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UNIDAD 1

EL PENSAMIENTO POLITICO Y ECONOMICO Y LAS POLITICAS


ECONOMICAS EN LA ANTIGÜEDAD Y EN LA EDAD MEDIA

LA ORGANIZACIÓN POLITICA EN GRECIA

Introducción

Las antiguas culturales orientales fueron impotentes para elaborar una teoría del
Poder y del Estado. Los grandes Reinos orientales como Egipto, Babilonia, Asiria,
Persia, China, Japón e India, tuvieron una organización teocrática. Sus formas eran un
simple reflejo de la estructura de su religión. Los Reyes eran considerados casi Dioses y
las instituciones se relacionan con el culto.
En la transición de Asia a Europa, se inicia la Historia del pensamiento político y la
indagación sobre el individuo como esencia de la política.
Debemos partir de Grecia.
El pensamiento político griego se basa en la polis o sea, la Ciudad –Estado, que
reconoce como antecedente a la Ciudad-Antigua, organización confederal que
agrupaba a las tribus que formaban el pueblo. La Ciudad-Antigua era la residencia del
Rey patriarcal y asiento del templo y el lugar donde se reunía la Asamblea General de
guerreros y del Consejo de Ancianos. La propiedad territorial era la base de la riqueza y
también de la organización militar donde se distinguía entre Caballeros, Infantes y
Auxiliares, según podían costearse un equipo militar.
El tránsito de la Ciudad-Antigua a la Polis propiamente dicha se produjo como
consecuencia de un proceso de centralización que puso fin a la confederación tribal y
aseguró el predominio de un centro unitario de Poder.
La Polis como unidad política y religiosa, comprendía un territorio y una población
pequeña. Su extensión no excedía los límites de un Municipio y en cuanto a la
población su cantidad no excedía los trescientos mil habitantes aproximadamente.
La Ciudad es el centro de la vida y ser miembro de ella equivale a participar en las
ceremonias del Culto, en las deliberaciones de la Asamblea, el ejercicio de las
Magistraturas, del servicio militar y tener derechos políticos.
La Ciudad tiene, en el espíritu griego, categoría de valor supremo. La participación
activa en la vida de la Ciudad es un bien superior, al que no igualan en valor, la familia,
la propiedad y la amistad.
No hay vida privada. El cuidado de las cosas de la Polis que se refieren al bien común
es más importante que el cuidado de los negocios comunes.
Los ciudadanos se tratan entre si en pie de igualdad. Todos tienen iguales posibilidades
de acceder a los cargos públicos, con tal de hacer el bien y provecho de la Ciudad. El fin
de la Ciudad era la armonía o sea, la justicia y que consistía en la vida en común y de
dar a cada ciudadano su lugar en la vida de la Ciudad. El sistema de valores se
completa con el ideal de la libertad y el respeto a la ley y la creencia de las virtudes que
tiene la discusión sobre los asuntos de interés general o común.
Atenas y Esparta

En el caso de Atenas, la población estaba dividida en tres estratos claramente


definidos. El grado más elevado de la escala social estaba constituido por los
ciudadanos, con capacidad para intervenir en la Asamblea General y actuar como
jurados. En el nivel medio estaban situados los extranjeros, que eran hombres libres no
ciudadanos, encargados del comercio y de las artesanías y no tenían participación
política. Finalmente en el extremo de la estratificación social se encontraban los
esclavos y que constituían la tercera parte de la población.
Durante el gobierno de Solón (594 a. C.) se abolieron las deudas y liberaron a los
agricultores pobres y se tomó como base para la distribución de los derechos políticos
por el grano producido y no las hectáreas poseídas como lo había establecido el
gobierno de Dracón. De esta forma los hombres libres pudieron votar en la Asamblea
General y elegir a los funcionarios.
Con Clístenes en el poder (508 a.C.) se modifica esta base de diferencia política por la
de una contribución de dinero.
Finalmente, con Pericles (457 a.C.) se extiende la ciudadanía con la igualdad de
derechos a todos los hombres libres de la polis, consagrando el valor de la
personalidad independientemente de la riqueza.
Este proceso hace que Atenas tenga una democracia directa, que la Asamblea se
reuniera cuatro veces al mes, los funcionarios se eligen por un año y eran responsables
al concluir sus mandatos, que pudieran ser destituidos en cualquier momento, que la
Justicia estuviese a cargo de un Jurado.
En cuanto al gobierno ateniense, a partir de Clístenes, comprendía las siguientes
instituciones: 1) el Arcontado: formado por nueve arcontes. Al principio tuvieron a su
cargo los asuntos de Estado, pero luego se redujo a las funciones judiciales y religiosas.
2) El Consejo o Senado: lo integraban quinientos ciudadanos, sorteados anualmente,
entre los mayores de treinta años. Estudiaba todas las cuestiones de Estado, discutía
los proyectos de ley y se ocupaba de las relaciones exteriores. 3) la Asamblea del
pueblo: la componía todos los ciudadanos mayores de veinte años. Se reunía cada
ocho días al aire en la plaza o en las proximidades de la Acrópolis. Estaba facultada
para declarar la guerra, elegir los funcionarios anuales, otorgaba la ciudadanía y
condenaba al ostracismo a quien correspondía 4) los estrategas: eran diez miembros
que se encargaban del mando del Ejército y de las Fuerzas navales. Podían ser
reelectos y en caso de guerra uno solo dirigía las operaciones. 5) El Areópago: se
encargaba de juzgar los crímenes y a los culpables de incendios, además vigilaba la
educación y las costumbres. 6) el Tribunal de los Heliastas: lo integraban seis mil
jueces, sorteados entre los mayores de treinta años. Como era un cuerpo numeroso se
dividía para sus deliberaciones en diez secciones. Esta cantidad excesiva de jueces fue
perjudicial para el cumplimiento de la Justicia. Tenían amplias atribuciones ya que
entendían de todas las causas judiciales, excepto los homicidios, que correspondían al
Aerópago.

Esparta se caracterizaba por una organización totalitaria. El ciudadano vivía para el


Estado. Educado desde los siete años y educado fuera del ambiente familiar. El control
de la natalidad y la muerte de los niños defectuosos aseguraban la eficiencia y
economía del militarismo espartano.
Con relación a la estratificación social, comprendía tres clases sociales: los ciudadanos
que eran descendientes de los Dorios y que conquistaron y fundaron la Ciudad y vivían
sujetos a una rígida disciplina militar con el monopolio de la actividad política. Luego
estaban los extranjeros o periecos en el grado más bajo de la escala, se hallaban los
ilotas que vivían en servidumbre. Tanto los periecos como los ilotas estaban excluidos
de toda intervención militar.
En cuanto a la organización política comprendía: 1) La Realeza: Esparta era gobernada
por dos Reyes hereditarios y que eran los jefes Supremos del Ejército, también eran
sumos sacerdotes y también la máxima autoridad judicial. 2) El Senado: llamado
también la Gerusia compuesto por veintiocho miembros vitalicios, mayores de sesenta
años. Estos ancianos eran elegidos por la Asamblea y redactaban las leyes, haciéndolas
conocer y las promulgaba. 3) La asamblea popular o Apella: estaba formada por todos
los ciudadanos espartanos mayores de treinta años. Se reunía periódicamente y si bien
en los comienzos estuvo presidida por los Reyes, posteriormente esta facultad paso a
los éforos. Esta reunión aceptaba o rechazaba sin deliberar, las propuestas del Senado,
pero no podía proponer cuestiones nuevas. 4) Los Efóros: estaba compuesto por cinco
magistrados elegidos por un año de la misma forma que los senadores. Los Efóros
(inspectores) convocaban y presidían el Senado y la Asamblea, decretaban la
movilización del Ejército y durante la campaña daban órdenes a los Generales.
También administraban la Justicia y controlaban las finanzas. En el orden social
vigilaban la vida privada de los adultos y la educación de la juventud, de manera que
fueron árbitros de la moral pública.
EL HELENISMO

Características

Tradicionalmente se han distinguido tres períodos históricos en la Antigüedad Griega:


el de la Gran Grecia clásica de las polis (ciudades-estado), el de la dominación
macedonia y el del sometimiento al imperio Romano.

Recibe el nombre de Helenismo a la segunda etapa. Es el período de tres siglos


que comprende entre la muerte de Alejandro magno y la conquista del Mundo Antiguo
por los romanos (abarca el último tercio del Siglo IV a.C. hasta el Siglo I a.C.)

En este lapso, la cultura griega se propagó hacia el Oriente, ganando en extensión


pero perdiendo su pureza. Esta fase del desarrollo cultural griego fue llamada
“civilización helenística” y contó con sus centros más brillantes en Egipto y Asia Menor.

La fusión de los aspectos materiales y espirituales griegos con los asiáticos, dio
origen a un Mundo nuevo, en el que se produjeron hondas transformaciones y, en
especial, se desarrollaron con gran vigor las ciencias, las artes, la literatura y la
filosofía.

Luego de las conquistas de Alejandro, el Oriente ejerció marcado predominio en el


aspecto político y religioso, pues en ambos casos, las costumbres asiáticas tuvieron
gran influencia sobre los griegos. Pero en las letras, las ciencias y las artes, el espíritu
helénico impuso absolutamente. La cultura griega adquirió rápida primacía debido a
que la lengua hablada en Atenas fue el idioma corriente utilizado por el mundo
helenístico, tanto en las esferas oficiales y mercantiles, como en la literatura científica
y filosófica.

Debemos distinguir las transformaciones en el aspecto político, social y económico.

a) Políticas: Los griegos, tan amantes de la Democracia, se inclinaron hacia el


Despotismo Oriental. Así , en los Reinos que fundaron los sucesores de Alejandro,
la forma de gobierno fue la Monarquía por derecho divino. El soberano estaba
asesorado por el Consejo Real y por la aristocracia. Esto originó la decadencia de
las poderosas castas sacerdotales de Oriente.
b) Sociales: Los greco-macedónicos se fusionaron con los asiáticos, fundaron nuevas
Ciudades y aumentaron los ya existentes. La sociedad, además de las clases
gobernantes, contaba con profesionales, artistas, libertos y esclavos.
c) Económicas: como consecuencia de las conquistas de Alejandro, se abrieron
nuevas vías de comunicación entre Oriente y Occidente. Diversas caravanas se
internaron por Regiones hasta ese momento desconocidas y llegaron a la India y a
la China. Desde esas zonas traían sedas, algodón y especias (pimienta, clave de
olor, canela y nuez moscada)
Los reyes fomentaron el comercio y la industria, que produjo diversos productos:
papiro, tejidos de lino, muebles y objetos de cerámica. Como consecuencia
aumentó la difusión de oro y plata, que procedían de Persia. Las grandes ganancias
originaron la aparición de nuevos ricos. Pero éstos no tardaron en especular y
produjeron el alza de precios.
Los aristócratas fueron los dueños de grandes extensiones de tierra (latifundios) y
oprimieron despóticamente a los agricultores y esto originó una menor producción
y la ruina de los campesinos. Estos se alejaron de sus tierras y se marcharon a las
Ciudades, con lo cual aumentó en exceso el número de sus habitantes. Los
principales centros económicos fueron Alejandría, Pérgamo y Antioquía El
comercio marítimo progresó rápidamente y grandes embarcaciones recorrían los
principales puertos y se amplió el panorama del intercambio helenístico.

Las Principales Ciudades de este Período

Alejandría: fue considerada la Capital científica del Mundo antiguo. Estaba situada
al Norte de Africa, tenía sus calles dispuestas en forma simétrica y cortadas en
ángulo recto, por una gran avenida de treinta metros de ancho y con un largo de
seis kilómetros aproximadamente.
A trece kilómetros del puerto se encontraba la isla Faros. En uno de esos extremos,
el Rey Ptolomeo hizo construir una gigantesca torre de mármol de ciento y treinta
cinco de alto, llamado el Faro. En la parte superior, ardían constantemente
maderas resinosas para advertir a los navegantes la entrada del puerto.
En el aspecto cultural, el más importante de todos los establecimientos de
Alejandría fue el Museo, grandioso edificio dedicado a las Diosas de las artes y las
ciencias. Este centro de estudios contaba con diversas salas dedicadas a
laboratorio, colecciones zoológicas, jardín botánico, anatomía y observatorio
astronómico. La Biblioteca llegó a tener unos cuatrocientos mil volúmenes
manuscritos. Lamentablemente esta Biblioteca fue destruida parcialmente por los
romanos bajo las órdenes de julio César (año 47 a. C.) y luego fue incendiada por
los árabes al mando de Omar (año 641 de nuestra era)
Pérgamo: era la Capital del Reino del mismo nombre, ubicada en el Asia Menor y
fundada por un oficial de Alejandro, adquirió gran importancia por su adelanto en
las artes y las letras. A mediados del Siglo III (a. C.) se fundó una Biblioteca que
contó con cerca de doscientos mil ejemplares.
En esta Ciudad comenzó la industria del pergamino, es decir, trozos de cueros de
cabra u oveja, que reemplazaron al papiro egipcio como material de escritura.
Antioquía: importante Ciudad del Reino de Siria, se destacó por la belleza de sus
templos, jardines y avenidas. Estaba ubicada en el extremo Oriental del Mar
Mediterráneo y su puerto rivalizaba por la importancia del movimiento comercial
con Alejandría.

Las Escuelas del Período Helénico

Los sucesos tomaron un rumbo nuevo, ya que los hombres pasaron a ser simples
habitantes de un universo político en el cual sólo participaban como meros objetos
de un poder distante. Esto hizo que la vida se replegara en lo individual y en lo
privado.
Durante este período aparece una filosofía de la autarquía individual. Dos escuelas,
la de los Cínicos y la de los epicúreos tuvieron a su cargo la negación de los valores
de la polis. Inauguraron una nueva dirección intelectual. Las escuelas que
enseñaron el ideal de la autarquía individual derivaban de las enseñanzas de
Sócrates.

El epicureísmo: Epicúreo fundó su escuela en Atenas en el año 306 a. C. aportando


a la filosofía lo que denominó “la alegría del placer”. La idea era que el hombre no
debía temer a los Dioses, ya que éstos estaban colocados por encima de los
hombres y no se mezclaban en los asuntos de los individuos.
Según esta escuela, la felicidad consiste en la ausencia de todo dolor, ansiedad o
preocupación. La vida buena es el placer de la amistad y, por consiguiente, la vida
política era una fuente de infelicidad y no se debía intervenir en ella. Salvo la
felicidad no hay otra virtud y otro valor. Los Estados existen para la seguridad, al
igual que el Derecho. Nacen de una convención entre los hombres y no tienen otro
fundamento que el egoísmo.
Los epicúreos sostenían que nunca hubo justicia absoluta, sino solo convenciones
establecidas de tiempo en tiempo, en diversos lugares y era el resultado del
contacto entre los hombres entre sí, encaminado a impedir que se sufriera un
daño. Si el derecho convencional resulta útil para las necesidades de los hombres,
nos encontramos con un Derecho justo y en el caso que se haga una ley que no
resulte conveniente para la utilidad del mutuo trato, deja entonces de ser justa. En
definitiva para esta escuela, en cuanto a las formas de gobierno, se inclinan por la
Monarquía. Sus principios son materialistas, el Estado se construye por la
necesidad de tener seguridad y su filosofía es de resignación.
Los Cínicos: El fundador de esta escuela fue Antístenes pero Diógenes fue su más
conspicuo representante. Predicaron la igualdad social, el abandono de los bienes
materiales y la libertad de sujetarse a una convenció legal. El punto de partida es
que el sabio se basta a sí mismo. Ni es uan filosofía de resignación, sino de
renunciamiento. De ahí surge que hayan exaltado la pobreza, la igualdad social, el
desprecio a la ley y a la propiedad.
Sus postulaciones políticas son anárquicas y sus consecuencias negativas. La Ciudad
del sabio es el Mundo, no tiene Ciudad ni ley. Tampoco patria y las instituciones le
son innecesarias. Su doctrina estaba dirigido a los pobres, pero sus discípulos se
reclutaban entre los extranjeros, desterrados y desposeídos.
El Estoicismo: El fundador de esta escuela Zenón de Citio (Chipre). Este nombre
deriva de “pórtico pintado”, pues enseñaba en un recinto decorado por pinturas.
Surge en el año 300 a. C. Poco después, el centro de la escuela pasó a Roma y así
Emperadores como Marco Aurelio, fueron estoicos. Esta escuela es el nexo entre la
filosofía griega y la jurisprudencia romana.
El signo positivo del estoicismo es el culto a la fuerza de voluntad. El sentimiento
del deber no es el renunciamiento ni la resignación, sino la acción. Para los estoicos
las leyes no escritas suponen un Derecho igual para todos los hombres. La raíz del
Derecho se encuentra en la naturaleza, no en las decisiones populares ni en la
voluntad de los gobernantes.
Zenón afirmaba que con la virtud bastaba para obtener la felicidad. El hombre
debe vivir apartado de las pasiones y sometido únicamente a las normas de la
razón. El universo está regido por Dios y se mueve por leyes inflexibles y el
individuo debe someterse a él. Quien actúa de esta forma es un sabio. El que
resiste a su destino es un insensato.

PROCESO POLITICO GRIEGO

Los Sofistas

El Siglo V a.C. ofrece importantes experiencias políticas. Se inicia con la guerra de los
persas y termina con la guerra del Peloponeso, cuyas consecuencias para Atenas,
fueron la inestabilidad de su vida política. El ambiente fue propicio para la demagogia y
para que aparecieran los Sofistas como Protágoras, Georgias y Pródico. Los Sofistas
hicieron todo lo posible para conmover el espíritu público.
Los Sofistas intentaron destruir todo el sistema de valores sobre la que se asentaba la
vida griega. Según ellos, el hombre es la medida de todas las cosas. Negaron la
existencia de normas fijas, de la Justicia como verdad universal, de la “polis” como
formación natural e incluso hasta la naturaleza social del hombre. Afirmaron que el
fundamento del poder es la fuerza, que el hombre es un ser egoísta, que el Gobierno
no es otra cosa que un acuerdo de los fuertes para oprimir a los débiles y que la “polis”
es artificial y producto de un pacto social.
De todos modos, Carlos Fayt indica que la prédica individualista y el valor asignado a la
Razón como fuente de cualquier conocimiento, fue revulsiva para la vida intelectual de
los atenienses.

Sócrates

Sócrates (469-399 a. C.) nació y vivió en Atenas. Considerado por sus discípulos el
mejor de los hombres, no dejó obra escrita. Sus ideas se encuentran expuestas,
principalmente, por Platón en sus diálogos. La anarquía moral y política de Atenas
impresionó vivamente a este autor. Para Sócrates, los Sofistas tenían razón cuando
afirmaban que los viejos dogmas estaban sepultados en el pasado y que la vía
apropiada para llegar al conocimiento de la verdad era la Razón. Salvo en esto,
Sócrates creyó en la existencia de todo cuanto los Sofistas negaron. Así sostenía la
naturaleza social del hombre, que la “polis” era una formación natural y necesaria y
que la moral, la Justicia y la ley eran expresión de la Razón.
Sócrates restauró la relación entre la política y la ética y en el conflicto posible entre
ellas. Sostuvo la convicción de que el individuo debe obedecer a los dictados de su
razón, con preferencia a las leyes vigentes en un Estado. Estaba convencido de la
necesidad de la educación política y quería que Atenas fuera gobernada por los
mejores en inteligencia, por los más capaces, lo que no podía quedar librado al azar de
los sorteos, en base al cual se designaban funcionarios y magistrados atenienses, como
era en el Consejo de los Quinientos y los Jurados.

Heródoto
El aporte de Heródoto (484-420 a. C.) ha sido el análisis de las Formas de Gobierno.
Parte de un diálogo imaginario entre tres personajes peras que discuten qué Forma de
Gobierno debería ser instaurada después de la muerte de Cambises, hijo de Ciro II el
Grande y que gobernó entre los años 530 y 522 a. C.. Este episodio lo narra Heródoto
en sus “Historias” y permite resaltar lo avanzada que estaban las reflexiones de los
griegos sobre asuntos de política, inclusive un Siglo antes de las grandes
construcciones elaboradas por Platón y Aristóteles en el Siglo IV a. C.
Los tres personajes (Otanes, Megabyzo y Darío) son defensores de una de las tres
Formas de Gobierno que podríamos llamar clásicas porque fueron transmitidas por los
escritores posteriores. Estas tres formas son el Gobierno de muchos, de pocos y de
uno, o sea Democracia, Aristocracia y Monarquía.
La célebre discusión se encuentra en el Tomo VI de la obra de Heródoto y lo que
caracteriza es que cada uno de los interlocutores manifiesta un juicio positivo de una
de las tres formas pero ofrece un juicio muy negativo de las otras dos formas. Otanes
es partidario del Gobierno popular (que no es llamado Democracia, sino “isonomía”) y
condena la Monarquía. En cambio, Megabyzo defiende la Aristocracia y reprueba tanto
el Gobierno de uno solo como al Gobierno del Pueblo. Finalmente, Darío, simpatiza por
la Monarquía y censura tanto el Gobierno del Pueblo como al Gobierno de pocos (que
lo llama Oligarquía)
Es interesante analizar brevemente los argumentos adoptados respectivamente por
cada uno de los personajes exaltando su propuesta de Forma de Gobierno y
denigrando a las otras dos.
Para Otanes la Monarquía es un Gobierno irresponsable y arbitrario, ya que el
Monarca le está permitido hacer lo que quiera sin responderé ante nadie. En cambio,
el Gobierno fundado en el pueblo tiene la igualdad frente a las leyes y toda decisión es
sometida al voto popular y, por lo tanto, no es irresponsable ni arbitrario. Al tirano se
le atribuyen algunos vicios como la prepotencia, la envidia y al maldad. Otanes
atribuye al Monarca aspectos sociológicos temibles como trastocar las leyes patrias,
matar por capricho y violar mujeres. En cambio, el Gobierno del Pueblo se caracteriza
por diversos institutos como el sorteo de los cargos, rendición de cuentas de los
magistrados y toda decisión es sometida al voto popular. Propone, pues, rechazar la
Monarquía para dar el poder al Pueblo.
Megabyzo es el segundo personaje que opina. Indica que los argumentos de Otanes
sobre la Monarquía son exactos pero dar al Pueblo el Poder tampoco está bien, ysa
que le parece obtuso dar el Poder a una multitud inepta. No es aceptable que unos
hombres, huyendo de la insolencia de un tirano, caigan en la insolencia de un
irresponsable populacho. Expresamente indica que si el Monarca hace algo, lo hace
dándose cuenta pero el Pueblo ni siquiera se da cuenta. No se pueden dar cuenta
porque no han sido instruidos y se precipitan sobre los acontecimientos sin
inteligencia. Propone, pues, elegir a los mejores hombres ya que será natural que de
los mejores hombres salgan las mejores decisiones.
El último en exponer es Darío. Con este personaje aparece por primera vez la condena
al Gobierno de pocos, ya que Otanes criticó al Gobierno tiránico, mas no al oligárquico
y Megabyzo consideró al Gobierno de pocos como el mejor. Darío dice que el punto
débil del Gobierno Oligárquico es la facilidad con que el grupo dirigente se divide en
facciones contrapuestas, es decir que atacan la unidad del Gobierno. El punto débil del
Gobierno Popular no es la discordia de los buenos sino el acuerdo de los malvados
(expresamente Darío dice “sólidas amistades entre los malvados generadas por la
corrupción”). Un pensamiento que se lo puede llevar a los momentos actuales. O sea,
que la unión de los corruptos es la conspiración. Lo que debería estar separado es, por
el contrario, unido. El argumento de Darío en favor de la Monarquía está en la
tradición y necesidad histórica. Como se puede ver, hay un elemento nuevo y que es la
“estabilidad”. La capacidad de un Gobierno para durar, no degradarse ni corromperse,
es la clave.

