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Resumen Abstract
El presente artículo hace una recensión de las más ac- This article makes a review of the most current lines
tuales líneas de investigación histórica y teológica en of historical and theological research on the histori-
torno al Jesús histórico y sus implicaciones en la cultu- cal Jesus and his implications in the culture and life
ra y en la vida de la comunidad cristiana, reconociendo of the Christian community, perceiving the advances
los avances y los límites de estas aproximaciones y la and limits of these approaches and the relevance of the
pertinencia de los esfuerzos hermenéuticos de contex- context hermeneutical work.
1Doctor en Teología, Universidad del Teresianum (Roma) y Profesor en Sagradas Escrituras. Email: edelaserna96@gmail.com. ORCID: orcid.org/0000-0002-
6459-5678
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Hojas y Hablas No. 20. julio - diciembre de 2020, pp. 29-50
Un aporte al “status quaestionis” sobre los estudios e investigaciones sobre el Jesús histórico
La pretención aquí es señalar una suerte Veamos, para empezar, cómo hemos llega-
de “estado de la cuestión” de los estudios sobre do hasta aquí3.
el Jesús histórico en nuestros días2. Para ello, se
presentan tres partes disímiles: (I) Una historia I. ¿Cómo llegamos hasta el presente?
de cómo se ha llegado a la/s actual/es búsqueda/s Tercera búsqueda
del Jesús Histórico. (II.) una presentación de los Se suele hablar de la “tercera búsqueda”;
artículos de una obra monumental, a Handbook aunque el esquema trifásico tiene un punto de
for the Study of the Historical Jesus (2010) y (III.) partida discutible4: no todos coinciden con el
2Es importante señalar que, precisamente, decir “nuestros días” marca – de entrada – un límite preocupante. Con mucha frecuencia, y en temas históricos del
mundo antiguo ciertamente lo es, algo que ayer era “adquirido” bien puede ser “dudoso” mañana. Aquí radica – para muchos – el motivo de desaliento. Para
otros, entre los que nos contamos, el desafío. Me permito un ejemplo: en varios trabajos – algunos los citaremos – se hace referencia a las parábolas, pero luego
de estos, J. P. Meier publicó el tomo V de A Marginal Jew (2016), algo que, indudablemente, ha de tenerse en cuenta. Pero luego que Meier publicara su volu-
men, en 2014, Amy-Jill Levine publicó su desafiante “Relatos cortos de Jesús. Las parábolas enigmáticas de un rabino polémico” (Levine, 2014); Meier sólo cita
de Levine un artículo de 2012 sobre el Buen Samaritano (cf. p. 227. n. 47).
3Tendremos particularmente en cuenta el texto recién citado de R. Aguirre para la breve presentación histórica (I.), y luego, sobre los diferentes temas que se
van destacando, la obra editada por T. Holmén, S. E. Porter, Handbook for the Study of the Historical Jesus (2010) (II.). Esta obra colectiva permite tener una
buena comprensión de la temática actual. La presentaremos en detalle, para lo cual sólo señalaremos el autor, artículo, tomo y páginas de este trabajo. Una
obra en esta misma dirección, aunque más breve, puede verse en M. Bockmuehl (2001). Finalmente (III.) Presentaremos otros accesos al Jesús histórico no
incluidos en este Handbook.
4El autor ha cuestionado las “tres” búsquedas también en sendos artículos anteriores: “Historiografía, exégesis e ideología. La ficción contemporánea de las
‘tres búsquedas’ del Jesús histórico” (I y II) (2005, pp. 349-406) y XXXI/1 (2006, pp. 53-114); “The Fiction of the ‘Three quests’. An Argument for Dismantling a
Dubious Historiographical Paradigm” (2009, pp. 211-253). Esta es – además – la tercera parte de su reciente trabajo: La invención de Jesús de Nazaret. Historia,
ficción, historiografía (2018).
término “tercera búsqueda” y algunos sólo ha- señalando el sentido teológico de los Evangelios
blan de “búsqueda” (Bermejo-Rubio, 2019). Si y que la historia no es importante (sola fide).
bien es cierto que la categoría “historia”, enten- Aquí ubican algunos que ocurre el final de la Pri-
dida como “ciencia”, es moderna, podemos seña- mera búsqueda.
lar que ya desde el humanismo se multiplican las B.- El planteamiento del Jesús histórico en
obras sobre Jesús. Influye en los movimientos de los discípulos de Bultmann. Lo que se ha llamado
reforma (ss. XII-XIII), la búsqueda de solución a No Quest, consecuencia de la crisis que provo-
las guerras de religión (ss. XVI-XVII) e incluso ca el “fin” de la “primera búsqueda”, en realidad
en filósofos y la revolución francesa; la centrali- es algo que solo ocurre desde la perspectiva de
dad de “la humanidad de Jesús” en Francisco de Bultmann, porque en realidad, nunca dejó de ha-
Asís5 o Teresa de Ávila6 son ejemplo de esto. Se ber búsqueda. Los hubo en el mundo anglosajón,
ha de sumar a esto también a varios historiadores pero también alemán, e incluso anti-judío (“Jesús
judíos que ya desde el s. XVI destacaron al Jesús ario”, W. Grundmann) y francófono.
