este hecho debe llevarnos a comprender el potente mensaje detrás de esta
sanidad!
Pero hay más que el pasaje puede enseñarnos… porque los discípulos de Jesús traen
a colación un tema teológico muy importante: ¿Cuál es la causa de las aflicciones en el
ser humano?
Para los discípulos solamente cabían dos posibilidades que explicaban la condición del
ciego: su propio pecado o el pecado de sus padres... (v. 3)
Se ve que no mostraron interés en ayudar al hombre, sino solo en discutir la causa de
su condición… Preguntan por el culpable de su situación, ya que en aquella época se
pensaba que la pobreza y la enfermedad eran castigo por algún pecado cometido.

2
Esta forma de pensar la podemos ver en el Antiguo Testamento en los amigos de Job
quienes estaban convencidos que su sufrimiento era un castigo por algún terrible
pecado.
El problema en el caso de este hombre es que él nació siendo ciego. Esto generó una
complicación en el razonamiento de los discípulos: ¿Cómo pudo pecar estando en el
vientre materno? ¿Cómo se explica que es ciego de nacimiento?

O ¿Acaso él está siendo castigado por el pecado de sus padres? preguntaron a Jesús.

El Señor corrige a los discípulos rechazando ambas posibilidades. El sufrimiento del


ciego no tiene que ver con su pecado ni con el pecado de sus padres.

La respuesta de Jesús es que la ceguera de nacimiento de ese hombre tiene un


propósito que los discípulos no lo imaginaron: demostrar la gloria de Dios…

Pero no debemos pensar que los discípulos fueron desubicados o ignorantes al realizar
esta pregunta, porque...
Varias veces en la historia del pueblo de Dios se evidencia que las aflicciones
personales sobrevinieron a algunos precisamente como consecuencia de su
pecado.
En la historia bíblica encontramos muchos pasajes que demuestran que, efectivamente,
la aflicción puede ser un justo castigo o consecuencia directa del pecado de una
persona que falló o desobedeció a Dios. Por ejemplo:
 El hijo de David y Betsabé murió (2 Sam. 12:15-23).
 Míriam, la hermana de Moisés sufrió lepra por el pecado de la crítica (Num.
12:1-10).
 Ananías y Safira murieron por mentir al Espíritu Santo (Hechos 5:1-11).
 El apóstol Pablo dice que muchos están enfermos o incluso han muerto por
tomar la Cena del Señor de manera pecaminosa (1 Corintios 11:27-32).
Entonces, sí es posible que alguien sufra una enfermedad como consecuencia directa y
como el justo castigo por su pecado. Pero eso no quiere decir que todas las
enfermedades son parte del castigo de Dios por el pecado.

De hecho, Jesús enseña que la ceguera del hombre es para la gloria de Dios… ¡Hay
algunas veces donde los sufrimientos y el dolor tienen un propósito maravilloso en los
hijos de Dios! Ese propósito siempre será que Dios se glorifique en las vidas y dolores
de sus hijos.
¿Cómo se manifiesta la gloria de Dios en el ciego? La respuesta es: demostrando que
Jesús es el Señor, el Mesías.
3
En los versos 3 y 4 vemos que el Señor habla con un fuerte sentido de urgencia sobre
su misión. Él ha venido a hacer las obras de Dios “mientras sea de día”, el sentido es
que hay un trabajo que hacer en esta tierra.

En el verso 5 encontramos el propósito fundamental de la sanidad: demostrar que


Jesús es la luz del mundo. Hasta ahora Él había declarado esta verdad, ahora está
actuando esa verdad, está dando luz al ciego, algo que según el Antiguo Testamento
solamente Dios podía hacer y que el Mesías lo haría cuando llegue al mundo ¡Se ha
cumplido! Jesús es Dios encarnado y el Mesías.

Dolor, enfermedad, sufrimiento… son parte de nuestra realidad. Y aunque no


podemos evitar todas estas difíciles circunstancias hacemos todo lo posible por no
sufrir ninguna. El ser humano es débil y muchas veces las aflicciones o sufrimientos
que vivimos nos llevan a preguntarnos ¿Por qué?
En los tiempos de Jesús los judíos tenían un pensamiento muy peculiar del origen y la
causa de las aflicciones. El pasaje que estudiaremos hoy nos lleva a profundizar sobre
los maravillosos planes de bendición que Dios tiene para sus hijos aún por mdio de la
aflicción y la enfermedad.
Ora pidiendo entendimiento y fe para leer las Escrituras.

 Según el relato ¿Quién tomó la iniciativa para dirigir la atención de todos hacia
el ciego? (no olvides este punto).