Platón

Aspectos de su vida: Platón nace en el año 437 a.C. y muere a los 81 años en el año 347
a.C. Fue discípulo de Sócrates, pero hay una primera diferencia con su maestro:
Sócrates creía que la verdad era el producto de la Razón individual y que cualquier
hombre podía llegar a conocer esa verdad a través del examen de sus propias ideas, en
cambio, Platón sostenía que la verdad es un concepto abstracto y que solamente era
accesible a los individuos que poseyeran facultades extraordinarias. Esta diferencia es
esencial para comprender que el primer efecto o consecuencia es que Sócrates nos
conduce a la libertad e igualdad políticas, en cambio, Platón nos lleva a la sujeción de
los individuos bajo un Gobierno conducido por los mejores.
Platón es un hombre de acción, es robusto, ágil jinete y ha combatido en las filas del
Ejército ateniense y ha ganado premios en competencias deportivas. Es sabido que el
origen mismo de su nombre se debe a sus anchos hombros.
Su ambición por la acción política lo lleva a recorrer todo el Mediterráneo ( se puede
decir que en esa época, dicho mar era todo el Mundo) siendo un acontecimiento
medular en su vida los tres viajes a Sicilia. En esa isla pretende desarrollar la tarea
política que no ha podido emprender en Atenas. En los años 377 y 361 a. C. hizo platón
sus famosos viajes a Siracusa para ayudar a su amigo Dión en la educación y guía del
Rey Dionisio I, en cuya ascensión al Trono vio lo que esperaba, es decir, la ocasión de
emprender una reforma política radical con un gobernante joven, dotado de poder
ilimitado y bien dispuesto a escuchar y aprovechar los consejos de un sabio estadista.
Si bien al principio Platón es bien recibido, la desconfianza de Dionisio I hacia quienes
lo rodean, hace que Platón descubra pronto que los informes acerca de la buena
disposición de Dionisio I eran equivocados. Para sacarse de encima al filósofo, el tirano
lo embarca a la fuerza en una nave espartana. En esos momentos Esparta y Atenas
están en guerra y el capitán del navío lo vende como esclavo. Para suerte de Platón, un
rico comerciante lo reconoce y lo rescata y compra su libertad.
Esta primera experiencia no desalienta a Platón, quien más tarde emprenderá la
segunda. En ese momento, sube al Trono Dionisio II y su amigo Dión lo vuelve a llamar.
Vuelve a fracasar la tentativa. Dión es desterrado y Platón regresa a Grecia.
Hace un tercer viaje a Siracusa para que Dionisio II reconsidere la sanción a Dión. La
misión resulta infructuosa y contribuye a agravar la situación de su amigo. Pero Dión
logra reunir un Ejército de griegos platónicos y derroca a Dionisio II. Rodeado de
sabios, se establece un gobierno Platónico, pero luego Dión es derrocado y es
asesinado.
Todas estas experiencias desafortunadas lo hacen caer a Platón en una amargura que
se traduce en sus estudios. Platón ha fracasado en el campo real y esto hace que se
aleje de la Ciudad terrenal y quiere seguir libremente el desarrollo de sus ideas
Platón funda una escuela llamada la Academia, nombre que proviene por haberse
instalado la escuela en los Jardines dedicados al héroe Academo. Fue un centro de
difusión de la enseñanza del arte político y su finalidad manifiesta es la formación de
asesores políticos.
Sus obras están escritas en forma dialogada, pretendiendo así , dar a su obra un
carácter literario. Lo que nos interesa a nosotros son las obras relacionadas con la
política y estas son tres: “La República”, “El Político” y “Las Leyes”. La Republica fue
escrita hacia la mitad de su vida, en cambio Las Leyes fueron redactadas hacia el final
de su existencia, de tal manera que se puede creer que no las terminó sino que fue un
secretario quien les dio el último toque. El Político fue escrito durante su juventud, un
libro no muy analizado, a pesar de su importante influjo-

La clave del pensamiento platónico: la clave se encuentra en su teoría sobre las ideas.
Para el filósofo el mundo sensible es un reflejo imperfecto del mundo de las ideas. Los
objetos que percibimos mediante los sentidos son la apariencia deformada de un
mundo inteligible. El conocimiento de los conceptos sólo puede hacerse mediante el
pensamiento. Lo que percibimos por medio de la visión es la sombra de las ideas. Las
ideas o las esencias existen con anterioridad a los objetos, razón por la cual, lo ideal no
sólo no es lo real sino que la evolución humana es un alejamiento de la perfección de
las ideas. Estas son universales, inmutables y eternas.
El propio Platón describe un paradigma para explicar en uno de los pasajes de La
República. Señala que en el fondo de una caverna, encadenados y de espaldas a la luz,
se encuentran unos hombres. Otros hombres están afuera y pasan por delante de la
caverna cargando estatuas cuyas sombras proyecta el sol sobre la caverna. Fatalmente
quienes están encerrados tomarán esas sombras de las estatuas por seres humanos y a
las voces de quienes, los llevan, por voces de aquellos seres. Con el transcurso del
tiempo llegarán a distinguir unas sombras de otras y a prever el orden en que irán
apareciendo. Estos hombres se sentirán orgullosos de lo que han aprendido, pero es el
conocimiento de las sombras. Y si alguno de esos hombres encadenados lograse
liberarse y poder llegar hasta la salida de la caverna y ver el mundo exterior la
verdadera realidad, luego al regresar contaría a los encadenados lo que vio, éstos no lo
creerían e, inclusive, lo castigarían por tratar de haber querido engañarlos cuando en
verdad les relataba la realidad.
El Estado Ideal: en La República, el tema central es la organización de un Estado Ideal,
cuya finalidad es la realización de la Justicia. El Estado tiene su origen en la diversidad
de necesidades y deseos humanos y para lograrlo es necesario asociar las fuerzas y
ayudarse mutuamente. La unidad del Estado debe ser el resultado de la armonía de las
voluntades y el equilibrio de los intereses. Esto es la realización de la Justicia.
En este Estado existen tres clases y que corresponden a las facultades del deseo, el
valor y la razón.
La clase animada por el deseo es amiga de la ganancia y comprende a los artesanos y
labradores. Tienen a la templanza por virtud y sus almas se componen del hierro y del
bronce. Esta clase tiene como finalidad la de satisfacer de las necesidades de vivir a
través de los bienes que producen.
La clase animada por el valor, despreciando el peligro y buscando la gloria es la de los
guerreros. Su virtud es el valor y sus almas están elaboradas por el metal de la plata.
Tienen por misión satisfacer las necesidades de defensa del Estado.
Finalmente, la tercera clase es la de los magistrados. Su virtud es la razón y la
prudencia. Sus almas están fabricadas por el oro y tienen como misión la de gobernar.
El Estado al mantener a cada uno en su puesto, contribuye a conservar el orden y la
unidad del país.
Llama la atención que en el estado platónico se podía existir sin los esclavos, ya que no
se menciona ningún trabajo que hicieran. No pudo Platón haber ignorado dicha
institución ni pretender abolirla, siendo en aquella época tan común. Lo probable es
que considerase a la esclavitud como una cosa de poca importancia.
La división del trabajo y la especialización de tareas son condiciones de la cooperación
social. El problema del gobernante es el de ordenar estas cuestiones del modo más
ventajoso. Para conseguir este resultado hay dos maneras de enfrentar el problema: se
deben eliminar los obstáculos o se deben crear condiciones políticas positivas.
Lo primero es a través del Comunismo Platónico. Lo segundo es mediante la
educación.
El Comunismo Platónico adopta dos formas principales. En primer lugar por la
prohibición de la propiedad privada, tanto de casas como de tierras, debiendo tener la
disposición de vivir en cuarteles. En segundo lugar por la abolición de las relaciones
monógamas que permita una procreación regulada.
En segundo lugar, la educación es dónde Platón ponía su mayor confianza. En efecto, la
educación es el medio positivo gracias al cual puede el gobernante modelar la
naturaleza humana en la dirección conveniente para producir un Estado armónico.
Señala que si los ciudadanos están bien educados, harán frente a las situaciones
difíciles conteniendo conforme se presenten. Dada la importancia de la educación en
el Estado platónico, esto hizo decir a Rousseau que “La República” era la obra más
grande jamás escrita en materia de educación hasta ese entonces.
Establecida esta importancia, Platón agrega que la educación no puede ser dejada en
manos privadas. Es tarea del Estado de proveer los medios necesarios y de ocuparse
de que los ciudadanos reciban efectivamente la preparación que necesitan .Tiene que
asegurarse de que la educación impartida sea congruente con la armonía y bienestar
del Estado. Su plan educativo se divide en dos partes: la educación elemental, que
comprende la preparación de los jóvenes hasta la edad de veinte años, y la educación
superior, destinada a aquellas selectas de ambos sexos que vayan a ser gobernantes,
la cual se extiende desde los veinte hasta los treinta y cinco años.
El Estado Ideal tiene, por lo tanto, las siguientes bases:
1) Está regulado por la Justicia, lo que significa la armonía de todas sus partes.
2) Cada ciudadano tiene una profesión y no varias. Esa profesión le es asignada
según una rígida selección de aptitudes y capacidades.
3) Hay un Ejército profesional para la defensa, una masa de trabajadores para la
subsistencia y una minoría compuesta de filósofos para el Gobierno del estado.
4) Todos los ciudadanos son hermanos. No existe propiedad privada ni familia que
originen conflicto de intereses.
5) La educación, bajo la vigilancia de los filósofos, prepara a cada ciudadano para
desempeñar la función asignada.
6) El Gobierno reside en una selecta Aristocracia, encargada de mantener la
armonía (o sea, la realización de la Justicia).

Las Formas de Gobierno: En varias obras Platón habla de las diversas formas de
Gobierno, pero lo hace en particular en “La República”, el “Político” y en “Las Leyes”.

Como se sabe, el diálogo de “La República” es una descripción del Estado ideal, que
tiene como fin la realización de la Justicia entendida como la atribución a cada cual de
la tarea que le compete con las propias aptitudes. Este Estado es una composición
orgánica de las tres clases: los gobernantes, los guerreros y los que se dedican a
trabajos productivos. Pero este Estado no ha existido hasta ahora en ningún lugar. Los
Estados que existen, o sea reales, son corruptos. Mientras el óptimo Estado es uno
solo porque una sola es la Constitución perfecta, los malos Estados son muchos.
En autores como Polibio y Aristóteles la Historia es una continua sucesión de formas
buenas y malas de Gobierno, en cambio, en Platón, se suceden solamente formas
malas. La Constitución buena no forma parte de esta sucesión. Se trata de un modelo y
que puede estar al principio o al final de la Historia.
Platón tiene una concepción benévola hacia el pasado y una mirada llena de miedo
hacia el futuro. Su concepción pesimista se produce por haber vivido en una época de
decadencia de la gloriosa Democracia ateniense y es por eso que investiga los
fenómenos de la degradación de la “polis”. Frente a la continua degradación de la
Historia, la salida no puede estar más que fuera de ella. Concretamente: se requiere un
cambio radical.
Las constituciones corruptas que Platón examina en orden decreciente son la
Timocracia, Oligarquía, Democracia y Tiranía .Se observa que faltan dos formas
tradicionales: la Monarquía y la Aristocracia. Se desprenden entonces que dos
pertenecen a la Constitución Ideal. Las otras cuatro son las reales y que se alejan en
mayor o menor medida de la primera.
De las cuatro formas corruptas hay tres que son las formas degradadas de las formas
tradicionales: la Oligarquía es la forma corrupta de la Aristocracia, La Democracia de la
Politeia (la forma buena del Gobierno del Pueblo) y la Tiranía de la Monarquía.
La Timocracia es un concepto que introduce Platón para designar una forma de
transición entre la Constitución Ideal y las tres formas malas tradicionales. En su época
la Timocracia la representaba Esparta. Si bien el Gobierno timocrático es el más
cercano al Ideal, tiene su vicio en honrar más a los guerreros que a los sabios.
La otra observación que hay que hacer es que la clasificación de otros autores, las
formas de Gobierno se alternan, de modo tal que de la forma buena viene la mala, en
cambio en Platón las formas corruptas aparecen en momentos de decadencia sin
alternarse. Es decir, se suceden así mismas en forma gradual y necesaria, hasta caer
en el grado más descendente.
Las cuatro formas corruptas están dominadas por pasiones: al Timocrático le
corresponde la ambición por más honor, para el Oligárquico es el ansia de la riqueza,
para es el deseo sin moderación por la libertad que se transforma en libertinaje y,
finalmente, para el Tiránico la pasión es el deseo de violencia.
La corrupción del Estado se manifiesta con la discordia que es el inicio de la
disgregación de la unidad. De la discordia nacen varios males: desmembramiento del
cuerpo social, la escisión en partes antagónicas, choque de facciones y, finalmente,
caer en la anarquía que es el peor de los males, ya que representa el fin del Estado.
El tema de la discordia es tratado como un malestar y es comparada al de una
enfermedad del cuerpo humano. Sucede que la Filosofía política es un claro ejemplo
de la teoría orgánica de la Sociedad, es decir, de la teoría según la cual el estado es
concebido como un verdadero organismo a imagen y semejanza del cuerpo humano.

Aristóteles

Aspectos de su vida: Aristóteles nació en Estagira, Ciudad de Tracia en el año 384 a.C. y
murió en Eubea en el año 322 a.C. A los dieciocho años ingresó en la Academia en la
que permaneció por espacio de veinte años hasta la muerte de Platón en el año 347
a.C. Cuatro años más tarde asumió el cargo de preceptor de Alejandro Magno.
Regresó a Atenas en el año 335 a. C. y en ese entonces fundó su propia escuela, el
Liceo.
Es autor de una inmensa producción científica, filosófica y política, siendo las obras de
“La Política”, “La Constitución de Atenas y “La Etica de Nicómaco” las más relevantes
para nuestro estudio.
“La Política” es el título de su tratado sobre la Ciencia Política. Se divide en ocho libros
cuya disposición originó muchos interrogantes. Pero en general se coincide con el
editor Werner Jaeger que en 1923 sostuvo que el Libro I es como una introducción,
que los Libros II, III, VII y VIII tratan del Estado ideal de Platón y que fueron escritos
poco tiempo después de la muerte de su maestro y que los Libros IV, V y VI son
posteriores a la fundación del Liceo y que tratan sobre los Estados reales, a las Formas
de Gobierno y a las Fuerzas que influyen sobre la organización del Estado.
El pensamiento político de Aristóteles presenta dos etapas distintas. Durante el primer
período las concepciones especulativas de Platón quitan vigor a sus ideas. En el
segundo, que comprende la época que comienza con la fundación de su escuela,
realiza estudios de Historia sobre las Constituciones griegas y su pensamiento se
emancipa y adquiere plenitud y originalidad.
“La Polis”: Sus concepciones sobre la organización política se cifran en “la Polis”, no
prestando mayor atención a las estructuras de los Reinos Orientales ni tampoco a la
organización imperial que Alejandro Magno había forjado después del triunfo sobre
Persia. La propia decadencia de la Ciudad-estado, no le impidió seguir admitiendo
como la forma perfecta y natural a “la Polis” griega.
Para Aristóteles “la Polis” es una Comunidad natural. El Estado es un hecho natural y el
hombre es por naturaleza un animal político destinado a vivir en Sociedad y el que no
forme parte de ninguna “Polis” es una bestia o un Dios.
Define a “la Polis” como “una Comunidad de iguales que aspira a la mejor vida”
El Gobierno preferible: Aristóteles distingue tres tipos de relaciones de Poder: a) la del
padre sobre el hijo b) la del amo sobre el esclavo y c) el del gobernante sobre el
gobernado. En las dos primeras la relación no es de iguales y se distinguen del tercero
por el tipo de interés que persiguen. Sucede que el interés que prima del poder en
relación a los hijos es el bienestar de éstos y el interés del amo sobre el esclavo es el
beneficio del primero. En cambio la relación política del Gobernante y el gobernado es
satisfacer el bien común de “la Polis” y, por lo tanto, requiere que sean “iguales y
libres”. Para que esto se concrete es preferible la sujeción del Gobierno a la ley y esto
no es producto de una liberalidad para con la imperfección humana como pretendía
Platón, sino un aspecto necesario de un Estado perfecto.
A partir de estas ideas, se plantea el problema de cuál Gobierno es preferible: si el
Gobierno de la Ley o el Gobierno de los hombres, encarnado en el gobernante sabio.
Así señala que la ley es “la razón desprovista de pasión” y tiene un valor impersonal
que, al asegurar la libertad e igualdad del gobernado frente al gobernante, hace que la
obediencia sea voluntaria, fundada en el consentimiento
Fundado en la ley, el Gobierno se orienta en interés del bien general y no en interés de
una clase o individuo y deja de tener el soporte de la fuerza. Es por eso que Aristóteles
expresa que “así como el hombre perfecto es el mejor de los animales, de parecida
manera cuando se aleja de la ley, es el peor de todos”
La ley, en razón de haber sido creada por la Asamblea, tiene un caudal de experiencia y
sabiduría que supera la de cualquier gobernante por más sabio que éste sea.
La finalidad del Estado es “la mejor vida posible”. Es un fin ético y que requiere que el
Estado posea todas las condiciones necesarias para satisfacer los requerimientos y
exigencias de esa finalidad.
Clasificación de las Formas de Gobierno: El término que Aristóteles usa para indicar a
la forma de gobierno es “politeia” que habitualmente es traducido como
“Constitución”. Define a la Constitución como la estructura que da orden a la Ciudad
estableciendo el funcionamiento de todos los cargos y sobre todo de la autoridad
soberana.
Aristóteles reitera que hay muchas constituciones diferentes y en consecuencia una de
las primeras tareas es describirlas y clasificarlas.
Así lo hace en el libro III de “La Política” y cuya cita completa dice:
“Ya que la constitución y gobierno significan lo mismo y el órgano de gobierno es el
poder soberano de la Ciudad, es necesario que el poder soberano sea ejercido por
una persona o unos pocos o la mayoría. Cuando el uno, pocos o la mayoría ejercen el
Poder en vista del interés general, entonces forzosamente esas Constituciones serán
rectas mientras que serán derivaciones los que atienden al interés particular de uno,
pocos o de la mayoría. Tenemos la costumbre de llamar “Monarquía” al gobierno
unipersonal que atiende el interés general y “Aristocracia” al gobierno de pocos
cuando se propone el bien común; cuando es el mayor número el que gobierna
atendiendo al interés general recibe el nombre común a todas las constituciones
“Polítia”. Las degeneraciones de las mencionadas son la “Tirania” de la Monarquía, la
“Oligarquía” de la Aristocracia y la” Democracia” de la Politia.”
Bobbio señala que son pocos renglones pero con gran concisión está presente la
célebre teoría de las Formas de Gobierno. Hay dos criterios fundamentales: “quién
gobierna” y “cómo gobierna”. Si se toma en cuenta “quién”, las Constituciones se
distinguen según si el Gobierno reside en una sola persona (Monarquía), en pocas
personas (aristocracia) o en muchas (politia). Con base al criterio de “como”, las
Constituciones son buenas o malas y como consecuencia a las tres primeras formas
buenas se contraponen y se agregan las tres malas (Tiranía, Oligarquía y Democracia).
El uso valorativo de una tipología no solo implica la distinción entre formas buenas y
malas, sino también una jerarquía entre ellas, o sea, la distinción entre formas mejores
y peores. El orden jerárquico sostenido por Aristóteles no difiere de Platón. Es el
mismo criterio de jerarquización: la peor forma es la degeneración de la mejor, en
consecuencia, las degeneraciones de las formas que siguen a la mejor son
paulatinamente menos graves.
En base a este criterio el orden jerárquico es la Monarquía, Aristocracia, Politia,
Democracia, Oligarquía y Tiranía. Se puede apreciar que la máxima diferencia está
entre la Monarquía y la Tiranía y, al contrario, la mínima diferencia se encuentra entre
la Politia y la Democracia. Esto explica por qué las dos formas de la Democracia pueden
haber sido llamadas con el mismo nombre, ya que estando una al final de la primera
serie y otra al principio de la segunda son tan parecidas que pueden confundirse
El criterio utilizado por Aristóteles para distinguir formas buenas y malas es diferente
al de Platón. No es el consenso o la fuerza, la legalidad o la ilegalidad, sino
principalmente el interés común o el individual. Las formas buenas son aquellas en las
cuales los gobernantes ejercen el Poder teniendo presente el interés público, en
cambio, en las malas los gobernantes ejercen el Poder de acuerdo al interés individual.
Este criterio se vincula a lo que dijimos antes en cuanto a que los individuos se reúnen
en la Ciudad y forman una Comunidad política para “vivir bien”. No es solamente vivir
en común. Se trata de una “vida buena” y para que sea realizado es necesario que los
ciudadanos persigan todos juntos el interés común. Cuando los gobernantes
aprovechan el Poder que recibieron o conquistaron para luchar por los intereses
particulares, la Comunidad Política se desvía de su objetivo y la forma política se
corrompe o degenera respecto de la forma pura.
LA ORGANIZACIÓN POLITICA DE ROMA

Introducción

El proceso de evolución política de Roma sigue las etapas por las que atravesaron las
Ciudades – Estados griegos. En su origen fue una Confederación de tribus que
adoptaron una organización de tipo patriarcal.

En la etapa de la Ciudad antigua existía un Rey patriarcal asistido por un consejo


formado por los jefes de las familias fundadoras y una Asamblea integrada por los
hombres libres. Su tránsito a Ciudad – estado es consecuencia de su crecimiento
interno y de las luchas por asegurar su predominio. Esto hizo necesario un mayor
grado de centralización con la afirmación del poder real. A la monarquía siguió la
República, con el ascenso al poder de la aristocracia patricia, bajo control popular y,
por último, llega el Imperio, con un gobierno unipersonal que en los últimos de su
existencia pasó a revertir carácter de Teocracia.

Estructura Económica

Por densidad de su vida urbana, la concentración de la riqueza y por su organización


social y económica. Roma fue la primera metrópolis de la Historia.

Su estructura se basó en la propiedad territorial y en el trabajo de los esclavos. La


riqueza mobiliaria provino del comercio, de los cargos públicos y de su arrendamiento.

Las conquistas fueron una fuente de riqueza y de prisioneros reducidos a la esclavitud,


destinados al trabajo de los campos, la artesanía y la industria. Cuando cesaron las
guerras de expansión, se trastornó la organización económica de tal modo que la crisis
pasó a ser un mal crónico de la estructura económica de Roma. La finalización de las
guerras de conquista significó la sustitución del Ejército de ciudadanos por un número
reducido de soldados profesionales y mercenarios, volcándose así una mano de obra
disponible, que ingresó la población urbana sin posibilidades de ocupación. Ese
contingente de ciudadanos libres pasó a revistar entre los pobres y los desocupados.
Por otra parte, Roma se vio obligada a importar productos, y pagarlos en metálico al
mismo tiempo que su población esclava disminuía. La construcción de la producción
agrícola por falta de mano de obra para el trabajo en los campos, contrastó con una
población urbana hambrienta y desocupada. Para resolver esa situación se creó el
Colonato, institución en virtud de la cual el ciudadano libre, convertido en colono,
debía trabajar la propiedad del terrateniente, recibiendo a cambio de su servicio
personal, una parcela de tierra y el uso común de las tierras de pastoreo. Pero esta
solución no dio los resultados esperados y la gravedad de la crisis obligó a imponer
formas de trabajo obligatorio que fueron insuficientes para evitar el deterioro de la
organización económica.

Su desintegración colocó a Roma en el duro camino de la anarquía, la inestabilidad


política, la disolución de las virtudes y el relajamiento de las costumbres.
Estructura Social

En cuanto a la estratificación social, en Roma existían los patricios, clase terrateniente


perteneciente por origen a las tribus fundadoras de la Ciudad. Este núcleo social, se
clasificó según un orden militar, luego de acuerdo a los impuestos por extensión de la
propiedad e ingreso agrícola y, por último, de acuerdo a los impuestos en términos de
dinero. El predominio social, económico y político de esta clase dio característico tinte
aristocrático a la organización romana.

En frente a los patricios se encontraba la clase de los plebeyos (la plebe), formada por
los restos de las poblaciones conquistadas y los ciudadanos degradados. Las rebeliones
de los plebeyos, su lucha por la igualdad social y política y sus logros progresivos
constituyeron dramáticos momentos de la lucha social.

Los ´plebeyos obtuvieron la ciudadanía y tuvieron acceso a las magistraturas. Con la


expansión del Imperio, se confirió ciudadanía a toda la población libre y Caracalla en el
año 212 amplió la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio.

El último estamento social eran los esclavos que estaban excluidos de toda
participación social.

Las Instituciones Políticas

Distintas clasificaciones se pueden hacer en el desarrollo institucional de Roma. Si


tomamos en cuenta la organización política, el proceso comprende tus fases: Ciudad
antigua, Ciudad – estado y Ciudad – Imperio. Si optamos por el criterio de las formas
de Gobierno, también distinguimos tres períodos: la Monarquía, la República y el
Imperio.

Según la forma de organización política: La Ciudad antigua romana estaba integrada


por asentamientos tribales en las colinas de la Ciudad. Estaba gobernada por un Rey
electivo, con funciones sacerdotales y militares. Este Rey, de carácter electivo, era
asistido por un Consejo formado por los ancianos jefes de los familiares nobles y la
Asamblea General constituida por los hombres libres de los clanes fundadores. Esta
Asamblea (ComitiaCuriata) tenía a su cargo la elección del monarca.

Cuando la Ciudad antigua se transforma en Ciudad – estado, aumentan los poderes del
Rey y el antiguo consejo se concierte en Senado. Este organismo estaba reservado a
los patricios, descendientes de las familias aristocráticas que se atribuían la fundación
de la Ciudad.

Como respuesta a los reclamos de participación política formulados por los plebeyos,
se crean los “Comitia Centuriata”, asamblea que intervenían, conjuntamente, patricios
y plebeyos.

Establecida la República y transferido el poder militar y civil del Rey a los dos Cónsules,
éstos son elegidos anualmente por los Comitia Centuriata, quien tiene además,
funciones de Tribunal Supremo en las causas criminales, la facultad de exigir cuentas a
los Cónsules y el poder de decisión sobre la guerra y la paz.

A su vez, la Comitia Curiata quedó reducida a intervenir en los asuntos religiosos.

Los Cónsules contaban con el auxilio de los Pretores, nombre en el que se designó a los
principales Jueces y a los Censores, a los cuales les estaba confiado el levantamiento
de censos, la evaluación de la propiedad imponible y la investigación de la conducta de
los ciudadanos.

La lucha entre patricios y plebeyos se torna muy enconada a partir del año 500 a. C. y
se extiende a lo largo de los dos siglos siguientes. Esto desemboca en la igualdad de los
derechos civiles y políticos. Se forjan nuevas magistraturas tales como los “Tribunos
del Pueblo”, que representaron a los plebeyos en sus demandas. También surge el
“Concilium plebis”, Asamblea en la que participaban las capas inferiores del pueblo y
que tenía como función nombrar a los Tribunos. Cuando se establece la igualdad de
derechos, los plebeyos pudieron participar, junto a los patricios, en el desempeño de
todos los cargos. Es entonces que el “Concilium plebis” tomó el nombre de Comitia
Curiata y se convirtió en el más importante órgano legislativo.

A su vez, el Senado adquiere forma por concentrar la sabiduría jurídica y la experiencia


política. Se encargaba de las relaciones internacionales, de la Hacienda y de lo relativo
a los privilegios sociales y políticos. Su condición de cuerpo consultivo permanente le
confiere extensos poderes.

Cuando Roma extiende sus conquistas y logra destruir a Cartago (su principal rival) se
transforma en Ciudad – Imperio, quedando el poder en manos del Imperator.

El Imperator, en sus orígenes, es el título dado para la guerra a un Jefe militar


supremo. Limitado a sus funciones, nada tenía de semejante con el Dictador, que era
una magistratura normal para situaciones de emergencia, que reemplazaba a los
Cónsules, por un plazo no mayor de seis meses, reuniendo en sus manos la máxima
autoridad del Estado.

Tanto el Imperator como el Dictador eran funcionarios dentro de la estructura política.


Lo mismo que los Cónsules o los Tribunos. Cuando Julio Cesar (año 49 a.C.), luego de
cruzar el Rubicán, lanzó un Ejército contra el Senado y se hizo nombrar dictador
perpetuo, Imperator, Cónsul por diez años y Tribuno con inmunidad sagrada, sentó las
bases de un Gobierno unipersonal.

La Ciudad – Estado, de estructura republicana, gradualmente pasó a ser Ciudad –


Imperio, ya que derivó en una estructura autocrática con una monarquía integral –
Octavio, primer Emperador de la familia de los Julios, se hizo llamar “Príncipes” o sea,
el primero entre iguales.

A partir de ese momento, se opera un proceso de centralización administrativa y


política que hizo posible que un solo individuo pudiera ejercer el Gobierno del Imperio.
En el orden externo, se organizaron en Provincias los territorios conquistados y su
Gobierno fue confiado a nuevos magistrados. Surgieron los Pre cónsules y los
Propretores, con facultades civiles y políticas. En lo interno, las magistraturas
perdieron funciones hasta perder toda significación, salvo el Senado que mantuvo las
iniciativas en materia jurídica. El proceso se completas cuando a partir de Diocleciano,
el Senado queda reducido a tareas municipales.

