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Propósito: “Si buscas a Dios y no sabes por dónde empezar, aprende a rezar y tó-
mate la molestia de rezar todos los días”. (Madre Teresa)
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plan que Dios le proponía. Y de estas dos actitudes surgía, como conse-
a se trate de leprosos o de moribundos, de enfermos o de paralíticos,
cuencia, una gran “alegría”.
de niños o de ancianos, Madre Teresa sabía ver en todos al mismo
Jesús. Había meditado y asimilado muy bien aquellas palabras del Para Madre Teresa ser obediente significa no pertenecerse a sí misma,
Evangelio: “os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos pequeños, sino pertenecer por completo a Jesús: “si me entrego totalmente a Jesús, le
a Mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). Ella misma lo expresaba como una profunda pertenezco a Él”. Y por eso estaba dispuesta a que Dios se sirviera de ella
convicción: “quienesquiera que sean, para nosotras son Cristo, bajo las doloridas aparien- como mejor quisiera, sin que le consultara, sin que le pidiera permiso. Obe-
cias de los Pobres más pobres”. decer consiste en “aceptar cualquier cosa que Él nos dé y en dar cualquier cosa que Él
nos quite, con una gran sonrisa”.
Y no se quedaba en hermosos pensamientos o en
bellas palabras. Las personas que pudieron verla en Y esta disponibilidad que tenía Madre Teresa para los planes de Dios también la
acción quedaban sorprendidas porque para ella el pró- transmitía a sus hermanas. En una ocasión, tres jóvenes hermanas habían acabado
jimo era realmente Jesús. Así le ocurrió a un sacerdo- de tener la ceremonia de los votos perpetuos. Como era costumbre, la Madre
te que la acompañaba rumbo a una aldea de leprosos. Teresa ahora les indicaría su nueva misión. En la tarde del mismo día, encon-
Mientras ella iba directa y decidida, el sacerdote se mos- tramos a las tres hermanas en el aeropuerto, cada una con una pequeña caja
traba inquieto y preocupado: ¡son leprosos! Cuando Madre bajo el brazo. Cada caja contenía una esterilla enrollada para dormir, dos saris
Teresa vio su preocupación, le dijo: “Padre, lo que se doblados, una Biblia, un libro de oraciones y unos pocos objetos personales.
va a encontrar es a Jesús con el repugnante disfraz Su destino: ¡Argentina! Completamente disponibles para estar allí sirviendo a Jesús al
de más pobre de entre los pobres. Nuestra visita va a menos cinco o diez años. Lo que más llamaba la atención de las hermanas era su
llevar alegría, porque la pobreza más terrible es la sole- expresión: “¡Estamos contentísimas!”. Era la alegría profunda que se experi-
dad y el sentimiento de no ser amado. La peor enfermedad de hoy en día no es menta cuando nos ponemos totalmente en las manos de Dios.
la lepra ni la tuberculosis, sino el sentimiento de no ser querido”.
En otra ocasión, un periodista americano, al ver cómo la Madre Teresa Pequeños aspectos de la obediencia
atiende a un enfermo que tenía unas úlceras hediondas, le dice con repugnan- Un aspecto de su obediencia era la puntualidad. Siempre procuraba llegar an-
cia: “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”. Y ella le contesta: “No, por tes de la hora. No le gustaba hacerse esperar. Así se ve cuando una, de las tantas
un millón de dólares yo tampoco lo haría”. Porque lo hacía por Jesús. veces en que fue invitada a la Misa privada del Papa, prefirió salir temprano
Era tal su fe de ver a Jesús en el otro que los demás lo percibían. Así le para “no tener que apurar”. Aunque la Misa comenzaba a las 7, salió de su casa
ocurrió a un alto funcionario del gobierno indio, que no era católico, ni siquie- a las 5.30 para estar en el Vaticano a las 6. El tiempo de espera no fue tiempo
ra cristiano, y le dijo: “Madre Teresa, solo hay una diferencia entre lo que ha- perdido: la Madre dedicaba ese rato para rezar y así prepararse bien para la
cemos usted y yo: usted lo hace por Alguien; yo lo hago por algo”. Madre Misa.
