Desde la psicología social es pertinente para nuestra profesión tratar de entender las
relaciones y los conflictos que se dan dentro de los integrantes de una sociedad, esto lo
logramos a través del reconocimiento de los contextos en los que se interactúa, y donde
surgen las causas y las consecuencias de todo lo que desencadena vivir en una sociedad.
Partiendo desde la compresión de la naturaleza del sujeto y sus procesos de construcción
social que definen sentimientos, pensamientos y formas de actuar frente a los contextos a
los que se enfrenta, en esta oportunidad se aborda la violencia ejercida hacia la comunidad
LGBT, pues se entiende que es un problema social que requiere ser evidenciado desde los
diferentes ámbitos (político, social, educativo, cultural) con el fin de generar proceso de
equidad, visibilidad, justicia, respeto y buen trato hacia estas personas que al igual que el
resto de la humanidad merecen un trato con dignidad, donde se les observe por sus
cualidades, valores, aptitudes y no por su condición sexual.
Sin embargo, aunque se trata de una forma de violencia sutil, ésta configura las
relaciones sociales y se reproduce a manera de disposiciones comportamentales y formas de
representación social, es decir, casi que se hereda por los integrantes de una sociedad. La
violencia simbólica es por tanto un tipo de violencia que se esconde detrás de la legitimidad
y la naturalización, lo cual nos lleva a concluir que es una violencia que cuenta con una
gran ventaja porque no es tan fácil de reconocer y por ende no es fácil establecer
alternativas para su posible solución; y además siendo una violencia “invisible” es difícil
David Serna 1755442 – Psicología Social ll – Seminario problemáticas sociales.
que los o las personas que la viven puedan percibirla como un tipo de agresión o amenaza
para sí mismas.
Problema:
Referencias: