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a. Contratos consensuales.
Son aquellos que se perfeccionan solo consensu, por el solo consentimiento. En
el Derecho Moderno, caracterizado por la supremacía del principio consensualita,
los contratos consensuales constituyen la regla general, entre ellos todos los
contratos innominados. La excepción son los contratos reales y los contratos
solemnes.
b. Contratos reales.
Son aquellos que para perfeccionarse requieren, además del consentimiento, la
entrega de una cosa. De origen romano aún se conservan en el derecho moderno
los mismos en numerados en los textos romanos mutuo (Art. 1735 CC), comodato
(Art.1724 CC), depósito (Art. 1749 CC) y prenda (Art.1837 CC).
Algunos autores han pretendido desechar esta categoría considerándola como
una reminiscencia del derecho de romano la entrega de la cosa sería el
cumplimiento de la obligación de una de las partes en un contrato bilateral.
La jurisprudencia y la doctrina predominantes siguiendo la corriente tradicional y el
texto Código Civil aceptan esta categoría y estiman que el contrato solo se forma
con la entrega de la cosa y a falta de entregar el contrato es nulo.
c. Contratos solemnes
Son los contratos que requieren para su perfeccionamiento el cumplimiento de una
determinada formalidad distinta la entrega de la cosa. La ausencia de dicha
formalidad hace inexistente el contrato solemne de que se trate; por ello se
denomina a tales formalidades “formalidades ad substantiam” o “formalidades ad
solemnitatem”, con la que se quiere significar que el cumplimiento de la misma es
esencial para la existencia del contrato la solemnidad consiste en el otorgamiento
de un documento privado o público según lo determine la ley.
V. SEGÚN SU CARÁCTER:
Contratos preparatorios, contratos principales y contratos accesorios.
1. Contratos preparatorios
Son contratos preparatorios los que tienen por objeto crear un estado de derecho
que pueda servir de base o fundamento a la celebración de otros contratos
posteriores. Ejemplo la sociedad y el mandato.
2. Contratos principales
Son aquellos que cumplen por sí mismos un fin contractual propio sin tener
relación alguna con otros contratos la mayoría de los contratos nominados son
contratos principales. Ejemplo: la venta, el arrendamiento, el mutuo y el comodato.
3. Contratos accesorios.
Son aquellos que se realizan para garantizar un contrato distinto o una obligación
nacida de otra fuente (hecho ilícito, pago de lo indebido), no existen para cumplir
contractual propio.
La existencia de los contratos accesorios depende en principio de la existencia del
contrato u obligación principal. Ejemplos típicos de contratos accesorios: la fianza,
la prenda y la hipoteca. Si desaparece el contrato u obligación principal,
desaparece el contrato accesorio.
El contrato principal ejerce su influencia sobre el accesorio si el contrato principal
es nulo también lo es el accesorio en algunas situaciones que podríamos calificar
como excepcionales el contrato accesorio puede hacer sentir su influencia sobre el
principal así ocurre con la hipoteca cuando lo viene hipotecados padezcan
deterioros que lo hagan insuficientes para garantizar el crédito el acreedor tiene
derecho a su suplemento de hipoteca o en su defecto al pago de la creencia (art.
1894 CC). La nulidad de la prenda, o el perecimiento de la cosa dada en prenda
por culpa del deudor principal producen la caducidad del término y la exigibilidad
de la obligación principal (art.1215 CC).
También el deterioro de la cosa dada en prenda puede influir indirectamente sobre
la obligación principal (art. 1811 CC).
1. Contratos causados
Son aquellos que contienen no solo la manifestación de la voluntad de las partes
de cumplir con las prestaciones, sino la causa de la promesa, o sea, la intención o
fin Jurídico perseguido con las prestaciones prometidas.
2. Contratos abstractos
Son aquellos que contienen la manifestación de voluntad de las partes de cumplir
con sus prestaciones haciendo abstracción de las causas de la promesa. Están
constituidos por una simple promesa (nuda promissio), sin expresar el fin jurídico
perseguido la causa se presume (art. 1158 CC).
