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ANTECEDENTES DE LA EXPERIENCIA

La ciudad de Curitiba antes de 1943, (año en que se da el primer plan urbano), ha pasado por una
serie de experimentos de organización del territorio, siendo la “Creación del Código de Posturas” y
la jerarquización de funciones Urbanas (áreas para uso industrial, residencial y comercial), los hitos
más importantes que antecedieron a los posteriores proceso de planificación urbana.

El crecimiento de la población, especialmente desde principios del siglo XX, llevó en la década del
40, cuando la ciudad contaba con aproximadamente 127, 000 habitantes, a un gran debate sobre
la necesidad de un ordenamiento urbano. Con el fin de regular el crecimiento de la ciudad, la
municipalidad de Curitiba, contrato el desarrollo de un plan Urbano, este fue llevado a cabo por la
empresa Coímbra Bueno & Co., que contrató al arquitecto francés Alfred Agache. El Plan Director
de Urbanización de Curitiba, también conocido como el Plan Agache o el Plan de Avenidas,
estableció directrices y normas para ordenar el crecimiento de la ciudad, con énfasis en el tráfico y
la zonificación especializada de las funciones urbanas. El Plan Agache recomienda el uso de un
sistema radial de calles que se abren, de forma concéntrica alrededor del centro. Aunque aplicado
parcialmente, el Plan de Agache ha dejado huellas que permanecen hasta hoy y que ayudó a la
implementación del Plan Maestro de 1966.Entre las obras más importantes son las amplias
avenidas, como las calles Sete Setembro y Marechal Floriano Peixoto que componían en la década
de 1970 los ejes estructurales.

En la década de 1950, Curitiba, con 180.000 habitantes ya enfrentaba problemas con la instalación
de establecimientos comerciales y fábricas en las zonas consideradas como no aptas por el Plan.
Se comenzó a ver los primeros edificios "rascacielos" y subdivisiones clandestinas proliferando. Es
en este período también que surgen las primeras favelas. Las soluciones propuestas por el Plan de
Agache no estaban respondiendo a los problemas de la ciudad.

En 1953 se propuso una nueva zonificación y un nuevo Código de Posturas y Obras Públicas, que
divide la ciudad en cinco áreas: - Comercial: principal (ZC-1) y secundaria (ZC-2); - Industrial: (ZI) -
Residencial: principal (ZR-1), con dos subzonas: Centro Cívico (ZCC) y el Centro de Deportes (ZCE),
media (ZR-2), secundaria (ZR-3) y rural (ZR-4), agricultura (ZA). El Código, sin embargo, sólo fue
aprobado en 1956. Es importante destacar que el Plan Agache llevó, 15 años después, la creación
del Departamento de Planificación Urbana de la Coplac - Comisión de

https://ciudadarquitecturamedioambiente.files.wordpress.com/2015/09/movilidad-curitiba-alex-
levet.pdf

Antecedentes

El primer Plan de desarrollo urbano de Curitiba fue realizado en 1943 y dio como resultado el
llamado Plan Agache, por su creador el arquitecto francés Alfred Agache. Este plan asumía que el
auto sería el medio de transporte del futuro y por ello previa la creación de avenidas de 60 m de
ancho, cuya construcción implicaba demoler una cantidad importante de propiedades. El plan
establecía la construcción de una red radial que partía del centro, así como una serie de anillos
viales en torno del centro.11
En 1954 Ney Braga es electo alcalde de Curitiba y junto con su equipo de planificadores intentan
avanzar la implantación del Plan Agache. Después de amplias discusiones entre los planificadores y
el alcalde, éste decide crear el Departamento de Urbanismo y expedir el código de uso del suelo
así como el plan de desapropiaciones necesarias para implantar el Plan Agache. Por el lado físico,
esta administración comenzó a ensanchar algunas avenidas en el centro de la ciudad.12 Después
de la administración Braga la implantación del Plan Agache fue lenta y centrada en ampliar algunas
vías. En 1960 la administración municipal promulga una nueva ley de uso del suelo dado que el
plan original comienza a estar desactualizado frente a la realidad de la ciudad.13

