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Holismo
posición metodológica que postula que
los sistemas deben ser analizados en su
conjunto

El holismo (del griego ὅλος [hólos]: "todo", "por entero", "totalidad") es una posición
metodológica y epistemológica que postula cómo los sistemas (ya sean físicos, biológicos,
sociales, económicos, mentales, lingüísticos, etc.) y sus propiedades deben ser analizados
en su conjunto y no solo a través de las partes que los componen. Pero aún consideradas
estas separadamente, analiza y observa el sistema como un todo integrado y global que en
definitiva determina cómo se comportan las partes, mientras que un mero análisis de éstas
no puede explicar por completo el funcionamiento del "todo". El holismo considera que el
"todo" es un sistema más complejo que una simple suma de sus elementos constituyentes o,
en otras palabras, que su naturaleza como ente no es derivable de sus elementos
constituyentes. El holismo defiende el sinergismo entre las partes y no la individualidad de
cada una.

El holismo enfatiza la importancia del todo considerado en su globalidad, lo que es mayor


que la suma de las partes y sus interacciones (propiedad de sinergia), y brinda gran
importancia a la interdependencia de éstas y a sus variadas interrelaciones. El holismo no
trata de presentarse directamente como un axioma para el nuevo planteamiento que se
proponga resolver, aunque a veces no sea claramente expuesto como una hipótesis. Este
puede ser su principal problema de validación, al no tener demasiados estudios[1] que
referencien si cumple las propiedades del método científico.

En el campo científico, el reduccionismo es con frecuencia considerado el opuesto del


holismo. Quienes favorecen el holismo consideran que el reduccionismo científico postula
que un sistema complejo puede ser explicado mediante una simple reducción a las partes
que lo componen. Por ejemplo, los procesos biológicos son reducibles a la química, y las
leyes de la química son explicadas por la física. Desde una perspectiva holista, por el
contrario, los sistemas funcionan como conjuntos y su funcionamiento no puede ser
plenamente comprendido si solo se tienen en cuenta sus partes componentes. Es posible
que ciertos sectores del holismo nieguen la validez del sistema científico desde una posición
poco formada, aunque cada día hay más estudios[2] que refrendan el acercamiento entre el
sistema científico y el sistema holístico u holismo. Con dichos estudios se observa la
orientación concreta de cómo estudiar los sistemas como un todo, con toda su complejidad,
aunque aún se deben aportar más datos que aporten credibilidad a dicho sistema.

En las ciencias sociales, en especial en la sociología, el opuesto al enfoque holista sería el


individualismo metodológico. Un enfoque sociológico holista considera y analiza el
comportamiento de los individuos como una consecuencia de la matriz social en la que se
encuentran, mientras que el individualismo metodológico privilegia en su análisis la
interpretación subjetiva de los hechos sociales.

En consecuencia, si bien en principio sigue siendo útil dividir un problema en partes más
sencillas para así atacar y resolver cada una de ellas en forma separada e independiente
(acatando lo que se sugiere a través de la locución latina «divide et impera», o sea «divide y
reina», «divide y domina», «divide y gana»), este enfoque —según el holismo— tiene sus
límites, pues si se aplica siempre, por desgracia habrá relaciones y efectos importantes que
queden fuera, sin explicar, sin comprender, sin solucionar, sin cuantificar, sin describir.[3]

Como adjetivo, holístico u holística significa una concepción basada en la integración total y
global frente a un concepto o situación.[3] Holística sería la práctica misma de la filosofía
holista.[4]

El principio general del holismo fue resumido de forma concisa por Aristóteles en sus
escritos sobre metafísica (después o "más allá" de la física): «el todo es mayor que la suma
de sus partes», lo que hoy día puede considerarse una verdad de perogrullo.  Una bicicleta es
más que la suma de las gomas, el manubrio y la armazón. Por separado, las piezas nunca
podrían caminar.  Además, hay que saber montar la bicicleta.  Por tanto, este concepto se
puede definir como el tratamiento de un tema o de un problema de tal forma que se
consideren todos sus componentes, incluyendo sus relaciones invisibles -por el momento-
pero igualmente evidentes o existentes. Según los holistas, esta aproximación se usa como
una tercera vía o un nuevo enfoque a un determinado problema o cuestión.

