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Qué te gustó y qué te apoyó y ayudó en tu misión/vocación como

hermanas de Belén?
Me interesa el impulso de nuestra misión con la participación de las
distintas misiones la acogida de familias extranjeras y la atención a
misión en Villa de Leyva: La acogida de los niños en casa, la sala cuna,
la catequesis en la escuela de la vereda, los bebes de la sala cuna y la
liturgia y sacristía en la fundación, Creo que entre todas debemos
seguir profundizando juntas en la realidad de ser 100% consagradas,
buscadoras de Dios, vibro por la misión, me encanta estar con los
niños, la voz de Dios resuena en mi corazón a través de muchos
encuentros en la oración, en preguntas sobre el sentido de la vida, el
deseo de trascender, la alegría de preparar el altar cada día, hacer
nuestro apostolado, percibir el llamado profundo a vivir únicamente
para amar a Nuestro Buen Dios. Con el único propósito que debemos
tener salvar nuestra alma y la de nuestros hermanos, como nos lo dice
el fundador busquemos sobre todo salvar las almas de los niños.

¿Qué crees que se puede mejorar?


Creo que este camino que hemos ido recorriendo entre todas nos ha
ayudado a valorar aspectos muy buenos de nuestra historia personal
y en comunidad al mismo tiempo nos ha invitado a una renovación
profunda, desde el interior, donde ahora valoramos más la diversidad,
debemos buscar una unidad desde mi punto de vista más evangélico, y
también muy carmelitano, profundizar en los santos del carmelo para
volver y estar más basada en lo esencial (como Marie Guillet, cuando
acogió las dos niñas) y con menos énfasis en lo externo. A mí me
encanta el proceso que cada hermana va haciendo para descubrir y
madurar su misión personal.
Salgamos de las comodidades de nuestras casas ancladas en el
pasado. Salgamos de nuestras instalaciones físicas, institucionales y
existenciales… Hay hermanos que nos necesitan, pero les da pena
venir a nosotras, vayamos a ellos, basta de una pequeña iniciativa
nuestra y nos dan la oportunidad de servirles en el nombre del Señor
y con su poder, (así lo vivimos en la catequesis de la vereda). Si
estamos necesitadas también salgamos, dejémonos ayudar de los
demás, nuestros líderes no son adivinos, hay que contarles de
nuestras necesidades, de nuestras prioridades y motivaciones. Hay
que abrirnos a las diocesis donde estamos contar con ellos y que ellos
cuenten con nosotras. Alguna vez unas hermanas nos insinuaron de
tener una casa en Bogotá, para que nos conozcan, pues casi nadie sabe
de nuestra presencia en Colombia, más que nuestro circulo pequeño,
también debemos trabajar las redes, internet para evangelizar y
también para ayudarnos unas con otras. En algunos casos los
enfermos llegan a Jesús porque un grupo de personas se interesó por
la situación del enfermo y lo llevan a Jesús, interceden ante Él para
que lo cure. Hermanas, todos, estamos necesitados, todos
necesitamos de Dios y necesitamos de los demás, no nos encerremos,
comuniquemos nuestras necesidades. Con prudencia y respeto,
comuniquemos las necesidades de nuestros hermanos para que sean
ayudados.

¿Qué sensibilidades han atravesado estos seis años, sobre los


acontecimientos?
como el cierre de la comunidad de Sonsón, y las consecuencias
que tuvo?
sobre el proyecto de Senegal, con los Padres Carmelitas, o con
¿Generación no violenta?

Yo no sé dónde vamos a estar en 6 años pues el Espíritu Santo se


encargará de soplar y de llevarnos… solo pensar en lo que ha pasado
en estos últimos seis años nos da pistas de que está con nosotras y
nos conduce. Pero si yo tuviera que decir algo diría que nos visualizó
como mujeres plenas con una aportación muy significativa en el mundo
capaces de discernir los signos de los tiempos y de dar una respuesta
valiosa al hombre que busca a Dios y el sentido de su vida muchas
veces sin saberlo.

Momentos difíciles dejar la misión de Sonsón. Después de haber


conocido las condiciones deplorables de la vida de las familias en
Sonsón, de experimentar el dolor dentro de mí y dentro de tantas
personas a las que quiero mucho, el conocer un poco más de lo que han
sufrido tantas víctimas de abuso, el vislumbrar de manera muy pobre
e inadecuada el dolor el sentimiento de impotencia de no saber qué
hacer, cómo sanar…no es algo que pueda poner en palabras.

