Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Determinado como está que todos los derechos fundamentales tienen alcances
pero también límites, para resolver la problemática planteada, resulta
imprescindible determinar si los derechos fundamentales se privilegian o cualifican
en un mayor rango cuando los titulares de los mismos son menores. Dicho de otro
modo, se debe establecer si el derecho fundamental del cual goza el menor tiene
o no límites, o si el núcleo de dichos derechos tiene mayor alcance.
A partir de esa premisa fundamental, en sentido que los derechos de los menores
también tienen límites y no son absolutos, el Código del Niño, Niña y Adolescente,
vigente a momento de los hechos que se consideran agravios en la presente
acción tutelar, en su art. 1, menciona: “El presente Código establece y regula el
régimen de prevención, protección y atención integral que el Estado y la sociedad
deben garantizar a todo niño, niña o adolescente con el fin de asegurarles un
desarrollo físico, mental, moral, espiritual, emocional y social en condiciones de
libertad, respeto, dignidad, equidad y justicia”.
A esa norma, se suman las normas generales para la Gestión Educativa 2014, del
Subsistema de Educación Alternativa y Especial Subsistema de Educación
Superior de Formación Profesional, aprobadas por RM 001/2014 de 2 de enero y
modificada por RM 015 de 17 de enero de 2014, que en su art. 49, titulado
“Expulsión”, dispone: “I. En el marco del respeto a los derechos humanos, está
prohibida la expulsión de estudiantes de unidades educativas fiscales, de convenio
y privadas, salvo en los casos en los que existan pruebas suficientes de
culpabilidad como ser: robo, hurto, agresión física y/o sexual, compra venta y/o
consumo y/o tenencia de bebidas alcohólicas, estupefacientes, sustancias
controladas y armas, así como las prácticas o conductas racistas, discriminatorias
y de acoso escolar. Siendo además la responsabilidad de madres, padres de
familia y apoderados. II. Asimismo serán causales de expulsión las intenciones
comprobadas o confesas de acciones o actitudes violentas contra cualquier
persona al interior de la Unidad Educativa”.
Dentro de este marco general, todas las unidades educativas gozan del derecho
autónomo de reglamentar los derechos y deberes de los alumnos; asimismo,
disponer las faltas, sanciones y el procedimiento para imponerlas. Resultando de
vital importancia en el crecimiento integral de cada ser humano, una formación y
educación en derechos y deberes desde el punto de vista normativo; y desde el
punto de vista axiológico en principios y valores, objetivo que no podría lograrse si
el ser humano no es inculcado desde el seno familiar, transitando por los
establecimientos escolares, universidad y el resto de su existencia, de manera que
coadyuve con la convivencia pacífica y armónica que requiere el Estado a través
de la Constitución Política del Estado, que reiteradamente hace énfasis en el logro
de los fines supremos del Estado, como son los valores de justicia, libertad,
igualdad y el vivir bien, entre otros.
Ahora bien, la parte accionante en los actuados que presenta como prueba señala
que la demandada, Directora de Secundaria, María Eugenia Hortencia Jiménez
Seleme, mediante correo electrónico de 17 de marzo de 2014, le comunicó que los
menores accionantes, habrían infringido el art. 4.15 del Reglamento Interno del
Colegio, por lo que, invitó a pasar a retirarlos hasta que el Consejo de Directores
resuelva, dado que dicha falta era sancionada con la expulsión definitiva; en
consecuencia, de la lectura de los actuados presentados como carga probatoria
(fs. 263 vta. a 264), se tiene que la Directora no expulsó a los alumnos a prima
facie y tras ocurrir las conductas que a decir del Colegio eran infractoras de su
Reglamento.
De los mismos actuados y del acta de audiencia de consideración de la acción de
amparo constitucional analizada, se advierte también que, los representantes de
los accionantes presentaron diversos memoriales ante las autoridades
competentes para resolver controversias en materia educativa, en los cuales si
bien se verifica que adujeron no se había procedido a juzgarlos conforme a las
normas del debido proceso y que rechazaban la expulsión, también se constató
que reconocen que los menores cometieron “faltas disciplinarias perpetradas
emergentes por su juventud e inexperiencia habiendo pedido PERDÓN a la
Dirección del Colegio, demostrando su ARREPENTIMIENTO REAL Y
EFICAZ” (fs. 263 vta.). Constando igualmente a fs. 264 vta., que reconocen: “…
que si bien es cierto que (sus) hijos no asistieron al Colegio al día lunes 17 de
marzo, lo hicieron por su INEXPERIENCIA, IMPRUDENCIA E INMADUREZ
PROPIA DE SU JUVENTUD, por el deseo de encontrarse con otros compañeros,
pasar un buen momento y a raíz de ésta acción incurrieron en un error de tipo y
de prohibición que los exime de responsabilidad…” (sic) (las negrillas fueron
agregadas).
