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Psicología Comunitaria Vilche UNIDAD 1

“Ética del Psicólogo Comunitario”


La psicología contra-hegemónica cuestiona el individualismo “psicologista”, las visiones médico- psiquiátricas-psicológicas
dominantes, la cultura del despilfarro y junto con el Filósofo Mendocino E. Dussel, el Eurocentrismo, en tanto que todos estos
son elementos nocivos para la concreción de una perspectiva psicológica diferente a la hegemónica. Esta construcción exige el
reconocimiento del Otro oprimido. Se ubica en la Psicología Contra-hegemónica con acento en un pensamiento
Latinoamericano; la misma se construye a partir dimensiones sociales, económicas y culturales propias de nuestra región. Busca
comprender la vida en comunidad pero desde el excluido/oprimido, esto hace replantear el bagaje teórico desde los pueblos
latinoamericanos, sin imponer creencias y formas de vida entendidas como mejores o superiores a la de la comunidad donde se
interviene.
En el decir de Martín Baró si queremos que la psicología aporte significativamente a la historia de nuestros pueblos, debemos
construirla desde un bagaje teórico y práctico desde la vida de las poblaciones latinoamericanas, sus aspiraciones, sufrimientos,
etc. Esto es superar la llegada de los psicólogos a las comunidades “subidos en el carro de nuestros esquemas y proyectos
(2006)”.
Por estas cuestiones cruciales el autor reflexiona acerca de: La psicología y lo psicológico, La persona en el contexto de la realidad
histórica y de la Comunidad y lo comunitario en razón directa con lo Real Utópico; esto es analizar la problemática de los pueblos
más allá de la insatisfacción de las necesidades básicas recuperando la memoria histórica como principio para comprender y
transformar el presente.
La psicología y lo psicológico
La explicación que da aquí el autor la hace desde el contexto Comunitario, por lo tanto entiende a la psicología como disciplina
que busca explicar la complementariedad entre lo social, orgánico, cultural y ambiental como expresiones que determinan las
preferencias y las diferencias en la vida de las personas. Deja de lado la mirada atomista, individual. Las prácticas y la
direccionalidad las hace desde la relación exterioridad/interioridad.
Siguiendo a Vygotsky Flores Osorio sostiene que es necesario llegar a reconocimientos de procesos psicofisiológicos singulares y
únicos que constituyen las formas superiores del comportamiento del ser humano, proponiendo denominarlos procesos
psicológicos, para poder encontrar una unidad lógico-epistemológica que la psicología hegemónica impide al desarticular el
objeto de estudio, reduciendo lo psicológico a las posibilidades de medición con instrumentos de uno de los aspectos del
fenómeno mismo.
La Comunidad y lo Comunitario
Como un acercamiento a la definición de Comunidad desde lo hegemónico, el autor nos trae la idea de un espacio de reunión de
individuos que necesitan visibilizarse de manera aislada, compuesta por individuos que se relacionan a través de valores
impuestos por la dinámica de poder; esto implica relaciones jerárquicas con roles de líderes y otros como dependientes de la
persona que los conduce hacia los objetivos.
Por otra parte Flores Osorio señala a través de Montero (2004) una alternativa para pensar una noción de Comunidad; este es el
rol activo de sus participantes (no solo integrantes) lo cual los coloca no como espectadores o receptores de beneficios. El
carácter de “activo” es un giro en la mirada hacia la Comunidad, o sea que sus participantes tiene la posibilidad de la voz, el voto
y el veto de las decisiones. Hay una organización que se produce en términos de una relación simétrica, por lo tanto una
Comunidad con los caminos recortados de la participación no puede llamarse Comunidad en este sentido (Boff, 1999).
La Comunidad es un lugar que abre a la participación en condiciones de lo que el autor llama igualdad/diferencia; es decir
igualdad de oportunidad con respeto por la diferencia. Entendiendo al “otro” no como distinto de la razón sino como la Razón del
otro; un espacio en donde un enunciado falsable puede ser falsado.
El pueblo por mediación de la Comunidad (donde hay participantes y no tan solo integrantes) deja de ser masa, elabora la
conciencia de sí misma y ensaya prácticas que aproximan a la realización de lo Real-Utópico (Boff). Esto reclama un proceso de
concientización/liberación lo cual implica recuperar la memoria histórica lo que contribuye a un proyecto de transformación de
cambio estructural de hombres y mujeres que reclaman justicia no para un grupo sino para todos. La memoria histórica en el
espacio comunitario también aporta a la construcción de lo Real-Utópico.
Desde la visión de este autor a diferencia de la Comunidad como mero espacio físico, lo Comunitario refleja una manifestación
viva, praxis de la liberación, puesto que desde aquí se construye el proyecto de futuro.
Persona y Realidad Histórica
Entendiendo a la Realidad como la forma de la persona de estar en el mundo, permite pensar que la persona es una diversidad,
una afirmación diferenciada de una misma visión; la comunidad es la afirmación del otro-diferente y la de sí mismo (Ellacuria,
1990), es la presencia viva del hombre y la mujer con características específicas que inciden en su forma de actuar.
La persona como dimensión histórica se constituye y actúa desde su propia realidad siendo en la Comunidad el espacio que
posibilita su desarrollo Psicológico y su capacidad de inteligir. Aclarando los términos, lo psicológico como el espacio humano
donde convergen lo político, económico, lo social, en síntesis lo Comunitario. Inteligir diferenciado del pensar puesto que en el
primero la persona se actualiza en su esencia abierta, es la manera de inteligir (y no la del pensar) lo que constituye a la persona.