Cuando los Emperadores se hicieron deificar, la teoría de la delegación, por la cual


todos los poderes derivaban de la voluntad del pueblo, es sustituida por la del origen
divino de la autoridad. La Ciudad – Imperio se proyecta con los caracteres de Imperio
Universal.

Según las formas de Gobierno: teniendo en cuenta la forma de Gobierno, es frecuente


distinguir en el desarrollo institucional en tres períodos
a) La Monarquía: comprende tanto a la organización de las tribus o poblados
primitivos (Siglo X a.C.) como a la Monarquía de los tiempos primitivos o etrusca
(Siglo VII y VI) con un Rey electivo, un Senado y una Asamblea Popular. Finaliza en
el año 509 a.C. con el asesinato de Tarquino el Soberbio.
b) La República: abarca tres formas de organización: a) la República patricia (Siglo V
a.C), cuyos órganos eran los dos Cónsules, los Comicios Curiales y Centuriados y el
Senado; b) la República patricio-plebeya o aristocracia de fortuna (Siglo IV y III a. C.)
con el funcionamiento de las magistraturas encabezadas por los dos Cónsules,
auxiliados por Pretores y Censores, las Asambleas (Comitia Curiata, Comitia
Centuriata y Comitia Tributa), el Dictador, para los casos de emergencia, y
finalmente, el Senado; c) la República oligárquica (Siglo II a. C.) con el
desplazamiento de la clase terrateniente y el apoderamiento del Poder por parte
de los propietarios de dinero y riqueza mobiliaria.
c) El Imperio: que se divide en a) Principado (Siglos I y II d. C.) y b) el Dominado: a
partir de Diocleciano, con la centralización burocrática y la concentración en una
sola mano de todo el Poder político.
PENSAMIENTO POLITICO ROMANO

POLIBIO

Polibio (alrededor de 200 aC a 118 aC) historiador de origen griego, elaboró la teoría de los
ciclos políticos en base a las formas de gobierno de Aristóteles. Formas puras, las que tienden
al bienestar general, monarquía, aristocracia y democracia, formas impuras las que procuran el
bienestar de algunos, sin preocuparse de los demás o a costa de los demás, tiranía, oligarquía y
demagogia. Según Polibio, el ciclo comienza con un Rey fundador, hombre fuerte para
conducir el Estado. Al tiempo luego de distintos monarcas, los sucede un Rey tirano. Cansados
los mejores ciudadanos de esta tiranía deciden derrocarlo e instaurar la aristocracia, el
gobierno de unos pocos, un Consejo o una Junta de gobierno, en el caso de Roma el gobierno
del Senado. Al cabo del tiempo la aristocracia degenera en oligarquía, dando lugar a que el
pueblo se rebele estableciendo la democracia, el gobierno de Asamblea. Sucede luego que un
dirigente destacado convence a la asamblea de incrementar los impuestos y repartir el
producido entre la gente para conseguir su apoyo y permanecer en el poder en provecho
propio. Tal actitud genera disputas sociales y consecuentemente una crisis de gobernabilidad.
Agotadas las fuerzas en la guerra civil, la gente convoca a un hombre fuerte para que ponga
orden al caos existente, reanudándose así el ciclo. Polibio piensa que una forma mixta de
gobierno puede poner fin a los ciclos políticos y encuentra en la República de 1 Guía preparada
por el Profesor Daniel Baraglia sobre la base de los siguientes autores: Bear, Mary SPQR una
historia de la antigua Roma. Critica Barcelona. 2017. Durant, Will. Héroes de la Historia.
Sudamericana 1999. Mc Nail Burns, Eduard. Historia de Occidente. Peuser Bs. As. 1980. Petit,
Eugène. Tratado elemental de Derecho Romano. Editorial Porrúa. Méjico. 2007 Roma esa
forma. Los Cónsules representan la monarquía, el Senado la aristocracia y las Asambleas la
democracia

CICERON

Marco Tulio Cicerón (106 43 a.C.) fue un jurista, un político y un orador extraordinario.
Fue considerado la figura más representativa des u época después de César. En sus
libros de “De República” y “De Legibus” expones su pensamiento. De la primera se
conoce que se compone de seis libros pero solo se recuperó el libro I, parte del libro II
y fragmentos del libro III.

Cicerón se adscribe a la Teoría de Polibio sobre el Gobierno moderado, en sus ideas


están siempre presentes Platón y Aristóteles, trazó una historia de Roma y de sus
instituciones.

“La República “de Cicerón guarda semejanza con la de Platón, no sólo por el título sino
por tratar de los principios fundamentales de todo Estado.

Define al Estado como “res populi” o sea, cosa del pueblo. Señala que “la República es
cosa del pueblo y pueblo no es toda reunión de hombres congregados de cualquier
manera, sino una Sociedad formada bajo la garantía de las leyes y con cualquier objeto
de utilidad común.
La finalidad del Estado es el bien del pueblo, cualquiera sea su forma de gobierno.
Sigue la clasificación aristotélica, pero se aparta de la distinción entre formas puras e
impuras.

La Monarquía es el Gobierno de uno. Ven en el Rey una figura paternal, como un jefe
de familia que trata a sus conciudadanos como si fueran hijos, no como esclavos, y
considera que la Monarquía se funda en el principio del amor.

La Aristocracia es el Gobierno de pocos y su fundamento reside en la moderación.

Finalmente, la Democracia es el Gobierno de muchos. En ella hay libertad e igualdad.


En la Democracia el pueblo dispone de todo y su fundamento es la libertad.

Cicerón concluye que la mejor forma de gobierno es la mixta, donde un poder


supremo y real unido a la autoridad de una clase distinguida y a cierta libertad del
pueblo, satisfaciendo la necesidad de orden y de igualdad. Este Gobierno le parece,
por su estructura flexible y moderada, el más duradero de todos.

Sobre la igualdad dice que la Ley es el vínculo de la sociedad civil y el derecho que
concede la ley es igual para todos. Agrega que si no se quiere establecer la igualdad de
fortunas, si es imposible la de los talentos, al menos debe establecerse la igualdad de
derechos entre todos los ciudadanos de una misma República.

Con respecto al establecimiento de los Gobiernos, indica que si el tirano o el Rey cae
bajo el esfuerzo de las aristócratas se establece un Gobierno formado por los
ciudadanos principales que cuida los intereses generales. Si, en cambio, es el pueblo el
que derroca al Monarca o al tirano y gobierna con moderación, impera la razón. Pero si
el pueblo ha derramado la sangre de los nobles y entrega la República a sus pasiones y
llega con sus excesos hasta el desprecio de las leyes, no tarda en surgir la tiranía
extrema.

En el libro “De Legibus” (o De las Leyes), Cicerón trata el derecho, exponiendo su


pensamiento acerca de la naturaleza de la Ley. El derecho no nace de los edictos de los
Pretores ni de la voluntad del pueblo en las Asambleas, sino de la existencia en los
hombres de una razón común. La Ley se encuentra en la naturaleza y de ella emana. La
razón es la Ley y la Ley justa es el Derecho. El derecho como la razón son universales y
eternos. La verdad no es otra cosa que “naturaleza perfeccionada por la razón”. De
esta forma hay Derecho Natural cuyos principios de justicia y razón son supremos y
universales por derivar de la Naturaleza.
EL CRISTIANISMO

Introducción

El advenimiento de Jesucristo, que sucedió en los primeros años del Imperio Romano,
señala el suceso más trascendente en la Historia de la Civilización. Su doctrina originó
un gran movimiento espiritual.
El romano de la época Imperial dedicaba su vida al servicio del Estado y a los placeres
terrenales. Había que ser un buen ciudadano y luchar por el engrandecimiento de
Roma. La religión romana carecía de toda enseñanza moral y el interés material era el
único lazo de unión entre la divinidad y el creyente. Los Dioses no guiaban las
conciencias y sólo el temor llevaba al pueblo ante el altar, donde solicitaba la
protección por medio de groseros sacrificios.
Como consecuencia de las conquistas, penetran en Roma diversos cultos orientales,
que debilitaron aún más el respeto hacia los Dioses tradicionales.
A mediados del Siglo I de nuestra Era, comenzaron a llegar a Roma –procedentes de
Judea- las primeras noticia sobre el Cristianismo. Los esclavos abrazaron con celeridad
la nueva doctrina, que luego se extendió, a pesar de las persecuciones, a todas las
clases sociales del Imperio.

Contenido de la Doctrina Cristiana

La Doctrina y Moral predicadas por Cristo originaron una nueva religión, que se llamó
Cristianismo y cuyo emblema fue la Cruz, en que murió Jesús.
Jesús enseñó la existencia de un solo Dios eterno e inmaterial y todopoderoso. El
cristiano cree en la inmortalidad del alma y debe amar a Dios sobre todas las cosas y al
prójimo como a sí mismo. Uno de los caracteres más destacados del Cristianismo es la
infinita bondad del Padre que está en los cielos. En su nombre, Jesús pronunció el
Sermón de la Montaña, que determina las bendiciones divinas para todos los hombres.
En la práctica es un resumen de la Doctrina.
El cristiano cree firmemente en tres misterios de la fe verdades que están fuera del
alcance de la razón humana.
1) El misterio de la Trinidad. Existe un solo Dios, creador y omnipotente, pero son
tres personas distintas, aunque iguales entre sí: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
2) El Misterio de la Encarnación: un Dios (Jesucristo) que sin perder sus atributos
divinos, se encarna en el seno de una madre Virgen y crece, trabaja y sufre por
todos los hombres.
3) El Misterio de la Redención. El hijo de Dios muere crucificado y vierte su sangre
inocente, para purgar los pecados de la humanidad.
Mientras los griegos y los romanos rendían culto a una serie de ritos, el Cristianismo
estableció un dogma que cambió la forma de adoración. En vez de las frías divinidades
paganas, mostró un Dios bondadoso que no tenía pueblo y raza privilegiados.
Proclamó la fraternidad universal que no excluye a nadie, ni siquiera a los enemigos y
enseño el respeto a los deberes sociales: la caridad, la solidaridad, la misericordia y el
perdón de las injurias.
La Iglesia Primitiva

Después de la crucifixión de Cristo, los apóstoles comenzaron a predicar la religión,


primero en los alrededores de Jerusalén, luego por las comunidades judías orientales y
finalmente por todo el mundo greco-romano.
Según consta en los Evangelios, Cristo distinguió al apóstol San Pedro sobre los demás:
“Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Luego de una prolongada
permanencia en Jerusalén y Antioquía, el apóstol se trasladó a Italia donde las
primeras Iglesias y combatió el paganismo.
Gran importancia en la Historia del Cristianismo tiene la conversión del judío Saulo de
Tarso. En principio, fue enemigo de los discípulos de Cristo. Pero ante una aparición, se
convirtió y bajo el nombre de Pablo, recorrió durante treinta años el Mundo Antiguo,
predicando la palabra de Dios. Este viajero infatigable, visitó los más lejanos confines
del Imperio y logró numerosas conversiones. Finalmente fue apresado y sufrió el
martirio junto con San Pedro (año 67).
La persuasiva palabra de los apóstoles tuvo rápida aceptación entre los humildes,
obreros y esclavos. Así surgieron las primeras comunidades cristianas. Antes de
retirarse de una población para continuar su prédica, los misioneros dejaban
organizados a todos los partidarios de Cristo, en una Asamblea o Iglesia, cuyos
integrantes se llamaban “Hermanos”. Estos llevaban una vida austera y se reunían
diariamente para celebrar un culto sencillo.
Con el tiempo, aparecieron las “Provincias Eclesiástica”, cuyos límites coincidían con
las del Imperio, luego varias Provincias formaron circunscripciones más extensas,
regidas por un Patriarca.

El Clero

La Iglesia primitiva, como toda sociedad organizada tuvo sus dirigentes. La


organización eclesiástica se presenta con caracteres bien definidos a partir del Siglo II.

Entre los cristianos se distinguían los ancianos o presbíteros, que vivían dedicados a la
alta misión de propagar la fe y los simples fieles o laicos, que ayudaban a los primeros
con diversas limosnas.

En cada Ciudad el Jefe de la Asamblea de fieles o Iglesia era el Obispo, considerado el


sucesor de los Apóstoles, el cual dependía del que residía en Roma. El Obispo de Roma,
llamado Papa fue considerado Jefe de la religión cristiana en el año 455.

Auxiliares de los Obispos y de los Presbíteros eran los Diáconos quienes administraban
los bienes y distribuían las ofrendas entre los pobres. Posteriormente se crearon los
Arcedianos, cuya misión era ayudar a los Diáconos.
LA PATRISTICA – SAN AGUSTIN

Los Primeros Padres

En general dentro de la denominación de “Padres de la Iglesia” se incluye a todos


aquellos escritores eclesiásticos que durante los primeros siglos de la Era Cristiana
dedicaron sus trabajos a la defensa del dogma católico, mostrándose como verdaderos
ejemplos de la virtud cristiana. Se destacan en Oriente San Atanasio, San Basilio, San
Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo. En Occidente se encuentran San
Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno.
Durante los primeros Siglos de su desarrollo (Ver en Cristianismo, La Iglesia Primitiva),
el Cristianismo se mantiene ajeno a la política, dentro de su ideal moral y de acuerdo
con la enseñanza de Jesús y sus Apóstoles. Pero a partir del Siglo IV, desde que se
convierte en religión oficial del Estado romano (año 392 con un Edicto establecido por
el Emperador Teodosio I) adquiere una importancia que provoca la intervención de la
Iglesia en los asuntos temporales y entonces es cuando se destacan los escritos de los
Padres de la Iglesia.
En dicho Siglo, San Ambrosio insinúa ya la lucha que luego ha de ser sangrienta, por
cuanto pretende señalar una esfera de autoridad: “la autoridad de la Iglesia es total
sobre los espíritus cristianos y el Emperador, como miembro de ella, le debe
acatamiento dentro de la fe. Es así que la Iglesia puede regir la vida espiritual del
Emperador, pero ésta no puede regir a aquella”. Señala así, el caso del Emperador
Teodosio a quien San Ambrosio, entonces Obispo, negó la Eucaristía en razón de las
crueldades cometidas contra los herejes y el excomulgado debió arrepentirse,
admitiendo el poder de la Iglesia sobre los cristianos..
San Ambrosio siguió idéntica conducta frente a Valentiniano, quién pretendió
imponérsele con la orden de abandonar la Ciudad y ceder un templo a los herejes
arrianos. San Ambrosio se negó desconociendo la jurisdicción temporal en la materia,
fijando en estos términos los límites: “El Emperador tiene la facultad de imponer
tributos aún a las tierras de la Iglesia, pero al templo de Dios. Los palacios son del
Emperador, como las Iglesias son del sacerdote”. Y agrega: “lo que es divino no está
sujeto al poder Imperial”.
George Sabine señala que San Ambrosio no discutió en modo alguno el deber de
obediencia a la autoridad civil, pero afirmó que no era un derecho sino un deber de los
Obispos responder a los gobernantes seculares en materia de Moral.
En el Siglo VI, San Gregorio Magno encarece la superioridad de lo espiritual sobre lo
temporal, sosteniendo así, en materia de Poder,” la teoría de la obediencia pasiva”,
que se concreta con la idea de que si bien no existe otra ley legítima que la impuesta
por Dios, todo avance del poder temporal sobre ella no debe provocar en los fieles
otra actitud que la protesta íntima.
La política de la Patrística se conforma con las ideas de San Pablo, que es, a su vez la
doctrina de Jesús y de sus apóstoles: obediencia al Estado en todo lo que no era
contrario a la ly de Dios, en forma de que la resistencia cabe únicamente ante el
mandato temporal opuesto a la ley divina, sin que ni, aú que gn entonces, queda la
actitud de rebeldía contra los indignos, cuyo castigo se representará por la expulsión
que hará la Iglesia, mientras que a los fieles sólo corresponde la súplica.
San Agustín

El pensador cristiano más importante de la época fue San Agustín (nació en Numidia,
Norte de Africa en el año 354 y falleció en el año 430 de nuestra Era). Fue discípulo de
San Ambrosio. Su filosofía es poco sistemática, pero su saber abarcó toda la
Antigüedad y se transmitió a la Edad Media a través de él.
Su gran libro, “la Ciudad De Dios”, fue escrito entre los años 413 y 426 para defender el
Cristianismo contra la acusación pagana de que aquél era responsable de la
decadencia del Poder de Roma y en particular del saqueo de la Ciudad por Alarico, Rey
de los Visigodos, en el año 410
Según San Agustín, la naturaleza humana es doble: el hombre es espíritu y cuerpo y,
por lo tanto, es a la vez ciudadano de este Mundo y de la Ciudad Celestial. El hecho
fundamental de la vida humana es la división de los intereses de los hombres: de un
lado los intereses terrenos centrados alrededor del cuerpo y por el otro, los intereses
ultraterrenos que pertenecen específicamente al alma. Esta distinción no es nueva, ya
se encontraba en los cimientos de todo el pensamiento cristiano.
Sin embargo, San Agustín hizo de la distinción la clave para comprender la historia
humana que está y estará siempre dominada por la lucha entre las dos sociedades. La
primera es la fundada en los impulsos terrenales donde reina Satán y se encuentra
representado en los Imperios paganos de Asiria y Roma. La segunda está fundada en la
esperanza de la paz celestial ya salvación espiritual y donde reina Cristo, encarnado,
primero por el pueblo hebreo y después en la Iglesia y el Imperio cristiano. Sólo en la
Ciudad de Dios es posible la paz y sólo el Reino Espiritual es permanente. Esta es, pues
la interpretación agustiniana de la caída de Roma: todos los Reinos meramente
terrenos tienen que desaparecer, ya que el Poder terrenal es mudable e inestable,
puesto que se basan en aspectos humanos que producen la guerra y la red de
dominación.
Pero cabe advertir que para San Agustín no era la que la Ciudad terrena o la Ciudad de
Dios pudieran identificarse de modo preciso con las instituciones, las dos sociedades
de Dios y aún menos era el Gobierno secular el Reino del Mal. San Agustín creía que
“la potestades son de Dios y, por lo tanto, están ordenadas” En consecuencia, no
consideraba a las dos ciudades como visiblemente separadas. La Ciudad terrena era el
Reino del Diablo y de todos los hombres malos; la Ciudad Celestial, era la comunión de
los redimidos en este Mundo y en el futuro. En toda la vida terrenal, las dos
Sociedades se encuentran mezcladas, para no separarse sino en el Juicio Final.
San Agustín concebía al Reino del Mal como representado por los Imperios paganos
aunque no exactamente identificado con ellos y concebía a la Iglesia como la
representación de la Ciudad de Dios, aunque éste no podía identificarse totalmente
con la organización eclesiástica. Esto ha sido esencial para entender que el
pensamiento agustiniano permitió a concebir a la Iglesia como una Institución
organizada para la salvación humana y actuar como la unión social de todos los
verdaderos creyentes y por lo cual se podría operar en la Historia humana la gracia de
Dios. De ahí se deduce que la aparición de la Iglesia cristiana es el punto culminante de
la Historia en la lucha entre los poderes del Bien y del Mal. Por lo tanto, la salvación
humana está ligada con los intereses de la Iglesia y, en consecuencia, esos intereses
son preponderantes sobre cualquiera.
La conclusión es que San Agustín desemboca en la necesidad que una verdadera
República sea Cristiana. Se opone a la idea de una República cuya tarea es realizar la
Justicia (la definición romana de Justicia consistía en “dar a cada uno lo suyo”). Sostuvo
que ningún Imperio pagano podía ser capaz de realizarla. Es una contradicción en los
términos decir que un Estado puede dar cada uno lo suyo mientras que su Constitución
misma niega a Dios la adoración que se debe.
La filosofía agustiniana explica que los Estados precristianos no cumplieron
cabalmente con su función. Un Estado justo tiene que ser un Estado en el que se
enseñe la creencia en la verdadera religión. Después del advenimiento del
Cristianismo, ningún Estado puede ser justo, a menos que sea también cristiano y un
Gobierno considerado aparte de su relación con la Iglesia estaría desprovisto de
Justicia. Así es que el carácter Cristiano de un Gobierno llevaba implícitamente
también la finalidad de realizar la Justicia y el Derecho.
El ejercicio del Poder, para San Agustín, abarca tres áreas: l)” el officiumimperandi” : es
la actividad que debe cumplirse en el servicio del Gobierno, sin mediocridad ni
desfallecimiento, con fuerza y prudencia, evitando la soberbia, la concupiscencia y el
orgullo 2) “el officiumprovidendi”: consiste en discernir los verdaderos intereses del
Estado, previendo las necesidades de la Comunidad 3) “el officiumconsulendi”: está
referido al rol de consejero del Pueblo.
Finalmente, San Agustín distingue entre la ley Eterna, concebida como la voluntad de
Dios y que manda que se conserve el orden natural y que prohíbe su perturbación; la
ley Natural que consiste en la grabación de la ley Eterna en el hombre y, por último, la
ley Temporal que es la sancionada por los hombres y que sólo es tal en la medida en
que observe los preceptos de Justicia derivado de la ley Natural.

LA ESCOLÁSTICA

Se conoce como Escolástica o Filosofía Escolástica a la doctrina del


pensamiento teológico y filosófico emprendida por el mundo de la Antigüedad Clásica
para explicar el fenómeno religioso del Cristianismo, y que se impuso durante todo
el Medioevo como la principal corriente de enseñanza en universidades, escuelas
catedralicias y otras formas de estudio.

La Escolástica partía de la convivencia de la fe y la razón, favoreciendo siempre a la


primera, y su modelo de enseñanza consistía en la repetición de los textos antiguos, más
que nada de La Biblia, a pesar de lo cual acogió en su seno corrientes culturales muy
diversas, como la judía, la árabe y la grecolatina.

Esto supuso el abandono de las ciencias empíricas y la experimentación .Esto valió


llamar a la Edad Media como el Oscurantismo.

Sin embargo, la Escolástica jugó un rol importante en la construcción del discurso


académico Occidental, en la medida en que implantó la necesidad de un esquema
rígido del discurso y la lógica que soportara las refutaciones y críticas hechas por
tercero.
Origen y Antecedentes de la Escolástica

La palabra Escolástica proviene del griego scholastikos que alude al tiempo libre, de


ocio, aparte de las actividades cotidianas, que era dedicado al aprendizaje.

Este término se implantó durante la Edad Media para referir al modelo de tiempo


libre para la reflexión y el estudio inherente al modelo académico del cual permanecen
aún hoy en día elementos.

Está emparentado con la etimología de las palabras “escuela” (scholae) y “escolar”.

La Escolástica se sustentó más que nada en la tradición filosófica grecolatina, de la


cual heredó las obras de Platón y Aristóteles, fundadoras de una lógica y un método
de razonamiento únicos en su contexto.

Sobre todo los trabajos de este último se mantuvieron vigentes hasta entrado
el Renacimiento, cuando fueron puestos en tela de juicio por los estudios
de Copérnico y de Galileo Galilei.

Sin embargo, dichas enseñanzas debían conciliarse con lo contenido en los textos


bíblicos de origen judaico, lo cual significaba una operación de traducción que sólo
podía sustentarse en el compromiso de la fe.

Principios y método de la Escolástica

Los principios fundamentales de la filosofía escolástica eran el ordenamiento y


conciliación de las grandes preguntas trascendentales heredadas de la antigüedad
grecorromana, vigentes en los tiempos del Imperio Romano, en búsqueda de una
conciliación con los preceptos de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.

Esto, en principio, significaba tomar los métodos aristotélicos y aplicarlos al nuevo


imaginario religioso que el cristianismo impuso en Occidente.

Así, la escolástica cultivó el silogismo aristotélico, entre otras ideas provenientes


siempre de textos heredados. El empirismo, la exploración directa con la realidad, no
fueron vertientes favorecidas en su filosofía.

Se llamó “Método Escolástico” al modelo de enseñanza que rigió la Edad Media y que
caracterizó a esta doctrina filosófica. Se caracterizó por su extraordinario rigor en el
planteamiento y la defensa de las ideas expuestas, mediante un procedimiento de tres
pasos:
  Lectura. Se basaba en la creación de comentarios más o menos literales (se
denominaban litera para una copia literal, sensus para extraer el sentido
y sententia para formular una conclusión) de textos de autoridad, como
tratados teológicos o fragmentos bíblicos. Enseñar era enseñar a leer.

 Pregunta. El cuestionamiento de los textos no era propiamente crítico, sino


más bien se ocupaba de comparar las versiones existentes de ellos y resolver
posibles dudas, contradicciones o diferencias interpretativas respecto a su
significado.

 Discusión Se trata de un método dialéctico de exposición de las ideas


comprendidas en la lectura de los textos, que debía ser expuesta frente a los
otros académicos y defendida de posibles contra argumentaciones en forma
oral.

Etapas de la Escolástica

La evolución de la escolástica se compone de tres etapas, reconocibles a partir de la


manera de entender la dialéctica entre razón y fe, entre los siglos XI y XV, en el
período del poder papal centralista, época de las Cruzadas y el resurgimiento de
las Ciudades.

El debate en torno a razón y fe pasa de sus etapas de identificación inicial (pues para
los religiosos eran una sola cosa), a una segunda fase en que ambas tienen una especie
de zona común, preludio de la separación que vendrá después entre razón y fe
(filosofía y teología). Dicho proceso se compone de tres etapas:

 La cuestión de los universales. Del siglo IX al siglo XII, en la que se opusieron


los realistas a los nominalistas y los conceptualistas.
 El apogeo de la escolástica. Durante el siglo XIII tendrá su punto más alto la
Escolástica, con la recuperación de Aristóteles por parte de textos judíos y
árabes, pero también por traducciones del griego al latín.
 Separación entre razón y fe. Esto ocurre en el siglo XV, cuando se empieza a
cuestionar la inteligibilidad del Mundo y de Dios.

La segunda Escolástica

En la España de los siglos XV y XVI la Escolástica tendrá un resurgimiento, con el


renovado espíritu de la época, aunque asociada en particular con las órdenes jesuita
y demonica de la Iglesia.
Uno de los máximos exponentes de esta segunda escolástica será Francisco Suárez
(1548-1617), quien resumirá y modernizará la tradición escolástica anterior y establece
las bases para el “iusnaturalismo” del jurista holandés Hugo Grociosiglo XX

Representantes de la Escolástica

Los principales exponentes de la escolástica en sus diversas épocas son San Anselmo


de Canterbury (1033-1109), Pedro Abelardo (1079-1142) y los integrantes de la
Escuela de Chartres del siglo XII.

