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NOMBRE: NICOLE F.

REYES CRUZ

MATRICULA: LR-19-20277

MATERIA: HISTORIA DE LA
PSICOLOGÍA

RECINTO: LA ROMANA

MAESTRO: JOANNA VIRGINIA


SHEPHARD

INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo tiene como objetivo de conocer los diferentes autores que hacen peso en
lo que es la Psicología, para lo cual es necesario realizar un recorrido por cada uno de estos
autores para así saber sus aportaciones e importancias. A continuación, realizaremos una
apreciación más profunda en cada uno de estos.

INDICE
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Biografía de Platón………………………………Pág. 04

Biografía de Aristóteles…………………….……Pág. 05

Biografía de Skninner……………………..……..Pág. 07

Biografía de René Descartes……………….……Pág. 08

Biografía de Charles Darwin……………………Pág. 10

Biografía de Wilhelm Wundt……………………Pág. 12

Biografía de Douglas Spalding…………………..Pág. 13

Biografía de Edward Thorndike………………. Pág. 14

Conclusión………………………………………...Pág.

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1. PLATÓN

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Vida y obra platónicas
Platón nació en Atenas sobre el 428/27 a.C. en el seno de una influyente
familia aristocrática. Su origen noble le permitió disfrutar de una educación
integral (gramática, retórica, música, poesía, etc.) enfocada hacia una futura
vida política, que, por aquel entonces, estuvo marcada tanto por la Guerra
del Peloponeso y el declive de la democracia ateniense. Hacia el año 407,
el joven Platón empezó a frecuentar el círculo de Sócrates, convirtiéndose
en uno de sus discípulos más cercanos hasta su condena a muerte en el 399.
Tras aquel acontecimiento, que dejaría una profunda impronta en su vida,
realizó una serie de viajes que le condujeron hacia diversos centros del
saber la época, desde Egipto hasta las colonias griegas del sur de Italia. Allí
se familiarizó con las doctrinas pitagóricas, además de visitar la corte del
tirano Dionisio I, en la ciudad de Siracusa.

De regreso a Atenas, hacia el 387, Platón fundó la Academia, una


institución destinada a dar una educación filosófica completa a los futuros
políticos. En poco tiempo, la Academia platónica –entre cuyos primeros
alumnos estará Aristóteles– encontró su lugar en la vida educativa
ateniense, ofreciendo un conjunto variado de disciplinas que iban de la
dialéctica a las matemáticas, pasando por la música, la astronomía o la
física. Más adelante, habiendo fracasado en varios viajes más a Siracusa, el
filósofo retornó a su ciudad natal en el 360, donde fallecería sobre el 348.

Platón nos ha legado una obra filosófica inmensa, concebida casi toda ella
en forma de diálogos. Alrededor de 36 diálogos se han logrado transmitir
de manera íntegra, reproduciéndose en ellos el mismo esquema y estrategia
literarios, también un mismo lenguaje didáctico, donde el pensador
ateniense no planteó tanto una sistematización ordenada de su pensamiento
cuanto una conversación filosófica abierta cuyo protagonista era
siempre Sócrates. Por otro lado, en sus obras se intenta reproducir el
espíritu indagador de la mayéutica socrática, aunque reforzada por una
bello y original estilo expositivo. Así, adoptan la forma compositiva de
prolongados debates filosóficos con diferentes interlocutores, en los que
mediante el comentario indirecto, los excursos o el decisivo relato
mitológico, el personaje llamado “Sócrates” encarna una incesante
búsqueda dialéctica por la verdad intercalada por sugerentes imágenes,
parábolas, alegorías o metáforas.