Para mí Sonsón ha sido un regalo de Dios. He gozado de encontrarme


con esta cultura nueva y reconocer tantos rasgos de mi propia
familia, pues he visto a familias enteras que han encontrado una fe
renovada y un impulso evangelizador a través de las religiosas que han
estado en este pueblo Me ha gustado como las distintas comunidades
hemos trabajado juntas para compartir una misión. Que podemos
hacer cosas grandes juntos y es maravilloso pasar el tiempo
compartiendo con amigos. A valorar expresiones de fe sencillas muy
hermosas, que la gente es muy feliz cuando se siente querida…
aunque es realmente triste las condiciones en que viven algunas
personas, no deja de impactarme la alegría en los rostros, las
expresiones de afecto, la fuerza de la fe.

De la misión en Senegal, la verdad no se mucho y no puedo dejar una


impresión de esta misión.

¿Cómo podemos seguir dando vida a la misión de Belén en un lugar


sin estar allí?
Esta pregunta ha pasado muchas veces por mi corazón. Al
encontrarme con el presente con la realidad de Sonsón y me he dado
cuenta una vez más que definitivamente el único modelo
evangelizador lo encontramos en Jesús, el Señor. Él es el camino, la
verdad y la vida. Jesús, el Señor, es el único modelo que debe inspirar
nuestra vida cristiana. Dice el apóstol Santiago que no podemos ser
tan olvidadizos que nos acerquemos al espejo, miremos nuestro rostro
y tan pronto salgamos de su presencia nos olvidemos de nuestra
imagen (Sant 1,23-24).
Miremos a Jesús, El utiliza la pedagogía del encuentro, El toca, mira,
es cercano a la gente, no material, sino con lo que Él es, cercano,
amigo, amante…. La gente lo busca, y Jesús expresa su amor
misericordioso, toma su tiempo a solas con los enfermos, les tiene
paciencia, compasión, serenidad, Jesús tiene tiempo para cada uno,
así lo leemos en los evangelios Interpretemos la actitud de Jesús
frente al enfermo, en nuestra vida personal, familiar, social y
comunitaria. Hermanas, necesitamos salir, ir de camino, el Papa nos
invita a ser “callejeros de la fe”. Salgamos de nuestro individualismo,
compartamos nuestra experiencia de Dios. Vayamos a la calle, a los
campos, vayamos de camino, que alguien nos necesita, no nos
encerremos en las sacristías, en las oficinas, en nuestro metro
cuadrado. En definitiva, hay que estar cercanas de los necesitados.
Para mí la presencia es una necesidad. O sino nos volvemos en
proveedoras materiales, pero no evangelizadoras de nuestra fe.
¿Cómo te cuestionan las salidas de profesas temporales, novicias o postulantes?

Con lágrimas pues veo como han partido mujeres buenas que desde mi
ignorancia puedo decir que les falto acompañamiento en formación y
discernimiento para ver en cada una su propia vocación. En cuanto a
las salidas, me imagino que en estos años las hermanas que las
acompañaron y las formadoras darán pistas para seguir consolidando
estas etapas.
Sé que tenemos algunos retos de encontrar caminos de
sustentabilidad que permitan continuar con la misión.
Yo valoro mucho a las hermanas que me han ayudado en otras etapas
de mi vida, Pero lo que sé es que es mucho más lo que no sé qué lo
qué…y quiero aprender.
La primera parte del proceso fue de dolor, confusión, tristeza por
mis hermanas que se marchaban, etc.
Para mí supuso un reto importante y precioso de ir más hondo y
seguir dejando que Dios construyera desde dentro cimentando las
certezas de mi llamado.
Habiendo recibido mucha de la formación espiritual en el Carmelo
Descalzo, y complemente estos conocimientos con más formación en
el Instituto de teología de los padres carmelitas. También agradezco
mucho la cercanía de los padres carmelitas al padre Arcesio y Wilson
que nos han ayudado con muchísima generosidad y desinterés en este
camino
Nos llamamos Carmelo Apostólico y en estos días el padre Wilson nos
lo recordó y personalmente me gusta mucho la definición como
comunidad de apóstoles.
Me gusta pensar en Jesús trabajando en equipo con sus apóstoles. A
mí me motiva reflexionar en que la comunión es un don de la Trinidad
y en que nos invita a participar dentro de su misma vida trinitaria.
Nuestra actividad apostólica, e iniciativas varían dentro de las
distintas comunidades es una forma de expresar ese don del amor de
Dios que se da. Yo agradezco mucho mi experiencia en las distintas
comunidades, he experimentado que sacan lo mejor de mí, que juntas
podemos llegar más lejos. Tal vez el colaborar como comunidades de
apóstoles en una sociedad que puede estar tan fragmentada y
deseosa de vínculos y relaciones humanas cálidas puede ser una
aportación que da luz y vida. Debemos trabajar mucho en las
relaciones fraternas, cristianas, al estilo de Nuestra Santa Madre
Teresa de Jesús.

