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Ya en 1948, como muy calificada estudiante, había iniciado su actividad dentro del urbanismo,
integrándose al Estudio del Plan de Buenos Aires, -EPBA-, equipo que dirigía el arq. Ferrari
Hardoy. Es cuando comienza a elaborar su convicción que es imposible proponer planes
urbanos referidos exclusivamente al área de ciudad o al ejido urbano, sin tomar el área de
influencia o la conurbación que en el caso de Buenos Aires constituye el Área Metropolitana de
Buenos Aires, -AMBA-; y que “la planificación general estratégica constituye uno de los
aspectos en los cuales la formulación-aceptación conjunta es más necesaria y debe ser el
marco que sirva de guía a la coordinación de todos los temas conflictivos”, así como que “las
metrópolis son asentamientos poblacionales dinámicos: durante todo el siglo XX no han cesado
de crecer su área urbanizada y densificar sus actividades. Esta rápida expansión no se produce
sin generar problemas: invasión de terrenos inaptos, destrucción del paisaje natural, falta de
consolidación de las comunidades, dificultades de tránsito y circulación, carencia de servicios,
etc.”. Estas ideas sería plasmadas, más tarde, en su libro, “La Autonomía de la Ciudad de
Buenos Aires; Reflexiones desde un punto de vista territorial”.
Desde ese temprano 1948 en que aún estudiante de arquitectura se integra al EPBA, el equipo
que dirigía el arq. Ferrari Hardoy, OS tiene un papel patagónico en la constitución de
organizaciones que integran definitivamente el urbanismo, el planeamiento físico, el ambiente
y la producción social dentro la gestión pública y privada, nacional e internacional, no importa
el carácter de aquellas ni el ámbito geográfico. Años más tarde ella misma definiría, en el
prólogo de “La Autonomía de la Ciudad de Buenos Aires; Reflexiones desde un punto de vista
territorial”:
“la materia del urbanismo… trata de la disposición espacial que asumen las aglomeraciones
humanas lo cual es reflejo de las formas de comportamiento, realidades, símbolos y
aspiraciones de las sociedades que las generan… la praxis conocida como ‘planificación urbana
y regional’ o ‘planificación territorial’ o ‘urbanismo’ no es más que el intento de ayudar a cada
sociedad a encontrar las formas espaciales que mejor le sirvan e identifiquen”
En 1962, la OPRBA dio a conocer el Plan Director para Buenos Aires y su instrumentación
normativa. Siguiendo los preceptos británicos en planeamiento administrativo urbano y en
especial el Plan de Londres de 1945 significaba para Buenos Aires el primer análisis en
profundidad de la realidad física y social, con sugerencias para su desarrollo posterior, basadas
en el papel preponderante otorgado al tránsito vehicular como forma de descongestionamiento
y crecimiento del AMBA.
Los años subsiguientes hasta su muerte, agosto 2006, la encontraron inmersa en innumerables
proyectos, estudios e investigaciones. Entre otros pueden mencionarse,
* la ciudad y el río 13
* la ribera del Río de la Plata
* temas de transporte y tránsito como la “autopista ribereña norte sur”; el destino de
“Aeroparque”, o aeropuerto metropolitano; el controvertido proyecto de la “aeroisla”; el
proyecto del puente Internacional “Colonia, ROU-Buenos Aires, RA. También el futuro del
Puerto de Buenos Aires y el saneamiento de la cuenca hídrica Matanza- Riachuelo 14
* las políticas de transporte aeroportuario
* temas ambientales y territoriales como: el crecimiento de Puerto Madero, el “último”
barrio de la CABA; el “proyecto Retiro” que implica una importante ‘intervención’ urbana
en el bario del mismo nombre o el crecimiento del área central de Buenos Aires y su
expansión hacia el “sur” que está conformado por los barrios de menor nivel socio
económico de la ciudad o la escasez de áreas verdes y recreativas que padece la CABA
en relación con otras metrópolis.
* la organización territorial y política del régimen de “comunas” de la CABA. 15 * el estudio
de procesos de ‘antropización’ sobre la instalación, de “countries” y barrios cerrados o
técnicas de “urbanismo desenfrenado” 16 en el conurbano de Buenos Aires, instalados
en las mejores tierras cultivables: y que habían privado a la población porteña de huertas
y chacras cercanas.