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El problema de la clasificación de los diálogos platónicos, así como su
autenticidad y atribución, ha derrochado importantes ríos de tinta desde la
Antigüedad hasta nuestros días. Además, al no estar fechados, los diálogos
no son fácilmente ordenables desde una perspectiva cronológica, aunque el
denodado trabajo filológico haya estado en condiciones de fijar una serie de
criterios mínimos para dividir la obra platónica en cuatro periodos:
diálogos de la época de juventud (393-389), con obras sobre temas ético-
prácticos como Apología de Sócrates, Critón, Protágoras, etc.; diálogos de
transición (389-385), con obras de transición sobre temas del lenguaje y
cuestiones políticas como Gorgias, Menón y Crátilo; diálogos de madurez
(385-370), con obras como El banquete, Fedro, Fedón o La República,
donde aparecen los temas fundamentales de su filosofía como la teoría de
las ideas, la teoría del conocimiento, la doctrina del alma o la concepción
del Estado; por último, diálogos de vejez (369-348), con obras tardías
como Parménides, Timeo o Leyes, donde se revisan muchos de los
planteamientos de las etapas anteriores, y que versan sobre cuestiones
lógicas, políticas, médicas o científico-naturales.

2. ARISTÓTELES

Vida y obra de Aristóteles

El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona

Aristóteles nació en el año 384 A.C. en Estagira. Al morir su padre, fue


enviado a Atenas para ingresar en la Academia de Platón, donde
permanecería unos veinte años: recibió una formación superior, se

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familiarizó con la filosofía platónica y terminó impartiendo él mismo clases
de retórica como profesor.

En 347, al morir Platón, Aristóteles decidió abandonar Atenas y se


estableció primero en Asos, luego en Mitilene. Acompañado por su familia
y discípulos, aquellos años le sirvieron para confeccionar su propia
filosofía y consagrarse a estudios de corte empírico. Asimismo, fue
convocado también por el rey Filipo II de Macedonia, confiándole la
educación de su hijo de trece años Alejandro, quien pasará a la historia
como Alejandro Magno.

Sobre el 336/35 Aristóteles retornó a Atenas para fundar su propia escuela,


el Liceo. Aquella institución de enseñanza, gratuita y pública, se
contrapuso a la Academia platónica y a otros gimnasios atenienses: insistía
menos en las matemáticas y el arte de la discusión y más en la instrucción
formal y sistemática, incidiendo tanto en la ciencia empírica de la
naturaleza como en la erudición jurídica.

Al morir Alejandro Magno en el 323, se produjo en Atenas una violenta


reacción anti macedonia, que perjudicó también al Estagirita. Acusado de
impiedad, huyó de aquella ciudad, falleciendo al año siguiente en Calcis.

Tradicionalmente, las obras aristotélicas se han dividido en dos tipos:


exotéricas y esotéricas. Del primer conjunto apenas conservamos
fragmentos y algunos títulos, siendo compuestas casi todas en forma de
diálogo para destinarse a su publicación fuera del Liceo. Del segundo
grupo, en cambio, se ha legado una parte sustancial, al tratarse de aquellos
textos utilizados por Aristóteles como apuntes de clase o notas de
conferencias dentro del Liceo, siendo su temática tan diversa como extensa:
lógica, metafísica, ética, física, retórica, etc.

3. B. F. SKINNER

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(Burrhus Frederic Skinner; Susquehanna, 1904 - Cambridge, Estados
Unidos, 1990) Psicólogo estadounidense. Obtuvo el doctorado en
psicología por la Universidad de Harvard en 1931, y continuó sus
investigaciones en la misma universidad como asistente de laboratorio de
biología con el profesor Crozier; en 1936 empezó a trabajar como profesor
en la Universidad de Minnesota, donde permaneció nueve años.
En 1938 Skinner publicó su primer libro, Las conductas de los organismos,
y tras un breve período en la Universidad de Indiana, se estableció en
Harvard (1948). Influido por la teoría de los reflejos condicionados
de Pavlov y por el conductismo de John B. Watson, Skinner creyó que era
posible explicar la conducta de los individuos como un conjunto de
respuestas fisiológicas condicionadas por el entorno, y se entregó al estudio
de las posibilidades que ofrecía el control científico de la conducta
mediante técnicas de refuerzo (premio de la conducta deseada),
necesariamente sobre animales.

