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FARISEOS
I. Historia
La obra de *Esdras fue continuada por los que trataban de dominar el texto y la
enseñanza de la ley en todos sus detalles—los escribas del NTNT Nuevo
Testamento fueron sus descendientes espirituales—y por el círculo más amplio de
los que meticulosamente trataban de poner en práctica su enseñanza. A comienzos
del ss.ss. siglo(s) II a.C.a.C. antes de Cristo los encontramos con el nombre de
hséÆdéÆm, e. d.e. d. es decir los fieles de Dios (* Asideos).
Bajo Juan Hircano (134–104 a.C.a.C. antes de Cristo) tuvieron mucha influencia y
contaron con el apoyo del pueblo (Jos.Jos. Josefo, Ant.Ant. Josefo, Antigüedades
de los judíos 13. 288–300), pero al romper con él, este se volvió hacia los saduceos.
La oposición farisea bajo Alejandro Janeo (103–76 a.C.a.C. antes de Cristo) llegó a
tal punto que hasta apelaron al rey seléucida, Demetrio III, en busca de ayuda.
Janeo triunfó y crucificó a unos 800 opositores importantes (Jos.Jos. Josefo,
Ant.Ant. Josefo, Antigüedades de los judíos 13.380). En su lecho de muerte,
empero, le aconsejó a su mujer, Alejandra Salomé, quien lo sucedió (76–67 a.C.a.C.
antes de Cristo), que pusiera el gobierno en manos de los fariseos, los que desde
ese momento mantuvieron una posición influyente en el sanedrín.
Los fariseos fueron siempre un grupo minoritario. Bajo Herodes su número fue algo
superior a los 6.000 (Jos.Jos. Josefo, Ant.Ant. Josefo, Antigüedades de los judíos
17.42). La posterior acritud en su relación con el pueblo común (>am ha'aµres,
evidenciada por muchos pasajes talmúdicos del ss.ss. siglo(s) II d.C.d.C. después
de Cristo, indica que la rigurosidad de su interpretación de la ley no tenía ningún
atractivo intrínseco. Los apocalípticos tenían poca influencia excepto a traves de los
zelotes, y su atracción parece haberse manifestado principalmente entre un
proletariado desesperado. Los saduceos provenían en su mayoría de los
terratenientes acomodados; la tradición talmúdica distingue claramente entre ellos
y sus aliados, la casa de Boeto, el clan sumo sacerdotal. A su modo eran tan
rigurosos como los fariseos, sólo que aplicaban las leyes y sus tradiciones sin
pensar en las consecuencias: dada su riqueza podían aguantarlas. Los fariseos
siempre tuvieron en cuenta el interés público. No es mera coincidencia el que
Shammai, el fariseo riguroso, procediera de una familia aristocrática y rica, mientras
que Hillel era hombre del pueblo. Para el pueblo el atractivo principal de los fariseos
era que en su mayoría provenian de la clase media baja y de las mejores capas de
los artesanos y que, comprendiendo al hombre común, trataban sinceramente de
hacer que la ley les resultase llevadera.
Las diferencias que destaca Josefo (GJGJ Josefo, Guerras de los judíos 2. 162–
166)—la creencia farisea en la inmortalidad del alma, que habría de reencarnarse
(e. d.e. d. es decir reanimar el cuerpo de resurrección), y en la anulación del destino
(e. d.e. d. es decir Dios), mientras que los saduceos no creían ninguna de las dos
cosas (cf.cf. confer (lat.), compárese Mt. 22.23; Hch. 23.8)—eran secundarias
evidentemente. Fundamentalmente los saduceos consideraban que el culto del
templo constituía el centro y el propósito principal de la ley. Los fariseos destacaban
el cumplimiento individual de todos los aspectos de la ley, del que el culto era sólo
una parte, como la razón de su existencia. Las diferencias externas expresaban sus
actitudes internas.
III. Enseñanza
G. F. Moore, Judaism in the First Centuries of the Christian Era, 3 t(t).t(t). tomo(s)
1927, 1930; L. I. Finkelstein, The Pharisees², 1962; J. W. Bowker, Jesus and the
Pharisees, 1973; A. Finkel, The Pharisees and the Teacher of Nazareth², 1974; J.
Neusner, The Rabbinic Traditions about the Pharisees before 70, 3 t(t).t(t). tomo(s)
1971; id.id. idem (lat.), el mismo autor, From Politics to Piety, 1973.
H.L.E.H.L.E. H. L. Ellison, B.A., B.D., ex Profesor tutor principal, Moorlands Bible College,
Inglaterra.