Otros antecedentes

Holismo (del griego antiguo holos que significa «la totalidad», «el entero») es un neologismo
forjado en 1926 por un hombre de Estado sudafricano, Jan Christiaan Smuts, en su obra
Holism and Evolution. Según este autor, holismo es: «la tendencia en la naturaleza y a través
de la evolución creadora, a constituir sistemas (conjuntos) que en muchos aspectos son
superiores y más complejos que la suma de sus partes».[5] El holismo por tanto se define
globalmente por el pensamiento, tendiendo a explicar las partes y sus funcionamientos a
partir del todo. De esta manera, el pensamiento holístico se encuentra en oposición al
pensamiento individualista que tiende a explicar la globalidad (el todo) a partir de sus
partes.[6]

Diferentes acepciones

Actualmente se emplea «holismo» ya sea en sentido léxico, ya sea en el sentido tomado por
el término en el marco de las diferentes disciplinas (holismo ontológico, holismo
metodológico, holismo epistemológico, holismo lógico, holismo semántico, holismo
filosófico, holismo de las ciencias humanas y sociales, holismo emergentista...), ya sea por
abuso del lenguaje y como un sinónimo de aproximación sistemática o de pensamiento
complejo y regular (como una «buzzword»), lo que deja claro la falta de unidad en su
interpretación, y el hecho de que no propone dirección concreta de acción para llegar a
conocer la realidad objetiva, con la excepción de la crítica al método científico.  La propia
excesiva extensión de todo lo que sigue confirma que cada cual interpreta el sentido de la
palabra de la forma que estima conveniente.  Algunos criterios caen en el agnosticismo:  por
ejemplo, el cerebro es tan complejo que nunca llegaremos a conocer su funcionamiento.

Sentido léxico: doctrina o punto de vista que consiste en considerar los fenómenos como
totalidades.
Holismo ontológico: sistema de pensamiento por el cual las características de un ser o de
un conjunto solo pueden ser conocidas cuando se las considera y aprehende en conjunto,
en su totalidad, y no cuando se estudia cada parte por separado. Así, un ser está
enteramente o fuertemente determinado por el todo del que forma parte; es suficiente y
necesario conocer ese todo para comprender todas las propiedades del elemento o de la
entidad estudiada. Un sistema complejo se considera una entidad poseedora de
características ligadas a su totalidad y de propiedades no deducibles de las de sus
elementos. En este sentido, el holismo se opone al reduccionismo.
Holismo sociológico: el holismo aplicado a los sistemas humanos, por esencia complejos,
explica los hechos sociales mediante otros hechos sociales, de los que los individuos no
son más que vectores pasivos. Los componentes individuales están socialmente
determinados: la sociedad ejerce una restricción (poder de coerción) sobre el individuo,
que interioriza (o «naturaliza») las principales reglas y las respeta. El libre albedrío
individual por tanto no se elimina totalmente, pero estadísticamente lo que un individuo
elige no hacer otro lo hará, para un resultado social idéntico. Este punto de vista fue en
parte iniciado por Émile Durkheim. En este sentido, el holismo se opone al individualismo o
al individualismo metodológico.
Sentido general: el concepto de holismo a veces se utiliza como sinónimo de enfoque
sistémico o de pensamiento complejo. Los términos holismo, holístico, holista, intentan
difundir una creencia en una totalidad que excede la experiencia humana limitada y
pueden secundariamente servir de «comodín» para intentar justificar posiciones poco
apoyadas. Según Stephen Barrett: «los promotores del charlatanerismo son hábiles en el
uso de eslóganes y de palabras a la moda».[7] [8]
Integral: La sinergia de la partes es más efectivo que la sumatoria de cada una de ellas. El
tratamiento integral es la base del concepto holístico.

Aproximación histórica

Antigüedad

El concepto tiene raíces antiguas,[9] como en la cosmogonía mitológica de los antiguos
griegos, que hace surgir el orden del caos primordial.

