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Modalidades procesales.

Contenciosos administrativo

Principales Modalidades Procesales de la Técnica Impugnatoria de Actos Administrativos...

Recurso judicial previsto por la Ley de Educación Superior

Defensa de consumidor

Servicio Público de transporte

Servicio Nacional de Sanidad Animal

Registro de la Propiedad del Automotor

Clases según la situación que tutelan: de plena jurisdicción y de ilegitimidad

Objeto, partes, y características del procedimiento de cada acción

La técnica impugnatoria y los requisitos de legalidad de los actos administrativos particulares

Demanda

Las excepciones fundadas en la “materia” y en la causación de estado del acto administrativo...


Referencias
LECCIÓN 1 de 12

Principales Modalidades Procesales de la Técnica


Impugnatoria de Actos Administrativos...

...El Contencioso Administrativo

En esta unidad estudiaremos el proceso contencioso administrativo provincial y nacional de acuerdo a las diferentes
etapas que lo componen: acciones, demanda, contestación de demanda, excepciones, prueba, alegatos y sentencia.

El estudio de forma comparativa de ambos sistemas permitirá la fijación de los contenidos con lo cual es aconsejable
ir marcando las diferencias.

Acciones

En este apartado estudiaremos los diversos cauces de acciones y sistemas que pueden existir para demandar a la
administración en un juicio contencioso administrativo.

Sistemas procesales: de unidad y de pluralidad de acciones.

Comparación de sus ventajas e inconvenientes. Los recursos


directos asistémicos de la legislación nacional
A diferencia de lo que veremos en el régimen de la Provincia de Córdoba, a nivel federal no resulta necesario para el
administrado individualizar la situación jurídica subjetiva que posee frente a la administración a la hora de promover
una demanda judicial ya que existe un sistema de unidad de acción frente a una pluralidad de pretensiones.

Sin embargo, ello no significa que no deba acreditarse la existencia de una afectación concreta y por lo tanto la
existencia de una “causa” o “caso”, en los términos de la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional.

Como dijimos con anterioridad no existe a nivel federal un Código que regula el proceso administrativo sino que
resultan de aplicación las normas que regulan el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. En virtud de ello,
la pretensión del administrado deberá encaminarse a través de un juicio de conocimiento.

También se halla prevista la acción de lesividad en el Art. 27 de la Ley 19.549. En esos casos el actor es la propia
administración pública que se ve obligada a demandar judicialmente la nulidad de su propio acto en los supuestos en
que no puede utilizar la potestad revocatoria en los términos de los Arts. 17 y 18 de la aludida ley. Esa limitación se
debe a que la decisión se encuentra firme y consentida y ha generado derechos subjetivos que se encuentran en
cumplimiento, de conformidad a lo previsto en el Art. 17 de la Ley 19.549.

Ese mismo cuerpo normativo establece en el Art. 27 que no existe un plazo de caducidad para promover la acción
sino solo de prescripción.

Los recursos asistemáticos en el orden federal139

[139] Este trabajo constituye una actualización y ampliación del publicado bajo la denominación: “Recursos especiales en el

ámbito federal” en AA. VV., Habilitación de la instancia en el contencioso administrativo, (Eduardo Avalos, coord.), obra

colectiva, Córdoba, Advocatus, 2007, pág. 121 a 139.

Desde la doctrina, se ha puesto de resalto la impropiedad terminológica de las denominaciones empleadas por las
diferentes normativas a la hora de referirse a estos cauces especiales de impugnación como recursos judiciales o

directos o de apelación. Se propicia, en general, la denominación de acción140 ya que, se trata de actos procesales en
los cuales se formula una pretensión en contra de un acto administrativo141 en donde sólo se cuestiona su legitimidad

y se peticiona su nulidad142.

[142] Cfr. GORDILLO, Agustín, Tratado de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo,

2000, 5ª Ed., reimpresión, T. II, IX-29; AVALOS, Eduardo, en Derecho Procesal Administrativo, Córdoba, Alveroni, 2004, T.

II, pág. 245; DIEZ, Manuel María, Derecho Procesal Administrativo, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1996, pag. 218. En el

mismo sentido, se ha pronunciado Hutchinson al señalar que “Aunque se conserve el término de recurso, ello no significa en

modo alguno que se hubiere querido concebir a la justicia como una segunda instancia, sino que, por el contrario, ante ella se

sigue un auténtico juicio o proceso entre partes, cuya misión es examinar las pretensiones que deduzca la actora en razón de un

acto administrativo”. (HUTCHINSON, Tomás, Estudio Preliminar en DANIELIAN, Miguel, Recursos Judiciales y

Procedimientos Administrativos, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 2000, T. I, pág. 20)

[143] Cfr. HUTCHINSON, Tomas, Estudio Preliminar en DANIELIAN, Miguel, Recursos Judiciales y Procedimientos

Administrativos, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 2000, T. I, pág. 21.

[144] Cfr. DIEZ, M., Derecho Procesal ..., op. cit., pág. 219.

A tales mecanismos de impugnación se refiere el Art. 25 de la ley 19.549 en su último párrafo, al señalar que
“[cuando en virtud de una norma expresa la impugnación de acto administrativo deba hacerse por vía de recurso, el
plazo para deducirlo será de treinta (30) días desde la notificación de la resolución definitiva que agote las instancias
administrativas”.

Por su parte, Ávalos señala que se trata de un modo de impugnación contra actos administrativos pero que se
diferencia de la acción contencioso administrativa, en que existe una limitada posibilidad de adicionar a la pretensión

impugnatoria, un reclamo de daños y perjuicios143.

[143] AVALOS, E., op. cit., T. II, pág. 247.

Entonces, cuando la normativa aplicable a la especie se refiera al recurso directo o judicial debe colegirse, en
realidad, que se trata de una acción judicial que se la denomina como recurso, porque procede contra las decisiones

administrativas directamente ante la Cámara de Apelaciones144. De ello, se desprende que para su procedencia se
requiere una decisión previa de la administración pública habida cuenta que por dicho cauce se impugna un acto

administrativo145. Tal circunstancia, como lo indica la doctrina146 obliga al administrado, de manera previa a
promover la demanda judicial ordinaria contra un acto administrativo, a verificar, en el caso, la inexistencia de un
recurso específico pues, la existencia del mismo obsta a la procedencia de la acción ordinaria habida cuenta que, no
se trata de un mecanismo de utilización optativo.

[144] Cfr. DEL RIO, María Morena, “Recursos directos contra las resoluciones del ENRE y ENARGAS”, E.D., 182:1437.

[145] Cfr. HUTCHINSON, T., Estudio Preliminar..., op cit., T. I, pág. 23.

