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Como dice en filipenses 2:3 (RVR1960) “nada hagas por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;”
La vida de la Madre Teresa de Calcuta debe ser un ejemplo y guía para muchas
personas sin importar religiones o ideologías. En lo personal el rasgo que más tengo
presente es su servicio a los demás y de la cual hace más admirable la labor de la Madre
teresa por su enfoque en aquellos con dificultades.
A decir verdad, la misión de esta persona me hizo darme cuenta de que para brindar
alguna ayuda solo es necesaria la disposición y el gozo para realizarla; me dio como
ejemplo como es la persona que es genuina y deseosa del poder servir, pues como se
estableció en la película este personaje dedicó su vida al servicio de otros. A medida
veía la película, no pude evitar remontarme a estos últimos años y comparar el trabajo
de la madre Teresa de Calcuta con la poca intención de ayuda en las personas
actualmente, y honestamente es trágico como incrementa la insensibilidad en algunos
individuos y cabe decir que me incluyo, pues ciertamente es difícil tomar el primer paso
para brindar apoyo al prójimo, y a veces el motivo por el cual no damos ese paso es por
falta de empatía, comprensión por los demás o incluso porque pueda ser agotador, sin
embargo no hay que dar cabida a ese pensar de individualismo y el pensar solo en mí,
sino más bien, tomar la iniciativa; se podría decir que estamos en una sociedad donde
nos acostumbramos a condenar e ignorar desmesuradamente estas problemáticas y
necesidades de los semejantes.
También, en el trayecto que Madre Teresa debió atravesar, hubo dificultades, pero
siempre se mantuvo fiel y motivada a seguir en el cumplimiento de su misión, por lo
que me deja otra enseñanza: la perseverancia y compromiso, aunque en estas cualidades
se aplican en casi todos los ámbitos, es digno de admiración por su buen ejemplo y
testimonio, ya que ella no se conformó en solo observar, sino de obrar activamente.
Ahora bien, ella siempre se mantuvo humilde, no dejo de ser quien era en un principio,
aún con su reconocimiento y autoridad permaneció inmutable en su comportamiento,
pensamientos y objetivos. alcanzó su cometido de esforzarse por los demás y darles
dicha a quienes ayudaba, permitiéndoles dejar por un momento su dolor y lo que han
sufrido.
En fin, gracias al ejemplo de Madre Teresa de Calcuta, medité que podemos ser de
apoyo a los demás en situaciones de adversidad y ser de edificación, a la vez que pensé
en el deseo de cultivar nuevas actitudes que me muevan a compartir de buen agrado,
sirviendo con voluntad y autenticidad.
Del mismo modo que ella en su autoridad fue responsable con ese poder y no abusó de
la misma, se mantuvo firme y recta con la potestad que le fue otorgada. Y tal como Dios
quiere que seamos participes de su plan, ella fue un instrumento e impulsadora para
otros al cumplimiento de la voluntad del Señor, haciéndolos partícipes en esos
cometidos, convirtiéndolos en agentes de cambio; Además recordar que es una labor
dura, llena de dedicación y sacrificio, no obstante, mientras la siembra es generosa, la
cosecha será abundante.
Cuando se trata de dar y servir, antes tenemos que entregarnos a nosotros mismos de
manera agradable delante de Dios.