En 1964 es elegido alcalde de Curitiba, Ivo Arzua cuyo periodo iba originalmente hasta 1966. En
marzo de 1964 los militares brasileños se toman el poder y permiten que los alcaldes y
gobernadores terminen los periodos para los que fueron elegidos pero cancelan las elecciones
locales para alcalde a partir de 1966. Las elecciones para congreso y concejo municipal nunca
fueron canceladas.14 Las elecciones para alcalde sólo volverán a ocurrir en 1988. En 1966 Ivo
Arzua es nombrado alcalde y ejerce hasta 1967.15

El alcalde Arzua nombra a Luiz Garcez como director de la empresa municipal Urbanización de
Curitiba (Urbs), encargada en esa época de construir parte de la infraestructura básica de la ciudad
para facilitar el desarrollo urbano. Garcez, un arquitecto, tiene la idea de construir un viaducto
entre dos importantes plazas en el centro de Curitiba así como ampliar otras vías y convence al
alcalde de acometer dichas obras que se enmarcan dentro del Plan Agache. El problema es que la
municipalidad no tiene los recursos para financiar estas obras. El alcalde Arzua va al recientemente
creado Banco de Desarrollo del Estado de Paraná (Badep) 16 en busca de financiamiento.17 El jefe
de proyectos del Banco, Karlos Rischbieter, un ingeniero civil muy interesado por el tema urbano,
condiciona otorgar el crédito a que Curitiba -la capital del Estado de Paraná- realice un nuevo
ejercicio de planificación que justifique el viaducto y las demás obras dentro del contexto de un
Plan Director.18

El alcalde Arzua responde que Curitiba tiene un plan, el Plan Agache, y que no es necesario
justificar obras que coinciden con los lineamentos de este plan.19Arzua va donde el gobernador
Ney Braga -elegido en 1960 para el periodo 1961-65- y se queja de la actitud de Rischbieter. Braga
gustaba mucho de la planificación y la veía como un instrumento para mejorar la calidad de vida y
por ello respalda la posición de Rischbieter.20 Arzua no queda convencido y comienza la
ampliación de algunas vías como la XV de Noviembre en el centro de la ciudad.

Paralelo a estos acontecimientos ocurren dos aspectos importantes. De una parte, las elites
económicas de la ciudad y del estado están preocupadas por el desarrollo industrial y económico y
coinciden en que la ciudad y el estado deben adoptar nuevas políticas y planes para ello. Esto
generó un clima favorable y un apoyo político implícito a un nuevo plan para Curitiba y en el
ámbito estatal, legitimó la agenda del Gobernador Ney Braga a favor del crecimiento económico,
de la planificación y de la “racionalidad.”21

De otra parte, un grupo de estudiantes y profesores de arquitectura -entre los cuales estaban
Jaime Lerner y otros que luego estarían involucrados en la implantación del Plan Director-
comenzaron a discutir las obras que la administración llevaba a cabo en la ciudad. Concluyeron
que era necesario realizar un nuevo plan pues el Plan Agache estaba desactualizado. Este grupo
contacta a Luiz Garcez, director de Urbs, y quien conocía a algunos miembros del grupo, y éste
acepta concretar una entrevista con el alcalde Pereira.22 Este grupo se reúne con el alcalde Arzua
y cabildea la realización de un nuevo plan.

Gracias a los esfuerzos de este grupo, al clima favorable dentro de la elite económica y a la oferta
de Rischbieter de financiar el Plan a través de Badep, el alcalde Arzua acepta que Curitiba necesita
realizar un nuevo plan. Arzua, sin embargo, no está del todo convencido de la conveniencia de
hacer un nuevo plan y sólo apoyará el Plan al conocer los resultados y ver la reacción popular al
Plan. Badep además exige que haya un grupo local de acompañamiento que ayude a la firma
ganadora a hacer el plan director de Curitiba. A comienzos de 1964 la alcaldía expide los términos
de referencia y cuatro firmas se presentan en la competencia que es ganada por el consorcio
Serete/Wilheim de San Pablo.23 En su propuesta metodológica para la realización del plan,
Wilheim había argumentado que era esencial que hubiera un grupo local de acompañamiento de
modo que el plan tuviera un dueño local una vez el consorcio volviera a San Paulo. Wilheim, a su
vez, argumentó que la alcaldía misma debía participar del proceso de redactar el plan.24