[146] Cfr. AVALOS, E., op. cit., T. II, pág. 245

La situación de inseguridad en la que se encuentra el administrado se


agrava más aún ante la inexistencia de uniformidad acerca de dónde y
ante quién deben interponerse tales piezas recursivas ya que, en
algunos casos se hace ante la misma autoridad administrativa147 que
tiene la obligación de remitirlo a la justicia y en otros casos,
directamente en sede judicial148.

[147] Así lo establece por ejemplo el Art. 45 de la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 22.240)

[148] Cfr. HUTCHINSON, T., Estudio Preliminar, op. cit., T. I, pág. 24.

La apertura a prueba. Siempre ha existido controversia en torno a la posibilidad de ofrecer y sustanciar prueba en
el marco de los recursos judiciales o directos. En contra de tal posibilidad, se ha esgrimido que en virtud de tratarse
de un proceso que se sustancia, en general, ante las Cámaras de Apelaciones sólo pueden discutirse cuestiones de

puro derecho quedando excluidas las relativas a los hechos149.


[149] En tal sentido, se ha manifestado la Cámara Federal de Mendoza al indicar que el recurso previsto en el Art. 32 de la ley

de educación superior, “fue concebido por el legislador como una limitada vía reexaminadora de puro derecho, sin permitir

discusiones o análisis de tipo fáctico” (C.Fed. Mendoza, Sala B, 3/06/97, “Padres de Alumnos de Colegios dependientes de la

Universidad Nacional de Cuyo”)

En la actualidad, esta última posición ha sido dejada de lado tanto por los tribunales como por la doctrina.

Así, los autores, en general han sostenido la amplia posibilidad de ofrecer y producir prueba en el ámbito de los
recursos judiciales o directos, inclinándose por la vigencia de un control judicial suficiente de la actividad

administrativa150.

[150] Cfr. CASSAGNE, Juan Carlos, “La apertura a prueba en los llamados recursos directos”, L.L., 1997-D, 667; DIEZ, M.,

Derecho Procesal..., op.cit., pág. 218; HUTCHINSON, T., Estudio Preliminar, op. cit, T. I, pág. 24; AVALOS, E., en Derecho

Procesal..., op. cit., T. II, pág. 247; GORDILLO, Agustín, Tratado..., op. cit., T. II, XIII-39.

Desde una visión jurisprudencial, en aplicación del C.P.C.C.N.151, los tribunales han optado por disponer la apertura

a prueba en caso de recursos judiciales o directos152 admitiéndose amplias posibilidades probatorias153.

[151] Arts. 360 y 367.

[152] C.N.C.A.F., Sala V, 9/4/1997, “Banco Regional del Norte Argentino c. Banco Central de la Republica Argentina”.

[153] C.N.C.A.F., Sala V, 03/03/99, “Gas Natural Ban S.A. c. Ente Nac. Regulador del Gas”, L.L., 1999-D, 381, entre otros.
LECCIÓN 2 de 12

Recurso judicial previsto por la Ley de Educación


Superior

Del contenido del Art. 94 del decreto 1759/72 (en adelante RLNPA) se desprende que son cuestionables a través del
recurso de alzada aquellos actos administrativos que emanen del órgano superior de un ente autárquico dentro de los

cuales se incluyen las Universidades Nacionales. Como ha sido señalado1, la sanción de la Ley 24.521 ha derogado
esa disposición pues, su Art. 32 contempla un recurso judicial de apelación ante la Cámara Federal de Apelaciones

para cuestionar las decisiones del órgano superior de las universidades nacionales2.

[1] Cfr. VILLAFAÑE, Liliana, en Derecho Procesal Administrativo, Córdoba, Alveroni, 2004, T. II, pág. 111.

[2] Así el Art. 32 de la ley 24.521 establece que “Contra las resoluciones definitivas de las instituciones universitarias

nacionales impugnadas con fundamento en la interpretación de las leyes de la Nación, los estatutos y demás normas internas,

sólo podrá interponerse recurso de apelación ante la Cámara Federal de Apelaciones con competencia en el lugar donde tiene

su sede principal la institución universitaria”.

Tal como lo indica Ávalos, a través del dicho cauce de impugnación pueden cuestionarse tanto las resoluciones
definitivas de las universidades nacionales, es decir, aquellas decisiones que resuelven el fondo del asunto,
lesionando el derecho subjetivo o interés legítimo, como aquellas resoluciones interlocutorias o de mero trámite que

pusieren fin o impidieren la continuación del procedimiento3.

[3] AVALOS, E., op. cit., T. II, pág. 248.

A los fines de requerir su revisión judicial resulta preciso que el acto que se impugna haya causado estado para que

sea procedente el aludido recurso judicial4.

[4] Cfr. AVALOS, E., op. cit., T. II, pág. 248.


Con relación al plazo de interposición, la normativa aplicable no lo prevé
con lo cual, se aplica el previsto por el Art. 25 último párrafo de la Ley
19.549 que establece que deberá interponerse dentro de los treinta días
hábiles judiciales.

Tampoco, la norma contempla lo relativo al trámite que debe imprimirse tal mecanismo de impugnación. En general,
los tribunales a posteriori del requerimiento de las actuaciones administrativas, corren un traslado a la
administración. Luego de ello y vencida la etapa probatoria, las partes alegan y la causa se encuentra en condiciones
de ser resuelta. Al dictar sentencia el análisis del juez se circunscribe a la legitimidad de la decisión. Ante la

sentencia que resuelve el planteo no existe apelación sino sólo recurso extraordinario federal5.

[5] Cfr. PALACIO DE CAEIRO, Silvia B., Recurso Extraordinario Federal, Córdoba, Alveroni, 1997, pag. 199.

Recurso judicial previsto por la Ley Marco de Regulación de Empleo Público Nacional El capítulo VIII de la
Ley 25.164, en su Art. 39 prevé que “Contra los actos administrativos que dispongan la aplicación de sanciones al
personal amparado por la estabilidad prevista en este régimen, el agente afectado podrá optar por impugnarlo por la
vía administrativa común y una vez agotada ésta acudir a sede judicial, o recurrir directamente por ante la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal o por ante las cámaras federales con asiento en
las provincias, según corresponda conforme al lugar de prestación de servicios del agente”.

Como puede advertirse, el personal que goce de estabilidad (no el contratado) y que sea el sujeto pasivo de una
sanción disciplinaria, posee un doble camino para obtener la revisión judicial de la misma. Pues, por un lado puede

utilizar la vía normal6, agotar la vía administrativa y luego iniciar una demanda ordinaria dentro del plazo de
caducidad de treinta días hábiles judiciales (Art. 25 de la ley 19.549), ante el juzgado federal de primera instancia
que corresponda.