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na de las virtudes que más demuestra la me di cuenta de que en él estaba tocando el cuerpo de Cristo.»
santidad de una persona es la obedien-
Es verdad, a Jesús lo encontramos en primer lugar en la Eucaristía y,
cia. Obedecer es entregar la propia
en segundo lugar, en todo ser humano, especialmente en el que sufre.
voluntad a Dios. Es renunciar al propio
Decía: “Jesús nos enseña: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de
plan para vivir enteramente según el plan de Dios.
estos mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis»”. Y, para explicarlo,
Obedecer es preguntarle cada día a Dios: ¿qué
contaba los cinco dedos de su mano diciendo: “¡A-Mí-me-lo-hicisteis”
quieres que haga? Y Dios suele responder a través
de la autoridad legítima (padres, educadores, mayores, …) o por medio de las
circunstancias (horario, planes, imprevistos, limitaciones, …). Cuando una perso- Jesús sigue vivo
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na quiere ser obediente, renuncia a lo más íntimo que tiene dentro de sí: su propia voluntad.
uien veía a Madre Teresa y a sus hermanas orando y actuando, no
No siempre es fácil obedecer, y por ello la obediencia es la piedra de toque para
tenía muchas dificultades para descubrir a Jesús obrando entre ellas.
saber si una persona va caminando seriamente por el camino de la santidad.
Así lo decía otro alto personaje de la India: Cuando veo a las Hermanas
Madre Teresa, como todos los santos, se caracterizó por una obediencia fina (en
por las calles de Calcuta, tengo siempre la impresión de que Jesucristo ha vuelto
los más mínimos detalles) y fiel (siempre).
Esterols 2016 Madre Teresa de Calcuta
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una vez más al mundo y pasa de nuevo haciendo el bien a través de las hermanas. Al mismo tiempo se ejercitó intensamente en la virtud de la humildad.
Ser otro Jesús podría decirse que también era su lema. “Tengo la firme convic- Decía: “¿Cómo se aprende la humildad? Sólo mediante las humillaciones”. Y
ción de que, para ser cristianos, tenemos que asemejarnos a Cristo”. El amor que derra- por esto era una experta en los oficios más sencillos y humildes que muchos otros suelen
maba a su paso transformaba a los demás y también le iba transformando a evitar y excusarse.
ella en otro Jesús. Uno de los que recibió tanto amor de su parte le dijo: “Si Cuando fue invitada por la ONU a dar un discurso en medio de muchos je-
Dios existe, tiene que ser como usted”. fes de estado, ¿qué hizo la Madre Teresa para mantenerse inmune ante las
tentaciones de orgullo, inmodestia y vanidad? Simplemente siguió la habitual
Un cuestionario de vida rutina de la casa de las hermanas de Washington: Santa Misa, lavar su sari, limpiar
baños y suelos, como cualquier otro día. Trabajó al lado de las demás herma-
1. ¿Cuál es el peor defecto?... El mal humor.
nas como una más. Solía centrarse en la limpieza de baños: “Soy una exper-
2. ¿Cuál es la persona más peligrosa?... La men-
ta; probablemente, la mayor especialista mundial de limpieza de baños”. Des-
tirosa.
pués del discurso, regresó a la casa de las hermanas de Washington donde
3. ¿Cuál es el sentimiento más ruin?... El rencor.
continuó la rutina y el horario, como todas las demás hermanas.
4. ¿Qué es lo más imprescindible?... El hogar.
