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4 Conductas Violentas en los Jóvenes

No es difícil comprobar el enorme interés y preocupación que despierta en la sociedad

actual el fenómeno de la violencia, tanto ejercida como sufrida por los jóvenes,

llegando al extremo de establecer una unión casi indiscutible entre éstos y la violencia,

como si se tratara de un binomio inexorable. Prueba de ello son las continuas

publicaciones en revistas y periódicos, emisiones de radio y televisión acerca del tema en

los que predomina más el análisis sociológico, antropológico, psicológico o incluso

cotidiano, pero no es fácil encontrar en España trabajos empíricos de investigación

centrados exclusivamente en el fenómeno de las conductas violentas de algunos jóvenes,

afirmándose que “(...) existen trabajos empíricos donde se trata de medir la actitud y

grado de just~flcación ante determinados actos violentos, pero no parece existir nada

sobre el grado de implicación en este tipo de comportamientos, las circunstancias que

motivan el comportamiento violento, ni las características sociológicas de los agresores y

las víctimas” (Laespada y Salazar, 1999, pI38). Además, en diferentes investigaciones

internacionales se suele utilizar el termino violencia” para hacer referencia a la

“violencia escolar”, sinónimo también de “bullying”, conductas agresivas en el ámbito

escolar e incluso de “conductas delictivas juveniles” (Mooj, 1994, 1997; Funk, 1995b;

Debarbieux, 1997; Schubarth, 1993; Hurrelmann, 1990, entre otros).

En esta investigación en concreto, conceptualizamos la violencia en los jóvenes

como conductas agresivas diferentes del bullying (analizado en el apartado anterior) y de

las conductas delictivas, aunque puede estar contemplada como delito en el código penal.

Es decir, las conductas violentas en los jóvenes deben ser analizadas como fenómenos

complejos tanto en sus causas que son múltiples como en sus manifestaciones que son

variadas y que en conjunto deben ser comprendidas dentro del marco sociohistórico
donde se producen.

10.4.1 Manifestaciones más comunes

Para delimitar las conductas violentas que suelen protagonizar algunos jóvenes en

la cultura occidental en general, y en la cultura española en particular, es de gran utilidad

la clasificación realizada por Javier FIzo (1999) que nos permitirá diferenciar “los

modos de violencia juvenil” de otros comportamientos agresivos. Son los siguientes:

• Violencia de carácter racista: Hace referencia a los movimientos de orientación neonazi

como los skin heads, muy cercanos a la extrema derecha.

• Violencia de carácter xenófobo: Es la que percibe a los extranjeros como una amenaza o

peligro para su bienestar y calidad de vida. Es semejante a la violencia puramente racista.

• Violencia nacionalista con carga fundamentalmente étnica: Ejemplo serían los casos de

Irlanda y todo lo referente a la ex Yugoslavia.

• Violencia de signo revolucionario-nacionalista: Ejemplo la desarrollada en el País Vasco

por el autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (M.L.N.V.), algunos

de cuyos grupos protagonizan la llamada “kale Borroka” o violencia callejera.

• Violencia Antisocial: Se relaciona con una especie de revuelta social protagonizada por

jóvenes marginados de la sociedad y excluidos de los beneficios de la “sociedad del

bienestar”.

• Violencia gratuita: Se aplica este término a la violencia que en principio no parece

responder ni a objetivos estratégicos (como la violencia de corte revolucionario o

nacionalista o racista) ni obedece a situaciones de marginación o desarraigo social,

cuestionándose el vocablo “gratuita” porque “no hay violencia que no responda a una

insatisJácci¿n, necesidad o falta “, por lo tanto, se diferencian varias causalidades o

motivaciones (Elzo, 1999, p.13 88):


- Violencia Ládica: Se realiza como forma de romper con la rutina y monotonía

cotidiana, presentes en la vida de muchos jóvenes que entonces la ejercitan

como si se tratase de un juego.

Violencia Identitaria: Cuando está relacionada con la búsqueda de identidad,

adquiriendo un valor como modelo de identificación.

- Violencia como producto de la dfticultad para manejar las frustraciones y

d¿ferir en el tiempo lo deseado en el presente, incluyendo la no aceptación de

limites, ni lo relacionado con la autoridad exterior a la de su grupo de

compañeros.

• Violencia en los espectáculos deportivos: 1-lace referencia a la aparición de un

determinado número de grupos juveniles, más o menos organizados que se sitúan al fondo

de los estadios de fútbol especialmente, y aprovechan los eventos deportivos para

protagonizar peleas entre ellos, contra los seguidores del equipo contrario y/o contra el

mobiliario urbano.

10.4.2 Enfoques Interpretativos del Fenómeno

Las manifestaciones de conducta juvenil mencionadas anteriormente tienen una

enorme repercusión en la actualidad, no sólo por los actos violentos en sí, muchas veces

carentes de justificación ante los ojos de los adultos, sino por la carga de “descomposición

socia]” que otras veces se le atribuye, a partir de la cual los jóvenes se convierten en una

especie de “amenaza” para el bienestar y tranquilidad general, siendo los “chivos

expiatorios” de todos los comportamientos negativos, insolidarios y/o antisociales de una

sociedad que, a nuestro parecer, prefiere señalar “culpables” (en este caso concreto los

jóvenes) que realizar un profundo análisis de las pautas de socialización en las que está

educando a las nuevas generaciones, pautas caracterizadas precisamente por


comportamientos agresivos, por actitudes xenófobas y racistas, por abusos y malos tratos,

etc., presentes en los diferentes entomos (familiares, escolares y sociales) en los que

crecen y se desarrollan los chicos y chicas.