[6] Cfr. IVANEGA, Miriam M., “Control Judicial de la Potestad Disciplinaria de la administración”, en Jornadas sobre

Control de la Administración Pública – Administrativo, legislativo y Judicial, Buenos Aires, Ediciones RAP, 2002, pág. 779.
Por otro lado, tienen la posibilidad de impugnar directamente la sanción
ante la Cámara Federal que corresponda. La competencia del tribunal en
este supuesto se determina de acuerdo al lugar en donde el agente presta sus
servicios.

A esos efectos, debe tenerse en cuenta que “ambas vías son excluyentes, en el sentido de que la opción formulada

inhibe la utilización de cualquier otra vía o acción”7.

[7] Cfr. GALLEGOS FREDIANI, Pablo, “Recursos contra las sanciones impuestas en los términos del Régimen Jurídico

Básico de la Administración Pública”, E.D. 185:1331, esp. pág. 1336; IVANEGA, M., “Control Judicial...”, op. cit., pág. 779.

De este modo, la disposición analizada innova con relación al régimen anterior, previsto en la Ley 22.140, en tanto
esta sólo permitía la posibilidad impugnatoria cuando se trataba de sanciones que disponían la cesantía o la
exoneración del agente. En cambio, el nuevo régimen permite la impugnación de cualquier tipo de sanción de

carácter disciplinario8.

[8] Cfr. GALLEGOS FREDIANI, P., “Recursos contra las sanciones...”, E.D. 185:1331; AVALOS, E., Derecho Procesal..., op.

cit., T. II, pág. 254. IVANEGA, M., “Control Judicial...”, op. cit., pág. 779.

El objeto de la impugnación de la sanción –tanto si se elige agotar la vía administrativa como si se impugna
directamente la decisión ante la Cámara Federal- debe fundarse en la nulidad de la decisión que se cuestiona por
aplicación de lo dispuesto en los Arts. 14 y 15 de la Ley 19.549. Pero, si se decide utilizar este último camino debe
considerarse que “el recurso judicial directo sólo podrá fundarse en la ilegitimidad de la sanción, con expresa
indicación de las normas presuntamente violadas o de los vicios que se atribuyen al sumario instruido”, conforme lo
establece el último párrafo del Art. 39 de la Ley 25.164.

Tal como lo prevé el Art. 40 de la citada norma, el recurso judicial deberá interponerse ante el tribunal competente
dentro del plazo de noventas días contados a partir de la notificación del acto sancionatorio.
A diferencia de lo previsto por la Ley de Educación Superior, el régimen de
empleo público tiene reglado el trámite judicial. Así, una vez promovida la
demanda, el tribunal requerirá el expediente administrativo con el legajo
personal del recurrente el que deberá ser remitido dentro de los diez días de
requerido.

Luego de recibidas las actuaciones administrativas por el Tribunal, éste correrá traslado por el término perentorio de
diez (10) días hábiles judiciales al recurrente sancionado y posteriormente, a la administración.

A partir del vencimiento de tales plazos para contestar los traslados, y luego de cumplimentadas las medidas para
mejor proveer que pudiera haber dispuesto el Tribunal, llamará autos para sentencia la que deberá ser dictada dentro
del término de sesenta (60) días hábiles judiciales.

Como podrá advertirse, el precepto legal analizado no contempla la posibilidad de diligenciar y producir prueba. A
pesar de ello, Gallegos Frediani ha manifestado que el Tribunal en uso de las facultades previstas en el Art. 36 del

CPCCN y a los fines de proteger el derecho de defensa del sancionado, puede abrir la causa a prueba9.

[9] GALLEGOS FREDIANI, P., “Recursos contra las sanciones...”, E.D. 185:1331.

Tal como lo prescribe el Art. 41, en el supuesto en que la sentencia sea favorable al agente sancionado y la misma
ordene su reincorporación la administración demandada deberá habilitar una vacante de igual categoría a la que
revistaba. La norma prevé, también, la posibilidad de que el agente pueda optar por percibir la indemnización
prevista en el Art. 11 de dicho cuerpo legal, renunciando al derecho de reincorporación.

Ya se ha analizado supra la vinculación entre los recursos judiciales y el amparo en punto respectivo al que
remitimos. A pesar de ello destacamos la opinión de Gallegos Frediani que ha señalado que si el empleado
sancionado interpone una acción de amparo a los fines de cuestionar la sanción impuesta el juez de primera instancia

no tiene facultades para declarase incompetente y remitir las actuaciones a la Cámara de Apelaciones163.

[163] Ibídem.
LECCIÓN 3 de 12

Defensa de consumidor

El Art. 45 de la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240164) tiene establecido que los actos administrativos que
dispongan sanciones en el ámbito de dicha ley podrán ser recurridos por ante la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Contencioso Administrativo Federal, o ante las cámaras federales de apelaciones con asiento en las provincias. La
competencia se determinará de conformidad al lugar en donde se haya cometido el hecho.

[164] B.O. 15/10/1993.

El recurso deberá interponerse ante la misma autoridad que dictó la resolución sancionatoria, dentro de los diez (10)
días hábiles contados a partir de su notificación y será concedido en relación y con efecto suspensivo, salvo en
aquellos supuesto en que se hubiera denegado medidas de prueba, en que será concedido libremente.

La última parte de dicho precepto legal tiene normado que “las provincias, dictarán las normas referidas a la
actuación de las autoridades administrativas locales, estableciendo un régimen de procedimiento en forma
compatible con el de sus respectivas constituciones”.

Sobre el punto, debe destacarse que en este supuesto las sanciones impuestas por una autoridad provincial escapan al

fuero federal y que su cuestionamiento deberá hacerse ante los jueces de la provincia de que se trate165.

[165] Cfr. AVALOS, E., op. cit., T. II, pág. 256.

Asimismo, resulta importante poner de resalto que los organismos de


defensa del consumidor provinciales carecen de competencia para aplicar
sanciones a entes de carácter nacional o a las prestadoras de un servicio
público de carácter interjurisdiccional o nacional pues, dicha competencia
les corresponde a las autoridades nacionales.

En este sentido, lo entendió la Corte Suprema Nacional en las causas “Telefónica de Argentina S.A.”166 y en Banco

de la Nación Argentina”167 en donde dejó sin efecto sanciones impuestas por oficinas locales.

[166] C.S.J.N., 23/12/2004, “Telefónica de Argentina S.A. c. Provincia de Mendoza A.P.A.

[167] C.S.J.N., 28/07/2005, “Banco de la Nación Argentina c. Programa de Defensa del Consumidor Comercio y Cooperativas

de la Provincia de San Luis, L.L., 06/02/2006.


LECCIÓN 4 de 12

Servicio Público de transporte

Tal como lo prevé el Art. 8 de la ley 21.844168, los mecanismos de impugnación o revisión de las sanciones
aplicadas por infringir dicho cuerpo legal, difieren de acuerdo a la sanción que se trate. Según tal régimen, si la
sanción consiste en apercibimiento la misma sólo será pasible de recurso de reconsideración quedando de ese modo
exento de control judicial.