5. ¿Cuál es el regalo más bello?... El perdón. Decía: “Hay que vigilar el orgullo, porque el orgullo envilece cualquier cosa”. “No
6. ¿Cuál es la sensación más grande?... La paz se aprende a ser humildes leyendo una gran cantidad de libros ni oyendo gran-
interior. des sermones sobre la humildad. Se aprende a ser humildes aceptando las
7. ¿Cuál es la mayor satisfacción?... El deber humillaciones”. Y estaba vigilante ante cualquier tentación de soberbia que pudiera
cumplido. asomarse. En una ocasión, cuando iba en el avión que le llevaba a Washington
8. ¿Cuál es la fuerza más potente del mundo?... para entrevistarse con el presidente Ronald Reagan, una de las hermanas que la
La fe. acompañaban se percató de un hecho extraño: la Madre Teresa había entrado
9. ¿Quiénes son las personas más necesarias?... en los baños que estaban en la parte delantera de la zona de primera clase,
Los padres. primero en el de la derecha y luego en el de la izquierda. Después se fue a los
10. ¿Cuál es la cosa más bella de todas?... El baños que estaban en la parte de atrás del avión. La curiosidad de la hermana
amor. pudo más que la vergüenza y le preguntó por el motivo de aquellos repetidos
¡¡¡Detente!!! viajes al baño. Madre Teresa respondió: ¡Exorcismo! Y es que la Madre Teresa
había limpiado todos los baños y parece ser que en tirarse a lo peor y en los
Puedes tener la tentación de leer este folleto sin pararte a pensar. servicios más humillantes encontraba el antídoto contra cualquier aso-
Madre Teresa veía a Jesús en todos los que le rodeaban. Tú, ¿ves a Jesús en el mo de soberbia.
otro? ¿En qué personas te cuesta más ver a Jesús? ¿Qué podías hacer
En realidad, toda su vida no estuvo llena de éxitos. También los fracasos y
para verlo?
los éxitos incompletos se asomaron. Pero supo sacar ventaja de ellos para
El amor a Jesús nos ayuda a superar todo lo que nos pueda “repugnar” del otro. afrontarlos con humildad. Cuando le ocurría algo semejante decía: “Dios no
¿Cómo podrías amar más a Jesús? me ha llamado para que tenga éxito. Dios me ha llamado para que sea fiel”.
Jesús está en el otro (hermanos, amigos, maestros, monitores, …). ¿En qué cosas
debes mejorar para que tu trato con ellos sea como al mismo Jesús? Ejercicio de humildad
Si ves a Jesús en los demás, tendrás un gran amor por todos. ¿Qué puedes hacer
Hablar lo menos posible de sí mismas.
para que desaparezcan de ti las críticas, las murmuraciones, los juicios?
¿Te resulta difícil ver a Jesús en los demás? Actúa de tal manera que los de- Evitar la curiosidad.
más puedan ver más fácilmente a Jesús en ti. Aceptar las contradicciones con buen humor.
Esterols 2016 Madre Teresa de Calcuta
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Propósito: “Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo
8. El perfume de la humildad pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano,
debo hacerlo ahora, porque no pasare de nuevo por ahí...” (Madre Teresa)
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santa que tenía, Madre Teresa conservó siempre el suave olor de
la humildad. Cualquier otra persona que no estuviera en- unque un proceso de canonización exige cinco años
trenada en la virtud fácilmente se embriagaría con tanta de espera después de que ha muerto el candidato
fama. Sólo una santa podía conservarse humilde en me- para poder abrirlo, la fama de santidad de Madre Teresa
dio de tales triunfos. ¿Cuál fue su secreto? era tan grande que en menos de dos años Juan Pablo II per-
mitió la apertura de su Causa de Canonización.
Parecía indiferente a toda alabanza y se le veía sobre todo muy interesada en cum-
plir con su deber. Entre las multitudes que a veces la aclamaban, parecía una niña Ya en vida, Madre Teresa tenía fama de santa. Los mis-
cándida y sonriente a quien no le hacían mella las alabanzas. Estaba convencida mos medios de comunicación decían que era una santa.
de ser un instrumento de Dios y de estar inmersa en una obra divina y no en una obra Pero estos comentarios no la sacaban de su centro. Cuando
suya. Cuando le hablaban de lo grandioso de su obra, del bien que hacía, des- un periodista le preguntó: “Madre, ¿no le molesta la fama de santa que despier-
viaba la mirada hacía Jesús diciendo: “es ta por todas partes?”, ella contestó con sencillez: “No, ¿por qué habría de moles-
obra suya”. También tenía salidas con hu- tarme? Para mí es un deber luchar por la santidad como para todos los cristianos,
mor para escapar del centro de atención. porque a todos nos ha dicho Dios: «Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto»”.