judío. En 1953, E. Käsemann sostuvo que el es-
A.- Pero un cierto convencionalismo aca- cepticismo radical era insostenible: acceder al
démico destaca a Reimarus (1694-1768) como el Jesús histórico es garantía del “extra nos” de la
comienzo por el intento de someter los Evange- salvación (Käsemann, 1978, p. 176)7. Su criterio
lios a un estudio crítico. Hace referencia al fraca- principal es el de “desemejanza”, o ruptura con el
so de Jesús y la recreación de los discípulos, por ambiente judío… pretende así llegar a lo “propio”
eso debe ser liberado del secuestro del Cristo de de Jesús. Pero así se llega a un Jesús sin raíces
la Iglesia (cosa que también sostendrán Strauss, y en el que es la teología la que “marca la agen-
Harnack, Renan). Kähler fue el primero en dis- da”. A esta nueva etapa se la ha llamado “nueva
tinguir entre Jesús de la historia y Cristo bíblico, búsqueda”.
o de la fé (1892). Albert Schweitzer (1875-1965) C.- La investigación actual, o mal llamada
hace un balance decepcionante de todas estas in- “tercera búsqueda” (Third Quest). A partir de
vestigaciones, centrándose especialmente en el los años 80 empezó una “avalancha” de trabajos
“reino de Dios” (algo inminente y de alta moral). sobre Jesús. Parecen, Neill y Wright (1988) fue-
Lo que lo decepciona no es desde el escepticismo ron los primeros en usar “Third Quest” (Neil y
sino desde lo que ve como “lejanía” (en lugar de Wright, 1988; Wright, 1992,; Goodacre, 2007).
apertura hay estrecheces nacionales y confesio- Pero en realidad, habría que señalar que, la bús-
nales). Algunos, siguiéndolo, lo presentan como queda nunca se interrumpió. Los estudios hoy
ideal de humanidad (teología liberal) y otros más son muy diversos y no hay uniformidad, sino
apocalípticos anunciando el reino. También debe autores que parecen cercanos a la “Old Quest”,
ser liberado de los vaivenes de la historia. En algunos cercanos a Schweitzer y otros a la “teo-
este contexto, nos encontramos con Bultmann logía liberal”. El grupo más conocido, pero no el
5“Empéñense todos los hermanos en seguir la humildad y pobreza de Nuestro Señor Jesucristo (…) Recuerden que Nuestro Señor Jesucristo el Hijo de Dios
vivo omnipotente (…) no se avergonzó y fue pobre y huésped y vivió de limosna”, Primera regla IX,1-5. “Jesucristo, cuyas huellas debemos seguir” (XXII,1-
2) (Asis, 1985).
6Vida 22; 27; 7 Morada 2; 6 Morada 7,6: “la sacratísima humanidad de Nuestro Señor Jesucristo (…) si pierden la guía que es el buen Jesús no acertarán el
camino”… (Ávila, 1982).
7Un reconocimiento al profesor Ernst Käsemann por la desaparición de su hija Elisabeth en la dictadura en Argentina en la noche del 8 y 9 de marzo de
1977.
Lo cierto es que, se ha producido una “ava- Fuentes para acceder al Jesús histórico
lancha” de estudios sobre Jesús, y a partir de ello
también sobre los Orígenes del cristianismo8. A a. Q [o, según la hipótesis de Farrer (1955)
nivel simbólico, se pueden tener en cuenta dos Mt----> Lc] ¿hay diferentes etapas?
elementos que son representativos de la novedad: b. Tomás (y los manuscritos de Oxyrrinco
la incorporación del artículo “Jesús” (y también 1, 654 y 655)9
el de “Iglesia primitiva”) en el Nuevo Comentario c. Marcos (¿etapas de Marcos?)10
Bíblico San Jerónimo (1990, ausente en la prime- d. M / L (dificultades)11
ra edición, 1968); y a aparición desde 2003 del e. Juan (¿evangelio espiritual?)12
Journal for the Study of the Historical Jesus (2 f. Evangelio de Pedro (¿fecha?) 13
apariciones al año hasta 2009 y desde entonces 3 g. Pablo (¿concentración narrativa?) (De la
[aunque a veces hay números dobles]). Serna, 2019)
8Un reconocimiento a la Facultad de Teología de la UCA (Buenos Aires) que desde los comienzos de los 70 tuvo la materia “Orígenes cristianos” (originalmente a cargo de R.
Trevijano y C. Giaquinta) en su currícula. Es, por ejemplo, el título del libro póstumo de G. Vermes (2012): Christian begginings, from Nazareth to Nicaea (AD 30-325) (2012; 2013)
9Tanto de la supuesta fuente Q como del Evangelio de Tomás se ha propuesto, por ejemplo, que hay – en ambos casos – tres etapas de redacción. En el primero de los casos puede
verse Kloppenborg (2005), y sobre el EvTh, Trevijano (1997). Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que no todos los autores coinciden en la existencia de “Q”; la posición de A. Farrer
(1955), por ejemplo, vuelve a tener adeptos.
10
También se ha pensado en la posibilidad de que el evangelio de Marcos se haya compuesto en etapas: se ha hablado de proto-Marcos; hay quienes entienden que Lucas conoce una
versión más breve de Marcos; de allí la omisión del relato de la mujer sirofenicia (Mc 7,24-30) que parecería razonable que Lucas lo incorporara vistos sus intereses teológicos. Es
evidente el añadido posterior de los relatos de apariciones del resucitado ante el final aparentemente inesperado de Marcos (16,9-20).