Posteriormente aparecerían Alberto Magno (1206-1280), primero en reintroducir a


Aristóteles en la Escolástica; Santo Tomás de Aquino (1225-1274), autor de la
célebre Summa teologica (escrita entre 1265 y 1274), siendo la obra más famosa de la
teología medieval.

En el siglo XIV aparecería Juan Duns Escoto (1266-1308), franciscano escocés, y luego


Guillermo de Ockham (1290-1349), célebre por su principio de “La navaja de Ockham”.

Importancia y fin de la Escolástica. 

La escolástica será una doctrina clave en la formación de la academia moderna y del


pensamiento filosófico contemporáneo, sobre todo a partir de sus métodos de rigor en
la lectura, exposición y contraposición de textos.

La posibilidad de separar la filosofía (razón) y la teología (fe), es un preludio al


pensamiento renacentista y moderno que llevaría a separar
la administración del Estado y la jerarquía eclesiástica, vale decir, a escindir Estado e
Iglesia como dos organismos diferenciados.

La Escolástica entrará en crisis como filosofía imperante en Occidente alrededor del


siglo XIV, y paulatinamente cederá su lugar a otras tendencias y doctrinas, en la misma
medida en que la Teología dejaría de ser una Ciencia.
SANTO TOMAS

Nacido en Rocasecca, cerca de Nápoles en el año 1225 y entre las obras que mayor
significación tienen para la Historia de las ideas políticas debemos mencionar:
“Comentarios a cuatro libros sentenciarios de Pedro Lombardo”, “Comentarios a la
Etica de Aristóteles”, “Sobre el Régimen de los Judíos”, “El Régimen de los Príncipes”,
“La Suma Teológica”, “Los Comentarios a la Política de Aristóteles” y “La Suma contra
los Gentiles”
El mérito de este autor consiste en el esfuerzo de conciliación entre el Aristotelismo y
el Cristianismo. La esencia de la Filosofía tomista es el intento de realizar una síntesis
universal y un sistema omnicomprensivo en la búsqueda de la armonía y la
coincidencia.
Santo Tomás considera que el hombre es un animal social y político. Fiel a Aristóteles,
afirma que la causa eficiente del Estado deriva de la naturaleza social, racional y libre
del hombre. La vida social y política es un modo de existencia propia del hombre. Por
esto, el Estado no es un producto artificial sino natural que adopta una u otra
conformación histórica a través de procesos regulados por la razón y la voluntad de los
hombres. Termina el Estado siendo conjuntamente un producto del instinto social y de
la industria del hombre.
El sistema tomista es eminentemente finalista. Todos los entes existen como
consecuencia de algo (causa eficiente) y para algo (causa final). El universo no es
sinónimo de caos sino de orden. En función de ese orden, todas las cosas tienen
prescripto un fin. La noción de bien deriva de la adecuación entre el ser de una cosa y
el fin a que la misma tiende.
Hay fines que conciernen a la vida individual (ética monástica) a la familiar (ética
económica) y a las formas plenarias de la vida en común (ética política)
Para Santo Tomás el fin del Estado es un bien común. Entonces, el bien común es el
conjunto de elementos y condiciones que favorecen el pleno desarrollo de la persona
humana.
Para este autor, el bien privado de los individuos es distinto del bien común pero
ambos se encuentran estrechamente vinculados hasta el extremo de que quien
procura el bien común procura también el suyo propio. En caso de plantearse una
colisión entre ambos debe resolverse a favor del bien común. Esto es válido en el plano
temporal, porque el bien común se encuentra subordinado al fin religioso.
En el enfoque tomista jamás podrá imponerse nada en nombre del bien común y que
resulte lesivo para la salvación eterna. Con este criterio, Santo Tomás quiere cerrar el
paso a toda interpretación totalitaria del hombre y del Estado.
Santo Tomás expone en la Suma Teológica su concepto sobre la propiedad. La misma
se encuentra influida por Aristóteles y por la tradición cristiana. Es partidario de la
propiedad privada. Invoca tres razones. En primer lugar, la propiedad privada es un
estímulo para la producción, pues cada uno es más solicito en obtener lo que le
interesa a él solo, que lo que es común a todos. En segundo lugar, es más fácil ordenar
la Sociedad si a cada uno, se le asigna un cuidado, que si se deja a todos que
indistintamente se ocupen de todo. En tercer lugar, la propiedad privada es una
garantía de paz social, ya que se conserva más pacíficamente la convivencia humana
teniendo cada uno lo suyo
Santo Tomás considera que Dios es la causa primera del Poder. La titularidad del
mismo corresponde a la comunidad política que no puede ejercerlo por sí misma y
debe determinar quién y cómo ha de ejercerse. También debe evaluarse la legitimidad
de cualquier Poder y, por lo tanto, debe evaluarse la Justicia de su adquisición y de su
ejercicio. El Poder puede ser ilegítimo porque quién lo ejerce carece de título válido,
incurriendo en la tiranía. Los gobernantes actúan como gerentes de la comunidad. Esto
lleva a los dos grandes sectores en que se divide las formas de Estado: formas puras y
formas impuras. Las puras son las correctas y las impuras son las que no tiendan al
bien común. Es decir, el Aquinatense sigue a Aristóteles. Las puras son la Monarquía, la
Aristocracia y la Democracia. A su vez, las impuras son la Tiranía, la Oligarquía y la
Demagogia. Santo Tomás emplea el termino Tiranía frecuentemente para englobar a
todas las formas corruptas.
Santo Tomás se inclina por la Monarquía como la forma de Gobierno mejor
teóricamente. A su vez, considera que de las formas corruptas la más soportable es la
Demagogia, siendo la peor la Tiranía de uno. Sin embargo, desde un punto de vista
práctico, sostiene que lo más plausible es una forma mixta. Así sostiene que la mejor
forma de Gobierno es aquella en que sea puesto al frente sea uno y que le colaboren
magistrados principales y que todos puedan elegir y ser elegidos. Con lo cual, lo mejor
es un Gobierno combinado: “de la Monarquía es que uno rige o preside a todos, de la
Aristocracia, en cuanto un crecido número participa del Régimen según la virtud y de la
Democracia, en cuanto los gobernantes pueden ser elegidos del seno del pueblo y al
pueblo pertenece la elección”.
Otro tema esencial que trata el Aquinatense es los distintos tipos de leyes. Señala
existencia de cuatro tipos de leyes
La primera de ellas es la Ley Eterna. Es idéntica a la razón de Dios. Es el plan eterno de
su sabiduría con arreglo al cual está ordenada toda la Creación. Esta ley está por
encima de la naturaleza física del hombre y por entero fuera del alcance de la
comprensión humana.
La segunda es la Ley Natural y se la describe como un reflejo de la razón divina en las
cosas creadas. Se manifiesta a buscar el bien y evitar el mal. Es decir, esto se concreta
en la inclinación de los hombres a vivir en Sociedad, a conservar sus vidas, a procrear y
educar a sus hijos y a buscar y desarrollar la inteligencia.
La tercera Ley es la Divina, Sustancialmente se entiende por Ley Divina la Revelación.
La encontramos exteriorizada en los Diez Mandamientos y en el Evangelio. O sea es la
ley Divina positiva.
Finalmente, la Ley Humana es definida por Santo Tomás como un ordenamiento de la
razón para el bien común hecho por aquel que cuida de la Comunidad y la promulga.
Esta Ley deriva de la Natural. Esto no excluye que haya un campo variado que depende
de factores históricos y sociológicos frente a los cuales son aceptables diversas
alternativas. Sucede que los principios generales de la Ley Natural no deben
necesariamente aplicarse de la misma forma a las existentes variedades de las
circunstancias humanas. Por lo tanto, es legítima la diversidad de legislaciones
positivas. Lo que no resulta admisible que esas legislaciones vulneren los parámetros
de la Justicia trascendente contenidos en la Ley Natural. La ley injusta no es Ley, sino
una inequidad con forma de norma y que, por lo expuesto, puede llamar a la
desobediencia pasiva o activa.
LAS DOCTRINAS MEDIEVALES

Introducción

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente se produce un paréntesis de


casi tres siglos en cuyo transcurso no se observan expresiones filosóficas y políticas
relevantes. La violencia y el saqueo de los llamados Bárbaros producen efectos
devastadores.
La reacción se opera a través de la actividad cultural de la Iglesia en las escuelas
catedralicias y parroquiales. Los estudios comienzan a recuperarse sobre todo a partir
de la instauración del Imperio Carolingio. Gran parte de la cultura antigua había sido
preservada en Oriente bajo el influjo del Imperio de Constantinopla. Pero sucede que
al producirse el Cisma que provocó a que los cristianos de Bizancio desconocieran la
autoridad del Papa y los lazos se deterioran seriamente. Los vínculos se restauran
brevemente con Constantinopla con el triunfo de los cruzados en el año 1204. En 1453
cuando los turcos otomanos ponen fin al Imperio Romano de Oriente, se cortan
definitivamente los lazos entre Oriente y Occidente, pero ya la cultura de ésta última
se encontraba restaurada. En especial, durante el siglo XIII.

Para el plan de nuestra asignatura en cuanto al proceso del pensamiento político y


filosófico luego del Cristianismo, analizaremos a la Patrística (los llamados Padres de la
Iglesia), San Agustín, La Escolástica, Juan de Salisbury, Santo Tomás, Dante Alighieri,
Marsiglio de Padua y Guillermo de Occam, advirtiendo que dejamos sin analizar otros
autores, debido a la escasa cantidad del número de clases a dictar.

Las Universidades

Las cruzadas favorecieron el mayor conocimiento de las civilizaciones bizantina y


musulmana. En este marco de situación hubo en Europa Occidental un gran interés por
aumentar los conocimientos, pero las escuelas existentes no satisfacían el ansia de la
ilustración. Entonces estos establecimientos primitivos se agruparon formando
Estudios generales, así llamados no porque se enseñara de todo, sino porque estaban
abiertos a todos. Así surgieron las Universidades, palabra que etimológicamente
significa agrupación o conjunto de todos.
A los comienzos, la agrupación de escuelas surgió por iniciativa privada de algún
Obispo, tales como las de París, Salerno y Bolonia que adquirieron justa fama por toda
Europa. Sin embargo, en la segunda mitad del Siglo XIII, se restringió la libertad de
creación de los centros de estudios generales y sólo el Papa estaban autorizados a
reconocerlos como tales, concederles privilegios y darles oficialmente el carácter de
Universidad
La más antigua Universidad fue la de Salerno ubicada en la Italia meridional. No tiene
fecha precisa sobre su fundación, pero se calcula que fue en el Siglo XI. Luego, por
orden cronológico, señalamos a Bolonia (fines del Siglo XI), París (Siglo XII) Oxford y
Cambridge en Inglaterra, Palencia (1208) , y Salamanca (1223)
Las Universidades eran autónomas y elegían sus propias autoridades, en su mayoría
eclesiásticas, quienes se encargaban sobre la organización, el funcionamiento y la
disciplina. Tenían privilegios como la exención de impuestos y el fuero propio para
juzgar los posibles delitos.
El primer título que se obtenía era el Bachiller en Artes, luego las Letras y
posteriormente las Ciencias. Más tarde comenzaron los estudios de Medicina y
Teología. Los estudios duraban siete años aproximadamente. El idioma universitario
era el latín.
En cuanto a su dinámica interna, los profesores leían un texto, que luego comentaban
y los alumnos tomaban apuntes. Los libros eran escasos y los existentes tenían un
importante número de errores y eso era debido a un trabajo deficiente de los copistas.
Eran frecuentes los debates o controversias entre los profesores y los alumnos, debido
a temas que se prestaban a la polémica.
Pero los estudiantes medievales distaban mucho de ser modelos. Amparados en sus
privilegios, la gran mayoría eran pendencieros y pasaban muchas horas bebiendo y
jugando. Para desterrar esos malos hábitos se crearon una serie de Colegios o
Internados muy próximos a las Universidades, que disciplinaban a los alumnos y daban
albergue a los más pobres. Como modelo de estos Colegios figura el de la Sorbona
fundado en París en el año 1253 por Roberto de Sorbonne., capellán de San Luis.
LA TEMPRANA EDAD MEDIA

Introducción

En la cultura y en la evolución histórica occidental, suele denominarse Edad Media al


largo período de diez siglos que transcurren desde la caída del imperio Romano de
Occidente en el año 476 hasta la caída de Constantinopla por los turcos en 1453.
Sin embargo, no todos los autores son coincidentes en estas fechas. Tanto el comienzo
como el fin de la época medieval han merecido otros criterios a tomar en cuenta.
En cuanto a su comienzo, algunos historiadores prefieren considerar como punto de
partida el año 395 cuando el Emperador Teodosio divide el Imperio Romano para una
mayor administración entre sus dos hijos: al mayor, Arcadio, le correspondió el Oriente
y al menor, Honorio, el Occidente. La Capital del primero fue Constantinopla, del
segundo, Milán, y posteriormente, Ravena.
Más controvertida es la consideración de su finalización. Según Paul Johnson, para
España finalizaría en el año 1492, cuando concluyó la conquista de Granada con la
expulsión de los musulmanes y los judíos y, también cuando Cristóbal Colón llegó al
territorio que posteriormente se llamó América. En cambio, para Inglaterra, el período
medieval habría concluido en 1485 cuando comienza la dinastía Tudor con el Reinado
de Enrique VII. Para Italia, se toma como fecha el año 1494 cuando este país es
invadido por el Rey francés Carlos VIII. A su vez, Alemania tendría dos fechas a
considerar: por un lado, 1517, en referencia a la acción realizada por Martín Lutero al
colgar sus noventa y cinco tesis en la Iglesia de Wittenberg y que va a provocar una
nueva división en el Cristianismo. Por otro lado, 1519, al unificar Carlos V el trono del
Sacro Imperio Romano Germánico con el de España y las Indias.

En la imagen europea, la edad Media ha representado una época oscura caracterizada


por la ignorancia, la pobreza y la servidumbre. Un ejemplo de ese atraso lo ofrece la
leyenda de los terrores del año 1000, cuando la población, angustiada por el hambre y
las guerras, creyó que la amenaza apocalíptica se iba a concretar y, con ella, el fin del
mundo.
Esta concepción negativa de los tiempos medievales fue atribuida a los hombres del
Renacimiento, que se deslumbraron por el Mundo Antiguo y no vieron los aportes
realizados por sus antecesores inmediatos. Esto prevaleció hasta el Siglo XIX, pero se
ha iniciado una revaloración que ha permitido construir una mejor imagen de la Edad
Media. Sucede que los medievalistas renovaron sus estudios. Antes destacaba un
Medioevo oscuro en el cual solo aparecían los Reyes, los nobles, algunos guerreros
destacados y muchos Obispos y clérigos rodeados por una masa de fieles en procesión.
Esto ha quedado atrás y es reemplazado por estudios e investigaciones sobre las
luchas de los campesinos, la economía de las villas y ciudades medievales junto con la
recuperación de los textos y los documentos que fueron prohibidos en esa época tanto
por el poder eclesiástico como el civil.
Para un mejor estudio de la Edad media, se hace necesario dividir estos diez siglos en
tres períodos.
a) Temprana Edad Media (Siglos V al IX): comprende a las invasiones germánicas, se
forman nuevos Reinos y el equilibrio de las herencias romanas, cristianas y
germánicas, terminan rompiéndose a través de la oposición entre las culturales
romano-germánicas, bizantina y musulmana. Sobre el final del período el Imperio
Carolingio permitió una modesta recuperación del saber antiguo mediante la
enseñanza de las artes liberales y la difusión de las enciclopedias y los compendios.
b) Alta Edad Media (Siglos IX al XIII): con la desintegración del IMPERIO carolingio,
comienza el llamado ordenamiento Feudal o Feudalismo. Surgen las Cruzadas.
c) Baja Edad Media (Siglos XIV y XV) : hace crisis el Régimen Feudal, resurge el
comercio y las Ciudades, provocando el desarrollo urbano . Aparecen las
Universidades y florece la Filosofía Escolástica. El comienzo de la consolidación de
las Naciones Occidentales hace cerrar la época medieval.

Cuando Teodosio dividió el Imperio Romano entre sus dos hijos Honorio y Arcadio (año
395), el de Occidente se hallaba debilitado por dentro, como consecuencia de los
desórdenes políticos y económicos, además de la corrupción social y administrativa.
Las fronteras se encontraban débilmente defendidos y estaban amenazados por
pueblos guerreros, a quienes los romanos llamaban “bárbaros”, porque eran
extranjeros y no hablaban ni el griego ni el latín. Los bárbaros ocupaban los territorios
comprendidos entre el río Danubio, el mar Báltico, el río Rin y los Montes Urales.
Para una mejor comprensión, podemos distinguir tres razas principales:
a) Los Germanos: estaban establecidos en la Europa Central y se extendían desde
el mar Báltico hasta el mar Negro. Se agrupaban en tribus, entre los que
podemos citar: los Francos, Alemanes, Anglos y Sajones, todos situados al
Oeste. A su vez, los Vándalos, Burgundios, Lombardos y Suevos se situaban al
Este. Finalmente, en el litoral del Mar negro se ubicaban los Goidos, divididos
en Visigodos y Ostrogodos. Estos pueblos pertenecían a la raza indoeuropea.
Procedían del Asia, y luego de abandonar el nomadismo, se establecieron en la
Europa Central, donde adoptaron las costumbres sedentarias. Entre los
germanos, la guerras constituía la ocupación más digna y en la cual a veces
participaba todo el pueblo. Desde el punto de vista político, los germanos no
llegaron a constituir un Estado, ya que estuvieron divididos en numerosas
tribus independientes que guerreaban frecuentemente entre sí. Algunas se
regían por Reyes, pero otras por Jefes militares. Los cargos eran electivos y su
autoridad estaba limitada por una Asamblea de hombres libres. El Derecho
Germano no tenía leyes escritas, sino que se regían por la costumbre. En
cuanto a la religión, eran politeístas, paganos y muy supersticiosos. Adoraron a
las fuerzas de la naturaleza.
b) Los Eslavos: habitaban en la región comprendida entre el Río Vístula y las
estepas rusas. Pertenecen a este grupo los Checos, Moravos, Moscovitas y
Lituanos.
c) Los Mongoles: ocupaban el Asia Central. Por lo tanto, eran vecinos más
alejados del Imperio Romano, pero eran los más temibles por su ferocidad y
son los que empujaron a los demás pueblos sobre el mundo romano. A esta
raza pertenecían los Hunos, los Búlgaros, los Magiares y los Turcos.
Las Invasiones

A partir del Siglo I los romanos comenzaron a contener los avances de los pueblos
germanos que pugnaban por penetrar en el Imperio. Distintos Emperadores
combatieron a los invasores e incluso, organizaron contraofensivas para atacar a los
bárbaros en sus propias tierras.
Los romanos se contentaron con defender las fronteras naturales del Rin y del
Danubio, a pesar de lo cual, las tribus germánicas continuaron infiltrándose en el
Imperio. Las legiones romanas se encontraban aisladas entre sí y los campos estaban
escasos de labradores y esto hizo que los bárbaros fueron incorporados en esas
actividades. A esos bárbaros se los llamó colonos o mercenarios. Podemos indicar que
este proceso continuó hasta el Siglo IV, constituyéndose así una invasión pacífica.

A mediados del Siglo IV, los Hunos, pueblo de raza amarilla, comenzaron a extenderse
sobre la Europa Oriental. Procedían de las estepas del Asia Central, y cuando
atravesaron los Urales, obligaron a los Germanos a desplazarse hacia el Imperio
Romano en busca de seguridad.

Los Visigodos establecidos en el Mar Negro, fueron los primeros en sentir el empuje de
los Hunos, y a las órdenes de su jefe Alarico, cruzaron el Danubio en el año 376 y se
instalaron en los Balcanes, cerca de Constantinopla. El Emperador Teodosio logró
someterlos y los hizo sus aliados. Los Visigodos permanecieron varios años cuidando
las fronteras del Imperio, pero a la muerte de Teodosio, se alzaron en armas y asolaron
Grecia y Macedonia para luego dirigirse hacia Italia. Se instalaron en Iliria (actual
Yugoslavia y Montenegro), y desde allí se dispuso a atacar el Imperio Romano de
Occidente gobernado por Honorio, pero fueron controlados.

En el año 405 nuevas hordas de germanos iniciaron lo que se llamó como “la gran
invasión”. Irrumpieron en el Imperio a través del Rin y de los Alpes. Eran los Suevos,
los Alanos y los Vándalos, quienes procedían de las costas del mar Báltico. Si bien se
consiguió contenerlos, el grueso de los invasores cambió de rumbo y penetró en la
Galia y luego de arrasarla, cruzó los Pirineos y se estableció en España en el año 409.

El año siguiente, el visigodo Alarico reanudó sus ataques contra el Imperio, puso sitio a
Roma y se apoderó de la Ciudad, saqueándola por tres días. Alarico murió pocos meses
después y le sucedió Ataúlfo quien luego de pactar con Honorio partió con sus fuerzas
rumbo a España con la finalidad de expulsar a los germanos ocupantes de la península.

En España, los Suevos ocuparon la parte noroeste de la península (Galicia), los Alanos
la zona Oeste y Central y, finalmente los Vándalos se ubicaron en el Sur; llamando a
esa región como Vandalucía (Andalucía).

Los Visigodos penetraron en España como aliados de Roma en el 414 y sometieron a


los Alanos y a los Suevos. En cambio, los Vándalos, bajo las órdenes de su Rey
Genserico, pasaron al Norte de Africa.
En el año 455 Genserico decidió lanzarse sobre Roma. Construyó una poderosa flota
logrando el dominio del Mediterráneo Occidental. Roma fue otra vez saqueada en
forma despiadada por quince días. La palabra “vandalismo” quedó con el tiempo como
expresión de brutalidad y barbarie. Los Vándalos se retiraron llevándose los objetos
artísticos y más de sesenta mil romanos como cautivos.

Con la invasión de los Suevos, Alanos y Vándalos, el territorio español quedó, en su


mayor parte, en manos de los bárbaros. Sin embargo, los hispanorromanos que
habitaban la península, lograron conservar algunas fortalezas hasta la llegada de los
Visigodos en el año 414, encabezados por Ataulfo. Estos Visigodos eran cristianos, pero
a fines del Siglo IV abrazaron el arrianismo (son los que no creían en la divinidad de
Jesucristo, pues afirmaban que era inferior a su Padre. Además, sostenían la existencia
de un ser intermedio, llamado Verbo, creado por Dios para transmitir su acción). Los
hispanorromanos, en cambio, continuaron siendo católicos. Esta diferencia religiosa,
dificultó la unión de ambos pueblos. Hubo que esperar hasta el año 587, cuando el Rey
Recaredo se convirtió públicamente al catolicismo, actitud que imitaron los miembros
de la Corte.

Esta conversión aceleró la fusión entre los hispanorromanos y los Visigodos. Aquí cabe
indicar que los hispanorromanos aplicaban el Derecho Romano, en cambio los
visigodos se regían por las disposiciones de sus propias Asambleas de Nobles. Hubo
que esperar hasta el año 687 en el cual el Rey Rescesvinto elaboró un Código llamado
Fuero Juzgo y que empezó a regir por igual sobre ambas poblaciones, permitiendo los
matrimonios entre unos y otros.

El carácter electivo de la monarquía electiva originó grandes luchas por la aspiración al


trono provocando la inevitable decadencia de la monarquía visigoda. Así es que el
último Rey visigodo fue Don Rodrigo y durante su reinado se acentuaron las discordias
internas y algunos nobles no vacilaron en solicitar el auxilio de los árabes (que a esa
altura se habían expandido por el Mediterráneo y el Norte de Africa) para derrocarlo.
En Abril del año 711 los árabes penetraron en España y dos meses después derrotaron
a Rodrigo en la batalla de Guadalete. De esta forma, desaparece la monarquía
visigótica y comienza el largo período de dominación en la Península. Nada menos que
por siete Siglos.

Caída del Imperio Romano de Occidente

Con la muerte de Valentiniano III, finaliza la dinastía iniciada por Teodosio, y a partir de
ese momento el Imperio Romano de Occidente entró en decadencia. En poco tiempo
se sucedieron nueve Emperadores cuyos poderes se fueron debilitando a medida que
se sucedían los fallecimientos.

Finalmente en el año 476, el Emperador Rómulo Augústulo de sólo catorce años fue
depuesto por Odoacro y que era un Jefe del Ejército de los Hérulos, mercenarios al
servicio del Imperio. Odoacro tomó el título de Rey de Italia y no el de Emperador,
pues entendía que la autoridad de Constantinopla, era suficiente para todo el mundo
romano. Zenón era el Emperador de Oriente y reconoció al Gobierno de Odoacro. A
partir de este reconocimiento, Italia pasó a ser un Reino de los hérulos. Se había
extinguido el Imperio Romano de Occidente.
El dominio de los Hérulos en Italia duró poco tiempo ya que en el año 493 Odoacro fue
destronado y reemplazado por el Jefe de los Ostrogodos. Teodorico recibió la orden
del Emperador Zenón de reconquistar el Reino de Italia y cuando lo obtuvo gobernó
con prudencia.
Este Rey muere en el año 526 y no deja sucesor. Así, el Reino Ostrogodo se derrumba.
El nuevo Emperador de Oriente, Justiniano, emprende la reconquista del Reino
italiano. Lo logra en el año 553, transformando a Italia en un Virreinato dependiente
de Constantinopla.
Pero en el año 568 Italia es otra vez invadida. Esta vez por los lombardos, pueblo
germánico que procedía de las costas del mar Báltico. Eran belicosos y los Papas
apoyaron los movimientos de resistencias y solicitaron la ayuda de los Francos y que
pudieron desalojar a los invasores.

La Heptarquía anglosajona.

En el año 408 ya era visible la amenaza de los Germanos en las fronteras del Imperio
Occidental y es por esa causa, que el Emperador Honorio retiró las guarniciones
romanas para reforzar las zonas del Rin y del Danubio.
Esta decisión dejó indefensos a los Bretones, ya que sufrieron los ataques de los Pictos
y de los Escotos (escoceses). Los Bretones solicitaron ayuda a los Sajones. Estos
lograron rechazar a los atacantes, pero aprovecharon la situación y se radicaron en
territorio británico. Posteriormente llegaron los Anglos y fundaron otros Reinos. Para
consolidar la unión política, los Anglos y los Sajones unieron sus Reinos en una especie
de Confederación que se llamó Heptarquía. Era una reunión de siete Reinos. Los
Sajones tenían Kent, Sussex, Wessex y Essex. Los Anglos, los tres restantes:
Northumberland, Mercia y Estanglia.
Tiempo después, lograron la unidad religiosa al convertirse al Cristianismo. En el Siglo
IX, el Rey Egberto de Wessex logró colocar bajo su autoridad a todos los Reinos
confederados y, por lo tanto, es considerado el primer Monarca de Inglaterra.