Un periodista le pregunto: “Usted es una Estaba convencida de que la santidad no es nada especial, sino que es el
persona muy conocida. ¿No se cansa nun- deber común de todos los cristianos.
ca de ver a tanta gente, de las fotogra-
fías…?” Y Madre Teresa le responde: Con-
¿Qué es la santidad?
sidero que es un sacrificio, pero también una
bendición para la sociedad. Dios y yo hemos hecho un pacto: le he dicho «por Dice Madre Teresa: “La santidad no es un
cada foto que me hacen, Tú encárgate de liberar a un alma del purgatorio…»”. lujo de unos pocos. Es un deber simple,
Y, sonriendo, añade: “creo que a este ritmo, dentro de poco se va a vaciar el para ti y para mí. La santidad es simplemen-
purgatorio”. te aceptar la voluntad de Dios con una
gran sonrisa. Es simplemente aceptarle tal y
como viene a nuestra vida, aceptar que tome de nosotros lo que quiera, que nos lleve
¿Cómo conseguir la humildad?
donde Él quiera, sin consultarnos. Nos gusta que nos consulten, pero Él tiene que
Para mantenerse humilde Madre Teresa necesitó ejercicio y auxilio de lo alto. Hasta poder rompemos en pedazos y que cada piececita sea suya, porque sin Él está
después de su muerte se supo algo del sufrimiento que experimentaba en su vacía”.
interior: un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Otras veces explicaba: “La santidad es simplemente un deber para ti y para
Dios. Incluso tenía el sentimiento de ser rechazada por Dios. Esta “oscuri- mí, porque Dios nos ha creado para cosas más grandes: para amar y ser
dad”, como la llamó alguna vez, le anclaba en una humildad muy profunda. amados, para ser santos.”.
H
también con alegría: “Alguien preguntó a un hindú quién era para él un cris-
ay personas que no pueden valerse por sí
tiano. El hindú contestó: el cristiano es alguien que se da”.
mismas, que no tienen a nadie que les cuide,
que están mendigando, no sólo para comer, Pero el amor es algo concreto. “El amor comienza en casa, y no es tanto
sino que también tienen hambre de amor. Madre cuánto hacemos, sino cuánto amor ponemos en las cosas que hacemos. A
Teresa los definía como “los más pobres de entre los través de un amor y un servicio humilde, podemos descubrir el rostro de Je-
pobres”. Para ella era “gente maravillosa” porque en sús”. “Puede ocurrir que una simple sonrisa, una pequeña visita, sencillamente
ellos podía ver y tocar más claramente a Jesús. Decía: el hecho de encender una luz, de escribir una carta para un ciego, de llevar un
“los pobres son el signo de la presencia de Dios cubo de carbón, de ofrecer un par de alpargatas, de leer una lectura a alguien,
entre nosotros, ya que en cada uno de ellos es Cristo algo pequeño, muy pequeño, sea de hecho nuestro amor de Dios en acto”.
quien se hace presente”. “Los pobres son la esperanza Y el amor también se demuestra en las palabras: “Cuando hablamos sin caridad,
del mundo porque nos proporcionan la ocasión de amar a Dios a través de en presencia o en ausencia de las personas, cuando murmuramos sobre las
ellos”. ¿Cómo te comportas tú ante un pobre? ¿Descubres a Jesús en él? ¿Te faltas de los demás, imaginemos que Cristo nos dice a nosotros: Solo si estás
parece que los pobres son también para ti “gente maravillosa”? ¿Los entiendes? libre de pecado puedes arrojar la primera piedra”. “Jesús nos invitó a no
Esterols 2016 Madre Teresa de Calcuta
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condenar a nadie. Podría ser que nosotros fuésemos los responsables de que Sabía escuchar
otros realicen actos que no nos parecen correctos”.