11
Suele llamarse L o M a los textos (no necesariamente de una sola fuente) propios de Lucas o de Mateo respectivamente que no provienen de Mc ni de Q. Sin embargo, un problema
es, por ejemplo, ¿cómo saber si algo proviene de una de estas fuentes o que, por el contrario, el otro evangelio rehusó incluirlo? Un ejemplo sencillo puede encontrarse en el doble
texto del varón que pierde una oveja y la mujer que pierde una moneda en Lc 15,4-7.8-10. Mateo sólo incluye el relato de la oveja perdida (18,12-14). El relato de la mujer que pierde
la moneda, ¿fue incorporado por Lucas de L u omitido de Q por Mateo? La frecuencia de textos paralelos de un varón y una mujer de Q invita a pensar la segunda opción, del mismo
modo que una mayor relativización del lugar de la mujer en la comunidad propio de Mateo invita en el mismo sentido a entender la omisión.
12
Juan y Marcos “son dos representaciones diferentes de la historia de Jesús” (Zumstein, 2019, p. 136).
13
Sin duda la dependencia o no del EvPe de las fuentes sinópticas será decisivo (como es el caso del EvTh, aunque las etapas redaccionales relativicen el tema).
.
h. Mientras el Jesús Seminar habla de To- que sea más persuasiva que las narrativas contra-
más como del “quinto Evangelio”, B. Pixner usa rias (Allison 2010).
esa misma imagen para aludir a la topografía de b. La "Tercera búsqueda" está definitiva-
Israel (Funk and the Jesus Seminar, 1993; Pixner, mente en una etapa de inflexión, y debe ser re-
1992). emplazada por una "Cuarta búsqueda" que se
concentrará en el enfoque de Jesús, su programa
Acuerdos sobre Jesús histórico (aunque…)14 y su visión (Baasland, 2010).
La tendencia inveterada a domesticarle, ha- c. La discusión de los criterios ha tomado
ciéndole uno de nosotros, queda superada cuan- el camino de las fuentes literarias al material tra-
do le situamos en su propia concreción histórica dicional que está cerca de Jesús y a la evaluación
(Johnson, 2004). de este material. Un camino intermedio entre el
• Bautizado por Juan escepticismo histórico y una confianza excesiva
• Anunció el Reino de Dios y solicitaba fé en la fiabilidad histórica de los evangelios (Bec-
en ese reino ker, 2010b).
• Experiencia religiosa profunda d. Algunos no estamos interesados prin-
• Se dirigió a todo el pueblo de Israel, no a cipalmente por la fé cristiana (aunque la distin-
selectos, y con preferencia a los estigmati- ción entre teólogos e historiadores no sea hoy
zados social y religiosamente tan clara). Hay preguntas que debemos seguir
• Junto a él se reunió un grupo de seguidores haciendo: por qué crucificado, su judaísmo, etc.
• Promovió un movimiento que le atribuyó (Charlesworth, 2010).
especial autoridad, suscitando esperanza, e. El Jesús histórico es una lectura de toda
especialmente en Galilea. la evidencia disponible que nos permite explicar,
• Hizo sanaciones y expulsó demonios en términos religiosos, el surgimiento del cristia-
• Se mantuvo siempre fiel al judaísmo nismo a partir del judaísmo del Segundo Templo.
• Asumió un aspecto marginal en su vida (J2T). (Chilton, 2010a).
• En Jerusalén, un signo en el Templo re- f. El establecimiento del contexto mediante
sultó decisivo un modelo interdisciplinario e interactivo de an-
• Fue crucificado bajo Caifás y Pilato en tropología intercultural en el nivel más general,
alianza contra él la historia judeo-romana en el nivel intermedio
• Su movimiento pervivió después de su y la arqueología galileana en el más específico; a
muerte; algunos afirmaron su resurrección partir de ahí nos preguntaremos ¿cómo determi-
nar los datos del Jesús histórico? (Crossan, 2010).
II. Diversos puntos de vista, cuestiones, acuer- g. Se señalan tres elementos: Jesús reclamó
dos y diferencias la fé desde el comienzo; importancia de la fase
Avances y límites oral de las fuentes; buscar al Jesús judío (Dunn,
a. Somos historiadores de la tradición de Je- 2010).
sús, somos contadores de historias. No podemos h. Abandonar suposiciones basadas en la
más que aspirar a crear una narrativa hipotética teología. La comprensión de los evangelios como
1⁴Ver Aguirre (2015, pp. 86-87); pero – como se verá – otros autores proponen acuerdos más extensos (pero que no parecen tan “acordados”, cf. Charles-
worth I ,116-123 que propone 54 temas).
interpretación oral y en términos de memoria so- una imagen clara (in nuce) de Jesús de Nazaret
cial conduce a un mayor sentido tanto de la con- (Riesner, 2010).