Los Francos.

Entre los pueblos germanos que se establecieron en la Galia, el más importante fue el
de los Francos. Si bien no constituían un Estado, estaban organizados como una
Confederación de tribus.
En un principio, los Francos fueron contratados por los romanos para defender la
frontera del Rin, pero por la invasión del año 405, se instalaron en el Norte de la Galia.
Ayudaron a los romanos ante los ataques de los Hunos encabezados por el terrible
Atila.
El Rey Meroveo fue el fundador de la dinastía Merovingia que reinó por más de dos
Siglos. Al estar radicados en el Norte de la Galia pudieron mantenerse alejados de la
influencia romana, conservando así sus costumbres paganas.
En el año 481 es proclamado Rey un joven de dieciséis años llamado Clodoveo, nieto
de Meroveo. Poseía grandes dotes de caudillo. Unió todas las tribus. Venció a los
Alamanes, a los Burgundios y a los Visigodos arrianos que se encontraban al Sur de la
Galia. Es ahí que empezó a llamarse la Galia como Francia que significa país de los
Francos
Clodoveo murió en el año 511 y sus cuatro hijos dividieron el Reino en tantos Estados,
debilitando el Poder de la dinastía merovingia.

El Imperio Romano de Oriente o Bizancio

Cuando Teodosio dividió el Imperio Romano entre sus dos hijos en el año 395, la parte
Oriental correspondió a Arcadio. Este se estableció su Corte en Constantinopla y a
partir de ese hecho nació el Imperio Romano de Oriente. Como la Ciudad de
Constantinopla (fundada por Constantino en el año 326) se construyó en el mismo
sitio que ocupara la antigua Colonia de Bizancio, el Imperio Romano de Oriente fue
más conocido como Imperio Bizantino o directamente Bizancio.
Este Imperio abarcaba diversos sectores de tres continentes: en Europa comprendía
las tierras situadas al Este del Mar Adriático. En Africa abarcaba Egipto y en Asia se
extendía por la Mesopotamia (actual Irak), Siria y Palestina.
Cuando el bárbaro Odoacro depuso al último Emperador romano de Occidente en el
año 476, la unidad imperial se trasladó a Constantinopla. Este nuevo Imperio logró
subsistir casi diez siglos en manos de Emperadores viciosos y déspotas, que lucharon
por restaurar el viejo orden. La influencia del Helenismo y el contacto con los pueblos
orientales le otorgaron al Imperio características propias. Rodeado de peligros
exteriores y deteriorado en su interior por las luchas políticas y las querellas religiosas,
el Imperio igual pudo sostenerse por sus seguras fronteras naturales y además contaba
con un Ejército bien equipado y una organización administrativa muy eficaz.
Como vimos, el primer Emperador fue Arcadio. A su muerte (408) le sucedió su hijo
Teodosio II. Ya que era niño, terminó gobernando su hermana Pulquería. Al morir
Teodosio II, Pulquería permitió que asuma el Poder su esposo, Marciano. Este
Emperador se destacó por rechazar a los Hunos, encabezados por Atila.
Posteriormente Zenón y luego Anastasio gobernaron en medio de luchas religiosas y
ataques extranjeros.
En el año 518 ocupa el Trono Justino I y logra contener a los búlgaros y los persas. Este
Emperador logra una paz religiosa, allanando el camino a su sobrino Justiniano.
Justiniano ocupa el Trono en el año 527. Era de origen humilde. Fue educado en
Constantinopla y recibió influencias de la cultura helenística. Tenía devoción por
restaurar la grandeza de Roma, por lo cual sostuvo cruentas guerras con resultados
favorables, pero que no llegaron a ser permanentes. Su esposa, la Emperatriz Teodora
era una mujer audaz y enérgica, ejerció gran influencia en sus actos de Gobierno.
Lo más perdurable del Gobierno de Justiniano fue su obra legislativa. Con la finalidad
de reorganizar el Derecho Romano, ordenó revisar las antiguas leyes y así obtener un
ordenamiento y eliminar las contradicciones. Sucedía que hasta ese momento seguían
en vigor los escritos de los juristas clásicos y las antiguas Constituciones imperiales. El
surgimiento del Cristianismo modificó las costumbres y su influencia se hizo sentir en
las sentencias.
Se encomendó la tarea a Triboniano, prestigioso jurista, quien seleccionó diez
profesores, abocándose a la tarea de revisar las leyes romanas. En el año 529 se
publicó el Código de Justiniano y que contenía doce libros. Al año siguiente, Triboniano
presidió otra comisión que revisó los trabajos de los jurisconsultos de los Siglos II y III.
Esta obra se publicó en el año 533 con el nombre de Digesto (significaba “libro bien
ordenado”) o Pandectas (en griego significa “contenerlo todo”). También se redactó un
Manual para los estudiantes que se llamó “Institutas”. Luego, las leyes dictadas con
posterioridad a esta Recopilación, fueron agrupadas con el nombre de “Novelas”
(leyes nuevas).
En cuanto a la organización, la autoridad del Emperador era absoluta. Era el centro de
la política administrativa. En un principio, su cargo era electivo, pero en la práctica los
Emperadores eligieron personalmente a sus sucesores. Sin embargo, fueron escasas
las veces que el Poder se transmitió por herencia, a causa de los motines y luchas
internas que elevaron al trono a aventureros.
El Emperador llamado “Basileus “(Rey) era al mismo tiempo el Jefe de la Iglesia. Por
esta razón, su autoridad era casi divina y se pretendía revestir a su persona con un
carácter sagrado.
Para mejorar la organización administrativa, el Imperio fue dividido en Provincias, a
cuyo frente estaban los “Estrategas”, especie de Gobernadores políticos y militares.
Estos gozaban de gran autonomía y utilizaron sus tropas mercenarias para organizar
revueltas y usurpar el Poder.

Los Musulmanes

No es posible eludir la influencia que tuvo en el Mediterráneo la aparición de un


pueblo conquistador que terminó alterando todo el orden internacional. Se trata de
los árabes que en poco tiempo construirán un vasto Imperio.
Hasta el Siglo VII, los árabes eran un pueblo preferentemente nómade, dividido en
numerosas tribus dispersas en todo el territorio árabe. Eran adoradores de ídolos,
siendo politeístas en forma extremada.
Sobre la ruta comercial que unía el Yemen con los pueblos del Norte, se levantaba la
pequeña Ciudad de la Meca. En ese lugar se había construido el Templo de la Kaaba 8
Casa Cuadrada) y que consistía en un recinto cúbico con una sola abertura como
pequeña puerta, todo cubierto con una funda de paño oscuro. En este suntuario se
adoraba una gran piedra negra (posiblemente un aerolito) que, según sus creencias se
había oscurecido por los pecados de los hombres y que sólo volvería a brillar el día del
juicio final. Casi todas las tribus llevaban sus ídolos a la Kaaba. El lugar es muy visitado
por los creyentes todos los años, realizando peregrinaciones anuales a la Meca.
Nada hacía sospechar al Imperio Bizantino que en los árabes se escondía una gran
fuerza conquistadora que emprenderían más tarde. El pueblo árabe sufrió una
profunda transformación por la prédica de un profeta llamado Mahoma y que logró la
unidad política y religiosa de las diferentes tribus.
Mahoma nació en la Meca en el año 570. Pertenecía a la tribu de los Coreicitas, que
tenía la misión de custodiar el santuario de la Kaaba. Siendo muy niño conoció la
orfandad y la pobreza y subsistió con tareas de camellero y pastor. Pero su vida dio un
gran giro cuando a los veinticinco años contrajo matrimonio con una viuda adinerada
llamada Kadija, lo que facilitó abandonar sus tareas y dedicarse a la meditación. Había
alcanzado la idea de la unidad de Dios y deseaba desterrar las prácticas politeístas.
Cuando oyó la voz del Arcángel Gabriel que le instaba a difundir la doctrina, comenzó a
exponer sus ideas entre amigos y parientes y, después, se dedicó a predicarla
públicamente. En los primeros tiempos logró adeptos, pero también enemigos, en
especial la tribu coreicita, ya que perjudicaban las prédicas monoteístas.
En el año 622, producto de sus prédicas, es condenado a muerte. Pero logró huir de la
Meca y con la compañía de cerca de cien partidarios se refugió en Yatreb, Ciudad que
desde ese momento se llamó Medina (Ciudad del Profeta). Esto se conoce como
Hégira o Fuga y señala el principio de la era musulmana.
En poco tiempo, Mahoma logró un gran número de adeptos. Resuelto a imponer sus
ideas por medio de la fuerza, se transformó en guerrero, organizó un Ejército de
fanáticos e inició la “Guerra Santa” contra los infieles de La Meca. Se apoderó de la
Ciudad en el año 630, destruyó los ídolos familiares y comenzó a organizar el nuevo
Estado. También combatió a las tribus judías y a Príncipes bizantinos. Aspiraba a que
todos los pueblos del Mundo adoptaran a la nueva fe. Finalmente muere en Medina en
el año 632.
A la muerte de Mahoma, la jefatura política y religiosa del pueblo musulmán recayó en
Aburbeker que asumió el mando con el título de Califa (Vicario del enviado de Dios).
Esta autoridad era absoluta, tanto en lo político como en lo religioso.
Poseía un Consejo de Estado que actuaba como organismo consultivo. En ciertas
ocasiones, el Califa delegaba el Gobierno en el Visir, especie de Primer Ministro. La
Justicia estaba en manos de los Caídes y las Provincias estaban al mando de los Emires.
El Jefe de Aduanas se denominaba Almojarife. De ahí que en el Derecho Español, en las
Colonias Americanas, se llamó “almojarifazgo” a los impuestos aduaneros.
El sentimiento guerrero de los árabes despertó el deseo de la conquista de los pueblos
vecinos para imponerles la nueva doctrina. Esta expansión no sólo obedecía a motivos
religiosos, sino también razones económicas, por el ansia de botines y obtención de
materiales.
Durante el breve Gobierno de Abubeker (632-644), los beduinos ingresaron en la
comunidad musulmana, con lo cual quedó unificada la península arábiga y también
comenzó a expandirse hacia Siria y Palestina el dominio musulmán.
Le siguió el Califa Omar (634-644) que completó la conquista de Siria, ocupó Damasco,
Jerusalén e invadió Egipto, fundando El Cairo. Finalmente, este Califa ocupó Persia y
Armenia y extendió el dominio hacia Libia y Trípoli
Las expansiones continuaron con el Califa Otman (644-655) llegando hasta el Cáucaso
y hasta el Río Indo.
El yerno de Mahoma (655-66l) es el siguiente Califa. En su Gobierno se produce un
profundo Cisma entre los musulmanes, ocasionando una guerra civil. La división se
produce entre Chiitas (partidarios de Alí) que sostenían únicamente las verdades del
Corán. Los opositores a Alí, son los Sunnitas que admitían, además, los relatos y las
tradiciones familiares y amigos del Profeta.
Alí fue asesinado por Moaviah, quien, al ocupar el Califato inició una nueva dinastía, la
de los Omegas. Esta dinastía gobernó casi un Siglo (651-750), trasladó la Capital a
Damasco y continuó con la expansión. Llegaron a Turkestán y a la India. Luego
conquistaron Cartago, Túnez, Argelia y Marruecos.
El dominio musulmán no se iba a detener: será España la próxima conquista y, además,
se pretende tomar la Galia.

Los Musulmanes en España

Una vez que se establecieron en el Norte de Africa, los árabes intentaron invadir
España. Pero en el año 711 lo lograron venciendo al Rey Don Rodrigo en la batalla de
Guadalete. Para obtener el triunfo, los árabes contaron con la ayuda de los enemigos
internos de Don Rodrigo y que murió en la batalla. La mayor parte de los musulmanes
que invadieron España eran moros (berberiscos) provenientes de Marruecos y que se
convirtieron a la religión de Mahoma. En cambio, los árabes de raza constituían la
minoría.
Sucesivos contingentes musulmanes penetraron en la península y que fue dominada
en su totalidad, salvo el Noroeste del territorio, en la región de Asturias, refugio de los
cristianos.
Los invasores se mostraron tolerantes con los hispanorromanos y visigodos que vivían
en España. Esto hizo que la población regresase a sus tierras y convivieron con los
conquistadores.
Los que deseaban seguir profesando el Cristianismo, podían hacerlo a cambio de un
tributo. A esta población se los llamó “Mozoárabes”. A la inversa, cuando los Cristianos
comenzaron a reconquistar el territorio, muchos musulmanes quedaron sometidos por
los Cristianos, pero continuaron con su religión. A éstos se los llamó “Mudéjares”
Los cristianos que se convertían al Islamismo se los llamó “Renegados”. También los
Musulmanes ofrecían la libertad a los esclavos cristianos a cambio que abrazaran el
Islam Los que lo hacían, se llamaron “Maulas”. Finalmente hubo hijos de cristianos y
musulmanes y se los denominó “Muladíes”
Durante el dominio musulmán, el Gobierno de los árabes puede ser distinguido en
cuatro períodos:
a) Emirato dependiente del Califato de Damasco (7ll-756): Al principio, España era
una Provincia del Imperio árabe. Estaba bajo la autoridad de un Gobernador
llamado Emir-
b) Emirato independiente (756-939): Cuando la dinastía de los Abasidas se hizo
cargo del Poder, la Capital del Imperio fue trasladada a Bagdad. Fue cuando
Abderraman I que pertenecía a las Omeyas huyó a España y entró a Córdoba,
donde gobernó como Emir independiente.
c) Califato de Córdoba (939-1031): Abderraman III transformó el Emirato
independiente con sede en Córodoba. Alcanza su mayor esplendor en este
período.
d) Desmembramiento del Califato de Córdoba (1031-1492): las guerras civiles
trajeron la anarquía y el Califato se fraccionó en varios Reinos independientes y
que fueron luchando contra los españoles, los que iban reconquistando el
territorio español.

Los Musulmanes en la Galia

Una vez producida la conquista de España, los árabes continuaron su avance al Norte
y, así, atravesaron los Pirineos y penetraron en la Galia. Los Francos, dirigidos por
Carlos Martel (mayordomo del Palacio del Reino Franco) lograron derrotar a los
musulmanes en la llanura de Poitiers (año 732). Esto permitió detener la expansión
árabe.
Cabe acotar que la gran extensión del Imperio árabe favoreció su desmembramiento
en tres Califatos: Oriente (Bagdad), España (Córdoba) y África ( El Cairo).

El Cisma en el Imperio de Oriente.

El Cristianismo fue la religión oficial del Imperio Bizantino, pero el absolutismo político
ejercido por los Emperadores, embarcó a la Iglesia de Oriente en una serie de
controversias.
En el Siglo VIII, el Emperador León III dispuso eliminar del culto, las imágenes sagradas.
Sus partidarios se llamaron “iconoclastas” (rompedores de imágenes) y se vieron
envueltos en querellas con los tradicionalistas. Un Siglo después “la querella de las
imágenes” finalizó y se estableció el culto tradicional.
Sin embargo, persistió el alejamiento entre la Iglesia Romana y la de Oriente. En el
Siglo IX y X se acentuaron las diferencias debido al idioma ritual (la iglesia Romana
utilizaba el latín, en cambio, la de Oriente usaba el griego). Las razas y las costumbres,
terminaron produciendo el “Cisma de Oriente” en el año 1053: se produce la
separación definitiva de las dos Iglesias. La Bizantina tomó el nombre de “Ortodoxa”,
desconociendo la autoridad del Papa. Su jefe fue el Patriarca de Constantinopla.

Carlomagno

Los últimos reyes merovingios en el Reino de los Francos, delegaron las tareas de
Gobierno a los llamados Mayordomo de Palacio, los que adquirieron gran autoridad. Al
principio eran Intendentes encargados de administrar los bienes personales del Rey.
Luego comandaron la guardia militar y desempeñaron ministerios. Posteriormente, la
designación de los mayordomos quedó en manos de la Aristocracia.
A principios del Siglo VII, uno de los Duques de Austrasia alcanzó gran renombre, fue
Carlos Martel y es el que controló el avance de los árabes
A su muerte (741) heredaron el cargo sus hijos Carlomán y Pepino. El primero ingresó a
un convento, con lo cual quedó el segundo a cargo del Poder. Entonces, Pepino
(llamado el Breve por su baja estatura) obtuvo el apoyo del Papa Esteban III ya que lo
consagró con el Derecho Divino a la sucesión hereditaria. Ante este hecho se depone al
Rey Childerico III con lo cual se marca el fin de la dinastía Merovingia y comienza una
nueva, la Carolingia, cuyo nombre se debe al más destacado de sus Reyes:
Carlomagno.
Pepino el Breve muere en el año 768 y el Reino Franco fue heredado por Carlos, que
debido a sus exitosas campañas fue apellidado el Magno (grande), pasando a la
Historia como Carlomagno.
El Reino Franco que Carlomagno comenzó a gobernar, comprendía casi toda la Francia
actual, Los Países Bajos y la parte Occidental de Alemania. Durante su reinado debió
luchar, unas veces para ensanchar las fronteras de sus dominios, pero otras para
conservar los territorios conquistados. Las principales campañas de Carlomagno fueron
dirigidas contra los lombardos, los musulmanes, los sajones, los avaros y los eslavos.
Con estas campañas victoriosas, Carlomagno logró dominar toda la Europa Occidental
(con excepción de Inglaterra y gran parte de España). Las fronteras del Reino fueron
casi tan extensas como el viejo Imperio Romano de Occidente.
En el año 800 Carlomagno envió sus tropas a Italia, en ayuda del Papa León III que
había sido depuesto por una rebelión. Restablecida la autoridad Papal, el rey Franco se
trasladó a Roma, situación que aprovechó León III para coronarlo como Emperador, en
la misa de la Navidad de ese año.
La coronación imperial no alteró en demasía el poderío de Carlomagno, pero aumentó
su prestigio y le aseguró el predominio sobre todos los Príncipes cristianos de
Occidente.
Para comprender la importancia de la coronación de Carlomagno vale recordar los
comentarios que hace José Luis Romero en su texto “La Edad Media”. Según este
autor, desde principios del Siglo VII, el Papado había acrecentado su autoridad. La
Iglesia había adquirido una organización autocrática y jerárquica debido a la
aceptación, por parte de los Obispos, de la autoridad del Papa. Además, la conversión
de diversos pueblos a la ortodoxia cristiana facilitó esta evolución. Al promediar el
Siglo VIII, el Papado poseía una autoridad que le permitía gravitar sobre la vida
Occidental. Agrega Romero que solamente le faltaba “el brazo secular”, o sea una
fuerza suficientemente para hacer respetar sus decisiones y ponerlo a resguardo de las
amenazas. El pueblo Franco aceptó esta misión por medio de los Duques de Austrasia y
desde entonces, la unión de ambos Poderes fue estrecha.
Con las conquistas, el Imperio Carolingio abarcaba los actuales territorios de Francia,
Holanda, Bélgica, Suiza, Austria y sectores de Alemania, Hungría, Italia y España.
Para facilitar la administración, Carlomagno dividió su Imperio en casi trescientos
provincias, colocando a cuyo frente a los Condes, y que tenían funciones militares,
civiles y judiciales. El Gobierno de las provincias fronterizas, estuvo a cargo de los
Marqueses, cuya jerarquía era superior a la de los Condes.
Para la vigilancia de la administración, Carlomagno utilizó a los “missidominici”
(Enviados del Señor), especie de inspectores imperiales. Uno era laico (Conde) y el otro
era religioso (Obispo). El Gobierno no fue del todo absoluto, ya que Carlomagno con la
finalidad de escuchar la opinión del pueblo, solía reunir en Asamblea a miembros del
clero, la nobleza y a los hombres libres. De esta forma, se elaboró un nuevo Derecho
que desplazó las costumbres germánicas y favoreció la unidad del Estado. El conjunto
de leyes, reglamentos y actas fue agrupado en las llamadas Capitulares, así
denominadas por estar reunidas en sesenta y dos capítulos.
Fue vasto el esfuerzo de Carlomagno para conquistar su Imperio. Pero también fue
vigoroso para organizarlo e impedir su disgregación. Este peligro provenía de múltiples
causas. Una de ellas fue la insuficiencia técnica. Ni el sistema de puentes y caminos, ni
la organización económica y financiera permitía una útil intercomunicación entre las
Regiones. Cada una de ellas tendía a desarrollar en forma particular, ya que deseaban
alcanzar una completa autonomía. La organización de los “missidominici” pudo
durante algún tiempo, contener las ambiciones, pero eso se debía al prestigio personal
de Carlomagno. Pero todo conspiraba contra la unidad: el desarrollo económico estaba
basado en pequeñas áreas económicas, el sistema de reclutamiento local del Ejército y
las distancias y los inconvenientes en las comunicaciones, provocaron largas
interrupciones. Carlomagno no pudo impedir que se desarrollara el localismo y que
concluyera en la organización feudal, a pesar de la legislación y las numerosas
disposiciones particulares. Sólo quedaba como vínculo duradero la idea de la
comunidad cristiana, encabezado por el Papado, ya que ésta tuvo que mantener su
autoridad como Jefe espiritual del Imperio, ante la inevitable pérdida del vínculo
político.
LA ALTA EDAD MEDIA

Disgregación del Imperio Carolingio- Invasiones

Muerto Carlomagno en el año 814, el Gran Imperio pasó a manos de su hijo Ludovico
Pío. Este Emperador no pudo impedir que surgiesen elementos de disgregación. Por
un lado los Condes querían adquirir mayor autonomía y los hijos del Emperador
estaban impacientes por ingresar en la posesión de la herencia que esperaban.
Ludovico muere en el año 840, con lo cual se hizo más intensa la guerra entre los hijos.
El mayor, Lotario, aspiraba al título imperial pero sus dos hermanos se lo negaban
porque no querían reconocer a una autoridad superior. Después de varias batallas, se
llegó a un entendimiento con el Tratado de Verdún firmado en el año 843. Por este
acuerdo se distribuían los territorios. Lotario recibía las tierras de Italia y los valles de
los Ríos Ródano, Saona, Mosa y Rin. A Luis le correspondió la región del Este del Rin (la
Germania) y al otro hermano, Carlos, la Región del Oeste del mismo Río y que sería la
actual Francia. El Reino de Lotario se dividió pronto, en cambio los de Luis y Lotario
perduraron más.
En cada una de esas Regiones se inició un proceso por el cual los Reyes Carolingios
perdieron autoridad a expensas de los Condes, llegando éstos a tener completa
autonomía.
Ya hemos señalado anteriormente las causas de estas divisiones, pero la más
importante fue la aparición de nuevos invasores que asolaron toda la Europa
Occidental desde el Siglo IX. Los nuevos invasores fueron los Normandos, los
Musulmanes, los Eslavos y los Mongoles.
Los Normandos habían llegado a formar Estados vigorosos en el Báltico y desde esa
zona empezaron con sus ataques hacia el Sur. Eran de origen Germánico y habían
permanecido en Dinamarca y Noruega. Al convertirse en marinos consumados se
convirtieron con sus saqueos en un verdadero azote de Inglaterra y Francia.
Los Musulmanes tenían el control del Mediterráneo y operaban desde las tierras que
poseían en el Norte de Africa y España. Asolaban las costas meridionales de Italia y
Francia y lograron establecerse en Sicilia e interrumpían el comercio marítimo de los
Cristianos, afectando la economía y las costumbres sociales del Mundo Occidental.
Los Eslavos provenían de la llanura rusa. Asolaron las zonas orientales de la Germania y
se establecieron en las cuencas de los Ríos Vístula y Oder (los que luego se llamarían
polacos), otros se radicaron en Bohemia y Moravia y otro grupo en las costas del
Adriático, que se los va a conocer como yugoslavos.
Por último, los Mongoles se desprendieron del Oeste y apareció una nueva rama (los
magiares) y que llegó al Danubio y a través de este río, se instalaron a la actual
Hungría, desde donde amenazaron a la Germania.

El Feudalismo.