SADUCEOS
Todas nuestras fuentes son hostiles e inadecuadas para ofrecer un cuadro acertado
de los saduceos. Ellas son (1) Josefo, GJGJ Josefo, Guerras de los judíos 2.119,
164–166; Ant.Ant. Josefo, Antigüedades de los judíos 13.171–173, 293–298; 18.11,
16–17; 20.199; Vit. 10–11; (2) la Misná, >erubin 6.2, Hagigah 2.4, Makkoth 1.6,
Parah 3.3, 7, Niddah 4.2, Yadaim 4.6–8; (3) el NTNT Nuevo Testamento, Mt. 3.7;
16.1–12; 22.23–34; Mr. 12.18–27; Lc. 20.27–38; Hch. 4.1–2; 5.17; 23.6–8.
Tanto el nombre como los orígenes de este partido son motivo de discusión. El
nombre se ha derivado de Sadoc, ya sea el contemporáneo de Salomón a cuyos
descendientes se consideraba de pura estirpe sacerdotal (cf.cf. confer (lat.),
compárese Ez. 44.15s; 48.11) o un fundador hipotético o jefe del partido en los
primeros tiempos (la afirmación en Aboth del rabí Natán 5 de que Antígono de Soco
tuvo dos discípulos, Sadoc y Boeto, que cayeron en la herejía, probablemente tenga
poca base histórica). Pero la familia asmonea sumo sacerdotal gobernante no era
sadoquita (1 Mac. 2.1; 14.29), y es difícil explicar la doble “d” en las formas heb.heb.
hebreo y gr.gr. griego del nombre si efectivamente deriva de Sadoc. T. W. Manson
piensa que su origen está en el gr.gr. griego syndikoi, ‘inspectores fiscales’ (la doble
“d” aparecería así por asimilación de la “n”). La relación con el término séÆq, ‘justo’,
puede haber sido un caso de asonancia posterior.
Hay cuatro teorías sobre el origen de los sadureos. M. H. Segal, sobre la base de lo
propuesto por Wellhausen, piensa que se trataba principalmente de un partido
político derivado en última instancia de los helenistas de Judea. G. H. Box, siguiendo
a Geiger, pensaba que se trataba de un partido religioso, y que algunos de los
escribas mencionados en los evangelios eran escribas saduceos. L. Finkelstein
creía que originalmente constituían un cuerpo aristocrático rural, a diferencia de los
fariseos, que eran urbanos. T. W. Manson creía que habían sido funcionarios de
estado originalmente (cf.cf. confer (lat.), compárese sup.sup. supra (lat.), arriba).
Los modales de los saduceos eran bastante groseros, eran descorteses con sus
iguales como si estos fuesen extranjeros, y consideraban una virtud disputar con
sus maestros. No tenían seguidores entre las masas populares, sino solamente
entre los de buena posición económica. Eran más severos en sus juicios que otros
judíos. Muchos de los sacerdotes, aunque no todos, eran saduceos; pero casi todos
los saduceos parecen haber sido sacerdotes, especialmente de las familias
sacerdotales más poderosas. Bajo los primeros asmoneos algunos saduceos
desempeñaron cargos en la gerousia (cuerpo de “ancianos”, “senado”, o sanedrín).
Juan Hircano, ofendido por el pedido de Eleazar, miembro de una diputación farisea,
de que renunciara a su sacerdocio, transfirió su lealtad de los fariseos a los
saduceos. Los saduceos disfrutaron del favor de los gobernantes asmoneos hasta
el reinado de Salomé Alejandra (76–67 a.C.a.C. antes de Cristo), que prefirió a los
fariseos. Bajo los Herodes y los romanos los saduceos predominaron en el sanedrín.
Este partido desapareció con la destrucción del templo en 70 d.C.d.C. después de
Cristo Josefo dice que, aun estando en el poder, el temor al pueblo llevó a los
saduceos a ponerse de acuerdo con los fariseos.
HJPHJP E. Schürer, A History of the Jewish People in the Time of Christ, 2 t(t)., trad.
ing. 1885–1901; eds. rev., M. Black, G. Vermes y F. Millar (eds.), 3 t(t)., 1973-², 2,
pp.pp. página(s) 404–414; M. H. Segal, Expositor 8ª serie, 13, 1917, pp.pp.
página(s) 81ss; G. H. Box, Expositor 15, 1918, pp.pp. página(s) 19ss, 401ss, y 16,
1918, pp.pp. página(s) 55ss; L. Finkelstein, HTRHTR Harvard Theological Review
22, 1929, pp.pp. página(s) 185ss; T. W. Manson, BJRLBJRL Bulletin of the Israel
Exploration Society 22, 1938, pp.pp. página(s) 144ss; J. Z. Lauterbach, en Studies
in Jewish Literature in honour of Prof. K. Köhler, 1913, pp.pp. página(s) 180–190; J.