tinuidad como de la discontinuidad entre Jesús n. El éxito de la investigación se ha basado
en su movimiento en el contexto histórico y las en los nuevos métodos introducidos que logran
diversas narraciones y discursos del Evangelio en efectos duraderos; a pesar de la introducción de
sus respectivas situaciones. El contexto histórico nuevos métodos para proporcionar correctivos,
y los Evangelios nos impiden volver a preconcep- rellenar los puntos ciegos, deshacer los excesos,
tos standard (Horsley, 2010). etc. Pero los nuevos métodos que simplemente
i. Es preciso comprender los fundamentos rechazan o ignoran la historia de la erudición
metodológicos sobre los cuales se han construi- han resultado ser, en general, inválidos. Creo en
do los retratos y las cuestiones teóricas que im- la centralidad de Q (Robinson, 2010).
pulsan la búsqueda (Kloppenborg, 2010). o. El Jesús de la historia es de hecho solo
j. Tenemos criterios principales (5: ver- el Jesús reconstruido por la disciplina académi-
güenza, discontinuidad, testimonio múltiple ca conocida como historia, no lo que podríamos
en las fuentes o formas, coherencia y rechazo llamar el Jesús "real". Y esto significa que a pesar
y ejecución de Jesús) y secundarios (5: huellas de las reservas que se ven en este punto entre los
arameas, ambiente palestino, vivacidad de la teólogos (incluidos algunos exégetas), un enfo-
narrativa, tendencias de la tradición sinóptica que secular, es decir, uno realizado desde una
y presunción histórica) para acceder a dichos o perspectiva puramente histórica, me parece le-
hechos. No debemos sentir que los resultados de gítimo y posible. No es sensato olvidar que el
nuestra búsqueda serán inusualmente frágiles o judaísmo del s. I fue polimorfo y no se identifica
inciertos; no son más frágiles o inciertos que mu- con el judaísmo rabínico (Schlosser, 2010a).
chas otras partes de nuestras vidas (Meier, 2010). p. No sólo es tema metodológico sino tam-
k. La tarea central de la investigación de Je- bién epistemológico (el sentido dado a los datos:
sús es reconstruir la teología de Jesús e identificar lo que guía las elecciones académicas). Un enfo-
su relación con sus actividades. Los textos tam- que feminista crítico requiere que pongamos en
bién son nuestra fuente principal para recons- primer plano los supuestos epistemológicos que
truir algunos de los hechos sobre la vida de Jesús, guían las elecciones académicas de metodolo-
ya que la mayoría de los textos tienen un carácter gías, cómo procedemos a implementar métodos
explícitamente referencial (Pokorný, 2010). particulares y cómo nos ponemos en contacto
l. Trata de delinear los criterios para la in- con la imaginación histórica y las ideologías legi-
vestigación de la lengua griega sobre la autentici- timadoras que determinan nuestras elecciones de
dad de los dichos del Jesús histórico; constituye metáforas y modelos reconstructivos (Schussler,
un esfuerzo para reintroducir los criterios del 2010).
griego en la investigación histórica de Jesús al q. Analiza la posibilidad de certeza históri-
demostrar tanto el método como los resultados ca en la investigación de Jesús (mirando el pro-
(Porter, 2010). blema de la crítica de las fuentes históricas; el
m. Intentar una reconstrucción compa- problema del relativismo histórico y el problema
rando los sinópticos e incluso el Evangelio de de la extrañeza histórica), luego mira la posibi-
Juan sigue siendo una empresa prometedora; los lidad de certeza religiosa en la fé cristiana, dete-
evangelios canónicos imprimen a sus lectores niéndose en la orientación al cuadro bíblico de
sin terminar. Indudablemente, muchos seguirán solo “existiera” siempre en este espacio dispu-
la búsqueda del Jesús no histórico, en la creencia tado en una forma narrativa muy disputada, la
de que el Jesús no histórico es el verdadero Jesús. crítica mutua es vital (Marsh, 2010).
Pero un Jesús de la fé separado de la historia es un f. Auto-afirmación de Jesús; ¿hay o no
producto de la imaginación. Para los cristianos y continuidad o “traición” entre el Jesús histórico
los de otras religiones, la realidad de Jesús no pue- y el Cristo de la fé (dogmas)? ¿Hay una cristo-
de ser separada de la historia (Brown, 2010). logía implícita en Jesús o no? Pareciera que sí
b. Señalaré algunas características de la in- (Back, 2010).
vestigación de Jesús que creo que prevalecerán en g. Schalom Ben-Chorin: “La fé de Jesús
el futuro. Solo pronunciaré dos “profecías”, bas- nos une, la fé en Jesús nos separa”. Hay muchos
tante amplias y generales: A. Los evangelios serán avances, y todavía otros límites; acentuación de
vistos como una evidencia generalmente confiable la fé judía de Jesús: la búsqueda del Jesús histó-
(no totalmente) de Jesús. B. La investigación de Je- rico es fundamental para el diálogo judeo-cris-
sús usará un método más holístico. La imagen to- tiano, pero hay que ir más allá (Hagner, 2010).
tal o "Gestalt" de Jesús debe estar relacionada con h. Diferentes imágenes de Jesús: la ho-
la forma en que entendió su misión y con lo que nestidad requiere el reconocimiento del hecho
estaba por hacer. Y la clave para los objetivos de de que incluso el Cristo del kerygma no es, es-
Jesús es su autocomprensión, su “cristología”, por trictamente hablando, el verdadero Jesús, sino
así decirlo (Holmberg, 2010). el resultado de una selección de hechos. Jesús
c. ¿Qué es la historia?, ¿qué es un Jesús his- tiene muchas caras (Heyer, 2010).
