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Didáctica de la Lengua y la Literatura

Las consignas: claves para su formulación

Una definición de consigna


[...] las consignas son textos orales y escritos producidos en la interacción
sociodiscursiva de todos los niveles de enseñanza. Determinan el posible efecto sobre
los estudiantes en la realización de las actividades intelectuales y pragmáticas. Se trata,
por lo tanto, de enunciados organizadores que pretenden conducir el desarrollo de una
tarea específica y concreta en un contexto educativo determinado (adaptado de Riestra,
Dora, 2004).
La consigna es el texto instruccional por excelencia, cuya característica fundamental es
la consideración de un procedimiento. Su realización involucra a los estudiantes en su
totalidad: en el trabajo intelectual, en sus relaciones con los compañeros y con los
docentes, en el uso de materiales y recursos, en el ritmo de trabajo.
Tipos de consignas:
• Clásicas
• En forma de preguntas
• De aplicación: casos o simulaciones

Clásicas: son típicas de los instrumentos de evaluación; suelen organizarse mediante un


verbo y un tema; o un tema y dos o tres verbos o dos temas y dos verbos.
En forma de preguntas: suelen ser preguntas guías, referidas a un texto o bien
apuntan a relacionar más de un elemento o a activar información. Se recomienda evitar
las preguntas que se pueden responder por sí o por no. En cambio, utilizar los
pronombres interrogativos: Dónde /Cuándo / Por qué / Cuál –es / Qué / Cómo /Cuánto.

De aplicación: casos o simulaciones: sirven para hacer funcionales (es decir, usar)
unos contenidos de información. Consisten en acciones realizadas en situaciones
artificiales, que remedan o simulan las situaciones naturales. Tienen dos partes: el caso
o ejemplo y las actividades.

Otros tipos de consignas


Suelen ser útiles en enseñanza de lenguas:
• de llenado,
• de expansión,
• de transformación de un texto en otro,
• de reformulación,
• de construcción de un texto nuevo,
• de reescritura.

Para tener en cuenta:


El verbo que se incluye en el enunciado de cada consigna indica la acción mental a
desarrollar. El significado de cada término no se puede dar por conocido ya que
depende de la resignificación que se le da en comunidades de prácticas específicas
como son la escuela y en especial cada disciplina.

Por eso es necesario prestar atención al uso de los verbos. Estos, en infinitivo o en modo
imperativo, indican la tarea.
Se recomienda organizar las indicaciones de manera secuencial.
Puede resultar más claro y operativo construir consignas con un sólo verbo, que solicite
una sola tarea; o bien, un sólo tema y más de una tarea para ese sólo tema.

Las consignas admiten el uso del infinitivo, forma que denota la significación del verbo
en abstracto, sin tiempo, número, ni persona. Expresa la idea del verbo como un nombre
en acción. Tiene valor nominal y por ello cumple las funciones propias del sustantivo,
aunque en el cotexto de la consigna adquiere un valor de acción a realizar, es decir, un
matiz imperativo.
Otro modo de redactar las consignas es mediante el uso del verbo con sus variaciones
morfosintácticas: tiempo, modo, voz, número y persona. Se recomienda la
homogeneidad en el uso de los verbos en los enunciados, sobre todo de las pruebas, en
particular, las de tipo objetivo o de respuesta cerrada; porque en los troncos de los
ítems, los verbos expresan la acción (analice, subraye, identifique, etc.) que debe
realizar el alumno.
Tiempo: presente. Se asocia a la persona. En el caso del presente es una de las
categorías del grado que corresponde al momento actual. Si un proceso está expresado
en grado presente significa que es simultáneo con el acto de enunciación.
Modo: imperativo (subjuntivo en las subordinadas), en la mayoría de los casos significa
las muy variadas formas que indican el grado de voluntad del emisor del mensaje, en
este caso del docente que escribe las consignas y da determinada orden o indica
determinada acción a realizar.
Supone la doble presencia del sujeto hablante y del sujeto oyente: la condición no es
realizada más que por una segunda persona del singular o del plural o de la primera del
singular, que por definición implica siempre otra persona, lo cual en el caso del
imperativo, la segunda.
Con este verbo el/la docente expresa su voluntad de forma directa al dar, a su mensaje,
el sentido de una orden proferida ante el/la estudiante presente y espera mover con ella
la voluntad de quien la recibe, para la inmediata concreción del proceso. De ese modo,
se cumple la función apelativa del lenguaje.
El imperativo es también una forma particular del subjuntivo en uno de sus sentidos
básicos: el desiderativo. En particular, el subjuntivo contiene un modus irrealis, es
decir, que lo que se expresa por su intermedio no tiene más realidad que lo que emana
de pertenecer a la voluntad del emisor del mensaje. Lo real será el acto en sí, o sea, la
realización de la tarea por parte del /la receptor/a del mensaje.
Voz: se utiliza la activa porque el sujeto es quien ejecuta la acción.

Los verbos y las actividades cognitivas


Según el vocabulario observado en las consignas escolares hay dos tipos de verbos:
1- Verbos que expresan una acción psicomotriz directamente observable como:
construir, inscribir, marcar, tachar, subrayar, etc.
2- Verbos que expresan procesos mentales que no son directamente observables
y, que se supone, son necesarios para resolver las cuestiones y problemas
vinculados con actividades intelectuales. Como ejemplo de esta categoría
podemos mencionar: analizar, combinar, definir, establecer, suponer, etc.
Debemos aclarar que aunque usemos un verbo relativo a la primera categoría,
igualmente un/a alumno/a debe desarrollar antes de la respuesta una serie de procesos
mentales más o menos complejos. Sin embargo en el enunciado del ítem no hay ninguna
referencia expresa a dichos procesos. Por ejemplo, al decir “subraye la palabra que
corresponde” para resolverla es necesario recordar, deducir, evaluar, clasificar, etc. y
esos procesos se dan por supuestos.
El empleo de los verbos de la segunda categoría revela las conjeturas realizadas por el
redactor del ítem, acerca de las actividades mentales que habrán de suscitar los
problemas y cuestiones por él planteadas.
Sin embargo los procesos mentales pueden no coincidir con los que en realidad tienen
lugar en la mente del alumno. Por ej.: éste puede responder apelando tan sólo a la
memoria y no efectuar una inferencia lógica como puede estar supuesta en el enunciado
del ítem.
Es necesario tener en cuenta estos aspectos, que se vinculan con la opacidad del
lenguaje. Por esa razón, tener en claro el significado de los verbos de las consignas para
poder explicar qué se pretende que se haga en cada ítem.

Se agregan las últimas páginas del libro cuya portada aparece a continuación porque
resulta de utilidad la lista de verbos que las autoras han relevado en el uso de las
consignas, con las respectivas acepciones.

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