Redacción del Plan Preliminar

El consorcio Serete/Wilheim se dividió las tareas necesarias para redactar el plan para Curitiba.
Serete haría la parte económica y social y de infraestructura básica, mientras que el urbanismo y el
transporte estarían a cargo de Wilheim. El grupo de acompañamiento local era inicialmente el
Departamento de Urbanismo de Curitiba, pero su director consideraba innecesario traer una firma
de fuera para hacer el plan.25 El alcalde Arzua intervino y creó un grupo independiente para
acompañar a los planificadores de San Pablo. Arzua tenía en mente que este equipo no sólo fuera
parte del proceso de hacer el plan, sino que luego conociera lo suficiente el plan -y creyera en él-
como para implantarlo con éxito.26 Así pues se ve desde ya un cambio en la actitud del alcalde
que comienza a creer en el plan -aunque no del todo- y está preocupado por dejar gente que
conozca el plan y lo pueda implantar.

Serete/Wilheim desarrollaron su trabajo en San Pablo y cada 15 días iban a Curitiba a interactuar
con el equipo local de acompañamiento y para discutir y analizar las propuestas.27 La filosofía
principal del ejercicio de planificación era entender muy bien la ciudad y su proceso de
crecimiento y luego lanzar propuestas que no introdujeran cambios muy grandes en este proceso,
sino que lo facilitaran y lo ordenaran. De allí surge entonces la idea de los “ejes estructurales,” a lo
largo de los cuales el centro crecería de manera ordenada28, y la creación de varios centros
secundarios comunicados entre sí por los ejes estructurales.29

Es interesante anotar que las discusiones en el interior del equipo planificador -Serete/Wilheim y
el equipo local- fueron muy sustanciales y enriquecedoras. De hecho, uno de los principales
opositores a las propuestas hechas por Serete/Wilheim, Onaldo Pinto, trabajaba en el equipo
local. Pinto argumentó que la propuesta era similar al Plan Agache y que ignoraba el área de
mayor crecimiento en Curitiba, conocida como Boquerón, al sureste del centro de la ciudad. Si
bien el resto del equipo aceptó algunas de las propuestas de Pinto, la de considerar Boquerón no
lo fue30; la historia, sin embargo, le daría la razón a Pinto pues la vía a Boquerón fue convertida en
estructural en 1979.31

El resultado final fue un plan al que llamaron Plan Preliminar y que fue presentado al alcalde Arzua
en junio de 1964.32

Es evidente que al alcalde Arzua no gustaba, al comienzo, del plan y tampoco sabía muy bien qué
hacer con el plan -si adoptarlo o no-ya que no tenía cómo saber si el Plan Preliminar era bueno o
no y si la población lo iba a apoyar o a rechazar.33 Arzua usa su instinto político y decide que lo
mejor es someter el Plan a la opinión pública,34 para lo cual organiza el seminario Curitiba del
mañana, que se celebró durante el mes de julio, que Arzua -en acto de buen mercadeo- bautizó
con el nombre de “Mes del urbanismo”.35

El seminario, con participación de la sociedad civil, fue además la forma de hacer frente a una
polémica que se había desatado en la ciudad en torno a las propuestas del Plan Preliminar dadas a
conocer por la prensa local.36/37 Como dice Wilheim, el principal planificador del Plan Preliminar,
“la discusión del Plan era un problema político y no técnico”.38 Arzua, además, tenía la ventaja de
que el plan había sido financiado por el gobierno estatal y por lo tanto no tenía mucho que perder
si era rechazado39 después de someterlo al “tamiz democrático”. Y resulta importante resaltar
que, para este momento, el gobierno militar se estaba consolidando. Arzua, sin embargo, seguía
pensando como un político electo que rinde cuentas y piensa en su futuro político.

Arzua enmarca el seminario dentro de un pensamiento del planificador urbano estadounidense


John Friedmann que dijo: “El planificador está lejos de ser Dios, que conduce a los mortales para
sus fines inescrutables. El interés público debe ser encontrado en el público. El público tiene que
aprobar su propio futuro.” 40 Arzua luego explica como él entiende esta frase: “Quiere decir: yo
no podía imponer, a mis hermanos de Curitiba, una idea mía diciendo que su futuro o el de su
familia tenía que ser así o asa. Hay que oír al pueblo para ver para dónde él quiere caminar, en
líneas generales. Es evidente que en las cuestiones meramente técnicas debe prevalecer el
concepto técnico.”41 De ahí que Arzua anunciara el seminario no sólo para discutir el Plan
Preliminar sino que la alcaldía de Curitiba “aceptará cualquier otro plan a ser presentado a
discusión.”42 En efecto, un plan alternativo fue presentado, el del grupo de Pinto43 y Luiz Garcez,
director de la Urbs y uno de los que había ayudado a iniciar todo el proceso de planificación.