En algunas legislaciones (Código Civil Alemán) se prevé el contrato abstracto en
forma absoluta; la promesa de pago no está ni tiene que estar vinculada a ninguna
otra relación entre las partes. En nuestro derecho, el llamado contrato abstracto
siempre está vinculada a una relación subyacente que le sirve de causa. En
general la doctrina considera que fuera del área contractual los únicos negocios
jurídicos abstractos son las letras de cambio y las obligaciones al portador.
1. Contratos internos
Son aquellos que se celebran entre personas que en el momento de la
contratación están dentro de la de la jurisdicción venezolana y serán ejecutados
dentro del territorio nacional. Sin lugar a dudas, a tales contratos solo se aplica la
ley venezolana, salvo que las partes hayan escogido una ley extranjera como
supletoria de la ley nacional, y siempre que ello no viole el orden público
internacional.
2. Contratos internacionales
Son aquellos celebrados entre personas que en el momento del perfeccionamiento
del contrato de encuentran en países distintos, sometidos a leyes distintas.
En estos contratos se plantea en primer término el problema del cuál es la ley
aplicable, a menos que las partes hubieran escogido convencionalmente una de
las leyes nacionales, o inclusive una ley extraña ambas. (Art. 30 de la Ley de
Derecho Internacional Privado del 6-8-98). A falta de indicación válida, las
obligaciones convencionales se rigen por el Derecho con el cual se encuentra más
directamente vinculados. El tribunal tomará en cuenta todos los elementos
objetivos y subjetivos que se desprendan del contrato para determinar ese
derecho. También tomara en cuenta los principios generales del derecho
comercial internacional aceptado por organismos internacionales (art. 31 de la
misma ley).
1. Contratos Privados
Son en general los contratos celebrados entre particulares, y entre los cuales es
necesario distinguir entre otros, los contratos civiles y los contratos celebrados
entre comerciantes, o sujetos a la ley mercantil. Las diferencias entre ambos
regímenes son pocos siendo los principales qué materia mercantil se presume la
solidaridad (Art. 107 C. Com.); que los intereses correspectivos se producen de
pleno derecho (Art. 109 C. Com.) y que los contratos gratuitos son ajenos al
derecho Nery, como la donación, que es gratuito en su esencia. Los demás
contratos gratuitos del derecho si se convierte en contratos onerosos cuando
están sometidos a la ley mercantil. Además, hay ciertas relaciones que están
regidas por todo un cuerpo de normas, como el contrato de trabajo, qué
difícilmente puede sostenerse sea un contrato de Derecho civil, pues está
sometido a toda la normativa contenida en la Ley Orgánica del Trabajo. Aun
cuando siguen siendo contrato de derecho privado, también están sometidos a
una ley especial los contratos agrarios.
2. El contrato público
Los contratos celebrados por el Estado, cualquiera de sus órganos y en general
por los entes públicos están sometidos a reglas particulares, aun cuando se traten
de contrato de derecho privado, en sentido estricto, en los cuales el ente público
no está ejerciendo el ius imperium.
Las empresas del Estado, especialmente cuando tienen forma de persona jurídica
de derecho privado, celebran contratos civiles o mercantiles, que están regidos por
las mismas normas que los particulares (Código Civil, Código de Comercio y
demás leyes aplicables); pero generalmente para poder celebrar tales contratos,
están sometidos al cumplimiento de una serie de requisitos y de autorizaciones
previas, que pueden influir en la validez del contrato de derecho privado celebrado
por el ente público.
3. El Contrato Administrativo
Es una figura creada por la doctrina y la jurisprudencia y es objeto de estudio por
el Derecho Administrativo.
1. Concepto de consentimiento.
De una manera general puede definirse el consentimiento (del latín consensus)
como el acuerdo de voluntades para crear obligaciones, es una manifestación de
voluntad deliberada, consciente y libre, Qué expresa el acuerdo de una persona
respecto de un acto externo ajeno.