[168] B.O. 09/08/1978.

Asimismo, establece que el infractor de dicha ley que haya sido sancionado con multa posee la opción de apelar la
misma directamente ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal o de
interponer recurso de reconsideración, con el que quedará definitivamente agotada la vía administrativa. Para el
supuesto en que se opte por esta última vía, la resolución que recaiga en este recurso podrá ser apelada ante la
mencionada cámara, en iguales términos que la apelación directa.

En aquellos supuestos en que la sanción consista en la suspensión o caducidad del permiso, el afectado podrá
interponer los recursos previstos por la L.N.P.A. y el R.L.N.P.A. Una vez agotada la vía administrativa ante la
resolución del secretario de Estado competente, la misma podrá apelarse ante la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Federal y Contencioso Administrativo.

La norma prescribe en torno a los plazos que tanto las apelaciones


como los recursos de reconsideración deberán deducirse debidamente
fundados, dentro de los diez (10) días de notificado el acto y ante el
órgano de aplicación, el que, en su caso, deberá elevar las actuaciones a
la citada Cámara, dentro de los diez (10) días subsiguientes.
LECCIÓN 5 de 12

Servicio Nacional de Sanidad Animal

Conforme lo estatuye la Ley 23.899169 en su Art. 26, en caso de violentar sus disposiciones las sanciones serán
aplicadas por el administrador general del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA) o por el funcionario en
que la reglamentación delegue tal facultad, previo procedimiento que asegure el derecho de defensa del imputado.

[169] B.O. 24/10/1990.

Las sanciones que se impongan dentro de ese marco, serán revisables a través de recurso de apelación ante la Cámara
Federal con competencia en el lugar donde se hubiere cometido el hecho. Dicho recurso, deberá ser interpuesto de
manera fundada ante la misma autoridad que hubiere aplicado la sanción. El plazo para interponerlo es de quince
(15) días hábiles contados a partir de la notificación y debe tenerse en cuenta que si la pena consiste en multa deberá
pagarse previamente a la interposición del recurso.
LECCIÓN 6 de 12

Registro de la Propiedad del Automotor

La modificación al Decreto 6582/58170 efectuada por la ley 22.977171 en su Art. 37, determinó que fuera posible
recurrir las decisiones de los encargados de registros y las del organismo de aplicación (Dirección Nacional de los
Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor y de Créditos Prendarios) ante la Cámara Federal de
Apelaciones con competencia territorial en el lugar donde tenga su asiento el registro seccional cuya decisión se
recurre, y que el caso de la Capital Federal la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal.

[170] B.O. 22/05/1958, ratificado por ley 14.467.

[171] B.O. 21/11/1983.

A pesar de la vigencia de esa ley, recién se establecieron los diversos cauces de impugnación administrativa y su

trámite con la vigencia del Decreto 335/88172.

[172] B.O. 21/03/1988.

Es bueno destacar, que la revisión tiene lugar cuando la petición presentada


por el interesado ante el Registro pertinente es observada por este mediante
una resolución1.

[10] DIAZ SOLIMINE, Omar Luis, Dominio de los Automotores, Buenos Aires, Ed. Astrea, 1994, pág. 115.
Recién a partir de ello, nace la vía recursiva para el particular afectado. De este modo, dicho recurso es la única vía
de impugnación de las decisiones de los encargados de registro en cuestiones registrales y de las decisiones de la
Dirección Nacional en esas materias o en controversias meramente individuales.

El mencionado recurso deberá interponerse por escrito y de manera fundada ante el organismo que dictó la
resolución dentro del plazo de quince días y deberá contar para ello, con patrocinio letrado matriculado para actuar
ante el fuero federal.

Si el registro seccional que efectuó las observaciones, no revoca su decisión deberá elevar a la Dirección Nacional
dentro del quinto día siguiente a la impugnación.

La Dirección tiene facultades para revocar el acto impugnado dentro de los diez días hábiles administrativos
siguientes a la recepción de las actuaciones administrativas. Si no lo hace en el mismo término, deberá elevar las
actuaciones a la Cámara Federal competente.

En aquel supuesto en que el acto impugnado emane del Dirección Nacional y ésta decida mantener su decisión,
dentro de los diez días hábiles siguientes a la presentación del recurso deberá remitirlo a la Secretaria de Justicia con
las pertinentes observaciones.

La Secretaria de Justicia podrá revocar el acto impugnado dentro de los 30 días hábiles administrativos siguientes a
la recepción de las actuaciones. En caso contrario, deberá elevar las actuaciones al tribunal competente.

Una vez recibidas las actuaciones por el Tribunal este proveerá dentro de los diez días hábiles judiciales siguientes la
prueba ofrecida, desestimando la que juzgue impertinente. Una vez producida la prueba o desestimado su
ofrecimiento según el caso, el tribunal llamará a autos para sentencia pudiendo disponer de oficio medidas para
mejor proveer.

Tal como lo establece la normativa, el plazo para dictar sentencia será de sesenta días hábiles judiciales desde que se
encuentre firme el llamado a autos.
LECCIÓN 7 de 12

Clases según la situación que tutelan: de plena


jurisdicción y de ilegitimidad

El sistema de acciones de la ley 7182 está diseñado a partir de la situación jurídica subjetiva que ostenta el
administrado habida cuenta que de acuerdo a la posición en que se encuentre variará la acción que deba promover,
pues se trata de un sistema de pluralidad de acciones.

A partir de ello, deberá promover la acción de plena jurisdicción el administrado que ostenta un derecho subjetivo
lesionado. En ese caso su pretensión tendrá por objeto el restablecimiento del derecho vulnerado a lo que podrá
adicionarse el reclamo de los daños y perjuicios provocados por el actuar de la administración.

En los casos de intereses legítimos, en cambio, el afectado deberá iniciar una acción de ilegitimidad cuya finalidad
es la declaración de nulidad del acto administrativo cuestionado sin que se encuentre prevista la posibilidad de
adicionar a esa pretensión un reclamo de indemnización. Esa prohibición carece de sentido jurídico y de
razonabilidad, y obliga al administrado a proveer luego un juicio ante la justicia ordinaria para reclamar los daños y
perjuicios. Pues, también puede verificarse un daño a quien, por ejemplo, ha resultado excluido ilegítimamente de un
concurso para un cargo.