Sus palabras siempre estaban llenas de sentido. Nunca había nada
superficial en sus conversaciones, ni siquiera en las cosas más pequeñas.
¿Cómo amar de verdad? Siempre sabía callar para escuchar. Cuando alguien iba a verla tenía
“Nuestras obras no son más que la expresión del siempre la impresión de que no esperaba a nadie más. Toda su atención se
amor de Dios en nosotras. Por eso, el que está centraba en aquella persona por completo. Era como si ella y aquella persona
más unido con Él es el que más ama a su próji- fueran los únicos que estaban allí. Para ella nunca las visitas eran una molestia.
mo”. “Sin Dios, somos seres humanos que no pueden espar- La otra persona sentía que era para la Madre Teresa la más importante
cir en torno más que dolor y sufrimiento”. del mundo. El otro se sentía como si fuera uno de sus mejores amigos.
Para que el amor sea auténtico no hace falta que sea ex- Decía: “Estar con alguien, escucharle sin mirar el reloj y sin esperar resul-
traordinario. “Tenemos necesidad de amar sin can- tados o beneficios nos enseña algo sobre el amor. El éxito del amor reside en el
sarnos. ¿Cómo arde una lámpara? Mediante el alimento continuo de pe- mismo amor, no en el resultado de ese amor”. Pero tampoco perdía el tiempo en con-
queñas gotas de aceite. Si se acaban las gotas de aceite, cesará la luz de la versaciones inútiles. Escuchaba, iba a lo esencial, y con pocas palabras dejaba
lámpara, y el esposo dirá: no te conozco. Hijas mías, ¿qué son estas gotas de satisfecha a la persona con que dialogaba.
aceite de nuestras lámparas? Son las pequeñas cosas de la vida de cada día:
la fidelidad, la puntualidad, las pequeñas palabras de amabilidad, un pensa- Bondadosa en medio de las contrariedades
miento por los demás, nuestra manera de hacer silencio, de mirar, de hablar y
de obrar. He ahí las verdaderas gotas de amor que mantienen encendida Pero, aunque famosa y tenida por santa, Madre Teresa también sufrió
nuestra vida con una llama muy viva. No busquéis a Jesús lejos de vosotras: Él muchas acusaciones que lanzaron contra ella. Ante tantos insultos, le pregun-
no está allá lejos. Está en vosotras. Mantened encendida la lámpara y lo reco- taron si iba a hacer algo. Ella contestó: “Si alguien te acusa, pregúntate prime-
noceréis”. ro: ¿tiene razón? Si tiene razón, ve a pedirle perdón. Si no tiene razón, coge el
insulto que has recibido con las dos manos. No lo dejes escapar, aprovecha la
“Que nadie jamás venga a ti sin que se vaya mejor y más feliz. Todo
ocasión y ofréceselo a Jesús como sacrificio. Alégrate de tener algo valioso
el mundo debería ver la bondad en tu rostro, en tus ojos, en tu sonrisa”.
que darle a Él”.
Nunca se le escuchó hablar mal de nadie. Si era acusada o insultada y
Para saber dar hay que saber recibir le preguntaban por el asunto decía: “¡Qué bien nos han tratado!”. Y si le insis-
También quería que otros pudieran sentir la experiencia de dar. Era parte de su tían contestaba: “mejor es excusar que acusar”. O también: “si juzgas a alguien,
amor. Madre Teresa seguía dando cuando permitía que otros también pudieran no tienes tiempo de amarle”. En una ocasión comentó: “hay un pecado del
dar de lo suyo. Y así contaba otras anécdotas similares a la del mendigo: que nunca me he tenido que confesar: el de juzgar a alguien”. Y esto era algo que
había aprendido en su casa. Cuando ella y sus hermanos criticaban a algún profe-
“Vino una mujer muy pobre y me dijo: Madre Teresa, me gustaría echarle una mano
sor, su madre cortaba la luz y les decía: “no estoy dispuesta a pagar la luz a
en su trabajo. Soy lavandera: lavo ropas. Podría venir un día a la semana y lavar las ropas de sus
niños que hablan peste de la gente”.