La necesidad de formar a las formadoras se extiende tanto respecto


a la formación espiritual, como a la académica, como al
acompañamiento psicológico. Sería utópico esperar que todas las
formadoras sean psicólogas profesionales. Ni siquiera es posible que
todos posean bases sólidas de psicología científica o de consejería.
Pero sí deberíamos contemplar alternativas de ayuda en cada
diócesis, de algunos psicólogos, sacerdotes muy cuidadosamente
seleccionados que pudieran ilustrar a las formadoras y atender las
hermanas en formación y poder tener criterios sólidos y rectos de las
dos partes al tomar la decisión de empezar un proceso o de parar.
Enseñarles a practicar métodos diversos y adaptados de oración
personal, de meditación, de contemplación, de oración bíblica (" lectio
divina"). Inculcar la convicción de la necesidad ineludible de orar, no
sólo para obtener la perseverancia, el don de la castidad, la
perfección, sino también para la fecundidad del apostolado; una
conciencia profunda de la importancia de la recepción digna de los
sacramentos. Formar a las futuras hermanas en una espiritualidad
sólida, para que resista las tempestades de las pasiones y tentaciones
y no se marchite y muera en la aridez desértica de la soledad
afectiva. Sin una formación espiritual sólida. no puede haber
perseverancia en la vocación religiosa, Pero sobre todo se debe
fomentar por todos los medios posibles entre las hermanas un
encuentro personal con Jesucristo y una sólida y tierna devoción a la
Santísima Virgen, madre y modelo de toda religiosa. (Estos criterios
los vi con el padre Wilson, cuando preparé la profesión perpetua). Y
siento que es importante trabajar en estos criterios, porque siento
que nos falta, cuando llega una mujer que busca nuestro carisma, veo
que solo es un acoplamiento a nuestro estilo de vida, pero le falta
acompañamiento en formación religiosa y espiritual.

¿Cómo acogéis las peticiones de mujeres que desean compartir


nuestra vida, postulantes, novicias, profesas temporales?
Imposible mencionarlos todos, en cada una tener en cuenta el
ambiente familiar, las motivaciones, y la vida espiritual. La necesidad
de acompañamiento y despedir oportunamente a las candidatas que
desde el principio tienen deficiencias en alguno de estos aspectos.
Saber escuchar lo que dicen personas cercanas a la comunidad, con
discreción y discernimiento, indagar porque lo dicen...: Escuche de
algunas personas decir: ya lo veíamos, ¿porque la dejaron profesar?
Es lo que nos dicen de algunas que han pasado.

RESPECTO A LA MISION

Las residencias infantiles de Nantes y bernerie

Es importante la presencia de las hermanas, conservar la herencia


histórica, las raíces, que nos brinda y tener un lugar digno para los
niños que lo necesitan y se benefician de estas casas. Y si Dios lo
permite, algún día la comunidad pueda retornar a ellas con hermanas
de Belén y continuar con las huellas del P. Guilbert Bouduz y Marie
Guillet. Talvez un sueño, pero con la esperanza en el que todo lo
puede.

Trabajando con niños y familias en Colombia

Es la semilla que han sembrado las hermanas, ha sido un proceso


quizás lento, pero con la seguridad de hacer la voluntad de Dios.
Trabajar con las familias con el fin de garantizar la protección y
bienestar de los niños y potenciar las capacidades de las mismas a fin
de favorecer la crianza. Es importante ayudar, pero no quitarles la
responsabilidad a los padres, ayudarles y compartir las tareas, sobre
todo cuando se acoge la familia. Respetar los espacios de la
comunidad, para conservar un ambiente de oración y de silencio en
nuestro entorno y vocación. Es importante acoger, pero también
ayudarles a encontrar propósitos firmes y solidos para continuar en la
vida, sé que no podemos educar a los padres, pero si orientarlos para
que tengan una vida con propósitos y que trabajen y consoliden sus
familias con dignidad y seguridad. Con tristeza veo la historia de
Vanesa a quien acogimos con un niño, ahora tiene dos y vive sin un
horizonte claro en su vida, con sus niños y ella misma mal alimentados,
y sin un propósito claro en su vida. ¿Qué hicimos? Se que no podemos
todo, pero aquí es donde digo que necesitamos abrirnos, buscar
ayudas, consejos, etc....