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 De acuerdo a la pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús en el verso 2 ¿Qué
pensaban los discípulos acerca del origen de las aflicciones y enfermedades?

 En la respuesta de Jesús ¿Qué afirma Él sobre la condición del ciego? ¿Cuál fue
el propósito de su ceguera?

 ¿Cómo sanó Jesús al ciego?

 Esta sanidad está descrita de una manera que produzca asombro en las personas:
se trata

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de un hombre que ha sido limitado por su ceguera toda su vida y ahora ve por
primera vez
¿Qué tipo de reacciones y sentimientos tendrías tú al ver algo semejante?

 ¿Cuáles fueron las reacciones de las personas que conocían a ese hombre?

1. Profundizando.
Debemos destacar, que no hay una historia de sanidad de ceguera en todo el
Antiguo Testamento.
Tampoco encontramos en el ministerio de los discípulos y apóstoles de Jesús una
sanidad de este tipo, así que debe llamarnos la atención…
En todas las Escrituras solamente Jesús realiza el milagro de dar vista a los ciegos.
Pero esto no quiere decir que el Antiguo Testamento no diga nada acerca de dar
vista a los ciegos ¡Al contrario!
En el Antiguo Testamento encontramos una gran ESPERANZA de que Dios mismo
en persona daría vista a los ciegos.
 Éxodo 4:11, dice: “Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o
quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
 Salmo 146:8 dice: “Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los
caídos; Jehová ama a los justos…”

También los profetas hablaron sobre una gran esperanza de que el MESÍAS traería
vista a los ciegos.
 Isaías 29:18 dice: “En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los
ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas…”
 Isaías 35:5 dice: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los
sordos se abrirán…”
 Isaías 42:6-7 dice: “6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la
mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, 7 para
que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de
casas de prisión a los que moran en tinieblas…”

6
En todos los casos bíblicos se atribuye que el dar vista a los ciegos es un acto
divino, una función solamente atribuible a Dios.
¡Tan sólo este hecho debe llevarnos a comprender el potente mensaje detrás de
esta sanidad!
Pero hay más que el pasaje puede enseñarnos, porque los discípulos de Jesús
traen a colación un tema teológico muy importante: ¿Cuál es la causa de las
aflicciones en el ser humano?
Para los discípulos solamente cabían dos posibilidades que explicaban la condición
del ciego: su propio pecado o el pecado de sus padres... Podemos presentar su
forma de pensar de la siguiente manera:
 Todo sufrimiento es castigo de Dios por el pecado cometido.
 Por lo tanto, está siendo castigado por un terrible pecado.

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Premisa 1 Todo sufrimiento es castigo de Dios por el pecado cometido.
Premisa 2 Este hombre es ciego (un terrible sufrimiento).
Conclusión Por lo tanto, está siendo castigado por un terrible pecado.

Esta forma de pensar era ampliamente sostenida. Lo podemos ver en el Antiguo


Testamento en los amigos de Job quienes estaban convencidos que si sufrimiento
era un castigo por algún terrible pecado.
El problema en el caso de este hombre es que él nació siendo ciego. Esto generó
una complicación en el razonamiento de los discípulos: ¿Cómo pudo pecar
estando en el vientre materno? ¿Cómo se explica que es ciego de nacimiento?
Por lo tanto, ellos se preguntan si acaso él está siendo castigado por el pecado de
sus padres. Ambas opciones tienen serias dificultades, por lo tanto le preguntaron
a Jesús.
El Señor corrige a los discípulos rechazando ambas posibilidades. El sufrimiento
del ciego no tiene que ver con su pecado ni con el pecado de sus padres.
La respuesta de Jesús es que la ceguera de nacimiento de ese hombre tiene un
propósito que los discípulos no lo imaginaron: demostrar la gloria de Dios.
Sin embargo no hay que concluir inmediatamente que los discípulos fueron torpes
en su pensamiento. Varias veces en la historia del pueblo de Dios se puede
evidenciar que las aflicciones personales sobrevinieron sobre algunos
precisamente como consecuencia de su pecado.
En la historia bíblica encontramos muchos pasajes que demuestran que,
efectivamente, la aflicción puede ser un justo castigo o consecuencia directa del
pecado de una persona que falló o desobedeció a Dios. Por ejemplo:
 El hijo de David y Betsabé murió (2 Sam. 12:15-23).
 Míriam, la hermana de Moisés sufrió lepra por el pecado de la crítica (Num.
12:1-10).
 Ananías y Safira murieron por mentir al Espíritu Santo (Hechos 5:1-11).
 El apóstol Pablo dice que muchos están enfermos o incluso han muerto
por tomar la Cena del Señor de manera pecaminosa (1 Corintios 11:27-32).
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Entonces, sí es muy posible que alguien sufra una enfermedad como consecuencia
directa y como el justo castigo de Dios por su pecado. Pero eso no quiere decir
que todas las enfermedades son parte del castigo de Dios por el pecado.
De hecho, Jesús enseña que la ceguera del hombre es para la gloria de Dios ¡Hay
algunas veces donde los sufrimientos y el dolor tienen un propósito maravilloso
en los hijos de Dios! Ese propósito siempre será que Dios se glorifique en las vidas
y dolores de sus hijos.
¿Cómo se manifiesta la gloria de Dios en el ciego?