W. Lightley, Jewish Sects and Parties in the Time of Jesus, 1923, pp.pp. página(s)
5–178. Véase también L. Finkelstein, The Pharisees, 1938; J. Le Moyne, Les
Sadducéens, 1972; J. Lightstone, “Sadducees versus Pharisees: the Tannaitic
Sources” en J. Neusner (eds.eds. edición, editor(es), editado), Christianity, Judaism
and other Greco-Roman Cults, 3, 1975, pp.pp. página(s) 206–217.
ESENIOS
(gr.gr. griego Esseµnoi, Essaioi, saioi, muy probablemente del arm.arm. arameo
<aµseÆn, <aµsayyaÆ, plural de <aµseÆ, <aµsyaÆ, ‘sanador’; cf.cf. confer (lat.),
compárese Therapeutai de Filón), comunidad religiosa judaica que floreció en el
ss.ss. siglo(s) I a.C.a.C. antes de Cristo y en el I d.C.d.C. después de Cristo, y es la
tercera de las “filosofías” o escuelas de pensamiento judías mencionadas por Josefo
(GJGJ Josefo, Guerras de los judíos 2. 119–161; cf.cf. confer (lat.), compárese
Ant.Ant. Josefo, Antigüedades de los judíos 18. 18–22). Aparte de Josefo, tenemos
dos descripciones de ellas, una de su contemporáneo judío (de mayor edad que él),
Filón de Alejandría (Quod omnis probus 750–91; Hypothetica ap. Euseb., Praep. Ev.
8. 2), y una de Plinio el mayor HNHN Plinio, Historia natural 5. 17). Una descripción
posterior en Hipólito (Refut. 9. 20. 13–23) sigue en general a Josefo, pero incluye
información aparentemente obtenida de fuentes independientes.
La descripción que hace Filón de los esenios tiene como fin ilustrar su tesis de que
solamente el hombre verdaderamente bueno es verdaderamente libre. Estima en
unas 4.000 su número, y nos dice que viven en aldeas, trabajando duramente en
tareas agrícolas y otras semejantes, dedicando mucho tiempo al estudio
comunitario de cuestiones morales y religiosas, incluyendo la interpretación de los
textos sagrados. Prestan atención escrupulosa a la pureza ceremonial; tienen toda
su propiedad en común, se abstienen de hacer sacrificios de animales, practican el
celibato, no tienen esclavos, proveen para los miembros que no pueden trabajar por
razones de enfermedad o edad avanzada, no hacen juramentos, no toman parte
alguna en actividades militares o comerciales, y en general cultivan todas las
virtudes. La descripción de Plinio aparece en el curso de su descripción del mar
Muerto. Dice que los esenios viven en su lado occidental, arriba de Engadi. Han
vivido allí durante generaciones incontables, dice, renunciando tanto a las mujeres
como al dinero; y sin embargo su número se ha mantenido, dado que son tantos lo
que acuden constantemente a plegarse a esa existencia solitaria por haberse
cansado de la vida común. Plinio escribe entre 73 y 79 d.C.d.C. después de Cristo,
pero probablemente depende de escritores anteriores para su conocimiento sobre
los esenios, escritores tales como Alejandro Polihistor (s.s. siglo(s) I a.C.a.C. antes
de Cristo).
Este relato ofrece una semejanza general con las reglas de admisión a la comunidad
de Qumrán tal como se detallan en 1QS1QS Manual de disciplina de Qumrán
Las ediciones se indican mediante un pequeño número volado: LOT9, si bien difiere
en una serie de detalles; por ejemplo, 1QS1QS Manual de disciplina de Qumrán
El día de los esenios, según Josefo, comenzaba antes de la salida del sol con
oraciones matutinas, dirigidas al sol, “como rogándole que salga”. Luego se
encaminaban a cumplir las tareas asignadas, bajo la dirección de capataces, y
trabajaban hasta el medio día. Al medio día los miembros se bañaban y participaban
de una comida sencilla en común; luego volvían a ponerse la ropa de trabajo y
continuaban con sus tareas hasta la noche, cuando se reunían nuevamente a
comer.