En esta acción tendrá participación el Fiscal de la Cámara en igual condición que todas las partes. En virtud de ese
diseño, resulta obligatorio para quien promueve la acción nominarla de acuerdo a su situación jurídica subjetiva que
posee. Es muy importante destacar, que este recaudo de catalogar la acción, ha sido atemperado por la jurisprudencia
del Tribunal Superior de Justicia (en adelante TSJ) en dos sentidos: primero se ha considerado que la carencia de una
situación jurídica subjetiva que amerite la intervención judicial sólo puede ser declarada en la etapa de habilitación

de instancia en aquellos casos en que ello surja de una manera evidente174. En segundo lugar y con idéntico
propósito, se ha permitido al administrado modificar la nominación de la acción hasta que quede firme el proveído
previsto en el Art. 11 que resuelve acerca de la habilitación de instancia. La tercera acción que está prevista en la de
lesividad pero en este caso el que acciona es el propio Estado. Ella tiene por objeto peticionar la declaración de
nulidad de sus propias decisiones en aquellos casos en donde no puede ejercer la potestad revocatoria ante sí, por

haber generado derechos subjetivos el acto administrativo, además de encontrarse firme y consentido175.

[174] Cfr. AGÜERO PIÑERO, Juan Pablo, La habilitación de instancia en el contencioso administrativo, obra colectiva

(Eduardo Avalos, coord.), Córdoba, Advocatus, 2007, pág. 219. en aquellos casos en donde no puede ejercer la potestad

revocatoria ante sí, por haber generado derechos subjetivos el acto administrativo, además de encontrarse firme y consentido

[175] Esa acción, deberá ser promovida dentro de los seis meses conforme lo establece el Art. 8 de la Ley 7182. En este tipo de

pleitos también interviene el Fiscal de Cámara en igual condición que las partes.

A esos fines la autoridad accionante deberá acompañar a la demanda, el expediente en donde se dicto el acto
administrativo que se pretende dejar sin efecto.

Esa acción, deberá ser promovida dentro de los seis meses conforme lo establece el Art. 8 de la Ley 7182. En este
tipo de pleitos también interviene el Fiscal de Cámara en igual condición que las partes.

A esos fines la autoridad accionante deberá acompañar a la demanda, el expediente en donde se dicto el acto
administrativo que se pretende dejar sin efecto.
LECCIÓN 8 de 12

Objeto, partes, y características del procedimiento de


cada acción

Según la ley 7182 pueden intervenir en carácter de legitimados activos y pasivos los siguientes sujetos procesales:

1 Los administrados, sean personas físicas o jurídicas, públicas o privadas;

2 La Administración: La Provincia, las Municipalidades, las entidades descentralizadas autárquicas y las


personas jurídicas que ejerzan función administrativa por autorización o delegación estatal, en defensa
de sus prerrogativas o competencias administrativas, y por lesividad de sus actos administrativos
irrevocables;

3 La Administración: La Provincia, las Municipalidades, las entidades descentralizadas autárquicas y las


personas jurídicas que ejerzan función administrativa por autorización o delegación estatal, en defensa
de sus prerrogativas o competencias administrativas, y por lesividad de sus actos administrativos
irrevocables;

El Código permite la intervención como parte en el juicio de aquellos sujetos favorecidos por la resolución que
motive la demanda. En ese carácter podrán intervenir en calidad de coadyudantes con la autoridad demandada y con
los mismos derechos que ésta. El ingreso al pleito en esa calidad procesal podrá ocurrir en cualquier momento pero
su presentación no podrá hacer retroceder el procedimiento ni interrumpir la tramitación de la causa.

Legitimación tradicional y la inserción de los derechos de


incidencia colectiva
Atento la redacción del Art. 1° de la Ley 7182 los reclamos relativos a derechos colectivos, sean estos de incidencia
colectiva o los relativos de usuarios o consumidores deben plantearse por vía de acción de amparo ante la justicia
ordinaria y no ante el fuero contencioso administrativo ya que el Código Contencioso Administrativo sólo puede
intervenir frente a la existencia de un derecho subjetivo o interés legítimo.

El proceso de lesividad

En honor a la brevedad remitimos a lo desarrollado en el punto 2.1.2. En la bibliografía básica este tema está
desarrollado en los Capítulos XI y XII.
LECCIÓN 9 de 12

La técnica impugnatoria y los requisitos de legalidad de


los actos administrativos particulares

Como ya hemos visto con anterioridad el proceso contencioso administrativo tiene por objeto el enjuiciamiento de la
voluntad de la autoridad pública explicitado a través de un acto administrativo. Por esa razón, cuando esa decisión no
cumple con los requisitos para su dictado puede ser impugnado en sede administrativa a través de los recursos
correspondientes y una vez agotada las instancias administrativas sometido al escrutinio judicial en donde el juez
controlará si esa decisión ha cumplido o no con sus requisitos esenciales.

Las medidas cautelares. La progresiva “cautelarización” del


accionar procesal

La protección cautelar del administrado en el ámbito la jurisdicción contencioso administrativa federal ha ido
evolucionando en la última década en virtud de los avances jurisprudenciales que se han verificado, tal como ha
acontecido a nivel del derecho comparado.

El tema relativo a las medidas cautelares en contra de la administración es una problemática que ha adquirido
relevancia en los últimos tiempos; auge motivado en la excesiva demora de los procesos judiciales en donde se
ventila la pretensión de fondo lo que ha dado lugar a la cautelarización del sistema contencioso administrativo.

En esa realidad actual resulta una práctica común que el administrado deposite todas sus expectativas en la obtención
de la medida cautelar al punto tal, que de no lograrlo, en reiteradas ocasiones, desiste de continuar con el proceso

principal, pues como ha destacado Vallefín la suerte de muchos procesos se juega en la etapa cautelar11.
[1] VALLEFIN, Carlos A., Protección cautelar frente al estado, Buenos Aires, Lexis Nexis, 2002, pág. 23.

El catálogo de mecanismos procesales a los que puede acudir el administrado para obtener la protección cautelar de
sus derechos es amplio y varía de acuerdo a si se ha exteriorizado la voluntad administrativa y, en su caso a la forma
en que lo ha hecho. Es por ello, que el grado de la idoneidad de la tutela cautelar varía de acuerdo al tipo de

actuación contra la cual se pretende asegurar el derecho del administrado12.

[12] SAMMARTINO, Patricio M.E., Principios Constitucionales del amparo administrativo, El contencioso constitucional

administrativo urgente, Lexis Nexis Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1ª Ed., 2003, pág. 317. 178

A partir de ello, el esquema de medidas cautelares es el siguiente:

La medida cautelar innovativa posee carácter excepcional ya que tiende a alterar el estado de hecho o de derecho
existente antes de la petición de su dictado: medida que se traduce en la injerencia del Oficio en la esfera de libertad
de los justiciables a través de la orden que cese una actividad contraria a derecho o de que se retrotraigan las resultas
consumadas de una actividad de igual tenor” (Cfr. PEYRANO, Jorge W., “La demanda de amparo. La suspensión de
los efectos del acto lesivo y la medida cautelar no innovativa”, L.L. 1980-D, 16)

1 Medida cautelar suspensiva, si lo que se pretende es paralizar los efectos de un acto administrativo que
se considera gravoso. La misma puede ser planteada mientras se transita la instancia administrativa
(Medida cautelar autónoma) o conjuntamente con la demanda.