Este Plan estuvo principalmente inspirado por la filosofía y practica administrativa del
planeamiento británico y de su Plan de Londres. (formulado en 1945 bajo la dirección de Sir
Patrick Abercrombie). Con tal orientación se basó en un amplio análisis de la situación de la
región, de su evolución histórica urbanística, y del rol de la aglomeración en el contexto nacional,
para concluir con un detallado examen de todas las funciones urbanas y del uso del suelo en el
ámbito de la Capital Federal. Asimismo, se logró la estrecha inserción del organismo del Plan
dentro de la estructura administrativa del Municipio asegurando así, permanencia en el tiempo.
Estas bases principistas, unidas a la capacidad de instrumentación que demostraron tener los
miembros del equipo, determinaron que sus propuestas fueran realistas y que muchas de ellas
arraigaran en la administración municipal y fueran ejecutadas. Así, fueron concretadas
importantes obras, entre otras: saneamiento y urbanización del Área del Parque Alte Brown con
los conjuntos habitacionales de Lugano y Soldatti, conjuntos de Catalinas Norte y Catalina Sur,
localización del la Terminal de Ómnibus; relleno de 400 ha frente a Pto Madero, localización del
Mercado Central; así como la formulación del Código de Planeamiento Urbano.
Con respecto del plan metropolitano y regional que se propuso como indicativo el transcurso
del tiempo ha demostrado, la sensatez de la estructura propuesta y de sus previsiones (que no
tuvieron la oportunidad de ser desarrolladas con el detalle que se hizo para Capital)
Odilia manifiesta a modo de reflexión ‘que es preferible romper la inercia intelectual y política
que gira solamente en torno de las situaciones de coyuntura, para discutir un plan antes y no
después que se hayan producido acontecimientos irreversibles. El futuro es un camino que no
conviene transitar con los ojos vendados’.
De la revisión de los principales planes y proyectos formulados para la ciudad de Bs.
As y su región a lo largo de 60 años (1925-19859) se puede concluir.
a) la singlar importancia que reviste al adoptar un Plan Director que sirva de guía al
desarrollo de la ciudad y de la región (que sigue, en gran parte, progresando
al azar) así como el asegurar la adecuada inserción política administrativa del organismo
de planificación y la necesaria difusión y discusión de sus propuestas.
b) que el esfuerzo de comprender, racionalizar y orientar el desarrollo de una aglomeración
como Bs. As exige un disciplinado ejercicio técnico en torno al cual, luego, deber ser
confrontadas todas las opiniones interesadas. Sin un hilo conductor que sistematice el
análisis de situación y su posibilidad de evolución toda pretendida acción de
participación carece de sentido y de contenido.
c) que la acción mas coherente y concreta realizada en el ámbito de la Capital Federal ha
derivado de la continuidad de un equipo técnico capacitado, así como de la vigencia de
su Plan director, si bien estos aspectos positivos han estado permanentemente sujetos
al riesgo de interferencias y contradicciones surgidas de propuestas parciales no
suficientemente debatidas.
Algunas reflexiones de la Arquitecta Urbanista Odilia Suárez (OS) sobre el espacio público:
OS decía, “un grupo de hombres sin despliegue en el espacio es un conglomerado imposible
de entender”. De ello, podemos deducir un primer aforismo: “la forma en que una sociedad se
ubica en el espacio forma parte intrínseca e indivisible de lo que es sociedad” Luego, “no
parece factible entender la forma física de la ciudad sin entender cómo la sociedad que allí se
asienta y de la cual esas formas–espacios son parte intrínsecamente constitutivas”.
Si las formas–espacios no son la sociedad urbana pero forman parte intrínseca de la misma,
vale preguntarse ¿Quién influencia a quien? Según OS hay tres respuestas posibles:
1-Que esos espacios son simples resultados de la sociedad que los utiliza y los desarrolla de
tal o cual forma. Esta es la respuesta habitual entre quienes responden dócilmente a la demanda
de cualquier cliente. Esto es aparentemente, una causa digna siempre que la demanda y el
cliente lo sea, hecho que no es verificable con frecuencia en la puja de intereses que
caracterizan la construcción de nuestras ciudades.
2. Que los términos sociedad-espacio tengan una relación fuertemente univoca por lo cual
construyendo espacios ideales se lograría transformar esa sociedad hacia términos ideales.
Esta es la respuesta habitual de los utopistas que no se sienten “servidores” sino “visionarios”
proponentes de futuros escenarios. Sin embargo, estas utopías suelen tomar solo algunos datos
de la sociedad y del lugar concreto en que aquella se asienta por lo cual no logran dar una
repuesta cabal inmediata y se han hecho forma de se estimulantes pero irrealizables.