Hipólito no dice nada sobre la plegaria de los esenios dirigida al sol: según él
continúan en oración desde muy temprano, y no hablan una sola palabra hasta que
han cantado un himno de alabanza a Dios . La práctica descrita por Josefo puede
haber sido la de los sampseos, un grupo posiblemente asociado con los esenios,
que adquirió su nombre (cf.cf. confer (lat.), compárese el heb.heb. hebreo sûemesû,
‘sol’) de actos de homenaje supuestamente rendidos al sol como manifestación de
la divinidad. El término esenio, en efecto, se usaba algunas veces para abarcar a
un conjunto bastante amplio de cuerpos sectarios judaicos que se separaban de la
corriente principal de la vida judía. Uno de ellos, casi seguramente, era la comunidad
de Qumrán; puede haber habido varios más, de los cuales sabemos tan poco como
lo que sabíamos de la comunidad de Qumrán antes de los descubrimientos de 1947
y años subsiguientes. (* Rollos del mar Muerto; * Qumrán )
SAMARITANOS
En las trads. casts. del ATAT Antiguo Testamento solamente se menciona a los
samaritanos en 2 R. 17.29 (°vrv2°vrv2 Versión de Reina y Valera, rev. 1960 “los de
Samaria”), pasaje que describe la religión sincretista de los pueblos que el rey de
Asiria transportó al reino del NN norte, Israel, para remplazar a la población nativa
que fue exiliada después de la caída de Samaria (722/721 a.C.a.C. antes de Cristo).
De cualquier manera, una vez que la comunidad adquirió identidad propia y se hubo
erigido un templo en el mte.mte. monte Gerizim (tanto Josefo, Ant.Ant. Josefo,
Antigüedades de los judíos 11.321ss, a pesar de las otras dificultades que plantea
su narración en este punto, como los restos arqueológicos, de haber sido
correctamente identificados, concuerdan con una fecha en el período helenístico),
resultaba inevitable que empezaran a endurecerse las actitudes entre los judíos de
Jerusalén y los samaritanos. Si bien puede resultar engañoso hablar de un
determinado cisma, evidentemente Ben Sirá (ca.ca. circa (lat.), aproximadamente,
alrededor de 180 a.C.a.C. antes de Cristo) consideraba que los samaritanos
constituían un grupo completamente separado (Ecl. 50.26), lo que se habría
acentuado debido a su capitulación en el período de la revuelta macabea cuando
su templo fue dedicado a Zeus Xenios. No obstante, es probable que el cisma se
haya hecho definitivo cuando ca.ca. circa (lat.), aproximadamente, alrededor de del
128 a.C.a.C. antes de Cristo Juan Hircano extendió la dominación asmonea de la
zona con la captura de Siquem y la destrucción del templo de Gerizim.
Pero de ninguna manera marcó esto el fin de la fricción. Tomando como base las
limitadas fuentes de que disponemos sabemos que entre 6 y 9 d.C.d.C. después de
Cristo algunos samaritanos esparcieron huesos en el templo de Jerusalén durante
la pascua. En 52 d.C.d.C. después de Cristo los samaritanos asesinaron a un grupo
de peregrinos galileos en En-ganim, aunque en la consiguiente disputa ante
Claudio, que siguió a una incursión de represalia de los judíos, la decisión favoreció
a estos. Además, los samaritanos sufrieron a manos de los dominadores romanos:
en 36 d.C.d.C. después de Cristo un fanático samaritano reunió a una multitud en
el mte.mte. monte Gerizim prometiéndoles revelar el misterio de los recipientes
sagrados que se creía había ocultado allí Moisés, y muchos de ellos fueron
asesinados por Pilato. Un año después de comenzada la guerra judía (66–70
d.C.d.C. después de Cristo), un grupo de samaritanos cambió de parecer y se unió
a los revoltosos, pero fueron exterminados por Vetuleno Cerealis en el mte.mte.
monte Gerizim.
Como los principales escritos teológicos de los samaritanos (p. ej.p. ej. por ejemplo
Memar Marqah, la liturgia samaritana conocida como el Defter, y cierto número de
crónicas) no van más allá del ss.ss. siglo(s) IV d.C.d.C. después de Cristo, y a
menudo son muy posteriores, es casi imposible reconstruir detalladamente sus
creencias en el período neotestamentario. Por ello es necesario obrar con cautela
cuando se intenta encontrar un fondo distintivamente samaritano en (p. ej.p. ej. por
ejemplo) Jn., Hch. 7, o Hebreos.