El seminario Curitiba del mañana se llevó a cabo en varias sesiones en distintos sectores de la
ciudad.44 Wilheim vio otro valor en el seminario, era la forma de hacer que los planificadores
locales entendieran muy bien el plan, dieran la cara y se apropiaran de él. Wilheim, entonces,
decide que no será él quien presente el plan a los asistentes al seminario, sino que serán los
planificadores del equipo local. Wilheim permanecerá entre el público para apoyar en caso
necesario.45

Al comienzo, los planificadores locales tienen problemas para explicar el plan pero poco a poco
mejoran. Arzua, por su parte, decide asistir a todas las sesiones del seminario, inicialmente como
parte del público, pero luego se convierte en uno de los que presenta el plan y hasta resuelve
preguntas. Arzua, por ser político, era capaz de explicar el plan sin entrar en los tecnicismos en que
caían los planificadores.46
Como resultado del seminario Curitiba del mañana, el Plan Preliminar sufrió una serie de
modificaciones, entre otras, la creación de un distrito histórico, prohibición de construir en zonas
inundables, creaciones de zonas educacionales, y establecimiento de una jerarquía vial47, este
último cambio fue liderado por el propio alcalde Arzua, que es ingeniero vial, y será una de las
características definitorias del plan final.

Por ende, la calidad del plan mejoró como resultado de esta interacción directa con la ciudadanía.
Mejoró desde el punto de vista técnico al incluir cosas como la jerarquización vial y mejoró desde
el punto de vista político pues el plan salió del seminario legitimado. Y los planificadores
igualmente aprenden de la experiencia del Seminario. Un planificador, por ejemplo, dice que:
“Aprendí a sentir las necesidades de las personas, aprendí a entender la vida de la ciudad.”48 Tal
vez de allí surgió algo que los planificadores que entrevisté en Curitiba dijeron con insistencia: “en
Curitiba los planificadores pasan poco tiempo en el escritorio y mucho en la calle para conocer la
ciudad y la gente”.

Es posible decir entonces que el seminario -dirigido a la comunidad en general- cumplió varios
papeles. Primero, el alcalde pudo entender mejor el plan e, igualmente importante, ver que el plan
contaba con apoyo y era viable políticamente. Segundo, el que el plan hubiera sido modificado a la
luz de la interacción con la comunidad validó políticamente al seminario mismo. Finalmente, el
plan salió del seminario legitimado y la controversia en los periódicos cesó. Ahora había
expectativas sobre su eventual implantación. Interesantemente, en mis entrevistas en Curitiba con
planificadores que participaron en este proceso uno de los temas recurrentes fue el de legitimar o
viabilizar políticamente cualquier iniciativa o plan para modificar así fuera mínimamente una zona
de la ciudad.

La redacción del Plan Director

Una vez concluido el seminario, el alcalde Arzua creó en agosto de 1965 la Asesoría en
Investigación y Planificación de Curitiba (Appuc por su sigla en portugués) con dos tareas
principales. Primera, y a ser realizada antes que la segunda, redactar el proyecto de ley y ayudar a
pasar dicha ley -cabildear- en el concejo de Curitiba para crear el hoy famoso Instituto de
Investigación y Planificación de Curitiba (Ippuc). Segunda, pasar a limpio el Plan Preliminar e
incorporar los resultados del seminario Curitiba del mañana, y de esta manera preparar el
proyecto de ley con el Plan Director de Urbanismo de Curitiba para ser presentado al Concejo
local.49

Los planificadores comenzaron a trabajar en la primera tarea y redactaron el proyecto de ley con
un objetivo en mente, dotar a Ippuc de las herramientas necesarias para implantar el plan. Los
planificadores querían que Ippuc fuera el responsable de preparar el proyecto de ley para crear el
Plan Director y someterlo al concejo. Pero también querían que el concejo le diera autoridad a
Ippuc para ser el responsable de implantar y adaptar el Plan Director y todos sus desarrollos.50 El
alcalde Arzua apoyó esta idea y, al parecer, introdujo en el proyecto de ley un artículo para que
Ippuc tuviera que considerar a todos los órganos representativos de clase y a la comunidad en
general a la hora de tomar decisiones.51