2-Una 3º interpretación esta bastante alejada de las anteriores. Desde esta postura se considera
que los dos términos: espacio y sociedad además de unidos están en continuas
transformaciones por lo cual, quienes sobre ellos actúan aspiran a colocarse en el momento y
lugar preciso del cambio para efectuar sus propuestas. Esta es la respuesta típica de los
reformadores sociales que se sienten “actores activos” dentro de la sociedad. La idea
movilizadora es que es preciso detectar las mejores tendencias y características de una
sociedad para ayudarla a emerger. Ello exige actuar en la dirección correcta en el momento
adecuado.
Dadas las condiciones de este fin de siglo (esto esta extraído de un documento de fin de los
años ‘80) parece ser urgente que nos situemos en la tercera postura. Desde la misma se aspira
2SUÁREZ, Odilia, y otros (1995) Reflexiones… LOS ESPACIOS PUBLICOS. Publicación a cargo de Secretaria de
Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de
Buenos Aires, Argentina.
a ayudar a la sociedad urbana a encontrar una solución instrumentable a sus problemas y
conflictos. Un problema se resuelve con la razón y con lo técnico, un conflicto con el poder.
¿Cuáles son las características básicas y distintivas de la sociedad que nos toca expresar y
alojar? En esta segunda mitad del siglo XX la mayoría de los países han avanzado en la
voluntad de construir una sociedad que sea: 1) democrática en lo político, 2) liberal en lo
económico, 3) pluralista en lo cultural y 4) conservacionistas en los recursos. A los hacedores
del espacio habitable el dilema que se les presenta es ¿Cómo debe ser el espacio capaz de
caracterizar esos rasgos de la sociedad?
OS consideraba que, el espacio público es el mejor espejo en el que la sociedad se mira a sí
misma. Las formas y espacios que más caracterizaron a sociedades de otras épocas son los
que quedan atesorados como patrimonio publico y como expresivos testimonios de las culturas
que en ellos se modelaron. Esta función de mantener la presencia testimonial de la historia es
uno de los grandes roles que debe cumplir tanto el espacio público como lo público del espacio.
La concepción del espacio público, del espacio común a todos es un acto superior del espíritu
humano. Imaginar a los hombres, tan afectos a apropiarse de todo, que lleguen a decidir
reservar porciones de aquel para que puedan ser gozados por todos los conciudadanos, no es
fácilmente explicable desde una visión extremadamente individualista y privatista de los bienes
sociales.
Para OS, no existe otra manera de ver la ciudad si no es desde “lo público“. El siglo XX ha sido
testigo de sociedades urbanas donde todos los bienes inmuebles, en un gesto publico excesivo,
pasaron a ser propiedad común del estado; no resulta fácil, a la inversa, concebir sociedades
donde todo fuera privado sin vernos forzados a regresar a las épocas oprobiosas de la
esclavitud. En ambos ejemplos, las formas de la libertad pasan por una discriminada
ponderación de los grados en los cuales deben distinguirse lo público de lo privado.
La interminable retícula amanzanada y loteada como principal recurso para inscribir y expresar
a la ciudad de nuestro tiempo es ineficaz. Solamente podrá servir si queda inscripta dentro de
una gran diagramación del espacio público que tenga calidades acordes con los diferentes roles
que “lo publico” debe cumplir en la ciudad contemporánea.
La búsqueda de esta visión integrada no se hará sin serias dificultades, por cuanto aquella
ciudad pre-indistrial que era un lugar pacíficamente recipiente de las actividades del hombre
hoy se ha constituido en un objeto en sí mismo, y el espacio urbano es objeto de intercambios,
de codicias y negocios.
OS agregaría, que hay condiciones normativas que se imponen sobre el espacio publico para
tratar de hacer que su uso sea un ejercicio placentero que no agreda la personalidad de los
diversos ocupantes, están las que se refieren a los ruidos molestos, al cuidado de la vegetación,
el control de la propaganda, la agresión de los “graffiti” en fachadas y monumentos, la
instalación de comercios ambulantes entre otros controles que se refieren a la calidad
ambiental. Las normas de comportamiento sin ser el espacio público contribuyen a la calidad
del mismo.