Únicamente los cinco libros del Pentateuco en su recensión samaritana (s.s. siglo(s)
II a.C.a.C. antes de Cristo) se han considerado canónicos, y esto se refleja en su
credo, cuyos elementos seguramente datan de tiempos primitivos: la aceptación de
un solo Dios, de Moisés el profeta, de la ley, del mte.mte. monte Gerizim como el
lugar establecido por Dios para los sacrificios (lo cual se toma como el décimo
mandamiento en el PSPS Pentateuco samaritano), del día del juicio y la
recompensa, y del regreso de Moisés como Taheb (el “restaurador” o “el que ha de
retornar”).
Es digno de tener en cuenta, por lo tanto, que el NTNT Nuevo Testamento casi
siempre les es favorable (véanse las refs. anteriores), y que los samaritanos
aparecen respondiendo con entusiasmo tanto a Jesús mismo como a la predicación
de la iglesia cristiana primitiva.
Para detalles sobre ediciones de los textos samaritanos y alguna otra bibliografía,
cf.cf. confer (lat.), compárese J. Macdonald, The Theology of the Samaritans, 1964.
Sigue teniendo valor J. A Montgomery, The Samaritans, 1907, reimpreso en 1968.
Estudios más recientes incluyen: G. E. Wright, Shechem, 1965, cap(s).cap(s).
capítulo(s) 10; J. D. Purvis, The Samaritan Pentateuch and the Origin of the
Samaritan Sect, 1968; R. J. Bull, BABA Biblical Archaeologist 31, 1968, pp.pp.
página(s) 58–72; H. G. Kippenberg, Garizim und Synagoge, 1971; C. H. H. Scobie,
NTSNTS New Testament Studies 19, 1972–3, pp.pp. página(s) 390–414; R.
Bergmeier, Journal for the Study of Judaism 5, 1974, pp.pp. página(s) 121–153; J.
D. Purvis, NovTNovT Novum Testamentum 17, 1975, pp.pp. página(s) 161–198; R.
J. Coggins, Samaritans and Jews, 1975; K. Haacker, NIDNTTNIDNTT C. Brown
(eds.), The New International Dictionary of New Testamento Theology, 3 t(t)., 1975–
8 3, pp.pp. página(s) 449–467.
ZELOTE
(gr.gr. griego zeµloµteµs). A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote
(Lc. 6.15; Hch. 1.13; °vm°vm Versión moderna (hecha por H. B. Pratt), eds. rev.
1929, °vp°vp Dios habla hoy, “versión popular”, 2ª eds. 1983 “celote”), ya sea a
causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación con el
partido de los zelotes (* Cananita). Pablo dice de sí mismo que fue celoso en lo
religioso (Hch. 22.3; Gá. 1.14), y a los muchos miembros de la iglesia de Jerusalén
se los describe como “celosos por la ley” (Hch. 21.20).
El partido de los zelotes, descrito por Josefo como la “cuarta filosofía” entre los
judíos (GJGJ Josefo, Guerras de los judíos 2.117; Ant.Ant. Josefo, Antigüedades de
los judíos 18.23), fue fundado por *Judas el galileo, quien dirigió una rebelión contra
Roma en el 6 d.C.d.C. después de Cristo (* Censo). Se oponían a que Israel pagase
tributo a un emperador pagano, sobre la base de que se trataba de traición a Dios,
el verdadero rey de Israel.
F.F.B.F.F.B. F. F. Bruce, M.A., D.D., F.B.A., Profesor emérito de Crítica y Exégesis Bíblicas
en la cátedra Rylands de la Universidad de Manchester, Inglaterra.
HERODIANOS
Se los menciona como enemigos de Jesús, una vez en Galilea y luego en Jerusalén
(Mr. 3.6; 12.13; Mt. 22.16). Su asociación con los fariseos en la cuestión referente
al pago del tributo al César sugiere que estaban de acuerdo sobre este asunto, o
sea el nacionalismo por oposición a la sumisión al yugo extranjero. Este hecho, y la
formación de la palabra (cf.cf. confer (lat.), compárese caesariani), parecen probar
que constituían un partido judío que favorecía a la dinastía herodiana. La opinión de
que constituían un partido religioso conocido en la literatura rabínica como los
“boetosianos”, e. d.e. d. es decir adherentes de la familia de Boeto, cuya hija
Mariamne fue una de las esposas de Herodes el Grande, y cuyos hijos fueron
elevados por él al sumo sacerdocio, actualmente no tiene gran aceptación.
Bibliografía. V. Taylor, Evangelio según san Marcos, 1979, pp.pp. página(s) 251; J.
González-Echegaray, “Herodianos”, °EBDM°EBDM Enciclopedia de la Biblia (en 6
t(t).), dirigida por A. Díez-Macho y S. Bartina, 1965, t(t).t(t). tomo(s) III, cols. 1206–
1207.