Los monistas (los milesios y los atomistas griegos, Demócrito, Epicuro) perciben el universo
como una sola realidad fundamental, por lo que el mundo material y el mundo espiritual
pueden estar ligados. Mientras que los dualistas ven una separación entre el mundo material
y el mundo espiritual (Platón[10] ·[11] ).

Siglo XX

El holismo es un término nuevo introducido en los años 1920. La palabra designa en un inicio
a las doctrinas también denominadas organicistas, intentando eludir a la vez el
determinismo y el finalismo, o quizás intentando conciliarlos, insistiendo sobre el carácter
específico del organismo, desprovisto de toda concepción interna. Para estos holistas, los
cuerpos vivos son totalidades que no son susceptibles de análisis y que no se explican por
una conjunción de sus partes; hay alguna cosa, según ellos, que ordena estas partes y que
no es del orden de la causalidad eficiente. Para Aristóteles, es la forma, organizadora y
conservadora del ser viviente (forma est qua ens est id quod est)[cita requerida]. Este principio de
relación ha tenido otras denominaciones: entelequia, fuerza vital, principio
director[cita requerida].

Al principio del siglo XX, los progresos de las ciencias físicas y bioquímicas así como la
teoría darwiniana diseñan un mundo donde la frontera entre vivo e inanimado parece tener
que desaparecer (contrariamente a lo que afirmaba Kant). Se desarrolla un movimiento
cuyos miembros consideran la explicación mecanicista como universalmente válida, pero
que aún están vinculados a la presencia de una causa final. Postulan la existencia de formas,
de tipos de organización que tienden a autorealizarse, de potenciales que guían la evolución
hacia una meta asignada (principio antrópico o punto Ω de Pierre Teilhard de Chardin).

Jan Christiaan Smuts



El holismo de J. C. Smuts es un punto de vista metafísico sobre la naturaleza última de la
realidad. A partir de teorías científicas emergentes en 1926 (relatividad general, mecánica
cuántica) y de preguntas que ellas dejan en suspenso, Smuts desarrolló una argumentación
filosófica. En la oposición entre la necesidad o no de creer en la finalidad, el hombre tiende a
atribuir a sus tesis especulativas la autoridad de la certeza que se liga a las proposiciones
científicas. La amplitud del sujeto tratado en la obra de Smuts (desde el átomo hasta la
conciencia) hace que él reemplace las pruebas y la ausencia de datos experimentales por un
razonamiento que no está nunca al amparo de errores, de sofismas, de inducciones o de
deducciones azarosas. El hecho de circunscribir la evolución a una tierra de nadie entre
ciencia y filosofía trae aparejado un equívoco: ¿dónde acaba el saber preciso y demostrado,
dónde comienza la especulación arbitraria y las inducciones más o menos inverificables?
Esta obra sintetiza un tiempo de preguntas fecundas científica y filosóficamente. En filigrana,
Smuts plantea las preguntas que llevan a los conceptos de propiedades emergentes, de
autoorganización, de autorregulación, de sistema complejo, etc. «Smuts esperaba que el
holismo pudiera reconstruir la unidad entre “Weltanschauung”[12] y ciencia».[13] Pero más allá
de la argumentación analítica, la tesis que él sostiene es que la evolución está orientada
hacia un fin providencial. Smuts no es antievolucionista pero sí antidarwinista. Para él, bien
hay una evolución, pero ella es el fruto de un «campo sintético» (en referencia a la teoría de
los campos) que poco a poco se va pareciendo más y más a una voluntad trascendente. Él
presenta un universo donde el hombre habría sido "deseado". Para Smuts, así como para
Pierre Teilhard de Chardin, los hechos científicos no son un desafío, pero su presentación
muestra, sin nombrarlo, un horizonte detrás del cual Dios es la causa de todo (cambios
incluidos). El holismo de J-C. Smuts es una dirección en el universo que conduce a la
"santidad" del átomo <<récusés mais leur présentation fait apparaître, sans le nommer, un
horizon derrière lequel Dieu serait à l'origine de tout (évolution comprise). L'holisme de J-C.
Smuts est une direction dans l'univers qui conduit l'atome vers l'holiness (la sainteté) – de
« holism» à « holysm» (cf. Étymologie de holisme).