Dice OS, que desde siempre la CABA quiso trasponer la barrera que ‘esta frontera portuaria’ le
impedía para llegar al espléndido estuario que es el Río de la Plata. Un emprendimiento feliz fue
la construcción de la magnífica Costanera Sur, allá por la década del ’40, que brindó a las familias
porteñas de un paseo de notables características y atractivo pero para llegar a ella debían
trasponerse no sólo los puentes giratorios entre diques sino las densas redes de rieles
ferroviarios, más los territorios ocupados por silos y depósitos. Esto constituyó por años una
virtual barrera urbana permitiendo que el transporte pesado de cargas se trasladara por un
corredor de circulación fluida, de las avenidas L. Além-Paseo Colón-E. Madero-Huergo.
Pero la opinión de los vecinos que habitan Puerto Madero, el último barrio construido de la CABA
y que posee condiciones arquitectónicas y urbanísticas de relevancia y formas de gobierno y
cuidado del mismo a cargo de la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. invalidaron la
construcción en viaducto proponiendo proyectos en “túnel” con serios problemas ambientales;
en “trinchera” produciendo un “tajo” tal, que secciona precisamente el área que propone
incorporar. Otra propuesta de una vía a “nivel” ubicada más allá de las dársenas del puerto
“aprisionaría” al mismo, que así quedaría encajonado.
En su defensa de la solución “en viaducto”, resolviendo el problema “topológico” en cuanto a
llegar al río con la red urbana OS argumenta, “en cierto sentido resulta una situación similar al
que se le presenta al Puerto de New York que rodea un largo perímetro del extremo de la isla de
Manhattan, (frente a su área central) el que está servido en toda su extensión por un viaducto
elevado y una vía férrea paralela. Este ejemplo permite apreciar,
“El Puerto de Buenos Aires y su relación con otros puertos argentinos, La Plata y Bahía
Blanca”
Reflexiona OS que “un puerto es un punto clave en la vinculación de un territorio con agentes
externos que involucren movimiento de personas y bienes por vía marítima o fluvial. En un mundo
que ensaya obtener beneficios de una economía globalizada, este rol se va incrementando. Un
puerto es una infraestructura importante y de instalación costosa y su valor se puede juzgar por
tres características fundamentales”:
a) ‘hinterland’, -expresión que alude a la porción de territorio que tiene entrada y salida al
exterior por un determinado puerto y con respecto al cual no existen otros que sean
competitivos-.
b) accesos
c) instalaciones
El Puerto de Buenos Aires que nació con condiciones físicas pobres tuvo y tiene un amplio y
privilegiado ‘hinterland’; es un puerto ‘multipropósito’ sirve a regiones muy distantes y su gran
importancia surge del hecho que fue concesionado a diferentes empresas privadas. Posee
excepcionales condiciones de comunicación con el resto del país y de capacidad gerencial. Tuvo
y tiene problemas de calado por cuanto la margen del estuario del Plata, donde está emplazado
es barrosa y de escasa profundidad por lo que requiere permanente dragado, señalización,
limpieza de buques hundidos, etc. Pero el Puerto de Buenos Aires hace valer, en opinión de OS:
El de La Plata, ubicado a sólo 60 km. del de Buenos Aires careció de un ‘hinterland’ bien
conformado y se limitó a ser un puerto al pie de grandes establecimientos como la destilería YPF,
los ex frigoríficos Swift y Armour y la Escuela Naval Militar a la vez que varios emprendimientos
de gran porte industrial le dan un perfil “industrializado” y por la buenas conexiones viales
representa una alternativa válida para descongestionar el de Buenos Aires. El Puerto de La Plata
hará valer:
En cuanto a los puertos de Bahía Blanca, Puerto Galván e Ingeniero White, en los últimos años
han incrementado su ‘hinterland’ para la exportación agropecuaria y cuentan con grandes
industrias petroquímicas en proximidad del área portuaria. OS estima muy conveniente la
articulación del Puerto de Bahía Blanca dentro del ‘hinterland’ de aguas profundas del Puerto
de Buenos Aires.
En esta tarea de presentar a Odilia Suárez como figura institucional, contemplamos dos
posibilidades opuestas. Una la del simple ‘homenaje’ exaltando virtudes, logros y aciertos o bien
la de la crítica fundada en la opinión y el testimonio de los y las que fueron sus colegas,
estudiantes, amigos y amigas contemporáneos que la acompañaron en su quehacer.
Preferimos tomar la segunda opción.