La división del Imperio Carolingio junto con las invasiones, favorecieron la aparición de
un nuevo Régimen político denominado Feudalismo que predominó a partir del Siglo
IX hasta comienzos del Siglo XV.
La falta de buenas vías de comunicación, la inexistencia de Ejércitos permanentes y la
falta de eficacia en las fronteras del Imperio contribuyeron a la crisis. Entonces, los
ricos propietarios asumieron por cuenta propia la protección de sus intereses, para lo
cual organizaron sus fuerzas militares y construyeron recintos fortificados (los
llamados Castillos) donde podían albergarse junto con sus servidores y el ganado.
Los campesinos y los pequeños propietarios eran incapaces de organizar sus defensas.
Entonces se agruparon alrededor de los Castillos y solicitaron el amparo de los
castellanos.. Estos otorgaban dicha protección, pero les exigían la entrega de sus
tierras, la prestación de ayuda militar y el acatamiento a las órdenes. En recompensa
por estos servicios, los Señores devolvían las tierras a sus protegidos, pero éstos no lo
recibían ya como propias, sino en calidad de Feudos, o sea, sujetos a las condiciones
establecidas en el Contrato Feudal. En concreto: el que daba las tierras, se llamaba
Señor Feudal y el que recibía el Feudo se denominaba Vasallo o Servidor.
El pacto se concretaba mediante “el Homenaje”, que era una ceremonia en la que el
Vasallo se arrodillaba desarmado ante el Señor, colocaba sus manos entre las de éste y
le juraba fidelidad y acatamiento.
En el contrato feudal se establecían obligaciones y derechos entre ambas partes. El
Vasallo debía prestar servicio militar y tenía que acompañar a su Señor en la guerra,
tanto dentro y fuera del territorio. No podía luchar contra él ni contra sus hijos. El
Vasallo no podía perjudicar al Feudo y estaba obligado a participar en el rescate del
Señor si era hecho prisionero.
Por el otro lado, el Señor debía ofrecer al Vasallo protección y justicia. No podía
atacarlo ni insultarlo, como tampoco perjudicar sus bienes. Si el Vasallo moría, el Señor
colocaba bajo su tutela a los hijos menores, protegía a la viuda y procuraba casar a las
hijas. El incumplimiento de estas obligaciones se lo consideraba haber incurrido en el
delito de “felonía” (o sea deslealtad o traición)
El Señor podía recuperar el Feudo en el caso que el Vasallo muriera sin herederos o no
cumpliera el contrato. También gozaba de la administración de la Justicia, acuñaba su
moneda y tenía el monopolio del horno y del molino. Los campesinos debían dejar una
parte de los productos o pagar un impuesto.
El régimen de Vasallaje se generalizó con rapidez y el Señor Feudal debió, a su vez,
solicitar la protección de otro más poderoso, el que le exigió la entrega de sus tierras y
lo convirtió en Vasallo. Así es que los Señores y los Vasallos se superpusieron en una
escala donde uno poseía tierras concedidas por otro más poderoso. De esta forma se
podía ser, al mismo tiempo, Señor y Vasallo. En esta pirámide feudal, el Rey era el
primero de los Señores, pero su autoridad era débil, ya que solamente lo ejercía sobre
sus vasallos directos. La autoridad del Monarca dejó de ser nacional.
Respecto a las clases sociales, estaban bien diferenciadas y estratificadas.
1) La Nobleza: lo formaban el grupo de los Señores Feudales. Al ser la tierra la
principal riqueza, el Poder del Señor era proporcional a la extensión de su
territorio. Esto se tradujo a distintos grados de nobleza: destacamos a los Duques,
Marqueses, Condes y Vizcondes. Los seguían los Barones, Castellanos y Caballeros.
2) El clero: lo constituían las personas que pertenecían a la iglesia. Como muchos eran
nobles, sus principales dignatarios se convirtieron en Señores Feudales. Los
señoríos se transformaron en Feudos eclesiásticos, a cargo de Obispos y Abades.
Pero como éstos solían ser vasallos de poderosos Señores laicos, se originaron
conflictos de poderes.
3) Los Campesinos: siendo la explotación de la tierra la más importante en el Régimen
Feudal, la mayoría de la población lo formaban los Campesinos. También se los
llamó Villanos, ya que habitaban en Villas o en Aldeas. Se pueden distinguir en esta
clase a dos grupos: a) los Campesinos libres: su vasallaje era voluntario y sus
obligaciones y derechos surgían del contrato del contrato feudal. Podían
abandonar esas tierras y encomendarse a otro Señor. Además no necesitaban
autorización para contraer matrimonio ni para transmitir los bienes a sus hijos. Sin
embargo, pagaban tributos, ya sea en especies o en trabajos. b) los Siervos: no
tenían libertad y sus deberes eran mucho más que sus derechos. Los Siervos, en
realidad, eran “los esclavos de la Gleba”, ya que no podían abandonar las tierras
que trabajaban y se hallaban ligados a ella, ya que el Señor Feudal vendía la tierra
junto con ellos.

Evolución de los Reinos Feudales

Durante ese lapso la historia de los Reinos de la Europa Occidental se caracterización


de las fuerzas predominantes. Si bien la Monarquía se debilitó ante los Señores
Feudales por su poder y riqueza, los Reyes no se resignaron totalmente a la pérdida de
su autoridad, por lo cual siempre hubo una lucha entre la Monarquía y la Nobleza.
En Alemania y Francia las dinastías carolingias duraron hasta el Siglo X. Los
descendientes de Luis el Germánico se extinguieron en el año 911. Es entonces,
cuando se fortalecen los Duques de Sajonia, Franconia, Saubia, Baviera y Lorena, en
que se había dividido la Germania. En uno de ellos, la de Franconia, fue elegido Rey
Conrado que gobernó hasta el año 918. En ese año, el elegido Enrique de Sajonia y
desde entonces hasta 1002 gobernaron los Duques Sajones.
De todos los Reyes Sajones, Otón I el Grande fue el más brillante y gobernó desde el
año 936 hasta el año 973. Se caracterizó por rechazar a los invasores que asolaban las
fronteras, conquistó Italia y se coronó Emperador, creando el Santo Imperio Romano
Germánico. También se esforzó por la consolidación del poder real conteniendo a los
Señores.
Mientras tanto, también en Francia se extingue la dinastía carolingia, siendo el último
Rey Luis V. En el año 987, los señores eligen Rey al Conde Hugo Capeto, que se había
destacado por defender el Norte de Francia. Con este Rey se inicia una dinastía que iba
a durar varios Siglos. Los primeros Capetos tuvieron como problema esencial el mismo
que había preocupados los Reyes de Alemania o sea, la sumisión de los Señores y el
fortalecimiento del poder real. Tuvieron escasos éxitos, pero lograron asegurar su
predominio en sus propios Feudos
Respecto a Inglaterra, había señalado anteriormente que en el Siglo V, los sajones y los
Anglos se establecieron en Inglaterra y unieron sus siete Reinos en lo que se llamó
Heptarquía, una especie de Confederación. Pero la debilidad de los Monarcas
favoreció la invasión de los daneses que vencieron y se radicaron en las islas. El primer
rey danés fue Canuto el Grande (1017-1035) quien gobernaba Dinamarca, Suecia Y
Noruega. Trató bien a sus súbditos y logró fusionar a los Anglosajones con los daneses.
Cuando murieron los hijos del Rey danés, los anglosajones recuperaron el Poder al
ocupar el trono Eduardo III, el Confesor (1041-1066), muy inclinado a las costumbres
francesas porque había residido en Normandía varios años. A su muerte, los
anglosajones coronan al Rey Heraldo, pero Guillermo, Duque de Normandía ( contando
con el apoyo papal) reclamó el trono. Guillermo, el Conquistador equipó una poderosa
flota y va a derrotar a Haroldo en la batalla de Hastings (1066). Haroldo muere en la
batalla u el vencedor fue reconocido como Rey con el nombre de Guillermo I. El nuevo
soberano impuso la autoridad de la dinastía normanda y repartió las tierras entre sus
oficiales y soldados. Impuso un Régimen Feudal de carácter militar y previno cualquier
sublevación, dividiendo el territorio en casi setenta mil feudos, sujetos a su autoridad.
El Reino adquirió desde ese momento una particular fisonomía. Mientras en Europa
ascendía el poder de los Señores, la Monarquía inglesa se establecía sobre la base de
un Poder central, creado por el hecho de que Guillermo no debía a nadie su trono.
En España crecían los Reinos de Castilla y Aragón y se comenzaba a constituir el de
Portugal. También progresó el pequeño Reino formado por Asturias y León que se
estableció en la región montañosa del Noroeste ante la invasión musulmana. A medida
que se reconquistaba el territorio, cobró importancia la meseta castellana por la
proximidad con los estados musulmanes, haciéndose autónomos sus Condes. A fines
del Siglo XI, los cristianos habían avanzado hasta el Río Duero y luego se acercaron
hasta el Río Tajo. Alfonso VI tomó allí la Ciudad de Toledo en el año 1085. Poco
después se separó de su Reino el Condado de Portugal, que se transformó en Reino
autónomo, cuyos Reyes lograron expulsar prontamente a los musulmanes. Mientras, el
Reino de Aragón se fue extendiendo progresivamente por las costas del Mediterráneo.

Así crecieron y se organizaron las Monarquías Occidentales durante los primeros


tiempos del Feudalismo, en medio de una constante lucha interna entre los Señores
que defendían sus privilegios y la Realeza que pugnaba por contenerlos. Ante esta
disputa los reyes buscaron aliados y lo encontraron en la Burguesía, que comenzaba a
surgir con fuerte apoyo real.

La Vida Urbana y la Ciudades Libres

A partir del Siglo XII, la Europa Feudal comenzó a reconstruir su vida urbana, ya que las
invasiones asolaron a las Ciudades.
Muy pocas Ciudades antiguas se habían conservado. Al desaparecer el peligro de las
invasiones normandas, los habitantes optaron por abandonar la estrechez de los
lugares fortificados y se dirigieron a las Ciudades que fueron reconstruidas y
repobladas. Al mejorar las comunicaciones, el comercio y la industria, las Ciudades
adquirieron rápido desarrollo, todo lo cual beneficio a los burgueses, o sea, los
habitantes de los Burgos o Ciudades. Henri Pirenne indica que el comercio y la
industria es la causa del Renacimiento de las Ciudades.
Los Señores Feudales, deseosos de beneficiarse con la riqueza urbana, no tardaron en
imponer pesados tributos a las Ciudades que integraban sus dominios feudales. Los
burgueses resistieron estos atropellos y buscaron limitarlos, para lo cual se agruparon
en ligas y exigieron a los Señores el reconocimiento de sus libertades.
Aunque muchas Ciudades lograron emanciparse, no todas obtuvieron las mismas
libertades. Algunas consiguieron aumentar sus autonomías, pero seguían dependiendo
del Señor Feudal. Otras alcanzaron una verdadera independencia y se convirtieron en
“Ciudades Libres”, con Gobierno, Ejército y estandartes propios. Estas Ciudades Libres
se transformaron en verdaderas Repúblicas. Podemos citar a Génova y a Venecia,
favorecidos por tener el monopolio del comercio en el Mediterráneo. En materia
industrial se desarrollaron Milán y Florencia. Las Ciudades Libres recibieron distintos
nombres. En Francia se llamaron Condados. En España, Concejos o Universidades. En
Italia, Repúblicas y en Alemania Ciudades Libres.
Al frente del Gobierno había funcionarios elegidos anualmente por los habitantes. Los
asuntos trascendentes los resolvía una Asamblea de ciudadanos. Esta Asamblea se
reunía en el Ayuntamiento, edificio que poseía un Campanario.
Las Ciudades Medievales ofrecían un aspecto particular. Como estaban rodeadas por
sólidas murallas, el espacio habitable era reducido, razón por la cual las casas se
apiñaban y trataban de ganar altura. Poseían dos o tres pisos. Las calles eran estrechas
y como nadie se ocupaba de su limpieza, se hallaban cubiertas de polvo, basuras y
hasta animales muertos. Esta suciedad es la que iba a provocar las epidemias y las
pestes.
En el centro de la Ciudad, se hallaban los edificios esenciales: la Iglesia, el
Ayuntamiento y el Mercado.

Las Hermandades

La defensa de las Ciudades dependía de sus murallas, pero fuera de ellas nadie
garantizaba la seguridad. Con frecuencia los comerciantes eran asaltados por forajidos
y muchos patrocinados por los Señores Feudales que participaban del botín. Esto
obligó a las Ciudades a formar ligas temporales llamadas Hermandades con la finalidad
de protegerse. Así surgieron en el Norte de Italia la Liga Lombarda y, más tarde,
sesenta Ciudades del Imperio Germánico formaron una Confederación que se llamó
Liga Hanseática. Esta Hermandad logró un monopolio comercial en el Mar Báltico. En
esta Liga se destacaron las Ciudades de Hamburgo y Bremen.

Las Corporaciones o Gremios

Con la finalidad de obtener la protección mutua, los comerciantes y los artesanos de


las Ciudades Libres, se organizaron en base a una asociación obligatoria. De esta
forma, todos los patrones y obreros de un mismo oficio, quedaron agrupados en
Corporaciones o Gremios.
Los Reglamentos de cada corporación eran muy estrictos y se buscaba obtener el
monopolio del trabajo y la eliminación de la competencia. Ningún artesano podía
trabajar sin hallarse inscripto en la Asociación.
El ingreso estaba sujeto a determinados requisitos. Como el número de afiliados era
limitado, el aspirante debía esperar que se produjera una vacante. Tenía que tener
aptitud para el oficio y si resultaba aprobado, recibía el título de Maestro. Para recibir
este Título, el artesano cumplía un largo proceso. Primero se iniciaba como Aprendiz.
Luego pasaba a la categoría de Oficial, recibiendo una remuneración por su labor. El
Oficial aspiraba poseer taller propio y para eso debía lograr el título de Maestro.
En el aspecto religioso, las Corporaciones eran verdaderas Cofradías, ya que poseían
asesores eclesiásticos y se hallaba bajo la veneración de un Santo o Patrono. En el día
destinado a honrar al protector divino, se realizaban “fiestas patronales” y que
consistían en desfiles y procesiones, encabezadas por los estandartes del Gremio. Una
costumbre muy arraigada era que los artesanos de un mismo oficio, se instalaban en
un mismo barrio, surgiendo así la zona de los tejedores, panaderos o curtidores.

El Pontificado y el Sacro Imperio Romano Germánico.

Germania se convirtió en el centro político y religioso de Europa Occidental y quedó


ligada con Italia, ya que la Capital del Imperio fue Roma. Con gran prestigio Otán I
gobernó por varios años. En el año 973 logró que el Papa consagrara como Emperador
a su hijo Otán II, no obstante el carácter electivo del trono. Otón II gobernó hasta el
año 983. Le siguió Otán III y su muerte (1002) el trono fue ocupado por Enrique II de
Baviera que gobernó hasta 1024.

Una vez que se extinguió la Casa de Sajonia, los electores coronaron a Conrado II
iniciando la dinastía de la Casa de Franconia. Su sucesor fue su hijo Enrique III que
gobernó entre 1039 y 1056. Con este Gobierno, el Sacro Imperio llegó a su máximo
esplendor y sus límites abarcaron los Ducados de Alemania, Borgoña y el Norte de
Italia. Además fueron sometidas. Polonia, Hungría y Bohemia.

Enrique IV subió al trono en el año 1056. En esa época fue elegido Papa, Gregorio VII
(1073 – 1085) con el objetivo de desterrar los vicios que aquejaban a la Iglesia. Enrique
IV subió al trono siendo menor de edad y, por lo tanto, gobernaron regentes. Cuando
llegó a la mayoría de edad, desconoció las medidas adoptadas por el Pontífice y siguió
atribuyéndose el derecho de elegir Obispos. Este choque entre el Papado y el Imperio
se conoció con el nombre de “Querella de las Investiduras”.

El Emperador continuó con las designaciones y provocó la protesta de Gregorio VII.


Enrique IV convocó a una Asamblea de obispos alemanes que le eran adictos en 1076,
en el cual se declaró indigno al Papa.

Las consecuencias fueron que Gregorio VII excomulgó al Emperador, le sacaba su


dignidad y liberaba a los Señores Germanos de todo juramento y obediencia con el
Emperador.

Obligado por los hechos, Enrique IV se declaró arrepentido y dispuesto a cumplir la


penitencia. Invitó al Papa para que concurriera a Ausburgo donde se solucionaría el
conflicto. Pero el Emperador quiso asegurarse el perdón y se adelantó a la entrevista y
se presentó en el Castillo de Canosa (se hallaba al Norte de los Apeninos) donde se
hospedaba Gregorio VII camino a Ausburgo.
Luego de oír los ruegos del Emperador por tres días, el Papa, aconsejado por sus
allegados, le retiró la excomunión. Este hecho se conoce en la Historia como “la
humillación de Canosa”
Enrique IV murió en 1106, pero un año antes, había sido dispuesto por su hijo Enrique
V quien se sublevó contra su poder y se apropió del Trono. El nuevo Emperador
intentó seguir con la misma política en materia de investiduras. Ante el rechazo de la
Iglesia, optó por hacer las paces. Por dicho motivo, en 1122, Enrique V y el Papa Calixto
VI firmaron en Worms un Concordato. Poe él se establecía que la elección de Obispos
correspondía a la Iglesia representada por el clero de las distintas Diócesis. El Papa y el
Emperador se otorgaron la investidura espiritual (el báculo y el anillo al primero y la
investidura temporal (cetro o espada) al segundo.
De esta forma, triunfaba la Iglesia en su interés de diferenciar los poderes y
recuperaba el derecho de elegir a sus miembros.
A la muerte de Enrique V, último representante de la Casa de Franconia, los electores
elevaron al Trono a Lotario III (1125-1137), Duque de Sajonia, pero los Señores
apoyaban a Conrado de Saubia que pertenecía a la familia Hohenstaufen.
Por lo tanto, quedaron formados dos partidos que representaban a dos familias: los
Guelfos con Lotario a la cabeza y los Gibelinos que pertenecían a los Hohenstaufen.
Falleció en 1137 Lotario III y se disputaron el Trono los dos partidos. Los Gibelinos
consiguieron imponer su candidato, Conrado III, con lo cual comenzó la dinastía de los
Hohenstaufen.
Después de Conrado III, asumió al Trono su sobrino Federico I más conocido por
Barbarroja en el año 1152. El nuevo Emperador fue el representante más destacado
de su familia. Procuró devolver a la dignidad imperial, su antiguo poderío. Su principal
objetivo fue ampliar su dominación en el Norte de Italia, donde muchas Ciudades
habían logrado una casi total independencia. A pesar de años de lucha, en 1183 se
firmó la paz de Constanza, allí el Emperador se reconcilió con el Papa Alejandro III,
reconoció la independencia de los Estados Pontificios y devolvió a las Ciudades italiana
sus libertades.
Federico I tomó parte de la Tercera Cruzada contra los turcos, pero falleció ahogado en
las aguas del Río Cidno (años 1190). Le sucedió su hijo Enrique VI (1190-1197) que
poco tiempo atrás había contraído matrimonio con la Princesa Constanza y que era
hija del Rey normando de las dos Sicilias (Nápoles y Sicilia). De éste matrimonio nació
Federico II (1212-1250) quien no sólo heredó la Corona Imperial, sino también el Reino
de Nápoles. Este Emperador agotó los recursos para unificar Italia Y Alemania, pero
tropezó con la resistencia de las Ciudades y la oposición de los Papas. Finalmente toda
Italia se sublevó contra su autoridad, mientras en Alemania se acentuaba el proceso de
disgregación. Federico II murió en el año 1250 y con él se extinguió el intento de la
unidad imperial.
La caída de los Hoenstaufen provocó en Alemania una época de anarquía que se
prolongó hasta 1273. Durante este largo período los Señores y las Ciudades se
gobernaron por su cuenta y no reconocieron otra autoridad que no fuese la propia. El
Trono quedó vacante. A este período se le llamó el “Gran Interregno”.
LA BAJA EDAD MEDIA

Crisis del Feudalismo

Los finales del Siglo XIII señalan la culminación de un orden económico, social y político
junto con una crisis que rompe el equilibrio que se había logrado. Algunos atribuyen al
esfuerzo de las Cruzadas que terminaron de agotar a Europa, pero en realidad hay que
agregar otras causas que provocaron serias transformaciones. Una de ellas fue el
aspecto económico.
El surgimiento de una nueva clase social fue determinante para la liquidación del
Feudalismo. Esta nueva clase social se dedicó a la producción manufacturera y el
comercio y se concentró en las Ciudades. Si bien al principio esta clase coexistió con el
orden feudal, terminó socavando al Régimen y a la nobleza.
Esta clase social es la Burguesía. Sus miembros buscaban mejores condiciones de vida,
tanto en el comercio como en el ejercicio de sus oficios. Se agruparon tanto en las
Ciudades viejas como en las nuevas. Fueron acumulando recursos suficientes para
emprender empresas de largo alcance. Los talleres producían diversos artículos en
cantidades suficientes como para exportar junto con los mercaderes que importaban
variados objetos, en especial los suntuarios y que satisfacían a las clases más
adineradas. Esto derivó en la importancia del manejo del dinero en manos de las
entidades bancarias.
La aparición de los valores mobiliarios provocó una disminución del valor económico
de los inmuebles, que constituía el valor principal de las clases acomodadas. Por este
motivo surgió el inevitable choque entre la Nobleza y la Burguesía, contando ésta
última con el apoyo de la Monarquía.
La Burguesía también sufrió convulsiones, a pesar de la declinación de los poderes de
la Nobleza. Sucede que el abandono de los trabajadores rurales, atraídos por las
Ciudades, causó serios trastornos en la producción de bienes, provocando períodos de
escasez. Con las nuevas y numerosas concentraciones urbanas, la situación se
agravaba. A esto, hay que agregar las múltiples deficiencias en el transporte y la
distribución, por el mal estado de las vías de comunicación. Por si fuera poco,
comenzaron las epidemias y las pestes provocadas por falta de higiene de las Ciudades
superpobladas.
En el aspecto social, aparte de las disputas entre los Nobles y los Burgueses, se
manifestaron otros problemas. Sucede que en la Burguesía se constituía con una
variada población y algunos provenían de la concentración de fortunas, pero otros
eran de una inferior fortuna. Esta progresiva diferenciación originó numerosos
conflictos, ya que cada sector buscó el apoyo de los Nobles y del Rey, ya sea para un
bando o para otro. Al cabo de mucho tiempo, la Burguesía logró ser un sector
compacto, dejando por debajo de ella a los trabajadores asalariados y se enfrentó
firmemente a la Nobleza buscando primero el predominio económico y luego, el
político. En esta situación la Monarquía fue cediendo a favor de los Burgueses que, al
decir de José Luis Romero, primero se hizo su protectora y luego su representante.
Hasta ese momento los Reyes no eran otra cosa que Señores Feudales con algunos
privilegios formales y una autoridad de hecho. Tanto para la política interior como para
la exterior, dependían de la voluntad de los vasallos y de su apoyo militar .Esta
situación de falta de libertad de acción, hizo que la Monarquía se apoyase en la
naciente Burguesía como instrumento contra la Nobleza.
La Burguesía tenía como enemigo natural a la Nobleza. En las Ciudades, el Conde o el
Obispo levantaba trabas para el desarrollo económico y la Burguesía veía disminuidas
sus posibles ganancias. Para la Nobleza era suficiente la satisfacción de sus
necesidades y no facilitaban una expansión y un intercambio que hubiera permitido un
crecimiento de la Burguesía. De ahí la hostilidad creciente entre ambos.
La Monarquía avizoraba la posibilidad de variar la situación si apoyaba a la nueva clase
social. Podía fomentar la discordia entre los Señores Feudales, amparar a los
burgueses y provocar hechos que la favoreciesen. Además se suponía que iba a contar
con los recursos y el auxilio militar de las Ciudades, tanto en la lucha contra la Nobleza
como para sostener empresas exteriores.
En esta situación surgieron unos instrumentos valiosos: las Cartas y los Fueros. Eran
documentos concedidos por los Reyes a las Ciudades en los cuales se aseguraba cierta
libertad, organización de un régimen tributario y formación de Ejércitos mercenarios.
Esto último haría prescindir de los Señores Feudales y sus vasallos. De esta forma, este
proceso va a ayudar al establecimiento de un Poder centralizado.
Se inicia así el proceso gradual que permitirá la constitución de las Monarquías
Nacionales. Los Reinos aspiraban centralizar los ámbitos político y económico y que la
soberanía residiese en la cabeza del Rey.
La monarquía se vio beneficiada con la crisis en que iba caer la Iglesia. Las herejías, el
descrédito del Clero y las indulgencias fueron las causas de la decadencia eclesiástica.
El conflicto entre el Papa Bonifacio VII (1294-1303) con el Rey Felipe el Hermoso de
Francia será el momento culminante de la caída política de la Iglesia. Se preparaba el
camino al Cisma de Occidente que transcurrió entre 1378 y 14l7.

