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Alumno(a): Guillermo Antonio Juárez Castillo

Matricula: 141497

Grupo: LP55.

Materia: MOTIVACIÓN Y SENSOPERCEPCIÓN

Docente: Dra. Conchita Mar Martínez Cedano

ACTIVIDAD: EJEMPLIFICANDO LAS TEORÍAS

Oaxaca de Juárez, 7 de Mayo del 2021


Teoría de la activación

De acuerdo a Roselló (1994, p. 133), “el término arousal es sinónimo de activación en las
primeras teorías, y se refiere al aspecto intensivo de la conducta y su origen se
encontraba muy ligado a la psicología de la motivación”. Por su parte, Arnau (1973) nos
explica que la teoría de la activación o “arousal” tiene como antecedente más importante
la interpretación neurofisiológica de la conducta elaborada por Hebb (1949) y ha sido
desarrollada en años posteriores por un grupo de trabajos debidos, principalmente a
Lindsley, Lacey, Duffy y Malmo (p. 43). Entonces, al parecer la mayoría de las
investigaciones coinciden en pensar en la motivación como un “arousal”, es decir, como
una extensión neurofisiológica.

Aspectos conceptuales y metodológicos En un inicio, la definición de activación generó


discrepancias en la comunidad científica, por lo que fue necesario generar un consenso.
El autor Gray (1971) dividió aquellas definiciones de arousal o activación en tres
categorías.

Por otra parte, para Berlyne (citado por Rosselló, 1994, p. 137), los determinantes más
importantes del nivel de activación eran: 1) Los estímulos “colativos”: el cambio, la
novedad, la sorpresa, la ambigüedad, la complejidad, la incongruencia, etc. 2) Las
propiedades afectivas de los estímulos. 3) La intensidad de la estimulación. 4) Las
propiedades relacionadas con la gratificación biológica, la incomodidad, o estimulación
interna que nace a partir de la necesidad.

Evidencia de investigación Según lo que nos menciona Arnau (1973, p. 43), muchos
investigadores de la teoría de la activación han encaminado sus esfuerzos al estudio de la
formación reticular, el cual conforma un sistema inespecífico sensorial, donde sus
extensiones corticales conforman un grupo de vías múltiples fibrosas sinápticas y
neuronales (el sistema activador reticular ascendente, SARA).

En estas investigaciones se ha encontrado que la estimulación eléctrica del SARA


provoca alteraciones en el proceso sueño-vigilia, haciendo que se pase del sueño
profundo a un estado de alerta. Esto por supuesto tiene consecuencias en la calidad y
cantidad de sueño.

También se ha encontrado que el sistema SARA se ve influenciado por los nervios


sensoriales y por transmisiones eléctricas que provienen del Córtex, por ello, cada que se
activa el sistema, se modifican los procesos de actividad eléctrica en el encéfalo. Cuando
ocurre dicha modificación, esta puede ser visualizada por medio de aparatos de
investigación, tales como los electroencefalogramas (ibid). Al utilizar esta herramienta,
especialmente durante el sueño de un sujeto, se puede identificar claramente cuando el
SARA es estimulado, ya que se provocan patrones eléctricos correspondientes a la
acción.
Teorías Cognoscitivas

Inicialmente, estas teorías destacan que lo que el sujeto piensa, opina o cree respecto a
lo que puede suceder, es relevante para establecer lo que ciertamente ocurre.

El sistema cognitivo es “el que recibe y envía información a los otros sistemas: afectivo,
comportamental y fisiológico, y gobierna la conducta de estos poniendo en marcha o
inhibiendo ciertas respuestas en función del significado que le da a la información de que
dispone”.

De esta manera, los pensamientos, ideas, creencias y opiniones que tenga el sujeto
acerca de sí mismo y de sus competencias son correlacionales a la cantidad, calidad y
mantenimiento del esfuerzo que pone en práctica. Esto, a su vez, tiene consecuencias y
efectos en su conducta.

De acuerdo a Riverón, et al. (2008, p.6), las teorías cognoscitivas envuelven el grado de
aspiración (determinando el establecimiento de una meta), la disonancia (las
discrepancias que surgen luego de haber tomado una decisión), y el fenómeno
esperanza-valor (cuando se ha tomado una decisión, con base en las probabilidades de
éxito o fracaso).

Entre las diferentes teorías que resaltan el rol e importancia de los procesos
cognoscitivos, existen dos que son popularmente destacados:

1. Las que utilizan los constructos denominados expectativas

2. Las que usan un modelo dinámico conocido como disonancia cognoscitiva (ibid)
Teoría conductista propositiva de Tolman

De acuerdo al autor Pedraja (2001, p.135), Edward Chace Tolman (1886 – 1959) fue un
autor sumamente reconocido del siglo XX, especialmente dentro del campo de la
psicología neo-conductista, ya que se considera que fue pionero del conductismo
metodológico. Asimismo, fue introductor de operacionalismo y autor de una de las más
importantes teorías de ese siglo. Tolman se autodenominó “conductista” porque intentaba
hacer de la conducta el punto de partida de su sistema teórico. Sin embargo, de acuerdo
a las escuelas en las que se basaba, se ha encontrado que la percepción y concepto de
conducta de Tolman no tenía mucho que ver con la de otros conductistas.