Entre los experimentos más célebres de Skinner cabe citar el


adiestramiento de unas palomas para jugar al pimpón, la llamada caja de
Skinner, todavía hoy utilizada para el condicionamiento de animales, o el
diseño de un entorno artificial específicamente pensado para los primeros
años de vida de las personas.

Su conductismo radical levantó abundante polémica en su país, y alcanzó


una fama notable con la publicación de la novela Walden 2 (1948), en la
que especulaba sobre una sociedad futura totalmente programada con
técnicas de ingeniería de la conducta.

En su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad (1971), Skinner


defendió que tales conceptos resultaban en último término perniciosos para
la sociedad, y que la única manera de alcanzar una convivencia óptima pasa
necesariamente por aplicar unas técnicas adecuadas en el diseño de la
conducta de sus miembros.

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B. F. Skinner, por ejemplo, se caracterizó por dar a los procesos mentales
exactamente el mismo estatus que la conducta observable, y por concebir el
pensamiento como conducta verbal. De este autor hablaremos más
adelante.
El conductismo radical de Skinner
Las propuestas de Thorndike fueron el antecedente de lo que conocemos
como condicionamiento operante, pero este paradigma no se desarrolló de
forma completa hasta la aparición de las obras de Burrhus Frederic
Skinner (1904-1990).
Skinner introdujo los conceptos de refuerzo positivo y negativo. Se
denomina refuerzo positivo al hecho de premiar una conducta dando algo,
mientras que el refuerzo negativo consiste en la retirada o la evitación de
un evento desagradable. En ambos casos, la intención es la de aumentar la
frecuencia e intensidad de aparición de una conducta determinada.
Skinner defendía el conductismo radical, que mantiene que todo el
comportamiento es resultado de asociaciones aprendidas entre estímulos y
respuestas. El enfoque teórico y metodológico desarrollado por Skinner se
conoce como análisis experimental de la conducta y ha sido especialmente
eficaz en la educación de niños con discapacidad intelectual y del
desarrollo.

4. RENÉ DESCARTES

(La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y


matemático francés. Después del esplendor de la antigua filosofía griega y
del apogeo y crisis de la escolástica en la Europa medieval, los nuevos aires
del Renacimiento y la revolución científica que lo acompañó darían lugar,
en el siglo XVII, al nacimiento de la filosofía moderna.
Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista
moderna por su planteamiento y resolución del problema de hallar un

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fundamento del conocimiento que garantice su certeza, y como el filósofo
que supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica. En el Discurso
del método (1637), Descartes manifestó que su proyecto de elaborar una
doctrina basada en principios totalmente nuevos procedía del desencanto
ante las enseñanzas filosóficas que había recibido.
Convencido de que la realidad entera respondía a un orden racional, su
propósito era crear un método que hiciera posible alcanzar en todo el
ámbito del conocimiento la misma certidumbre que proporcionan en su
campo la aritmética y la geometría. Su método, expuesto en el Discurso, se
compone de cuatro preceptos o procedimientos: no aceptar como verdadero
nada de lo que no se tenga absoluta certeza de que lo es; descomponer cada
problema en sus partes mínimas; ir de lo más comprensible a lo más
complejo; y, por último, revisar por completo el proceso para tener la
seguridad de que no hay ninguna omisión.
El sistema utilizado por Descartes para cumplir el primer precepto y
alcanzar la certeza es «la duda metódica». Siguiendo este sistema,
Descartes pone en tela de juicio todos sus conocimientos adquiridos o
heredados, el testimonio de los sentidos e incluso su propia existencia y la
del mundo. Ahora bien, en toda duda hay algo de lo que no podemos dudar:
de la misma duda. Dicho de otro modo, no podemos dudar de que estamos
dudando. Llegamos así a una primera certeza absoluta y evidente que
podemos aceptar como verdadera: dudamos.
Pienso, luego existo
La duda, razona entonces Descartes, es un pensamiento: dudar es pensar.
Ahora bien, no es posible pensar sin existir. La suspensión de cualquier
verdad concreta, la misma duda, es un acto de pensamiento que implica
inmediatamente la existencia del "yo" pensante. De ahí su célebre
formulación: pienso, luego existo (cogito, ergo sum). Por lo tanto, podemos
estar firmemente seguros de nuestro pensamiento y de nuestra existencia.
Existimos y somos una sustancia pensante, espiritual.
A partir de ello elabora Descartes toda su filosofía. Dado que no puede
confiar en las cosas, cuya existencia aún no ha podido demostrar, Descartes
intenta partir del pensamiento, cuya existencia ya ha sido demostrada.
Aunque pueda referirse al exterior, el pensamiento no se compone de cosas,
sino de ideas sobre las cosas. La cuestión que se plantea es la de si hay en
nuestro pensamiento alguna idea o representación que podamos percibir
con la misma «claridad» y «distinción» (los dos criterios cartesianos de
certeza) con la que nos percibimos como sujetos pensantes.