2 Si, en cambio, se procura hacer cesar es una omisión o la inejecución de un acto firme de la
administración pública la herramienta idónea será la medida cautelar positiva.

3 Por último, si lo que se pretende es la una defensa contra una vía de hecho se deberá intentar una
medida de innovar o no innovar habida cuenta que en este último caso desaparece la prerrogativa
estatal y en virtud de ello, deben utilizarse los mecanismos previstos para los sujetos privados178.

Por lo general, el proceso cautelar posee una naturaleza unilateral encontrándose reservada la bilateralidad a la
segunda instancia en caso de apelación.
En nuestro país y en el sistema federal ante la carencia de un código contencioso administrativo la regulación de
materia cautelar se rige por el Art. 230 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y disposiciones
concordantes.

Requisitos. Para la procedencia de una media cautelar resulta preciso que concurran cuatro recaudos fundamentales:

1 Verosimilitud en el derecho.

2 Peligro en la demora

3 La consideración del interés público comprometido en la decisión.

4 Contracautela

Cabe destacar, asimismo, como lo ha resaltado la jurisprudencia que “a mayor verosimilitud en el derecho, cabe no

ser tan exigentes respeto de la gravedad del daño179

[179] C.N.C.A.F., Sala I, 21/5/91, “El expreso Ciudad de Posadas C/ Estado Nacional”, L.L., 1993-B, 425.

La suspensión de los efectos del acto administrativo. Consiste en el pedido al órgano jurisdiccional de suspensión de
los efectos del acto administrativo que ha sido impugnado en sede administrativa mientras se sustancia un

procedimiento administrativo180 ya sea que la administración pública resuelva expresamente el recurso así como si
se produce la denegatoria tácita.

[180] GALLEGOS FREDIANI, Pablo O., Las medidas cautelares contra la Administración Pública, Buenos Aires, Abaco,

2006, 2ª ed. actualizada, pág. 159.

El fundamento normativo de esta medida cautelar se halla en el Art. 195 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación en tanto éste admite que las medidas cautelares puedan ordenarse antes o después de promovida la

demanda181.
[181] PADRÓS, Ramiro Simón, La tutela cautelar en la jurisdicción contencioso-administrativa, Buenos Aires, Lexis Nexis,

2004, pág. 372.

Desde la doctrina182 y la jurisprudencia183 de se han alzado posiciones que consideran que para poder solicitar la
suspensión de los efectos del acto en sede judicial es requisito necesario haber efectuado dicha petición previamente
en sede administrativa, alegando en su fundamento el carácter revisor del contencioso administrativo como un juicio

al acto. Para otros no puede exigirse el planteo previo en sede administrativa184 por considerarlo inútil pues por lo

general la administración nunca resuelve suspender el acto185, criterio al que adherimos. En una postura intermedia

hay quienes sostienen que dicha exigencia debe ser ponderada en el caso concreto186.

[182] CANDA, Fabián Omar, “La suspensión de los efectos del acto en el procedimiento administrativo”, en A.A.V.V.,

Amparo, medidas cautelares y otros procesos urgentes en la justicia administrativa, obra conjunta, Juan Carlos Casanga

(Director), Buenos Aires, Alexis Nexos, 2007, pág. 373. Este autor excluye de tal recaudo a los supuestos en que dicho

exigencia pudiera provocar un grave perjuicio al administrado por la inminente ejecución de acto; HUTCHINSON, Tomás,

“La suspensión de los efectos del acto administrativo como medida cautelar propia del proceso administrativo. Su aplicación

en el orden nacional”, E.D., 124:677, esp. 682.

[183] C.N.C.A.F., Salla III, “Tienda León Manuel S.A. c/ Estado Nacional – Fuerza Aérea Argentina”, L.L., 1996D, 127.

[184] ZAMBRANO, Pedro, “Medidas cautelares autónomas y la garantía de defensa en juicio por el Art. 230 del Código

Procesal o por el Art. 12 de la Ley 19.549”, L.L. 1998-C, 344, esp. 352.

[185] CASSAGNE, Juan Carlos, “Las medidas cautelares en el contencioso admimistrativo”, L.L. 2001-B, 1090, esp. pág.

1099.

[186] GALLEGOS FREDIANI, Pablo O., Las medidas cautelares contra la Administración Pública, Buenos Aires, Abaco,

2006, 2ª ed. actualizada, pág. 226.

Medida cautelar positiva


La medida cautelar positiva consiste en un mandato judicial destinado a la administración pública para que ésta

observe un conducta activa es decir, una obligación de hacer187.

[187] COMADIRA, Julio Rodolfo, Procedimientos Administrativos..., op. cit., pág. 269. SORIA, Daniel F., “La medida

cautelar positiva en el proceso administrativo (Notas sobre un nuevo avance jurisprudencial)”, E.D., 182:1166.

Su campo de actuación es limitado ya que procede frente a actos negativos por los cuales se deniego una petición,
inactividad material (la no designación en un cargo o el no otorgamiento de una licencia) o la inejecución de un acto
administrativo que se encuentra firme (V.g. decisión que reconoce una deuda).

Esta clase de medidas ha sido por lo general resistida tanto en el derecho comparado como nacional por la vigencia
del dogma revisor, dada la imposibilidad de sustituir a la administración por la consiguiente violación de la división

de poderes188.

[188] En esta última inteligencia se pronuncio la Corte en la causa Orías Fallos, 317:40, “Orias”, 03/02/94. En ese caso, la

Universidad Nacional de Río Cuarto había dejado sin efecto el llamado a concurso para cubrir un cargo de profesor titular

aduciendo razones presupuestarias, académicas y administrativas. Al resolver la cuestión, el Máximo Tribunal convalidó la

sentencia del inferior que había declarado la nulidad de dicho acto administrativo en razón de que esa decisión revocatoria se

encontraba viciada en el elemento causa y en la finalidad por desviación de poder dado que no concurrían las razones

invocadas pero la revocó en la parte que había ordenado a la demandada la convocatoria a un nuevo concurso.

Debe tenerse presente, que este tipo de despachos cautelares tienen su campo de actuación frente a la actividad
prestacional del estado, en materia de subsidios, frente a cuestiones de naturaleza económica en donde se pretende
por cautelar adelantar fondos, sea por un incumplimiento contractual del Estado o por una indemnización o por la
obligación surgida de un título público.