Tolman extrae de la Gestalt, y de otros autores como Lewin, conceptos elementales


acerca de cómo los seres vivos se desenvuelven en su entorno y cómo la psicología
Ahora bien, entre los autores con mayor renombre dentro de estas teorías encontramos a
Festinger, Tolman, Weiner y Heider. Como dato adicional, las teorías de la consistencia
cognitiva fueron predominantes para la Psicología Social en los años 60.

Tradicionalmente, tres han sido los principales enfoques que se han incluido dentro de
estas teorías: la teoría del equilibrio de Heider (1958), la teoría de la congruencia de
Osgood y Tannenbaum (1955) y la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger (1957),
las cuales las revisaremos a continuación. 10 se encarga de estudiarlo (ibid). Él
consideraba que la conducta indica necesariamente manifestaciones fisiológicas, pero no
se reduce totalmente a ellas.

Tolman define la conducta no por sus propiedades físicas, sino por su significado
funcional, la cual considera que fomenta ciertas reestructuras entre el cuerpo y el medio
ambiente, así como entre el cuerpo y sus propios estados internos.
Las teorías expectancia-valor

De acuerdo a García (2008, p. 353), el planteamiento de esta teoría fue orientado por las
aportaciones de Tolman (1952) (demanda de la meta por la expectativa del logro de la
meta). Asimismo, se fundamenta en la teoría del nivel de aspiración de valencia de la
meta por probabilidad de logro. Finalmente, tuvo influencias de la teoría de la decisión de
Edward (utilidad por probabilidad).

Ahora bien, de acuerdo al modelo de Atkinson, la teoría de expectativa –valor las


variables determinantes- están definitivas por el motivo, la expectancia (probabilidad de
éxito esperada) y el incentivo para rendir, por lo que explica con la fórmula:

T=MxExI

• T: tendencia o motivación para rendir

• M: motivo, disposición o capacidad para lograr la satisfacción en el logro.

• E: expectativa, conocimiento anticipado de que la realización de un acto le seguirá una


consecuencia.

• I: incentivo, atractivo o rechazo de un objeto o acontecimiento que podría ocurrir como


consecuencia de una acción.
Teoría psicoanalítica de la motivación

Esta teoría está basada principalmente en los motivos inconscientes y sus derivaciones.
Además, según la teoría psicoanalítica las tendencias primarias son el sexo y la agresión.
El desenvolvimiento de la conducta sexual sigue un modelo evolutivo que supone
diversas elecciones de objeto hasta que se logra un afecto sexual maduro.

Las modernas interpretaciones psicoanalíticas encuentran un lugar más amplio para los
procesos del ego que el que tenían antes. El punto de partida de Freud, máximo
representante y fundador del psicoanálisis, es claramente homeostático. La tarea básica
del sistema nervioso es preservar al organismo de una inundación estimular
desequilibradora, y a la vez facilitar la consecución del placer y la evitación del dolor.
Tanto las pulsiones (variables instintuales básicas que guían y movilizan la conducta del
hombre) como el aparato que regula su acción, son conceptuadas en términos psíquicos,
en el límite entre lo físico y lo mental.

Desde el punto de vista de su origen, una pulsión es un proceso somático del que resulta
una representación estimular en la vida mental del individuo. La función de la pulsión es
facilitar al organismo la satisfacción psíquica que se produce al anular la condición
estimular somática negativa. Para ello cuenta con una capacidad energética capaz de
orientarse hacia el objeto cuya consecución remueve o anula la condición estimular
dolorosa, provocando así placer. Esta teoría evoluciona a lo largo de su vida.

El modelo de motivación adoptado por Freud es un modelo hedonistico de


tensiónreducción que implica que la meta principal de todo individuo es la obtención del
placer por medio de la reducción o extinción de la tensión que producen las necesidades
corporales innatas. La interpretación que Freud hace de la motivación se conoce con el
nombre de psicodinámica, puesto que da una explicación de los motivos humanos en
términos de hipotéticos conflictos activos subyacentes. Pero el principal problema de esta
teoría es la falta de datos empíricos que la apoyen. Aun así ha sido muy influyente dentro
de la psicología en general y de este tema en particular.
Teorías del incentivo

La explicación de la motivación por incentivos se debe a autores como Young, Thorndike,


Olds, Mc Clelland, Skinner, Ritcher. Para empezar hay que reseñar que hay una relación
profunda entre la psicología de la afectividad y el concepto de incentivo que se da al
existir una conexión, más o menos total, entre los principios hedonistas y el tema de los
incentivos. Un incentivo es un elemento importante en el comportamiento motivado.