tórico?, y ¿qué papel debe desempeñar ese Jesús
histórico en el currículo teológico? La iglesia en sí Preguntas actuales
vino de la trayectoria que L. Hurtado presenta. Y a. El cinismo; es claramente discutible po-
muchos de los estudios históricos de Jesús hoy se ner en el mismo nivel el judaísmo y el cinismo
ajustan a los parámetros esbozados por él, mien- en tiempos de Jesús (Downing, 2010).
tras muchos no cabrían. Esas representaciones na- b. Jesús desafió varias halakha contempo-
rrativas de Jesús que no encajan en esa cuadrícula ráneas. El Jesús más "plausible" es el que discute,
tampoco encajarían en un plan de estudios teoló- discute y discute el significado de las escrituras
gico para enseñar una comprensión tradicional de de Israel, porque también fueron sus escrituras
Jesús (McKnight, 2010). (Moyise, 2010).
d. Mientras que el Norte o el Oeste parecen c. Cristología implícita: partiendo de lo
estar empeñados y comprometidos con intermi- que “sabemos” de Jesús, la cristología implíci-
nables "búsquedas" o "investigaciones" en el Jesús ta ahora desempeña un papel positivo, ya que
histórico, el Sur prefiere dedicar su energía y re- considera las implicaciones de la misión de Je-
cursos psíquicos, intelectuales y espirituales a la sús y arroja más luz sobre los contornos de su
"recepción" de este mismo Jesús histórico (Okure, identidad (Broadhead, 2010a).
2010). d. Hay un parteaguas con el judaísmo,
e. La búsqueda de Jesús es búsqueda ideológi- ¿qué lo ocasionó? ¿Jesús? Es importante com-
ca; esos intereses pueden ser diferentes: teológicos, prender la causa de la muerte y los conflictos
anti-eclesiásticos, éticos, políticos, culturales-reli- con los contemporáneos. Jesús permaneció
giosos, psicológicos, filosóficos… Incluso si Jesús dentro de la órbita de un "judaísmo común", sus
actitudes y acciones empujaron (posteriormente) de los discursos de los que formamos parte (Ma-
esos límites hasta el punto de que incurrió en una yordomo y Ben Smit, 2010).
violenta oposición de otros judíos (Bird, 2010). k. Hay material negativo y positivo, el
e. Hay diferentes identidades de Jesús: evangelista y los adversarios (el ejemplo de las
profeta, sabio, sanador, mesías y mártir (Evans, expulsiones de demonios, o el hijo obstinado de
2010). Dt 21,20). El Evangelio es historia escrita desde
f. Hay elementos de semejanza y de dife- los perdedores (Brown, 2010).
rencia con Qumrán: el discipulado, la halakha, el
mandamiento del amor, la escatología, el maes- Problemas
tro de justicia (Kuhn, 2010). a. ¿Judío y/o helenista? En el marco del ju-
g. “Sin Q”; hay dos grupos: Jerusalén y Pa- daísmo dentro del helenismo, uno debe pregun-
blo. Si Marcos (paulino) da una imagen paulina tarse dónde encaja Jesús. Como lo demuestra la
de Jesús, lo sospecharemos. Si da una imagen no historia de los estudios anteriores, en un sentido,
paulina, parecerá una tradición no digerida, y la búsqueda en curso de Jesús, en términos de su
por lo tanto debe ser acreditado con cautela. En relación con las culturas que la rodean, siempre
general, lo que va en contra del pensamiento de ha reconocido y explorado el carácter judío de
un autor debe ser tratado con seriedad; cualquier Jesús (Porter, 2010).
cosa que le parezca embarazosa es probablemen- b. Transmisión oral de la tradición; es
te cierta (Goulder, 2010). esencial darse cuenta de que la tradición verbal
h. La prioridad de Marcos no impide mirar es parte de un panorama más amplio de la tra-
la teoría de las fuentes (crítica de las sinopsis usa- dición. La predicación no era simplemente una
das): uno no puede examinar los fenómenos sin cuestión de transmitir palabras y hechos separa-
romperlos en el acto de crear una sinopsis para dos de Jesús, sino de hablar de la historia como
estudiarlos (Dungan, 2010). historia (Byrskog, 2010).
i. El papel del arameo es fundamental para c. Se presenta a los fariseos, saduceos, ese-
reconstruir (partes de Mc y Q) y comprender la nios y herodianos teniendo en cuenta especial-
enseñanza de Jesús, aunque no haya sido – salvo mente a Josefo (y sus diferencias dentro de sus
excepciones – muy utilizado por los autores con- mismas obras) (Nodet, 2010).
temporáneos (Casey, 2010). d. “El hijo del hombre” en el judaísmo: la
j. La hipótesis posmoderna: el estudio his- representación del Hijo del Hombre en los evan-
tórico solo puede articularse en la forma de un gelios comparte con los textos judíos contempo-
discurso narrativo que encuentra su contenido y ráneos la expectativa de una figura del salvador
lo imagina o lo inventa. White no niega la exis- celestial, y también lo pone en el papel de juez.