La idea de que Ippuc fuera el responsable de implantar y adaptar el plan generó oposición en el
Concejo de Curitiba, ya que los concejales creían que Ippuc iba a tener demasiado poder; de
hecho, creían que el Plan iba a ser Ippuc dado el poder de Ippuc para modificar el plan sin ir al
Concejo. Los planificadores admitieron esto al Concejo bajo la filosofía de que lo permanente es el
Ippuc -la institución- y el que cambia con el tiempo y a la luz de la realidad que implica la
implantación es el plan52 -el Plan Director-. De allí la necesidad de haber tenido un Plan Director
altamente flexible y con poco detalle. El detallamiento sería función de Ippuc a la luz de la realidad
generada por la misma implantación. Es decir, el plan era todo lo contrario de una camisa de
fuerza.

Los planificadores de Appuc a cargo de cabildear el paso de la ley en el Concejo negociaron con los
concejales una solución aceptable para todas las partes. De una parte, Ippuc sería responsable de
implantar y adaptar el Plan Director tal y como querían los planificadores. De otra, Ippuc tendría
un Consejo deliberativo donde hay representantes de otras entidades del gobierno de la ciudad así
como dos concejales. Con esto último, el Concejo de la ciudad tiene una representación
permanente en Ippuc y así estaría informado sobre lo que ocurre y podría hasta influir en las
decisiones de Ippuc.53

El Consejo deliberativo de Ippuc tiene otras ventajas, según Almir Fernandez, uno de los
principales actores y luego analista del proceso vivido por Curitiba: “Los conflictos propios de una
planificación en acción pasaron a ocurrir dentro de Ippuc (en su Consejo deliberativo) lo cual
favoreció el intercambio de información y, en consecuencia, el encuentro de soluciones adecuadas
a la realidad.” En otras palabras, Ippuc tiene no solo las atribuciones sino mecanismos como el
Consejo deliberativo para entender mejor la realidad en la cual se implantan los planes y políticas
que diseña y puede con esta información adaptar y cambiar los planes para hacerlos viables.

El Concejo aprueba la ley que creó Ippuc en diciembre de 1965. Ippuc luego trabaja en la
redacción del proyecto de ley del Plan Director para ser enviado al Concejo. El Plan Director es
aprobado en julio de 196554 y tiene los siguientes lineamientos generales:

• Curitiba crecerá de manera ordenada y lineal, principalmente a lo largo de ejes estructurales,


tangenciales al centro y de circulación rápida. Esta provisión integra el uso del suelo y el transporte
ya que las mayores densidades serán permitidas a lo largo de esto ejes estructurales, donde la
movilidad es más fácil.

• Se creará un anillo vial alrededor del centro de la ciudad para que el tráfico pueda circunvalarlo.

• Creación de una Ciudad industrial de Curitiba y otras políticas de desarrollo económico local. 55

• Peatonalización de varías vías en el centro.

• Creación de una estructura vial jerarquizada que especifique la función de cada vía.56 El uso de
carriles exclusivos para autobuses no estaba especificado en el plan.