El artículo 1141 del Código Civil establece: “Las condiciones requeridas para la
existencia del contrato son: 1° Consentimiento de las partes…”.
El consentimiento es uno de los elementos esenciales para la existencia del
contrato, cualquiera que fuera su tipo o naturaleza, sea este real, solemne o
consensual. En todo contrato es necesaria la existencia del consentimiento; sí bien
en los reales y los solemnes se necesita, además, la entrega de la cosa o el
cumplimiento de las formalidades pautadas en la ley.
Los vicios del consentimiento
No basta qué en el contrato existen o se configuran los elementos esenciales a la
existencia del mismo consentimiento objeto y causa tampoco y suficiente que se
configure uno de los elementos esenciales de validez del contrato como en la
capacidad también es necesario que el consentimiento otorgado por las partes sea
válido.
Pimiento válido implica que la manifestaciones de la voluntad de las partes
contratantes estén exentas de irregularidades anormalidades oficio que invalidan
el consentimiento otorgado por ellas el estudio de las causas motivos
circunstancias capaces de anular el consentimiento otorgado por las partes
contratantes ha sido objeto de largo y profundo estudio por la doctrina que para
ello ha estructurado la teoría sobre los vicios al consentimiento.
La doctrina moderna las causas y circunstancias susceptibles de invalidar o anular
el consentimiento reciben el nombre de vicios terminología que ha sido adoptada
de modo casi unánime tanto por la legislación como por la jurisprudencia.
En general los vicios al consentimiento son: el error, el dolo y la violencia.
Nuestro Código Civil consagra la nulidad del contrato por vicios del consentimiento
de una manera expresa en el artículo 1142: “El contrato puede ser anulado…, 2°
Por vicio del consentimiento…”.
El artículo 1146 ejusdem complementa y desarrolla el contenido del artículo 1142
al señalar como causas expresas de nulidad del contrato efectuado por las partes
el error, el dolo y la violencia. Textualmente dispone el referido artículo: “Aquel
cuyo consentimiento haya sido dado a consecuencia de un error excusable, o
arrancado por violencia o sorprendido por dolo, puede pedir la nulidad del
contrato”.
EL OBJETO.
Concepto. Es uno de los elementos o requisitos necesarios para la existencia del
contrato contemplado en el ordinal 2° del artículo 1141 del Código Civil, que
dispone: “Las condiciones requeridas para la existencia del contrato son: …2°
Objeto que pueda ser materia de contrato”.
Nuestro Código Civil, al igual que la mayoría de los ordenamientos jurídicos
positivos coloca al objeto como elemento del contrato solución que no ha dejado
de ser criticada abiertamente con la doctrina. Para la mayoría de los autores el
objeto no es propiamente un elemento del contrato sino elemento de la obligación.
Los requisitos señalados por los artículos 1155 y 1156 del Código Civil son
plenamente aplicables al objeto de la obligación y no lo dejé todo el contrato se
refieren a la prestación Qué es el contenido de la obligación y en nada se refieren
al objeto del contrato que Cómo sabemos es una negociación jurídico que crea mi
obligaciones y cuyo objeto En todo caso estaría constituido por la obligaciones que
engendra.
LA TEORÍA DE LA CAUSA
1. Disposiciones legales.
En artículo 1141 del Código Civil dispone:”Las condiciones requeridas para la
existencia del contrato son… 3° Causa lícita”. El Capítulo IV se denomina “De la
causa de los contratos” y contiene dos artículos regulados a causa (Arts.1157 y
1158).
La causa sería un elemento de tipo subjetivo qué se diferencia totalmente los otros
elementos de existencia del contrato: el objeto, porque, como hemos visto, este es
elemento sobre el cual va a recaer la obligación; el consentimiento, porque si bien
este es un elemento subjetivo del contrato, es una manifestación de voluntad de
adherirse a otra manifestación de voluntad, aquella manifestación de voluntad está
condicionada por la causa.
La causa es un elemento del contrato indispensable de su existencia, manifestante
distinto del objeto y del consentimiento, siendo un elemento independiente y
autónomo de estos.