tencia de hechos históricos como se dan; pero es- No hay razón, en principio, por la cual Jesús no
tos hechos solo pueden hacerse significativos al debería haber compartido tales expectativas, ba-
tejerlos en una imagen del pasado que, una vez sándose en la especulación en curso sobre la vi-
más, presupone una noción de totalidad. Esto sión de Daniel (Collins, 2010).
puede llevar al respeto por la contingencia, la fra- e. Hay diferencias entre qué entienden
gilidad y la sublimidad de la historia y al "espíri- por apocalíptica y apocalipticismo Collins y
tu" de mirar "objetos" con paciencia, autocrítica Rowland; la literatura apocalíptica judía no pue-
y una profunda conciencia de las complejidades de entenderse aparte de la cosmología peculiar de
la teología del Templo de Israel y las experiencias las presuposiciones literarias e históricas de la
religiosas que ofrece (Fletcher-Louis, 2010b). composición de la literatura historiográfica en
f. Hay que resaltar la importancia del anti- este período. Estos están determinados por el
judaísmo: que escritos del NT hayan sido utili- período helenístico, la cultura y la literatura. (2)
zados de manera anti-judía no significa que los Presenta desarrollos literario-históricos signifi-
escritos lo sean, para lo cual es necesario un aná- cativos y representantes literarios de la literatura
lisis histórico, social y retórico (Johnson, 2010). historiográfica en el llamado período imperial
g. Josefo aporta no solamente los elementos temprano (ca. 30 a.C.-ca. 120 CE), en el griego-
históricos (que deben ser cuestionados en la me- helenístico, romano y las primeras esferas judías.
dida de lo posible), también su arte compositivo (3) Discute en qué medida los primeros textos
y sus lecturas bíblicas que no suelen ser tenidas cristianos, especialmente la literatura del evan-
en cuenta (Mason, 2010). gelio, pertenecen al marco de la historia literaria
h. Con respecto a los escritos rabínicos, se de la historiografía helenística (Becker, 2010a).
ha de tener en cuenta las cuatro formas principa-
les de la literatura rabínica: halakhah, aggadah, Tradiciones
parábolas y objetivos (Instone-Brewer, 2010). a. Marcos: El uso cuidadoso del Evangelio
i. La sinagoga y el/los Sanedrín en el S.I: La de Marcos enriquecerá nuestras reconstruccio-
sinagoga y el Sanedrín eran instituciones religio- nes históricas (Dewey, 2010).
sas asociadas con el judaísmo anterior a los 70, b. “Q”: entre Q y Jesús hay elementos de
pero eran muy diferentes entre sí en su natura- continuidad y discontinuidad. La clasificación de
leza, función y operación. Lo que nuestra inves- dónde deben identificarse sigue siendo la tarea
tigación mostró fue que muchos puntos de vista de todos aquellos comprometidos con la llamada
populares sobre ellos, que aún se encuentran en búsqueda del Jesús histórico (Tuckett, 2010).
la literatura sobre el cristianismo primitivo, no c. “M”: Estos materiales no revelan infor-
tienen una base histórica o son, al menos, proble- mación histórica novedosa sobre Jesús de Nazaret
máticos (Grabbe, 2010). que aún no está presente en las fuentes principa-
j. Juan el Bautista: hay, en general, dos Jua- les de Mateo. Pero sí subrayan el uso caracterís-
nes representados en el Nuevo Testamento: uno tico del motivo del Reino de Dios, confirman el
que está solo y otro que está al lado de Jesús. Con carácter escatológico de la enseñanza de Jesús y
alivio notamos que los dos no se parecen. Parece el hecho de que formó una comunidad de discí-
plausible suponer que Juan el Bautista vio su acti- pulos, e ilustran el sabor completamente judío de
vidad bautismal en la tradición bíblica de (Isaías su enseñanza y piedad (Senior, 2010).
y) Malaquías, y de ese modo volver a represen- d. Lucas-Hechos: Hay buenas razones para
tar el papel del profeta Elías como el precursor pensar que Lucas estuvo en contacto con las
del "día grande y terrible" cuando Dios estaba tradiciones de Jesús al menos a principios de la
"por venir". La interpretación cristiana pudo vin- década de los 50, que estuvo en contacto con tes-
cularse con esta autodefinición, pero tuvo que tigos oculares y que escribió sobre la base de una
"reorganizarla" para integrarla en la secuencia investigación considerable (Nolland, 2010).
escatológica que se había desarrollado después e. Jesús no-sinóptico: La integración de la
de que Jesús entró en escena (Backhaus, 2010). recepción de Jesús en la forma concentrada de
k. Una lectura historiográfica: (1) describe abreviaturas narrativas es impresionante, y nos
dice mucho sobre el pensamiento de Pablo. De- surgen en un polémico Sitz im Leben, y contri-
bemos escuchar a Juan, el narrador de la historia buyen poco a nuestro conocimiento del Jesús his-
de Jesús, así como a Pablo y las historias extra tórico (Van Voorst, 2010).
canónicas de Jesús (Labahn, 2010)1⁵.