Ética de la Liberación
Flores Osorio hace una diferencia en considerar lo que es ético en vínculo con la Comunidad apoyándose en el pensamiento de
Boff: ético es todo aquello que ayude a mejorar el ambiente para lograr su morada saludable, materialmente sustentable,
psicológicamente integrada y espiritualmente fecunda (Boff, 1999). Por esta razón la ética de la liberación implica la
consensualidad crítica de las personas.

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La ética de la liberación se apoya en valores que cuestionan/interpelan al sistema que limitan a los oprimidos/excluidos a vivir.
Esto implica ejercer resistencia para transformar e intervenir.
Esta ética supone la reacción crítica realizada por los comunitarios con el fin de trascender la opresión/exclusión, a través de un
conjunto de acciones posibles que transformen la realidad. Referenciando a Dussel el autor destaca que esta Ética no se trata de
actos buenos o malos sino de la pretensión de bondad de un acto.
En esta ética se articula con la comunidad viendo al proceso comunitario de liberación como la posibilidad de interpelar al Otro
que históricamente no quiere oír... de manera democrática, simétrica y participativamente (Dussel, 2011).
Ante lo expuesto en este apartado Flores Osorio señala contradicciones actuales como: se proclama una sociedad rica, igualitaria
y libre; sin embargo la mayoría de la población no puede acceder a lo mínimo necesario.
Un proyecto ético y político supone un proyecto en donde quepan todos.
Dussel mencionado varias veces por Flores Osorio en su trabajo sostiene que el proceso ético no parte de la Dialéctica sino de la
ANALÉCTICA. Este término lo desarrolla Maritza Montero en el siguiente texto que es pertinente para explicarlo y está en
estrecho vínculo con la Ética desde la práctica Comunitaria.
Construcción del Otro, liberación de sí mismo (Montero, 2002)
Lo que plantea la autora es un giro hacia la subjetividad del Sujeto, la cual a finales del siglo XX comienza a ponerse en evidencia
en este tipo de situaciones al menos para estas Ciencias Sociales. No sólo es el investigador/a el/la que ocupa el escenario, los
Sujetos de la investigación también son actores sociales. Se pasa del monólogo a la polifonía. Los sujetos comienzan a decir por sí
mismos (si bien siempre dijeron). Se plantea el por qué se debían reducir a esas voces, con lo cual esta observación lleva a una
relación Liberadora que puede darse en la investigación Psicosocial. Con Liberación Montero se refiere a la liberación del Otro
sujetado, sumido en el anonimato y en la cosificación, liberación del Yo que reconoce su Otredad y la acepta, la libera.
Se trata del paso del Otro como productor de conocimiento a la vez que lo eleva a la condición de Sujeto, sacándolo de la
condición de Objeto en la que se encontraba.
La Relación y la Función Constitutiva del Ser
Por Relación se entiende a la conexión, asociación correspondencia que existe entre personas o entre personas y cosas de tal
modo que las unas no pueden ser sin las otras. Esto es que el sí mismo y el Otro se hacen en las relaciones que crean y que los
crean... cada uno construye al otro en el proceso de autoconstrucción. Esto no significa de ningún modo, aclara Montero, que
desaparezcan la originalidad ni la individualidad, sino que por el contrario se expresan, son y se hacen en la Relación. Hay aquí