Aceptando entonces que los comportamientos violentos en los jóvenes son reales y

que están presentes en nuestra vida cotidiana, es interesante aproximarnos a dos enfoques

interpretativos o explicativos de dicho fenómeno. El primero lo explica como un “rito

iniciático simbólico” (Martín Serrano, 1998) y el segundo como una búsqueda de

atención y reconocimiento por parte de los espectadores adultos en un intento frenético de

los jóvenes por configurar sus identidades, aún inestables y desdibujadas (Gil

Calvo, 1996).

10.4.2.1 Violencia en los jóvenes como Rito Iniciático Simbólico

Siguiendo los planteamientos del profesor Martín Serrano (1998) los siguientes

son los elementos que consideramos más importantes de su explicación del vínculo

violencia-juventud como un rito de iniciación:

• Existe una relación ancestral entre los jóvenes y la violencia, ya sea recibida o ejercida

por ellos, enmarcada en los “ritos de pasaje” o “ritos de iniciación” que convierten a los

menores en personas adultas.

• Este tipo de violencia es justificada por toda la comunidad y recibe el significado de

“violencia buena

• Desde ese planteamiento, todas las representaciones colectivas de ese tipo de violencia

juvenil comparten la creencia según la cual infringir o soportar actos violentos

contribuye a desarrollar y fortalecer el coraje, la lealtad y otras actitudes solidarias.

• Aún en las sociedades modernas, se apela a esta legitimación cuando es necesario

movilizar a los jóvenes contra algún enemigo “real o potencial”, utilizándolos como
entonces, tanto en el papel de agresores como de víctimas, al ser más fuertes, decididos,

más dóciles y mejor preparados que los adultos, transmitiéndoles como elemento de

socialización la valoración de la conducta agresiva y violenta como un comportamiento

necesario, eficaz y aceptado socialmente.

• El problema que se plantea en la actualidad es que las manifestaciones de violencia

juvenil no son “reconocidas” por la colectividad como comportamientos que preparan al

joven para ingresar en la vida adulta, sino lo contrario, se entienden como conductas de

ninatos” q:[e se resisten a salir de la adolescencia y en consecuencia sus

manifestaciones violentas son percibidas por el imaginario colectivo como

amenazantes para el propio grupo.

Es decir, aunque se reconozca como un ritual esta modalidad de violencia protagonizada

por jóvenes, su rasgo distintivo en relación con la anterior es que, en lugar de servir para

la integración social y para la defensa del grupo, esta nueva violencia juvenil se percibe

como violencia mala” y “no justificable” porque sirve para la desintegración social y es

una amenaza para el grupo

• Lo anterior permite afirmar que en nuestra sociedad se realizan dos presentaciones de la

violencia de los jóvenes dependiendo de la función que dicha violencia desempeñe en el

mantenimiento de la organización social. Así, hay una “violencia buena” que contribuye a

la reproducción social y por tanto hay que defenderla y legitimarla y hay una “violencia

mala” que pone en peligro la reproducción social y por tanto hay que erradicaría.

• Esta dualidad en la conceptualización de la violencia genera confusión en los jóvenes que

no disponen de criterios generales de rechazo que sean válidos para todos los casos y

situaciones. “Así pues, la distinción entre la violencia “aceptada” y la “no aceptada” no

está basada ni puede estarlo, en normas de conducta universales. En consecuencia,


existen contradicciones y ambiguedades muy características de esta sociedad y de nuestro

tiempo, a la hora de manejar la representación pública de la violencia juvenil” (Martin

Serrano, 1998, p.l%.

10.4.2.2 Violencia en los jóvenes como Búsqueda de Atención y Reconocimiento

Siguiendo los planteamientos del profesor Gil Calvo (1996) los siguientes son los

elementos que consideramos más importantes en la explicación de la violencia en los

jóvenes como forma de captar la atención por parte de los adultos:

• Parte del análisis de las actividades realizadas por lo jóvenes de forma colectiva durante

el fin de semana como elementos fundamentales en la consolidación y refuerzo de la

pertenencia a grupos de iguales, generando en su interior complejas redes de

interacciones sociales y de afectos que contribuyen a la construcción de la propia

identidad.

• Estas actividades de fin de semana tienen peculiaridades que las diferencian de las

actividades realizadas durante la semana; es decir, se plantea una oposición entre tiempo
DARLEY Y LA TANÉ
(1968)
Estudiaron la intervención en emergencias:
con la gran aportación del concepto de efecto del espectador ..
PillA VIN, RODlN,
y PIllA VIN (1969)
COKE, BATSON,
y McDA VIS (1978)
SNYDER E ICKES
(1985)
BATSON (1987)
BATSON ET AL. (1986)
Investigación sobre el comportamiento de ayuda, fuera del laboratorio.
aplicándola al contexto de la vida cotidiana. Proponen un modelo
explicativo basado en una matriz de costos-recompensas.

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