La Guerra de los Cien Años

En el año 1258 se firmó un Tratado de Paz entre el Rey francés, Luis IX, el santo y
Enrique IV, Rey de Inglaterra. Se suponía que se iba a una situación de estabilidad.
En Inglaterra, el Reinado de Eduardo I (1272-1307) se caracterizó por la prudencia con
los Señores Feudales y así se mantuvo la institución parlamentaria constituido por
representantes de los Señores. El sucesor fue Eduardo II (1307-1327) y pretendió
imponerse a los nobles pero no lo logró. Eduardo III (1327-1377) reconoció la nueva
situación y trabajó para afianzar el nuevo orden y a él se le debe la división del
Parlamento en dos Cámaras: la de los Lores y la de los Comunes. La primera integrada
por los Señores y los Obispos. La segunda formada por los Caballeros y los Burgueses.
La vida económica en las islas británicas se había desarrollado debido al comercio de
las lanas y al nacimiento de la industria textil. Esta actividad, llevaba a Inglaterra a un
conflicto con Francia, su antigua rival. Los principales mercados de las lanas inglesas
eran las Ciudades flamencas y, por lo tanto, mantenían una estrecha relación, pero
políticamente estaban en la órbita francesa. Ricas y organizadas sobre la base de una
Burguesía poderosa, las Ciudades flamencas caían dentro del área de influencia con
que aspiraban los Reyes franceses, preocupados desde la época de Felipe Augusto por
organiza run régimen centralizado. Felipe el Hermoso (1285-1314) apresuró el
proceso, pero fracasó en su intento.
A Felipe el Hermoso le fue bien, en cambio, respecto a la Iglesia. Se guió por
jurisconsultos salidos generalmente de las filas de la Burguesía y pudo oponerse al
Papa Bonifacio VIII que deseaba designar a los Obispos sin intervención real,
desencadenando un serio conflicto. El Papa excomulgó al Rey y éste organizó un acto
de fuerza que incluyó hasta un atentado al Pontífice. Las consecuencias fueron
altamente favorables para el Rey de Francia, porque logró que se eligiera un Papa
francés que trasladó la sede del Papa a la Ciudad de Avignon.
En cuanto a la organización de los Reinos francés e inglés tuvieron un proceso
diferente promediando el Siglo XIII. Inglaterra partió desde un régimen monárquico
centralizado hacia una Monarquía limitada por un Parlamento que representaba a la
Nobleza y a la Burguesía. Francia, en cambio, marchó desde una Monarquía Feudal
hacia un régimen cada vez más centralizado.
Se suponía que el Tratado de Paz celebrado en el año 1258 provocaría una estabilidad
en ambas Naciones, sin embargo nunca llegaron a ser definitivamente cordiales.
Son varias las causas que condujeron a la Guerra de los Cien Años (1337-1453).
Aunque el comienzo y fin de las hostilidades exceden los cien años, la lucha efectiva, o
sea sin tener en cuenta los períodos de paz, no llega a la centuria.
a) La enemistad que existía entre los dos países, desde la época de la dinastía de los
Plantagenets (Inglaterra), por los dominios que éstos habían obtenido en territorio
francés. Cuando comenzó el conflicto, los ingleses sólo poseían lsGuyena, feudo de
la dinastía de los Capetos
b) Las pretensiones de Eduardo III, Rey de Inglaterra para ocupar el trono de Francia.
En el año 1328 murió Carlos IV (hijo de Felipe el Hermoso) sin dejar descendencia,
extinguiéndose la dinastía de los Capetos. Los franceses quedaron sin Rey .Pero
Felipe el Hermoso tenía una hija casada con el Rey de Inglaterra y el descendiente
de ese matrimonio era Eduardo III y éste se consideró heredero del Trono por línea
materna. Para no ser gobernados por un extranjero, los franceses aplicaron “la Ley
Sálica” que excluía a las mujeres de la herencia y nombraron Rey a Felipe VI de
Valois, sobrino de Felipe el Hermoso. El monarca inglés no aceptó lo resuelto y
elevó una formal protesta a la cual los franceses ignoraron. Entonces inició la
guerra para defender sus derechos.
c) La tercera causa es económica. Los flamencos habían reconocido como Rey a
Eduardo III con lo cual se ligaron políticamente con Inglaterra. Esta le suministraba
a los flamencos las lanas para las fábricas de paños. La alianza de Flandes con
Inglaterra era peligrosa para la integridad de Francia.
El conflicto se inició en 1337. Algunas acciones en Flandes y en el Mar del Norte y en la
zona de Guyena abrieron las hostilidades. Los ingleses se aseguraron el dominio del
mar. Desembarcaron en 1346 en Normandía con un fuerte Ejército y obtuvieron
triunfos en Crecy y en Calais. Pero el dominio inicial se frenó ante una terrible
epidemia y se concertó una tregua hasta 1356
Para esa época Juan II el Bueno (1350-1364) sucedió a Felipe VI en el Trono de Francia.
El Rey De Inglaterra, Eduardo III (1327-1377) y su hijo, el llamado Príncipe Negro (por el
color de su armadura) reiniciaron las operaciones y derrotaron a los franceses en 1356
en la batalla de Poitiers, tomando prisionero a Juan II el Bueno.
Esta acción tiene serias consecuencias en Francia. La Burguesía culpó a la Nobleza del
fracaso militar, perdiéndole el respeto. En especial, la Burguesía consideró que se
manejaba mal los recursos surgidos de los impuestos. Exigieron el control del uso del
dinero y sostuvieron la necesidad de la participación en el Gobierno. Mientras tanto,
surgieron bandas armadas que habían luchado en Poitiers y que no tenían ahora
ocupación alguna asolaban los campos, provocando la indignación de los campesinos.
Es entonces que éstos últimos asaltaron los Castillos y destruyeron los campos
sembrados y cometieron toda clase de crueldades contra los Nobles. Estos, de a poco
lograron reducir a los Burgueses, ya que carecían de organización.
La Nobleza deseaba ordenar el Reino Francés y se consiguió lograr un pacto con
Inglaterra y así se firmó la paz de Bretgny en 1360. Poe ella se obtuvo la libertad de
Juan II el Bueno a cambio de un rescate de tres millones de Escudos de oro y además
se entregaba a Inglaterra el territorio Occidental de Francia.
Producida la muerte de Juan II subió al Trono francés su hijo Carlos V (1364-1380).
Puso muchos esfuerzos por restaurar la autoridad real. Logró someter a las clases no
privilegiadas y eliminó el peligro de los mercenarios enviándolos a combatir. Más
tarde, estimó que estaba en condiciones de reanudar la ofensiva contra los ocupantes
de sus territorios. Para dicha tarea contó con la colaboración del caballero Beltrán
Duguesclin. Realizó una extensa y hábil guerrilla contra los ingleses y hacia 1378, los
invasores solamente dominaban Calais.
Inglaterra también perdió posiciones en Flandes y pactó en 1388 una tregua con
Francia y que fue renovada en 1396 por veinte años.
Ricardo II (1377-1399) sucedió a Eduardo III en Inglaterra. Este Rey quiso liberarse del
Parlamento y cometió graves errores políticos que lo desvalorizaron de tal forma que
la Nobleza se rebeló contra él. La rebelión la encabezaba Enrique Lancaster. Los hechos
se agravaron y el Parlamento depuso al Rey. La Corona fue confiada al jefe de la
sublevación y asumió el Trono con el nombre de Enrique IV (1399-1413). La política de
este Rey fue enérgica y hábil pero no pudo reanudar las operaciones contra Francia,
porque tuvo que enfrentar los conflictos originados en Gales y en Escocia. A este Rey le
va a suceder su hijo, Enrique V (1413-1422).
En Francia, a la muerte de Carlos V le sucedió su hijo Carlos VI. Pero en el año 1392, el
Rey enloqueció. Esto fue aprovechado por varios ambiciosos para ocupar el Trono.
Entre ellos estaba su hermano Luis de Orleans y el Duque de Borgoña Juan sin Miedo,
primo del Monarca. Muy pronto se produjeron sangrientas revueltas entre los
Borgoñones (partidarios de Juan sin Miedo)y los Armañacs (partidarios de Luis de
Orleans). Esto permitió que aprovechase el Rey inglés, Enrique V, para invadir el
territorio y derrotar a un Ejército precario constituido por los Armañacs en la batalla de
Azincourt (1415).

El duque de Borgoña trató de reconciliarse con los Armañacs que propiciaban la


candidatura del hijo del Rey enfermo, el Delfín Carlos (Delfín deriva de la Provincia
francesa llamado Delfinado y a partir de ahí se llamó a los hijos primogénitos de los
Reyes franceses, Delfines). Sin embargo, el acuerdo se frustró ante el asesinato de Juan
sin Medio.
Este hecho ocasionó que los Borgoñones se aliaran con los ingleses, firmando en el año
1420 el Tratado de Troyes. Según este acuerdo el Rey Carlos V debía desheredar al
Delfín y a casar a su hija con Enrique V y reconocer a éste como heredero del Trono
francés.
Pero a los dos años de este Tratado, mueren los dos soberanos y Enrique VI, hijo del
matrimonio y sólo contaba con un año de edad, fue proclamado como Rey de
Inglaterra y Francia. Casi todo el Norte de Francia apoyó al nuevo Monarca, pero los
Armañacs (refugiados en la Ciudad de Bourges) designaron al Delfín como su Rey, bajo
el nombre de Carlos Vi.
Los ingleses estrecharon el cerco sobre los franceses y en 1428 sitiaron la Ciudad de
Orleans, uno de los últimos baluartes de la defensa. La crítica situación despertó en los
franceses un sentimiento de patriotismo que tuvo su mejor expresión en Juana de Arco
(1412-1431).
Juana de Arco levantó los valores patriotas y ante su presencia, los sitiados lograron
rechazar a los ingleses. La valerosa francesa obtuvo nuevos triunfos, situación que
permitió a Carlos VII coronarse como Rey de Francia.
Posteriormente, Juana cae prisionera de los Borgoñones y es entregada a los ingleses.
En un juicio infame fue acusada de hechicera, pereciendo en la hoguera.
El patriotismo despertado por Juana de Arco y su sacrificio aceleraron la victoria sobre
los ingleses. Los Borgoñones finalmente rompen la alianza con los ingleses y reconocen
a Carlos VII como su Rey.
Consolidado el dominio real, los franceses obtienen en la batalla de Castillón (1453) un
gran triunfo y a partir de ese momento los ingleses abandonaron lentamente el
territorio francés. Al cabo de veinte años, solo dominaban la playa de Calais, y que la
van a perder en 1558.

Unificación Francesa

La Guerra de los Cien años aceleró la decadencia del Feudalismo, ya que sus ejércitos
sucumbieron ante las mejores tropas de los Reyes.
Al concluir la guerra contra los ingleses, Francia se hallaba agotada, el Feudalismo en
total decadencia y el territorio asolado por bandas de salteadores. Pero expulsados los
invasores, la Nación comenzó a resurgir bajo el reinado de Carlos VII. Reglamentó los
impuestos y creó un Ejército regular, integrado por la Caballería y la Infantería que
contaba con cañones que se accionaban sobre cureñas.
A Carlos VII le sucedió su hijo Luis XI (1461-1483) que fue un soberano sagaz, muy hábil
para los manejos diplomáticos. Su principal enemigo fue Carlos el Temerario, Duque de
Borgoña, que dominaba extensos territorios con un aguerrido Ejército. Las desmedidas
ambiciones de este Duque inquietaron también al Imperio alemán y a los suizos. El
astuto Luis XI fomentó las intrigas que hicieron que los suizos combatiesen contra
Carlos el Temerario, quien murió en batalla.
Desaparecido su rival, Luis XI logró la unificación francesa y el triunfo definitivo sobre
los Señores Feudales, incorporando a la Corona todos los territorios que dominaba el
Duque de Borgoña, además de otros Feudos.
La Crisis Inglesa

Durante la Guerra de los Cien Años, la dinastía Plantagenets perdió el apoyo del
Pueblo. Esto favoreció el surgimiento al Trono de Inglaterra de la familia Lancaster
cuyo primer representante fue Enrique V (1399-1413), al que le siguieron Enrique V
(1413-1422) y Enrique VI (1422-146l). El descontento popular se volcó contra los
Lancaster. A la muerte del último Monarca se produjeron varios disturbios. El Gobierno
quedó en manos de varios regentes hasta que el Parlamento nombró como
“Protector” al Duque Ricardo de York. Los Lancaster se opusieron a este
nombramiento, con lo cual se inició una guerra civil que duró treinta años (1455-1485)
y se llamó la “guerras de las dos Rosas”, porque los Lancaster utilizaban es sus escudos
una rosa roja y los York una rosa blanca. Esta guerra se caracterizó por una extrema
crueldad. Se sucedieron consecutivamente varios Reyes: Eduardo IV (1461-1483),
Eduardo V (1483) y Ricardo III (1483-1485). Este último Rey cometió muchos crímenes
y atropellos, motivo por el cual la Nobleza apoyó Enrique Tudor, quien derrotó y mató
al déspota en el año 1485.
La guerra finaliza con el triunfo de Enrique VII quien al ser coronado Rey inició la
dinastía de los Tudor. El nuevo Monarca gobernó desde 1485 a 1509 y puso fin al
problema dinástico, cuando contrajo matrimonio con Isabel de York, hija de Eduardo
IV.
Cabe concluir que la Guerra de las dos Rosas desangró a la aristocracia y la debilidad
de sus fuerzas permitió consolidar el dominio absoluto de la Monarquía. Es decir,
similar y en forma contemporánea, al proceso francés.

Italia

Separada del Sacro Imperio Germánico, Italia adquiría una fisonomía singular y
representaba una faceta típica de la vida de la Baja Edad Media. Pero las Ciudades no
supieron aprovechar esta independencia y guerrearon entre ellas.
A las antiguas discordias entre Guelfos (partidarios del Papa) y Gibelinos partidarios del
Emperador) se sumaron los odios entre Plebeyos y Nobles, las ambiciones de éstos
últimos por ocupar el Gobierno de las distintas Ciudades, mientras que la Burguesía
gradualmente aumentaba sus riquezas
Esto favoreció la aparición de los tiranos, los que en su origen fueron “Condottieri” o
Jefes de Ejército mercenarios y terminaron por ocupar el Gobierno
En el transcurso del Siglo XIII las Ciudades de Venecia, Génova, Milán y Florencia se
transformaron en grandes territorios llamados Repúblicas y Ducados y que eran
gobernados por Oligarquías. En el centro de Italia estaban los Estados Pontificios y al
Sur, los Reinos de Nápoles y el de Sicilia.
a) Venecia: por su comercio marítimo fue la más importante de las Repúblicas
italianas. El tráfico comercial con los puertos de Oriente y la distribución de los
productos importados y los de su propia producción fueron las causas de su
importancia. Estaba gobernada por una Oligarquía de Mercaderes. Estos
integraban un Senado, cuyos miembros elegían un primer Magistrado o Dux
(Duque) y un Consejo de Diez, destinado a reprimir cualquier intento de
rebelión. Además este Consejo designaba tres miembros (Consejo de Tres) que
se encargaban de vigilar y castigar las acciones de los ciudadanos que juzgasen
contrarias al Gobierno. Los miembros de este siniestro Consejo se reunían de
noche, cubiertos con máscaras y mantos rojos, para condenar a los acusados de
faltas políticas. Las sentencias eran inapelables. El condenado era conducido
por sus verdugos a un lugar llamado “Puente de los Suspiros”, donde era
ejecutado.
b) Florencia: En los comienzos del siglo XIII esta Ciudad extendió sus fronteras con
la anexión de territorios pertenecientes a los Gibelinos. En el año 1282 la
Burguesía expulsó a la Nobleza del Gobierno y dictó una Constitución
Democrática. Este cambio benefició la industria y el comercio. Brilló por sus
industrias textiles de la lana y la seda y la industria de los metales trabajados,
pero sobre todo gracias a la extraordinaria organización del tráfico del dinero a
través de la actividad de los banqueros. Más tarde recuperaron el Poder los
aristócratas, cuyos representantes los Albizzi (1382-1429) fueron depuestos por
Juan de Médicis, miembro de una familia de comerciantes. Su hijo Cosme se
hizo cargo del Gobierno en el año 1434 y fue durante treinta años un
renombrado liberal que auspició a los filósofos y artistas. Por esta prosperidad
cultural, Florencia fue llamada “La Atenas del Mundo Medieval”
c) Génova: Soportó diversas luchas internas, pero no lograron perjudicar su
intenso tráfico con Francia y Oriente. En el año 1298 logró derrotar a Venecia,
que le disputaba numerosos puertos en el Mediterráneo Oriental. A partir de
entonces inició una época de gran prosperidad. Su amplio desarrollo
permitieron crear el Banco de San Jorge en el año 1407, siendo el primer
establecimiento moderno de ese tipo
d) Milán: Este Estado tuvo períodos agitados por diversas luchas entre Guelfos y
Gibelinos hasta que triunfaron los últimos. Durante muchos años gobernó una
de las familias más tradicionales, los Visconti. Un miembro de esta familia, Juan
Galeazo Visconti fue nombrado Duque, luego le sucedió su hijo Felipe que inició
diversas luchas expansivas con mercenarios bajo las órdenes del Condottieri
Francisco Sforza. Este se casó con una hija de Felipe y, posteriormente, fue
proclamado oficialmente Duque de Milán en el año 1450. Milán se destacó por
su actividad comercial e industrial.
PENSAMIENTO POLITICO MEDIEVAL

JUAN DE SALISBURY

La recuperación de Aristóteles no cambió en forma inmediata las líneas principales de


la filosofía política. Juan de Salisbury en el año 1159 presenta su obra Policraticus. Este
libro presenta un gran interés por ser el primer intento medieval de estudiar la filosofía
política en forma extensa. Es un compendio de la antigua tradición que había llegado al
Siglo XII desde Cicerón, Séneca, los Padres de la Iglesia y los Jurisconsultos romanos.

Su ideal de la comunidad política la concibe como Cicerón: es una sociedad unida por
un acuerdo común respecto a la Ley y los derechos. La idea esencial del pensamiento
de Juan seguía siendo la de un pueblo regido por una autoridad pública que actúa para
el bien general y está moralmente justificada por el hecho de ser legítima.

En la concepción de Juan, la Ley constituye un vínculo omnipotente en todas las


relaciones humanas, incluso la que existe entre el gobernante y los gobernados. Por lo
tanto, es obligatoria tanto para el Rey como para los súbditos.

La distinción entre un verdadero Rey y un Tirano tiene para este autor una importancia
fundamental. Su libro tiene el dudoso honor de presentar la primera defensa explícita
del tiranicidio que se encuentra en la literatura política medieval. “quien usurpa la
espada merece morir por la espada”.

Entre un Tirano y un Príncipe existe una diferencia principal: que el último obedece a la
Ley y gobierna el pueblo como mero servidor suyo. Hay ciertos preceptos de la Ley que
tienen necesidad perpetua y que tienen fuerza de Ley en todas las Naciones y no
pueden de manera alguna, ser violados con impunidad.

Salvo, en la defensa del tiranicidio, no había nada en la concepción de la Ley y de su


validez universal sostenida por Juan de Salisbury que no compartiese Santo Tomás. La
diferencia está en que Juan de Salisbury expresó la idea siguiendo a Cicerón, en cambio
el Aquinatense elaboró sus ideas adaptando los términos de Aristóteles. Para ambos
hombres la universalidad de la Ley era una concepción esencial.

DANTE ALIGHIERI

Dante Alighieri, inmortal como poeta, ocupa también un lugar en el desarrollo del
pensamiento político de la Edad Media. Nació en Florencia en el año 1265 y falleció en
el año 1321 en momentos en que se encuentra en pleno desarrollo el movimiento
municipal que en la península fue llevando a la independencia de las Ciudades. Este
proceso evolucionó en medio de las innumerables contiendas que se producen entre
Guelfos y Gebelinos, es decir entre quienes se inclinaban por el Papa y el Emperador,
respectivamente.
La vida de Dante fue difícil. Nacido en una Ciudad Guelfa, se inclinó por el partido de
los gibelinos. Ello lo condujo al destierro y al peregrinaje por Ciudades partidarias del
Emperador Carlos de Valois en su controversia con Bonifacio VIII.
Su obra política viene a representar un a exacta defensa del Poder Imperial,
consignada en su libro de La Monarquía. Dante plantea la cuestión relativa a la
oposición entre el Papa y el Emperador, haciendo real apología de la Monarquía, vale
decir, elogio y defensa de la misma. Entiende que la Monarquía es el Gobierno más
justo porque únicamente bajo al autoridad de uno solo podrán los hombres alcanzar la
paz que demandan sus propios intereses y se ha de tratar de una Monarquía Universal,
Que es capaz de obrar en base a la Justicia y libre de ambiciones. Como todos los
hombres son iguales sobre la tierra no es posible que se encuentren sometidos a
facultades distintas y la unidad deberá ser realizada por un hombre dotado de Poder
Imperial. Dante llega así concebir la idea de una Monarquía Universal partiendo del
concepto de unidad y enunciando una Utopía semejante a la expuesta por Platón, pero
debe decirse que su concepción ha sido desmentida por la Historia.
El argumento de que no pueden existir dos potestades en el Gobierno de las cosas del
Mundo es sostenido sobre la base de que tal cosa destruiría la unidad del Estado, en
detrimento de la Ley natural. El Gobierno Universal debe corresponder al Papa o al
Emperador, pero es preferible la autoridad de este último respecto de los negocios
seculares, hasta donde no debe alcanzar el Poder papal. Dante pretende asegurar sus
argumentos a través de alegorías. Así señala que el Sol tiene luz propia y la Tierra tiene
la que le proporciona aquél y lo mismo sucede con el Papado ante el Imperio,
recibiendo de éste todo su Poder.
Si bien esta alegoría tiene valor poético, no tiene valor para el fin que se le asigna, pues
así como la Luna tiene cierta autonomía con respecto al Sol, cierto es también que el
Papa no podía depender absolutamente del Imperio.
Dante alude a los intentos de lograr el Imperio Universal, buscando en la Historia un
ejemplo, y eso lo encuentra en el éxito protagonizado por Roma. Incluso los principios
del Cristianismo refuerzan su argumento: así se indica que la autoridad de Poncio
Pilatos tuvo que haber sido legítima y justa, pues si la muerte de Cristo no hubiera sido
decretada por una autoridad investida de tales atributos, aquél no podría haber
recibido el castigo por los pecados de los hombres ni hubiese sido posible redimir a la
raza humana.

MARSILIO DE PADUA

Este autor es considerado el más grande Jurista de su época, nacido en el año 1270 y
fallecido en 1340. Fue defensor del poder imperial. De su primera etapa de la vida se
destaca haber sido Rector de la Universidad de París, siendo uno de los tantos
refugiados políticos de la Corte de Luis de Baviera, contrincante del Papa Juan XXII.
Escribió la obra “Defensor Pacis” en donde desarrolla sus ideas principales. El Papa lo
calificó como “hijo de la perdición y fruto de la maldición, imputando a Luis de Baviera
el crimen de haberle asilado. Marsilio llegó a ser consejero del Emperador Luis, aunque
luego éste último se retracta ante el Papado y abandona las ideas de Marsilio.
Según Perrot, este autor fue enemigo irreconciliable de la hegemonía sacerdotal y para
algunos es considerado precursor de la libertad de pensamiento y el primero en liberar
la Sociedad laica del obstáculo clerical, pero en realidad la inspiración de Marsilio no es
laica sino totalitaria.
Suprime la distinción de los dos dominios, que es políticamente uno de los puntos
esenciales de la Revolución Cristiana. No proclama solamente la superioridad del
Poder Temporal sino que afirma que todo depende de él. Dar al Poder Laico la
primacía no le parece suficiente, igual hay que atribuirle el Poder total.
El sacerdotalismo era una especie de Totalitarismo eclesiástico y Marsilio toma
posición contraria: pretende entrever el ideal de un Estado que resume todas las
manifestaciones de la vida social y que gobierna como arma en todos los demonios. Es
un antecedente Tomás Hobbes y del totalitarismo contemporáneo.
Marsilio comienza por definir el Estado como una especie de ser vivo y al hombre
como un animal social que, entonces, no puede vivir fuera de la “Comunidad Perfecta
que alimenta todas sus necesidades. La Sociedad se integra con las clases labradoras,
artesanos, soldados, magistrados y sacerdotes. Estos últimos tienen la función de
aprender y enseñar todo lo que según las Sagradas escrituras es necesario creer, hacer
o evitar para lograr la salvación eterna.
Partiendo del concepto de que el Estado se integra con hombres libres, Marsilio sienta
la conclusión de que las leyes humanas deben ser la expresión de la voluntad de todos
los ciudadanos o de la parte de más valor de los mismos, debiendo entenderse así a la
a la parte de la comunidad de mayor peso. Pero lo que interesa es el concepto de
potestad del Pueblo con respecto a la ley porque Marsilio va más allá de que sus
antecesores y contemporáneos al sentar una verdadera teoría de la Soberanía popular,
pues no se conforma con designar al Pueblo como fuente del Poder, sino que
constituye al mismo como único depositario de la Soberanía, de forma que sólo la
voluntad común puede legitimar el Poder.
Marsilio no da mayor importancia al problema relativo de las Formas de Gobierno,
entendiendo que si cada Comunidad puede elegir la Forma que más se acomode a sus
características, lo esencial es que la autoridad sea ejercida con respeto del Derecho. De
todas maneras expresa su preferencia por la Monarquía electiva.
También preconiza la organización de la Iglesia bajo un régimen democrático en el cual
la autoridad eclesiástica superior debe residir en un Concilio general, integrado por
representantes eclesiásticos y seculares, siendo función de la autoridad civil la
convocatoria de tales Concilios y el cumplimiento de las penas espirituales, pero la
Iglesia, con su propia organización, tendría autoridad en los asuntos puramente
espirituales. El Pueblo elegiría al Papa pudiendo destituirlo. Al Papa se le considera en
mismo plano con los Obispos, salvo cierta supremacía en cuanto a la dignidad. En
concreto, esto significa descartar en absoluto el Derecho Canónico como jurisdicción
distinta y, simultáneamente, fijar origen humano a la jerarquía eclesiástica. La
autoridad de la misma derivaría de la Ley Humana.
Los analistas benévolos de Marsilio lo convierten en un pionero de los
constitucionalistas modernos, al describir la división de poderes, la Soberanía popular y
la fiscalización del Ejecutivo. Es cierto que Marsilio usa a veces un vocabulario de gran
modernismo: es el autor del término “Poder Ejecutivo” y parece hablar como Juan
Jacobo Rousseau, cuando señala que el legislador no puede ser otro que el Pueblo, es
decir, la mayoría de ellos, que expresan su voluntad en el seno de la Asamblea General
de los mismos. Sin embargo se aferra a una especie de antiguo Totalitarismo, ya que
desconoce los derechos fundamentales de la persona.
ELPENSAMIENTOECONOMICO DEL MUNDO ANTIGUO Y MEDIEVAL

El presente tema ha sido extraído del texto “Historia del Pensamiento Económico” de
Harry Lamdreth y David Colander

Cabría pensar que el pensamiento económico griego ha sido analizado


exhaustivamente y que los estudiosos están plenamente de acuerdo sobre la
importancia relativa delos diversos autores, pero no es así. Por ejemplo, según un
estudio reciente de S. ToddLowry, citado en el apartado Lecturas propuestas, el autor
griego Protágoras hizo aportaciones fundamentales al análisis económico moderno.
¿Debe incluirse? hemos decidido aguardar a que nuestros colegas confirmen estas
conclusiones antes de incluir
aProtágorasennuestroanálisis,porloquecomenzamosporHesiodoyJenofonte.

HesíodoyJenofonte

Las ideas de Hesíodo se presentaron oralmente durante el siglo VIII a.C. La obra
másimportante atribuida a Hesíodo es una descripción del nacimiento de los dioses,
Teogonía.SegúnHesíodo,laescaseznosedebeaquelosrecursossonlimitadosylosdeseosd
el hombre son ilimitados sino que es uno de los males que salieron de la caja de
Pandora cuando ésta la abrió. Hesíodo expone sus ideas económicas en Los trabajos y
losdías, obra en la que inicia una búsqueda de la respuesta a cuestiones económicas
queprosiguió durante dos siglos. Hesíodo, que era agricultor, estaba interesado en la
eficiencia. Los economistas utilizan el concepto de eficiencia en diversos contextos. Es
larelación entre la cantidad de producción y la cantidad de factores. Se considera que
selogra la máxima eficiencia cuando se obtiene la mayor cantidad posible de
producciónconunacantidaddadadefactores.Lasunidadesdemedicióndelaproducciónyd
elos factores pueden expresarse en términos físicos (por ejemplo, quintales de trigo
poracre) o en unidades monetarias (por ejemplo, dólares de producción o de
factores). Sepuede adoptar, por supuesto, una perspectiva distinta y medir la
eficiencia, no en
funcióndelaproductividad,sinoenfuncióndeloscostes(porejemplo,elcosteporacrede un
quintal de trigo o el coste en dólares de una unidad de producción). Podemosdecir
que se maximiza la eficiencia cuando se maximiza la producción o se
minimizanloscostes.

Sería de esperar que a la mayoría de los agricultores y de los productores les


interesara la eficiencia; en efecto, una gran parte de los escritos sobre la eficiencia
que datande comienzos del periodo preclásico se refiere al ámbito del productor y del
hogar.Cuando se comienza a examinar el tema de la eficiencia de la economía, surgen
cuestiones mucho más sutiles y complejas. En este ámbito, ya no se puede medir la
productividadoloscostesentérminosfísicosyloseconomistasrecurrenamedidasmonetar
ias,aunquenoseantotalmentesatisfactorias.