Aproximación cultural

El sentido de holismo da lugar a múltiples acepciones, variando de un sentido casi místico a
un sentido técnico, lógicamente determinado. Esta polisemia es la fuente de ambigüedades
inherentes al empleo de este término.

Definición del holismo ontológico



El holismo ontológico es una concepción (opuesta al reduccionismo y al atomismo) según la
cual un «todo» (organismo, sociedad, conjunto de símbolos) es más que la suma de sus
partes, o algo distinto a ella.[14] Hay que agregar a esta definición el llamado "principio de
emergencia": un "todo" no es un simple agregado. Así, partir de un cierto umbral crítico de
complejidad, aparecen nuevas propiedades en los sistemas, llamadas propiedades
"emergentes". Estas se vuelven observables cuando van en el sentido de una
autoorganización nueva. De allí que el punto de vista según el cual es el todo el que da
sentido y valor a sus partes por la función que éstas desempeñan en su seno.

Es esta concepción la que está en el origen del desarrollo de las tesis del holismo
epistemológico y del holismo metodológico. Estas tesis encontraron un rechazo muy fuerte
en los años 1950 (macartismo en Estados Unidos) de los investigadores liberales que
consideraban estas tesis marxistas. Y desde entonces el debate sociológico entre
individualismo y holismo está todavía vivo.

Definición del holismo metodológico



Concepción (opuesta al atomismo lógico) según la cual:

1. la explicación de un todo no está dada por la suma de las explicaciones de sus partes;

2. una hipótesis no es jamás ni verificable ni refutable singularmente por la experiencia.


Definición del holismo epistemológico

La especificación del holismo metodológico corresponde a la tesis del filósofo de la ciencia y
químico francés Pierre Duhem[15] (1861-1916): las proposiciones concernientes al mundo
exterior reencuentran el tribunal de la experiencia sensible no individualmente sino como
cuerpo constituido, no se pueden verificar las hipótesis de una teoría una por una, una
experiencia física no puede condenar una mera hipótesis aislada sino solamente todo un
conjunto teórico: no hay experiencia crucial. En cuanto al holismo epistemológico del filósofo
y lógico americano Willard Van Orman Quine[16] (1908-2000), difiere del de Duhem en un
punto capital: el holismo epistemológico de Quine no se limita a la física, como el de Duhem,
ni tampoco a las ciencias experimentales, como el de Rudolf Carnap, sino que se extiende a
toda la ciencia, lógica y matemáticas incluidas. El holismo epistemológico de Quine es por
tanto la tesis según la cual todos nuestros conocimientos se sostienen mutuamente sin que
exista una fundamentación única (esto es lo que él resumía a menudo tomando la imagen
del navío de Otto Neurath,[17] según la cual la ciencia es un navío ya en la mar que es
necesario reparar, teniendo que hacerse con los materiales disponibles a bordo, sin poderlo
reconstruir sobre tierra firme).

Definición del holismo lógico



Concepción según la cual no es posible disociar las reglas de inferencia de nuestra práctica
inferencial global, que justifica las unas por medio de las otras y no aisladamente. El holismo
lógico concuerda con la crítica que Quine dirige al convencionalismo (según la cual las
reglas, arbitrarias, son admitidas una por una según las necesidades de razonamiento): si las
verdades lógicas son convencionales, "elles ne le sont que moyennant l'acceptation préalable
de la logique".[18]

Definición del holismo semántico



Punto de vista según el cual el sentido de un elemento del discurso pertenece al discurso en
sí mismo y no puede ser considerado aisladamente: «la significación de una expresión en
una lengua de aquello que un número infinito de otras expresiones significan».

Concepciones del holismo filosófico



En filosofía, Parménides, Spinoza, Hegel han elaborado metafísicas holistas. La tradición
espiritualista, en su sentido metafísico, se remonta a Anaxágoras (siglo V antes de Cristo)
para quien "el espíritu" es el alma, el soplo que se opone a la materia sólida e inerte.
Descartes (1596-1650) reconocía este dualismo, con una materia autónoma que obedecía a

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