La Casa Madre que es garante del vínculo: ¿Acogiendo a los


inmigrantes La familia de Belén La Asociación Belén Arco Iris
Qué crees que es importante mantener? ¿Qué crees que es
importante para mejorar, o para vivir diferente?
¿Qué te resulta más difícil de transmitir hoy?

Hay que mantener todo, sin olvidar que somos una comunidad
religiosa, buscar mecanismos que ayuden a integrar la acogida de los
inmigrantes, en una comunidad de hermanas ancianas y repartir las
tareas de las áreas comunes. Ayudarles sin darle cargas a las
hermanas mayores, compartir los trabajos como arreglar las
donaciones, regar el jardín, limpiar las áreas comunes, etc. y así
participan en las tareas de la casa.
Es difícil transmitir nuestra fe con personas que no son de nuestra
religión, que no tienen nuestras costumbres, y que tienen una cultura
diferente a la nuestra, entre nosotras mismas ya existen estas
diferencias, que por nuestra formación sabemos acogerlas, pero con
las personas de afuera es distinto, y veo a nuestra santa colombiana
Laura Montoya, cuando fue a evangelizar a los indios en las selvas de
Colombia, ella les enseño su fe cristiana amándolos, con todo su
fuerza, La experiencia que tiene Laura de la paternidad de Dios, la
experiencia del Jesús Sediento y el llamado a calmar su Sed, El
conocimiento de la dura y difícil realidad de los indígenas, adquirido
por testimonios, por escritos que llegan a sus manos, por noticias,
sufrimiento que provenía por su cultura distinta, exclusión y
persecución por ser diferentes y pobres. La formación humana
cristiana que recibió en su hogar la sensibilizó ante el sufrimiento
ajeno, ante el dolor, la pobreza, la humillación, la compasión, fue la
manera de expresar su fidelidad a Dios.

Como definir La identidad de una hermana de Belén


El carisma de las hermanas de Belén ¿Qué quieres transmitir a
quienes vienen a acompañarnos? ¿Qué no se puede cambiar?
¿Qué puede cambiar dependiendo de las misiones?
¿Qué otras preguntas crees que son importantes abordar en el
capítulo?

Somos hermanas en un continuo caminar hacia Belén, nuestra


comunidad vive su identidad desde la contemplación del misterio de la
Encarnación, misterio del Hijo de Dios que se hace hombre en Belén,
en actitud de pobreza y humildad. Este misterio nos conduce a asumir
las actitudes propias de Belén, como lo hicieron el P. Gilbert y la Hna.
Marie, a la luz de nuestras Constituciones, el misterio de la
Natividad, el amor y el dolor de la gruta de Belén y la acogida de
niños y familias para revivir el misterio en cada niño y familia que
acogemos, somos esta gruta, somos la estrella, la cuna, el ángel, pero
sobre todo debemos ser madres, como la Santísima Virgen María, que
cuida, vela y guía este hogar. Y me gustaría, por lo tanto, transmitir
nuestra espiritualidad de Belén y la espiritualidad de todo cristiano
debe estar enmarcada por la práctica de la solidaridad, pero una
solidaridad que transforme, que se encarne a ejemplo de Jesús en
realidades concretas como lo hizo Él, hasta dar la vida por los otros,
pero contagiar para que todos los que estén con nosotras también
quieran experimentar nuestra realidad al estilo de Jesús.
Nuestra espiritualidad de hermanas de Belén nos exige profundizar y
vivir en actitud de humildad y pobreza el amor que el Padre nos revela
en su Hijo hecho hombre y ser por la fuerza del Espíritu testigos de
ese amor en el pueblo de Dios. El misterio de la natividad ha de ser
para nosotras fuente de fraternidad, sencillez, pobreza, obediencia y
servicio.
¿La familia de Belén?
¿Los amigos? ¿Los laicos? ¿La Asociación Belén Arco Iris?
¿Como definir a cada uno?
¿Como acogemos y como vamos a acoger más laicos? ¿Quienes son
laicos? ¿Los laicos son personas que quieren compartir nuestra fe y
espiritualidad? ¿O buscan y quieren un beneficio para su sustento?
¿Como seguir conviviendo con las laicas que ya están en nuestra casa?
¿Vamos a acoger más? ¿En qué condiciones? ¿Tenemos y vamos a
tener una norma para laicos?

¿La Asociación Belén Arco Iris será únicamente en Francia? ¿Puede


extenderse a Colombia? ¿Qué y quienes son la Asociación Belén Arco
Iris?

Este cuestionario debe ser firmado por la persona que lo responde y


entregado a la Priora antes del 4 de febrero de 2024.

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