f. Juan es un Evangelio independiente, y Fundamentos
vale la pena tomar en serio la afirmación de que a. ¿Jesús existió? Los dos tipos de investi-
se basa en un testimonio independiente (Smith, gación diacrónica y el aspecto hermenéutico de
2010). la reconstrucción histórica implican que Jesús
g. Epístolas: por ejemplo, Pablo reconoce a existió, porque desde nuestro propio horizonte
Jesús enseñando sobre el apoyo de los apóstoles, esta es la explicación más satisfactoria de cómo
pero él no lo toma como una orden para cada si- surgió y se desarrolló la tradición de Jesús (Byrs-
tuación, sino como un privilegio que puede re- kog, 2010).
nunciar por el bien del evangelio y en el servicio b. Trasfondo topográfico (topografía geofí-
de Jesús, a quien le corresponde seguir (Wen- sica, cultural y de la tradición). Hemos llegado a
ham, 2010) . comprender que Jesús y sus seguidores no vie-
h. Tomás: Cada uno de los 114 dichos en ron un paisaje ya objetivo e interpretado; perci-
Tomás debe ser investigado por razones críticas bieron su topografía no sólo en términos de su
para establecer su proximidad a Jesús. Sólo de característica geofísica sino también en térmi-
esta manera podemos explorar completamente nos de cómo se había enmarcado cultural y tra-
la conexión entre Jesús y Tomás y establecer el dicionalmente para ellos. Polibio aconsejó que
lugar de Tomás en el paisaje del cristianismo pri- la historiografía debe incluir, entre otras cosas,
mitivo (Broadhead, 2010b). “el estudio de ciudades, lugares, ríos, lagos y, en
i. Otros apócrifos: la mayoría de ellos no general, todas las características peculiares de la
aportan nada que pueda llevarnos más allá de tierra y el mar y las distancias de un lugar a otro”
lo que sabemos de los textos canónicos o prestar (Charlesworth, 2010).
nuevos acentos al retrato del Jesús histórico (Nic- c. Trasfondo: algunos documentos demues-
klas, 2010a). tran que las narraciones de Jesús del Evangelio se
j. Primeros padres: la cosecha de tradiciones ubican directamente dentro de la tradición judía
posiblemente auténticas de Jesús en la literatura palestina. La conciencia de los documentos litera-
patrística que investigamos es bastante escasa. El rios puede influir no sólo en la cuestión del Jesús
resultado consiste en una pequeña cantidad de histórico, sino también en nuestra comprensión
palabras de Jesús que “no agregan mucho a la de la formación de la tradición del evangelio y de
imagen general, su credibilidad como dichos de la obra redaccional de los evangelistas (McNama-
Jesús depende en gran medida de su compatibi- ra, 2010).
lidad con las tradiciones sinópticas más familia- d. Trasfondo: clima sociopolítico; Reed
res” [Dunn] (Rouckema, 2010, p. 2123). sostiene (más claramente que Schottroff y Ste-
k. Escritos clásicos y judíos: la mayoría de gemann) que la fundación de dos centros urba-
las tradiciones clásicas y rabínicas sobre Jesús nos en Galilea cambió la situación económica
1⁵ En la conferencia que da origen a este escrito, intenté decir “tener en cuenta las 7 cartas de Pablo más que las 6 deutero-paulinas” y por error afirmé “las 6
cartas de Pablo y las deutero-paulinas”. Sirva este espacio para la corrección de ese error.
Como es frecuente en ella, E. Schussler al hablar de los movimientos de liberación afirma “movimientos de liberación de wo/men y el Tercer Mundo”.
16
de la Liberación desde sus orígenes (Gutiérrez, En coherencia con esto, llama la atención
Assmann y Boff) como lo señala claramente J. la coincidencia entre dos autores muy diferentes:
Sobrino (199317.
Así, por ejemplo, lo señala Ignacio Ellacu- • “Un Jesús cuyas palabras y hechos no en-
ría: “la vida histórica de Jesús es la revelación más contraran rechazo, sobre todo entre los podero-
plena del Dios cristiano” (1973, p. 13, citado por sos, no es el Jesús histórico” (Meier, 1991, p. 177).
Sobrino, 1993, p. 72). Algunos autores, se ha de • “El Cristo que no puede ser secuestrado
señalar, están entusiasmados con la obra de J. D. por la gente de alto nivel económico es el Jesús
Crossan: como es el caso de T. Cabestrero (s. f., histórico” (Johnson, 2004, p. 204).
p. 178) y J. Pixley (1998) algo que, se ha señalado, De otro lado, el Jesús histórico es de impor-
es bastante cuestionable académicamente luego tancia central en la teología feminista. Además
de una mesurada metodología e investigación18. de lo señalado por E. Schussler en el artículo ci-
tado del Handbook, es de señalar la importancia
En un trabajo anterior (Boff, 1990), hemos que varias teólogas conceden al Jesús histórico:
intentado hacer una distinción que nos parece
oportuna. Basados en los trabajos de Boff sobre La “plena humanidad” como “marco de re-
los métodos de la teología de la liberación hemos ferencia interpretativo” dirá la misma E. Schussler
propuesto que debiera haber diferentes accesos (2000). Radford Reuther, dice Schussler (2000)
a los estudios bíblicos (popular, pastoral y aca- que “concluye este capítulo con su propia res-
démico). En este sentido, merece citarse de Car- puesta constructiva, que depende fuertemente de
los Mesters, “Jesús a contramano”, y se siente una una comprensión del Jesús histórico como pro-
mayor investigación académica sobre el tema. feta, liberador y representante de la humanidad
liberada” (p. 75).