No obstante ello, y por haberla conocido y tratado a lo largo de su larga carrera profesional,
comenzamos expresando nuestra certeza que Odilia Suárez fue la mujer arquitecta, urbanista
y planificadora argentina y latinoamericana de mayor importancia en la conformación del
pensamiento y la gestión proyectual del siglo XX en nuestra Región.
“Ella tenía una postura avanzada en relación al ‘tiempo’ sobre temas de urbanismo y ambiente;
también lo tenía en relación a la ciudad como un sistema urbano económico complejo. Lejos de
todas estas ideas de un urbanismo de ‘casitas y arbolitos’ que constituye una ciudad de barrios
privados y poca gente, y poca actividad económica que no haya producción, que no haya
trabajo, sino que sea todo: ‘recreación y cultura’. Que está muy bien que lo haya pero que la
ciudad no puede ser sólo eso. Ella tenía una visión muy actual, la necesidad de un aeropuerto,
un puerto, la necesidad comercial, la necesidad económica, eran atribuciones centrales del
‘centro’ de la ciudad… Que el ‘microcentro’ tuviera actividad bancaria y administrativa. Más de
una vez sostuvo que la ventaja de la ciudad de Buenos. Aires. sobre otras ciudades
latinoamericanas era que el ‘centro’ de la ciudad mantenía la vitalidad, mas allá de los
problemas y que en ello residía el interés para el turismo, respecto de otras ciudades
latinoamericanas que perdieron o degradaron la ‘centralidad en la ciudad’ ”.
“Que un plan o un esquema director es una feliz conjunción entre lo que se piensa, lo que se
desea y a lo que se apuesta… canalizando tanto esfuerzos como ilusiones”. “Ninguna asociación
que perjudique a alguno de los asociados es beneficiosa para ellos, por cuanto “asociación” no
es sinónimo de “servidumbre””. “Una sociedad que carezca de un esquema orientado al futuro
no es más que una masa que camina a los tumbos, lo cual no quiere decir que un plan sea una
especie de “vademécum” capaz de salvar cualquier situación. Su misión es servir tanto para
comprobar los comportamientos coincidentes con él, como para monitorear los desvíos y
analizar mejor las razones por las que se producen. Un pensamiento planificador es útil a la
sociedad y a la que le ofrece una guía flexible tanto para la acción como para la reflexión”. Odilia
Suárez.
Poseía una gran creatividad al abordar cualquier aspecto de su disciplina y consiguió a fuerza
de adelantarse a su tiempo instalar teorías y prácticas urbanas que aún tienen validez.
Incursionaba con tal pasión y entrega, energía y formidable capacidad de trabajo, que, según
se afirma en varios ‘testimonios’:
“Si tuviese que elegir tres palabras para definir a Odilia, estas palabras serían racionalidad,
confrontación y apasionamiento. Racionalidad para analizar, para juzgar y para formular
propuestas sobre los hechos de las ciudades y de los territorios, que fueron la arcilla de su
pensamiento académico. Racionalidad, pero racionalidad a ultranza, en tanto opción
epistemológica que le impedía admitir razones provenientes de otros campos que no fueran el
de la más estricta lógica racional… Confrontación, como estilo personal de contactarse por
oposición. Discutirle algo a Odilia, llevaba irremediablemente a que ella le dijese al contrincante
del caso: “Mirá… vos no sabés nada de esto… dejame que yo te explico…. Apasionamiento,
porque la confrontación desde la racionalidad académica no era una mera forma de trabajo. Era
librar día a día una batalla, con todo el ejército de sus argumentaciones y con toda la fuerza de
su tremendo carácter y su singular personalidad”.
“Lo que Odilia quería expresar era que, cuando una solución es la más acertada social-técnica
y económicamente hablando; cuando son más las ‘fortalezas’ que las ‘debilidades’ los aspectos
de menor significación pueden resolverse por los medios adecuados”
El primero fue el de la ‘arquitectura y el urbanismo’. Deben ser entendidas más que como
disciplinas ‘tecnocráticas’, como culturales y resolutivas de los problemas de la gente que
permita a la sociedad vivir mejor y tener sus necesidades reales satisfechas en cada
territorio que habite. Creemos que Odilia lo entendió así.
Finalmente decir que al desarmar el andamiaje de la ‘historia’ de Odilia, sus acciones, sus
luchas, sus ‘fortalezas’ y ‘debilidades’ y componer la trama y urdimbre de su notable legado
a la sociedad nos parece que resulta un homenaje insoslayable y del cual nos sentimos
orgullosas de haber contribuido a realizar.