una Ontología de la Relación no centrada en la individualidad.
Miremos esto con más detalle. El Ser descrito en los primeros párrafos bajo una lógica de la individualidad que rige al
pensamiento occidental, construyó la noción de totalidad para albergar a ese Ser y a sus opuestos. Para ello se utiliza el método
Dialéctico, según el cual la construcción del otro se da por el opuesto de la tesis que formula un primero; con lo cual el otro está
definido por los opuestos o por los aspectos negativos de lo que la tesis inicial dice o más allá aún, por lo rechazado del primero.
Esta ontología de la individualidad construye al otro como opositor. Esta ontología del egoísmo lleva a una filosofía del poder a
una psicología del poder y de la exclusión.
Volviendo a una posición relacionadora, no individualista que se esbozaba más arriba, Montero menciona a Dussel quien
introduce el término Analéctica como un momento de la Dialéctica, que da prioridad a lo que está más allá de la totalidad. Es
decir al Otro como otro diferente; es una dialéctica modificada debido a la introducción de la otredad del Otro; es decir Otro si
tanto ajeno o complementario son incluidos en la totalidad, el locus de la producción de conocimientos es desplazado desde el
Ser individual a la relación establecida entre el Uno y el Otro; relación en la cual cada uno es constituido mientras crea la relación.
Enfocando en los aspectos éticos vinculados con la Psicología Comunitaria, Montero explica en una de sus obras, Hacer para
transformar (2006), que se modifica el papel, las atribuciones y la ocupación del Psicólogo/a Comunitario al incorporar nuevos
actores sociales en el proceso de la producción de conocimiento, puesto que se está incluyendo la diversidad, se está ampliando
el rango de la categoría investigadora.
Por lo tanto lo descrito con respecto a la relación, supone una posición ética básica. Esta es el respeto por el Otro, entre agentes
internos (AI) y agentes externos (AE). No es posible la verdadera participación (esencial en la Psicología Comunitaria) si no hay
respeto. Aceptar al otro en su diversidad es igualmente ético. Tanto los AI como los AE deben conocerse y aprender de sus
idiosincrasias, capacidades, debilidades, etc. Aún aspectos divergentes pueden constituir un recurso de gran efectividad como así
también descubrir en uno habilidades desconocidas que surgen a partir de la actividad compartida.
Este respeto debe separárselo y diferenciarlo de la compasión o benevolencia que detrás tiene un sentimiento oculto de
superioridad con respecto a aquel al que se desea proteger por considerarlo, más débil, ignorante, menos capacitado o
competente. Proviniendo de ámbitos universitarios es muy fácil caer en esto, por lo tanto se debe estar atentos a este
sentimiento de benevolencia. Montero da un ejemplo aclarador de tal caso: se puede que agentes internos no tienen los
recursos verbales para exigir ciertos servicios públicos que le corresponden. El agente externo trabajará en conjunto, con ellos
para fortalecer dichos recursos, sensibilizando y concientizando de la necesidad de los mismos y de su significado. No se trata de
“generar conciencia” pues todo el el mundo la tiene, sino de movilizar la reestructuración lograda a través de la reflexión
discutida en el proceso de desarrollar acciones transformadoras.

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