Básicamente consiste en premiar y reforzar el motivo mediante una recompensa al


mismo. El mono que ha realizado su numerito en el circo espera inmediatamente un
terrón de azúcar, el camarero del bar espera la propina por un trabajo bien hecho, el niño
que ha aprobado todas las asignaturas espera que su padre le compre la bicicleta que le
prometió,... Todos éstos son incentivos y refuerzos de la conducta motivada. Los
incentivos más importantes o comunes son el dinero, el reconocimiento social, la
alabanza, el aplauso.

Un incentivo es un incitador a la acción, es un motivo visto desde fuera, es lo que vale


para un sujeto, es lo que le atrae. Aunque la atracción puede estar fundada en
operaciones distintas de la experiencia afectiva, no cabe duda que el placer y el dolor que
experimentan los individuos en su interacción con las cosas forman una parte
singularmente profunda de su conducta tanto apetitiva como evitativa. De la verdad
indiscutible de que los organismos tienden en líneas generales a conseguir placer y evitar
el dolor han partido las interpretaciones hedonistas del incentivo.

Young es uno de los autores que más han documentado empíricamente la función
motivadora de los incentivos, independientemente del valor homeostático para reducir una
necesidad biológica o un impulso. Young nunca pretendió hacer de la teoría hedonista
una alternativa del modelo homeostático, cuya base biológica le era patente. De todas
formas sus estudios comprobaron el hecho de que a los organismos pueden motivarles
los deseos de placer, tanto como los de reponer energías perdidas o los de reducir un
impulso molesto.
La teoría de discrepancia cognoscitiva de Festinger

De acuerdo a Riverón, et al (2008, p. 6), en la teoría de discrepancia cognoscitiva de


Festinger se explica que existen diversos tipos de elementos desequilibrados que actúan
como disonantes, provocando que la persona entre en un estado de tensión, con el fin de
evadir dicha discrepancia. Este desequilibrio o desarmonía que genera la tensión,
aparece, según Festinger, luego de haber hecho una elección.

Cuando hay una incongruencia, desarmonía o desequilibrio entre lo que uno hace y lo que
uno cree, se genera una tensión para cambiar la conducta o la creencia.

Asimismo, según los mismos autores, un concepto discrepante es aquel que,


psicológicamente y emocionalmente hablando, para el sujeto es inadecuado e
incompatible con otro, de tal suerte que aceptar uno, automáticamente requiere rechazar
el otro. Por tal motivo, es común que la persona intente justificar una eventual
"reconciliación" de los dos. Entonces, esta situación va a implicar el sacrificio de algo para
eliminar esa incomodidad.

Teoría de la consistencia cognitiva

Tal y como se ha comentado con anterioridad, las teorías de estos tres autores se
encuentran dentro de las teorías de consistencia cognitiva. Específicamente, la teoría del
equilibrio correspondió a Heider (1958) y la teoría de la congruencia correspondió a
Osgood y Tannenbaum (1955).

De acuerdo a Briñol, et al (2003, p. 375), a pesar de ciertas distinciones entre sus


postulaciones, todos estos autores coinciden en que la búsqueda de coherencia y
evitación de la discrepancia de los diversos factores psicológicos son los principales
factores motivacionales.

Los mismos autores nos explican que el estudio de la consistencia fue imprescindible, ya
que cuestionó algunos de los planteamientos de las teorías clásicas del aprendizaje y dio
la oportunidad de diferenciar, a modo experimental, los procesos profundos en la
modificación conductual Finalmente, esta teoría indica que “la estructura del conocimiento
social funciona formando y transformando los vínculos entre los conceptos de la red
semántica” (ibid, p. 376). Cuando un elemento recibe constantes influencias puede llegar
a crear relaciones nuevas o cambiarlas con otros elementos para poder mantener el
equilibrio cognitivo.

Conclusiones
La psicología es esa parte donde se puede hacer un estudio de la forma de ser de
una persona, cuál es su reacción ante distintas circunstancias, de ahí se puede
realizar un perfil psicológico. Este perfil permite conocer a una persona y se aplica
en el ámbito de las organizaciones, nos permite conocer cómo se va a comportar
el miembro al cual se está contemplando para ocupar una vacante.

La toma de decisiones es un proceso que se da día a día, ya que estamos


expuestos a situaciones donde se requiere tomar una decisión, en otras palabras
a ser una elección respecto a una gama de alternativas.

Bibliografía
Goldstein, B. (1999). Sensación y Percepción. México: Thomson Editores

Kalat, J., W. (1999). Introduction to Psychology. Brussels: Wadsworth Publishing Company.

Myers, D. G. (1999). Psicología. Madrid: Médica Panamericana

Arnheim, R. (1986). Arte y percepción visual. Madrid: Alianza.

Boring, E. (1992). Historia de la psicología experimental. México: Trillas

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