Su papel frente a la discrecionalidad. La posibilidad del juez de ordenar una conducta a la administración

encuentra su límite en la discrecionalidad pues por principio debe tratarse de una actividad reglada189 pues si se
tratara de facultades discrecionales, una orden de tales características supliría ilegítimamente el criterio de
oportunidad o conveniencia que le cabe a la administración, lo que sólo aparece como viable para algunos ante la

ilegalidad o arbitrariedad manifiesta13. En tal sentido, ha señalado Comadira que “ellas deben disponerse cuando el
acto debido por la Administración corresponde al ejercicio de facultades regladas. Tratándose, sin embargo, de
atribuciones discrecionales tales medidas deberían limitarse a los casos en los que la no emisión del acto debido
importe, en relación con las circunstancias del caso, una violación manifiesta de los límites jurídicos de la

discrecionalidad”14

[189] VILLARRUEL, María Susana, “Algunas reflexiones en torno a las denominadas medidas cautelares positivas”, ED,

178:788. Sobre este tipo de medidas resulta ilustrativo lo sentenciado en la causa “Chiabaut Morales”

[13] GALLEGOS FREDIANI, Pablo O., Las medidas cautelares contra la Administración Pública, Buenos Aires, Abaco,

2006, 2ª ed. actualizada, pág. 136.

[14] COMADIRA, J., Procedimientos Administrativos..., op. cit., pág. 270.

Sobre este tipo de medidas resulta ilustrativo lo sentenciado en la causa “Chiabaut Morales”192, Allí, frente a la
solicitud de jubilación que no había sido resuelta por la autoridad previsional habiendo transcurrido un plazo
razonable, se resolvió que atento a la estado de incapacidad en que se encontraba el peticionante ordenarle al
organismo demandado que abonara al actor el beneficio jubilatorio pretendido.

[192] Allí, frente a la solicitud de jubilación que no había sido resuelta por la autoridad previsional habiendo transcurrido un

plazo razonable, se resolvió que atento a la estado de incapacidad en que se encontraba el peticionante ordenarle al organismo

demandado que abonara al actor el beneficio jubilatorio pretendido.

A diferencia de lo que vimos a nivel federal en donde el sistema de medidas cautelares es amplio y de vanguardia,
Ley 7182 sólo contempla la posibilidad de solicitar conjuntamente con la demanda la suspensión de los efectos del
acto administrativo.

Quedan descartadas, entonces, dentro de este sistema las medidas cautelares


autónomas y positivas que sólo podrán intentarse ante la justicia ordinaria y
bajo las previsiones del Código Procesal Civil de la Provincia de Córdoba.
Para su procedencia se exige que la ejecución del acto impugnado sea susceptible de causar un grave daño al
administrado y que el despacho cautelar no implique una lesión al interés público. A su vez debe cumplirse con la
contracautela requerida por el tribunal.

En cuanto al trámite, debe tenerse presente, que el otorgamiento de la medida no es inaudita parte como ocurre por lo
general en la materia cautelar sino que antes de resolver, el Tribunal, ordenará correr vista a la demandada por el
plazo de cinco días asignándole el trámite de incidente. El Art. 19 de la Ley 7182 establece que el solo requerimiento
de suspensión y su notificación por el Tribunal importa la prohibición de innovar hasta tanto se resuelva el incidente
y, si ello no ocurriere, hasta no más allá de sesenta días de iniciada la demanda.

Una vez concedida la medida y cualquiera sea el estado de la causa, si la administración pública considera que con su
ejecución se está lesionando el interés público, lo deberá declarar en acto administrativo y alegar ante el Tribunal.
Este resolverá por auto dentro de las cuarenta y ocho horas, sobre el cese de la prohibición de innovar o la revocación
de la suspensión, sin perjuicio de la responsabilidad de la Administración por los daños que ocasionare la ejecución
del acto.
LECCIÓN 10 de 12

Demanda

Al escrito de demanda deberá acompañarse:

El instrumento que acredite la representación invocada. A las autoridades y funcionarios públicos les
bastará invocar su condición de tales;

Los documentos que acrediten la posesión de la situación jurídico-subjetiva que reclama. Resulta muy
importante cumplir con este recaudo acompañando el acto administrativo, reglamento, ley o cláusula
constitucional que acredite los extremos que se invocan;

El testimonio del acto administrativo que motiva la acción deducida si se le hubiere entregado copia
en el momento de la notificación o, en su caso, la indicación precisa del expediente en que hubiere
recaído;

En el caso de causa de lesividad, la administración acompañará el expediente administrativo en que se


produjo el acto presuntamente irregular.

Además, debe cumplirse con las siguientes exigencias:

1 Individualizarse el acto impugnado y detallarse su contenido;

2 Nominar el proceso que se deduce;

3 Efectuar una la relación de hechos y del derecho en que se funda la demanda;


4 Exponer lo que se demanda incluso dando detalles de todas las pretensiones aún cuando se persiga una
condena de contenido patrimonial, y la petición en términos claros y precisos.

Exponer lo que se demanda incluso dando detalles de todas las pretensiones aún cuando se persiga una condena de
contenido patrimonial, y la petición en términos claros y precisos.

1 La Administración pública centralizada o desconcentrada, a la Provincia;

2 La Cámara del Poder Legislativo, a la Provincia y a su Presidente; 3) El Poder Judicial, a la Provincia


y al Tribunal Superior de Justicia; 4) El Tribunal de Cuentas, a la Provincia y a su Presidente.

3 En estos supuestos las notificaciones a la Provincia deberán efectuarse en la persona del titular del
Poder Ejecutivo.

En estos supuestos las notificaciones a la Provincia deberán efectuarse en la persona del titular del Poder Ejecutivo.

Si se promoviera contra una entidad descentralizada autárquica, al Presidente del Directorio o a quien
ejerza el cargo equivalente.

Si lo fuere contra una Municipalidad, se cumplirá la diligencia con el Intendente.

Si se interpone contra una entidad no estatal, a su representante legal.

En la causa de lesividad, a el o a los beneficiarios del acto impugnado.


LECCIÓN 11 de 12

Las excepciones fundadas en la “materia” y en la


causación de estado del acto administrativo...

...que genera la lesión que motiva la pretensión procesal

Una vez que se han cumplimentados los recaudos previstos en el Art. 16 de la ley 7182 el Tribunal intimará a quien
corresponda a los fines de que le sean remitidas las actuaciones administrativas producidas en el plazo de diez días.
En el supuesto en que la administración pública estime indispensable contar con ellas, “podrá solicitar al Tribunal
copia autorizada de las mismas o su restitución dentro de un plazo prudencial”. La omisión en el cumplimiento de la
remisión, a los fines del proceso, autorizará al Tribunal a valorar acerca de la habilitación de instancia tomando como
base la exposición del demandante.