https://www.mandua.com.py/por-que-fue-posible-el-exito-de-curitiba-n89
El modelo urbano de Curitiba (historia y antecedentes)La planificación de Curitiba que le ha dado
reconocimiento como una ciudad de gran desarrollo sostenible, tiene su origen en el rápido
crecimiento demográfico que la ciudad experimentaba a aproximadamente mediados del siglo XX.
La fundación de la ciudad se remonta al 1963, año en que fue fundado el Ayuntamiento, aunque
anterior a esto existía un asentamiento en el área fundado por los portugueses. Al final del siglo
XVII, la cultura era de subsistencia y la actividad económica estaba basada en la minería.Para el
siglo XX Curitiba experimentaba un rápido crecimiento demográfica y se estaban dando las
problemáticas características de una urbe en crecimiento sin ordenación previa, lo que despertó
cierta preocupación. “La preocupación por las cuestiones urbanas en la ciudad de Curitiba,
comenzó en la década de 1940 cuando el ingeniero francés Alfred Agache desarrolló su proyecto;
el cual propone un nuevo diseño, conocido como el Plan Agache, o de las avenidas”. (Fukuda,
2010). En ese entonces, Curitiba tenía 120,000 habitantes. Plan de Curitiba propuesto por Agache
en 1943. El concepto radio céntrico, establece un sistema de carreteras jerárquicas, por avenidas
radiales y perimetrales, define una zonificación de áreas funcionalmente especializadas e
implementa una serie de medidas de saneamiento que van desde la creación de nuevos parques
con el propósito de construcción de represas en los ríos a la atención con la infraestructura, el
drenaje y la normalización de los aspectos constructivos. Estableció parámetros constructivos para
los edificios y las directrices de orden sanitaria como el drenaje en la zona de retroceso frontal.
(Fukuda, 2010). En la década de los 50 las ciudades de Brasil veían un rápido proceso de
urbanización. “La población alcanzó 180.000 habitantes con una tasa de crecimiento anual de
alrededor del 7 % en el decenio de los años 1950, más de lo que el Plan Agache había anticipado.
Entonces se creó la primera zonificación activa de Curitiba en 1953 y el primer Plan de Sistema de
Transporte Masivo en 1955. En la década de los años 1960, la población se había doblado a
361.309 habitantes, y el rápido crecimiento urbano incrementó la necesidad de gestión urbana.
Este crecimiento, unido a la planificación y construcción de Brasilia, a finales del decenio de los
años 1950 y comienzos del de los años 1960, creó un ímpetu renovado en los campos de diseño
urbano y de planificación física en Curitiba para gestionar su crecimiento y acelerar su
modernización. Curitiba continuó con un proceso de crecimiento significativo en la década de los
años 1960, manteniendo una de las tasas de crecimiento más altas de Brasil, en promedio de 5,36
% al año, lo cual demandaba más planificación urbana. El crecimiento fue principalmente el
resultado de la inmigración desde el interior del país, seguida por la mecanización de la agricultura
que desplazó a muchos granjeros. En el decenio de los años 1960, el Plan Agache se ajustó
parcialmente en su implementación.” (Irazabal, 2005).Ante el crecimiento desordenado y
desmesurado, la ciudad necesitó de un nuevo plan, y es en 1965 cuando lo obtiene. A diferencia
del plan de Agache, que planteaba un concepto radial, el nuevo plan propone un concepto lineal,
como explica Iuri Fukuda (2010): “En 1965, Curitiba tuvo un nuevo plan, con un diseño lineal de la
expansión urbana por el llamado sector estructural. Las actividades de planificación, desde
entonces, tienen como apoyo el llamado trípode: Zonificación, Sistema Vial, Transporte Público y
su interacción con las dimensiones socioeconómicas y ambientales. Para que este plan tuviera
éxito y se pudiera haber desplegado, se
estableció la Oficina de Investigación y Planificación Urbana de Curitiba, que más tarde se convirtió
en una Autarquía de la Municipalidad surgiendo en 1965 el Instituto de Investigación y
Planificación Urbana de Curitiba/ IPPUC, hasta ahora el organismo responsable de la planificación
de la ciudad, para detallar y supervisar la ejecución del Plan Maestro de 1966.” (Fukuda, 2010).
Durante esta época se vivía un tenso ambiente político y social, dada la dictadura militar que se
había instaurado tras un golpe de Estado al gobierno democrático al presidente João Goulart en el
1964, dictadura que se mantuvo hasta 1985 y durante la cual el país vivió un gran crecimiento
económico, denominado hoy en día como “Milagro económico brasileño”.En 1971 el arquitecto y
urbanista Jaime Lerner llega a la alcaldía de Curitiba. Curitiba había alcanzado 609.000 habitantes
en la década de los años 1970 y un crecimiento de 5,6% anual.“El estreno del nuevo Ayuntamiento
fue polémico y marcó un precedente: Lerner decidió cerrar al tráfico la calle XV de Novembro, una
avenida plagada de negocios y coches. En tiempo récord (un fin de semana), Curitiba inauguró la
primera vía peatonal de Brasil. Las dos primeras legislaturas de las tres de Lerner (del 71 al 75, del
79 al 84 y, finalmente del 89 al 91) definieron la “ciudad modelo”. (Seco, s.f.).

https://www.studocu.com/latam/document/universidad-tecnologica-de-santiago/historia-de-la-
arquitectura/historia-de-la-planificacion-de-la-ciudad-de-curitiba-en-brasil/16779921

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