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Clases de ideas
Descartes pasa entonces a revisar todos los conocimientos que previamente
había descartado al comienzo de su búsqueda. Y al reconsiderarlos observa
que las representaciones de nuestro pensamiento son de tres clases: ideas
«innatas», como las de belleza o justicia; ideas «adventicias», que proceden
de las cosas exteriores, como las de estrella o caballo; e ideas «ficticias»,
que son meras creaciones de nuestra fantasía, como por ejemplo los
monstruos de la mitología.
Las ideas «ficticias», mera suma o combinación de otras ideas, no pueden
obviamente servir de asidero. Y respecto a las ideas «adventicias»,
originadas por nuestra experiencia de las cosas exteriores, es preciso obrar
con cautela, ya que no estamos seguros de que las cosas exteriores existan.
Podría ocurrir, dice Descartes, que los conocimientos «adventicios», que
consideramos correspondientes a impresiones de cosas que realmente
existen fuera de nosotros, hubieran sido provocados por un «genio
maligno» que quisiera engañarnos. O que lo que nos parece la realidad no
sea más que una ilusión, un sueño del que no hemos despertado.
Del Yo a Dios
Pero al examinar las ideas «innatas», sin correlato exterior sensible,
encontramos en nosotros una idea muy singular, porque está
completamente alejada de lo que somos: la idea de Dios, de un ser supremo
infinito, eterno, inmutable, perfecto. Los seres humanos, finitos e
imperfectos, pueden formar ideas como la de "triángulo" o "justicia". Pero
la idea de un Dios infinito y perfecto no puede nacer de un individuo finito
e imperfecto: necesariamente ha sido colocada en la mente de los hombres
por la misma Providencia. Por consiguiente, Dios existe; y siendo como es
un ser perfectísimo, no puede engañarse ni engañarnos, ni permitir la
existencia de un «genio maligno» que nos engañe, haciéndonos creer que
es real un mundo que no existe. El mundo, por lo tanto, también existe. La
existencia de Dios garantiza así la posibilidad de un conocimiento
verdadero.

5. CHARLES DARWIN

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Charles Robert Darwin nació en Sherewsbury el 12 de febrero de 1809.
Fue el segundo hijo varón de Robert Waring Darwin, médico de fama en la
localidad, y de Susannah Wedgwood, hija de un célebre ceramista del
Staffordshire, Josiah Wedgwood, promotor de la construcción de un canal
para unir la región con las costas y miembro de la Royal Society.
La teoría de la evolución
A comienzos de 1856, Charles Lyell aconsejó a Darwin que trabajara en el
completo desarrollo de sus ideas acerca de la evolución de las especies.
Darwin emprendió entonces la redacción de una obra que, aun estando
concebida a una escala tres o cuatro veces superior de la que luego había de
ser la del texto efectivamente publicado, representaba, en su opinión, un
mero resumen del material recogido al respecto.
Pero cuando se hallaba hacia la mitad del trabajo, sus planes se fueron al
traste por un suceso que precipitó los acontecimientos: en el verano de
1858 recibió un manuscrito que contenía una breve, pero explícita
exposición de una teoría de la evolución por selección natural, que
coincidía exactamente con sus propios puntos de vista. El texto, remitido
desde la isla de Ternate, en las Molucas, era obra de Alfred Russel
Wallace, un naturalista que desde 1854 se hallaba en el archipiélago
malayo y que ya en 1856 había enviado a Darwin un artículo sobre la
aparición de especies nuevas con el que se sintió ampliamente identificado.