Es interesante señalar que un teólogo eu-
ropeo como José Ignacio González Faus afirma Johnson (2004), “(a)l buscar en la tradición
que: elementos de una cristología que libere a las mu-
En Europa, el Jesús histórico es objeto de in- jeres, las teólogas feministas encuentran oro en
vestigación, mientras que en América Latina es el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús
criterio de seguimiento. En Europa, el estudio y en la tradición de la cristología sapiencial” (p.
del Jesús histórico pretende establecer las po- 125). Y Vélez (2018) también afirma que:
sibilidades y razonabilidad del hecho de creer (e)l punto de partida (…) es que una investiga-
o no creer. En América Latina, la apelación al ción sobre Jesús y las mujeres no puede limitar-
Jesús histórico pretende llevar ante el dilema de se a buscar los textos en que haya esa presencia
convertirse o no (AA.VV., 1983, p. 79). de mujeres o a concentrarse en las relaciones
de género. Hay que comenzar por situarse en
el marco del cristianismo primitivo que dio
17
Es interesante contrastar esta obra, ya elaborada, con su Cristología desde América Latina (esbozo) (1977), donde en el prólogo a la segunda edición el
propio Sobrino afirma: “Los textos escriturísticos aducidos necesitan de una mayor fundamentación exegética, tratándose de una cristología que pretende
basarse en el Jesús histórico (…) el análisis exegético necesita una mayor elaboración” (p. xix).
18
Cfr. Pixley (2004, núm. 47).
horizontes nuevos a los marginados de aquel tanto en el “Primer mundo”, como fuera del él.
momento, donde hay varones y mujeres que Búsqueda que se revela incómoda en ocasiones,
son víctimas del sistema kyriarcal (p. 68). ardua, confusa, pero no por ello menos desafian-
En África, sin duda se ha de tener en cuen- te. Que se pretenda acceder, incluso desde pers-
ta el clásico ¿Quién es este hombre? Jesús antes pectivas no creyentes al conocimiento histórico
del cristianismo de Albert Nolan (1981), libro de un personaje, Jesús en este caso, no deja in-
dedicado “A los pueblos del Tercer Mundo”. diferente la fé de los que, creyentes, entendemos
que la Encarnación es el punto de partida de
Jesús no judío: En su reciente ponencia nuestro encuentro con Dios, que la Palabra que
“Christology and Mission in the Middle East” en Dios quiso decir en la historia, palabra que puso
Mainz en la conferencia internacional “Towards su carpa entre nosotros (Jn 1,14) es palabra que
an Ecumenical Missiology: Witnessing Christ” nos pone en camino de seguimiento. Conocer,
(16-19 de julio 2019) Wilbert van Saane, de la aunque sea borrosamente, a Jesús evita la siem-
Haigazian University / Near East School of Theo- pre peligrosa posibilidad de “domesticarlo”. Si
logy, destacó algunas lecturas sobre Jesús en este trabajo provocó dudas, interrogantes y desa-
“Medio Oriente”: Karim El Koussa (2013) pre- fíos, habrá logrado su objetivo.
senta a Jesús en su libro Jesus the Phoenician
(2013). Antoine Khoury Harb en The Roots of Referencias bibliográficas
Christianity in Lebanon (2008) ubica a Jesús en
la cultura cananea. Kamal Salibi (1998) propone AA.VV. (1983). Hacer’ teología y hacerse teo-
a Jesús como anunciador del mensaje del profeta logía. En Vida y reflexión. Aportes de la
Issa (400 a.C.) pero que fue reformulado luego de teología de la liberación al pensamiento
su muerte por Pedro y Santiago. El teólogo lute- teológico actual. CEP.
rano Mitri Raheb (2014) publicó su libro Faith in Ådna, J. (2010). Jesus and the Temple. En T. Hol-
the Face of Empire, en el que destaca un retrato mén y S. E. Porter (eds.), Handbook for the
de Cristo como el de uno que perteneció a los Study of the Historical Jesus (vol. III / 3, pp.
pueblos marginados de la tierra y resistió la opre- 2635-2675). Brill.
sión de los imperios. “Dios se identifica con esta Aguirre, R. (2015). La memoria de Jesús y los cris-
tierra” y Jesús se manifestó en solidaridad con el tianismos de los orígenes. Verbo Divino.
“pueblo de la tierra”. Jesús revela a Dios, “en una Asis, F. (1985). Jesucristo, cuyas huellas debemos
situación de terrible agonía y dolor, cuando fue seguir (XXII,1-2). BAC.
brutalmente aplastado por el imperio y colgado Ávila, T. (1982). Obras completas (Archivo Silve-
como un rebelde luchador por la libertad” (2014, riano 1). Monte Carmelo.
p. 87). Se requiere de otro artículo para analizar Baasland, E. (2010). Fourth Quest? What Did Je-
las lecturas de teología poscolonial (en especial sus Really Want? En Holmén, T. y Porter,
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Conclusión Back, S.O. (2010). Jesus and the Sabbath. En T.
Este trabajo mostró cómo se ha llegado por Holmén y S. E. Porter (eds.), Handbook
distintos caminos a la búsqueda del Jesús histó- for the Study of the Historical Jesus (vol.
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