A los primeros autores no les interesaba la eficiencia de la sociedad, ya que no


llegaronacomprenderrealmenteelconceptodeescasezysusimplicacionesyelconcepto
de sistema económico. El término economía, derivado del griego, fue utilizado
porJenofonte como título de su obra Oeconomicus. Sin embargo, tal como lo
empleaban
losgriegos,sereferíaalagestióneficientedelproductorodelhogar.Hesíodo,Jenofontey
otros autores de comienzos del periodo preclásico se ocuparon de un conjunto
deproblemas relacionados con la eficiencia del productor y del hogar que tenían
queabordarse antes de que pudieran tratarse las cuestiones mucho más difíciles y
menosobviasdelaeficienciadelconjuntodelaeconomía.Esinteresantequelaeconomíaco
modisciplina estuviera bastante bien desarrollada antes de que se comprendiera
perfecta-mente la eficiencia de la empresa y del hogar (a finales del siglo XIX, con el
uso delanálisismarginalyelcálculodiferencial).

Jenofonte, que escribió sus obras unos cuatrocientos años después que Hesíodo,llevó
los conceptos de gestión eficiente mucho más allá que Hesíodo y los aplicó alhogar, el
productor, el ejército y la administración pública. Eso le permitió comprenderque es
posible mejorar la eficiencia practicando la división del trabajo. El interés por
ladivisión del trabajo prosiguió con otros autores griegos, entre los que se
encuentranAristóteles y, más tarde, con los escolásticos. Veremos que Adam Smith
reconoció especialmente la influencia de la eficiencia de la economía y de la sociedad
en la riquezadelasnaciones.

Aristóteles

Aristóteles es importante no sólo por sus aportaciones al pensamiento filosófico


sinotambién por la influencia que ejerció en las ideas económicas durante el periodo
delescolasticismo. Fueron las ideas de Aristóteles a las que reaccionaron Santo Tomás
deAquinoyotrosclérigosenelperiodocomprendidoentre1300y1500.

Demócrito (c. 460–c. 370 b.C.) no sólo había abogado por la división del trabajo
sinoque también había defendido la propiedad privada para incentivar la actividad
económica. El maestro de Aristóteles, Platón, había afirmado que la clase gobernante
de
susociedadideal,lossoldadosylosfilósofos,nodebíaposeerpropiedadprivadasinopropied
adcomunitariaparaevitarconflictosporlapropiedadquepudierandesviarsuatencióndecu
estionesmásimportantes.Sinembargo,Aristótelescreíaquelapropiedadprivadacumplía
una útil función en la sociedad y que no debía tomarse ninguna medida paralimitar la
cantidad de propiedad privada. La incoherencia en la que incurrió aparente-mente al
condenar la búsqueda del beneficio económico y defender al mismo tiempo
elderechoalapropiedadprivadapreocupóalosfilósofosmoraleshastaelsigloXVI.

Las principales aportaciones de Aristóteles al pensamiento económico se refieren


alintercambio de mercancías y al uso del dinero para realizar este intercambio.
SegúnAristóteles, las necesidades de los individuos son moderadas, pero sus deseos
son ilimitados. De ahí que la producción de mercancías para satisfacer las necesidades
seacorrecta y natural, mientras que la producción de bienes para intentar satisfacer
losdeseos ilimitados no sea natural. Aristóteles admitía que cuando se producen
bienespara venderlos en un mercado, puede ser difícil saber si esta actividad satisface
necesidades o deseos desmesurados; pero suponía que si un intercambio de mercado
serealiza mediante un trueque, se realiza para satisfacer necesidades naturales y no
sepretende obtener ningún beneficio económico. Sin embargo, la utilización del
dineroinduce a pensar que el objetivo del intercambio es un beneficio monetario, que
es algoqueAristótelescondenaba.

Aristóteles coincide con Platón y con casi todos los demás pensadores griegos en
lanecesidad de ver la actividad económica desde una perspectiva más amplia y no
compartimentar el estudio. Una de las observaciones más interesantes de Aristóteles
es queel problema de la escasez puede resolverse reduciendo el consumo,
cambiando lasactitudes humanas. Ésta es una poderosa idea para los utópicos y los
socialistas
queconfíanenponertérminoalosconflictossocialeseliminandolosconflictosinherentesal
aescasez.

ELPENSAMIENTOÁRABE-ISLÁMICO

Loshistoriadoresdelpensamientoeconómicosehanpreguntadodurantealgunosañospor
uno de los grandes misterios de los comienzos del pensamiento económico
preclásico: ¿por qué los griegos, especialmente Aristóteles, y los escolásticos,
especialmenteSanto Tomás de Aquino, no realizaron aparentemente ninguna
aportación importanteal pensamiento preclásico? Algunos estudios recientes indican
que eso forma parte deun problema más general, que es el hecho de que los
pensadores occidentales no reconocen totalmente que los estudiosos árabe-islámicos
fueron mucho más que merostraductores del pensamiento griego. Se sabía
perfectamente que las ideas griegas setradujeron del árabe al latín para uso de los
escolásticos, no del griego. Ahora está reconociéndose que en muchas disciplinas los
árabes hicieron importantes aportacionespropias.

Losautoresárabe-
islámicos,comolosescolásticosquelossiguieron,escribieronenunentorno muy diferente
al nuestro. Los economistas modernos abstraen las actividadeseconómicas de la
totalidad de la vida humana, lo cual quizá sea correcto en el siglo XXIpara analizar las
complejas economías de los países desarrollados, en las que las
actividadeseconómicassonextraordinariamenteimportantes.Sinembargo,losautoresár
abe-islámicos consideraban todos los aspectos de la actividad humana y
especialmente lasconsecuenciasdeestaactividad–
delacuallaactividadeconómicaeraunapequeñapar-te– para la salvación del individuo.
No se realizaba un análisis económico formal
independientecomohoy;losestudiososislámicosmedievalesexaminaban,porelcontrario
,lascuestioneseconómicasenelcontextomásampliodesusideasreligiosas.

Comoseconsiderabaquetodaslasactividadeshumanasestabaninterrelacionadasy
sometidas al gobierno de la ley divina, era difícil formular un modelo
económicoanalítico. Sólo se avanzó en el conocimiento de la economía cuando los
estudiososdecidieronexaminar,noelmundomusulmánideal,consusnumerosaslimitacio
nesde la actividad económica, sino el mundo musulmán real de su tiempo. Uno de
losprimeros temas de interés de estos intentos de estudiar la actividad económica fue
latributación.

Se ha estimado durante el periodo medieval alrededor de treinta autores árabe-


islámicosescribieronextensamentesobrelaactividadeconómica.Comoelestudiodesusap
ortaciones es algo relativamente nuevo en el mundo occidental –no comenzó
hastahace unos cincuenta años– nuestro conocimiento de la naturaleza y la
importancia deesas aportaciones es tentativo e incompleto. Sí sabemos, sin embargo,
que entre losautores árabe-islámicos más importantes que se ocuparon de cuestiones
económicas seencuentranAbuHamidal-GhazalieIbnKhaldun.

AbuHamidal-Ghazali

Al-Ghazali(1058–
1111)escribió,aligualqueotrosestudiososárabes,siguiendounenfoquequeintegrabalasf
acetasfilosóficas,éticas,sociológicasyeconómicasdelasociedadenlascreenciasreligiosas
quepredominabanenlaépocayellugarenelquevivía.Fueunodelosintelectualesmásimpor
tantesdelIslammedievalysesabequesusescritosinfluyeronenSantoTomásdeAquino.Sud
escripcióndelaevolucióndelosmercadosmedianteelintercambiovoluntarioesnotablem
enteperspicazparaalguienqueescribióenelsigloXI,aligualquesucomprensióndelmodoen
quelosmercadosrelacionanylasactividadeseconómicasconlaevolucióndelaespecializaci
ónyladivisióndeltrabajo.Antiguamente,unabarradepanpodíaserelresultadodelasactivi
dadesdeuna sola familia,que sembraba,recolectaba ymolía elgrano ypreparaba
yhorneaba elpan.Al-
Ghazaliobservóqueensutiempounabarradepanpodíaserelproductodemiltrabajadoreso
más.Dándosecuentadequelacrecienteespecializaciónydivisióndeltrabajogenerainterca
mbioseconómicos,al-
Ghazalifuecapazdeseñalarlasdificultadesdeltruequeylaconsiguientenecesidaddeconta
rconunamonedaparafacilitarestosintercambios.Tambiénexaminóotrosmuchostemase
conómicos:elgastopúblico,latributaciónylospréstamos;lasmonedasysufalsificación;elin
terésylausura;ylamejorformaderecaudarimpuestospararepartircorrectamentelacarga
fiscalenlasociedad.Aligualquesuscontemporáneosydelosquelosiguierondurantecasiqui
nientosaños,al-
Ghazalinoseparólasactividadeseconómicasdelresto.Susaportacionesydescripcionessie
mprelashizoenelcontextomásampliodesusideasreligiosasfirmementedefendidas,queli
mitarony,enalgunoscasos,proscribieronlaactividadeconómica.

IbnKhaldun

IbnKhaldun (1332–1406) tampoco mostró interés por las cuestiones puramente


económicas. Su examen de temas económicos siempre fue tangencial y en el
contexto decuestiones más generales. Su aportación más interesante sobre
cuestiones
económicasposiblementeseasuamplioytranscendentalanálisisdeloqueparecíaexperim
entarsu sociedad y que hoyllamaríamos un ciclo de desarrollo: el paso de una
sociedadruralynómadaenlaquelarentaerabaja,losconocimientosartesanaleseranrudim
entarios y el excedente económico era pequeño a una sociedad sedentaria en la que
pre-dominaba la agricultura, con un nivel más alto de productividad del trabajo y de
renta,excedenteseconómicosycrecimientodemográfico.Retrospectivamente,podemos
considerar que IbnKhaldun examinó muchos temas “económicos”: la población,
losbeneficios, la oferta, la demanda, los precios, los bienes de lujo, los excedentes
agrega-dosylaformacióndecapital.

Se ha dicho que IbnKhaldun representa el comienzo de la economía islámica –aun-


que algunos dirían que esta distinción le corresponde a al-Ghazali– si bien eso no
significa el inicio de un análisis significativo de las economías de mercado. Estos
filósofosárabes, al igual que sus predecesores, Aristóteles y Platón, cuyo pensamiento
estuvovigentedurantemilaños,alanalizarcuestionesdemayorimportanciaquelaeconomí
a,aportaron algunas primeras ideas interesantes sobre la actividad económica y de
esaforma añadieron peldaños a la escalera de la comprensión de la economía en la
quepudieron sustentarse los autores mercantilistas cuando la actividad económica se
convirtióenunaactividadsocialmásimportante.

ELESCOLASTICISMO

Como mejor se comprende la doctrina económica escolástica es teniendo en cuenta


elcontexto de su época, que se extiende desde antes de la caída del Imperio
Romanohasta los comienzos del mercantilismo en Europa occidental. Analizaremos
algunas
delasprincipalescaracterísticasdelasociedadmedievalqueinfluyeronenlanaturalezaylai
mportanciadelescolasticismo4.
Losfundamentosfeudalesdelpensamientoescolástico

El tipo de actividad económica que observamos hoy en las zonas industrializadas


delmundo apenas existía en la Edad Media. En concreto, aunque la producción de
bienesparavenderlosenelmercadoaumentóduranteesteperiodo,nodesempeñabaunpa
pelpreponderanteenlavidadiaria.Laeconomíafeudalsebasabaenlaagriculturadesubsist
enciaenunasociedadenlaqueelelementodecohesiónnoeraelmercadosinolatradición, la
costumbre y la autoridad. Esta sociedad estaba dividida en cuatro grupos: lossiervos,
los terratenientes, la nobleza y la Iglesia. Toda la tierra era
fundamentalmentepropiedad de la Iglesia Católica Romana o del rey. El rey entregaba
en usufructo lastierras de su propiedad a los señores o los nobles y éstos tenían que
cumplir a cambiociertas obligaciones con la autoridad central. Estas obligaciones, que
no se basaban encontratos (como en la economía de mercado moderna) sino en la
tradición y en la costumbre, consistían en suministrar servicios y bienes. El derecho
de usufructo, con
suscorrespondientesobligaciones,setransmitíaporderechodenacimientodepadresahijo
s.ComolaautoridadcentrallaicanuncatuvomuchopoderdurantelaEdadMedia,elseñorera
engranmedidaelquemandabaensusdominios.Larelaciónentreelseñoryelsier-vo
también venía dictada por la costumbre, la tradición y la autoridad. El siervo
estabaatadoalatierraportradiciónypagabaalseñorporsuusocontrabajo,cosechasyavece
sdinero.Acambio,elseñorloprotegíadelosintrusosentiemposdeguerra.Cadafeudoo
propiedad era una unidad económica y política casi absoluta. Normalmente tenía
supropiaiglesia,construidaporelseñorygestionadaenpartebajolainfluenciadelseñor,yaq
uenombrabaalpastor.LaIglesia,alserlamayorterratenientedeEuropaoccidental,teníaun
agraninfluenciaenlosasuntosterrenales.Engeneral,suspropiedadesestabanmejor
administradas que las de los señores feudales, debido en parte a que los
clérigoseranlaúnicaclasequesabíaleeryescribirconfluidez.

La mayoría de los individuos aceptaba el puesto que ocupaba en la sociedad


sinapenas ponerlo en cuestión. Hubo algunos casos dispersos de rebelión de los
siervoscontra sus señores, pero fueron casos excepcionales. Toda la tierra pertenecía
a Dios,que la había puesto bajo la custodia o bien de un hombre que era el rey por
derechodivino, o bien de la Iglesia. No aceptar la autoridad de los superiores era
oponerse a lavoluntad de Dios, que les había otorgado autoridad y poner en peligro la
salvación
enlaotravida.Enesesistema,latierra,eltrabajoyelcapitalnoerancomohoymercancíasque
se compraban y vendían en un mercado y apenas se producían bienes para
venderlosenelmercado.

Aunque en la sociedad feudal existían poderosos elementos que reforzaban la


tradición y eran hostiles al cambio, otros factores comenzaron a erosionar los
fundamentos del feudalismo. La mayoría de los historiadores económicos consideran
que
elcambiotecnológicofuelacausaprincipaldeldeclivedelfeudalismo.Loscambiosdelatecn
ologíaagrícolatuvieronunainfluencianegativaenelfeudo.Surgiólaproducciónmanufactu
rera, basada en la sustitución de la fuerza de tracción humana y animal porfuerza
mecánica hidráulica o eólica. La sociedad se transformó, pues, durante la
EdadMediayespecialmentedurantelosquinientosañosanterioresa1450.

Losautoresescolásticoseranmonjescultosquetratabandedarpautasreligiosasparaaplicar
las a actividades terrenales. Su objetivo no era tanto analizar la escasa
actividadeconómica que se realizaba como prescribir unas normas de conducta
económica com-
patiblesconeldogmareligioso.ElmásimportantefueSantoTomásdeAquino.
SantoTomásdeAquino

Aunque los escolásticos, en su intento de adaptarse a los incipientes cambios


económicos de la época, engendraron un corpus algo diverso de ideas económicas,
abordaronesencialmente las mismas cuestiones económicas básicas: la institución de
la
propiedadprivadaylosconceptosdepreciojustoyusura.Conalgunassalvedadesdepocaim
portancia, es razonable caracterizar y resumir esta literatura como una lucha por con-
ciliar las enseñanzas religiosas de la Iglesia y la actividad económica, que iba
aumentandopocoapocoenaquellaépoca.Losescritosescolásticosrepresentanunaacept
acióngradual de ciertos aspectos de la actividad económica, que comenzaron a
considerarsecompatibles con la doctrina religiosa modificando sutilmente esa
doctrina para quefuera acorde con las circunstancias económicas. La importancia de
las ideas de SantoTomás de Aquino radica en su fusión de las enseñanzas religiosas y
los escritos deAristóteles, que dieron a la doctrina económica escolástica una gran
parte de su contenido.

Santo Tomás de Aquino, al intentar conciliar la doctrina religiosa y la institución dela


propiedad privada y la actividad económica, tuvo que tener en cuenta
numerosasafirmaciones bíblicas que condenaban la propiedad privada, la riqueza y la
búsquedadel beneficio económico. Basándose en el Nuevo Testamento, los primeros
cristianospensabanquelapropiedadcomunitariaeraacordeconlaleynaturalyquelapropie
dadprivada no se ajustaba a este ideal. Por lo tanto, las primeras sociedades
cristianas,inspiradas en la vida de Jesucristo y sus apóstoles, eran comunitarias. Pero
los primerosautores escolásticos llevaban mucho tiempo tratando de demostrar que
no era incompatible con las enseñanzas religiosas que los seglares tuvieran alguna
propiedad privada. En el siglo XIII, después de que se introdujeran de nuevo los
escritos de
AristótelesenEuropaoccidental,SantoTomásdeAquino,adaptandoelpensamientoaristo
télico a sus propios escritos, fue capaz de argumentar convincentemente que
lapropiedad privada no era contraria a la ley natural. Aunque admitió que en la ley
natural toda la propiedad es comunitaria, sostenía que el crecimiento de la
propiedadprivada no era contrario a la ley natural sino una añadidura que la
complementaba.Santo Tomás de Aquino sostenía que estar desnudo era conforme a
la ley natural y quela ropa era una añadidura a la ley natural y que se había ideado
para beneficiar alhombre.Elrazonamientoeraelmismoenelcasodelapropiedadprivada.

Una vez más, siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás de Aquino era partidario de
laregulación de la propiedad privada por parte del Estado y aceptaba su
distribucióndesigual. Sin embargo, siguiendo a Platón, abogaba por la pobreza y la
vida comunitaria como ideal para los que tenían un profundo compromiso religioso,
porque la vidacomunitaria les permitía dedicar la mayor parte de sus energías a las
actividades religiosas.

A Santo Tomás de Aquino y otros escolásticos también les interesaba otro aspectodel
aumento de la actividad económica, el precio de los bienes. A diferencia de
loseconomistas modernos, no trataron de analizar la formación de los precios en
unaeconomíaodecomprenderelpapelquedesempeñanenlaasignacióndelosrecursosesc
asos. Centraron la atención en el aspecto ético de los precios que plantea
cuestionesrelacionadas con la equidad y la justicia. ¿Prohibía la doctrina religiosa a los
comerciantes vender bienes por más de lo que pagaban por ellos? ¿Eran la obtención
debeneficios y de intereses actos pecaminosos? En el análisis de estas cuestiones,
SantoTomásdeAquinocombinóelpensamientoreligiosoconlasideasdeAristótelesyllegó
a la conclusión de que cuando se realizan intercambios en el mercado para
satisfacerlasnecesidadesdelaspartesquecomercian(utilizandolaconcepcióndenecesida
d de Aristóteles), no se plantea ninguna cuestión ética. Pero cuando los
individuosproducenparaelmercadopreviendolaobtencióndeunbeneficio,sóloactúan
virtuosamente si sus motivos son benéficos y sus precios son justos. Si el comerciante
pretende utilizar los beneficiosque obtenga para su manutención,parahacer obras de
caridad o para contribuir al bienestar público y si sus precios son
justos,demaneraquetantoelcompradorcomoelvendedorsebenefician,elcomercian-
tehaactuadocorrectamente.

Los historiadores de la teoría económica tienen diferentes interpretaciones del


concepto escolástico de precio justo. Algunos sostienen que los escolásticos, incluido
SantoTomás de Aquino, consideraban que el precio justo equivalía al coste del
trabajo. Otrosafirman que equivale a la utilidad y otros consideran que equivale al
coste total
deproducción.Porlotanto,elconceptoescolásticodepreciojustoseconsideraunprecursor
de la teoría del valor trabajo de Ricardo y Marx o de la teoría de la utilidad marginal o
de la idea implícita en la teoría clásica y neoclásica de que los mercados competitivos
generan precios justos ideales. Según otra opinión muy general, el
conceptoescolástico de precio justo constituía una parte integral del conjunto de
fuerzas socialesy económicas que mantenían la jerarquía del feudalismo. Según esta
teoría, si todos losprecios del mercado fueran precios justos, nadie podría cambiar de
estatus social pormedio de la actividad económica. La ausencia de análisis económico
en el escolasticismo impide saber exactamente qué se entendía por “precio justo”.
Según nuestra interpretación, para el escolasticismo, en general, y para Santo Tomás
de Aquino, en particular, el precio justo era simplemente el precio vigente en el
mercado. Sin embargo, sieso es correcto, como los escolásticos no tenían ninguna
teoría con la que explicar lasfuerzas que determinan el precio de mercado, no es
posible extraer ninguna conclusiónútil sobre el contenido económico y ni siquiera
sobre el contenido ético del concepto depreciojusto.

Un corolario del concepto de precio justo es el concepto escolástico de usura.


Lasposturas de la Iglesia sobre el precio justo y la moralidad en la conducta
económicaeran en su mayor parte suficientemente generales para no afectar a la
creciente economía. Pero sus opiniones sobre la usura eran específicas y lo
suficientemente importantes para originar conflictos entre la iglesia y la comunidad
empresarial emergente. Elsignificado del término usura ha cambiado desde los
tiempos del escolasticismo. Talcomo se emplea hoy, significa cobrar un tipo de
interés excesivo, pero en la doctrinaescolástica tiene el sentido bíblico y el sentido
aristotélico de cobrar cualquier tipo
deinterés.LapropiadoctrinaescolásticasobrelausurasederivaengranpartedelaBibliay de
los escritos de Aristóteles. La condena bíblica de la usura tiene su origen en elriesgo
de que los fuertes se aprovechen de los débiles. Aristóteles había afirmado, además,
que cobrar intereses por los préstamos no era natural, ya que el dinero es
estéril.Laposturaescolástica,quealprincipiodelperiodoprohibíaestrictamentelapercepc
iónde intereses fue moderándose gradualmente hasta aceptarla –al menos con fines
empresariales–mástarde.

Santo Tomás de Aquino fue un complejo e interesante pensador. Por una


parte,frenóelavancedelpensamientoeconómicoalponerelénfasisenlascuestioneséticas
y centrar la atención en la filosofía moral; por otra, impulsó la economía y todas
lasciencias sociales con su uso del pensamiento abstracto. Stephan Worland señala el
usodelaabstracciónenSantoTomásde Aquino:

Deja en gran parte de lado el marco institucional en el que tiene lugar la actividad
económica y trata esa actividad simplemente como si fuera la conducta de
particulares... Centrando la atención en las cuestiones de los principios
fundamentales, limita su investigación económica a un grado relativamente alto de
abstracción. Concibe unsistema económico como una serie de miembros
indiferenciados de la especie humana unida por las instituciones básicas –la
propiedad privada, la división del trabajo, el intercambio– que son “naturales” al
hombre.

RESUMEN
Los pensadores chinos, griegos, árabe-islámicos y escolásticos no analizaron la
economía como una disciplina independiente; estaban interesados en cuestiones
mucho másamplias y filosóficas. Y como la actividad económica que observaron en
esos primerostiempos no estaba organizada en un sistema de mercado como el que
conocemos hoy,no se ocuparon de la naturaleza y el significado de un sistema de
precios sino de cuestiones éticas relacionadas con la justicia y la equidad. Sin
embargo, sus ideas sobre algunos fenómenos económicos sirvieron de base a
pensadores posteriores. La excepcióna esta generalización es GuanZyong, cuyas
obras, aunque adelantadas a su tiempo,erandesconocidasenOccidente.

Los pensadores griegos, especialmente Hesíodo y Jenofonte, estudiaron la


administración de los recursos en el ámbito del hogar y del productor y extrajeron sus
conclusiones sobre la eficiencia y su relación con una división correcta del trabajo.
Aristótelesy otros griegos examinaron el papel de la propiedad privada y de los
incentivos. En suanálisis de las necesidades y los deseos, Aristóteles planteó
cuestiones eternas sobre elfin de la vida, cuestiones que se convirtieron en el tema de
interés en los análisis posterioresdelosescolásticos.

DurantelaEdadMedia,setradujeronmuchosescritosgriegosalárabeydelárabeal latín.
Los estudiosos árabes influyeron, pues, en el pensamiento escolástico en loscampos
de la filosofía, la ética, las ciencias y la economía hasta un grado que no se
hareconocido totalmente hasta los últimos cincuenta años. Y aunque la doctrina
religiosamusulmana y la cristiana eran esencialmente hostiles a la actividad
económica, nopudieron eliminar todas las actividades económicas. Al-Ghazali e
IbnKhaldun, al tratar de comprender su época, consiguieron, pues, aportar algunas
ideas útiles sobre laactividad económica y contribuyeron así al largo proceso histórico
de construcción deloscimientosdelconocimientodelaeconomía.

La doctrina escolástica no intentó analizar la economía; su objetivo era


establecerunos criterios religiosos con los que juzgar la conducta económica. En una
sociedad enla que apenas había actividad económica, en la que la tierra, el trabajo y
el capital no secomerciaban en mercados y en la que la costumbre, la tradición y la
autoridad desempeñaban un importante papel, parecía haber –al menos para los
clérigos cultos– un“bien superior” a los bienes económicos. Sin embargo, las
consecuencias negativas delcambio tecnológico estaban alterando lentamente el
orden feudal y la vida
económicaestabaplanteandounretocadavezmayoralavidaespiritual.

A mediados del siglo XV, las ideas escolásticas sobre la vida virtuosa chocaban
conlaprácticaeconómicavigenteylosjuicioséticosdelaIglesiaparecíanfueradelugaren las
economías en desarrollo de Europa occidental. No obstante, la doctrina escolástica sí
aportó ideas sobre el funcionamiento de la creciente economía de mercado
ycontribuyóasentarlasbasesparaeldesarrollodeunenfoquemásanalítico.
Tuvieron que ocurrir algunas cosas antes de que la economía de mercado
pudieradesarrollarse plenamente y generar la enorme oleada de bienes inherente a
los
recursosnaturalesquehabíaparautilizarylosconocimientosylatecnologíaquehabíapara
explotar. Uno de los cambios más cruciales fue la gran transformación de
laestructurainstitucionaldeEuropaoccidental.Lalibertadfueelelementoclaveeneste
cambio: liberación de las ataduras de la fría mano de la tradición que ahogaba
elcambio, liberación de la ideología de las enseñanzas religiosas que no veían con
bue-nosojoslaactividadeconómica,liberacióndelpoderpolíticoyeconómicodelaIglesia
que se oponía a la aparición de nuevos intereses económicos y liberación delgobierno
que creaba y apoyaba el monopolio y se dedicaba a otras actividades
queretrasabanelavanceeconómico.Retrospectivamente,ladoctrinaescolásticarepresen
ta un lento repliegue en favor de una aceptación mayor de las actividades
económicas. La economía tuvo que liberarse de la Iglesia tanto en el terreno
intelectual comoenelpráctico.

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