El origen de las especies


Tras el episodio, Darwin se vio obligado a dejar de lado sus vacilaciones
por lo que a la publicidad de sus ideas se refería, y abordó la tarea de
reducir la escala de la obra que tenía entre manos para enviarla cuanto antes
a la imprenta; en «trece meses y diez días de duro trabajo» quedó por fin
redactado el libro Sobre el origen de las especies por medio de la selección
natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida,
largo título que es casi la enunciación de su tesis y que suele abreviarse
como El origen de las especies. Los primeros 1.250 ejemplares se
vendieron el mismo día de su aparición, el 24 de noviembre de 1859.
Las implicaciones teológicas de la obra, que atribuía a la selección natural
facultades hasta entonces reservadas a la divinidad, fueron causa de que
inmediatamente empezara a formarse una enconada oposición, capitaneada
por el paleontólogo Richard Owen, quien veinte años antes había acogido
con entusiasmo las colecciones de fósiles traídas por Darwin de su viaje.

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6. WILHELM WUNDT

(Neckarau, actual Alemania, 1832 - Grossboten, id., 1920) Filósofo y


psicólogo alemán considerado el fundador de la psicología
experimental. Hijo de un pastor protestante, vivió una juventud entregada
al recogimiento y al estudio. Frecuentó la Universidad de Tubinga, y luego,
al cabo de un año, pasó a la de Heidelberg.
Wundt: el nacimiento de la Psicología Experimental
Wilhelm Wundt (1832-1920), considerado por muchos “el padre de la
Psicología”, sentó las bases de lo que acabaría siendo el conductismo. Creó
el primer laboratorio de Psicología científica y utilizó de forma sistemática
la estadística y el método experimental para extraer reglas generales sobre
el funcionamiento de los procesos mentales y la naturaleza de la
conciencia.
Los métodos de Wundt dependían en gran medida de la introspección o
autoobservación, técnica en la que los sujetos experimentales proporcionan
datos sobre su propia experiencia.
Wundt desarrolló una gran actividad; escribió no menos de cincuenta mil
páginas entre libros y artículos, en su mayor parte aparecidos en la
revista Philosophische Studien, órgano del Instituto de Leipzig convertido
luego en Archiv für die gesamte Psychologie. El maestro gustaba de invitar
frecuentemente a su propia casa-hospital a discípulos y auxiliares, a todos
los cuales facilitaba abundantes consejos y sugerencias referentes a la labor
científica, al par que aceptaba asimismo de ellos sus objeciones.
Se hizo famoso el debate que mantuvo con uno de sus alumnos más
inteligentes, Oswald Külpe. Por encargo del mismo Wundt, Külpe había
preparado un manual de psicología que apareció en 1893 con el
título Grundriss der Psychologie. Quizás influido por el empirocriticismo
de Ernst Mach y Richard Avenarius, Külpe rechazaba en la obra una de las
tesis fundamentales del maestro, la de la distinción entre las causalidades
psíquica y física, principio que, como puede comprenderse, condicionaba la
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autonomía de la psicología a la fisiología. A causa de ello, el anciano
Wundt quiso escribir él mismo su propio manual, y dio a la luz en 1896
el Grundriss der Psychologie, que alcanzó inmediatamente numerosas
ediciones y traducciones. La fama del ilustre psicólogo era ya entonces
inmensa, y todo el mundo lo reconocía como una autoridad casi única en su
campo.
Wundt fue un gran sistematizador e hizo de la introspección el principal
método del laboratorio de psicología. Afirmó que la psicología es la ciencia
de la experiencia y que ésta debe desarrollarse sin recurrir a la metafísica.
Para Wundt no es posible distinguir entre la experiencia interna y la
externa, puesto que ambas se producen de igual manera. La primera a
través del sentimiento, que es subjetivo, y la segunda por medio de la
percepción. Sólo llega a distinguir la psicología de la física por los distintos
puntos de vista que adoptan, pero no por la experiencia que observan. La
psicología, según Wundt, pretende el análisis de los elementos de los
procesos conscientes, el estudio de la conexión entre dichos elementos y la
determinación de las leyes de tales conexiones.