niños. ¿Me lo permite? Yo sabía que aquello significaba dinero para ella, y que por
consiguiente representaba un sacrificio. Pero dije: bien; de acuerdo. Puede venir.” Realmente estaba convencida de que todo lo bueno que sucede es
“Iba yo un día en el tranvía cuando un señor se levantó; vino hacía mí y me
obra de Dios. Por eso, aunque hubiera contrariedades, solía decir: “Recemos
para no estorbar la obra de Dios”.
dijo: si no me equivoco, usted es la Madre Teresa. Sí, le dije. Y él me dijo: hace mucho
tiempo que estoy deseando compartir su trabajo, pero soy muy pobre. ¿Me permite que le Y a ti, ¿qué te hace falta para ser más bondadoso?
pague el billete? Si me hubiese negado, se hubiera sentido humillado. Si aceptaba,
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y carecemos de éstas virtudes, fácilmente podemos caer en la tentación de
creernos y sentirnos indispensables, necesarios. Madre Teresa dice: “nunca s posible que alguna vez te haya ocurrido: has leído cierta vida de un
debemos creernos indispensables. Dios tiene sus caminos y sus maneras... Él puede santo y, según como esté escrita, te desanimas. Al ver los grandes mi-
permitir que todo marche al revés aun en manos de la hermana más bien dota- lagros que hacía el santo y los prodigios que le rodeaban, crees que la
da. Dios no mira más que su amor. Bien ustedes pueden trabajar hasta el agota- santidad no es para ti. Pero no es así, Madre Teresa nos demuestra que la san-
miento, incluso matarse trabajando, pero si su trabajo no está tejido por el tidad no consiste en hacer obras ex-
amor resulta inútil. ¡Dios no tiene ninguna necesidad de sus obras!” traordinarias, sino en hacer extraordi-
nariamente bien las obras ordinaras.
¡Las cosas que ella hacía también las po-
Oración para Sonreír demos hacer nosotros! Su vida estaba
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro llena de estas pequeñas obras de cada día
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición. que se convertían en extraordinarias gra-
Que mis ojos sonrían diariamente cias a su amor. Desde luego, las cosas pe-
por el cuidado y compañerismo de mi familia y queñas solamente son grandes en la medida en que estén impregnadas de
de mi comunidad. amor. Decía: “No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas
Que mi corazón sonría diariamente con un gran amor”. Son cosas pequeñas para los ojos de los hombres, pero
por las alegrías y dolores que compartimos. para los ojos de Dios son grandes. Y recomendaba: “seamos fieles en las cosas
Que mi boca sonría diariamente pequeñas, porque ahí estará nuestra fortaleza”. “No hay nada que sea pequeño a los ojos de
con la alegría y regocijo de tus trabajos. Dios, y él mismo se tomó la molestia de hacerlas para enseñarnos cómo actuar. Por eso se
Que mi rostro dé testimonio diariamente transformaron en infinitas”.
de la alegría que tú me brindas. La vida de la Madre Teresa estaba llena de múltiples cosas peque-
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor. ñas, pero llenas de mucho amor. Acostumbraba a llevar consigo una bolsa de
la que salían muchos regalos para los demás. En una oportunidad, viajando hacia
Praga en helicóptero, iba sacando y repartiendo cosas ricas entre sus acompa-
ñantes. Luego sacó una tableta de chocolate y, antes de darles a los de su alrede-
Esterols 2016 Madre Teresa de Calcuta