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La respuesta es: demostrando que Jesús es el Señor, el Mesías.
En los versos 3 y 4 vemos que el Señor habla con un fuerte sentido de urgencia
sobre su misión. Él ha venido a hacer las obras de Dios “mientras sea de día”, el
sentido es que hay un trabajo que hacer en esta tierra.
En el verso 5 encontramos el propósito fundamental de la sanidad: demostrar que
Jesús es la luz del mundo. Hasta ahora Él había declarado esta verdad, ahora está
actuando esa verdad, esta dando luz al ciego, algo que según el Antiguo
Testamento solamente Dios podía hacer y que el Mesías lo haría cuando llegue al
mundo ¡Se ha cumplido! Jesús es Dios encarnado y el Mesías.
Quizá el método que empleó Jesús para sanar al ciego levanta preguntas ¿Por qué
lodo? ¿Por qué escupir? ¿Por qué debía lavarse en el estanque de Siloé?
En varias ocasiones Jesús sanó a los enfermos solamente ordenando que sean
sanos. En otras ocasiones utilizó diferentes métodos.
El punto es que Jesús realizaba sus milagros con soberanía, él no podía ser
limitado a métodos o reglas. Él curó de acuerdo a su propia voluntad.
Juan no explica por qué Jesús sanó a este ciego de esa forma tan peculiar. Sin
embargo, parece haber un poderoso eco del Génesis. Cuando se relata la creación
(Génesis 2:7) leemos que Dios creó al ser humano de la tierra. Si ésta fue la razón
porqué Jesús uso barro para darle vista al ciego, nos encontramos ante un milagro
de creación.
Luego leemos que el ciego debía lavarse los ojos en un estanque. Juan amplía la
información sobre el nombre del estanque: "Siloé" quiere decir "enviado".
El nombre del estanque tiene que ver con el hecho de que era alimentado con
aguas que eran “enviadas” por medio de canales, pero para Juan el nombre de
estanque tiene un significado teológico: En este evangelio la idea de “ser enviado”
es muy importante. Jesús es enviado por el Padre y ahora la ceguera es removida
de los ojos de ese hombre quien es enviado al estanque.
Veremos que el milagro y las situaciones que vivirá ese hombre como
consecuencia de su sanidad resultan en su salvación y le convierten en un
verdadero “enviado”, un testigo de Jesús.

1
2. Aplicando.
El pasaje termina con los vecinos y los que conocían al hombre preguntándose si
realmente de trata de él. El relato es casi cómico, los que pueden ver no creen en
sus sentidos, mientras que el que era ciego ve claramente.
Pero, espiritualmente, el hombre que había sido ciego todavía necesita más luz.
En el verso 11 se refiere a Jesús como “aquel hombre”, hay que estar atentos al
desarrollo del concepto que el hombre va teniendo acerca de Jesús y al
conocimiento al que llega luego de su segundo encuentro con el que le dio la
vista.
Hoy tú necesitas lo mismo que este hombre: recibir la luz de Jesús.
Puede ser que tengas aflicciones o enfermedades. Si eres hijo de Dios, si has
creído por fe que Jesús es el Hijo de Dios, entonces hay un propósito para tu
vida y aún para tus dolencias. El

1
propósito es la gloria de Dios.
Esa gloria se puede manifestar con una sanidad directa como la del ciego de este
pasaje.
Pero la gloria de Dios también se manifiesta con el arrepentimiento y la humildad
que nacen de un hijo de Dios arrepentido y que reconoce su pecado. Como
mencionamos antes, existe la posibilidad que algunas aflicciones sí sean
consecuencias directas del pecado. Un verdadero hijo de Dios confiará en Él y en
su perdón y aceptará la disciplina del Señor con humildad como lo hizo el rey
David.
Sobre todo, la gloria de Dios se manifiesta cuando Jesús llega a la vida de alguien.
Ése es el punto central del Evangelio de Juan: que creamos en Jesús y tengamos
vida en su nombre.

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