7. DOUGLAS SPALDING

Spalding nació en Islington en Londres en 1841, el único hijo de Jessey


Fraser y Alexander Mitchell Spalding, oficinista. [1] No mucho después de
su nacimiento, sus padres se mudaron a Aberdeenshire, Escocia, donde
habían vivido anteriormente. Mientras trabajaba como pizarrero en
Aberdeen, el filósofo Alexander Bain persuadió a la Universidad de
Aberdeen para que le permitiera asistir a cursos sin
cargo. Estudió filosofía y literatura , y al cabo de un año partió hacia
Londres. Se formó como abogado. Pero cuando contrajo tuberculosis ,
viajó por Europa con la esperanza de encontrar una cura, y
en Avignonconoció a John Stuart Mill y, a través de él, al vizconde
Amberley (hijo del ex primer ministro británico Lord John Russell , por
entonces primer conde Russell). Se convirtió en tutor de los hijos del
vizconde Amberley, incluido quizás el joven Bertrand Russell , y también
mantuvo una relación intermitente con la vizcondesa Amberley . Después

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de la muerte de Lord Amberley en 1876, Spalding regresó al continente y
permaneció allí hasta su muerte al año siguiente.
Spalding llevó a cabo algunos experimentos sobre el comportamiento
animal y descubrió el fenómeno ahora conocido como impronta , más tarde
redescubierto por Oskar Heinroth , luego estudiado en profundidad y
popularizado por Konrad Lorenz . Se adelantó mucho a su tiempo en su
reconocimiento de la importancia de la interacción entre el aprendizaje y el
instinto en la determinación del comportamiento, y en su uso del método
experimental para estudiar el comportamiento. Aunque su obra es poco
conocida en la actualidad, su importancia es reconocida por los
historiadores de la psicología ; el biólogo JBS Haldane reimprimió el
ensayo de Spalding "Sobre el instinto" en 1954 para aclarar la historia del
tema.
Fue el primero en identificar, en 1873, el proceso que ahora se conoce
como efecto Baldwin . 

8. EDWARD THORNDIKE

(Williamsburg, 1874 - Montrose, 1949) Psicólogo y pedagogo


estadounidense, uno de los pioneros de la psicología del aprendizaje.
Estudió en la Universidad Wesleyan, donde se licenció en 1895; después
completó su formación en Harvard y Columbia, y en esta última institución
obtuvo el doctorado en 1898 bajo la dirección de James McKeen Cattell.

Para desarrollar sus investigaciones, Edward Thorndike se apoyó en el


estudio de animales, en concreto gatos, y en la utilización de herramientas
como la "caja rompecabezas" o "caja-problema", en la que el animal debía
accionar un mecanismo para poder salir de ella. El resultado de sus estudios
fue la elaboración de la teoría del aprendizaje por ensayo y error.
Según Thorndike, el proceso de aprendizaje se puede reducir a varias leyes:
la ley de la disposición, que establece la preparación de las conducciones
neurológicas en la conexión estímulo-respuesta; la ley del ejercicio, o del

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uso y desuso, en la que la conexión estímulo-respuesta se refuerza con la
práctica o a la inversa; y la ley del efecto, la más importante de ellas, que
describe cómo en el proceso de ensayo y error, si se produce una respuesta
seguida por una satisfacción, la conexión se hace más fuerte y conduce a su
aprendizaje; si, por el contrario, hay un displacer o refuerzo negativo, la
conexión estímulo-respuesta se debilita y acaba desapareciendo.

CONCLUSIÓN

OPINIÓN PERSONAL

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