Una vez que ha sido admitida la causa el Tribunal ordenará la citación y emplazamiento de la demandada fijándose al
efecto un plazo que no podrá ser superior a diez días. Si el demandado omitiere comparecer a pedido de parte se lo
declarará rebelde y el juicio seguirá como si ella estuviere presente. La rebeldía se notificará por cédula publicándose
además edictos por cinco días. Ante el comparendo de la demandada o en el caso de que quedare firme la rebeldía
dispuesta se ordenará el traslado de la demanda por el término de dieciocho días y luego a los coadyuvantes, si los
hubiere por el mismo plazo.

Excepciones en la ley 7182

Al momento de contestarse la demanda se podrán oponer las excepciones dilatorias y perentorias que se consideraren
pertinentes, Ahora bien, si las excepciones planteadas impidieren la prosecución del juicio, se correrá nuevamente
traslado de la demanda, una vez pasado en autoridad de cosa juzgada el auto que las resuelva.

Las únicas excepciones que pueden oponerse en forma de artículo previo deberán ser opuestas dentro del plazo del
traslado ordinario de la demanda, son:

1 Incompetencia del Tribunal: fundada sólo en que la resolución reclamada no da lugar a la acción
contencioso administrativa o en que la demanda ha sido presentada fuera de término; Esas
excepciones deberán ser planteadas siempre en forma de articulo previo ya que no pueden ser
planteados en forma dilatoria193

[193] Idem, pag. 103/4.

2 Tanto la inexistencia de una situación jurídica subjetiva como la falta de acreditación en los términos
del Art. 16 Inc. “B”, deben ser planteado a través de esta excepción.

3 Falta de capacidad procesal o de personería en los litigantes o en quienes los representan;

4 Defecto legal, excepto en acciones derivadas de la relación de empleo público o de materia


previsional;

5 Litis pendencia.

Aquellas excepciones dilatorias que no se hayan opuesto en forma de


artículo previo, deberán ser planteadas al contestar la demanda y serán
resueltas al momento de dictarse la sentencia definitiva. Las
excepciones que se funden en el término de presentación de la demanda
y las de incompetencia, deberán oponerse siempre en forma de artículo
previo.
En cuanto a su trámite se prevé que de las excepciones opuestas en forma de artículo previo, se correrá traslado al
actor, quien deberá evacuarlo en el término de cinco días. Una vez que ello se ha concretado se llamará autos y el
Tribunal resolverá sin más trámites dentro de veinte días de ejecutoriada aquella providencia.

Por su parte, el 28 autoriza a cualquiera de las partes a solicitar la apertura a prueba del incidente de las excepciones
siempre que sea pedido dentro de los tres días de notificada la providencia de autos. Luego de producida la prueba y
de merituada la misma el tribunal resolverá dentro del plazo de veinte días.

Para ampliar este punto puede verse el Capítulo XII y XIII de la bibliografía obligatoria.

Prueba

En este punto analizaremos la etapa de prueba dentro del proceso contencioso administrativo. Debe recordarse que en
virtud de la inexistencia de regulación legislativa en el ámbito federal se aplican las normas contenidas en el Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.

Objeto

La etapa probatoria en la ley 7182, cuyo plazo es de treinta días, tiene las siguientes particularidades:

1 La prueba testimonial, como también la declaración de las autoridades administrativas, que se hará por
oficio, será ofrecida dentro de los cinco primeros días del término probatorio. Las pruebas testimonial,
confesional e inspección ocular podrán ser delegadas para su recepción en la persona de uno de los
integrantes del Tribunal.
2 La documental, pericial y confesional, podrán ofrecerse hasta diez días antes del vencimiento del
término de la prueba.

Una vez finalizada la etapa probatoria, se debe traslado por su orden


por nueve días para que las partes puedan alegar sobre el mérito de la
prueba.

Potestades del Tribunal

Debe tenerse presente que a diferencia de lo que acontece, por ejemplo, en el fuero civil y comercial en donde se
busca la denominada “verdad formal” en el sistema contencioso administrativo rige el principio de “verdad material”
y por el ello la Ley 7182 dispone que el Tribunal podrá ordenar de oficio las diligencias que considere oportunas,
conducentes al esclarecimiento de los hechos, aún cuando las partes se opusieren.

Perención de instancia

En el sistema procesal civil federal la regla es que los plazos son de carácter perentorio y por lo tanto, el vencimiento
de los términos procesales produce per se el decaimiento del derecho dejado de usar. La instancia se abre con la
promoción de la demanda aunque no hubiere sido notificada la resolución que dispone su traslado y termina con el
dictado de la sentencia. La caducidad puede ser introducida de oficio por el propio juez o por la parte interesada.

Los plazos previstos por el Art. 310 del C.P.C.N. son los siguientes:
1 De seis meses, en primera o única instancia.

2 De tres meses, en segunda o tercera instancia y en cualquiera de las instancias en el juicio sumarísimo,
en el juicio ejecutivo, en las ejecuciones especiales y en los incidentes.

3 En el que se opere la prescripción de la acción, si fuere menor a los indicados precedentemente.

4 De un mes, en el incidente de caducidad de instancia.

Debe tenerse presente que por imperio del Art. 314 del CPCN la caducidad también opera contra el Estado y sus
entes autárquicos.

En cuanto a los efectos, no debe soslayarse que la caducidad operada en primera o única instancia no extingue la
acción, sino que ésta podrá ejercitarse en un nuevo juicio. Tampoco, perjudica las pruebas producidas que podrán
hacerse valer en aquél, siempre que no haya operado la prescripción. La caducidad operada en instancias ulteriores,
en cambio, acuerda fuerza de cosa juzgada a la resolución recurrida.

En la ley 7182 la instancia contencioso administrativa se abre con la interposición de la demanda. De acuerdo al Art.
55 de la Ley 7182, la paralización por más de un año de la causa, sin que el demandante (sea el administrado o la
administración) inste su prosecución determinará la perención de la instancia, cualquiera sea su estado, salvo que los
autos pendieren de pura actividad del Tribunal. No procederá la caducidad de instancia de oficio sino que debe ser
solicitada por las partes (Art. 56). Por lo tanto, mientras no se haya solicitado la perención de instancia, cualquiera de
las partes podrá pedir la prosecución del juicio.

La sentencia que resuelva acerca de la perención de instancia tiene por efecto para las partes hacer válida y firme la
resolución administrativa objeto de la acción, siendo las costas del incidente de perención a cargo del demandante.

La cuestión relativa a la caducidad de instancia en la Ley 7182 se


encuentra abordado en el Capítulo XII punto XV de la bibliografía
obligatoria.

La cuestión relativa a la caducidad de instancia en la Ley 7182 se encuentra abordado en el Capítulo XII
punto XV de la bibliografía obligatoria.

PDF: “Acciones procesales administrativas”

Acciones procesales administrativas.pdf


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Referencias

Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo II. Córdoba:
Alveroni Ediciones.

Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial Universidad.

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