Al margen de estas expresiones en el mismo documento (fs. 266), que está
dirigido al Director Distrital de Educación I, señalan: “…en nuestra condición de
padres de inmediato nos apersonamos al Colegio, a objeto de que sus derechos
constitucionales vulnerados sean reparados en el mismo Colegio, solicitando
entrevistas personales tanto con la Directora de Secundaria como con el Director
del Colegio, a quienes explicamos que se trataba de un error de nuestros hijos
inducidos por su JUVENTUD E INMADUREZ, que de ninguna manera
correspondía la aplicación de la extrema medida de expulsión del Colegio,
solicitando de manera VERBAL en las reuniones, como de manera ESCRITA la
RECONSIDERACIÓN de la medida mediante memorial de fecha 20 de marzo de
2014, pidiendo ‘DISCULPAS, PERDÓN’, por el incidente suscitado, reiterando EL
ARREPENTIMIENTO EFICAZ de nuestros hijos adolescentes por faltas
cometidas, suplicamos, imploramos se respeten los derechos humanos y
constitucionales de nuestros hijos, se LES BRINDE UNA OPORTUNIDAD para
reparar los errores en que incurrieron” (sic) (negrillas adicionadas).
Igualmente, en la audiencia de la acción tutelar, la parte accionante indicó: “…pero
si evidentemente tuvieron un error ¿Quién no comete fallas a los 16 o 17 años” (fs.
206). De la misma manera, a fs. 207, se reitera en el mismo sentido: “… suplique
por último solicite perdón para los accionantes que no les quiten la
esperanza que le den una segunda oportunidad; sin embargo precisamente
esa superioridad inadmisible dentro de un Estado de Derecho de manera abusiva
y arbitraria nos humillan, sometiendo sanciones sin tomar en cuenta que puede
ser perjudicial mas no traumatizarlos, prohibido expresamente por el Art. 108 y
109 del Código Niño, Niña, Adolescente, Señor Presidente el 20 de marzo de
2014, solicitamos reconsideración de la injusta medida y solicitamos al
mismo tiempo que la dejen sin efecto haciendo notar que evidentemente
pedíamos disculpas por las faltas porque se tratara de un estado de fuerza
mayor, porque existía un error de hecho y de prohibición, que los eximía de
responsabilidad”. Expresando asimismo, que hicieron notar a los accionados
Juan Carlos Durán, Eduardo Kilibarda y Dra. Jiménez, que: “…los jóvenes
podían ser sancionados pudiendo cumplir cualquier tipo de actividad social
en asilos, en orfanatos, pero lamentablemente nada sirvió” (negrillas no
forman parte del texto original).
Con lo extractado, es evidente que los representantes de los accionantes
reconocieron ante la parte demandada, las autoridades competentes en
materia educativa y ante esta jurisdicción constitucional, la comisión de la
falta disciplinaria atribuida a los menores de edad, hoy impetrantes de tutela;
empero, no se hallan de acuerdo con la sanción de expulsión por
considerarla muy severa y restrictiva de los derechos a la educación y a la
dignidad, por lo cual, solicitan como tutela se deje sin efecto la sanción y se
restituya a los menores al Colegio sin condiciones ni restricciones.
Al respecto, corresponde aclarar que, si bien la vía administrativa, aún no se
encontraba finalizada, al momento de la interposición de la presente acción tutelar,
al estar pendiente de resolución el recurso jerárquico presentado contra las RRAA
04/2014 y 05/2014, que resolvieron el recurso de revocatoria interpuesto por la
Unidad Educativa Eagles School, contra la decisión de restitución de los alumnos
expulsados de la misma, revocándola, disponiendo sin embargo, la extensión a
favor de éstos de los boletines de calificaciones respectivos para que pudieran
continuar sus estudios en otra Unidad Educativa durante la gestión 2014; aquello
no impide la consideración de fondo de la presente acción tutelar, por la
abstracción del principio de subsidiariedad descrita en el Fundamento Jurídico III.1
de la presente Sentencia, tratándose de menores de edad comprendidos en un
sector de vulnerabilidad ampliamente protegido por la Norma Suprema.
Con relación al derecho a la igualdad, los accionantes no han demostrado que los
menores hubieran tenido un trato diferente con referencia a sus otros compañeros
en situaciones iguales; es decir, no han aportado ninguna documental donde otros
compañeros suyos hubieran sido sancionados con sanciones menos severas por
faltas similares a las que han sido reconocidas.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías, al haber denegado la
tutela solicitada, aunque con distintos fundamentos, obró correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en
virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia, de conformidad con el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve CONFIRMAR la Resolución de
2 de mayo de 2014, cursante de fs. 217 a 221, pronunciada por la Sala Civil y
Comercial Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y, en
consecuencia, DENEGAR la tutela impetrada por los representantes de los
accionantes, conforme a los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.
MAGISTRADO
MAGISTRADO