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SANGUIJUELAS PSÍQUICAS

Una de las más importantes aportaciones de LaVey al


Satanismo es señalar el grave peligro que constituyen
los vampiros psíquicos para cualquier proyecto de
liberación personal. Los vampiros psíquicos son
individuos que, por diferentes malformaciones de la
personalidad, se enredan en la trayectoria vital de los
demás. Su vida lamentable y ficticia se cruza con la
estela brillante de otro y desde entonces ese otro se
convierte en su obsesión. Hay que sacudirse a los
vampiros psíquicos que se aferran sin derecho a las
vidas de los demás, si se quiere que estas vidas sigan
avanzando fuertes y magníficas hacia su cénit. Los
vampiros psíquicos pueden definirse básicamente como
resentidos: odian en los demás todo lo que es grande, sincero y genial. Todo lo
que ellos saben que no son y nunca serán. Reclaman así por todos los medios
la atención de los que envidian, como forma de frenarlos y apartarlos un poco
de su inexorable destino de belleza y dignidad.

El interés del tema de los vampiros psíquicos para el satanista, es decir para
aquel que lucha por su libertad plena en contra de milenios de religiones
predicando mansedumbre y obediencia, es doble:

♦ Por un lado, los vampiros psíquicos interfieren fatalmente en el crecimiento


personal. Los vampiros psíquicos intentan colgarse del cuello de los otros,
obligándoles a cargar con su propio peso, tirando de ellos hacia abajo. La
condición básica de todo proyecto vital de liberación es contar con las propias
fuerzas, lo que también significa no soportar más peso que la propia vida.

♦ Por otro lado, los vampiros psíquicos logran alcanzar sus propósitos
parasitarios, aunque sea ocasionalmente, mediante las peores debilidades
cristianas, las más insidiosas: la compasión ("¿cómo no voy a escuchar a esta
persona que me pide ayuda?"), la humildad ("¿quién soy yo para negar a esta
persona mi amistad?"), la caridad ("¿cómo podría decirle nunca a esta persona
lo lamentable que me parece?")...
Uno de los problemas, y no precisamente el menor, de los vampiros psíquicos
es su diversidad. Aunque su objetivo siempre sea el mismo: ralentizar una
magnífica trayectoria estelar, intentar desgastar al que envidian, aunque sólo
sea por unos instantes. A partir de LaVey hay ya una amplia literatura sobre el
que podríamos denominar el vampiro llorón. El vampiro llorón es el que desea
retrasarte y cansarte mediante redes de compasión y pesimismo. El que te
cuenta interminablemente y durante horas sus problemas, sus eternas
desgracias personales, no como forma de que le ayudes a resolverlas (tus
bienintencionados consejos nunca servirán para nada, nunca son puestos en
práctica) sino como forma de agotarte, de hacerte perder la alegría con la que
avanzabas, de conseguir que te ocupes sólo de su pequeño y ruin mundo.
Constantemente el vampiro llorón reclama tu tiempo en absoluta exclusividad,
siempre que sea posible quiere encontrarse contigo a solas, para poder
desplegar a sus anchas ante ti su monólogo interminable y penoso.

El vampiro llorón ha sido llamado a menudo el vampiro psíquico a secas, pero


no es la única forma de esta lamentable psicología parasitaria. Existe además
en esta galería de fracasos humanos, y todavía más nocivo si cabe, el vampiro
adulador. Como al vampiro llorón se le ha adjudicado la etiqueta completa de
vampiro psíquico, llamaremos entonces al vampiro adulador la sanguijuela
psíquica, tal es la fuerza con la que se adhiere y la dificultad que suele
presentar poder librarse de él.

La sanguijuela psíquica también te lloriquea un poco sobre su vida, sobre todo


al principio, pero no es ésta su estrategia central. La sanguijuela psíquica es
una pequeña engreída y su forma de acapararte, de retrasarte, de intentar
hacerte fracasar, es convirtiéndose unilateralmente en "tu gran amigo". La
sanguijuela se cree una araña: cree enredarte en su tela fundamentalmente a
través del halago y de las ostentosas muestras de amistad. Como tiene una
vida íntima lamentable, no puede siquiera imaginar que sus halagos
desmedidos no produzcan en ti una inmediata respuesta de fascinación y
dependencia. Qué no haría ella, la sanguijuela, si alguien la halagara así
alguna vez en la vida... Pero si tú te impulsas sobre tus propias fuerzas, si tu
rumbo no es una comedia sino un destino, automáticamente te rechinará en los
oídos lo exagerado, lo falsamente teatral, de sus halagos y declaraciones de
amistad.

La sanguijuela psíquica quiere saberlo todo de ti. Mientras tú estés dando


rienda suelta a tu mejor creatividad, ella estará buscando datos sobre ti. No
puedes ni imaginar todo lo que ocupas sus pensamientos. Quiere saber a toda
costa dónde vives; si puede, te visitará inmediatamente para ver cómo es tu
espacio personal, querrá saber qué lees, qué escribes, qué tienes sobre tu
mesa, cuáles son tus aficiones, tus gustos, quiénes son tus próximos. El
objetivo de la sanguijuela psíquica, con esta succión de tu información, es
encontrar alguna debilidad tuya, conseguir algún ángulo de ti con la "guardia
bajada". Por ejemplo, nunca dejará de intentar tantear la solidez de tu vida en
pareja. Y es que su relación contigo es de lucha, de competitividad, porque ya
he dicho que, pese a su triste vida, es una pequeña engreída. En sus
momentos de euforia se niega a aceptar que realmente haya gente como tú,
prefiere sospechar que guardas un truco que la mayoría no detecta, anhela
descubrir que en el fondo eres una mierda tan grande como ella. Y cuanto más
tarda en encontrar ese truco que no existe y que desenmascararía tu brillo
genial, más rabia acumula contra ti. La sanguijuela te odia cuanto más te
admira contra su voluntad, mientras te halaga y te dice cuánta amistad brota de
sus entrañas hacia ti.

La falsedad de las muestras de halago y amistad de la sanguijuela, su


envidioso odio soterrado contra ti, se evidencian en dos cosas muy claras. Una,
ya la hemos visto, es lo teatral y exagerado de sus muestras de cariño y
camaradería, que sólo convencerían a alguien con la autoestima
desesperadamente baja. La otra es su posicionamiento cada vez que tengas
un conflicto con los demás. Un amigo del enorme calibre con el que la
sanguijuela gusta presentarse ante ti presumiblemente siempre tomaría opción
por ti, pero la sanguijuela de hecho no lo hará nunca. Descubre alborozada en
cada conflicto tuyo con los demás una ocasión para tu posible humillación, y no
dejará pasar una oportunidad así. En estos casos podrás ver claramente que
no es amistad sino una ponzoñosa envidia lo que te profesa. En el choque con
tus enemigos se mantendrá equidistantemente neutral, e incluso reforzará su
trato con ellos y les dará claras muestras de apoyo y simpatía ¿Podrán por fin
ellos, en su ira, revelarle algo de tu oculta dimensión, aquel secreto que
guardas y que demostraría por fin que su vida no es un fracaso comparada con
la tuya? La sanguijuela siempre será amiga de tus enemigos, porque tú eres en
el fondo su principal y obsesivo rival.

By Miguel Algol

Fuente: http://bailespiritu.blogspot.com.es/2013/07/sanguijuelas-psiquicas.html 

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